Capítulo 2
Winry POV
-Por eso mismo ahora somos esbirros – Dijo Ling para luego engullir su cena.
Oh bien, por la forma de expresarse mientras contaba aquella historia, creo que más bien se trataba del homúnculo Greed.
Todo esto seguía siendo confuso, pero he de admitir que su resumen sobre lo que habían vivido los pasados meses, había sido bastante iluminador. Seguía teniendo un millón de preguntas sobre las motivaciones que llevaron a Ling a fusionarse con el homúnculo Greed, sin embargo, creo que estas no eran tan grandes como las que estaba teniendo sobre Ed siendo su subordinado.
¿Cómo es que aquello había sucedido?
Conocía a Ed lo suficientemente bien como para encontrar esto un poco extraño, sin embargo, por esa misma razón podía casi jurar que debió tener razones de peso para acceder a seguir a un homúnculo en compañía de dos quimeras y ex hombres de Kimblee.
Sin embargo, sean cuales fueran sus razones, no me hacía mucho sentido que estuviera en Resembool, y es que, al no venir aquí en tanto tiempo, lo que menos habría esperado había sido encontrar a más gente de la usual albergada en la casa, me sentía casi como una extraña en mi propio hogar.
- ¿Y para qué vinieron aquí? – Pregunté con curiosidad siguiendo la conversación.
-Este tipo tenía que reparar sus automails para estar en plena forma – Respondió Greed mientras señalaba al otro lado de la mesa, justo donde estaba Ed.
Llevé mi vista hacía el lugar indicado y Ed se mantenía impasible simplemente comiendo su cena. No habíamos cruzado palabras desde que estuvimos en mi habitación, y aunque en el momento me costó decir algo cuando lo vi tan cabizbajo sobre ir a reencontrarse con Al, yo seguía teniendo mucha curiosidad sobre todo lo que había estado haciendo desde que nos separamos en Briggs.
Sin embargo, he de admitir que seguía sintiéndome levemente avergonzada por la situación que vivimos cuando recién entré a mi habitación.
¿En qué universo me podría haber imaginado que precisamente Ed estaría en mi cuarto cuando yo estuviera cambiándome de ropa? Las probabilidades eran de una en un millón.
Y apenas podía creer que Ed había sido ese uno.
-Revísalos luego – Dijo la abuela sacándome momentáneamente de mis pensamientos y captando mi atención – Los fabricaste tu y puede que yo los arruine si intento ajustarlos.
Encontré algo extraña su petición, considerando que había sido ella quien me enseñó todo lo que sabía, exceptuando unas que otras cosas que aprendí con el Señor Garfield en Rush Valley los pasados meses. De cualquier manera, mi abuela seguía teniendo muchos años más de experiencia que yo, aunque suponía que solo quería que los automails de Ed no se viera afectado en un momento tan crucial.
-De acuerdo – Accedí en voz baja mientras volvía a llevar mi mirada hacía Ed.
Él seguía sin levantar la vista de su plato y apenas y había hecho alguna adición a la conversación y a las explicaciones que me estuvo dando Greed, algo que encontré impropio de él, y hasta estaba llegando a considerar que de alguna forma estaba evitando mirarme.
Pero ¿por qué?
Dejando de lado la embarazosa situación en mi habitación, la última vez que nos vimos, pese a la tensión y al temor que había de que el plan con Scar no resultara, todo había salido bien e incluso tuvimos una última conversación donde pensamos que nos separaríamos solo un par de horas hasta reencontrarnos en el fuerte de Briggs, y ese había sido nuestro adiós por unos meses.
Entonces ¿por qué actuaba tan distante?
Entendía que Ed no era la persona más sentimental del universo, pero últimamente sus acciones indicaban que ya no reprimía tanto sus sentimientos como en el pasado, y la prueba de aquello eran las llamadas constantes que estuve recibiendo de vez en cuando desde Central para asegurarse de que estuviese bien, y también aquel abrazo tan raro que tuvimos en Briggs cuando terminó por aceptar el plan que se me había ocurrido para que escapáramos.
¿Había pasado algo esos meses de lo que no estaba enterada?
De repente un escalofrío me recorrió la espalda y por alguna razón mis sentimientos por él aparecieron en escena, aunque no tuviera mucho sentido atribuírselo a esto, ya que Ed no tenía ni idea de ellos.
