Descargo de responsabilidad.
Stargate no me pertenece, ni ninguna de las imágenes mostradas. Este fic fue creado por mí con el propósito de entretener.
Stargate 3
Había pasado un mes desde que Korr llegó a la galaxia Pegasus y casi dos meses desde que había arribado a ese mundo. En ese corto periodo de tiempo, Korr había adquirido toda la tecnología Alteran y Wraith, incluyendo aquellas tecnologías que estaban OP como las sondas, los ZPM, el as desmaterializador de los Wraith y su capacidad de almacenamiento de materia como energía.
Con todas estas tecnologías, en un mes había creado una nueva versión de nanitos, utilizando carbono como base en lugar de neutronio. Para algunos, esto podría considerarse una seria desmejora, pero no para él, ya que estos bio-nanitos tenían un propósito diferente al de los replicadores comunes.
Los bio-nanitos se basaban en las células Wraith, las cuales fueron la base de un retrovirus desarrollado por el doctor Benett para crear un peligroso virus que no solo podía alterar la genética de una persona, incluyendo a los Wraith, sino también provocar cambios en su estructura física a una velocidad relámpago.
Era la versión biológica de un replicador, asimilando todo lo que se le pusiera delante sin importar sus defensas genéticas y cambiándolo en pocos días. Y eso, teniendo en cuenta que había sido creado por un humano cuyos conocimientos en biología y genética estaban miles de años por detrás de otras especies.
Pensando en esto, Korr inició su proyecto de bio-nanitos con un objetivo aún más ambicioso, ya que pretendía que las células Wraith se adaptaran a sus propios propósitos y respondieran a sus órdenes, como lo hacían los nanitos, funcionando en conjunto como una red neural. Su obstáculo en esto era que, para controlarlos, necesitaba un sistema de mando analógico, ya que la bio-tecnología no se llevaba bien con los sistemas digitales.
Su propio cerebro serviría de maravilla para esto, pero ese era el problema: su cerebro no tenía la capacidad para tal empresa, ya que planeaba crear toneladas de bio-nanitos. No había manera de que su cerebro pudiera con eso, ni siquiera si tomaba un cuerpo Alteran o Wraith.
Otro problema era la red de control. Los nanitos ya eran un problema, porque su red de control podía ser infiltrada. Aunque aún no había forma de cambiar su orden suprema de obedecerle, su sistema de adaptación al medio, lo que los hacía el arma tecnológica más peligrosa, también era su punto débil, y alguien que supiera modificarlos podía meterlo en serios aprietos. Si usaba la misma red de control para los bio-nanitos, él tendría el doble de problemas.
El primer problema que Korr resolvió fue deshacerse de su propio cerebro y crearse uno nuevo hecho de los propios bio-nanitos. En cuanto al problema de la red, no pudo hacer nada, pero implementó dos medidas de seguridad: primero, pasaría el control de los nanitos y bio-nanitos a una red psíquica, lo que disminuiría la posibilidad de interferencia, ya que había pocas especies psíquicas, y para el segundo problema, ya que su cerebro era parte de los bio-nanitos, decidió que todo él podría ser bio-nanitos sin ningún problema.
Así Korr pasó de ser un simbionte con forma de larva a un simbionte que era una masa de bio-nanitos. Los cuerpos seguirían siendo solo marionetas para él, por lo que solo fue un cambio de forma. Su nuevo cuerpo también le daba muchas ventajas, como una relativa inmortalidad, ya que su nuevo cuerpo sería del mismo tamaño que sus bio-nanitos. Su alcance psíquico podría cubrir toda una galaxia con unos pocos satélites, lo que lo dejaba en un estado de semidivinidad, ya que podrían destruir todo su anfitrión actual y eso solo representaría la pérdida de una pequeña porción de su cerebro de miles de toneladas de bio-nanitos.
Korr no era inmortal, ya que a él mismo se le ocurrían varias formas de matar a alguien como él, pero en comparación con las demás especies naturales, él estaba en nivel 999 y ellas en nivel 1. Había logrado hackear el juego de la vida con éxito, y no había tenido que ascender para ello, por lo que podía seguir robando y pronto construiría su propio imperio.
Con este objetivo, Korr planeaba conquistar una parte de la galaxia. Korr no era una persona ambiciosa, él era humilde y no se quedaría con todo, una tercera parte de la galaxia, unos tres mil millones de planetas, le parecían un territorio aceptable para su imperio. Por supuesto, robar era lo primero, a él no le gustaba jugar sin tener todas las cartas en sus manos y mirar a todos sus enemigos desde arriba, como el dios que era…
Korr sacudió la cabeza. Algunas cosas del Goa'uld no lo habían abandonado. Bueno, la verdad era que él mismo no quería abandonarlas. Tener un ego enorme era una sensación embriagadora a la que se había acostumbrado.
A pesar de crear los bio-nanitos, Korr no se deshizo de los nanitos. Los bio-nanitos no podían usarse para minar recursos o atacar como los replicadores comunes. Tenían mejores usos en la ingeniería genética y el desarrollo de biotecnologías. Tampoco tenían la capacidad de almacenar datos y procesarlos de forma digital. Los bio-nanitos tenían una estructura más similar a una célula, y esto significaba que no serían afectados por tecnologías como el dispositivo de ondas que afectaba a sus pares metálicos.
