Di mi nombre

Nuevamente todo estaba tranquilo, lograron atrapar al villano, no habían víctimas, y como siempre, Deku se encargaba de las relaciones públicas.

Sonreía alegre a la cámara, mientras hacía un recuento de los logros de esta misión. Los que estaban presentes lo veían con admiración y confianza, sin duda él era un ciudadano, y un héroe ejemplar.

Katsuki esperaba a su pareja a unos metros, mientras él concluía con esta conferencia improvisada, pensaba en la dualidad de Deku, un sol brillante y cálido mientras estaba bajo el ojo público, pero en la privacidad e intimidad de su hogar…¡Uff! Prefería no seguir pensándolo o pasaría un mal momento por una erección.

—¡Es suficiente, ya vamos Deku!— decidió interrumpirlos, o no saldrían de allí hoy, todavía tenían que regresar a la agencia para realizar el informe y papeleo respectivo del caso.

—¡Si, si, ya voy!—le respondió tímido —lo siento, debemos irnos— se disculpó con los reporteros.

Corrió para alcanzar a Katsuki, quien ya avanzaba en su camino de regreso. Se acercó hasta él y hablando bajito, le advirtió —no vuelvas a interrumpirme Kacchan o tendré que castigarte— le sonrió dulcemente cuando este volvió a verlo con los ojos bien abiertos por la amenaza.

Su voz baja y su advertencia, viajaron directamente a su entrepierna «¿qué demonios?» pensó, mientras le seguía el ritmo.

Llegaron a su agencia, y cada uno se dirigió hacia su oficina, a realizar su informe correspondiente, Katsuki estaba concentrado cuando escuchó unos toques en la puerta. Dirigió su mirada hacia la entrada, Izuku se encontraba allí, sosteniendo una pequeña bolsita de tela en sus manos.

—¿Sabes qué es esto?—por supuesto él no esperaba una respuesta.

—Conociéndote, podría ser cualquier cosa— le contestó.

—¿Ni siquiera lo intentas?—Izuku mordía su labio, conteniendo una sonrisa traviesa, tratando de provocarlo para obtener una respuesta errónea.

—Deku…aún no tengo la puta capacidad para leer mentes—. Se sentía hastiado, en especial porque sabía que deliberadamente lo estaba distrayendo. —Por cierto ¿Terminaste tu informe? En lugar de hacer esas preguntas estúpidas, deberías darte prisa, así podemos irnos temprano.

Izuku se acercó a él a paso lento y suspirando agregó —mi dulce Kacchan a veces se me olvida la poca paciencia que tienes— y acercando su mano hacia su cara, empezó a delinearla, hasta que sus dedos llegaron a su mentón, jalandolo hacia él —y esa lengua…tan filosa—murmuró sobre sus labios, antes de besarlo. Su lengua entraba y salía provocándolo. —con esta, son dos faltas— agregó Izuku, mordiendo su labio inferior. —No esperaré una tercera para recordarte tu posición, de pie ¡Ahora!

Katsuki sentía la garganta seca, y le estaba costando procesar la orden de Izuku, quien con un manotazo en el escritorio para espabilarlo, de manera firme dijo: —¡Vamos, no lo repetiré otra vez!— está vez, siendo su orden acatada, por un Katsuki que sin dudar más se puso de pie frente a él.

—Esto que tengo en mis manos, mi querido Kacchan, iba a ser un regalo para ti, para nosotros, pero creo que puede funcionar perfectamente como un castigo en este momento— acercó la bolsita de tela a su rango de visión y de ella deslizó un pequeño plug anal vibrador.

—¡Que mierda Deku! Te recuerdo que estamos en horario laboral…—Katsuki queriendo hacer que entrara en razón trato de contestarle.

—Ah, ah— Izuku negaba con la cabeza, mientras lo veía con una sonrisa traviesa. —Vuelves a interrumpirme, me parece más que adecuado— dijo susurrándole al oído.