Y ahora que esos pensamientos llegaban a mi mente, el llamado "día prometido" del que tanto habíamos escuchado en Lior y que Alphonse y Hohenheim se encargaron de explicarme, estaba más cerca que nunca, y no dudaba que Ed estuviese fuertemente involucrado en ello.
Ya estaba acostumbrada a que él y Alphonse estuviesen inmiscuido en asuntos peligrosos con la intención de cumplir su misión de la forma más apegada a sus principios, sin embargo ¿cuánto tardaría esto en hacerse realidad? Esperaba que no mucho.
Habían sido meses en los que estuve sumamente preocupada por el paradero de Ed y el volverlo a ver ese día había hecho que me preguntara si valía la pena esperar a que toda aquella guerra acabara para decirle como me sentía.
¿Acaso valía la pena poner otra preocupación sobre él? Esto era complicado.
-Estás tan delgada, Winry – Dijo la abuela volviendo a sacarme de mis pensamientos – De seguro no comías casi nada por estar metida en el trabajo.
Me reí ante su suposición tan precisa, sin duda alguna, esta era la mujer que me había criado y que me conocía mejor que nadie, por lo que con solo verme podría deducir que en aquellos meses prácticamente sobrevivido a punta de café y comidas no demasiado elaboradas.
-Ya me conoces, abuela – Respondí desviando la mirada de Ed y centrándola en mi cena – Además, nada como la comida de casa.
Y de repente el significado de "casa" no era solo un lugar, de hecho, percibí esta sensación de sentirme en mi hogar cuando volví a ver a la abuela… y también, cuando crucé mis ojos con los de Ed luego de meses.
Ed era hogar, y esperaba de corazón hacérselo saber de alguna forma.
oOo
Habíamos decidido hacer el mantenimiento en mi habitación, ya que con tantas personas en casa y con casi todas las mesas y camillas llenas de repuestos de automail, lo más cómodo y práctico para el momento era hacerlo justo aquí, incluso si eso se consideraba una razón para aumentar la vergüenza que aún existía entre Ed y yo por el incidente de esa tarde.
Aunque para mi sorpresa, Ed más que avergonzado, se veía pensativo y casi como si estuviese maquinando algún plan en su cabeza.
Había sido la sesión de mantenimiento más calmada que hayamos tenido nunca, lo cual me hacía pensar que en cuestión de unos meses habíamos madurado un poco, especialmente considerando la última sesión que tuvimos en Briggs y en la que Ed, por alguna extraña razón, había perdido un poco los estribos.
Nota mental: preguntarle en un mejor momento ¿qué fue lo que pasó esa vez?
-Entonces – Dijo Ed aclarándose la garganta y llamando mi atención mientras le daba los ajustes finales a su brazo – ¿Lior empieza a levantarse de nuevo?
-Bueno, no es como si yo conociera la ciudad antes de lo que pasó – Respondí poniendo un poco de aceite sobre algunas tuercas – Pero basándome en lo que tú, Al y Rosé me contaron, entonces podría decirse que sí.
-Oh, conociste a Rosé – Inquirió Ed mostrándose interesado – ¿Cómo está ella?
Debía admitir que me arrepentí un poco de haberla mencionado. No tenía nada en contra de ella, especialmente porque llegué a conocerla un poco los pasados meses, pero una pequeña chispa de celos seguía torturándome al recordar la emoción en los ojos de la chica al preguntarle a Alphonse donde estaba Ed y también su decepción al saber que él no había ido a Lior en esa ocasión.
-Ella está bien – Respondí escuetamente sin atreverme a mirarlo, todavía tenía esa sensación nada agradable en mi estómago – Al me contó un poco lo que pasaron con ella cuando la conocieron.
- ¿Ha logrado superar un poco todo lo que pasó con el padre Cornello y con su prometido? – Preguntó Ed.
-Creo que sí – Dije ajustando unas tuercas – Ya sabes, no la conozco demasiado bien, pero según lo que me contó Al, podríamos decir que Rosé se ha recuperado poco a poco.
-Me alegra saber eso – Respondió.
Me atreví a mirarlo de reojo rápidamente y me di cuenta de la sonrisa de medio lado que se cruzó en su rostro al decir aquello último, gesto que hizo que mi pecho se contrajera un poco, sin embargo, pese a la sensación, se me ocurrió que esta sería mi oportunidad de despejar algunas dudas.