Korr había empleado los bio-nanitos para realizar y acelerar las modificaciones que le había hecho a la nave colmena capturada. La nave colmena, al usar los ZPM, se convertiría en un arma invencible por sí sola, pero Korr no estaba satisfecho con eso y había agregado tecnología de hiperpropulsión Alteran, así como escudos. También había cambiado el diseño de la colmena, que no le gustaba, sustituyéndolo por uno Goa'uld.
La nueva bio-nave constaba de un armazón negro y pulido con una pirámide Goa'uld en el centro. El armazón, que rodeaba la pirámide, tenía forma de insecto con patas y tres cabezas en posición triangular, que imitaba a un replicador de tres cabezas con las patas extendidas.
En cada cabeza, Korr había montado diez cañones de partículas con el mismo diseño del cañón de partículas que protegía Atlantis y que destruyó una nave colmena Wraith de un solo disparo. Estos cañones, construidos en los astilleros Asurans, habían sido instalados en la bio-nave Leviatán, que multiplicaba su eficiencia energética por diez. También eran móviles y podían apuntar en un ángulo de 45° a cada lado, sumando 90°, lo que sumado a los otros cañones hacía que Leviatán tuviera un radio de disparo de 360° con estos cañones de partículas.
Por supuesto, incluso con un ZPM, sufriría con tal desproporción de consumo energético y Korr solo había rescatado veinte de ellos de los Asurans. Estas baterías no eran fáciles de construir, requerían la creación de una dimensión artificial estable que tardaba años en construirse, por lo que no dudó en montar sus cañones de partículas.
Otro añadido a la Leviatán estaba en las pinzas delanteras que llevaban antenas para mejorar el sistema de sensores. Tal enfoque en estos sistemas haría que la bio-nave fuera capaz de explorar todo un planeta con solo emitir algunas ondas de energía. Para todos estos agregados, la nueva bio-nave de estilo goa'uld ocupaba cinco kilómetros de largo y casi lo mismo de ancho debido a la extensión de los brazos y el agregado de las tres cabezas.
Para todos estos cambios, Korr había usado tres ZPM y los nuevos nanitos que realizaron las operaciones quirúrgicas de remodelado a una velocidad de vértigo. En la historia original, la nave colmena que obtuvo tres ZPM hizo un desmadre en un par de días, pero él estaba creando una nave nueva a partir del armazón de una nave colmena.
Eso le llevó más tiempo, a pesar de tener infinidad de recursos y los bio-nanitos que multiplicaban la velocidad de desarrollo y crecimiento de la nave en varios pliegues. Y decía desarrollo y crecimiento porque las bio-naves no se fabricaban, sino que eran seres vivos que crecían y se desarrollaban, formando su propio cerebro e incluso tenían habilidades telepáticas.
La bio-nave, a pesar de su estilo de diseño goa'uld, tenía algunas diferencias, como las antenas de sensores, y la pirámide también había cambiado a una estructura cerrada sin ser hueca por dentro porque Korr había agregado un astillero para bio-naves, una fábrica de sondas, varios laboratorios, varias bodegas de carga, entre las que estaba una bodega de carga inmensa donde estaban los Wraith capturados en hibernación forzada.
En cuanto al diseño de nuevas tecnologías mezclando las que ya tenía, estaban los bio-nanitos y una mejora en seguridad, que era una bio-esfera de 1,5 m de diámetro con un dispositivo de gravedad integrado, un sistema de camuflaje, algunas armas ligeras, un generador de escudos, sensores avanzados y una unidad de almacenamiento de materia mejorada.
Su fuente de energía era subespacial y se basaba en el naquadriah, pero las tres que Korr ya usaba como guardaespaldas usaban cada una un ZPM y serían capaces de generar un escudo tan resistente como el de Atlantis, aunque no llegaría a cubrir más de diez metros de diámetro. Sobraba decir que toda esta nueva biotecnología funcionaba con órdenes telepáticas.
Otra de las nuevas tecnologías fue el desarrollo de replicadores humanos mejorados con un cerebro de bio-nanitos. Estos bio-nanitos estaban unidos a la mente y conciencia de Korr. Por tanto, se podía decir que los nuevos replicadores eran una extensión de su mente, es decir, eran divisiones de él mismo y funcionaban como una mente colmena con él, aunque conservaban su propia independencia y privacidad, siendo la mente colmena un espacio aparte al que tanto él como ellos solo accedían por voluntad propia. El cuerpo de los replicadores mejorados era el mismo de antes, pero con una red de bio-nanitos incorporados que funcionaba como un sistema nervioso, brindándoles toda una gama de sentidos como a los demás seres vivos.
Korr creó siete de estos replicadores, que si se era estricto, eran copias suyas, y los llamó 00, 01, 02, 03, 04, 05 y 06.
Además de la creación de lo que serían sus manos en el futuro, Korr no se olvidó de sí mismo y de su investigación sobre un portador digno de su majestuosa existencia. Su nuevo anfitrión, un híbrido entre Wraith, Alteran y humano, con menos rasgos de pescado fuera del agua y más rasgos Alteran, ya estaba listo.
