Capítulo 1

Ed POV

-Jamón, queso, lechuga, y tal vez unos pocos tomates – Pasé mi mirada rápidamente por el refrigerador en búsqueda de los últimos ingredientes que completarían mi almuerzo, y divisé casi al fondo aquel frasco con contenido verde – Genial… gori no se terminó los pepinillos esta vez.

Tomé el frasco y seguidamente cerré la puerta del refrigerador tras mis espaldas para dirigirme a la encimera de la cocina donde me dispuse a armar mi sándwich con rapidez. No es que tuviera prisa por llegar a algún lado, pero si debía aprovechar la oportunidad para escabullirme a tomar mi almuerzo sin verme abarrotado de preguntas.

Mi estómago gruñó al tener los sándwiches a la vista, por lo que me dispuse a guardar todo lo que había utilizado para prepararlos y luego de ello los puse en una bolsa de papel para no dejar migajas en el suelo. Llevé mi vista rápidamente hacía la cafetera y para mi buena suerte todavía quedaba algo de café del que habían preparado para la reunión que tuvimos más temprano, por lo que tomé una taza y la puse hasta el tope.

De cualquier manera, dudaba que dormir estuviese en mis planes esa noche.

«El día prometido» recordé vagamente sacudiendo la cabeza.

Había quedado tremendamente saturado de la reunión y de todo lo que iba a caer sobre mí partiendo de esa misma noche, sin embargo, no pensaba abarrotarme de más preocupaciones hasta que llegara la verdadera hora de hacerlo, quería tener un almuerzo tranquilo en un lugar pacífico.

Y tenía el espacio perfecto en mente.

Tomé la bolsa con los sándwiches y la taza humeante de café para salir tan silenciosamente de la cocina como el automail de mi pierna me lo permitiera.

Miré rápidamente la sala de la casa Rockbell, últimamente estaba tan oscura que me costaba recordar que el sol seguía brillando ferviente afuera, sin embargo, la abuela Pinako no podía darse el lujo siquiera de abrir las ventanas en estos días o terminaríamos por arrastrarla en más problemas. Estaba de más decir que me sentía tremendamente culpable por esto, pero eso acabaría esta noche.

Empecé a subir las oscuras escaleras con cuidado y deseando por milésima vez haber tenido la opción de no tener que arrastrar a la abuela en aquel asunto de prófugos, sin embargo, en su momento no tuve en mente otro lugar para esconderme, y ella ni siquiera había puesto objeción… Incluso si me aparecí frente a su puerta después de meses desaparecido, trayendo conmigo dos quimeras y un homúnculo.

Esa mujer tenía el cielo ganado.

Ojalá pudiera convencerla de abandonar el país esta misma noche cuando yo finalmente me fuera, y aunque dudaba que ella aceptara abandonar su casa y se rehusara de sobre manera a darle la espalda al país, la abuela Pinako era de las pocas personas que me quedaban y que podrían no verse involucradas en esta maldita batalla.

Y por supuesto, Winry entraba también en esa categoría, pero hacía meses que no sabía absolutamente nada de ella.

Caminé tranquilamente por el oscuro pasillo hasta llegar a mi destino, ni siquiera toqué la puerta porque hacía semanas que nadie más que yo entraba ahí, precisamente porque la abuela Pinako era la única que tenía copias de la llave de todas las puertas de la casa, y me había encargado de conseguir precisamente la de esta habitación.

Y por supuesto, me aseguré de que la abuela estuviese profundamente dormida el día que me las arreglé para tomar su llavero, ya que, a la fecha, no se ha dado ni por enterada que yo tengo la llave de este cuarto.

-Nota mental: devolver la llave esta noche antes de irme – Dije para mí mismo.

Cerré la puerta detrás de mí, percibiendo el olor característico de aquella habitación que me llenó las fosas nasales y me impregnó completamente haciendo que mi estómago se contrajera. Si hace un par de años me hubiesen preguntado por el olor de este cuarto, quizás habría dicho con firmeza que desprendía un olor a aceite lubricante o simplemente habría dicho que olía a taller, sin embargo, hoy en día ese olor tenía un significado mucho más profundo.

