Al volver a casa de la universidad, Relena ya no sabía qué hacer con tantos trabajos atrasados de Katrina.
Hoy un profesor la regañó al final de la clase — No es justo no sabía del trabajo — dijo molesta — ¡Te cobraré más, cada vez que me regañen por ti katrina! —
Estaba enojada si Heero no lo hubiera reconocido de seguro ella ya no estuviera asistiendo por su prima.
Se dio un baño y se recostó en la cama para relajarse — Hoy no vi a Heero — recordó el día de ayer y se sonrojó de solo pensar que esto volvería a pasar.
Ella tocó sus labios, su cuello y su senos recordando los besos que él le proporcionó un día antes — Me siento como una esclava — y nuevamente se hizo presente ese fuerte dolor de cabeza, pensando que era el estrés por los problemas que Heero le había dejado.
Debía hacer unos trabajos de Katrina pero ella no dejó ningún libro o apuntes de sus asignaciones, después la llamaría para pedirles sus libros, ahora solo desea descansar.
A la mañana siguiendo Relena se levantó tarde, corrió hacia la ducha pensaba en la ropa que debía ponerse — Definitivamente no me pondré falda — se dijo, ella lo volvería a verlo ese día, busco unos jeans con una blusa sin botones no se iba arriesgar pasar por lo mismo nuevamente.
Se hizo una cola de caballo tomó sus cosas y salió, revisa su cuenta bancaria no le queda mucho dinero sacó su teléfono y le envió un mensaje a katrina solicitando enviar la mitad del dinero que necesitaba — No contemple que gastaría en pasaje y comida — hablo esperando que le respondiera pronto.
En el salón de clases Relena estaba muy distraída de solo pensar en los muchos trabajos que tenía que hacer el fin de semana, miró a Heero explicando otro problema y su mente solo lo recordaba besándola y acariciándola.
Se ruborizó, no negaba que Heero es muy atractivo "Creo que hay muchas estudiantes que desearían estar en mi lugar" pensó ella, al mirar a unas estudiantes a su lado tomarle una foto a su guapo profesor.
— Señorita Peacecraft — la llamó Heero, al verla a punto de salir, cuando las clases ya habían terminado — ¿Tienes alguna pregunta de la asignación que le deje? —
— ¡No puede desarrollarlos sin problema! — mintió ella.
— Si los resolvió porque no me entrega el trabajo, señorita Peacecraft —
— No sé si están correctos y los iba a verificar antes de entregárselo — dijo bajando la cabeza.
— Debes mostrarme y te diré qué problemas necesitan corrección ¡ENTENDIDO!—
— ¡Si! — respondió ella, los estudiantes que él había llamado entregaron sus asignaciones y se marcharon dejando sola a Relena con Heero.
—Te espero en 15 minutos — agarró los papeles que ella tenía en sus manos y los puso junto a los otros y se retiró.
— ¿No tienes miedo que te descubran qué te aprovechas de tu alumna? — se dijo estando sola.
Relena fue al comedor, compró unas galletas con un pequeño refresco era lo que su ajustado presupuesto podía pagar, no había desayunado y tenía mucha hambre, miró su reloj ya había pasado los 15 minutos se levantó y corrió a su oficina.
Se detuvo frente de la puerta recordó la última vez que estuvo ahí, su rostro se ruborizo de solo pensar en lo que le esperaba.
— ¡Entra Relena! — Ella se asustó al escucharlo decir su nombre, entró y cerró la puerta.
— ¡No me llames por mi nombre! —
— Te dije que estuvieras aquí en 15 minutos, tienes que ser puntual ¡No tengo mucho tiempo libre! — le mencionó molesto.
"No tendremos mucho tiempo para lo que tu quieres" pensó ella, estaba un poco molesta pero analizaba si haber usado su nombre era una señal de advertencia.
— Siéntate — le indico él, ella tomó asiento y el le entregó un sobre amarillo.
— ¿Y qué es esto? — preguntó Relena.
— Estoy anuente, que ayer debías entregar un trabajo en la asignatura del profesor Elimelec —
— ¡Si! había que entregarle un trabajo pero Katrina no me informó — mencionó recordando el regaño del día anterior.
— En ese sobre esta el trabajo completo, también están los deberes de esta y la próxima semana para que vayas adelantando —
— ¿Cómo conseguiste todo esto Heero?—
— Tengo mis métodos — hablo tecleando rápido en su computador.
— Gracias — dijo con un enorme suspiro le había quitado un gran peso de encima.
— No trato con mis alumnos pero supongo que Katrina no te dejo nada — ella asintió y respondió.
— Es como dices no me dejo libros ni sus apuntes y no me informó de sus bajas calificaciones —
— Los parciales no están desarrollados por completo, tienen el suficiente puntaje para obtener una C solo debes memorizarlos — le informo.
— ¿Una C? ¿por qué tan baja? —
— Si obtienes una B pensaran que estas haciendo trampa, Katrina está casi reprobada pero se puede salvar y estoy manteniendo las notas con el puntaje necesario para que no repruebe — le respondió.
— Comprendo, tiene sentido —
— Hay algo más que no sabes, hay una gira este sábado a las instalaciones de Preventor —
— ¿ESTE SÁBADO? — respondió sorprendida, katrina no le había dicho nada.
— Si, Debes llevar un suéter yo te conseguiré uno que talla eres —
— Mediano está bien —
— Mañana al terminar tu segunda hora vienes a buscarlo —
— De acuerdo — le respondió Relena agachando su cabeza.
— No tienes que bajar la cabeza conmigo —
— ¡Está bien! — dijo levantando la cabeza.
— Ya puedes irte, tengo trabajo que hacer —
"¿Puedo irme?" pensó ella, se quedó unos segundos sentada y después decidió salir antes que él cambiara de opinión.
— Te recomiendo que abras el sobre en tu casa —
— Entiendo, me retiro — y Relena salió rápido de esa oficina.
Iba por el pasillo pensando cómo él había podido conseguir todos esos trabajos, ciertamente la estaba ayudando al hacerle su carga más liviana o ¿es parte de su chantaje?
Suspiro con menos estrés esta actitud de Heero le recordó un suceso del instituto y "él siempre estaba apartados de todos era muy atlético, le gustaba jugar el baloncesto, no le interesaba tener novia las rechazaba decía que era una pérdida de tiempo y luego recordó cuando él rompió en dos su invitación a la fiesta de su cumpleños".
Estos recuerdos fueron olvidados casi al instante por un intenso dolor de cabeza, ella tocó su frente no le dio mucha importancia y se retiró a la siguiente asignatura.
Al día siguiente Relena se dirige a su oficina "Esta vez seguro que no me salvo" pensó.
Ella tocó su puerta — Entra — lo ordenó, Relena asomó su cabeza y lo vio sentado trabajando en su computadora.
Él señaló el costado de la puerta donde había una bolsa — Hay esta el suéter y no llegues tarde — le advirtió.
— ¡Seguro! ¿A qué hora debe estar aquí? —
— Antes de las 10 — le respondió, ella solo asintió tomando la bolsa y se retiró inmediatamente.