Izuku se colocó detrás de la espalda de él y comenzó a besarle el cuello —Probablemente estás pensando que estoy loco— y moviéndose a uno de sus hombros para besarlo también, agregó — y tienes razón, estoy loco por ti Kacchan, no puedo esperar por ver tu cara retorcerse de placer—acercó su dedo medio a la boca de Katsuki — ¡Abre! — Fue una orden simple acatada sin peros.

Introdujo su dedo en su boca para humedecerlo, mientras su otra mano se dirigió hacia el cinturón. Katsuki estaba aturdido por el atrevimiento de Izuku, sabía que en la intimidad le gustaba dominar, y él lo dejaba ser, le gustaba de esa forma. Pero siempre habían establecido límites, y uno de ellos era la oficina y los horarios laborales, su trabajo de héroes siempre iba a tener prioridad, al menos sobre el sexo.

Saliendo finalmente de sus pensamientos, empezó a succionar y a lamer el dedo de Izuku, en anticipación a lo que venía. El peliverde ahora bajaba el pantalón de Katsuki, dejando a la vista su bien formado y redondo trasero. —¡Es suficiente!— Nuevamente le hablaba al oído, haciendo que escalofríos recorrieran su cuerpo— ¡Sobre el escritorio!

Katsuki estaba agitado y su respiración entrecortada apenas le permitió decir —Deku, alguien puede entrar— se inclinó sobre el escritorio, mientras sus ojos se dirigían a la puerta.

Izuku le dio una nalgada, provocando un respingo de sorpresa en Katsuki, luego con sus manos separó sus nalgas en busca de su entrada, se acercó para dejar un beso húmedo, y luego introduciendo el dedo que él mismo había humedecido le respondió —coloqué el pestillo, nadie vendrá a salvarte— su dedo entraba con facilidad, por lo que supo que no tendría dificultad aceptando el plug.

Katsuki gemía bajito, sintiendo como el dedo de Izuku entraba y salía, de repente lo saco, y lo siguiente que sintió fue el frío del juguete ingresando en su interior. No era grande, ni molesto, pero sí podía sentir que era diferente. Sintió como una de sus nalgas era mordida antes de que sus boxers y pantalones fueran colocados nuevamente. Pensó que no harían nada más, y se sintió decepcionado por un momento, hasta que escuchó nuevamente la voz de su pareja.

—Bien, ahora puedes levantarte— le dijo como si no hubiera pasado nada, y con toda la tranquilidad del mundo se sentó en una de las sillas frente al escritorio.

Al momento en que Katsuki se enderezo, sintió un pequeño cosquilleo por dentro, con los brazos se apoyó en el escritorio, ahogando un pequeño gemido —¿Te encuentras bien Kacchan?— le preguntó Izuku con falsa inocencia, quién, con un pequeño control, había encendido las vibraciones.

—Mmm…¡maldito pervertido!— apenas logró responderle a Izuku, tampoco se lo iba a poner tan fácil, así que con toda la fuerza de voluntad que todavía tenía, se levantó y regresó a su asiento también.

Las vibraciones hacían que su rostro se sonrojara de una manera adorable, el peliverde le observaba atento con una sonrisa de satisfacción, cuando dijo: —respondiendo a tu pregunta, casi termino, de hecho venía a verificar unas cosas contigo— haciendo un pequeña pausa, continuó —espero que puedas ayudarme.

La respiración del cenizo, se volvió pesada, a tiempo que veía como Izuku jugaba con el control, cambiaba entre velocidad e intensidad para verlo reaccionar. Su erección empezó a crecer pidiendo atención. Empuñaba sus manos una y otra vez tratando de controlarse —bien, dime— fue lo único que dijo.

—¿Cuál es el quirk del villano?— preguntó.

Apenas podía pensar, cuando respondió —manipulación de la materia— sus ojos se cerraban fuertemente ante las sensaciones.

Fingía anotar en su tableta —está bien, y quién lo atrapó, Kacchan?— hablaba despacio para alargar su entrevista.

—Oh mierda Deku…yo, ¡YO lo atrapé!— se recostó en el respaldo de la silla, lo que empujó un poco y más adentro el vibrador. Su cadera se elevó en un movimiento involuntario.