-Rosé preguntó por ti – Comenté luego de unos minutos sintiendo la mirada de Ed sobre mí – Cuando vio a Alphonse dijo que esperaba verte también.
Su respuesta nunca se hizo tan eterna como esta, por suerte, llegó en su debido momento y podría decir que la cara de Ed era una mezcla de confusión y sorpresa absoluta.
- ¿En serio? Eso es extraño, considerando que apenas la conozco.
Creo que nunca había estado tan aliviada de que Ed fuese tan despistado para el tema de las mujeres, ya que esto me daba a entender que él no estaba ni siquiera enterado de que Rosé tuvo un leve interés en él, pese a ser tan brusco con las personas a veces.
Suspiré pesadamente, sabía que mis celos tenían poco sentido considerando que Ed y yo solo éramos amigos y así como con Rosé, dudaba que él siquiera sospechara que yo albergaba sentimientos por él. Y aunque me sintiera mal por alegrarme de esto, me tranquilizaba saber que aparentemente Ed no correspondía a esos sentimientos.
- ¿Por qué estás tan feliz, Winry? – Preguntó Ed sacándome de mis pensamientos.
Sentí mis mejillas sonrojarse al instante y me maldije por ser tan evidente, lo mejor sería desviar el tema – No sé dónde sacas esas ideas.
-De repente sonreíste – Refutó él – O estás tan loca como siempre he dicho o hay alguna razón que me estás escondiendo y… ¡AH! ¡¿Qué demonios...?!
Sabía que había sido una jugada sucia conectarle los nervios del brazo sin decirle nada, pero fue la única escapatoria que consideré viable para no quedar al descubierto. Y en mi defensa debía decir que prefería primero admitir mis sentimientos antes que mis celos.
-Lo siento, olvidé decírtelo – Respondí para encontrarme su mirada cejuda.
-Lo hiciste a propósito – Contestó empezando a mover su brazo.
-Espera – Dije deteniéndolo de aquello y dejando el brazo reposando entre la cama y la mesa de noche – Aguarda un par de minutos antes de moverlo.
Ed asintió con la cabeza mientras se acostaba de nuevo en la cama y se quedaba quieto con el brazo extendido de la forma que le había indicado. No era que desconfiara de lo que había hecho, pero habían pasado muchos meses desde el último mantenimiento y encima, había tenido que desmontar todas las actualizaciones que hice en Briggs para adaptarlo al clima, por lo que prefería que tuviera unos minutos de reposo antes de ponerlo a funcionar.
Ed se mantenía impasible con los ojos cerrados y yo aproveché el silencio que había entre nosotros para detallar algunas cosas de las que me fijé mientras hacía el mantenimiento, y ¿para qué mentirme? Me di cuenta de ello desde que lo vi esa tarde.
Ed había madurado mental y físicamente.
Aproveché que sus ojos seguían cerrados y me atreví a mirarlo más a detalle, sintiendo como mi estómago cosquilleaba en el proceso. Su brazo y el inicio de su pecho se veía notoriamente más marcado, y aunque se hubiese dejado puesta su camiseta para el mantenimiento, a juzgar por esa vista podía asegurar que su abdomen también estaría más definido.
Me aventuré a llevar mi vista hacía su rostro, el cual lucía tranquilo, y detallé como su mandíbula acentuaba más madurez y estaba ligeramente poblada por algunos cabellos rubios que parecían haber sido rasurados recientemente, e inevitablemente mis ojos reposaron sobre sus labios, los cuales en ninguna otra ocasión me habían incitado tanto a probarlos mientras imaginaba como sus fuertes brazos me tomaban entre ellos.
Me sonrojé furiosamente ante este último pensamiento ¡Jamás me había atrevido a pensar en alguien de esa forma!
De repente empecé a sentir mucho calor y he de admitir que la culpabilidad me embargó por haber pensado en nosotros envueltos en una situación tan íntima cuando éramos solo amigos.
-Estás un poco rara hoy, Win – Soltó Ed posando la mirada sobre mí – ¿Te pasa algo?
-No, nada – Dije levantándome con rapidez y llevándome mis herramientas mientras a la par trataba de esconder mi sonrojo – Mueve la mano y poco a poco el brazo.
