Hola, aquí estoy con una sorpresa bastante… sorpresiva. Ayer fue 7 de julio, día del cumpleaños de dos de las waifus predilectas del fandom de Lucky Star. Así es, me refiero a las mellizas Kagami y Tsukasa. Bueno, especiales de cumpleaños no es que sean tan raros de encontrar, pero sí creo que es más especial si hago dos especiales en simultáneo, y encima de manera que es posible leerlos en cualquier orden. Pueden leer primero este fic o el otro, según lo prefieran.

Mellizas de fiesta antes de su fiesta - Tsukasa

Tsukasa estaba bastante tranquila en su cama, durmiendo y abrazando su almohada como si se tratara de un peluche a la vez que frotaba su rostro contra la misma, cuando suena su despertador. Los primeros segundos de ruido no surten el más mínimo efecto, pero pronto aquello perturba finalmente el sueño de Tsukasa. No es que ese día tuviese clases, puesto que su cumpleaños coincide con el día del Tanabata, pero igual quería estar lista para hacer parte en la preparación de la fiesta que su familia dedicaría para ella y Kagami, pues sabía que su familia, si bien estarían buena parte del día en el templo, aprovecharían cada segundo disponible para hacer los preparativos para cuando estén todos reunidos en casa.

Con algo de pereza se levanta y deja de mala gana su almohada. Se toma su tiempo para desperezarse y ver qué ropa había para así cambiarse, aunque sin querer deja caer una pila de mangas que tenía al lado de la cama. Se refriega los ojos unas cuantas veces en el proceso, y finalmente se decide.

─ Seguro que onee-chan estará… esperándome mientras desayuna. No puedo hacerla esperar demasiado ─ dice para sí misma entre bostezos.


Comedor

Casi arrastrando los pies llega Tsukasa para tomar su desayuno. Tal y como se esperaba estaba Kagami desayunando tranquilamente, aunque parecía haber empezado recién. Parecía que esta vez no se había tardado tanto para despertar, aunque no la hacía que se sintiera más enérgica. El resto de la familia no estaba a la vista, o bien era que Tsukasa no los enfocaba bien. En caso de ser lo primero, Tsukasa ya podía suponer que estaban todos en el templo haciendo sus trabajos precisamente por el día que era. Era en cierto modo especial el hecho de que su cumpleaños coincidiese con un día tan importante culturalmente hablando, aunque a su vez significaba que había que destinar parte del esfuerzo del día en la celebración cultural en detrimento del cumpleaños. No importaba mucho. Lo que quería Tsukasa era pasarlo bien ese día.

─ Buenos días.

─ Buenos días, Tsukasa ─ Kagami voltea a verla ─. Ven. Toma asiento y desayuna.

─ Itadakimasu ─ dice Tsukasa claramente somnolienta.

─ Pareciera que te desvelaste, Tsukasa.

─ Para nada, onee-chan ─ Tsukasa hace un esfuerzo por mostrar que estaba con energías, pero no le sale ─. Simplemente leí unos mangas que Kona-chan me prestó y… y…

─ Te dormiste más tarde de lo habitual por estar leyéndolos ─ termina Kagami, y Tsukasa calla en su favor ─. Parece que te confiaste un poco por el hecho de que hoy es nuestro cumpleaños, Tsukasa.

─ No es a propósito ─ responde Tsukasa triste.

─ No importa. Tampoco es que debamos andar de puntuales el día de hoy ─ Kagami se termina su desayuno y mira la hora por un momento ─ Debo salir un momento ¿Hay algo que quieras que compre, Tsukasa?

─ Estoy bien así, onee-chan ─ responde Tsukasa bebiéndose el té del tirón para así espabilar ─. Voy a hacer el pastel para nuestro cumpleaños.

─ Hay que ver. Una chica haciendo un pastel para su propio cumpleaños ─ Kagami empieza su camino a la puerta ─. Procura llamarme si pasa algo.

─ De acuerdo.

Tsukasa se apresura en desayunar, aunque casi se atraganta con el pan. El susto hizo que esta vez sí terminase de abrir los ojos, y luego de eso desayuna con más calma. No había motivo para tener prisa, si al fin y al cabo se trataba de hacer un pastel. Aquella era su especialidad, así que no había razón para preocuparse.


