Hola a todos, gracias por estar aquí. Dejo otro aporte para el Matsuri 2023. «Este One-Shot fue escrito para el Matsuri Místico de la página de Facebook Shikatema: Hojas de Arenas y está inspirado en la leyenda de la Xtabay, perteneciente a la mitología maya».
.
Como siempre quiero agradecer a todas las personas que me leen, y que además, se dan el tiempo de dejarme un review, a las personas que marcan mis historias o a mí como favorita y/o siguiendo, y a las que simplemente leen. Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar :D
.
Este One-Shot lo dedico con mucho cariño a: ANABELITA N, Agridulce Luna, Yaken y SandriBeee. Gracias por sus comentarios, les mando un beso y un fuerte abrazo.
.
.
Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.
.
.
Por ignorar sus palabras
.
Salió del centro comercial algo fastidiado, ya que no estaba en sus planes conocer el mall más grande de la ciudad. Horas atrás, había ido junto a sus amigos a visitar un par de museos precolombinos, por lo que nunca creyó que, ese mismo día, éstos últimos decidieran sumergirse en un lugar tan poco cultural. Viajar en grupo siempre tenía sus pros y sus contras, por ese motivo, para sus próximas vacaciones, viajaría de manera individual. De esta forma, no tendría que lidiar con nadie por el itinerario de cada día.
El chico de coleta alta dejó atrás el concurrido recinto, para luego encender un cigarrillo y comenzar a explorar aquel sector de la ciudad. No había nada interesante a su juicio, por lo que cambió de dirección, encontrándose luego de diez minutos, con un parque que lindaba con un cerro cubierto de vegetación. Un interés especial se reflejó en sus ojos rasgados. Si algo le gustaba era caminar por senderos, y el cerro que veía enfrente tenía un misticismo bastante particular. Recordó la narración de un par de leyendas, las cuales hablaban sobre algunos espíritus que deambulaban por algunos sectores de la ciudad. Escéptico respecto al tema, empezó a recorrer el parque buscando una entrada que lo conectara con esa elevación natural. Pudo observar que una gran reja separaba ambos lugares, pero supuso que si seguía avanzando encontraría por donde ingresar. Después de caminar varios minutos, pudo divisar una entrada hacia el llamativo cerro, por lo que no perdió tiempo e ingresó por un sendero, quedando maravillado con toda la vegetación que veía a su alrededor. Shikamaru prácticamente perdió la noción del tiempo, y sólo se percató de lo tarde que era, cuando la claridad del cielo empezó a declinar. En ese instante, detuvo sus pasos y miró su reloj de mano.
—Mendokuse, tendré que devolverme, si no quiero que la noche me alcance en medio de este lugar —balbuceó y rápidamente giró con el fin de regresar, sin embargo, en ese momento su celular empezó a vibrar. Lo sacó de su bolsillo y vio que tenía una llamada perdida y par de mensajes. Ino estaba tratando de comunicarse con él. Observó que la señal de su celular era inestable.
—No hay buena señal aquí. Tal vez la llamada se fue directo al buzón de voz —abrió la aplicación whatsapp y le echó una mirada a los mensajes.
«Hey Shikamaru, ¿dónde estás?»
«Ya terminamos de recorrer el centro comercial y ahora estamos en el patio de comidas»
«¿Te pido algo para comer mientras regresas?»
El pelinegro de inmediato empezó a responder.
«Ino, cómprame una promoción: hamburguesa, papas fritas y bebida para llevar. No creo que alcance a comer con ustedes. Nos vemos en el hotel».
Estuvo como un minuto esperando que se fueran el mensaje y luego empezó a descender. Mientras lo hacía, sintió un poco de sed.
—Antes de subir, debí comprarme… una botella de agua —susurró algo extrañado, ya que al costado del camino, una cabellera rubia capturó su atención. Detuvo sus pasos de forma inmediata. Era una chica con un abrigo color blanco, que estaba sentada sobre una roca al costado del sendero. Antes de que él dijera una palabra, la rubia volteó hacia él.
—Parece que tienes sed —acotó la mujer observándolo con detenimiento. El chico no supo por qué se puso nervioso. Tal vez era porque detrás de esa mirada afilada, tenía unos ojos preciosos; verdes como el bosque que los rodeaba, aunque misteriosos como el anochecer que se avecinaba —. Toma, para que bebas —le tiró una botella agua, y pelinegro la atrapó en el aire—, puedes quedarte con la botella. De ahí continúa tu camino; dentro de unos minutos anochecerá —el de coleta desconfiado miró el contenido de la botella.
Ofendida la mujer frunció el entrecejo.
