Capítulo 01
Capítulo 01
Peligro
Tomoyo los miraba a ambos fijamente sin decir nada, mientras les daba una leve sonrisa a ambos chicos, era curioso ya que parecía ser que el chico al lado de Syaoran era nuevo. Era la primera vez que lo veían. Se dio de cuenta que lo estaba mirando demasiado asi que decidió centrar su atención en el batido de fresa que estaba delante de ella.
—Es un placer conocerlas señoritas—. dijo el chico de forma suave y con una pequeña gota de simpatía mientras les daba una leve reverencia.
—Chicas él es Hiiragizawa Eriol. Es un pariente mío.
—Syaoran me ha hablado mucho de ustedes. Y de verdad, es un placer por fin conocerlas—. agrego esto último para posar su mirada sobre Tomoyo, quien se removió algo incomoda en su asiento, no era tonto, sabia a la perfección que minutos antes ella no dejaba de mirarlo.
Si era sincero consigo mismo su objetivo estaba lejos de tratar de darle alguna incomodidad a la chica del cabello azabache largo a quien identifico rápidamente como Tomoyo. Pero diría que miente si dice que no siento una inmensa curiosidad desde el momento en el que sus miradas se cruzaron… ¿Dónde la había visto antes?
Quizá tendría la oportunidad de averiguarlo más adelante.
Tomoyo POV.
¿Por qué me miraba de esa forma? Es la primera vez que nos vemos… porque tenía este sentimiento de que ya nos habíamos visto antes, aunque quizás solo me lo estaba imaginando ya que surgiría a la pregunta de ¿Dónde diablos lo conocí? Y aquello seria sumamente extraño.
Creí que no había notado que lo estuve mirando fijamente por un par de minutos, pero puedo ver que si lo noto. —Igualmente, Hiiragizawa-san es un placer conocerlo. Me presento soy-
—La señorita Daidouji. ¿No es así? —pregunto el mientras me extendía la mano, con una extraña sonrisa en su rostro.
—Sí. Así es—. este chico definitivamente era extraño. —Pero, bueno am… estas chicas a mi lado son Sakura y Mei—. dije yo tratando de desviar aquella sensación extraña que me transmitió ese leve roce de manos.
Los minutos pasaban y de un momento a otro todos estábamos juntos en la misma mesa manteniendo una agradable charla. Aunque eso no era impedimento para que mis pensamientos se dirigieran a él, desprendía un aura extraña… con varias cosas al mismo tiempo; Misterio, secretos, oscuridad. Podría decirse de un completo enigma.
Aunque no creo que sea algo a lo que deba darle mucha importancia, tenía cosas que terminar para el día de mañana, como el vestuario de Sakura y Syaoran, estaba tan sumida en mis pensamientos que no note el momento exacto el que Sakura me había tomado de la mano dándome un leve apretón.
—¿Tomoyo-chan estas bien?
—Eh, sí. Si lo estoy… solo pensaba en el vestuario de mañana—. era una mentira blanca, aunque no tanto ya que en realidad si debía de ponerme al corriente con la creación de vestuario para mañana, se me estaba haciendo.
—¿Vestuario?—. pregunto el mirándome fijamente.
—Ahm… sí, en mis ratos libres me dedico a diseñar ropa—. Ahora me miraba fijamente con una extraña sonrisa en su rostro.
—Interesante.
Diría que él no me genera confianza… pero estaría mintiendo, aunque siendo honesta no debería generarme nada. A penas y lo conozco, pero en realidad también me generaba demasiada curiosidad ¿Qué es lo que realmente esconde este chico? —Sip, ¿Y tú… a que te dedicas?—. sabía que quizás era arriesgado preguntar. Pero no perdía nada intentándolo.
Su mirada me decia que era alguien de misterios, pero no daba miedo, simplemente me inspiraba a desear averiguar quién es, y que es lo que esconde. Si Sakura supiera lo que rondaba en mis pensamientos creo que se espantaría.
—Bueno, señorita Daidouji, ya que lo pregunta, pues en realidad me transferí de escuela. Viví parte de mi vida en Londres, pero parte de mi familia también tiene sus raíces aquí, asi que decidí mudarme.
—Oh, ¿Eso quiere decir que iras con nosotros al mismo instituto?—. pregunto esta vez Sakura.
—Sí, ira con nosotros Sakura—. respondió Syaoran sonrojándose levemente, y no pude evitar mostrar una gran sonrisa mientras sacaba la cámara y empezaba tomarle fotos a Syaoran.
—¡Tomoyo-chan!—. exclamo Sakura provocando que me riera con fuerza junto a Mei.
—Solo dame un momento mi querida Sakura necesito inmortalizar esto—. dije yo entre risas.
—Siempre haces lo mismo—. Comento Mei mientras se reía.
