Ya casi terminamos, espero que les gustaran; recuerden que los personajes no son míos.

A mi beta gracias por toda tu ayuda y dedicación.


"The only thing necessary for the triumph of evil is for good men to do nothing." - Edmund Burke

A la edad de 15 años ese viejo trajo a un pequeño, nadie supo de dónde venía, lo que si se entendía era que su postura, su forma de expresarse, era de la realeza. El niño al estar frente a todos, simplemente colocó sus manos en el suelo y se inclinó.

—Estoy bajo su cuidado - la voz era suave, delicada, él era hermoso.

Tenía el cabello verde igual que sus ojos, pero esas gemas brillaban radiantemente, sus mejillas tenían una constelación de estrellas, lo cual hacía que su mirada no paraba de detallarlo. Llevaba un kimono azul claro, que hacía que toda su complexión se viera perfecta, para estar secuestrado él no se notaba nervioso, lo que le hacía entender que le habían enseñado desde muy pequeño, lo que podría llegar a pasarle.

—Deja de babear - le susurró su hermana mientras se reía.

—No lo hago - le contesto pero si le llamaba la atención - ¿de dónde crees que lo robo?

—Escuché que había nacido en las tierras orientales, un príncipe prodigio - Natsuo hablaba, mientras Touya afirmaba - se dice que desde que puede hacerlo, se ha dedicado a ayudar en las finanzas de su país.

—Todo un prodigio y nadie sabe porque nuestro viejo de mierda lo trajo - Touya se veía molesto, más de la cuenta.

Y así fue, nadie sabía porque el joven príncipe estaba ahí, pero su ser le pedía estar pendiente, ver que se propone su padre. Lo que no se esperaba era verlo, tomar ropas de sirvientes y salir a las calles, su sonrisa tranquilizaba a toda persona que se cruzaba con él.

Se acostumbró a seguirlo, se convirtió en ese guardaespaldas que lo protegía de cualquier daño que pudiera llegar a presenciar. Agradece ese entrenamiento que su hermano mayor le dio, de seguimiento y sigilo porque así pudo seguir cada paso del príncipe. Los años fueron pasando, él seguía sintiéndose cada vez más atraído.

—¿Qué hace tu príncipe? - le preguntó Natsuo mientras almorzaban - te acostumbraste a ser su sombra.

—Es un maestro en todo lo que se propone - respondió, estaba orgulloso de un joven que no sabía de su existencia - los comercios han mejorado, también soluciono el problema de entrada de productos por medio de nuestra flota marítima.

—¿Lo han visto relacionarse con las personas del servicio? - hablo Fuyumi con una amplia sonrisa - es tan lindo, que me he unido a esas tardes de té.

Escupió el té, ¿Por qué su hermana si podía estar con Izuku?, tenía unos celos horribles, pero él se prometió protegerlo y eso haría.


No iba a negar que ser sacado de su hogar había sido aterrador, pero rápidamente encontró la forma de sobreponerse, no sabía porque había pasado eso, pero sería positivo ante ese nuevo reto.

Estaba feliz saliendo cada día y ver la situación de las personas, muchas estaban viviendo en la miseria, así que pasar todos esos años ayudando fue gratificante.

—Dime Izuku que hacías en tu país? - hablar con Fuyumi san era agradable - aún sigo sin saber porque mi padre te trajo pero saber más de ti.

—Solo ayudaba a mi tío, era como su mano derecha - amaba esas galletas que las señoras le daban, eran deliciosas - lo acompañaba a ver los puertos, aprendí mucho de él.

—Creía que era tu padre - le dijo mientras le pasaba mas te, él negó .

—Mi tío All Might nos acogió cuando mi padre nos abandonó - ese tema ya no dolía para nada, tampoco el recordar a su familia - él me tomó como su sucesor y todos dicen que soy un genio pero en verdad he estudiado muchísimo.

—Se nota pequeño - una gran mano acaricio su cabeza, era el hermano mayor Touya - nos alegra que estés aquí, lástima que ese viejo de mierda tenga a un príncipe viviendo en una mazmorra.

Le gustaba el ambiente en el que estaba, los hermanos eran increíblemente atentos, pero había uno de ellos que nunca se acercaba, lo podía sentir cerca de él, se sentía algo inquieto porque desde ese día que llegó y lo vio sus ojos no dejaron de buscarlo.

Le gustaba verlo desde su mazmorra, defender a los más frágiles, se enfrentaba con fuerza a su padre y este aunque podía morir de ira no le decía nada, también le gustaba lo inocente que era cuando sus hermanos se burlaban de él.

—Ustedes tienen un hermano menor ¿verdad? - los vio mirarse y afirmar - creo que me odia.

Sus palabras hicieron que el silencio se volviera incómodo, se sentía triste de no poder conocerlo personalmente, pero no podía tener todo en esa vida, solo era un prisionero. Se levantó suavemente del suelo, se inclinó ante ellos, empezó a dirigirse a la cocina era tiempo de hacer sus deberes.

