CAPITULO 5
Por otro lado, una castaña se encontraba en un dilema enfrente de su armario pensando en lo que se iba poner esa noche, ¿Algo sencillo? O ¿Algo llamativo? era el cumpleaños de su primo y no sabía que era la mejor opción y no sabia si era lo correcto ir a esa fiesta donde se encontraría Quinn, todo estaba planeado gracias a la hermana de James... es triste enterarse que todos eran cómplices y lo peor es que no podía retractarse.
Después de unos minutos y una pila de ropa sobre su cama, al fin había encontrado el outfit perfecto, un vestido negro corto con un encaje fino, un cinturón tinto que lo puso en su cintura; unos tacones negros un poco altos y un bolso que le había regalado su madre en la navidad pasada que era su favorito. Se hizo una coleta y se puso unos lindos pendientes y por ultimo unas gotitas de perfume por todo su cuerpo
- Dios hermana años para encontrar que ponerte, llegaras tarde – dijo una delicada castaña, de ojos obscuros y piel morena, la chica era un poco más alta que ella y tenía un outfit que dejaba a cualquiera con la boca abierta, era la hermana de Rachel que era dos años menor.
-No quiero ir Camila – dijo molesta caminando aun lado de ella –
-Ve la hora, Rach, deja te ayudo... cálmate, no temas todo estará bien– contesto mirándola y acomodando el cinturón de la chica que la observaba con ternura, Camila siempre la apoyaba, era una chica tierna, sensible y muy noble- y no me mires así, listo...- susurro al acomodar la chaqueta de su hermana- luces guapísima
-No más que tú ... tengo miedo Camz
- ¿Quieres que te acompañe?
- No lo sé, ira mucha gente grande
- Rachel... ya estoy en edad de ir a una fiesta, aparte quiero acompañarte quiero conocer gente nueva...
- Esta bien...
- Rach...
- ¿Si?
- Me vas a contar lo que te propuso James...
- Camz... no es nada importante, me propuso trabajar con él, me pagara bien... con ese dinero, todo será diferente, así que no te preocupes y mejor disfrutemos la noche, ¿Vamos? – dijo abrazándola para bajar por las escaleras juntas-
- Vamos...
- Nos vamos má – dijo en un susurro Camila al ver a su madre recostada en la cama, se veía un poco pálida y muy débil,
- No tarden niñas, cuídense, tengan mucho cuidado – dijo la mujer mirando ambas chicas que estaban paradas desde la puerta con miradas tristes- Si no llegan después de las 11:00 olviden sus cenas...
- Entonces...estaremos aquí temprano... - rio Camila al besar su frente-
- Cuida de ella Rachel, no dejes que nada le pase, ella no sabe nada de esto y...
- Mamá cuidare de ella, estará bien... no te preocupes...
Por fin habían llegado a la fiesta, había mucha gente y se podía ver a lo lejos a muchos chicos y chicas bailando en la pista, se la estaban pasando muy bien, en eso un chico se aproximó a las hermanas que estaban dejando sus cosas en una de las mesas
- Que primas tan más hermosas – dijo el chico abrazando a ambas –
- Gracias por invitarnos Daniel – dijo Camila acariciando el cabello del chico-
- Me alegra verlas, pueden pedir lo que quiera, tenemos vino para todos...
- Muchas gracias, ¿tienen jugo de uva? – dijo Camila buscando la barra con la mirada-
- Amm...tenemos de todo jajaja vayan, espero se la pasen bien...
- Genial, bueno hermanita, aquí nos separamos si necesitas algo, estaré al pendiente de mi teléfono...
- Si Rach...
- No te separes mucho de mí, te estaré vigilando, nada de...
- Por fin llegas pequeño elfo... - dijo Lauren en tono de burla provocando una mirada de molestia en Camila-
- Hola...Lauren...- susurro al ver a la pelinegra que ya estaba muy desesperada por la tardanza- Perdón, yo... mira te presento a mi hermana Camila...Camila ella es Lauren...
