CAPITULO 4
La mansión de los Fabray era enorme y elegante, tenía muchos jardines y se podía ver desde lejos una fuente que adornaba la entrada, era de color blanco con los techos color gris y un poco azulados, tenía enormes ventanales que con facilidad se podía ver el interior del lugar, era de tres pisos y los balcones estaban adornados de plantas y flores que la hacían verse única.
Pronto una enorme camioneta blanca llego al lugar, era Quinn quien bajaba apresurada, se quitó sus lentes oscuros, subió las escaleras para estar frente de la puerta principal, cerro los ojos, tomo aire y lo mantuvo unos segundos en sus pulmones antes de soltarlo en manera de suspiro dejando sus nervios aún lado, relamió sus labios y miro hacia abajo para ver si su ropa se encontraba en orden, no quería que su abuelo la viera desarreglada. Levanto su reloj y vio que había llegado 5 minutos tarde, entonces se armó de valor para abrir la puerta y entrar.
- Quinn – se escuchó a lo lejos una voz seguido de pasos dirigiéndose a la entrada –
- Nana, se me hace tarde – contestó al mismo tiempo que en sus labios aparecía una sonrisa al ver a la pequeña señora que se acerba a abrazarla con mucho amor –
- Mira que delgada estas, deja te preparo unos ricos hot cakes, ven vamos a cenar – le decía tomándola de la mano entrando juntas al interior de la casa –
- Nana tengo que ir con mi Abuelo, me está esperando – miro como su nana la volteaba de ver con el ceño fruncido –
- Ese anciano tiene que esperar – dijo molesta – primero es mi niña y luego ...
- Nana ya lo hice esperar mucho... - contesto al borde de las lágrimas algo que detuvo a la pequeña señora y con sus dos manos tomo su rostro viendo su tristeza–
- Mi niña, todo estará bien, ese anciano tonto no se merece estas lagrimitas – dijo limpiándolas con sus pulgares y darle un beso en la frente – él es un hombre cascarrabias, pero en el fondo te quiere mucho y busca lo mejor para ti, anda ve, después vienes conmigo para que te comas unos enormes hot cakes – le dijo dándole pequeñas nalgadas motivándola a caminar hacia la oficina de su abuelo-
- Abuelo – dijo tocando la enorme puerta de madera que estaba al frente–
- Entra Quinn - Contesto una voz grave e imponente –
Quinn entró dejando sus miedos y como si se tratara de magia cambio su actitud, era una rubia fuerte y segura, tenía otro rostro y miraba al frente como si se tratara de una princesa, miro al hombre serio, maduro e imponente que estaba firmando unos papeles mientras sostenía con su boca un puro y a su lado estaba un enorme perro (raza Terranova negro) que miraba cada paso que daba.
- Puedo sentarme – pregunto la chica mirando al hombre que le daba la señal de aprobación, pasaron unos largos minutos en silencio, hasta que por fin el hombre, dejo aun lado los papeles y se inclinó hacia atrás para ver a su nieta –
- ¿Dónde estabas? – preguntó sin dejarla de ver –
- Ya te dije, tuve cosas que hacer – dijo desviando el tema haciendo que su abuelo se moviera incomodo en su silla dedicándole una media sonrisa –
- Sabes que me molesta que seas impuntual Quinn, no quiero que se repita.
- ¿Cuál es el motivo de esta junta?
- ¿Sabias? Que hoy se cumplen 20 años de la muerte de mi hija – dijo apretando el puño –
- Mi madre... veinte años, lo recuerdo muy bien, pero el motivo de esta junta... es para...
- Me estoy haciendo viejo, estoy cansado Quinn, pasa el tiempo y necesito que alguien se haga cargo de todo esto, tu padre es un inepto y sin carácter gracias por dolor que nos hiciste pasar, dice que ya no quiere regresar, no quiere verte ni tampoco a tu hermana y lo peor es que no quiere cargar esta responsabilidad.