—Príncipe - se detuvo, llevaba mucho tiempo sin escuchar ese honorífico, se giró para ver quien lo trataba aun así, ahí estaba él - yo … no te odio.

—Que bueno saberlo - le sonrió, tomó esas manos que se apretaban con fuerza - ¿Podemos llevarnos bien?

—Será todo un placer - verlo de cerca hacía que ese sentimiento creciera - soy Shouto, su majestad.

—Soy Izuku y ese honorífico ya no lo tengo.

Desde ese día empezaron a conocerse más, era agradable pasar tiempo con Shouto kun, el único problema era que no podía convencerlo de dejar de llamarlo príncipe o majestad.

Pero los problemas iniciaron cuando Enji san se percató de esa cercanía.


Si ser la sombra de Izuku lo llenaba de felicidad, poder andar a su lado era una experiencia única, su corazón parecía no querer darle una tregua para dejar de latir con desesperación, su mente le gritaba todo el tiempo que lo tomara como suyo.

—¿Qué hacías con ese? - la voz de su viejo lo sacó de su novena nube - te prohibo que te acerques más.

—No, no recibo órdenes de un secuestrador - le contestó viendo como la ira aumentaba - yo veré con quien me junto y con quien no.

—Entonces disfrútalo mientras puedas.

Lo vio alejarse, esas palabras empezaron a preocuparle, pero pensó que sería una amenaza sin sentido, hasta que esa noche fue en busca de su príncipe, lo vio tendido en el suelo, había sido azotado con fuerza, su espalda estaba sangrando.

—¡Majestad! - gritó corrió hacia él, lo vio ardiendo en fiebre, eso era obra de ese bastardo - te llevaré con Hagakure, ella es una excelente curandera.

Lo escuchaba quejarse, sus hermanos empezaron a seguirlo, con cada paso que daba sus miedos incrementaron, él juró protegerlo pero había fallado.

—¿Ven eso? - dijo Natsuo, así que se puso alerta a su alrededor, las personas que los veían pasar dejaban de murmurar - seguro tiene que ver con el viejo.

—Yo averiguaré, haz que Izuku se ponga bien - pidió su hermana, siguió su camino.

Siempre había considerado ese recorrido fácil pero ahora parecía eterno, al divisar la casa de la joven, empujó la puerta dejándola completamente sorprendida.

—El príncipe necesita ayuda - fue lo único que pudo decir.

—Ven ponlo aquí - la mirada que le daba a las heridas, mostraba la preocupación - esto es grave Shouto, las heridas son profundas, ¿fue él?

—Eso creo - si algo le pasaba a Izuku, tomaría la cabeza de su viejo.

La espera fue tortuosa, porque solo podía escuchar los quejidos de dolor de su príncipe, debió estar más tiempo a su lado advertirle que podría ser maltratado por su viejo, debió hacer tantas cosas pero que ahora ya era tarde.

—Terminé- levantó su rostro, seguramente estaba haciendo una expresión extraña porque ella se sorprendió - escucha, hay ciertos rumores que debes saber.

—Habla.

—Se dice que desde hace un par de meses Enji se ha vuelto más cruel - ella se veía extremadamente nerviosa - personas que fueron ayudadas por Izuku han sido arrestadas también torturadas o simplemente no aparecen.

Sabía que su viejo estaba loco pero esto ya rayaba en lo monstruoso, debía existir un motivo que desatara esa desesperación y agresividad, ¿Pero qué podía ser?.

—Hermanito - entraron sus hermanos, ellos estaban igual de pálidos - tenemos graves problemas.

—Si nuestro viejo.

—No solo eso - Touya estaba cerrando la puerta, ventanas y cortinas - nuestro viejo secuestro a Izuku porque sabía que sería el sucesor de All Might, quiere ver caer el reino de oriente.

—El problema es que ese reino sigue fuerte y la armada viene para acá en su busca - continuó Natsuo, todo estaba empeorando - se dice que le tomó todo este tiempo venir en su rescate porque, ellos no tenían una fuerza militar.

—Muchos morirán - dijo, su viejo sí que la había cagado.

—Shou - su hermana estaba llorando, eso era más preocupante - él quiere matar a Izuku para dar un castigo ejemplar a los ciudadanos.

Un castigo ejemplar en su reino era ser torturado y posteriormente asesinado en la plaza central, cosa que odiaba con el alma, y ahora más si se trataba de su príncipe.

—No pienso dejar que le ponga un solo dedo encima - estaba decidido, debía sacarlo de ahí antes que fuera tarde - lo haré con o sin su ayuda.

Los vio sonreír a todos, así que sintió algo de tranquilidad, lo que quedaba ahora era un muy buen plan.


Su cuerpo dolía demasiado, quería gritar pero ya no le quedaban fuerzas para eso, sabía que no era bienvenido por Enji san pero jamás espero que después de tantos años de estar secuestrado, sería casi asesinado a latigazos.