- Mucho gusto...- dijo Camila quitándole la mirada a aquellos ojos verdes tan profundos que la estaban cazando como si se tratara de un indefenso conejo-
- ¿Puedo dejarte con ella un ratito Camz...?
- Yo...
- Vamos Camz... no muerdo, ¿Quieres un cigarrillo? –
- No gracias, no fumo...Rach...puedo hablar contigo un momento... - Camila tomo del brazo a su hermana mayor para alejarse de aquella chica – me vas a dejar sola con esa vampira... me da miedo RACHEL...¡
- Camila... por favor, estarás bien, se que impone la chica, que tiene aspecto de poco amigos, pero... ¿no me dijiste que querías conocer nuevos amigos?
- Pero no con un personaje de Van Helsing ... - apunto viendo como Lauren la saludaba con su bebida sin dejar de verla-
-JAJAJA Camila... si, tienes razón se ve ruda, misteriosa y fría... pero no es para tanto, así que calmante, conócela, no todo lo que vemos es lo que creemos, así que adios...
- RACHEL¡ No...
Y como si se trata de un concierto de rock su hermana había desaparecido, Rachel estaba entre el grupo de chicos, dejándola totalmente sola y nerviosa a su pequeña hermana, pero necesitaba seguir con el plan, todos eran desconocidos, aparte de que varios chicos la miraban y le sonreían invitándola a acercarse a ellos, pero la castaña decidió alejarse un poco del lugar y sentarse en uno de los sillones que estaba en la entrada. -¿Y ahora qué? – pensó mirando las luces de colores y el humo que comenzaba a salir en la pista, todos reían y bailaban al ritmo de la música, mientras que ella pensaba en como seria si todo fuera diferente, que no hubiera conocido a James...o que su madre estuviera bien del corazón, nada de esto estaría pasando. en eso miro ambos lados y como si se tratara de un fantasma vio como unos cabellos rubios se perdían entre la gente captando su atención – comienza el juego ...-susurró -
Los pocos metros que debía caminar hasta ella fueron eternos, sus manos sudaban y su respiración había perdido el ritmo, Quinn estaba increíblemente hermosa, aun así, tomo una gran bocanada de aire y toco la burbuja de la rubia que estaba buscando a alguien.
- ¿Ahora la desorienta eres tú? – dijo la castaña mostrando una sonrisa radiante, ahí estaba ella, su cabello rubio completamente lacio cayendo sobre sus hombros, sus ojos color avellana iluminaban todo el lugar, su sonrisa perfecta trasmitiendo ternura.
Quinn por su lado vio parada frente a ella a la chica más hermosa que jamás había visto, y supo que estaba en problemas, su corazón empezó a latir con furia
- ¿Qué haces aquí? – preguntó la castaña-
- Pues... ammm... Lauren me invito – dijo buscando a su amiga con cara desconcertada, pero sin perder la sonrisa- creo que desapareció...
- Ya veo, ¿Y...? ¿Cómo has estado? ... - dijo intentando recobrar el poder sobre su cuerpo y su mente-
- Pues bien, la verdad es que no sabía que te iba a encontrar aquí – dijo caminando hacia el sillón donde antes estaba
- Yo tampoco...te digo la verdad... qué bueno que estas aquí, ya estaba muy aburrida... - Rachel hablo rápidamente –
- ¿Soy tu payaso? – dijo la rubia riendo y mirando las mejillas sonrojadas de la castaña-
- jajaja no, es solo que eres muy divertida, aparte pues no conozco a nadie de aquí, solo mi primo que esta por allá y mi hermana que no se en donde se metió.
- ¡CHICAS! – grito Daniel acercándose a ellas y sentándose apretadamente entre las dos- ¿Quieren tomar algo?
- Vino estaría bien – dijo la rubia
- Cerveza para mí por favor– contesto la castaña, esperando que Daniel se largara para seguir con el plan
- Feliz cumpleaños Dani– dijo una chica castaña abrazándolo, ya la chica ya tenía unas copas de más.