Eriol POV.
No podría decir que era rara, sino más bien carismática, y graciosa en cierto sentido. Fue muy divertido ver como sacaba una cámara de la nada y empezaba a fotografiar a Syaoran y a Sakura. Y también era muy hermosas, ese cabello largo recogido en una larga trenza, su sonrisa; todo en ella era hermoso.
Y mentiría si decia que no estaba pensado en ella de manera muy extensa, no paraba de preguntarme donde la había visto antes y porque tenía esta sensación de añoranza.
Podía notar como por momentos me miraba con la misma intensidad con la que yo la miraba, pero era algo que no podía evitar. Y más desde el momento en el que recordé haberla visto pasar por enfrente de la mansión; y sabía muy bien que no poseía ningún tipo de magia… o quizás sí. No podía decirlo con certeza, quizás lo descubriría más adelante, después de todo asistiríamos al mismo instituto.
—Bueno, chicos creo que me voy a retirar. Mi mamá me acaba de escribir ya que debo estar en casa—. dijo ella mientras nos regalaba una sonrisa radiante —Sakura, espero que llegues temprano mañana ya que quiero ver cómo te queda el vestuario.
Vi cómo se levantaba de su asiento y tomando sus cosas, dispuesta a salir de la cafetería, pero no sin antes detenerse por un momento para mirarme, a lo que yo alcé una ceja, curioso mientras le daba una sonrisa ladina. —Fue un placer conocerlo Hiiragizawa-san.
—Lo mismo digo señorita Daidouji—. respondí yo dándole un guiño mientras que la tomaba de la mano llenándola de sorpresa mientras yo le daba un beso leve en el dorso de la mano —Espero con ansias verla el día de mañana.
Tomoyo aparto su mano de forma rápida mientras sonreía de lado y empezaba a caminar hacia la salida bajo la mirada atenta del pelinegro. Era interesante, y le provocaba aún más curiosidad, empezó a caminar mientras observaba todo a su alrededor tratando de despejar su mente.
Ya era muy tarde, faltaba poco para que el reloj marcara media noche y yo miraba a ningún lugar en específico, simplemente trataba de mantener mi mente en blanco, sin éxito alguno pude sentir que SpinelSun me miraba desde el sillón con curiosidad, aunque lo hacia la mayoría de las veces… en esta había algo diferente. —¿Estas bien? Te noto algo distraído Eriol.
No solo era la presencia de la señorita Daidouji era lo que me consumía, a decir verdad, me consumía más tener esas pesadillas de forma recurrente. Pero eso era algo de lo que mis guardianes no debían enterarse. —Ja, creí que no lo notarias tan rápido. Pero se podría decir que sí, estoy algo distraído—. no era algo a lo que se podría decir este acostumbrado, pero por alguna extraña razón ella me dejo completamente anonadado —Oh más bien estoy tratando de mantener mi mente en blanco.
—¿Acaso ocurrió algo malo mientras estuvo fuera?—. Lo primero que se me vino a la mente fue la señorita Daidouji, pero después fueron aquellos ojos rubies, que me miraban acosadoramente, con una sonrisa en su rostro, aquella mujer.
—Nada grave mi querido Spinel, nada grave. Es solo que tengo la sospecha de que las cosas se pondrán muy interesantes de ahora en adelante, y será muy interesante ver como ella convierte todas las cartas… si es que lo logra—. Sakura parecía sumamente encantadora, y no tenía duda alguna; ella me superaría en cuanto a magia se refiere, ese es su destino. Y podría asegurar que sería una de las magas más poderosas… después de Clow y… ella.
No poseía todos los recuerdos de Clow, solo algunos. Pero entre ellos siempre figuraba a la vista una bella mujer de cabello negro largo, con notables rasgos asiáticos y unos hipnotizantes ojos rubies.
XXX
Cuando llego a su casa, su madre la miro con extrañeza notando que Tomoyo estaba algo distraída… por asi decirlo ya que tenía la mirada clavada al piso sin decir absolutamente nada. —Tomoyo ¿Estas bien?—. pregunto Sonomi mirándola con la preocupación pintada en su mirada.
—Ah, claro mamá. Estoy bien—. dijo ella mientras se acercaba para darle un abrazo a su madre —solo algo agotada, y más cuando debo ponerme a trabajar. El vestuario debe estar listo para mañana asi que solo tengo que arreglar algunos detalles.
Sonomi la miro no tan convencida de la respuesta, pero al final cedió, sin hacer una sola pregunta más mientras miraba como Tomoyo se encaminaba a su habitación.
Esa misma noche Tomoyo se encontraba en su cama, le había costado conciliar el sueño, pero lo logro. Se empezó a remover incomoda en aquella cama, ¿Por qué cada vez que a duras penas conseguía dormirse soñaba con aquella pareja?
