Seguimos con el día 4, espero que los otros capítulos fueran de su agrado.
A mi hermosa beta, gracias ayudarme.
"Gentleness clears the soul Love cleans the mind And makes ir Free." - David Bowie
Odiaba la idea de tener que ir a un nuevo jardín, porque seguramente sería el sujeto con una horrible marca en su cara, lo aislarían y tendría que correr a los brazos de sus hermanos, para no sentirse como un monstruo nuevamente.
Al principio todo estaba tranquilo y muy en el fondo empezaba a sentir una tranquilidad extraña, pero todo eso fue destruido cuando la maestra salió del salón.
—Qué marca tan horrible tienes - dijo un niño que empezó a señalarlo - probablemente eres parte monstruo.
—Seguramente a los papás les da pena salir con él - afirmó una niña.
Todos empezaron a reírse, quería salir de ahí pero un pequeño tornado se posó frente a él con los brazos abiertos.
—¡No sean groseros! - les gritó, sin poder creerlo levantó su mirada - no digan cosas que no saben, ¿acaso en sus casas no les enseñaron a respetar a los demás?
—Claro, sale a defenderlo el niño sin papá, ¿no es verdad Deku? - se percató que esas palabras hicieron salir lágrimas que escurrían por sus mejillas.
—Eso no importa Kacchan - seguía parado con valentía - mi mami dice que debemos respetar a todos si queremos que nos respeten.
Y el silencio apareció, lo escucho chasquear la lengua y todos se fueron detrás del peli cenizo, notó que se giraba, viendo unos hermosos ojos verdes que brillaban como esmeraldas, sus mejillas tenían unas lindas pecas y su sonrisa era encantadora.
—Lamento eso - le extendió la mano, sin dudarlo la tomó - son unos tontos pero no les pongas atención, eres muy bonito tal cual eres. Soy Midoriya Izuku, un gusto conocerte.
—Todoroki Shouto - ¿por qué ese apellido le parecía familiar?, se preguntó, pero lo ignoró - gracias por ayudarme.
—No te preocupes, ahora vamos a jugar.
Lo empezó a jalar hasta el patio, desde ese momento ese niño se volvió su mejor amigo. Pocos días después descubrió que la amable señora que ayudaba en su casa era la mamá de Izuku, lo que hizo que todos los días estuvieran juntos.
Ahora, ya habían pasado años a su lado, estaban en una interminable fila de estudiantes, esperando que fuera el turno para la toma de muestras de su segundo género, el problema era el calor desesperante.
—A este paso me voy a derretir en tus brazos - le dijo mientras lo abanicaba con su mano, la verdad era que esas palabras lo hacían feliz - ¿después de clases vamos a la piscina Shou chan?
—Hablar de esa manera tan informal está muy mal Midoriya kun - y ahí su felicidad fue cortada por su otro amigo Iida Tenya, un hombre bastante serio para su edad - además no está bien que estén así de juntos.
—No me molesta, siempre ha sido así - lo vio sonreír y su corazón volvió a latir con fuerza.
—¡¿Shouto qué crees que estás haciendo con ese?! - escuchó a su viejo gritar desde la distancia, le fastidió más de la cuenta - aléjate de él.
Pero Izuku lo abrazó con fuerza, dándole la tranquilidad que quería, desde que su viejo se enteró que era el hijo de Inko san, lo desprecio más, porque ¿cómo era posible que su perfecto hijo se relacionara con el hijo de una sirvienta?, comentario que siempre terminaba en pelea, porque ni él, ni sus hermanos dejaban que la trataran mal, ella era como esa madre que ya no tenían.
Lo que no se imaginaba era que después de ese día el acoso empeoraría, ya que el resultado de ese examen sería la gota que le daría permiso de seguir siendo una mierda de persona. Iida y él salieron como alfas, pero Izuku, era un omega.
—No quiero que te metas con un sucio sirviente y menos omega - le decía cada que podía, y era agotador.
Quería salir de esa casa lo más rápido posible porque él no lo dejaría ser feliz con Izuku.