La castaña no podía quitar sus ojos de Quinn " Si que eres hermosa, tan elegante, tan especial, si no fuera por este estúpido plan, no quiero hacerte daño, no te lo mereces" Quinn sintió la mirada de Rachel y le dedico una leve sonrisa provocando que esta se sonrojara y quitara su mirada. Después de unos minutos la castaña podía notar que su primo no dejaba de coquetearle a Quinn, le hacía preguntas y jugaba con uno de sus cabellos algo que la estaba molestando, eso no estaba en el plan, así que espero a que se fuera, pero el chico no tenía intenciones de hacerlo, como tampoco tenía intenciones de quitarle la vista de encima a Quinn, Rachel estaba al borde de la desesperación, necesitaba hablar con ella y el idiota de su primo no la deja ni un segundo, así qué se levantó y fue a buscar a su hermana.
- ¿Quieres un trago?
-No gracias, no tomo – contestó Camila de forma cortantes mirando a otra parte, rogando ver a su hermana entre la multitud ya que el momento era cada vez más incómodo y quería salir corriendo, por otro lado, Lauren estaba muy nerviosa y confundida, no sabía que hacer, era muy raro que alguien no quisiera hablar con ella, por lo regular ella era quien no les prestaba atención-
- ¿Te puedo preguntar algo?
- Ammm ... si – contesto Camila nerviosa jugando con una de sus mangas, no podía verla, su mirada la intimidaba, nunca había visto unos ojos tan profundos y hermosos como lo de Lauren –
- ¿Sabes cuánto pesa un oso polar? – pregunto con una leve sonrisa y suavizando su mirada, Camila era demasiado tierna para Lauren.
- No lo sé – sonrió confundida ante la pregunta.
- Lo suficiente para romper el hielo – al decir esto Camila soltó una sonora carcajada provocando que Lauren también riera por lo inocente que era aquella chica, vaya que le había costado pensar aquello, pero había valido la pena-
- jajajaja vaya que eso fue extraño – Camila rompió en risas–
- Pero logre romper el hielo... y sobre todo hacerte reír
- Vaya que tú chiste sí que es malo...jajaja pero... hace mucho que no reía de esta forma... jajaja – dijo mientras reía Lauren y ella-
- jajaja no te creo...
- Enserio, creme que estos últimos días no han sido los mejores.
- ¿Y eso porque?
- Aparte de tener una nota de reprobación en una asignatura "esencial" en la universidad, mi madre está muy enferma y tengo que hacerme cargo de ella, así que tengo días en los cuales solo quisiera rendirme...
- Sabes, mi abuela una vez me dijo; "Aun qué tus alas se debiliten, no te rindas, no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento. Mira dentro de ti que aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños." Camila en el momento menos esperado todo puede cambiar.
- Tienes razón – sonrió la castaña y sintió una extraña sensación en su pecho, algo estaba pasando-
Ambas estaban con una enorme sonrisa en el rostro y Camila podía sentir que Lauren era muy diferente a lo que ella creía, Rachel tenía razón, en eso comenzó a sonar su canción favorita "Closer de Tegan and Sara"
-Me encanta esa canción - ambas al mismo tiempo y risas entre ellas-
The doors are open, the wind is really blowing
The night sky is changing overhead
It's not just all physical
I'm the type who won't get oh so critical
So let's make things physical
I won't treat you like you're, oh, so typical
I won't treat you like you're, oh, so typical
Ambas cantaban y bailaban desde sus asientos, se miraban y entonaban juntas cada oración de la canción como si se conocieran de años, estaban muy emocionadas y como si estuvieran en un concierto ambas gritaban, jugaban y hacían la corografía con los brazos, nunca se habían sentido así.
-¿Quieres bailar?
Camila se levantó y le tendió la mano para invitarla a bailar, la ojiverde sin pensarlo acepto, mientras iban caminando por la pista, seguían cantando y jugando hasta llegar al centro donde todos bailan felices al ritmo de la canción.