Esta habitación olía puramente a Winry. Ni siquiera podía decir que era un aroma en específico, era extraño porque era simplemente el olor que ella desprendía naturalmente, era una esencia dulce que me recordaba fácilmente a mi infancia en los campos de Resembool, pero también a las andanzas en Rush Valley y en Central.

Era simplemente aquel aroma que había extrañado por meses y que por alguna misteriosa razón siempre me reconfortaba en momentos de mayor estrés y preocupación.

Los cuales habían sido básicamente todos lo que he tenido desde que me volví un maldito prófugo.

Me dirigí hacía la mesa de trabajo, que había actuado como mi comedor desde hace varias semanas, y saqué uno de los sándwiches para darle un mordisco.

Últimamente había encontrado mucha paz en tomar mi almuerzo en este cuarto, me hacía despejar la mente y sentir que de nuevo todo estaba en orden, excepto por la parte en que siempre que estaba aquí no podía dejar de sentirme jodidamente culpable por haber tenido que dejar a Winry en Briggs hacía tantos meses y no haber sabido nada de ella desde entonces.

Y me era imposible estar en este cuarto sin pensar en ella, por obvias razones.

Le di otro mordisco a mi almuerzo y llevé mi mano hacía mi bolsillo, no solía llevar muchas pertenencias allí, sin embargo, desde que estuve en Briggs había unas especifico que trataba de llevarlas conmigo siempre, y lo más gracioso era que ni siquiera me pertenecían a mí.

Al ver los aretes en la palma de mi mano sentí como mi estómago se contrajo, esto se había vuelto un hábito siempre que miraba aquellos accesorios que hasta hace unos meses solían adornar las orejas de Winry todo el tiempo. Y ¿para qué iba a seguir mintiéndome a mí mismo? Era la misma sensación que me invadía cuando estaba en esta habitación o cuando simplemente Winry se me pasaba por la cabeza.

Era una jodida sensación que se sentía bien, pero que al mismo tiempo me aterrorizaba como nunca. Mi corazón se aceleraba cuando la imagen de Winry pasaba por mi cabeza y al mismo tiempo mi pecho se contraía al pensar que no pude hacer nada para reencontrarme con ella y el resto en Briggs, aunque muy dentro de mi aguardaba la esperanza de que Alphonse logró alcanzarlos a tiempo y que, para este punto, ella estaría en un lugar seguro.

Aunque sabía que justo ahora ningún lugar dentro de Amestris era completamente seguro.

Me había martillado a mí mismo durante meses cada vez que pensaba en este tema, sin embargo, esta noche el plan iniciaría y si todo salía bien, Alphonse, Winry y todos los demás estarían a salvos, incluso si yo no lograba volverlos a ver.

Suspiré pesadamente, obviamente mi objetivo era que todos sobreviviéramos, pero estaba consciente de que el plan no era perfecto y que existían posibilidades de que no funcionara, pero estaba dispuesto a hacerlo funcionar incluso si tenía que sacrificarme para que esto pasara.

Jugué con los aretes que estaban en la palma de mi mano, todavía recordaba lo rara que se veía Winry sin ellos y me preguntaba si los habrá reemplazado por otros. Y he de admitir que este simple pensamiento me molestaba un poco porque precisamente estos aretes eran los únicos que ella siempre había tenido, y habían sido un regalo de mi parte y de Al.

Maldita sea.

De nuevo estaba experimentado aquel cosquilleo en el estómago que nada tenía que ver con el hambre. Sabía que era por Winry, no era la primera vez que me pasaba y aunque lo hubiese ignorado por años, hoy en día luego de todo lo que habíamos pasado, era claro para mí porque sucedía, así como también porque me sonrojaba involuntariamente cuando ella estaba demasiado cerca de mí, y también explicaba muy bien porque el verla alejarse aquel día en Briggs con la promesa de volvernos a encontrar en unas horas, me había dejado tan intranquilo.

Estaba enamorado de Winry.

Cada vez que me admitía esto me entraba unas inmensas ganas de golpearme por el simple hecho de haberme dado cuenta de todo esto cuando estábamos en guerra y cuando había altas probabilidades de que yo no sobreviviera y de que seguramente no pudiera volver a verla después de aquel día en Briggs.

Aunque, no era como si admitirme mis sentimientos fuese a cambiar algo de aquello, mientras Winry estuviera a salvo y lejos de esta guerra, yo estaría tranquilo, incluso si ella no llegaba a entrarse de cómo me sentía.

