Ya solo nos quedan dos dias, gracias por segui leyendo.
Recuerden que los personajes no son míos, yo solo hago que se amen y tengan hijos.
A mi beta mil gracias por toda tu valiosa ayuda.
"To love and be loved is to feel the sun from both sides." - David Viscott
Él había nacido sin una habilidad en un mundo donde tener poderes era lo primordial, aunque al principio sintió que no podría vivir se puso manos a la obra, puso su propio negocio, algo en lo que era bueno desde pequeño gracias a su abuelita, sembrar flores de cualquier especie.
Así que su floristería estaba cerca de las agencias de los jóvenes héroes más famosos del momento, pero lo que más le gustaba era que diariamente podía ver a su favorito, Todoroki Shouto, él era extremadamente hábil y bastante fuerte.
—No creo que sea buena idea seguir así Deku kun - escuchó a su amiga Uraraka san, aunque ella también era una heroína, lo visitaba con frecuencia - sabes que no puedo seguir siendo la persona que siga canjeando sus cosas.
—Eres la única que puede hablar con él, además solo le envió una flor - se sonrojó, siguió regando sus plantas - y solo es cada dos días.
—No es un buen negocio, se supone que es un intercambio pero solo veo que su oficina está llena de lindas flores - ella se veía molesta, pero en verdad no le molestaba o eso creía él - deberías estar ganando algo con esto Izuku chan.
—Bueno mi recompensa es verlo feliz.
La vio negar y salir de su tienda, aparentemente si le molestaba ser la mensajera de sus flores, pero ¿cómo podía ir a la agencia cuando él no era nadie?, su amor no correspondido había aparecido, lo rescató de un ataque de un villano cuando estaba robando la tienda, esa expresión seria había movido todo su ser, luego, verlo hablar en la televisión, noto que era inocente, sencillo y muy amable.
—Bueno ahora las flores quedarán guardadas en la parte de atrás - se dijo, empezó a llevar el ramo que había preparado para él - igual solo es una forma de agradecer por su gran trabajo, no esperaba nada más.
Varios días pasaron pero Uraraka san no volvió, empezó a sentir una tristeza horrible por no poder enviarle las flores a Todoroki sama, pero su vida debía seguir y trabajar honestamente para apoyar desde las sombras a los grandes héroes.
No sabía desde hacía cuánto tiempo, las flores dejaron de llegar, empezaba a inquietarse, podría ser que la persona estuviera lastimada o secuestrada por un villano, tantas cosas se le venían a la cabeza no podía concentrarse en su trabajo.
—¡Lamento la demora! - gritó Uraraka san, al entrar a su oficina - aquí está el informe de la última misión en Osaka, las cosas fueron más sencillas de lo que pensábamos, allá se instaló Bakugou.
—Bien - tomó los documentos, pero su genio pendía de un pequeño hilo, no era capaz de preguntar - puedes irte.
—¿Pasa algo?, no te ves de muy buen humor - tan perceptiva como siempre, así que extendió la mano, vio la duda en su rostro - mis flores, ¿dónde están?
—Me cansé de ser la que trae eso - dijo con indiferencia y él quería explotar - así que coloque una pequeña mesa por la entrada de tu carro, hablaré con la persona y le diré que a partir de la fecha, ese intercambio de flores debe hacerlas personalmente - que excelente plan fue lo que pensó, así podría conocer a tan maravillosa persona - pero no puedes ir al mismo horario, seguramente se morirá de vergüenza.
Y esa parte ya no le gustó, pero se haría a la idea de por lo menos volver a recibir sus flores y era verdad, siempre había sido un intercambio unilateral, así que él también le dejaría cosas en agradecimiento. Podía no ser un intercambio monetario pero era algo mucho mejor que lo llenaba de paz.
—Gracias Uraraka san - le dijo tratando de pensar en cuál sería su primer regalo.
Con eso en mente salió a hacer sus rondas, luego leería el informe; entró a varias tiendas pero nada lo convencía hasta que vio un pequeño conejo verde, con un girasol como si fuera una sombrilla, sin dudarlo lo compró.
Dejó el peluche en la mesita que le habían dicho y sonrió, sintiendo que por primera vez en su vida estaba haciendo algo que en verdad le llenaba. Por primera vez pudo dormir tranquilo, esperando que aquel obsequio iniciara un lindo intercambio, aunque era feliz recibiendo flores.
Se levantó más temprano de lo habitual, cosa extraña porque era muy malo en ese tema, se arregló y se dirigió a su oficina, al abrirse la puerta vio un hermoso ramo de rosas rojas y blancas, con ellas una nota.
