Aquella mañana fue la misma rutina de siempre: ejercitarse, desayunar, actualizar el sistema, tecleaba rápidamente y revisaba los pendientes de su compañía El Preventor que él y su mentor fundaron años atrás.

Su éxito fue gracias a un sistema de seguridad muy avanzado que habían desarrollado y en un año expandieron su imperio completándolo a computadoras sofisticadas, creación de software, robótica y especialmente nanotecnología.

Heero por otro parte no le agradaba la idea de ser profesor universitario, ya tenía muchas responsabilidades en su compañia, pero aceptó a impartir clase por un buen amigo que lo había ayudado en el pasado.

Calificar a más de 200 estudiantes es muy agotador, pero encontró la manera de hacerlo creando un sistema de calificación inmediata, él se había negado a recibir el salario pero su pago era puntual todos los meses.

Esa mañana se encontraba muy distraído, esto haría que valiera la pena haber aceptado ser profesor por los últimos meses y recordó cómo se volvió a encontrar con ella después de años sin verla.

Él caminaba por el pasillo en dirección a su primera clase del día, eran un grupo muy responsable pero había unidades que necesitaban ayuda, suspiro de solo pensar que debía darle asignación extra a esos estudiantes.

Verificó la hora no le gustaba llegar tarde era conocido por no faltar y por su puntualidad, a veces había excepciones si tenía alguna reunión o algún problema en su empresa.

Iba distraído pensando en nuevas actualizaciones que debía realizar cuando alguien choca abruptamente con él — Disculpe — se paralizó al escuchar una voz que nunca pensó que volvería a oír.

¿Re..le..na? — se dijo, todavía dudoso decidió esperar y confirmar si realmente era la persona que él esperaba.

Luego de unos minutos la vio salir del baño, la siguió muy de cerca por los pasillos hasta entrar en el aula que a él lo esperaban.

Heero tenía una idea de porque ella estaba en ese lugar, no era la primera vez que otros alumnos se hacían pasar por otro.

El era muy observador y hace meses se había percatado que su alumna "Katrina Peacecraft" podría ser familia de Relena o simplemente se parecían mucho.

El recordaba que los padres de Relena se habían separado y cuando su madre se volvió a casar ella adoptó el apellido de su padrastro, pero nunca supo su apellido paterno.

Mientras la observaba la vio levantarse de su silla y él entró rápidamente, no iba a permitir que se fuera sin antes hablar con ella, explicó unas fórmulas y dejó algunos problemas para que los estudiantes desarrollaran.

Aprovechó la oportunidad para ingresar al sistema verificó todas las notas de Katrina estaban por debajo del promedio para aprobar, mantenía muchas ausencias en todas sus clases, solo otra nota baja y él podría poner la famosa "F".

La miro trabajar y decidió pasar lista, era algo que no hacía pero quería saber qué respuesta le daba — ¡Katrina Peacecraft !— Vociferó.

Presente — respondió con su cabeza agachada.

"¡BINGO!"Katrina había enviado a Relena en su lugar, ella podría meterse en problemas si la descubren debía haber una buena razón no creía que Relena fuera capaz de hacer algo así y se enojó con ella.

En ese momento los recuerdos del pasado invadieron su mente, cada mañana caminaban juntos hacia el instituto y ella siempre le dedicó esa hermosa sonrisa que él tanto amaba.

Su corazón se aceleró ante ese recuerdo de los momentos y reprimió esos sentimientos que había encerrado durante años.

Dejó de teclear en su computadora apretando con fuerza sus puños, pero se calmó al instante donde la recordó recostada en el sofá de su oficina.

El la iba a dejar ir, pero nunca pensó en aprovecharse de las circunstancias, hasta que la escuchó decir — Te prometo que no la reemplazare más — tuvo temor de no volverla a ver.

Actuó por instinto sujetándola del brazo hasta tenerla frente de él y la besó.

El extrañaba sus besos, su calor, su olor y el sabor de sus labios, rápidamente la tiró en el pequeño sofá en su oficina y agradeció internamente todo esos detalles de su amigo.

Al inicio ella intentó resistirse pero él rápidamente hizo su jugada, si no le permitía hacer lo que él quería la delataría.

Él deslizó las manos por su cabello al recordar a una avergonzada Relena con su falta hasta la cintura y su blusa desabotonando, mostrando su ropa interior y la piel blanca de su hermoso cuerpo.

Pero el sonido del altavoz lo detuvo para seguir en su exploración — ¡Mierda!— se dijo recordando que en ese momento estaba por desabrochar su brasier.

Pensó en su próximo movimiento, él le dijo que debía pagar el precio por su silencio ya que le había informado la consecuencia de sus actos, sabía que ella haría lo que él le pidiera, habían pasado 7 años de la última vez que la vio y no la dejaría ir tan fácil.

Él sonido de su teléfono lo sacó de sus pensamientos — Jefe a qué hora piensas llegar hoy, te necesito no entiendo los códigos que me enviaste —

No es la primera vez que escucho de tu falta de intelecto — le respondió Heero.

¡Idiota! se supone que soy el bromista del grupo —

Oh querrás decir el inútil del grupo — le dijo muy seriamente bromeando a su manera.

¡Valla! ¡Al parecer estás de buen humor hoy señor cara de piedra! te espero no llegues tarde y P.D traerme algo de comer — y cortó la comunicación.

Dúo tenía razón, por extraño que parezca estaba de buen humor y sonrió ligeramente, enviando a su amigo más de esos complicados códigos para hacerlo trabajar hasta tarde ese día.

Cuando terminó los deberes de su empresa, entró al sistema de la universidad, buscó todos los deberes de las asignaturas de Katrina y los desarrollo, debía mantener sus calificaciones bajas pero lo suficiente para aprobar las asignaturas.