Percibí mis mejillas arder y mi corazón acelerarse, todavía me sentía muy extraño con estas sensaciones. Yo no era nada romántico y por más que buscara en mi cabeza alguna jodida razón científica para darle una explicación lógica al hecho de haberme enamorado de mi mejor amiga y mecánica, siempre fallaba en el intento.

Me regañaba constantemente al recordarme que este no era el momento para cosas de adolescentes, pero asumía que esto era algo que no podía controlar.

Le di otro mordisco a mi sándwich al mismo tiempo que salía de mis pensamientos ya que escuché unos pasos viniendo de las escaleras hasta el pasillo. Me apresuré a guardar los aretes de nuevo en mi bolsillo y traté de controlar mi respiración, no existía la posibilidad de que alguien nos hubiese encontrado porque habíamos sido extremadamente cuidadosos, sin embargo, ni Darius, Heinkel ni Greed subían al segundo piso de la casa nunca.

Y para nada se trataban de los pasos de Den, eran cien por ciento pasos humanos y estos se detuvieron justo frente a la habitación donde me encontraba, y sea quien estuviese del otro lado, deshizo el seguro de la puerta dispuesto a entrar al recinto.

Me quedé completamente quieto en la oscuridad de la habitación, pensando en que el hecho de que nos hayan encontrado era tan improbable como que la abuela me hubiese descubierto con las llaves de este cuarto, sin embargo, cuando la puerta se abrió me di cuenta de que mis suposiciones estaban a años luz de ser ciertas, y creo que, de no haberme quedado estático en mi sitio, habría necesitado que alguien me pellizcara para asegurarme que este no era uno de mis sueños.

Winry había entrado a la habitación, casi como si la hubiese llamado con mis pensamientos.

Me quedé como piedra observándola y procesando que esto no se trataba de una maldita ilusión de mi cabeza.

Ella cerró la puerta y ni siquiera se molestó en encender la lámpara o abrir la ventaba, por lo que dudaba de que se haya dado cuenta de mi presencia, y aunque yo tuviera la voluntad de anunciarla, las palabras no lograban salir de mi boca, ya que yo seguía sintiendo que esto no era real.

Sin embargo, no aparté la mirada de ella.

Winry se acercó rápidamente a su closet y sacó un par de prendas, yo quería denotar mi presencia, sin embargo, las palabras terminaron por quedarse atoradas en mi garganta cuando vi como Winry se sacó la camiseta de mangas que usaba dejándola sobre la cama y vistiendo únicamente un fino blusón de tirantes.

Creo que dejé de respirar por un momento.

Su largo cabello rubio ondeaba por lo largo de su espalda y mi vista bajó de forma inmediata hasta posarse de forma muy descarada sobre sus largas piernas y su trasero. Jamás me había atrevido a mirarla directamente ahí, por supuesto que me había dado cuenta de que ella había crecido con los años, pero podía jurar que había cambiado mucho más durante estos meses separados, y esta contaba como la primera vez en que la veía luego de haber admitido mis sentimientos.

Maldito sea el día en que los hombres fuimos dotados de testosterona.

Las manos de Winry se posaron sobre el borde del blusón y empezó a subirlo revelando su abdomen y lo que era el comienzo de sus senos, y a este punto yo sentía que el aire me estaba faltando, ya que, aunque supiera que Winry era atractiva, incluso si cuando era niño alegaba que se la pasaba cubierta de aceite de automail, hoy podía asegurar que Winry era una mujer en todo el sentido de la palabra.

Una mujer hermosa.

Una parte de mí deseaba gritarle para que se detuviera, incluso si con eso me ganaba un golpe en la cabeza con su llave inglesa, era lo correcto. Sin embargo, la otra parte de mí, y debo decir que la más primitiva, hizo que me quedara simplemente observándola con la boca abierta cual imbécil e imaginando como se sentiría pasar mis manos sobre su cuerpo y ser yo quien la desvistiera.

Y no estoy seguro si fue la intensidad con la que la estaba mirando o si fue producto de que mi respiración se hizo más fuerte, pero de un momento a otro, los ojos azules de Winry finalmente se encontraron con los míos y por un momento quedó estática, aún con el blusón a medio subir y con las mejillas sonrojadas, aunque a diferencia de mí, ella no se quedó en silencio.