Quince minutos después

Lo primero que hizo Tsukasa una vez que ya tenía la casa entera para ella sola fue revisar todos los ingredientes que tenía a disposición para hacer el pastel. No parecía faltar nada, e incluso tenía para hacer otras cosas que sirviesen para complementar la fiesta, y aquellas otras cosas definitivamente serían galletas. Seguramente a todos les encantarían las galletas. Tsukasa lee una lista que ella misma hizo el día anterior para así estar completamente segura. Una vez que lo había confirmado todo como cinco veces (estaba determinada a no pifiarla), Tsukasa va llevando a cabo los primeros pasos, como lo son empezar con la elaboración de la masa o derretir el chocolate que iba a incluir, cuando el teléfono de la casa empieza a sonar. Eso la desconcentra un poco, pero lejos de molestarse, Tsukasa simplemente va hasta el teléfono y contesta la llamada tranquilamente.

─ ¿Moshi moshi? Habla Tsukasa.

Buenos días, Tsukasa-san.

─ ¿Yuki-chan? ─ Tsukasa se alegra mucho al saber que trataba de su amiga intelectual ─ ¿Cómo estás? ¿A qué se debe el milagro?

Llamaba para preguntar si estabas disponible para hacerte una visita el día de hoy, a no ser que ya tengas otros planes en mente y no vayas a estar en casa.

─ Tú tranquila, Yuki-chan. Voy a estar haciendo un pastel el día de hoy, pero tú eres bienvenida cuando sea, así que no hay problema. Estaré aquí para recibirte.

Me alegra mucho escuchar eso ─ por el tono de voz de Miyuki, parecía que se sobresaltaba de alegría ─. En ese caso estaré en tu casa como en veinte minutos. Tengo algo que podría gustarte.

─ En ese caso te esperaré, Yuki-chan.

Muchas gracias, Tsukasa-san. Ya nos vemos.

Luego de un leve pero alegre asentimiento, Tsukasa cuelga la llamada y regresa a la cocina para estar pendiente de lo que había dejado. Afortunadamente la llamada no había durado mucho, por lo que Tsukasa no estuvo pendiente demasiado tiempo de la misma, de modo que no había tenido que lamentar nada con respecto a la cocina. Retoma la preparación de la masa y revisa qué tal estaba el chocolate sin prisa pero sin pausa.

No solo tenía tiempo de sobra para hacer aquello, sino que pronto podría compartir el rato con Miyuki, y eso ya la estaba emocionando muchísimo, además que se preguntaba qué traía con ella.

Seguramente se trataba de un regalo, pero eso sólo se podría saber una vez que Miyuki llegue.


Media hora después

El timbre de la casa suena. No podía ser otra que Miyuki, por lo que Tsukasa va rápidamente hasta la puerta y la abre. Miyuki iba vestida de manera bastante casual pero desbordando una elegancia que le era bastante propia, y en sus manos tenía un ramo de flores y un par de regalos envueltos. Tsukasa se lleva las manos a la boca al darse cuenta de qué era lo que había traído a su amiga realmente.

─ Feliz cumpleaños, Tsukasa-san. Esto es para ti ─ dice Miyuki mientras entregaba uno de los regalos y el ramo.

─ ¡Muchas gracias, Yuki-chan!

─ ¿Y Kagami-san? Pensé que estaría contigo ─ Miyuki mira con curiosidad el interior de la casa mientras iba entrando.

─ Onee-chan ha salido. Quiere ver qué cosas interesantes podría encontrar, y supongo que no tardará mucho, probablemente.

─ Ya veo ─ Miyuki deja los zapatos y se pone unas pantuflas que Tsukasa le acerca amablemente ─. Gracias. Aprovechando que estás haciendo un pastel para así celebrar tu cumpleaños y de Kagami-san, pensé que podría ser de utilidad ayudándote a hacer el pastel.

─ Oh, pues el pastel ya está en el horno, Yuki-chan ─ responde Tsukasa algo apenada ─. Todavía podríamos adornarlo, rebanarlo, rellenarlo… Aunque igual siento mucho no haber dejado nada para que me ayudases con la masa.

─ No pasa nada. De todos modos podremos adornarlo juntas. Será una buena manera para pasar el rato.

Las dos chicas ríen divertidas y pasan juntas para seguir charlando. Tsukasa deja el ramo de flores sobre la mesa del comedor, y aprovecha entonces para revisar el regalo, viendo que se trataban de unos aretes pequeños con piedritas que tenían forma de corazón al final de una cadena que se pegaba a su respectivo arete. Tsukasa deja salir un gritito de emoción por lo bonitos que le parecían.