Izuku estaba extasiado solamente con verlo, era justo lo que esperaba que pasara, aunque la realidad superaba por mucho a su imaginación y ahora solo pedía que terminarán pronto para poder enterrarse y perderse dentro de su pareja, una y otra vez.

Con su voz ronca, hizo la última pregunta: —¿Tuvimos bajas o pérdidas?— Sus bajos instintos empezaban a despertar también.

—Solo materiales— se apresuró a contestarle — pero fueron pocas…Deku por favor—terminó suplicándole.

—Shhh, shhh, shhh…—el cenizo ni siquiera se dió cuenta en qué momento Izuku se había levantado y ahora lo trataba de apaciguar acariciando su cabeza —no tienes idea de lo sexy que te ves todo necesitado, eres tan hermoso Kacchan. Por el momento te dejaré terminar tu informe — Redujo la velocidad e intensidad, a lo mínimo, pero para lo sensible que se encontraba, le parecía que nada había cambiado. Se inclinó y dejó un beso sobre su coronilla.

Acercándose a la puerta para salir finalmente de la oficina le dijo: —No te atrevas a tocarte, mucho menos a quitar el plug, termina tu informe y en diez minutos pasaré por ti para irnos juntos— después se retiró sin esperar una respuesta a cambio.

Katsuki no podía concentrarse, le faltaba poco por concluir, y sabía que tenía que terminar o se metería en más problemas con Izuku…«ese pervertido, jamás pensé que se atrevería a jugar de esta forma» su cadera se movía en un vaivén suave, creando una deliciosa fricción entre el objeto y su ano, pero que le había dicho antes de irse, que no fuera a tocarse, ja, ni siquiera lo creía necesario, podría terminar solo con pensarlo.

Hizo un gran esfuerzo, para poder terminar el informe justo a tiempo, cuando unos suaves golpes llamaron a la puerta, era Eijiro, preguntando por él mismo, cuando lo vió de cerca, pudo ver qué estaba sonrojado y le preguntó: —hey Bakubro, ¿te encuentras bien? ¡Parece que ardes en fiebre!

Y si, estaba ardiendo, pero no era por fiebre, cada pequeño movimiento que hacía, le recordaba el cuerpo ajeno dentro de él —no es nada, probablemente estoy un poco cansado — se esforzó por sonar tranquilo —solo debo ir a casa y ahmm— apenas logró ocultar un pequeño gemido que salió involuntario, tomando su estómago y su rostro entre sus manos para no dejar en evidencia su estado de excitación actual.

—No te esfuerces más, le diré a Midoriya que te lleve a descansar— dijo malinterpretando todo.

Saliendo de la oficina, justo se topó con Izuku —¡Midoriya! Justo iba a buscarte, me parece que Bakubro no se siente bien, tal vez deban dejar todo por hoy, e irse a descansar— le sugirió.

—Claro—le contesto suave con su dulce sonrisa —hace poco me comentó que no se siente bien, por eso venía por él, gracias por preocuparte.

—¿Y cómo no hacerlo? Sabes qué es mi mejor amigo— le dijo él también, entusiasta por el amor y la protección que Izuku le brindaba al cenizo. Se volvió hacia dentro de la oficina y dijo: —Termina por hoy Bakubro y descansa, espero que puedas sentirte mejor—viendo a Izuku nuevamente también agregó: —descansa tu también. Nos veremos mañana.

El peliverde lo vio alejarse, y luego entró en la oficina nuevamente —así que ¿no te sientes bien?—Su tono de voz era bajo, el que usaba con él en la intimidad —¡Pero si yo pensé que lo estabas disfrutando!— agregó al acercarse.

Katsuki lo tomó de la mano —Deku, por favor ¡Follame!— su tono de voz lleno de necesidad.