—¿Qué ocurre? —pregunto el mirándola con curiosidad.
—Mhm, nada. Solamente, es cansancio. —susurro ella con suavidad.
—¿Cómo te sientes? —volvió a preguntar el mientras le acariciaba la espalda leve por su cadera mientras dibujaba patrones en el mismo lugar.
—Te preocupas de más, quien lo diría… —susurro ella mientras le acariciaba la mejilla, y el solo le sonreía de vuelta, mientras la jalaba hacia el nuevamente para besarla.
—Simplemente quiero que estes bien, ¿Está mal que quiera eso para ti?—. pregunto él.
No podría decir si era un mero recuerdo, o solamente un simple sueño. Aunque no era molesto, en lo absoluto. Era más bien algo hermoso, pero triste al mismo tiempo; y se aseguraba a sí misma que sentía una gran pena por aquella bella mujer de ojos rubies, cabello negro largo y piel lechosa.
Sumamente hermosa y que decir de su acompañante, cada vez que aparecía en sus sueños podía ver su rostro… aunque no totalmente.
Llevaba su cabello siempre recogido en una coleta… pero esta vez no era asi, esta vez era diferente ambos se encontraban acostados el uno al lado de otro y estaban acostados en la misma cama, mirándose fijamente sin decir absolutamente nada. Podía sentir sus caricias, cada vez que posaba la mano en su mejilla, mientras juntaba sus frentes.
Tomoyo casi podía decir que era como si ella se encontrara en el lugar de aquella mujer, pero había algo completamente llamativo en el rostro de aquel hombre… sus ojos, esa mirada intensa… no podía ser, se decia a sí misma que era solo su imaginación. Ese hombre no podía tener un parecido tan alarmante a Eriol Hiiragizawa el chico al que había conocido hoy por la tarde.
—Por cuanto tiempo más vamos a seguir fingiendo que todo está bien…—. susurro esa bella mujer más para sí misma que para él, pero lo observaba de forma curiosa, como si tratara de leerle los pensamientos a su acompañante.
—Sabes que no tengo una respuesta para eso ahora querida—. sentía que fruncia levemente el ceño, no en señal de molestia sino más bien de preocupación. Como por arte de magia empecé a ver diferentes tipos de imágenes borrosas… todas de diferente forma, una tras otra.
En una podía divisarla a ella misma consumida en una inmensa oscuridad, pero era como si en realidad yo estuviese en el lugar de ella… y eso en cierto modo me resultaba espeluznante.
De repente cambiaba de locación y de un momento a otro frente a mí se encontraba un chico de no más de 17 años con rasgos muy similares al del hombre que siempre sale en mis sueños, solo que tenía el cabello corto, y por el color de sus ojos pude identificar que tenía heterocromía.
En otro plano lo veía a él discutir con otra persona. Un hombre a lo que pude identificar por su voz… pero no podía verle el rostro. Y después la veía nuevamente a ella esta vez por su mirada pude ver la desolación, el sufrimiento y dolor de una manera muy intensa; en su rostro ya no había alegría… y mucha menos serenidad, solo dolor y más dolor.
—Ese será su castigo…—. ¿De qué castigo hablaba…? ¿Por qué la estaban castigando? ¿Qué había hecho?
—¡No! Por favor no, es demasiado cruel…—. ese hombre otra vez, pero ¿Por qué la miraba con la pena reflejada en su mirada? —Ella no merece eso, es un castigo demasiado cruel. Ella no hizo nada malo. Y lo sabes, todo esto es mi culpa.
—No puedes hacer nada al respecto, el daño ya está hecho. Y ese será el precio que tendrá que pagar, reencarnara una y otra vez, y no tendrá descanso alguno y si en algún momento llegase a morir por su mano si alma se desvanecerá completamente al igual que su espíritu y esencia—. No, eso no… eso es muy cruel, ¿Quién impondría un castigo así? Preguntas como estas eran las que rondarían sin descanso en su cabeza.
Sentía una opresión en el pecho que me cortaba la respiración… me estaba ahogando. Como si hubiese recibido una descarga eléctrica, me desperté de un golpe. —¡No! —era extraño, sé que no era normal. Eso estaba más que claro y de cierto modo de preocupaba, diría que llevaba demasiado tiempo soñando con esa pareja, una y otra vez.
Los tomaba como simple sueños… eso era lo que eran, nada más sueños y listo, pero sabía que después de hoy, nada sería igual. Llamarlo intuición o sexto sentido. Algo me decia que las cosas tendrían un cambio drástico y no podía decir si este cambio era bueno o malo.
Tome mi móvil y al encenderlo pude ver la hora… 06:15 a.m. y vaya que era temprano, debo preparar todo y examinarme a la escuela, «quizás así despeje la mente de aquel sueño tan extraño…».