─ ¡Se ven geniales! ¡Gracias, Yuki-chan!

─ Es un placer, Tsukasa-san ─ en eso Miyuki cae en algo ─. Por cierto, no he averiguado bien si tienes las orejas perforadas o no, por lo que para asegurarme pedí que los aretes se agarren a los lóbulos con una pinza. Los probé en mí misma para asegurarme que no doliese usarlos ni se caigan fácilmente. No iba a traerte nada que posiblemente te traiga más disgustos que alegrías, o que simplemente no pudieses usar de ninguna manera.

─ Ya veo ─ Tsukasa revisa más detenidamente los aretes confirmando lo que Miyuki acababa de decirle ─. De todos modos da igual. Con o sin perforaciones, igual me daría miedo intentar ponerme los aretes de la manera usual. Con estos en cambio me sentiré más cómoda, y de paso me los podría quitar y volver a poner fácilmente en cualquier momento y donde sea ─ Tsukasa se pone los aretes, y luego Miyuki le pasa un espejo de mano para que pudiera verse ─. Es muy hermoso. No te hubieses molestado, Yuki-chan.

─ Para mí no es ninguna molestia, Tsukasa-san ─ Miyuki pone sobre la mesa otro paquete, el cual claramente era el regalo que trajo para Kagami ─. Me hace muy feliz saber que te ha gustado mi regalo. Tenía mis dudas sobre si había hecho bien mi elección, y ahora me siento aliviada. En cuanto al regalo que traje para Kagami-san, pues traje unas cintas para sus coletas. Con ella fui más por lo seguro mientras que contigo creo que quería arriesgarme, jeje.

Tsukasa abraza fuertemente a Miyuki, y ésta le devuelve el gesto, quedándose ambas así durante un buen rato. Luego de que finalmente se separan, y con muchas ganas de tener su regalo puesto todo el día (pero igual por el bien de la preparación del pastel se tuvo que quitar los aretes), Tsukasa regresa a la cocina y ve qué tal estaba el pastel. Todavía le faltaba un poco, por lo que era oportuno pedirle a Miyuki que se preparara, a lo que la pelirrosa se ata el cabello en una coleta alta y se pone un delantal para así ayudar.


Media hora después

El pastel estaba prácticamente listo, y ambas chicas se encargaron de adornarlo completamente, dando como resultado un trabajo que dejó a ambas encantadas. Le daban unas cuantas vueltas para contemplar el resultado desde ángulos diferentes, y lo único que se les ocurría decir al respecto era que estaban encantadas con el resultado. Seguro que Kagami estaría encantada con el resultado final, eso era algo de lo que Tsukasa no tenía la más mínima duda.

─ ¿Qué veredicto te merece, Yuki-chan?

─ Pues creo que se ve bastante bien, especialmente porque nos hemos esforzado juntas para hacerlo, además que la pinta que tiene es bastante tentadora, tal vez demasiado para mis dientes ─ responde Miyuki juntando sus manos y dejando salir una risita nerviosa.

Tsukasa contenía las ganas de pegar saltitos por lo contenta que se sentía. Al poco rato saca su teléfono para tomarle una foto al pastel. Tenía ganas de que Kagami lo viese y le respondiese qué tal le parecía, pero termina no tomando la foto. No era todavía el momento adecuado, y es que sentía que le faltaba algo más.

─ Yuki-chan…

─ ¿Sí?

─ Todavía tenemos masa de sobra, una buena cantidad de masa ¿Qué te parece si hacemos también unas galletas?

─ Me parece una genial idea, Tsukasa-san. Te ayudaré en todo lo que pueda.

Ya estando todo decidido, ambas retiran juntas el pastel y ponen manos a la obra. Claramente estaban emocionadas por seguir trabajando hombro con hombro, e incluso se dirigen una mirada alegre y llena de ilusión.

Estar así las ponía bastante contentas.


Una hora después

Las galletas estaban listas, y Tsukasa y Miyuki habían llenado un plato con las mismas. Todavía tenían planes para seguir haciendo galletas, y es que tenían previsto que Konata fuese a venir (no les había avisado, pero no descartaban que fuese a venir de pronto, aunque fuese para charlar tranquilamente y gastarle alguna broma a Kagami). Llevaban un buen rato trabajando, pero lejos de sentirse agotadas estaban contentas. La respuesta obvia para ellas es que les emocionaba estar haciendo aquello juntas.