"Gracias por tan lindo obsequio, me encantan los girasoles y de casualidad, ¿cómo sabes que mi cabello es verde?, mentiras, lo atesoraré, ten un maravilloso día." - M.I.
—Que lindo - tomó su regalo y subió a su oficina - ojalá supiera quien eres, sería tan feliz que enloquecería.
Cada mañana ya tenía un lindo ramo de flores con una pequeña nota, él dejaba chocolates, dulces, si veía lindas materas, las compraba para que esa persona adornara felizmente, se volvió costumbre y en verdad debía agradecer a Uraraka san por crear ese agradable sistema de intercambio.
Su sonrisa parecía no desaparecer ni para dormir, eran los mejores seis meses de su vida, porque todas las cosas lindas que su héroe favorito le regalaba, llenaban en silencio su tienda o su casa. Se emociona más de la cuenta por lo que cada mañana se levantaba más temprano con el fin de hacer algo increíble y dejarlo antes de que la agencia abriera.
—Llevemosle tres girasoles ya que están de temporada - se dijo y comenzó con el trabajo.
—Buenos días - escucho en la puerta, salió rápidamente, ahí estaba Creative, era muy hermosa - lamento interrumpir tan temprano.
—No te preocupes, ¿en qué puedo ayudarte? - le sonrió pero en el fondo estaba nervioso, se decía que ella era la prometida de Todoroki sama.
—Voy a realizar una fiesta de compromiso y una amiga me dijo que eras el mejor en arreglos florales - ¿se iban a casar?, quería llorar en ese momento, pero debía mantener su sonrisa como un profesional - y me gustaría contratarte, si necesitas más ayuda, mis trabajadores están a tu servicio.
—Claro que sí - sacó su libreta, empezó a anotar - dime ¿qué fecha y qué clase de flores deseas?
Ella explicó detalladamente lo que quería, estaba entre rosas rojas, blancas, Narcisos, entre otros, se llevaría a cabo en su mansión, sería al siguiente día. Él solo pudo asentir, cuando la vio salir se dejo caer en el piso, las lágrimas caían, sabia que era un idiota por llorar un amor que nunca fue pero le dolia.
Terminó su último ramo, en la nota solo coloco: "Estas serán las últimas flores que recibas de mi parte, pero te deseo que seas muy feliz."
Dejó los girasoles, salió en busca del pedido, debía salir de la ciudad para ir donde sus proveedores ocupaba le vendieran más de la cuenta, eso solo lo hacía cuando eran eventos así de grandes, ya que él se dedicaba a sembrar pocas flores.
—Gracias por venir - se inclinó frente a todos los hombres que habían ido en su ayuda - los guiaré para que nada se dañe.
Toda la noche estuvo trabajando, se sentía cansado, pero era más por la tristeza que lo recorría pero aun así se dedicó en dejar ese salón lo más hermoso posible, con el fin de verlo a él feliz.
Mal, muy mal, estaba enloqueciendo, ¿A qué se refería con esa nota?, ¿Hizo algo mal?, no sabía cuál era la razón, pero el solo hecho de pensar que no seguirán con su intercambio lo estaba matando.
—Tomar desde temprano no está bien - escuchó a su amiga, corrió hacia ella - ¿Qué pasa?
—¿Esa persona está bien?
—Que yo sepa si - le contestó tranquilamente, así que si había sido su culpa - hoy está trabajando en el salón de Yaomomo, ya sabes por el compromiso, ¿Olvidaste la invitación?
—Si - joder, todo estaba jodido - ¿A qué horas es?
—Seis de la tarde, pero dime ¿qué pasa? - él negó, era su problema debía ver en que se había equivocado.
Pero nada venía a su mente, o sería ¿por qué nunca dejó una nota más amable?, si debía ser eso, era tan poco sociable, que hasta en ese tema cometía errores. Sin darse cuenta todo el día bebió más de la cuenta, por lo que cuando debía irse ya estaba algo ebrio, pero se sentía desolado.
—Yaomomo te felicito - le dijo mientras la abrazaba, ella notó su estado - lo lamento, no he tenido un día fácil.
—Gracias Shouto - ella acarició su mejilla, dándole una suave sonrisa - ¿Tu padre de nuevo?
—No, un amor unilate … - vio cada detalle del salón, tenía tantas cosas que había recibido, que llegó a pensar que estaba loco.