Este cuerpo, además de las capacidades curativas Wraith, su telepatía, y las mejoras antiguas que había copiado de su actual anfitrión Alteran, para darle habilidades de telequinesis y demás habilidades de un semi ascendido, también contaba con una red de apoyo de bio-nanitos, que aumentaban sus capacidades curativas y físicas hasta diez veces su potencia normal durante breves periodos de tiempo, debido al consumo de energía y recursos. Aunque en casos de necesidad, las bio-esferas guardianas que había creado podían conectarse a él y darle los recursos necesarios para mantener este estado potenciado casi de forma ilimitada. Por supuesto, con tres súper armas a sus espaldas, tal cosa no sería necesaria.
…
Después de terminar de comprobar los sistemas de su bio-nave desde el puente, que tenía un diseño Asgard en cuanto al espacio libre y un diseño Goa'uld en cuanto a la decoración y el trono, Korr usó un rayo transportador para llevarse a sí mismo a su laboratorio privado. Su bio-nave tenía un diseño interior similar al de los Goa'uld. Korr entendía que la bio-nave era superior tanto en ataque como en defensa a las naves de metal rígido, pero los diseños Wraith eran una aberración, y sus pasillos parecían estar hechos de carne putrefacta y gris.
Por eso, él había diseñado una nueva decoración interna para la nave, así como una bonita armadura de aleación de tridium y naquadah para el exterior. Era ridículo que la tecnología Wraith tuviera una debilidad tan tonta como que el hiperespacio les afectara. Ellos tenían que sufrir esta debilidad porque sus fuentes de energía eran basura, pero con tres ZPM a su disposición, su bio-nave podía llevar cientos de veces más de armadura interna y externa y no verse afectada en lo absoluto.
Al llegar a su laboratorio, Korr se dirigió al centro, donde había dos cápsulas: una con el cuerpo que había creado para él y otra vacía. Se metió en esta última con el cuerpo de su actual anfitriona, la mujer Alteran de la Tierra. Ya había programado todas las instrucciones necesarias para el cambio de cuerpo.
La razón por la que no salía de su actual anfitriona e iba directamente al cuerpo que había creado para él era que este cuerpo tenia un diseño totalmente nuevo, y su nuevo cuerpo de bio-nanitos debía tener tiempo para ajustarse a él, lo que sería una buena oportunidad de hacer pruebas sobre el tiempo que le tomaba adaptarse a un cuerpo como este, que era incluso superior a un Wraith. Korr tampoco se había olvidado de curar su locura Wraith, borrando toda su encantadora memoria, y sacando todo el naquadah de su sistema, al abandonar su cuerpo simbionte.
Al acostarse en la cápsula vacía, Korr perdió el conocimiento, teniendo un sueño sin sueños hasta que abrió los ojos un par de horas después, saliendo de la cápsula y usando sus habilidades telequinéticas para acercar un espejo preparado para la ocasión.
Su nuevo cuerpo era un hombre en sus treinta, de cuerpo atlético, rostro en forma de triángulo invertido, piel lisa y de un pálido lechoso, sin barba ni bigote, cabello corto de color blanco grisáceo, 1,95 m de altura y ojos blancos que le hicieron fruncir el ceño. Sus ojos habían sido azules antes, pero ahora parecía un Prior. Eso no le gustaba demasiado, y podía sentir que la potencia de sus habilidades sobrehumanas se había multiplicado por cien y tenía la extraña sensación de poder alcanzar algo más grande que sí mismo si se lo proponía.
Era una sensación lejana, pero allí estaba, y él se preguntaba si había exagerado en sus mejoras y la ascensión lo estaba llamando. Esas eran noticias desagradables porque para él sería una tragedia convertirse en un ascendido, ya que era un tipo materialista y se sentiría ahogado con las reglas y restricciones que tenían los ascendidos.
Si Korr ascendiera, podría olvidarse de toda esa vida de vagancia y diversión por la que había luchado tanto desde que llegó allí, porque los ascendidos no permitían interferir con el plano material. Eso era una mierda, y Korr no ascendería ni que le pagaran. No tenía idea de cómo era el proceso de ascensión, pero luego buscaría información sobre el tema. Las bases de datos de los Alteran contenían información, pero eran puras tonterías, ya que ellos apenas habían podido ascender.
En opinión de Korr, ascender era un destino horrible. Los ascendidos estaban allí para proteger su trasero simbionte de otros ascendidos sin escrúpulos. Él los consideraba parte de su guardia personal y les daba las gracias por ello, pero no quería unirse a ellos porque, en su opinión, eran una existencia vacía.
Korr se asustó un poco y decidió no volver a meditar en su vida. Cualquiera que se acercara a él con ideologías raras que se parecieran a las de los ascendidos en la historia original debía desaparecer de la existencia.
Korr asintió para sí mismo con satisfacción y miró a la mujer Alteran en la cápsula médica. Ella había sido inducida a un estado suspendido. Korr también había retirado todos los conocimientos de tecnología Alteran y Wraith de su cerebro y borrado su memoria de los últimos meses, solo por si acaso tenía algún recuerdo de su invasión en su cuerpo y de cómo fue usada por él.