─ Muy bien, creo que ahora sí puedo tomar una foto ─ Tsukasa junta las galletas con el pastel y usa su teléfono para sacar varias fotos, y luego las revisa todas con Miyuki ─ ¿Cuál crees que estaría mejor para enviársela a onee-chan, Yuki-chan?

─ Creo que esta es la mejor. Se ve más nítida y no noto movimiento ─ Miyuki hace su selección de la foto que Tsukasa pueda enviar ─. Claro que es mi sugerencia, Tsukasa-san. Supongo que tú tendrás alguna otra que creas que puede ser más idónea.

─ No te preocupes, Yuki-chan. Ahora que estoy viendo todas las fotos, pues es verdad que esta es muy buena. Se la voy a enviar a onee-chan y a Kona-chan. Ya que estamos, creo que es una buena idea invitarla.

─ Entonces hazlo, Tsukasa-san. Mientras más personas seamos, menos azúcar tendré que pasar por mi boca ─ remata Miyuki recordando sus últimas visitas al dentista.

─ Igual podrías comer poco pastel, Yuki-chan. No es como que te obliguemos a comértelo todo.

─ Me alegra que lo digas así.

Sin esperar a nada más Tsukasa envía la foto a Kagami y a Konata para luego guardar el teléfono. Con eso sólo quedaba meterse nuevamente con la elaboración de galletas. Todavía había masa suficiente (había comprado más ingredientes de los necesarios, evidentemente), y Miyuki continúa ayudándola.

El agotamiento no iba a detenerlas. Trabajar juntas les resultaba demasiado divertido y gratificante como para querer detenerse.


Otra hora después

Ya habían utilizado toda la masa que tenían a disposición, y estando todo preparado, Tsukasa y Miyuki se disponen a descansar mientras beben algo de té en la mesa y acomodaban un poco las flores. Ambas estaban sentadas juntas, bastante relajadas y alegres, además de estar señalando algunas cosas que se les hacían graciosas.

─ Tienes harina en tu cabello, Yuki-chan.

─ Es verdad ─ Miyuki se mira un mechón de cabello que estaba completamente blanco ─. Tal parece que tendré que regresar pronto a mi casa para bañarme.

─ No hace falta que lo hagas, Yuki-chan. Puedes bañarte aquí. Si mi familia viene les explicaré para que no se preocupen, y de ser necesario te prestaré ropa ─ Tsukasa mira entonces el pecho de Miyuki ─. Te daré la ropa que más holgada me quede, para que así no estés incómoda.

Miyuki sonríe a modo de agradecimiento, pero en vez de hacer lo que Tsukasa le dice termina quedándose a su lado, sabiendo que Tsukasa tenía pensado limpiar la cocina mientras esperaba a que Miyuki se asease. No es que la cocina quedase patas arriba como si le hubiese pasado un tornado encima, pero sí que era notorio que Tsukasa y Miyuki habían estado trabajando allí un buen rato, por lo que bien le hacía falta ser limpiada. Tsukasa, gracias a que llevaba una camiseta de tirantes, no tenía la necesidad de arremangarse las mangas por no tenerlas, así que pasa a agarrar una esponja y se pone a limpiar. Miyuki se le une rápidamente (y ella sí se arremanga las mangas de su camisa), y en ese punto Tsukasa empieza a sentirse apenada.

─ ¡No tienes que hacer esto, Yuki-chan! Has hecho suficiente ayudándome a adornar el pastel y a hacer las galletas. Ahora mismo estoy bien…

─ Pero quiero ayudarte a hacer todo este trabajo, Tsukasa-san ─ dice Miyuki algo seria pero manteniendo el tono gentil, e incluso agarra una mano de Tsukasa, haciéndola sonrojar ─. Sé que estoy aquí como invitada, pero a su vez tú eres la cumpleañera aquí. No sería justo tú seas la única que esté trabajando después de haber hecho el pastel y las galletas. Este es tu día y mereces divertirte en vez de únicamente estar trabajando.

─ Yuki-chan…

─ Sigamos trabajando juntas, Tsukasa-san. Este día el mejor regalo que te puedo dar es mi apoyo, y por eso te daré todo el apoyo que pueda.