Ni siquiera dejé que Ed dijera algo, simplemente me dirigí hacía mi escritorio para empezar a guardar todas las herramientas mientras trataba de disipar todo pensamiento celoso e irracional que no venía al caso.
-Entonces, Lior está recuperándose – Escuché que respondió Ed desde la cama – Es bueno saberlo, me preocupaba que no pudieran hacerlo.
Agradecí que Ed no insistiera en que me pasaba algo y que volviera a tema de Lior tan naturalmente, y es que nunca debí desviarme en primer lugar. Lo mejor sería seguir con aquel tema.
-Entonces – La voz de Ed se hizo escuchar de nuevo seguido de los dedos de su automail rechinando un poco – ¿Qué es lo que hace Al viajando con el Mayor Miles?
Sabía que este tema no quedaría inconcluso, especialmente cuando se reprimió de ir a la estación de trenes esa misma tarde, y aunque yo no tuviera demasiada información al respecto, lo mejor sería ponerlo en sintonía con la poca información que tenía a la mano.
-No estoy segura de los detalles – Empecé a relatar mientras seguía guardando mis herramientas sin voltearme a verlo – Pero sé que los soldados de Briggs planean hacer algo con el ejército del Este. Al dijo que quizás podría ayudarles.
-Ya veo – Respondió de inmediato, y aunque estaba segura de que lo siguiente que estaba por decirle probablemente no fuese de su agrado, de cualquier manera, me parecía importante que lo supiera.
-Tu padre tomó la delantera y decidió ser el primero en ir a Central, y creo que para este momento ya debería estar en un arrabal de Canama – Seguí con mi relato mientras tomaba la caja de las herramientas y las ponía en su estante – Deberías ir a verlo y obtener la historia completa.
Y aunque yo esperaba cualquier molestia de su parte ante la simple mención de Hohenheim, lo único que percibí fue un silencio demasiado ensordecedor. Sin girarme completamente lo miré de reojo y este simplemente miraba su mano de automail fijamente como si tratara de encontrar respuestas en ella, y de inmediato tuve una corazonada de lo que podría estar pasando por su cabeza, por lo que seguí escuchándolo mientras abría la caja nueva.
-Sabes, casi es el "el día prometido" – Dije girándome para tomar la caja con herramientas nuevas que la abuela había dejado para mí, honestamente por alguna razón creía que la conversación entre ambos podría fluir mejor si yo no lo miraba directo a los ojos.
De cualquier manera, me sentía tremendamente nerviosa de lo que pudiera decirme al respecto, pero necesitaba saber que tan informado estaba sobre el tema.
-Greed me contó todo sobre eso – Respondió en un tono más pesado que el que había estado empleando – Podría ser la oportunidad de recuperar nuestros cuerpos, pero a la vez es más como el día en que puede ocurrir una catástrofe en masa en el país.
Por lo que escuchaba, estábamos aparentemente en la misma página, ya que era lo que Hohenheim nos había explicado en Lior. Había una gran probabilidad de que Al y Ed recuperaran sus cuerpos, pero a la vez era posiblemente el día en el que muchas desgracias podrían ocurrir en el país, y aunque no entendía del todo como una guerra de Central podría afectar a todo Amestris en un mismo día, no tuve tiempo de cavilar demasiado en ello, ya que Ed llamó mi atención.
-Escucha Winry… – Dijo haciendo que me detuviera de mis labores y me giré de medio lado para verlo, aún yacía sobre la cama mirando su mano de automail.
- ¿Qué sucede? – Pregunté mitad intrigada y mitad nerviosa de la respuesta, honestamente por mi cabeza pasaban muchas posibilidades y a la vez ninguna que fuese lógica considerando el contexto de la situación.
Sin embargo, no me esperaba aquella petición.
-Quiero que tomes a la abuela y a Den, y que salgan del país por un tiempo.
Siendo completamente honesta, golpearlo con una llave inglesa jamás se había sentido tan bien como esta vez.
¿Qué diablos estaba pensando Edward al proponerme semejante idea? ¡Estaba tan enojada con él!
- ¡No voy a escapar! – Me planté de frente mientras él tenía ambas manos en su cabeza por el aporreo y se retorcía del dolor, pero poco me importaba ¿Cómo se le ocurría estar sugiriendo algo como eso?
- ¿Por qué haces huir a tu familia de esa manera? – Estaba tan enojada que creo que podría golpearlo una segunda vez, pero quería que me escuchara y entendiera que esta era la peor propuesta que me había hecho en la vida – ¿Acaso no piensas detener lo que va a ocurrir en el país?