Korr optó por poner a dormir a la mujer Alteran ya que matarla no era una opción para él. A pesar de que su colaboración había sido forzada, seguía siendo una ayuda valiosa e inestimable. Korr planeaba recuperar a los suyos y devolverles su ciudad, así como liberar la galaxia de los Wraith. Además, los Alteran tendrían más opciones que la última vez si quisieran regresar a la Vía Láctea, ya que allí había civilizaciones humanas avanzadas en tecnología y sociedad, siempre y cuando no se encontraran con una población como los genocidas Aschen.
Korr pensaba que los Alteran solo podían vivir en soledad ya que los humanos eran demasiado para ellos. La diferencia en astucia, e instintos de supervivencia era demasiado grande, por lo que cualquier Alteran abraza-árboles, se vería superado y probablemente entraría en depresión.
Korr llevó a la mujer Alteran a una bodega de carga modificada para albergar cápsulas de estasis, donde se encontraban los Wraith capturados por él, para hacerles compañía hasta que resolviera su situación, al igual que la de los Alteran. Korr no necesitaba su ayuda o cooperación para lograr sus objetivos, y cualquier intervención de un posible aliado solo sería un problema artificial. Tenía cientos de miles de replicadores para los trabajos físicos y había creado bio-nanitos para las modificaciones en su nave insignia, además de replicadores mejorados que le ayudarían en la investigación, desarrollo y ejecución de sus planes.
Luego, Korr fue llevado por un as de transporte al portal estelar, que activó con un pensamiento para volver a la ciudad de los Asura. Allí, los Jaffa preocupados respiraron aliviados al ver brillar los ojos de su nuevo cuerpo. Este era un cuerpo en blanco, sin conciencia o mente, y estaba lleno de bio-nanitos que evitaban que desarrollara algo parecido a la locura Goa'uld.
—Preparen sus cosas, volvemos a casa —dijo Korr en tono informal, ya que no le importaba aparentar nada y no temía una rebelión Jaffa.
Los Jaffa parecieron sorprendidos por su forma de hablar, pero asintieron a su comentario sin sentido, y uno de ellos incluso se atrevió a sonreír.
Mientras los Jaffa, que no habían traído nada consigo y dependían de los replicadores para obtener comida, se preparaban para avanzar, las alarmas de la ciudad Asura comenzaron a sonar. Korr se apresuró a anularlas. Una bio-nave con tecnología de hiperpropulsión Alteran y tres ZPM impulsándola era demasiado veloz, y no le había dado tiempo de actualizar la seguridad.
La bio-nave liberó miles de bio-esferas sobre la ciudad mientras descendía y creaba una tormenta en la atmósfera del planeta. Tanto la bio-nave como las bio-esferas lanzaron rayos desmaterializadores sobre la ciudad, empezando a almacenar sus materias primas. Otras bio-esferas fueron a los almacenes y guardaron los recursos.
Los Jaffa, que estaban dentro de la torre principal de la ciudad, no vieron lo que estaba sucediendo. Korr abrió un portal hacia la Atlántida para ellos.
—Aún hay algo que debo hacer. Estaré allí en unos minutos —explicó Korr, y los Jaffa avanzaron.
Cuando se fueron, Korr cerró la conexión y llamó a otro planeta, que le recibió con la vista de unas ruinas.
Korr no perdió el tiempo y activó los sensores de las esferas para mapear el lugar y llegar hasta el punto que le interesaba, enviando una esfera por delante y transportándose una vez que llegó allí. El as de transporte Asgard era más eficiente, pero él aún no tenía esa tecnología y debía arreglárselas con una mezcla entre el as transportador Wraith y la tecnología de transporte Alteran.
Al llegar al lugar después de un fogonazo de luz, Korr vio la fuente de energía más OP de la historia de Stargate. Era el proyecto Arturo, descartado por los Alteran porque había matado a toda una civilización al salirse de control. Luego fue descubierto por la expedición Atlantis, y el Dr. McKay, uno de sus miembros, causó un desastre al trastear con él.
Más tarde, el Dr. McKay retomó el proyecto y descubrió la forma de evitar que un sistema estelar explotara, mandando las partículas exóticas producidas por la fuente de energía a una dimensión paralela. Pero como era de esperar, esta dimensión estaba habitada y su experimento fue otro fracaso, a pesar de su éxito en cuanto a su teoría.
En su antigua vida, cuando vio el episodio y escuchó el plan, Korr ya sabía que sería un fracaso. Era como ir a votar basura en el solar de otra persona; era evidente que alguien vendría a quejarse por eso, por lo que tal solución fue un fracaso desde el principio. La solución que se le había ocurrido a Korr para controlar las partículas exóticas era crear una dimensión artificial, como se hacía con los ZPM, para extraer energía, solo que esta sería para almacenar partículas exóticas hasta que alcanzara su límite, momento en el que se debía cambiarla.
Esto convertiría al proyecto Arturo en una fuente de energía igual de desechable que los ZPM. Aunque la cantidad de energía que aportaba cada una de las fuentes era diferente, el proyecto Arturo ganaba por un amplio margen. Según lo que Korr estaba leyendo al activar la computadora Alteran que tenía los datos del proyecto, el proyecto Arturo era comparable a veinte ZPM funcionando en línea, lo que estaba por encima de la capacidad de manejo de energía de la tecnología actual. Era evidente cuál usaría él.