Pasó más de dos hora y Rachel estaba muy enfadada, no encontraba a su hermana y todo estaba en juego, no quería que James la volviera a tratar como en aquel callejón, aparte de que no quería hacerle daño a Quinn, pero no podía salir, le estaba fastidiando la situación, ella no era de mucho hablar, tenía que hacer algo, tenía que lograr ser más cercana ... Al pasar el umbral de la puerta de la fiesta la castaña se sintió libre, tomo una gran bocanada de aire y se sentó en las escaleras del lugar. busco en su bolso los cigarrillos, ella no era mucho de fumar, pero de vez en cuando necesitaba un cigarro para calmar los nervios y esta situación definitivamente lo ameritaba.
- No sabía que fumabas caperucita... -dijo la rubia apareciendo atrás de ella y sentándose a un lado de ella-
- Ammm, si, bueno...poco, no mucho... a veces... es más, yo...
- Siempre nerviosa...- dijo quitándole el cigarrillo y sin pensarlo le dio una calada-
- Creo... que tomaste mucho Quinn, devuélveme eso – dijo en forma de regaño al ver como la rubia jugaba con ella, evitando que le quitara el cigarro-
- No tome mucho... - dijo burlona y le hizo una cara de niña inocente algo que provocó una sonrisa a la castaña de tan tierna que se veía-
- 6 copas de Vino, 3 tequilas y 2 cervezas es mucho Quinn, además por qué caperucita? – pregunto la castaña, era el momento perfecto, tenía que aprovechar
- Wow ¿todo eso?, ¡Vaya! que interesante llevas la cuenta por mí? Jajaja que tierna eres – dijo levantando una ceja – Caperucita... Caperucita...es...por qué siempre te pierdes de mi vista, siempre...siempre...te vas.
La castaña estaba sorprendida, se dio cuenta de que no tendría que haber dicho eso, ahora había dejado en claro que durante toda la noche estuvo al pendiente de ella, un pequeño logro, vamos Rachel...tienes que seguir con esto.
- ¿Ves...no me contestaste, llevas la cuenta por mí? – insistió
- Creo que lleve la de todos de esta noche, no eres tan importante – Rachel invento la respuesta rápidamente, ambas se quedaron calladas y la rubia de tener una sonrisa paso en tan solo unos segundos a una seria-
- Te aburro, ¿verdad? – rompió el silencio ya que ambas solo miraban al horizonte-
- No, estoy cansada, además mañana tengo examen
- ¿Y es por lo que estás aquí afuera cerebrito? – bromeo buscando la mirada de la castaña
- ¿Ah, cerebrito?... no, necesitaba... tomar aire, no me gustan los lugares encerrados
- Si, claro...
- ¿Enserio te gusta estar rodeada de tanta gente? ¿no te aburren?
- Yeap... no tienes idea cuanto... quisiera... desaparecer
- ¿Por qué?
- Me siento sola...
- No estás sola... de seguro tienes algún pretendiente...
- No, no tengo...
- ¿Segura? ¿Ningún chico... qué te guste?
- Mi abuelo me quiere casar con un idiota, se llama James...
- James, vaya que nombre tan varonil...
- ¿Lo crees?
- Si...-"No, es un idiota"- ¿Tienes alguna foto o algo?
- Me duele mucho la cabeza, quiero irme a dormir, dios quiero mi cama - dijo quejándose y buscando algo dentro de su bolso y su chaqueta –
- jaja sí que estas mal, te dije que habías tomado mucho, ¿Que tanto buscas?
- Mis llaves RACHEL, sabes que es imposible llegar a mi departamento si no puedo entrar a mi auto- gritó incluso un poco más fuerte de lo que deseaba hacerlo, y cuando se dio cuenta rio para evitar que la castaña lo malinterpretara
- ¿Estas loca Quinn? De ninguna manera vas a volver manejando, mira como estas...