- Responsabilidades abuelo, el nunca ha sabido lo que es eso – contestó entre dientes y viendo como el semblante de su abuelo cambiada –
- Tienes razón, por lo que quiero que te comprometas con James. sé que aún no estas lista, y que no será nada fácil, pero es momento de que por primera vez tomes esta responsabilidad y te comprometas.
- Abuelo yo no...
- No se diga más, dentro de cuatro meses James regresara de Londres y será subdirector general, aparte de los beneficios que tendremos cuando contraigan matrimonio, es momento de que hagas algo bueno por esta familia, si no fuera por tú culpa todo esto no estaría pasando y mi hija estaría aquí.
Quinn sintió de nuevo ese sentimiento que pasaba en forma de escalofrío por todo su cuerpo, ya habían pasado veinte años de aquel triste suceso, pero como su padre y su abuelo se habían encargado de recordarle aquel triste momento como si hubiera sido ayer.
- NO – susurro con miedo - no pienso aceptar nada. NO pienso casarme con alguien que NO AMO - alzo la voz para levantarse de su asiento para golpear el escritorio con sus manos y quedar frente de el- no quiero esta empresa, no quiero saber nada de ti, me niego de esta responsabilidad, que mi padre se haga cargo, yo no quiero nada, si, tienes razón por mi culpa mi madre no está, y si abuelo, yo deshice esta familia, pero no pienso tomar algo que no me corresponde, piensa en alguien más – grito entre lágrimas –
- QUINN – levanto la voz azotando la mesa asustando a su nieta que dio un paso hacia atrás – eres mi sangre, eres la única primogénita de esta familia, la única que puede tomar ese lugar, Hayley es una decepción, es una rebelde y no toma responsabilidad, y si no aceptas, se perderá todo, entiende maldita sea.
- No pienso discutir contigo abuelo, no me interesa, ¿yo mate a mi madre no? ¿Yo destruí tu familia del año no?... NO pienso casarme con alguien que ni siquiera conozco, tampoco lo amor y no es lo que quiero, ¿para qué quieres que esta asesina se encargue de tu empresa?, se acabó, no quiero saber nada de ti, de mi padre, ni de tu dinero, ni de tu empresa, no quiero NADA, estoy cansada y harta de tu forma de controlar mi vida, ahora otra nieta desde hoy también estará muerta para ti. – dijo dándole la espalda y pudo escuchar como su abuelo gritaba su nombre, pero no hizo caso, sin pensarlo cerraba la puerta detrás de ella.
- Buenos días HERMANITA ... – dijo Hayley entrando al departamento que para una sola persona era muy amplio, primero estaba la sala con elegantes sillones, unas esculturas de cerámica y una chimenea que atrás de ella se podían notar unos enormes ventanales que daban hacia el jardín.
La chica camino por el pasillo que estaba adornado de cuadros famosos abstractos que lo hacía verse como si se tratara de un elegante museo, al fondo se encontraba la puerta de la habitación.
-Quinnie, puedo entrar – pregunto tocando, pero pudo escuchar un leve ronquido por parte de la rubia así que optó por abrir la puerta, la recamara era muy minimalista pero con un toque oriental, la cama se encontraba en medio y estaba la rubia toda tapada con una sábana blanca que solo dejaba unos mechones rubios, la pequeña la destapo y sonrió al ver el rostro de Quinn que sonreía dormida, era algo que desde pequeña lo hacía, le dio la espalda para abrir las cortinas de los enormes ventanales que daban la mejor vista de la ciudad.
- Pero que ... - dijo la rubia molesta con la voz ronca y taparse nuevamente la cabeza- Mapache... DIOS me duele la cabeza...
- ¿Otra vez bebiendo hermanita? – preguntó entre risa y acercarse hasta donde estaba la rubia haciendo sonidos de molestia- Aquí tienes, una aspirina y te traje un rico omelette muy picante para esa cruda que te cargas, lo hizo nuestra maravillosa nana – dijo sentándose a un lado y poniendo la aspirina en la mesita de noche junto con un vaso de agua-
- Gracias, ¿Cómo supiste? – dijo tomándola rápido –
- Te conozco tonta, me conto la nana que ayer saliste como demonio de la casa del abuelo y ni si quiera te despediste de ella.