Después de obtener toda la información requerida, las esferas lanzaron un haz de energía y almacenaron la fuente de energía prototipo. Esta ya no era necesaria porque él ya tenía todos los datos sobre su creación. Aun así, él no dejaría nada sobre este proyecto al azar. Korr envió la información de la fuente de energía a los replicadores en la bio-nave y ordenó su construcción. Cualquier accidente estaría a años luz de él. Sería una tragedia para los Wraith y la Alteran, pero este experimento tenía más del noventa y ocho por ciento de probabilidades de éxito, y en teoría estarían bien.
Korr volvió a transportarse al portal y marcó a Atlantis. Al llegar, liberó de una vez a algunos replicadores de las esferas para que limpiaran la ciudad de artefactos peligrosos, como el dispositivo Alteran que alteraba el hiperespacio o la nave del tiempo. También dejó instrucciones para borrar todos los registros sobre estos proyectos y limpiar los laboratorios de cualquier tecnología replicadora. Él dejó instrucciones a la bio-nave para que buscara a los Alteran que estaban en cápsulas de estasis y que flotaban en alguna parte del espacio.
Al terminar de dar sus órdenes, Korr debió esperar un par de horas a que fuera el momento de que los Jaffa que había dejado vigilando la Tierra activaran el portal y el DHD de su lado. Mientras esperaba, Korr no estaba ocioso y se ocupó en diseñar un estilo de ropa para él y una armadura y nuevas armas para los Jaffa que serían el ejército de su futuro imperio, aunque sus planes no consistían en hacerse con el control de toda la galaxia de la Vía Láctea, él era una persona que se conformaba con poco, una tercera parte le bastaba.
…
Después de dos horas, Korr lucía un nuevo look. Portaba una falda de diseño egipcio combinado con un toque griego, dos brazaletes que eran replicadores y se veían como escorpiones metálicos con colas de látigos y lo que parecía una joya roja sobre su espalda. Sus patas eran las abrazaderas y la cola se envolvía por sus brazos y antebrazos.
La joya era la cubierta de un generador de escudo personal que funcionaba de forma automática y que tenía capacidad para la invisibilidad, un escáner simple y un sistema computarizado con sensores simples para su entorno. El par de grebas y la corona que llevaba sobre su cabeza también eran de diseño similar, imitando un escorpión dorado con una joya en la parte superior.
Su pecho estaba cubierto por un protector de forma semicircular adornado con lo que parecían cintas de joyas en relieve, con otra joya escarlata incrustada en su centro. Eso hacía seis escudos personales distintos y seis artefactos que cumplían la misma función, además de su cuerpo híbrido casi inmortal, reforzado con bio-nanitos, y las tres esferas guardianas, que de momento eran alimentadas por tres ZPM y que almacenaban materiales para cualquier eventualidad, y decenas de miles de replicadores cuya orden suprema era obedecer todas sus órdenes y para los cuales había creado una red telepática encriptada.
La gente podía decir que era paranoico, pero Korr no iba a arriesgar su propia seguridad. Su plan de robo de tecnologías tampoco estaba completo, todavía tenía cosas que debía robar, pero no eran tan urgentes, y al llegar la hora programada, marcó a la Tierra.
Cuando el portal se conectó, Korr envió una de sus esferas guardianas para comprobar si había conectado con su nave en lugar del Comando SGC, y al confirmarlo, ordenó a los jaffas que cruzaran el portal con él detrás.
Del otro lado del portal, una pequeña comitiva de bienvenida los esperaba, incluyendo a su primado, quien había perdido un brazo.
—Habla —ordenó Korr mientras el primado se arrodillaba junto a otros cien jaffas en el lugar.
—El dios Mot ha nombrado a otro dios sobre nuestro territorio y dice que ahora servimos al señor del sistema Olokun. Han dicho que mi dios está muerto y que debía servir al nuevo dios. Como me negué a servirle, me enviaron a ser torturado, pero estos jaffas me ayudaron a escapar, y desde entonces, hemos estado esperando el regreso de nuestro dios —explicó el primado, agachando la cabeza para indicar que había sido débil y estaba dispuesto a aceptar su castigo por no haber podido cumplir su última orden de proteger su planeta.
Los Goa'uld eran crueles e inflexibles con los jaffas. Si los enviaban a una batalla y la perdían, los jaffas involucrados debían morir en ese lugar o regresar como cobardes y morir en manos de su dios.
En cuanto a la estrategia y los recursos, era una mierda, pero a los Goa'uld no les importaba. Tenían jaffas para lanzar para arriba, y sus muertes les daban igual. A Korr le daban asco todos estos desperdicios, todos esos actos de locura y falta de principios. Él podía aceptar el odio o el amor, pero la indiferencia era como estar muerto.
Por otro lado, que lo despidieran de su trabajo por desaparecer por dos meses y que además le declararan muerto, era algo escandaloso, parecía que no había sindicatos entre los goa'uld. Korr tendría que corregir esta injusticia en su contra luego. De momento, colocó una expresión solemne y miró a su primado.