- Quien dijo que iba a volver manejando? Se me ocurrió una brillante y diiiiiiiivertida idea – gruño la rubia girando su bolso y tirando todo al piso
- ¿Y si no pretendes irte en auto, para que quieres las llaves? Y ¿Cuál es tu brillante y divertida idea? – pregunto la castaña ya que la rubia estaba muy cambiante y decía cosas que no se le entendían-
- jajaja si, siiiii pienso volver en mi auto, pero no, yo no voy a manejar yooo...
- Bueno, pásame el teléfono de tú novio- dijo la castaña tratando de que Quinn le marcara a James y ver por lo menos un avance-
- Mi novio? ¿Ese idiota? ¿Qué tiene que ver JAMES aquí? Ni siquiera vive aquí – la rubia no entendió nada, saco la vista de sus cosas y se encontró con los ojos de Rachel mirándola intensamente
- Entonces, ¿Quién te va a llevar entonces? – pregunto la castaña confundida
- Él está en alguna parte en Europa, no recuerdo, así que lo mejor sería que tú, tú me llevaras – contesto sonriendo mientras levantaba las llaves en forma de victoria-
- ¿Yo? No tengo idea de donde estamos ni siquiera se manejar muy bien y lo único que lograríamos es perdernos, mejor llamo a un Uber y ...
Rachel hablaba contra su voluntad, la idea de irse con Quinn no le disgustaba para nada, pero con tan solo pensarlo la ponía muy nerviosa, ¿Llevarla a su departamento? Aunque... no es mala idea, podría seguir hablando con ella y sacarle información.
- RACHEL, NONONO, no quiero ningún Uber, ni Taxi, ni nada de eso, además tú te perdiste y yo te lleve a tu casa, ahora...hmmm ahora te toca a ti... me lo debes – dijo mirándola fijamente y humedeciendo con su lengua sus labios secos de un modo extremadamente sensual.
- DIABLOS... a ver dame eso – la castaña le quito las llaves muy nerviosa ¿Quinn?
- mmhh... – gruño la rubia mientras se acercaba a ella, se aferraba a su brazo y apoyaba su cabeza en su hombro, era una situación muy extraña, Quinn estaba recostada en su hombro, la tenía muy cerca y podía sentir el roce de su cuerpo, era extremadamente lindo y no tuvo intenciones de resistirse - ¿Quieres que me quite?
- No, No, está bien... - contesto al mismo tiempo que controlaba sus corazón- ¿Ya te quieres ir?
- SI, llévame a casa Rachel, por favooor, me quiere explotar la cabeza – rogó sonando como una niña.
La castaña no podía, ni quería negarse, y lentamente se puso de pie, ayudando a Quinn a hacer lo mismo, ambas caminaron hacia su lujoso auto y la rubia se desplomo en el asiento del acompañante y se incorporó, una vez que la castaña había ocupado su lugar, para prender auto y poner la radio.
- Adonde vas – dijo su hermana acercándose a ella- y este auto?
- Mi amiga se siente mal, la voy a llevar a su casa, no la puedo dejar manejar en este estado, no te preocupes en cuanto la deje regresare por ti...
- Pero...
- No te preocupes yo la llevo Rachel...-dijo Lauren mientras que Camila se sonrojaba, no se lo esperaba-
- Muchas gracias Lauren, te debo una ...
- Bueno, te espero en la casa... con cuidado Rach
- Si gracias - se dio vuelta y vio como la rubia la miraba con una sonrisa y en tan solo unos segundos ya estaba semidormida y entro en pánico, no tenía idea de donde vivía y no sabía en donde estaba.
- Quinn...Quinn, no te duermas – grito la castaña que estaba desesperada moviendo a la rubia del hombro
- ¿Qué? Nono, no me voy a dormir, yo solo estaba meditando... hmmm – contesto con una sonrisa
La castaña miro al frente y encendió el auto para después seguir las instrucciones de la rubia que pareciera que no tenía idea a donde la llevaba así que sus nervios regresaron, pero aun así siguió haciéndole caso, cuando ya estaban a punto de llegar la rubia se incorporó y apunto el edificio entre risas como si se tratara de un premio, algo que a la castaña la hizo sentirse aliviada de haberla llevado a salvo, pero se dio cuenta que no sabía cómo regresar y tendría que tener que esperar un taxi, sola, y a esta hora, pero bueno por lo menos sabía que Quinn había llegado sana y salva.