—Idiota, sólo es agua —le aclaró y él supo de inmediato que era una problemática—. El líquido no está mezclado con ningún tipo de brebaje o sustancia prohibida. Disculpa si no me presenté, soy Temari.
—Okey, beberé. Mi nombre es Shikamaru —espetó acercando la botella a sus labios. Bebió lo suficiente y enseguida cerró la botella —. Gracias por el agua, ahora continuaré descendiendo —fijó sus ojos rasgados sobre aquellos orbes almendrados— Tú también debieses bajar, la noche pronto cubrirá todo. Es peligroso que te quedes sola en este lugar.
No es que quisiera ser galante, pero no podía dejarla atrás.
—Conozco este cerro como la palma de mi mano —acotó segura, mientras la niebla comenzó a bajar. Esbozó una sonrisa enigmática—. He vivido en esta ciudad desde hace años, en cambio tú sólo eres un foráneo —le quitó la mirada para posar sus ojos misteriosos sobre un grueso tronco de ceiba, que estaba a corta distancia de ella —. Desciende, antes que te alcance la oscuridad —en ese instante, el cielo lentamente comenzó a teñirse de negro—. Estás contra el tiempo si quieres seguir disfrutando de los atractivos de esta ciudad.
—¿Cómo sabes que no soy de acá? —inquirió curioso, aunque no por las últimas palabras que ella emitió. La pregunta atrajo la mirada de la rubia.
—Porque ninguna persona nacida en estas tierras, estaría conversando con una extraña enfrente de un árbol que tiene un centenar de años —acotó con cierta sorna y luego sonrió con maldad. Una fría brisa comenzó a agitar su cabello y sus ojos verdes resplandecieron tenebrosamente a través de la neblina que cubría con rapidez por el lugar.
El pelinegro estupefacto empezó a remembrar una de las leyendas que uno de los guías turísticos narró durante el primer tour que realizó en la ciudad: «Dentro de un grueso y espinoso tronco de ceiba, vive una hermosa mujer que no pertenece a este mundo…»
—Xtabay —balbuceó con terror, dándose cuenta de manera repentina, que ya no se encontraba en el sendero, sino dentro de un cuarto oscuro o algo similar. Su rostro palideció y se quedó estático. Nunca debió ignorar aquellos relatos, ya que podían tener algo de verdad.
—Ese nombre anticuado no me gusta —escuchó una voz que le susurró por la espalda y al de coleta se le heló la espina dorsal—. Ahora soy Temari —la mujer sonrió malévola—. Te advertí que descendieras, pero tú ignoraste mis palabras —. Un par de antorchas se encendieron en el acto, iluminando tenuemente el lugar donde se encontraba. No era nada conocido; quizás hasta era otra dimensión. Aquello nunca lo sabría, pero de lo que si estaba seguro, es que aquí perecería. Sabía que era una mujer que no tenía compasión. La rubia apareció frente a sus ojos, vistiendo una sugerente túnica blanca. De forma maligna sonrió y lo hipnotizó. A paso lento, acortó la distancia. —Ésta es mi morada; aquí acabaré con tu vida cuando se me dé la gana —le acarició la mejilla con el dorso de sus dedos —. Desde ahora seguirá mis órdenes y ya no tendrás voluntad.
.
FIN
.
Glosario mitológico.-
Xtabay: Es el nombre con el que se le conoce a un temible espectro que se dice, aún acecha Yucatán. Su imagen actual es la de un ente maligno con atributos femeninos que seduce o persigue a los caminantes nocturnos para llevarlos a sus aposentos en el árbol de ceiba y después quitarles la vida.
Leyenda de la Xtabay: Se cuenta que en el árbol de ceiba, un gigante de tronco grueso y espinado, vive una mujer que no pertenece a este mundo. Algunos dicen que sale de adentro del árbol que la protege con su dureza, otros dicen que el espíritu vive en la copa, observando y esperando a que la luna salga y la noche sea de fiesta, para abordar a los caminantes que tengan la mala suerte de transitar por su morada.
Ceiba: Para los mayas, es un árbol divino, por lo que lo consideran "el árbol de la vida", en donde sus ramas forman el cielo, el tronco el plano terrenal y sus raíces tejen el inframundo, conectando así, los tres niveles cosmogónicos.
.
Gracias por leer, espero que les haya gustado esta historia. Cualquier cosa que quieran decirme, pueden hacerlo a través de un review, me encanta leerlos y responderlos. Recuerden que los reviews siempre motivan al escritor. Yo los amo con el corazón :D
Esta semana responderé los reviews pendientes. Disculpen la demora.
Disculpen también las posibles faltas de ortografías, apenas tenga tiempo las corregiré (ayyy Kami... dame tiempo, por favor).
Nos vemos en una próxima publicación.