—Jet, en este momento, me considero a mí mismo como un ser superior. ¿Cómo me ves tú? —preguntó Korr ante todos los jaffas arrodillados. El portal seguía en una de las bodegas del Ha'tak, lo que hacía que el espacio disponible fuera enorme y que los más de cien jaffas y él no ocuparan ni un cuarto de él.
—Mi señor, eres mi dios. Lo has sido desde que Ra me puso a tu servicio —respondió Jet con convicción y fervor.
Los jaffas eran tercos y si se comprometían con un Goa'uld, no les importaba morir por él, porque habían sido adoctrinados desde su nacimiento para adorarlos.
—Jet, ¿eres mi esclavo? —preguntó Korr, y Jet asintió, pero no con el mismo entusiasmo de antes. Los jaffas se consideraban jaffas, no esclavos, pero como Korr había preguntado, él creyó que debía someterse—. Jet, ¿crees que soy un dios todopoderoso? —Jet asintió con seguridad—. Jet, si soy un dios todopoderoso, ¿por qué necesitaría esclavos? —todos los jaffas fruncieron el ceño ante esa pregunta, sin atreverse a levantar sus cabezas. Esta era una conversación que ningún Goa'uld tendría con ellos, y ninguno de ellos se atrevería a proponer.
—Jet, ¡un dios no necesita esclavos! Y yo, Korr, no necesito esclavos. Pero sí necesito sirvientes. Sirvientes que, bajo mi protección y el uso de mi poder, me sirvan en la guerra y la paz. Que velen por la seguridad de mi pueblo. Que defiendan mis territorios y mis leyes.
»Jet, ¿quieres convertirte en mi sirviente? Como tal, tu vida te pertenecerá solo a ti. Como mi sirviente, tu seguridad, cobijo y alimento me corresponden a mí. Como mi sirviente, serás colmado con la bendición del conocimiento y poderosas armas creadas por mí.
»Como mi sirviente, si un día decides dejar de servirme, puedes hacerlo y marcharte de mi territorio en paz, aunque te arrebataré todo aquello que te he dado, incluso tus conocimientos —ofreció Korr. "Jet" finalmente levantó la cabeza y lágrimas brotaron de sus ojos. Emocionado, no podía hablar, pero asintió con determinación.
Korr sonrió y puso la mano sobre su cabeza. Las esferas guardianas, que siempre permanecían ocultas, liberaron biomateria y un conjunto de bio-nanitos reconstruyeron el brazo perdido de Jet. Pero no se detuvieron allí, convirtieron al simbionte que portaba en biomateria, eliminando la bolsa de cría y modificando su físico y ADN para hacerlo un híbrido goa'uld-humano con células Wraith que aumentarían su velocidad de regeneración.
Como la bolsa para simbiontes era de tecnología goa'uld y las mejoras que había hecho Korr eran de biotecnología de punta, estos cambios eran hereditarios. Además, como Jet ya no necesitaba larvas goa'uld para mantener su vida y en combinación con los bio-nanitos y las células Wraith, su vida se prolongaría por mil años. Siempre que Korr lo deseara, podía darle juventud eterna gracias a los bio-nanitos.
Gracias a los bio-nanitos, Kor también tendría sus ojos puestos sobre todos sus jaffas en todo momento, pues se podría decir que era parte de ellos, por lo que cualquier rebelión, acabaría con los infractores siendo exiliados y el se aseguraría de que no se llevaran nada que le perteneciera a él con ellos, ni siquiera sus mejoras genéticas.
Al terminar de hacer sus modificaciones, Korr uso su voz goa'uld para hablar:
—¡Yo te nombro Jet, el primero entre mis jaffas!, y con tus compañeros y este planeta como testigos, declaro el nacimiento de un nuevo pacto entre los jaffas y los goa'ulds —declaró Korr, haciendo que Jet se levantara y mirara a sus compañeros y al planeta Tierra con nuevos ojos.
Korr había implantado en su mente algunos conocimientos básicos, no más que los que tendría cualquier ingeniero civil recién graduado en una universidad de la Tierra. De hecho, eran los conocimientos que él poseyó alguna vez en su antigua vida.
Jet lo miró y le saludó de pie, llevando un brazo a su pecho.
—Mi dios, nunca volveré a fallarte —declaró con orgullo.
—Nunca me has fallado antes. Incluso para un dios, hay batallas que no pueden ser ganadas —declaró Korr, extendiendo sus manos hacia el resto de los jaffas e iniciando el mismo proceso de cambio, mientras Jet descubría que en su frente había un nuevo sello dorado, que era un insecto de tres cabezas, dos brazos extendidos como una nave goa'uld, mandíbulas gigantes y una pirámide en relieve en el centro de su espalda, haciendo alusión a una nave goa'uld.
Su nuevo símbolo, era un relieve de la Leviatán, que sería su nave insignia, y donde estaba un cuarto de su cuerpo, pues la bio-nave era su segundo anfitrión.
—¡Esta será mi nueva marca! —declaró Korr y Jet asintió.