La castaña se bajó del auto, y ayudo a Quinn a incorporarse y caminar rumbo al edificio.
- ¿Que haces ahí?, ¿no te vas a quedar? No seas tonta, ven – Quinn tomo a la castaña de la mano y la fue llevando con ella dentro del edificio
- Quinn, tengo que llegar a mi casa, mi madre me va a matar si no llego, además tengo que dormir, mañana tengo examen.
- RACHEL por favor, no te vas a ir sola a esta hora, además no quiero que te pierdas como aquel día que te conocí, así que... te quedas conmigo y mañana temprano después del rico desayuno de mi hermosa nana, yo te llevo- dijo jalando a la castaña hacia al elevador que al instante pensó en lo que Emma había dicho, y coincidió en que era lo mejor, no le gustaba para nada la idea de estar sola esperando un taxi a esa hora. El viaje en el ascensor hasta el 5to piso fue silencioso, una vez que salieron de ahí Quinn se dirigió a la puerta y luego de un par de intentos fallidos logro abrirla.
- ¿Vas a entrar o te tengo que arrastrar otra vez...? - gruño la rubia y la castaña la siguió, y una vez dentro comenzó a observar el lugar, el departamento era hermoso y muy elegante, parecía un museo, las paredes eran blancas y le había sorprendido aquella chimenea que la adornaba unos enormes ventanales que dejaban ver toda la ciudad, camino hacia la sala y vio que abundaban los cuadros con fotografías de Quinn con su hermana, su abuelo y otras con el bastardo de James, algo que se le hacia muy incómodo, aun que un cuadro de un árbol de cerezo le llamo la atención.
- ¿Te gusta pintar? –hablo la castaña, pero sin dejar de inspeccionar el lugar
- mmmh...es una de las cosas que me gusta hacer en mi tiempo libre, además de jugar ajedrez.
- ¿Te gusta el ajedrez? – Rachel estaba sorprendida de todo lo que hacia la rubia y como todo estaba en su lugar, era muy hermoso su departamento -
- Si, tengo un cuarto lleno de trofeos de campeonatos de ajedrez, soy toda una profesional jaja...
- Algún día me gustaría jugar contra ti, a mí también me gusta mucho el ajedrez – dijo la castaña que estaba encantada -
- jajaja mmm, ya no juego, eso era cuando era más chica, me da vergüenza, además me trae muchos recuerdos de cuando era niña. - sonrió con dificultad para dirigirse a la cocina
- ¿Recuerdos?, se me hace que te da miedo que por primera vez alguien te gane – dijo desafiándola, pero de verdad estaba intrigada del ¿Por qué ya no jugaba? -
- Quizás, tal vez si, tal vez no jajaja, puede que si tenga miedo – Grito desde la cocina
La castaña siguió observando el departamento, toda su atención se la llevo a un tocadiscos, que debajo de el tenia millones de discos muy caros, tenia de los Beatles, Adele, Dua Lipa y de Barbra Streisand
- DIABLOS, ¿pero ¿dónde las dejoo esa mapache tonta? Carajo – maldecía en la cocina, por lo cual Rachel decidió ir a ver qué pasaba.
- Todo bien? - dijo la castaña apoyándose en la puerta y ver a una rubia abriendo todos los cajones de la cocina muy molesta y con la mano en la cabeza
- No encuentro aspirinas en ningún lugar, y mi cabeza se paaarte en dos, ¡mi tonta hermana las guardo y no me acuerdo en doooonde! – dijo Quinn ofuscada y al borde de las lagrimas
- Calmate, relájate ve a darte un baño, yo tengo aspirinas en mi bolso, no te preocupes – dijo la castaña tomando sus manos y rápidamente logro convencer a la rubia.