- Pfff... ya sabes que el abuelo es un idiota... -dijo levantándose y ponerse una bata de seda fina- siempre es lo mismo recordándome aquel maldito día y que me tengo que comprometer con aquel idiota de James, es un ridículo y presumido Hayley, yo ya me cansé, sé que soy suficiente mujer como para necesitar a alguien a mi lado -dijo sacando una cajetilla de cigarros de su saco y prender uno algo que a Hayley le molestaba así que se levantó y se lo arrebato-
- Sabes muy bien que en mi presencia tú no puedes fumar, recuerda... el medio ambiente hermana, sabias que... 600 millones de árboles y 200.000 hectáreas de tierra, gastan 22.000 millones de toneladas de agua y...
-HAYLEY por favor -grito con las manos en la cabeza- lo entiendo...lo entiendo
- Eso espero – dijo guardando la cajetilla – Y sí tienes razón, el abuelo es un idiota eso sí que no te lo niego, pero tienes que comprender que nos tenía un mundo construido para las dos, pero para su suerte, le salió una nieta que solo quiere una carrera artística, que quiere defender la naturaleza y para acabarla Hippie, LASTIMA... él quiere controlar la vida de todos y según él ya tiene la vida resuelta, pero no es así, además Quinn tu NO tienes la culpa de nada y lo sabes... en ese tiempo éramos unas niñas
- Hayley, sabes muy bien que no debí...
- QUINN – la interrumpió tomándola de las manos – Tú no tienes la culpa de nada, así que vamos a desayunar, no creas que me lo puedes seguir ocultando, quiero que me cuentes TODO sobre esa nueva chica...
- ¿Cómo? – abrió los ojos, estaba muy sorprendida de que su hermana menor siempre sabía todo, era como si la viera en una bola de cristal
- No te hagas tonta, tus ojos me dicen que conociste alguien que por fin te llamo la atención – dijo apuntándola y saliendo de la habitación, seguido de la rubia que la seguía con cara de sorpresa-
- Claro que no, sabes que no me interesa en estos momentos nadie, odio la amistad, el amor, yo lo que quiero es ser más exitosa, demostrarle a mi abuelo que se equivoca de que las mujeres solo servimos para gastar dinero -respondió sería y sentarse en la cocina mientras la menor sacaba un plato para servirle el rico omelette y no dejaba de mirarla con los ojos entrecerrados como si estuviera sospechando de algo o la estuviera analizando aquella pequeña mujer-
- ¿Qué pasa? – dijo evitando su mirada y tomar un tenedor-
- Quinnie ... ¿Te gustan las mujeres? – soltó la mujer y la rubia solo pudo sentir que se le "atoraba" un bocado en la garganta haciéndola toser de los nervios, miro ambos lados, se paró, se sentó, se acomodó, miraba a su hermana y siguió comiendo, evitando la pregunta –
- CLARO QUE NO TONTA, estas loca enserio, te está afectando ser vegana
- Quinnie desde que estábamos en la secundaria siempre vi que te llamaban la atención las chicas...Y SER VEGANA NO ME HACE DAÑO – dijo molesta recargándose a un lado de ella y apuntándola con el cucharon –
- Eran sus atuendos mapache tonto, ahora resulta que ¿no puedo verlas? ... te puedo firmar donde quieras que me encantan los HOMBRES ... los sexys hombres– dijo asustada y sentía como su corazón se salía de su pecho, sus manos se pusieron heladas y sentía un enorme nudo en la garganta, no sabía que decir.
- Dime un hombre que te guste...
- Sam Smith
- Dioooos es super Gay... jajaja
- No es verdad, que te parece Jonathan Benneti...
- Biiiiiipppp...FEMENINO...
- CONAN GRAY...