Tsukasa sentía que se le subían los colores por la alegría que le generaba escuchar esas cosas de parte de Miyuki. Sin pensarlo mucho abraza a Miyuki (pero teniendo cuidado de no pegarle la esponja en la espalda a la pelirrosa). Tsukasa se sentía feliz teniendo la compañía de Miyuki, y mientras más le hablaba acerca de apoyarla, mejor la hacía sentir por dentro. No podía simplemente insistir en que debía descansar o bañarse mientras la dejaba a ella con todo el trabajo pendiente en la cocina, así que, al romper el abrazo, le da otra esponja.

─ Dejemos este lugar impecable, Yuki-chan.

─ Lo dejaremos rechinando de limpio, Tsukasa-san.


Veinte minutos después

Ya estaba. La cocina había quedado bien, y Tsukasa y Miyuki ahora sí empezaban a sentirse agotadas por haber estado trabajando tanto, así que vuelven a sentarse en la mesa.

─ Trabajar de esta manera… se siente gratificante ─ dice Tsukasa de pronto ─. Me hace feliz que estuvieras a mi lado para ayudarme a hacer todo esto, Yuki-chan.

─ Siempre que me necesites, estoy dispuesta a ayudarte en lo que sea, Tsukasa-san.

Tsukasa larga unas cuantas risitas. Miyuki, no conforme con ser siempre muy buena y colaboradora, ese día resultaba bastante atenta con sus palabras. Cada cosa que iba diciendo le llegaba a Tsukasa y la dejaba encantada. Ambas se toman de la mano, reafirmando la alegría que sentían por estar así ellas dos.

Si en eso se resumiese el cumpleaños de Tsukasa, la melliza perfectamente podría decir que es el mejor que haya tenido en su vida.

─ Creo que es momento de bañarnos, Tsukasa-san. Es lo único que nos falta por hacer.

─ ¿No quieres bañarte tú primero, Yuki-chan?

─ ¿Y dejarte al último? Te lo dije, Tsukasa-san. Eres la cumpleañera, y no estaría bien que me beneficies si eso significa quedarte tú misma rezagada.

Tsukasa asiente ruborizada. Definitivamente no había nada que pudiese hacer para convencer a Miyuki, así que mejor no lo intenta más y va al baño con ella.


Baño

─ Y apestaba todo el día. No veas lo que decía onee-chan al respecto ─ Tsukasa se estaba enjabonando el cabello al igual que Miyuki ─. Estaría bueno si pudieses venir con nosotras más seguido, Yuki-chan.

─ También a mí me gustaría, Tsukasa-san ─ responde Miyuki amablemente ─. Claro está que jamás opto por descuidar mis estudios, pero no creo que esté de más pasar algo más de tiempo juntas, pasándolo bien ─ Miyuki ahora pasa a enjuagarse el cabello ─. Si nuestros ratos extra fuesen la mitad de agradables que el que pasamos en la cocina, puedo estar segura de que no tendré en absoluto tiempo para aburrirme.

─ Eso mismo digo, Yuki-chan, jeje.

─ Déjame ayudarte ─ Miyuki pasa ahora a lavarle el pelo a Tsukasa ─. Realmente tienes el pelo bastante bonito, Tsukasa-san.

─ Y tú no te quedas para nada atrás, Yuki-chan.

─ ¿A ti te parece, Tsukasa-san?

─ Definitivamente

En eso escuchan que una puerta se abre y posteriormente se cierra. Ambas chicas miran hacia la puerta del baño, como si fuesen capaces de ver a través de ella.

─ Creo que onee-chan acaba de llegar, Yuki-chan.

─ Sí, eso también me imagino. En ese caso tendríamos que apresurarnos y terminar de bañarnos, Tsukasa-san.

─ Sí.

Ambas chicas se terminan de lavar, aunque también se aseguran de que no les haya quedado ningún rastro de masa ni de azúcar sobre sus cuerpos. Todo iba bastante bien, y entonces se meten juntas en la bañera. Primero entra Miyuki, y luego lo hace Tsukasa, de modo que quedase frente a la pelirrosa, aunque dándole la espalda. Miyuki repentinamente abraza por detrás a Tsukasa, haciéndola sonrojar por un momento.

─ ¿Yuki-chan?

─ ¿Está mal que haga eso ahora mismo, Tsukasa-san?

─ Para nada. De hecho me gusta ─ admite la pelilila sonrojándose todavía más y poniéndose cómoda entre los brazos de Miyuki.

─ Sé que es un poco vergonzoso y podría comprender si no quieres, Tsukasa-san, pero en vista que dices que estás bien así, me hace feliz que estemos de esta manera.