No le molestaban las palabras crueles de Enji sama, su querido Shou chan lo queria como era, sabía que ese sentimiento con el pasar de los años se fue intensificando para él, tanto que fueron a la misma universidad, estaban estudiando carreras que se complementaran. Siempre quiso ayudar a las personas por lo que estaba estudiando enfermería y Shou chan estaba estudiando medicina.
—Después de clases, ¿irás a tu trabajo de medio tiempo? - le preguntó su Shou chan.
—Así es, hoy trajeron nuevos diseños y me llamaron - le sonrió ampliamente, pero estaba nervioso, ese día se había jurado declararse - Shou chan vayamos al jardín, quiero decirte algo.
—¿Mi viejo volvió a tratarte mal? - él negó, notando la tranquilidad en su mirada - ok, vamos.
Repetía una y otra vez las mismas palabras, no quería equivocarse, ese era un tema serio, más cuando llevaba enamorado de su amigo desde que recuerda. Al llegar, se paró al frente, agarró sus manos, respiró profundo y clavó su mirada en ese ser maravilloso.
—Shou chan - tranquilo, tranquilo, si puedes hacerlo, se dio ánimos - sé que soy tu amigo de la infancia, que también soy un omega y no una alfa como busca tu padre, pero quiero que sepas, que me gustas demasiado y si es posible, quiero que seas mi novio.
Cerró sus ojos con fuerza, su corazón estaba a punto de explotar por los nervios y el silencio era abrumador. ¿Por qué no dice nada?, ¿Tan desagradable fue?.
—Te me adelantaste - fue lo que alcanzó a escuchar, haciendo que abriera sus ojos y viera un hermoso sonrojo - Quería hacerlo cuando nos graduemos pero me siento extremadamente feliz, así que acepto.
Fue besado suavemente, se permitió dejar salir un suspiro en medio de ese beso, estaba satisfecho.
Y todo siguió fluyendo tan bien, que a veces pensaba que depertaría de ese sueño, pero Shou chan se hizo cargo de mantenerlo feliz; consiguieron un apartamento, él seguía trabajando como modelo para pagar sus estudios y moría por ese limite de tiempo que habían puesto para ser marcado y pensar en familia.
Sabía que el día de su celebración de bodas, su viejo no sería el más amable, toda su familia estaba dichosa, menos él.
—Te digo que es una mala decisión, tú deberías estar casándote con una hermosa alfa de mejor clase social - era un fastidio, llevaba casi 21 años escuchando lo mismo - ese mocoso no vale nada.
—Callate viejo - pidió Touya, mostrándole una mala cara - esto es lo que Shou quiere, además ese mocoso que no vale nada, es el mejor modelo de tu compañía y él solo se pagó su carrera.
—Es verdad, además, es un conejito hermoso que es grato ver en casa - hablo su hermana Fuyumi, palabras que apoyó - me dan ganas de preparar galletas para verlo comer, me llena de felicidad.
Su viejo bufaba, pero a él que le importaba, se iba a casar con su amigo de la infancia, con su único amor y serían felices, más de la cuenta.
Y así fue, la boda fue maravillosa, ambos vestidos de blanco, con una sonrisa que podía jurar que le iba a romper las mejillas, y posteriormente felicitaciones por todos lados. Esa noche se permitió amarlo desenfrenadamente, habían acordado que se casarían cerca del celo de Izu, para así formar ese hogar que siempre quisieron.
—Shou chan, me duele - le dijo en cuanto entraron a la habitación.
—No te preocupes mi amor, aqui estoy a tu lado - lo vio sonreír ampliamente y robo sus labios.
Lentamente lo fue desvistiendo, acariciando esa piel, ese cuerpo bien formado, beso cada rincón de su piel y cuando lo penetró, todo su ser se derritió, era perfecta cada una de las experiencias que vivía con él.
—Más Shou chan - le pedía con insistencia, así que lo agarró de las caderas y empezó a embestirlo - cada celo moría por estar así contigo.