- Biiiiiiipppp...Quinnieee el se viste mejor que yo, todos son super gays
- Ok, que tiene que me gusten un poquito afeminados, no tiene nada de malo, aparte a ti te gustan todos raros...
- Esta bien, esta bien, te creo, no te enojes, pues entonces dime ¿porque tanto interés con esta chica?... -dijo sentándose enfrente de la rubia-
- Debo admitir que me llama la atención, pero no en esa parte de que me guste, si no que... tiene algo, no es como las demás chicas, es divertida, linda, tímida, reservada, curiosa y veo que no le importa que yo sea la nieta de un multimillonario como las demás de mis amigas que solo están conmigo por las exclusivas de las revistas...puedo decir que entre ella y yo habrá una sincera amistad.
-Bueno, en eso tienes razón, es momento que veas otro punto de vista hermanita, sabes que te quiero y que puedes confiar en mi... ¿Entendido?
-Lo se tonta, lo se ...
-bueno, es momento de marcharme Charlie me esta esperando, por cierto te mando saludar...
-Que lindo, a ver cuando salgo con mi cuñadito...
-Bye, Bye Quinnie
Pasaron unos minutos cuando el sonido del timbre saco a Quinn de sus pensamientos, se dirigió a la puerta para abrir y encontrarse con su mejor amiga.
-Sigues viva después de lo de anoche – dijo la rubia que se dirigía al sofá y se desplomaba sobre él, algo muy común en ella
- Diablos Quinn ayer no podías contigo Amiga, estabas incontrolable, además creo que es momento de que te pongas las pilas... te tengo un super chisme... - dijo la chica como la rubia fruncía el ceño y se acerca hacia ella-
-¿Ahora qué?
-Hoy es el cumpleaños de un conocido... y tu super ultra mejor amigaaaa tiene un pase extra.
-No me interesa Lauren, me duele la cabeza...-dijo acostándose en uno de los sillón-
-mmmm ya veo... - dijo entrecerrando los ojos y observando a la rubia- segura...
-si... no pienso salir de este departamento...
- ¿Amiga...es enserio? es una fiesta tranquila...no muy importante, irán unos amigos míos, como Adriana, Gabriella, Christina, y también ira...mmmh... esta chica de la mañana... creo que mmmh ...Ra..
- ¿Rachel?... -dijo buscando su mirada y levantándose del asiento para dirigirse a su amiga- sabes algo, creo que tienes razón, estoy harta de estar siempre encerrada y llena de trabajo ¿Te parece que te acompañe?
- ¿Ya no te duele la cabeza? ...
- Nooo, que va, además... la fiesta me llama, vaaamos!
- Aquí te espero! ¡ Arreglate amiga, nos vamos de fiestaa! Jajaja...
Quinn estaba muy emocionada entro a su cuarto y comenzó a recordar los momentos que habían tenido juntas. solo por estar cerca de ella le despertaba emociones, sensaciones y reacciones que Quinn no podía explicar. Así que se sumergió en la ducha.
-Que me voy a poner? ¿Qué debería ponerme? DIABLOS a veces quisiera tener una hada madrina para que me dijera que ponerme.
La rubia salió de la ducha, se quedó en el baño secándose el pelo para poder peinarse después. Una vez que estaba listo finalmente se dirigió a elegir la ropa para terminar de preparase.
-Unos jeans? No, no, ¿muy común... un vestido? No es como si estuviera el clima para un vestido, diablos, Quinn
Finalmente había escogido el outfit perfecto, un vestido color hueso que en la parte inferior se transformaba en una falda que le formaba muy bien su figura, el vestido no era muy largo y por eso uso debajo unas tupidas medias negras. del mismo color de su chaqueta.
-Perfecto! - pensó Quinn cuando se miró frente al espejo y por último usó un maquillaje muy suave y ya estaba lista para ir a la fiesta.
- ya estoy lista – dijo la rubia saliendo de la habitación-
- vamos, que no me gusta llegar tarde...