XXX
Eriol miraba en ningún punto en específico desde la ventana, bajo la atenta mirada de sus guardianes llevaba treinta minutos para ser exactos mirando hacia las a fueras. Se había levantado algo alterado después de aquella pesadilla… o más bien recuerdo, una de las tantas memorias de aquel mago. ¿pero por qué ahora?
—¿Estas Bien Eriol?—. pregunto Nakuru mirándolo con preocupación.
—No ocurre nada Nakuru. Estoy bien.
Mentía… y Spinel lo sabía, después de tantos años juntos no lo podía engañar, su amo escondía algo. Pero tampoco haría presión para saber de qué se trataba, después de todo sus motivos habría de tener para no decir absolutamente nada respecto a lo que a él le ocurría.
Llevaba mucho tiempo preguntándose que motivo podría tener aquel mago para esconder ciertos recuerdos, o memorias de su vida anterior. Y esa mujer, ¿Quién era? ¿Por qué cada vez que podía invadía en sus pensamientos?
¿Qué relación tendría aquella mujer con él?
Esos ojos rubíes que lo miraban con total intensidad, esa manía por beber sin control alguno, su risa poco recatada cada vez que el cometía algún error. Era curioso había ciertas aptitudes algo similares a las de aquella chica.
XXX
Tomoyo POV.
Sakura se encontraba en los vestidores junto a Mei. Ambas se habían sorprendido al ver que había llegado muy temprano al instituto, y no era de extrañar ya que por lo general esto solo ocurría en casos extremos.
Pero que podía decir al respecto, esta fueran manera más efectiva de desviar el inconveniente que tuve durante la mañana. Normalmente no dejaba que aquellos sucesos me afectarán en mi día a día, pero últimamente esos sueños se hacían más recurrentes.
—Señorita Daidouji—. me sobresalte al sentir que alguien posaba una mano sobre mi hombro.
—Hiiragizawa-san—. «Vaya así que estaba aquí» —Es un placer verlo aquí, al igual que a ti Syaoran.
—Tomoyo, veo que llegaste muy temprano.
—Ah, sí. Debía coordinar algunos detalles, así que decidí llegar más temprano.
—Interesante…—. nuestras miradas se encontraron nuevamente.
—Sí ¿y como están ustedes?
—Bien en realidad…—. murmuro Syaoran desviando la mirada. ¿Qué demonios escondía? ¿Por qué estaba actuando tan extraño?
—¿Estas Bien?—. pregunte esta vez mirándolo fijamente —¿Te noto algo nervioso?
—Ah-—. seguía mirándolo fijamente hasta que de la nada se escuchó un fuerte estruendo que venía de las afueras del instituto, ¿qué demonios fue eso?
Lo primero en lo que pude pensar en ese momento fue en ella, después de todo siempre que había algún alboroto ella estaba en medio —Sakura…—. me levanté rápidamente de mi asiento y corrí hacia afuera.
—¡Tomoyo espera!
—¡Espera nada! ¿¡Qué demonios fue eso!? —espeté yo de nueva cuenta mientras bajaba las escaleras seguida de Eriol y Syaoran —¿Y por qué este chico viene con nosotros? —volví a preguntar mientras les daba una mirada seria a ambos.
Ninguno dijo absolutamente nada, solo se limitaron a seguirme a las afueras del instituto más específicamente el patio trasero. En donde nos encontramos con un cuadro demasiado preocupante. Sakura se encontraba peleando con algo sumamente extraño y por alguna razón la carga que pensaba usar no respondía a su llamado.
—Tienes que estar bromeando…—. susurre sorprendida, en momentos como este me emocionaría… sacaría la cámara y empezaría a grabar, pero esto no era nada parecido a los enfrentamientos anteriores.
—Ah- —. no le di tiempo a terminar y lo agarré del cuello de la camisa.
—Ah, nada tú vas a ir ahí y las vas a ayudar—. lo fulmine con la mirada ignorando al chico que estaba a un costado de nosotros mirándonos con intriga.
—¡Tomoyo!—. no tuve tiempo a reaccionar hasta que sentí como alguien caía sobre mí y yo con el estrellándonos contra el suelo. Él se había lanzado sobre mi sacándome de la zona de riesgo.
—¿Tomoyo estas bien?—. esta vez era Kero quien me hablaba desde una de las esquinas donde se encontraba protegiendo a Sakura. De la nada el clima dio un cambio total y todo se llenó de oscuridad y con ella grandes nubes acompañadas de relámpagos.
—¿¡Que está pasando, Kero!?
—¡No lo sé! las cartas no responden a ella. Simplemente sintió una energía extraña y la siguió… y de la nada terminamos envueltos en esto.
—¿¡Como que las cartas no responden a sus órdenes!? ¡Suéltame Syaoran!