Ed me miró con el entrecejo fruncido, viéndose más enojado de lo que alguna vez había presenciado, pero yo estaba lejos de estar preocupada por ello, sin embargo, esta vez fue su turno de hablar.
- ¡Haré todo lo que pueda para detenerlo, pero existe la posibilidad de que no funcione!
- ¡No quiero escuchar ninguna duda de tu parte! – Creo que jamás había sido tan sincera con él sobre algo.
Y todavía no le había dicho como me sentía.
No podía justificarlo del todo, y creo que estaba incluso más preocupada que él por todo esto, de cualquier manera, sería yo la que se quedaría atrás mientras él iba a la guerra ¿cómo podía pensar en enviarme aún más lejos?
-Ellos planean destruirlo todo ¿cierto? – Me aventuré a suponer, de cualquier manera, ya había escuchado lo suficiente para deducir que de eso se trataba aquella guerra, pero dentro de mí seguía teniendo fe en Ed y era hora de hacérselo saber – Dime que puedes detenerlos y salvar el país.
Sabía que estaba siendo codiciosa y que mi voz temblaba al hablar, e incluso llegué a percibir un ardor en mi garganta, pero me mantuve firme, especialmente porque los ojos de Ed no se apartaban de mí y él se mantenía atónito simplemente escuchando mi discurso, por lo que no dejaría nada por fuera.
-Quiero escucharte decir que vas a proteger el país y que tú y Al van a lograr recuperar sus cuerpos y que volverán a casa – Apenas y respiraba en cada palabra que soltaba, pero es como si no quisiera olvidarme de nada, y no lo hice – ¡Y harás todo lo posible para que eso pase!
Sentía que tenía fuego en los ojos y que mis pulmones ardían en cada respiración, pero me mantuve imperturbable mirando a Ed directamente a los ojos, ni siquiera sé en qué momento llegué a acercarme tanto a él, y, de hecho, fue apenas en ese momento en que me di cuenta de que, por primera vez, yo lo miraba hacia arriba.
¿En qué momento se volvió más alto que yo?
Me regañé a mí misma porque sabía que este no era el momento para resolver esa incógnita, especialmente porque luego de un rato de silencio tenso entre ambos, Ed me sostuvo la mirada fruncida por unos segundos más antes de girarla hacía su derecha y volver a aquella característica actitud.
-Winry, lo haces sonar como si fuera sencillo – Dijo Ed sin inmutarse.
- ¡No es propio de ti pensar en la derrota! – Respondí viendo como él me daba la espalda y tomaba su camisa del borde de la cama.
Lo vi alejarse hasta la puerta sin mirarme y aquello solo me daba a entender que su posición no había cambiado en lo absoluto, y me llenaba de frustración lo terco que podía llegar a ser si se lo proponía.
- ¡Ed, escúchame! – Exclamé tratando de evitar que se fuera.
- ¡Que mujer más escandalosa eres! – Contestó sin mirarme y cerrando la puerta detrás de sí.
- ¡Ed! – Sin embargo, este último llamado quedó en el aire porque él ya se había ido.
Solté un suspiro de frustración mientras me dejaba caer sobre la cama donde estuvo Ed hasta hace unos minutos y donde vagamente había dejado su olor. Sabía que estaba desgastándome porque él ya habría tomado una decisión sobre "el día prometido", pero de cualquier manera guardaba la esperanza de poder escuchar de sus propios labios que él y Alphonse volverían a casa sanos y salvos.
Pero seamos honestos, no podía prometerme algo así y la forma en que se fue solo me lo confirmó.
Estaba enamorada de Ed, y naturalmente quería escuchar que él volvería a casa y que eventualmente yo podría decirle lo que sentía, incluso si existían enormes posibilidades de que no fuese correspondida, pero en este momento, no había lugar para confesiones ni sentimientos, estábamos en una guerra y Ed tenía su cabeza puesta completamente en ella.
Llegué a sentirme hasta un poco tonta por haber estado pensando en celos y cosas de adolescentes cuando una guerra que afectaría a todo el país se avecinada, obviamente de momento no había espacio para estos pensamientos.