—Me pasaba lo mismo - le susurro en el oído, notando como se erizaba, mordió el lóbulo de la oreja - cuando te ibas con Inko san, pensaba que debía ser yo el que te atendiera.
—Te amo Shou chan - lo beso después de eso.
Cuando lo escuchó gemir, se permitió lamer la nuca, sintiendo como esas caderas se movían en su miembro, sin dudarlo un minuto más lo mordió con todas sus fuerzas, la sangre entraba en su boca.
—¿Duele? - le pregunto después de limpiar la herida - Izu responde.
—No … se siente increíble, sigue Shou chan, no te detengas.
Y quién era él para ir en contra de los deseos de su esposo, esa noche y parte del día siguiente, no hubo descanso.
Después de eso, sus vidas fueron mejorando, el trabajo era satisfactorio en el hospital, sus celos se habían alineado, por lo que podían pasar esos días juntos, recordando con sus cuerpos cuánto se amaban.
—Sigo sin estar de acuerdo con ese matrimonio - dijo su viejo, en ese almuerzo en la clínica.
—Ese comentario sigue sin importarme, y si vienes aquí sólo a decirme eso, me voy - se iba a levantar cuando vio entrar a su esposo, estaba pálido - amor, ¿Qué te pasa?
—Shou chan - se veía nervioso, sus manos temblaran igual que su voz - bueno, llevaba varias semanas sin sentirme bien, hoy iba a entrar a cirugía y me desmayé.
—¿Estás enfermo?, déjame hacerte una revisión y …
—No es necesario - el cubrió su boca son sus delicados dedos - me hicieron examenes y esto es lo que salió.
Le entregó un sobre, no sabía que sería de su vida si algo malo le estaba pasando a su amado, leyó lentamente cada resultado y al final, salió positivo para prueba de embarazo.
—Papá, ¿Voy a ser papá? - él afirmaba con fuerza, lo alzó y empezó a besarlo por todo el rostro - gracias Izu, me haces cada día más feliz.
Vio la expresión de su viejo lleno de sorpresa, pero él estaba dichoso, muriendo de felicidad infinita.
El embarazo no fue tan fácil, ambos sufrieron de muchos antojos a horas no agradables, lograron superar cada momento difícil, pero fueron más los momentos felices, por su parte el ver como lentamente su vientre crecía, cada movimiento que su bebé le mostraba, disfruto plenamente de ese recorrido. Lo más difícil fue el parto, pero su amado Shou chan estuvo ahí, animándolo y amándolo.
—Creo que esto es lo más extraño que he visto en mi vida - le dijo su cuñado Natsuo - jamás imaginé ver a mi viejo jugando con sus nietos.
—Es verdad, estaba reacio a esta relación y ahora es un abuelo alcahuete - Fuyumi le pasó una taza de té.
—Pero me hace feliz verlo así - todos los hermanos Todoroki lo voltearon a ver - mi Haru y Sumire están ayudando a que ellos dos se acerquen un poco más.
Ver a su esposo, hablar de forma tranquila con su suegro era algo increíble, le gustaba verlos de esa manera y más porque Enji sama se veía más feliz.
Ver a sus hijos correr por el jardín le recordaba esos tiempos con su Shou chan, jugando felices, escondiendose para comer mas galletas, tomados de la mano para ir a clases. Estaba extremadamente satisfecho con su vida, había amado con locura a su amigo de la infancia y ahora podrían compartir el crecimiento de sus hijos.
—Soy muy feliz - dijo, viendo sonreír a los demás.
—También lo soy Izu - su esposo lo beso suavemente.
—Mami arriba - alzó a sus bebés y beso sus frentes.
Se aseguraría que todo ese recorrido, siguiera siendo feliz y placentero para toda la familia. Y seguiría viendo con ese amor inocente de niño a su esposo, porque por encima de todo, era su mejor amigo.
Espero les gustara, nos vemos mañana, gracias por leer.
Sin más, Ame las ama.