- Rachel... me prometes ¿Que no me vas a dejar sola? – apretó la mano de la castaña con su mano y la miro fijamente, intensamente, no podía evitar hacerlo, la castaña sintió que veía a una pequeña niña enfrente de ella, se veía tan tierna y tan frágil, no quería dejarla.
- Si...Quinn...te...te lo prometo, anda ve a bañarte eso te relajara y por mientras yo busco las aspirinas
Quinn sonrió, asintió con su cabeza y desapareció de la sala, la castaña se sentó en el sillón, busco las aspirinas y miro el reloj que eran las 2 de la mañana, miro el teléfono y lo tomo para marcar a su casa y con solo dos tonos contestaron-
- ¿Rachel? – se escuchó la voz de su hermana que estaba muy preocupada-
- ¿Ya estás en casa?, perdón, ¿Cómo está mamá ? – dijo apretando sus ojos con la mano al escuchar como Camila sollozaba – Esta estable... Rachel... la veo cada vez más débil...
- Cam... todo estará bien, mamá estará bien, te lo prometo... hoy no llegare a casa, por favor... cuida de ella.
- Pero Rachel... te necesito...
- No lo hagas difícil Camila, por favor, nos vemos mañana
- Esta bien, te quiero...
- Te quiero enana... mañana me vas a contar como te fue con Lauren.
- Adios tonta...
Pasaron unos minutos y Quinn aparecía nuevamente sin muchos cambios en su estado.
- Gracias Rach – decía mientras se acercaba a ella y la castaña inmediatamente se dio vuelta para verla y sintió como algo se había atorado en su garganta cuando vio a Quinn con un kimono de seda color rojo, con estampado de flores y por como la castaña clavo la mirada en él, podría decirse que la misma memorizo el recorrido de cada línea, al igual que la ubicación de un listón en la parte de adelante, el detalle se robó toda su atención. Arriba tenía una ligera camisa blanca ajustada que dejaba en claro que no se había puesto corpiño, la castaña se levantó, y aun sin poder coordinar sus pasos, hizo lo mejor que puedo para mirar a la rubia a los ojos.
- Ammm... siii...ammm...to...toma... esto te va... esto te va a hacer bien – dijo la castaña acercándole la aspirina con un vaso de agua, en ese momento agradeció que el mismo no estuviera lleno, ya que con la forma en que sus manos temblaban eso hubiese sido todo un problema.
- Gracias, eres taaan amable – sonrió
- Ahora anda ve a dormir, mañana te vas a sentir mucho mejor – dijo nerviosa y sintiendo que su cuerpo parecía un imán quería abrazarla
- El cuarto de huéspedes es un desastre, vas a tener que dormir conmigo, además es más cómodo – dijo señalando el camino al dormitorio
- Qué carajo? Nonono, yo puedo dormir aquí en el sillón, puedo dormir en donde sea jajaja- rio sin procesar la idea de dormir con ella, pero ya estaba poniéndose muy nerviosa
- DIOS RACHEL, por dios, ven a dormir – hablo con mucha firmeza, algo que hizo brincar a la castaña y solo agacho la cabeza para seguirla hacia al cuarto – Que puede pasar, al fin y al cabo, no sé porque me pongo así...o sea es una chica, es mi amiga, es como dormir con mi mejor amiga, aparte es necesario, tengo que seguir el plan no? NO! Que piensas Rachel, ella es guapísima, te encanta, diooos tienes que hacer que se enamore de James, no dormir con ella, nononoo- los pensamientos de la castaña crecían cada vez que veía la habitación de la rubia
- Mira puedes elegir lo que quieras, mi closet es tu closet– dijo apuntando su armario y ver como la castaña seguía parada temerosa, después de unos segundos se acercó y tomó unos pantalones y una camiseta negra, se cambió rápidamente en el baño, y acomodo su ropa en un costado. Cuando volvió al cuarto se acostó completamente tiesa en el lado derecho, al borde de la cama, intoxicándose con el perfume de Quinn, cada segundo que pasaba más se arrepentía de haber aceptado la invitación. De repente la rubia se levantó y busco algo por todo el cuarto.