—Primero vamos a casa, es más, no es necesario que te quites el traje, yo lo haré cuando lleguemos—con un suave tirón para que se levantara de su lugar, empezaron a avanzar hacia la salida — Ummm, me parece que tenemos un problema de erección justo aquí— dijo tomando su miembro entre su mano. Katsuki jadeó al sentir sus dedos rozar firmemente su longitud. Le entregó un sudadero que llevaba entre sus cosas —sostenlo firme frente a ti para que podamos salir—fue la última orden que le dió, antes de dirigirse al sótano del edificio para ir hacia su auto.

—¡Maldito pervertido!— Katsuki lo volvió a llamar de esta forma, cuando nuevamente estaban en la privacidad del auto — ¡te juro que terminaré con un episodio grave de bolas azules, si no te apresuras a llegar a casa y cogerme! ¿Cómo puedes estar tú tan tranquilo? ¡Ah claro! ¡Es porque tú no tienes un maldito vibrador clavado en el culo!

Izuku soltó una carcajada—Kacchan, amor, me es imposible tomarte en serio cuando me hablas de esa forma—con el vehículo en marcha, empezó a buscar dentro de su pantalón el control, y acercándolo al cenizo le dijo —toma, apágalo si quieres, pero no lo saques, yo lo haré.

—Eres un idiota— dijo finalmente apagando su tortura, pero eso no le aliviaba en nada a su excitación — ¿Cómo te atreves a usar un juguete sexual en la oficina?

—Vamos, ¿Vas a decirme que no fue excitante? Además nunca me decepcionas Kacchan — estiró su mano hasta la rodilla del cenizo y empezó a subir por su muslo— tu carita tan hermosa, tus ojos suplicantes, y tú cuerpo temblando buscando una liberación, yo también podría tener un episodio de bolas azules.

Katsuki se sonrojó solo de escucharlo tan descarado, tomó su muñeca, deteniendo el camino que su mano había iniciado —¡basta, dijiste que hasta llegar a casa!— le respondió con enojo fingido.

—Jajaja, tienes razón, en todo caso, no soy yo quien tiene un vibrador en el culo— le dijo tomando nuevamente la palanca de cambios.

—¡Idiota!— resopló en respuesta.

—Te amo.

—Eso no hace que dejes de ser un idiota.

—¿Un idiota al que amas?

—¡Pfff! Si, un idiota al que amo— su rostro seguía sonrojado por este intercambio.

—¿Quieres que compremos algo para comer? Todavía podemos pasar a…

—¡No, vamos a casa ahora! Podemos pedir algo a domicilio después.

—Mmm, cuánta ansiedad, está bien, pronto estaremos allí —terminó tomando su mano y besando sus nudillos en un tierno gesto.

Estacionaron frente a su casa, bajaron sin prisa aparente, sin conversación de por medio y se dirigieron a la entrada. Izuku abrió la puerta, y se hizo a un lado permitiendo que katsuki entrara primero, después ingresó el, estando de espaldas sintió como el cenizo lo acorraló entre la puerta, y en un susurro le dijo —¡bien, estamos en casa! — Y tomándolo por el cuello giró su cabeza para besarlo con urgencia. Sus manos recorrían el pecho del peliverde, y bajaban a su abdomen deseoso de apresurar las cosas.

Izuku logró girarse para corresponder el beso, mientras sus manos se enlazaron en la nuca de Katsuki, con un tirón firme, separó sus cabezas, guiandolo para que besara su cuello, su respiración ya se encontraba agitada. El cenizo entre besos y lamidas, empezó a buscar el cinturón de Izuku, y cuando al fin desabrochó su pantalón, cayó de rodillas frente a él.

Con una mano levantó su camisa y depositó un beso en su ombligo, la otra mano, comenzaba a acariciar sobre la ropa el miembro erecto, hasta que lo sacó de su ropa interior. Su boca fue recorriendo un camino hasta llegar a la base del pene. No importaba las veces que lo hubiera visto, siempre se maravillaba al verlo tan firme e hinchado. Trago fuerte por la salivación que tenía en anticipación. Sacó su lengua y con total conocimiento empezó a lamer una vena que alcanzaba desde la base a la punta, y abriendo grande la boca introdujo el glande para succionar con fuerza. Su lengua giraba alrededor de la cabeza rojiza, cuando sintió el sabor salado del líquido preseminal.