Suspiré pesadamente mientras cerraba los ojos unos segundos, entregándome a la posibilidad de que lo mejor es que mis sentimientos tendrían que esperar, o quizás nunca ser revelados, aunque podría vivir con esto con tal de saber que Ed y Al regresarán sanos y salvos.
-Solo espero que vuelvas a casa conmigo, Ed –.
oOo
Los leves toques en la puerta de mi habitación y seguidamente la voz de alguien dentro de ella, fueron la razón para despertarme de aquella breve siesta.
-Winry – Me levanté de inmediato de cama sintiéndome un tanto soñolienta para encontrarme con la figura diminuta de mi abuela – Ed y los demás están listos para irse.
- ¿Irse? ¿Ahora? – Pregunté sintiéndome aturdida al ver como a través de la ventana aún era de noche.
-Sí, llevan días planeándolo – Respondió la mujer desde el umbral – Creí que Ed te habría dicho.
De seguro ese era su plan hasta que decidí aventarle una llave inglesa en la cabeza y luego sumirnos en la pelea más acalorada de nuestras vidas, así que probablemente ese detalle se le pasó por alto.
La abuela interpretó mi silencio correctamente y de inmediato volvió a hablar – Pensé que quizás querrías despedirte.
No es que yo haya sido completamente abierta con la abuela sobre mis sentimientos, de hecho, me los había admitido a mí misma estando lejos de casa, pero por la forma en que ella me sonreía casi de forma confidente, pude interpretar que ella percibía cosas incluso sin yo habérselas mencionado.
Le sonreí de vuelta y asentí con la cabeza mientras me ponía de pie y trataba de acomodar mi ropa y mi cabello. Ni siquiera sabría decir en qué momento me quedé dormida, pero estaba segura de que Ed fue el último pensamiento que se me cruzó antes de hacerlo.
Necesitaba despedirme de él, quería guardar un mínimo de esperanza en volverlo a ver, incluso si yo no podía hacer más por esta guerra que quedarme aquí para que ellos pudieran hacer lo que sea que tuvieran que hacer para salvar el país y recuperar sus cuerpos.
Empecé a bajar las escaleras detrás de la abuela y la seguí hasta la entrada, donde Ed se encontraba junto con Greed, las quimeras y los hombres de Briggs que me habían escoltado desde Lior.
Mis ojos se cruzaron instantáneamente con los de Ed, quien lucía más relajado que cuando estuvimos en mi habitación y hasta pude percibir una sonrisa de medio lado al verme, cosa que hizo que mi estómago cosquilleara al instante. Pasé mi vista rápidamente y me di cuenta de que aquellos pensamientos que me abrumaron más temprano volvieron a invadirme, y es que era difícil para mí no darme cuenta de lo mucho que había crecido esos meses y de lo guapo que lo encontraba justo ahora con el cabello recogido en una coleta y usando una camisa como pocas veces lo había visto, listo para irse a la guerra.
Demonios, Ed era muy guapo.
- ¿Te vas a estas horas? – Me aventuré a decirle sintiéndome un poco sonrojada, no creo que ninguno haya olvidado tan rápidamente la acalorada discusión en mi habitación.
-Planeaba irme hoy, aunque no te hubiera visto – Sus palabras se sentían más suaves que las de hace un rato y su semblante era mucho más sonriente, cosa que me tranquilizó bastante – Gracias por ajustarme los automails.
No pude evitar sentir como me sonrojaba aún más y como mi corazón se aceleraba con cada segundo que pasaba ¿Qué estaba ocurriendo conmigo? Sentía un extraño hormigueo que me recorría todo el cuerpo y una sensación de vacío en el estómago que me incitaba a querer hacer algo más antes de que se fuera.
Pero ¿hacer qué, exactamente?
Ed se giró para empezar a bajar los escalones de la entrada y yo sentí que empezaba a faltarme el aire, de repente una enorme ansiedad e impulsividad se apoderó de mí. ¿Qué sucedía si esta era la última vez que lo veía?
No, me negaba a aceptar esto, Ed tenía que volver a casa.
Sin embargo, aunque estuviera convencida de que él ganaría aquella batalla contra Padre y los homúnculos, sentía que no había dicho todo lo que debía decirle cuando hablamos en mi habitación, y entendí que no podía dejarlo ir sin que él supiera de mis sentimientos.
Incluso si estos no eran correspondidos, yo ansiaba con decirle a Ed que lo quería.