—Hermoso ¿verdad? - él solo afirmó con la cabeza, todo eso era suyo, ¿Por qué estaba ahí? - lo hizo un joven bastante hábil con las flores, Uraraka chan me lo recomendó y me siento feliz por su trabajo.
—¿Quién es? - su corazón estaba desbocado, era como si esa persona le estuviera entregando nuevamente todo - ¿Dónde lo encuentro?
—Su nombre es Midoriya Izuku, es un poco más joven que nosotros - la vio buscar en su bolso, luego le paso una tarjeta - aquí está su tienda.
—Gracias - besó su frente, tomó la tarjeta y salió - dile a Kyouka que espero sean felices.
Su mente viajó a ese lugar donde unos ojos verdes destellaban emoción esa vez que lo salvó, esa suave voz y tierna sonrisa, había quedado cautivado con tan maravilloso ser, solo que por todo lo que pasaba diariamente fue enterrando esa felicidad que sintió ese día.
Vio a la distancia esos cabellos verdes, estaba regando delicadamente las flores, limpiaba su ojos con fuerza, seguramente estaba llorando.
—Midoriya Izuku - dijo, en cuanto estuvo cerca de él.
—¿En qué puedo servirle?, ya estoy por cerrar - esa voz temblaba, era real ese joven, no era producto de sus sueños o deseos.
—Quiero seguir con nuestros intercambios - lo vio girarse rápidamente, sus ojos parecían bailar sobre su cuerpo - no sé qué hice para incomodarte, no sé si fue que notaste mis sentimientos hacia ti o fue mi poco tacto pero no quiero perderte.
—Es imposible - no, todo menos eso - tú estás comprometido y sé que hoy se hará oficial, por eso me esforcé en el salón, quiero que seas muy feliz a su lado.
Al escuchar eso se dejó caer, se sentía tan tranquilo aunque esos preciosos ojos lloraban con fuerza, se puso en pie, lo abrazó.
—Yaomomo se va a casar con Kyouka chan - al decir eso, el joven dejó de tratar de alejarlo - muchos decían que hacíamos buena pareja, pero desde que estábamos en U.A. ellas han estado juntas.
—Mientes - lo escucha suavemente.
—No lo hago - afirmó, lo alejó, se agachó un poco para quedar frente a frente - me enamoré de unos ramos de flores, me llenaban de tranquilidad, luego empezamos a intercambiar y enloquecía por no saber quien eres, pero eres ese joven que salvé hace unos años de unos ladrones, con el que soñaba pensando que solo eras un producto de mis deseos. Pero al verte aquí, sé que esas flores nos unieron, que mi corazón te lo robaste, siempre he sido tuyo.
—¿Por qué yo?, solo soy un mukosei, no sirvo para mucho - beso sus mejillas, bebiendo de esas lágrimas que probablemente habían alimentado a sus girasoles.
—Eres mucho - lo vio abrir sus ojos lleno de sorpresa - eres ese girasol que ilumina mis días, las rosas que aromatizan mi oficina, eres la peonía hace latir mi corazón, te juro que hoy estuve a punto de ahogarme en alcohol hasta que vi ese salon, y verte aquí es ese ramo diario que quiero seguir cultivando a mi lado, permiteme enamorarte.
—No es necesario - se asustó de esas palabras, por lo que se alejó un poco - porque desde hace mucho, me enamoré de un héroe callado, amable, con mirada agotada y a veces triste, pero era mi héroe.
Al verlo sonreír no dudó en alzarlo, besarlo con la felicidad que cada día lo llenaba, quería una vida junto a ese girasol. Sentirlo, abrazarlo lo hizo llenarse de esperanza y gozo.
—Se tardaron bastante - escucharon la voz de Uraraka san y la voltearon a ver - les deseo mucha felicidad.
—Gracias, te daré un mes de descanso - le dijo, mientras ella se alejaba - ella fue la que nos permitió seguir nuestros intercambios secretos.
—Lo sé - esas manos acariciaron su rostro, estaban ásperas pero le gusto la sensación - ¿mañana podríamos ir a una cita?, claro si no estás ocupado.
—A donde quieras ir, iré - lo bajó de sus brazos - pero deberás seguir llevándome flores.
Él afirmó, perderse en esos ojos nuevamente sería maravilloso porque había encontrado esa flor que lo mantenía cada día con una sonrisa. Amaría cada flor y buscaría otras maneras de seguir intercambiando su felicidad con Midoriya Izuku, su pequeño héroe.
La peonía se asocia al amor, a la felicidad y la belleza
Espero les gustara, si es así háganmelo saber.
Sin más, Ame las ama.
