Pensamos que la vida es injusta por separarnos de la persona que amamos, hay obstáculos recuerdos olvidados, pero todo tiene un fin, debemos esperar pacientemente el reencuentro, cuando estás destinado a estar juntos nada en la vida podrá separarlo.
En un amplio pasillo de un corredor una joven camina — ¿Cómo me dejé convencer de esto? — sus temblorosas manos indican lo asustada que se encontraba.
Busco en su bolso su dispositivo móvil, giro su rostro en todas direcciones hasta hallar el baño — ¡Perfecto! ¡Ahí podré llamarla! —
En su apresurado paso no se percató de las personas a su alrededor hasta chocar con uno — ¡Disculpe! — dijo ella y continuó su camino.
En el baño busco el pequeño cuarto de limpieza, rápidamente metro y marco — ¿No deberías estar en clase? — una fría y rígida respondió.
— ¡Si… lo se! pero… no podré hacerlo —
— ¡Aceptaste! y ya me encuentro lejos —
— ¡No conozco a nadie! ni siquiera conozco los nombres de tus compañeros cercanos —
— No te preocupes, no hablo con nadie — le respondieron tajantemente.
— ¡Katrina por favor esto es ridículo! se darán cuenta que tome tu lugar —
— ¡Aceptaste Relena! ya no puedo volver, te estaré depositando la mitad del dinero en unos días y que esto quede entre nosotras —
— Ya no es por el dinero ¡Podríamos meternos en serios problemas! — argumentó Relena, pero su prima no parecía comprender lo gravedad de la situación.
— Debes obtener buenas notas en mi ausencia y no hables con… nadie, hablaremos más tarde tengo que cortar —
— ¡No Katrina no no no me cierres! — Fue el sonido de un largo bip que le hizo recordar la loca propuesta de su prima.
Reemplazando en la universidad mientras Katrina iba con su madre a visitar a su abuela moribunda, su prima le ofreció una buena cantidad de dinero para que tomara su lugar por unas semanas.
A Relena le fue difícil rechazar la propuesta, sus ahorros se estaban agotando y la razón principal de aceptar fue que sintió pena por su prima y por su abuela apunto de fallecer.
Salió de la pequeña habitación, seguía con sus manos temblorosas, se miró por el espejo y la expresión de su rostro es de preocupación — Ya estoy aquí tendré que hacerlo — se dijo tratando de animarse.
A unos metros una misteriosa persona observó a la joven salir del baño, vio su largo cabello color miel, miró su forma de caminar y hasta su forma de vestir.
Relena iba tan metida en sus pensamientos que no se percató que alguien la seguía, la misteriosa persona la siguió hasta verla entrar a un aula de clases.
Relena se sentó lo más alejada posible de todos los alumnos, no miró a nadie y trató de comportarse como Katrina.
Su corazón palpitaba a mil por segundo "Tengo que llegar temprano para no llamar la atención, tengo que evitar que me miren mucho, soy tan diferente a Katrina" pensaba ella.
Luego sus manos temblaron un poco más al ver a unos de tantos estudiantes mirarla fijamente — ¡Te jodiste Katrina! — balbuceó, pensando que la habían descubierto, tomó su bolso para marcharse, pero antes que pudiera salir la llegada de una persona la hizo volver a su asiento.
— Disculpen la demora — dijo el profesor.
Relena maldijo Internamente por no haberse ido cuando tuvo la oportunidad, en toda la clase mantuvo su cabeza agachada sin mirar al profesor, pero extrañamente no se sintió incómoda y cuando él empezó a explicar los problemas de análisis su voz se le hizo familiar.
Miró a su alrededor notando que la mayoría de los alumnos eran mujeres y comprendí el porqué, al mirar con más tranquilidad al hombre frente a ella, no podía negar que tenía un gran atractivo, el vestía unos pantalones negros casi ajustados y una camisa de color azul oscuro arremangadas.
Su espalda tonificada, sus gruesas piernas y su hermoso trasero redondo, indicaba que venía ejercitando hace años.
Después de 2 horas la clase había terminado, Relena no tendría problemas en esta materia, el profesor explicó todo con gran claridad, el único difícil seria memorizar todas las fórmulas y ejecutarlas de manera correcta.
— ¡Katrina! — Relena se paralizó al escuchar que la llamaban con el nombre de su prima.
— ¿Puedo ayudarte en algo? — preguntó ella con una hermosa sonrisa, al haber al mismo chico que la estaba observando anteriormente.
— No me sabia este lado tuyo Katrina siempre estás amargada — le mencionó al verla sonreírle.
— Me desperté de buen humor — mencionó ella rápidamente.
— ¡Eso me alegra! siempre estás distante deberías ser más sociable —
— Lo tomaré en cuenta y ¿Para qué me estabas buscando? — le preguntó.
— Debes haber salido mal en el último parcial para que el profesor te haya citado — le informo.
— Gracias por decirme ¿Me podrías decir dónde está su oficina? —
— ¡Por Newton! Katrina estas muy despistada hoy, es en el tercer piso hay veras a Francis, Romina y Queslin en espera —
— Gracias — le dijo ella retirándose y por el rabillo del ojo miró al joven mirándola con asombro, sabía que había actuado de manera contraria a Katrina.
Fuera de la oficina junto a los otros estudiantes, Relena debatía internamente si irse o quedarse, uno por uno los demás alumnos fueron entrando y saliendo con una gran cantidad de papeles en su mano.
— ¡Señorita Peacecraft puede pasar! — Relena tomó un gran respiro, apretó sus manos y entró esperando a no ser descubierta.
Tomó asiento frente al escritorio "¡NO SE COMO SE LLAMA!" grito en su cabeza, comenzó a buscar algo que le indicará el nombre del profesor, pero su escritorio solo tenía más papeles, un teclado y un gran monitor.
— ¿Sabes por qué está aquí señorita Peacecraft? — la voz barítona de su profesor la hizo saltar en la silla, no se había percatado que el hombre estaba parado a un lado de ella.
— ¿Por mis… bajas… calificaciones? — le respondió temerosa, manteniendo su cabeza agachada y apretando con fuerza la tela de su falda.
— ¡No! tienes buenas calificaciones — espetó él.
Relena se sorprendió al oír estas palabras, giró a ver al profesor y vio unos ojos azules profundos que la hicieron estremecer por unos segundos y desvió su mirada rápidamente de él — ¡No sabes nada de las notas de Katrina! ¡Verdad Relena! — declaro.
— ¡CÓMO SABE MI NOMBRE! — gritó levantándose de golpe de la silla — No... yo… soy … Katrina me está CONFUNDIENDO! —