Creo que jamás la había escuchado gritar tan fuerte.

- ¡Winry! – Dije saliendo finalmente del shock, aunque honestamente, ni siquiera sabía qué decirle.

Ella se mantuvo ahí parada sin decir una palabra mientras se bajaba el blusón y ambos brazos le cruzaban el pecho, haciéndome sentir como un maldito pervertido por no haber anunciado mi presencia antes, sin embargo, ya era tarde porque el verdadero espectáculo estaba por ocurrir.

Los ladridos de Den se hicieron escuchar desde la planta baja junto con el ruido de unos pasos apresurados desde las escaleras, y antes de que pudiera siquiera tragarme el pedazo de pan que tenía dentro de mi boca, dos sujetos estaban apuntándome con pistolas.

Casi me atraganto con mi sándwich y de inmediato levanté las manos con intención de detenerlos, digo ¿qué tan patético sería que me dispararan dos desconocidos en el cuarto de Winry solo porque fui descubierto mirándola mientras se cambiaba?

Oh maldita sea ¿cómo me metí en esto?

- ¿Edward Elric? – Dijo uno de los desconocidos que me apuntaban.

Así que para hacerlo todo más patético, estos sujetos me conocían.

Sin embargo, antes de que yo pudiera contestar, Gorila y Heinkel aparecieron justo a tiempo para apuntar a los sujetos.

-Baja el arma – Ordenó Gorila, aunque esto quedaría en el aire solo unos segundos, ya que acto siguiente, Den apareció para morderlo, haciendo que propinara un grito de dolor.

Quise decir algo al respecto porque la situación empezaba a ser ridícula, y este pensamiento solo se hizo más certero cuando Greed hizo su aparición en escena y alejó a Den de Gorila, con su típica cara imperturbable.

- ¿Qué están haciendo? – Soltó Greed mientras sostenía a Den.

- ¿Ling? – Dijo Winry viendo la escena completamente desconcertada.

-Diablos, son los hombres de Kimblee – Respondió el hombre que me había reconocido mientras esta vez apuntaban a las quimeras.

Gorila y Heinkel también les apuntaron de vuelta, y me hacía pensar que probablemente ya todos habían olvidado la razón principal por la que había venido a este cuarto, y en parte agradecía aquello.

-Un momento, los conozco – Dijo Gorila sin dejar de apuntas – Son de Briggs.

Oh, así que de ahí es que estos sujetos me reconocieron.

-Nos han seguido hasta aquí – Respondió otro de los sujetos de Briggs.

-Un momento – Demandó Heinkel desde el umbral de la puerta mientras los ladridos de Den seguían escuchándose de fondo – Bajen sus armas.

La razón por la que ellos entraron aquí en primer lugar ya era vergonzosa por sí misma, sin embargo, el cómo esto se había tornado un asunto de hombres de Briggs vs hombres de Kimblee en cuestión de segundos, ya era sencillamente ridículo.

¿Cómo demonios mi pacífico almuerzo había terminado en esto?

-Ed ¿vas a explicarme que está pasando aquí? – Me sobresalté al escuchar la voz de Winry tan cerca de mí y más al verla justo a mi lado. Y tengo que admitir que tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano por esconder mi sonrojo mientras evitaba a toda costa mirarla a los ojos, y más aún, hacía el escote.

-Parece más un cuento con una moraleja sobre armas – Dije mientras volteaba la mirada. Por un instante pensé que un poco de gracia sería positivo para la vergonzosa situación en la que nos habíamos visto envueltos.

-No te pases de listo – Escuché que cambiaba su tono de voz a uno molesto, por lo que esta vez sí me atreví a mirarla de reojo comprobando mi teoría – ¿Qué haces en mi habitación?

Justo la pregunta que esperaba evitar, y es que ¿cómo diablos le explicaba que su habitación había sido mi lugar de paz desde hacía semanas sin quedar como un tonto pervertido?

-Ehm… Solo estaba buscando un lugar tranquilo para poder comer mi sándwich en privado – Sabía que era una excusa barata y poco creíble, especialmente con las mejillas tan sonrojadas como las tenía en ese momento, pero honestamente tampoco me emocionaba hablar de mis verdaderas intenciones cuando el ruido del fondo hacía más incomoda la conversación.