Rápidamente tomó el pene entre su mano, y con el pulgar empezó a esparcir el líquido junto a su saliva para poder masturbarlo, cuando levantó la vista, Izuku tenía los ojos cerrados fuertemente y murmuraba cosas ininteligibles, seguro estaba disfrutando de este encuentro. Aprovechó que no lo observaba, para bajar a sus testículos y uno a uno los tomó para succionarlos y chuparlos también. Lo escucho llamarlo bajito entre gemidos —¡ah, Kacchan, si, más, ah!— lo que hizo que deseara hacerlo acabar en su boca.

Por lo que nuevamente tomó su miembro entre los labios, y lo introdujo hasta tocar su garganta, hace mucho que había aprendido a dominar las arcadas, permitiendo que llegara bastante profundo. Hizo presión con los labios, mientras lentamente retrocedía, sin salir por completo de su boca, volvió a meterlo, dos veces más y luego empezó con un ritmo más rápido, pero constante. Supo que lo estaba haciendo bien, cuando entre gemidos y gruñidos, él lo tomó del cabello para empezar a follar su boca.

—¿Esto es lo que querías, Kacchan? ¿Que me corra en ti?— preguntó con la voz entrecortada. Y Katsuki por supuesto que quería esto, amaba verlo perder el control, hacerlo perder esa fachada inocente que aún tenía, amaba quemarse con ese hermoso sol que era. Lo sujetó por las caderas para poder seguir su ritmo, cuando lo sintió temblar y liberar su líquido tan caliente en lo profundo de su boca. Sin dudar lo tragó, pero su boca continuaba trabajando en él hasta limpiar la última gota. Lo sacó de sus labios y luego le dió un beso de adoración justo en la punta de la cabeza.

Arrodillado desde donde estaba, volvió su vista hacia Izuku —¡Bien! Ahora es momento de que me saques esa mierda del culo y me folles como debe ser.

—Kacchan, no quieras hacerte el listo, sabes que sigues castigado— poco a poco Izuku recuperaba el aire— una mamada espectacular no haré que olvide tus faltas de hoy. Ven conmigo— dijo estirando su mano para ayudarle a levantarse. Caminaron hasta la habitación principal donde Izuku lo dejó de pie frente a la cama. El se dirigió hacia el baño, para limpiarse un poco. Salió sin la camisa puesta, y con el botón de su pantalón desabrochado.

—Me encanta, que lo hayas entendido— dijo Izuku acercándose a Katsuki por la espalda, el cenizo había permanecido en su lugar, sabía que eso le gustaba— ahora déjame quitar tu traje, sabes que siempre he amado la forma en la que sobresalen tus hombros, y tus brazos…soy tan afortunado— dijo depositando un beso en unos de los hombros, mientras buscaba las muñequeras para poder desabrocharlas. Cuando terminó esa tarea, regresó a besar su cuello siempre detrás de él —sabes tan dulce, parece que fue un día agitado ¿Verdad?

—Jumm—fue lo único que afirmó al sentir su lengua recorrer su nuca. Sintió como Izuku había cruzado sus manos hacia delante, y ahora levantaba su camiseta, subió hasta sus pezones para tomarlos entre sus dedos, en sus hombros empezaba a dejar leves marcas y chupones reclamandolo como suyo. Finalmente retiró su camiseta, y lo presionó junto a su pecho desnudo, sus manos se movían solas tocando su torso con ansiedad.

Katsuki estaba tan ansioso que no se percató del momento en que Izuku metió sus manos a los bolsillos recuperando nuevamente el control del vibrador. Reaccionó con un gruñido cuando el vibrador volvió a la vida, está vez con toda la intensidad.