-Si ves a Hohenheim – Escuché que dijo la voz de mi abuela a mi lado – Dale el mensaje de Trisha.
-Si, si – Respondió Ed despreocupadamente sin girarse.
Sin embargo, ya yo me estaba dirigiendo hacía los escalones de la entrada con el corazón a punto de salirse de mi pecho y mis piernas temblorosas, pero con toda la voluntad de decirle cuanto lo quería.
Era ahora o nunca.
-Ed, espera – Dije apenas tomando una bocanada de aire – Yo…
Sin embargo, fue él quien atajó mis palabras casi como si las hubiese estado esperando.
¿Acaso eso era posible?
-Escóndete hasta que pase el día prometido – Me recordó mientras se giraba para mirarme con aquellos penetrantes ojos – Vamos a detenerlos, Winry, y estaremos de vuelta en casa antes de lo notes.
Aguarda ¿Ed estaba correspondiendo a lo que le pedí en medio de nuestra discusión? ¿Él de verdad había considerado todo lo que dije y volviéndolo una especie de promesa de que volvería a casa cuando todo acabara? Daba la impresión de que ni siquiera la derrota fuese un término que estuviera en su vocabulario.
Ed me sonrió – Asegúrate de tener un pie de manzana esperando por nosotros ¿sí?
Sabía que no lo decía de forma completamente literal, pero lo tomaba como que él y Alphonse volverían a casa y que le pondrían fin a todo aquello. Este era el Edward Elric que yo conocía.
Este era el chico del que me había enamorado.
-Eso haré – Le respondí devolviéndole la sonrisa.
Ed terminó por girarse y luego que él y todos los demás se despidieran con sus manos, me quedé parada viendo su ancha espalda y como su presencia desaparecía en la oscuridad.
No había podido decirle como me sentía, pero aquel último intercambio dejaba una promesa importante viva entre nosotros, una que estaba segura de que no se atrevería en romper. Y aunque yo ansiaba con decirle como me sentía más por la sensación de creer que no lo volvería a ver, justo ahora podía dejarlo ir en la oscuridad y sabía que el espacio para sincerarme llegaría junto con el momento en que una guerra no exista y sobre todo con Alphonse y Ed de vuelta a sus vidas normales.
Ni siquiera era algo que podía jurar ahora mismo, pero algo en la mirada de Ed me dio esperanzas y hasta donde podía recordar, nunca me había fallado y dudaba que empezara a hacerlo ahora.
Ed volvería a casa conmigo, eso era un hecho.
FIN
N/A: ¡Hola a todos!
Antes que nada, tengo que agradecerles el recibimiento que tuvo este pequeño fanfic, ya que la primera parte narrada por Ed gustó bastante y eso me puso muy feliz, por lo que he aquí la segunda parte (y final), con los pensamientos de Winry.
Traté de mantener la esencia de Winry y de hacerme una idea de todo lo que ella debía estar sintiendo después de no haber visto a Ed por meses y además, el capítulo 46 de Brotherhood siempre me ha dado la impresión de que Winry quería decirle algo más a Ed en las escaleras antes de que se fuera, y pues me gusta interpretar que quiso decirle sus sentimientos, pero Ed supo que lo mejor era no saber aun lo que ella tuviera que decirle porque si no la despedida sería mucho más dura.
Olvidé mencionarlo en el primer capítulo, pero algunas partes las basé en la traducción en latino y en las del doblaje en ingles mas que todo, ya que siento que eran las que se apegaban más a la situación.
Espero que les haya gustado este mini-fic que siempre había querido compartir. Mi intención es escribir un long fic de esta pareja en algun momento, pero justo ahora no cuento con mucho tiempo libre:(, sin embargo, mientras pueda traer historias rápidas como estas lo hare.
Mil gracias a todos los que se tomaron el tiempo de leer y comentar esta historia, aprecio mucho cada uno de estos gestos, y me ponen muy feliz.
Espero verlos pronto.
Les mando un abrazo enorme.
ACLARATORIA: Esta historia es de mi autoría, no existen colaboraciones con nadie y en el caso de que las hubiese se le darían sus respectivos créditos. Esta historia solo es publicada a la fecha en las plataformas FanFiction, Wattpad y AO3; si está en alguna otra es porque no está autorizada por mi persona y se considera plagio. No se permite la copia y/o adaptación de esta historia.