-No me importa, bajen sus armas.

-Dejen de gritarnos.

Otro alarido de Den se hizo escuchar con fuerza – Ya callen a ese perro.

Me maldecía por no haberme anunciado a tiempo para que Winry no gritara llamando la atención de todos estos imbéciles, ya de que lo contrario, podríamos estar teniendo una conversación mucho más privada justo ahora. Quería poderle dar una excusa más creíble o al menos decirle exactamente lo que estaba sucediendo y estaba por poner orden en aquella ruidosa situación en la que nos encontrábamos por todos esos imbéciles apuntándose los unos a los otros en el umbral de la puerta.

Sin embargo, no hizo falta que yo interviniera.

- ¡Salgan de mi habitación! – De un momento a otro, ella se encontraba en la entrada de su cuarto apuntándolos a todos con su legendaria llave inglesa.

De nuevo, solo éramos nosotros dos en su cuarto.

Creo que jamás había visto a Winry tan molesta y cuando se giró para mirarme sentí mi cuerpo tensarse del miedo, ya que su llave inglesa era prácticamente una extensión de mi cabeza y estaba más que listo para recibir el siguiente golpe, sin embargo, este nunca llegó.

Winry bajó la herramienta y posó la mirada en sus pies – Estaba preocupada.

Por supuesto que me lo imaginaba, de cualquier manera, era el estilo de Winry, pero para nada me esperaba que esas palabras llegaran antes de un golpe, así que debía andarme con cuidado, aunque he de admitir que escuchar esas palabras de su boca en un tono tan suave hizo que mi estómago cosquilleara de nuevo.

Ella también había estado pensando en mí y no me lo esperaba… ¿Qué demonios se dice en esta situación?

-Ehm… también yo – Suponía que lo natural era decirle aquello y eso no tendría por qué significar algo más – ¿Estás bien? ¿Al no está contigo?

Winry se sobresaltó ante mi interrogante y se giró para acercarse de nuevo, esta vez viéndose más calmada con respecto a golpearme con su llave inglesa, pero notoriamente preocupada por algo y esto me alarmó de inmediato.

-Al está con el señor Miles en la estación de trenes, se marcharán en cualquier momento – Apenas podía creerlo, tenía meses sin ver a Alphonse y daba la casualidad de que por varios días o semanas ambos estuvimos en Resembool – Creo que si te apresuras los podrás alcanzar.

Ni siquiera esperé a que Winry terminara de hablar cuando ya me había puesto de pie para dirigirme a la puerta. La última vez que había visto a Al había sido antes de que se embargara en un peligroso viaje a través de la tormenta de nieve para advertirle a Winry y al resto que el fuerte de Briggs ya no era un lugar seguro, y desde entonces había sido imposible volverme a cruzar con él.

Todos los días pensaba en Al y me preguntaba si estaba bien, si necesitaría que volviera a poner juntas las partes de su armadura, y creo que esta sensación de ansiedad y extrema preocupación se la atribuía a que nunca habíamos pasado tanto tiempo lejos el uno del otro e incomunicados, necesitaba verlo y asegurarme de que estaba bien.

Sin embargo, la idea de ir a encontrarme con él desapareció antes de que siquiera cruzara el umbral de la puerta del cuarto de Winry. Había estado escondiéndome por meses para lograr recuperarme y haber podido concretar el plan que llevaríamos a cabo en el día prometido, y por supuesto que en ese plan el reencuentro con Alphonse se daría en algún punto, no podía echarlo a perder cuando estábamos solo a unas horas de iniciar.

Muy a mi pesar, no podía ir tras Alphonse esta vez.

- ¿Qué sucede? ¿No vas a ir? – Escuché la suave voz de Winry a mis espaldas, y no había ninguna razón lógica para que ella no supiera lo que en realidad estaba pasando.

Apreté la mano de automail en un puño mientras miraba mis pies, lo que menos deseaba es que ella se siguiera involucrando en esto, pero si mantenía mis verdaderos planes e intenciones en secreto, Winry podría verse involucrada en algo peligroso, por lo que lo mejor era ser transparente con ella para tratar de mantenerla a salvo.