…
Al terminar con los jaffas y debido a la pérdida de su planeta, Korr no tenía ninguna prisa y decidió esperar a que la bio-nave llegara a esa galaxia desde la galaxia Pegasus. Eran dieciocho millones de años luz de camino y la bio-nave, a pesar de contar con una fuente de energía superior, solo contaba con un hiperpropulsor alterano que no era tan eficiente como el de los Asgard y tardaría varios días en llegar. Además, Korr le había dado la tarea de rescatar a los antiguos que se encontraban en la galaxia Pegasus, y eso tomaría más tiempo.
Como estaba sin hacer nada y sus dos Ha'tak cargadas de materiales seguían allí, Korr liberó a los replicadores de sus esferas guardianas y empezó a hacer modificaciones. Esta era una nave normal y no podía usar bio-nanitos, pero los replicadores también eran eficientes en su trabajo y él no cambiaría demasiadas cosas… Bueno, iba a cambiar un montón de cosas, pero eran cosas pequeñas.
Korr modificó la fuente de energía de las dos Ha'tak, reemplazándolas por fuentes de energía subespaciales que aumentarían su rendimiento en unas mil veces. Cambió los débiles escudos goa'uld por escudos alteran con sistemas de ocultamiento. Mejoró el sistema de armas y el sistema de sensores para aumentar la cadencia de disparo diez veces más rápido y la puntería de forma dramática al agregar un sistema de apuntado automático capaz de derribar a un mosquito a diez kilómetros de distancia.
Los planeadores de la muerte fueron modificados cambiando su fuente de energía y agregando una supercomputadora para controlar la dirección y los sistemas de armas, que pasaron a ser repetidores de plasma con cañones móviles para aumentar su precisión. Como sobraba energía, agregó un generador de escudos no inferior al que poseían las naves de carga goa'uld.
…
Después de seis días, Korr terminó sus arreglos a las naves, pero no se detuvo y creó las armaduras que antes había diseñado para sus jaffas. La armadura consistía en un biotraje de cinco milímetros de espesor al que se adhería una armadura de tridiun de peto, grebas, brazaletes, cinturón, botas y un casco replegable con forma de casco de motorista que llevaba su símbolo grabado en la cara.
La armadura estaba reforzada con generadores de escudos y tecnología de ocultación. El biotraje incluía una computadora integrada que ayudaría al jaffa aportando datos sobre el terreno y creando una red de comunicación telepática encriptada para mantener la conexión subespacial con sus líderes a distancias no mayores de un año luz.
Korr diseñó dos armas para acompañar esta armadura. Eran armas de proyectiles basadas en un cañón electromagnético con una fuente de energía de naquadah. Era un arma parecida a una P90 que usaba proyectiles de 5,65 mm con un alcance total de quince kilómetros y un alcance efectivo ajustable desde trescientos metros hasta diez kilómetros.
Gracias a la tecnología de almacenamiento Wraith, cada cargador contenía diez mil balas y podía usarse en modo automático, ráfaga o disparo único con una precisión y eficiencia inigualables para un arma de bastón o cualquier arma usada en la Tierra.
La otra arma que había diseñado era una mejora para la pistola Zat, reduciendo su tamaño al mismo que una pistola de 22 mm sin alterar su alcance y aumentando la cadencia de disparo al triple. La nueva pistola Zat tenía el diseño de una pistola de 22 mm porque Korr quería priorizar la eficiencia. Aún así, no podía dejar sus armas iguales a las humanas y les dio un bonito decorado plateado con líneas doradas. A la armadura la decoró con glifos alterans, y por supuesto, el casco llevaba su símbolo en toda la cara.
Como bolso de carga para comida, municiones, herramientas, ropa y otros objetos, creó un brazalete que reemplazaba el brazalete izquierdo de la armadura y que podía almacenar hasta una tonelada de materia.
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Crear armaduras y armas para los más de cien jaffas le tomó un día, por lo que tomó nota para sí mismo de incluir una fábrica de armas y armaduras en la bio-nave. Como la pirámide de la bio-nave tenía tres kilómetros en su base y una altura de dos kilómetros, aún con un astillero para bio-naves y una fábrica de sondas, el espacio sobrante era al menos la mitad. Korr consumió más de la mitad de los recursos que antes había obtenido, como naquadah y tridiun.
Estas nuevas armas y armaduras serian el estándar de ahora en adelante para todos sus jaffas, pero las naves no. Las dos Ha'tak, serian una recompensa para Jet, por haberse mantenido leal a él. Pero las demás Ha'tak de su flota, solo tendrían fuentes de energía mejoradas con naquadriah, lo que las haría unas setenta veces más rápidas que una Ha'tak actual, con escudos más resistentes y armas más potentes, pero en general esos serian todos los cambios en cuanto a fuente de energía. Para el sistema de control, él agregaría mejoras de sistemas, y para las naves más pequeñas, también haría mejoras, pero no usaría ni escudos alterans ni fuentes de energía subespacial. Él no expondría la tecnología que había robado con tanta dificultad a un robo.
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Después de entregar las nuevas armas y armaduras a los jaffas y ordenarles que entrenaran con ellas para ponerlas en práctica, y como la bio-nave no había llegado después de siete días, Korr decidió acercarse a la Tierra, a la Base Antártica y usar las Esferas Guardianas para desmaterializar todo rastro de esta y almacenar esos materiales y sondas para cualquier uso futuro.