Tsukasa sonríe mientras permite que Miyuki termine de cerrar su abrazo. Definitivamente su cumpleaños había quedado bastante redondo, pese a no haber empezado a celebrar nada, y por un par de minutos se permite quedar así, relajada, y evidentemente Miyuki estaba de la misma manera.

Llegaban a estar algo adormiladas, pero no se permiten quedar completamente dormidas, pues eso sería peligroso al estar en la bañera. Cuando ven que era el momento adecuado salen de la bañera y se secan lo suficiente para no andar salpicando de camino a la habitación de Tsukasa, aunque la pelilila estira un poco los brazos, como queriendo desperezarse.

─ ¿Has dormido bien anoche, Tsukasa-san?

─ Sí. Lo que pasa es que me tardé un poco para dormirme porque estaba leyendo unos mangas que me prestó Kona-chan, y además de levanté temprano para poder trabajar con la elaboración del pastel.

─ Tenía que ser. En ese caso más oportuna ha resultado mi visita a tu casa para así ayudarte.

─ Parece que así es, Yuki-chan.

Ambas se envuelven en las toallas y salen lentamente del baño. Estaban tan relajadas por el baño y la compañía que se hacían mutuamente que no prestaban mucha atención a nada más, cuando en eso ven que, al llegar al pasillo, se encontraban Konata y Kagami, y la chica de coletas tenía el llamativo detalle de que estaba vestida de maid. Eso había dejado sorprendidas a Miyuki y Tsukasa.

─ ¿Kona-chan? ¿Onee-chan?

─ Eso lo explica todo ─ suelta Konata de pronto, sin que Tsukasa y Miyuki entendiesen nada.


Veinte minutos después

─ ¡Woah! Este traje es bastante lindo ─ dice Tsukasa luciendo el traje de maid con una enorme sonrisa.

─ Sabía que te iba a encantar, Tsukasa ─ dice Konata alzando un pulgar.

─ Como regalo es bastante llamativo un cosplay, pero en esta ocasión ha sido una opción verdaderamente adorable ─ opina Miyuki mientras veía a Tsukasa lucir su regalo (y encima con los aretes puestos).

Miyuki se acerca a Tsukasa y se cerciora personalmente de que no quedase nada fuera de lugar, aunque ella misma no es que fuese capaz de alardear demasiado en eso de contemplar todo a detalle. De todos modos pudo ver que Tsukasa estaba bastante bien, y eso le parecía que estaba bien.

─ ¿Quieres que me pruebe mi cosplay también, Kagamin? ─ dice Konata de pronto.

─ Vamos a mi habitación. No puedo permitir que luzcas aquella cosa fuera de ahí ─ dice Kagami llevándose a Konata, pero antes de encerrarse en su habitación mira a Miyuki y Tsukasa ─. Ustedes descansen. Han hecho bastante por este día.

Kagami no las ve, pero ambas asienten y se van inmediatamente a la habitación de Tsukasa. Kagami y Konata seguramente tenían sus cosas por hacer, así que no veían oportuno molestarlas. Ambas se recuestan en el sofá, aunque Tsukasa trata de no arrugar mucho el traje, aunque sí se acerca a Miyuki y apoya su cabeza sobre el hombro de la pelirrosa.

─ Ha sido un día muy divertido, y eso que todavía hay muchas cosas más que faltan por pasar ─ dice Tsukasa en un susurro mientras acomodaba su rostro como si Miyuki fuese una almohada, haciéndole cosquillas en el proceso.

─ Sí, Tsukasa-san ─ Miyuki decide poner la cabeza de Tsukasa sobre sus piernas y le acaricia el cabello ─. Descansa un rato. Cuando tu familia llegue te despierto.

─ Gracias, Yuki-chan. Recuérdame cuando me despiertes que le debo devolver los mangas a Kona-chan…

Miyuki sigue acariciando el cabello de Tsukasa, y también llega a acariciar su hombro por encima del cosplay. Tsukasa rápidamente se queda dormida, y Miyuki sólo podía ensanchar su sonrisa.

─ Feliz cumpleaños nuevamente, Tsukasa-san. Me ha hecho muy feliz estar hoy aquí para ti.

Fin


¿Qué? ¿Esperaban a que llegase la familia y empiece la fiesta? Este fic fue muy claro en que mostraría los momentos previos a todo eso xD. Espero que les haya gustado este fic, y ya me dirán qué les ha parecido, y nos vemos en otro momento.

Hasta otra