Y no iba a mentirme, yo quería ser transparente con ella con todo, de ahora en adelante.

-Somos prófugos en Central – Respondí sin voltearme, no era algo de lo que me enorgullecía – No nos convienen que nos vean.

-Lo sé, pero… – Por alguna razón, sus palabras se quedaron suspendidas en el aire por un momento, y yo no fui capaz de girarme a verla.

En cierta parte, me sentía avergonzado por haberlos abandonado a ambos en Briggs y haber desparecido por meses, lo mínimo que les debía justo ahora, era adherirme al plan que ya habíamos ideado para poder continuar nuestra misión, y si teníamos suerte, terminarla de una vez por todas.

- ¿Winry? – Se escuchó una nueva voz viniendo del umbral de la puerta.

Levanté la vista del suelo para comprobar que aquella voz pertenecía a la abuela Pinako, quien miraba con una mezcla de sorpresa y felicidad a Winry, y caí en cuenta de que ellas no se veían hace meses.

-Bienvenida a casa – Dijo la anciana sonriente mientras la miraba y luego rápidamente pasaba sus ojos sobre mí también.

Genial, hora de explicarle a la abuela como demonios es que tenía acceso a esta habitación.

-Gracias, y perdón por preocuparte – Respondió Winry finalmente sonriendo.

A este punto ya me sentía hasta algo intruso por estar presente en esta escena, por lo que me giré rápidamente hacía el escritorio para tomar lo que quedaba de mi almuerzo y dirigirme a la salida del cuarto, sin embargo, una voz me detuvo.

-Ed – Dijo Winry.

-Les daré un poco de espacio a ambas – Respondí inmediatamente sin atreverme a mirarla – Ehm… las veo abajo.

Y sin dejar que Winry tratara de convencerme, decidí salir de la habitación de una buena vez por todas, tratando de recordarme a mí mismo en qué momento se me ocurrió que sería buena idea tomar las llaves de ese cuarto en primer lugar.

oOo

-Por eso mismo ahora somos esbirros – Dijo Greed finalizando el resumen que se había encargado de darle a Winry sobre lo que habíamos estado haciendo los últimos meses mientras cenábamos todos juntos.

Ciertamente, esa era una historia que Winry necesitaba escuchar, considerando que al volver a casa después de tanto tiempo me encontraba a mi junto con dos quimeras y un homúnculo que usaba el cuerpo de Ling para su beneficio, y que de alguna manera yo era su subordinado, y estaba seguro de que luego tendría que darle más detalles, pero al menos ella estaría en contexto justo a tiempo para mi partida.

- ¿Y para que vinieron aquí? – Preguntó Winry con curiosidad.

-Este tipo tenía que reparar sus automails para estar en plena forma – Respondió Greed mientras me señalaba.

Sentí la mirada azul de Winry sobre mí, pero honestamente seguía evitándola porque no quería hacer esto más difícil de lo que ya era. Seguía sintiéndome avergonzado por haber sido descubierto en su habitación, sin embargo, lo que me causaba mayor conflicto desde que volvimos a vernos, es que no estaba tan seguro de querer que ella se mantuviera en Amestris, incluso si Resembool no era el blanco principal de Padre, saber que la dejaría atrás a ella y a la abuela Pinako me causaba un temor que nunca antes había experimentado.

-Revísalos luego – Le dijo la abuela Pinako a Winry, la mujer también tenía la mirada puesta sobre mí – Los fabricaste tu y puede que yo los arruine si intento ajustarlos.

-De acuerdo – Dijo Winry en voz baja luego de un rato.

No me atreví a mirarla en ningún momento, incluso cuando sabía que ella si lo estaba haciendo conmigo.

Winry y yo tendríamos una revisión de automail a solas, y de inmediato mi cabeza se fue a como había sido la última, en el fuerte de Briggs, donde ella estuvo tan peligrosamente cerca de mí que pude haber ocasionado una situación extremadamente vergonzosa y con consecuencias irrevertibles en nuestra amistad, sin embargo, creo que esta vez sería diferente.