- Que buscas? – pregunto y la miro extrañada
- Mi cajita musical - contestó
- ¿De qué hablas? – dijo viendo como la rubia acercaba una pequeña caja musical
- Perdón, pero no puedo dormir si no escucho esta cajita musical, me la regalo mi madre y es muy importante para mí, es como si aún estuviera conmigo – la abrió y una hermosa melodía comenzara a sonar- ¿Te molesta?
- No, no, no me molesta – respondió con una sonrisa
- Es muy hermosa – dijo tímidamente al ver aquella cajita
- Abrázame – la rubia ordeno segundos después
- ¿Qué? Yo... – la castaña la miro desconcertada
- Por favor, me siento sola – hablo mientras acortaba la distancia que las separaba, la castaña estaba completamente inmóvil, su corazón y la melodía poco a poco la comenzó a calmar, la rubia ya había invadido el espacio personal de la castaña completamente, se acurruco junto a ella, le dio un leve beso en el cuello, el más tierno que esta había recibido en toda su vida, y susurro "Gracias" en el oído de la castaña. Luego poso su cabeza en el pecho de la castaña y estiro su brazo izquierdo sobre la cintura que yacía tiesa en la misma posición. Rachel sintió al primer roce un hormigueo que recorría con furia cada rincón de su cuerpo, luego cuando los labios de Quinn se posaron en su cuello simplemente dejo de respirar, y tuvo que poner toda su energía para no llevar sus dedos a la zona en que la rubia la había besado, simplemente para alargar la dulce sensación que le despertaba.
Pasaron unos segundos y la melodía se había terminado y vio como la rubia ya estaba dormida con todas sus fuerzas intento calmar su corazón, sabía que era imposible que Quinn no lo hubiese notado, pero se aferraba a que el estado de la rubia no le permitiría recordarlo la mañana siguiente.
La cabeza de Rachel apenas podía procesar todo lo que había pasado, su cuello aun sentía el calor de los labios de Quinn posándose en él, su cuerpo se derretía por sentir el contacto y el perfume de la rubia impregnaba todos sus sentidos. Tímidamente la castaña poso su mano sobre el brazo de la rubia y permaneció ahí, disfrutando el momento, jamás se había sentido tan bien, jamás la cercanía con otra persona le había provocado tantas cosas al mismo tiempo.
Las horas pasaron, Quinn nunca se movió de esa posición, y Rachel jamás se durmió, permaneció toda la noche admirando a la rubia, completamente embelesada " Eres tan hermosa, tan elegante y perfecta, ¿Qué hare ahora?, ¿cómo le digo a mi corazón que no eres para mí, que eres para alguien más? Vamos Rachel... solo es entregarla, no tienes que sentir nada, hazlo por mamá y Camila". Finalmente comenzaba a amanecer, la luz iba introduciéndose en el cuarto y la castaña necesitaba salir e ir a su casa para que su madre no se preocupara más.
Lentamente se deslizo fuera de la cama sin despertar a Quinn, se cambió, dejo la ropa ordenada en una silla y salió del cuarto, en la sala busco su bolso, saco papel y un lápiz y escribió:
Espero que la aspirina haya surtido efecto, perdón por no quedarme para el rico desayuno de tu nana, gracias por todo, Nos vemos pronto...
Rachel.
Volvió al cuarto, dejo la nota debajo de la caja musical, sonrió y miro por última vez a Quinn que dormía profundamente.
-Eres tan hermosa... - susurro y se alejó sin hacer ruido
Horas después la castaña estaba en la puerta de su casa, suspiro por aquella noche y sentía como su corazón y su mente no dejaban de pensar en ella, realmente esto no saldrá nada bien.