Luego de desaparecer el puesto de avanzada antiguo, Korr decidió averiguar por qué parte de la historia estaba el SGC, ya que habían pasado más de dos meses desde que había estado allí. Korr usó sus escudos de sigilo y las Esferas Guardianas para infiltrarse en el SGC, encontrándose con la base en cuarentena y todos los accesos cerrados. Korr sonrió y sacudió la cabeza.
Como había pensado desde un principio, su comienzo como un goa'uld era algo demasiado OP. Él ya era uno de los poderes a tomar en cuenta en esta galaxia, y la historia apenas comenzaba. Según los datos que obtenía, el SG1 se había encontrado con el planeta dividido en zonas de luz y oscuridad.
Korr se encogió de hombros y colocó varios replicadores en el lugar para que transmitieran información de la base al instalar dispositivos de vigilancia ocultos que transmitían una señal telepática subespacial encriptada que solo podía captar él, lo que le aseguraba no ser descubierto ni siquiera por tecnología asgard.
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Korr salió de la base, pero dejó un informe en su computadora central mediante sus bichos espías con el nombre: "Informe de un aliado… Korr dio los detalles del virus y la forma de liberarse de él". Al SGC, llegarían todas las tecnologías más OP de la historia, y Korr se preocuparía de hacerse su aliado, para ganarse su confianza y poder estar cerca cuando estas tecnologías se presentaran. Por esto, él no ignoraría a la tierra y también tenía planes futuros para ellos, en la creación de su imperio.
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Mientras el SGC se alarmaba y buscaba aparatos espías por toda la base, Korr estaba en un hotel de cinco estrellas comiendo su primera comida decente en dos meses, mientras lágrimas se derramaban por sus mejillas. Por fortuna, había un poco de oro en la nave que vendió a una casa de empeño a la mitad de precio porque no tenía documentos ni nada parecido, y con eso se había pagado un hotel.
Mientras comía, Korr envió órdenes a sus jaffas, ordenándoles que tomaran un Ha'tak, se dirigieran a Abydos y le trajeran el tesoro de Ra. Él pensó en decirles cómo obtener el Ojo de Ra solo para trolear a Anubis cuando este apareciera por allí, porque no valía nada para él, pero eso arruinaría la posibilidad de ascensión de miles de personas, y el regreso de Daniel Jackson de su ascensión, por lo que decidió no interferir con eso porque consideraba que era algo bueno para los abydonianos y no se interpondría en su camino a la ascensión.
Cuantos más ascendidos hubiera en la Vía Láctea, mayor sería su poder, y más seguridad tendría él. No se complicaría la vida por un troleo.
Ir y volver de Abydos con una nave que era mil veces más rápida que un Ha'tak goa'uld no fue nada para los jaffas. De hecho, obtener el tesoro sin ser vistos les tomó más tiempo que su viaje hasta allí. Al regresar unas seis horas después, le entregaron el tesoro a Korr en dos naves de carga. Eran unas tres toneladas de oro y joyas.
Después de dormir una noche, Korr se tomó el siguiente día para asociarse con algunos buenos abogados, comprarse una identidad legal y vender todo su tesoro, convirtiéndolo en mil millones de dólares entre el oro (varias toneladas) y las joyas (algunas de ellas tenían un valor más allá de sus materiales) y las dejó para una subasta en manos de sus abogados.
Korr se compró todo un piso en Nueva York y por la noche, mientras sus replicadores copiaban toda la base de datos del planeta y creaban algunos biosatélites propios para distribuir por toda la galaxia en un futuro, usando el sistema de stargates, Korr se metió en el deficiente internet de 1997 y averiguó sobre una compañía de videojuegos en fase de desarrollo para un juego online MMORPG llamado Shaiya. Apenas eran conceptos y evaluación de mercado para ver si tal cosa era posible con la tecnología actual.
Korr sonrió. Shaiya no salió hasta el 2007 y era un juego simple, con mecánicas regulares y para nada comparable a un MMORPG de los años 2012 en adelante, pero para él había sido el primer MMORPG que jugó y guardaba un lugar especial en su corazón. También guardaba ciertas penas porque vivía en uno de los países más pobres de Latinoamérica y cuando el juego salió, no tenía dinero para comprar equipos y su único entretenimiento era subir de nivel y ayudar a otros a ganar kills en el PVP. Ser pobre apestaba.
Korr no pensaba interferir en la economía de la Tierra, pero este juego era algo especial para él, por lo que se puso en contacto con su bufete de abogados y les dio instrucciones para comprar la compañía que lo desarrollaba y encargarse de la creación de una empresa para su desarrollo, contratando a todos aquellos que eran sus antiguos desarrolladores, guionistas, escritores y demás. Para que el juego saliera antes, también necesitaba adelantar la tecnología de computadoras por un par de generaciones…
Korr colocó una sonrisa maligna. No podía pasarles tecnología extraterrestre a la Tierra sin arriesgar su propio pellejo, pero las computadoras de quinceava generación no eran tecnología goa'uld.
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