El sorpresivo encuentro con Winry me había desequilibrado por completo, mi corazón no había dejado de palpitar con fuerza desde que la vi en su habitación esa tarde, y empecé a cuestionarme sobre ¿qué pasaría si yo le dijera lo que sentía por ella? Pero más allá de estar atemorizado de su respuesta, estaba jodidamente aterrado de no ser capaz de irme y dejarla.

No irme a la batalla contra Padre no era una opción, pero ¿dejar a Winry? Creo que necesitaba que Alphonse me diera un puñetazo para despertar.

Mis sentimientos por ella estaban más vivos que nunca, y por esa razón tenía la necesidad de ponerla a salvo costara lo que costara, y más si había tenido la oportunidad de verla solo unas horas antes de que yo me fuera de Resembool sin saber si volveré.

¿Cuántas probabilidades habían de que nos encontráramos antes de irme? No podía dejarme vencer por mis sentimientos, tenía que actuar con la cabeza y no con el corazón.

Y aunque una parte de mi me estuviera diciendo que lo correcto era que yo fuera sincero sobre mis sentimientos antes de irme, incluso si estos probablemente no eran correspondidos, mi parte racional atendía a que debía tratar de convencerla de abandonar el país junto con la abuela, de tal manera que, si algo salía mal con el plan, ellas sobrevivirían.

¿Cuánto tiempo tardé en darme cuenta de que Winry era mi debilidad?

El propio King Bradley pudo percibirlo solo con vernos un par de veces y había sido suficiente para que Winry se convirtiera en el blanco perfecto si nosotros nos rehusábamos a seguir sus órdenes. Y eso me llevaba a darme cuenta de lo jodidamente obvio que siempre había sido con respecto a mis sentimientos por ella al punto de que había sido peligroso.

Cada vez que pensaba en ello me sentía peor por haberla arrastrado a esto, sin embargo, a este punto lo único que podría hacer para reparar ese error era seguir adelante, aguardando la esperanza de que ella estaría en un lugar seguro.

Me atreví a mirar a Winry de reojo rápidamente mientras hablaba animadamente con la abuela, ella sonreía tan cálidamente como siempre y yo solo podía pensar en que esos meses se había perdido de aquello porque al estar vinculada conmigo era un peligro para ella ser vista, ya estaba harto de esta situación, Winry merecía vivir tranquila.

Incluso si yo tenía que pelearme con Padre y todos los homúnculos en el mismismo infierno para lograrlo.

Estaba decidido.

Esta vez mis sentimientos tendrían que esperar o quizás nunca ser revelados, de cualquier manera, eso no importaba. Haría que Winry saliera del país con la abuela antes de que estallara la guerra y si tenía mucha suerte, volveríamos a vernos.

Y muy dentro de mí guardaba la esperanza de que solo esta vez, la suerte estuviese de mi lado.

oOo

N/A: ¡Hola a todos! He vuelto por los lados de este fandom con un short-fic Edwin.

Esta pequeña historia constara con 2 capítulos, este narrado por Ed y el siguiente por Winry, y es que desde que escribí las crónicas y me puse en el lugar de ambos me quedé con las ganas de volverlo a hacer.

Bueno y como ya se dieron cuenta, está historia puramente inspirada en la primera parte del capítulo 46 de Brotherhood, siempre quise aventurarme a escribir ambos puntos de vista tanto en la escena del sándwich como también en lo que pasa luego, y bueno creo que los pensamientos de Ed serian muy mixtos entre toda la presión y responsabilidad que siente por el día prometido, pero sin olvidar que es un adolescente y que los sentimientos por Winry están ahí haciéndose cada vez más presentes.

Espero que les haya gustado este comienzo y pues, mi plan es traer el siguiente en algún punto de la próxima semana, como les dije, solo habrá 2 capítulos xd.

Recuerden que en mi perfil hay otro par de historias EdWin, por si no las han visto y les interesa leer algo de esa pareja ;)

Muchas gracias a todos los que se tomaron el tiempo de leer.

Nos vemos en el siguiente.

Un abrazo enorme.

ACLARATORIA: Esta historia es de mi autoría, no existen colaboraciones con nadie y en el caso de que las hubiese se le darían sus respectivos créditos. Esta historia solo es publicada a la fecha en las plataformas FanFiction, Wattpad y AO3; si está en alguna otra es porque no está autorizada por mi persona y se considera plagio. No se permite la copia y/o adaptación de esta historia.