—Eres una bestia guiando un puto barco - escuchó la voz de Touya, se obligó a abrir los ojos - ¿Quién mierda te enseñó?

—Ahí está el problema hermano, nadie me enseñó - pasaba sus ojos entre los cuatro hermanos, él estaba en los brazos de Shouto - si crees saber tanto, hazlo tú.

—Ya callense y hagan que este barco llegue por lo menos fuera de nuestras tierras - se veía la urgencia en cada palabra que salía - son los mayores, compórtense como tal.

—Pues claro como tienes a tu amor en brazos que te importa - se permitió sonreír, ellos siempre se trataban de esa manera pero se querían en el fondo - ahora, ¿estás segura Fuyu que esta es la dirección correcta?

—Si, deberíamos llegar en una hora aproximadamente - ¿de qué hablaban?, no se sentía muy bien.

Sujetó con fuerza la ropa de Shouto san, este lo miró con ternura, creía que estaba muerto porque juraba que esa era la mirada que él le daba, cuánto le gustaba ese joven debía decírselo antes de verlo desaparecer.

—Shouto kun - lo vio ladear la cabeza, así que continuó - me gustas mucho, gracias por protegerme hasta ahora.

Sintió como era abrazado con más fuerza, escuchaba los latidos del corazón de su perfecto guardaespaldas, veía como de esos hermosos ojos heterocromáticos salían lágrimas, cosa que lo rompió por dentro, ¿Tanto lo odiaba?.

—Mi príncipe - su voz se hizo fuerte cuando acercó sus labios a su oído - no te imaginas cuanto te amo …

Sonrió, ahora, si debía morir lo haría extremadamente feliz. No supo en qué momento volvió a quedarse dormido pero en cuanto sus sentidos volvieron a activarse, un aroma familiar inundó sus fosas.

—Izuku, mi pequeño, abre tus ojitos.

—Mamá - dijo y abrió sus ojos, viéndola ahí, ella estaba llorando desesperadamente - ¿Cómo es posible?

—Estos valientes jóvenes te trajeron con nosotros.

Ahí vio a su tío tratando de no llorar, pero sabía que solo era apariencia, a su lado su pareja Aizawa sensei, su preciado tutor, todos le estaban sonriendo.

—Jóvenes, el hecho de traer a nuestro mayor tesoro, hace que esté en deuda con ustedes - dijo su tío mientras que su madre trataba de nuevo sus heridas - ¿Qué desean?

—Saque a nuestro padre del poder - pidió Shouto sin dudarlo - cualquiera de mis hermanos mayores está en capacidad de mejorar nuestras tierras.

—Si es lo que deseas, lo haremos - contestó Aizawa sin dudarlo - pero y ¿tú?

—Seguro mi hermanito quiere casarse con su sobrino - afirmó Touya san, ganándose un golpe en su pecho - pero no es mentira, no me golpees.

—Seré el … - estaba sonrojado, así que se permitió hablar.

—Él será mi protector pero que lleve un anillo en su dedo, igual que el mío - su tío empezó a reír con fuerza.

—Será el esposo de nuestro pequeño, ¿Qué piensas Inko? - se giró a ver su madre, ella les sonreía tiernamente.

—Si van a ser felices no tengo problema.

En ese mismo momento, su tío aprobó su relación, si ese dolor era el símbolo de todo lo que vivieron lo abrazaría con gusto.

Su familia cumplió con el pedido hecho, Enji san fue capturado y sentenciado por su secuestro, también se le atribuyeron más cargos como abuso de poder, tortura, entre otros. Quien tomó el mando fue Fuyumi san, una mujer sensata que amaba a todos los ciudadanos por lo que fue la mejor decisión, Natsuo san aceptó ayudarla.

Touya san, empezó a conquistar al general principal Keigo, cosa que era graciosa de ver ya que parecía un koala para estar cerca de él.

Por su parte, cuando ya estaba completamente recuperado se permitió salir nuevamente con esos hermosos kimonos que su madre le confeccionaba, su Shouto estaba igual de guapo, cada día lo amaba más.

—No te vas a arrepentir ¿verdad? - le preguntó, se veía bastante preocupado.

—Shou chan - se giró, lo tomó de sus mejillas y lo beso - fui el que lo propuso porque no quiero que nadie más te tenga, soy un príncipe egoísta con su amor y protector, ¿te molesta?

—Sí mi príncipe lo quiere así, que así sea - lo vio sonreír.

El beso fue suave lleno de sentimientos hermosos, que lo llenaba de tranquilidad, su vida había sido tomada por un ser cruel pero que tenía un hijo que la llenaría de felicidad para toda la eternidad, porque así ellos murieran, él buscaría a su protector y lo haría suyo.


Nos vemos mañana con el último día y es el cumpleaños de nuestro conejito Izuku!

Espero que este también fuera de su gusto.

Sin más, Ame las ama.