El cenizo estaba extasiado con el cúmulo de sensaciones, las manos de Izuku, sus besos y mordidas, el vibrador, su erección dolía, y saltaba pidiendo ser atendida. En un impulso tomó el cabello del peliverde, buscando donde afianzarse para soportar lo que sentía. —Vamos Kacchan, aguanta un poco más— fue lo único que dijo continuando su asalto. Después descendió para desabrochar sus rodilleras.

Cuando Izuku terminó con los accesorios, se puso de pie, y se dirigió hasta la cama en dónde se sentó —bien, ahora quiero verte, date la vuelta y quítate los pantalones.

Katsuki no dudo en obedecer, y girando sobre sus pies, empezó a desabrochar sus pantalones, que cayeron primero al aflojarlos, volteó a ver a Izuku sobre su hombro, cuando sus manos se deslizaron por el elástico de sus boxers, con cadencia movió sus caderas deslizando hacia abajo, su redondo trasero se separó, dejando ver el plug dentro de él. —¿Así está bien Deku, te gusta lo que ves?— preguntó agitado, le gustaba provocarlo también.

—Me gusta y mucho, ahora ven aquí — lo llamó junto a él, cuando estuvo a su lado, tiró de su mano para que se recostara boca abajo dejando su trasero encima de su regazo y su torso sobre la cama. —Bien, fui muy claro al hablarte, pero ¿quiero saber si quedaron claras tus faltas?

—Si— dijo Katsuki, al tiempo que sentía como Izuku giraba el plug dentro de él, empezando a dilatarlo más.

—Está bien, dime — le ordenó concentrado en su labor.

—Mmm…no debo interrumpirte— la respuesta fue acompañada de una nalgada fuerte y certera. El plug entraba y salía fácilmente.

—Continua— dijo ahora metiendo sus dedos buscando estimular su próstata, sentía como su erección se frotaba en sus piernas.

—Debo ser más…¿Obediente?— realmente no estaba seguro de esa segunda respuesta, cuando sintió una segunda nalgada, su piel empezó a picar también. Ahogó un gemido en su garganta sintiendo como el peliverde tocaba ese punto que lo enloquecía.

—No, debes confiar en mi buen juicio, solo quiero pasarlo bien contigo Kacchan— está vez se agachó para poder besar su agujero que palpitaba ansioso, su lengua se introducía fácilmente, estaba suficientemente dilatado y listo.

Lo apartó de su regazo y lo giró sobre su espalda y levantó sus piernas, Izuku apenas bajó sus pantalones para liberar su propio miembro y de una sola estocada se introdujo en él.

Katsuki se aferró a sus antebrazos al sentirlo —Si Deku, ¡follame!— suplico una vez más, a lo que el peliverde hizo caso, y empezó a moverse deslizando su miembro hasta casi salir de él, y nuevamente regresaba tan profundo como podía, una de sus manos se aferró a la cadera de Katsuki, y la otra tomó la erección para masturbarlo.

Cuando sintió que Katsuki iba a correrse, se detuvo y presionó fuerte la base de su pene —¡No Kacchan, todavía no!— dijo, sus respiraciones estaban agitadas, pero permanecieron quietos un momento. Cuando sintió que era seguro, volvió a penetrarlo, está vez más rápido, lo escucho gemir fuerte, y lanzar maldiciones cuando nuevamente detuvo su eyaculación por segunda vez.

—Mierda Deku, déjame terminar, ya entendí, confiaré en ti— su voz estaba ansiosa y su cuerpo cada vez se encontraba más mojado empapado en sudor. Temblaba esperando su liberación.

—Kacchan, di mi nombre— le dijo él, anhelando escucharlo de su voz.

—¿Qué?— En su estado actual no era capaz de entender esta orden.

—¡Di mi nombre!— dijo, dando una fuerte estocada en lo más profundo de Katsuki.

—Oh mierda, Izuku…Izuku Midoriya—era lo que el peliverde necesitaba, salió de él, y nuevamente lo giró boca abajo, y está vez recostandose encima de él, volvió a penetrarlo.

Sus pieles chocaban y resonaban en la habitación delatando el ritmo que habían alcanzado. Izuku entrelazó sus dedos con una de las manos de Katsuki, y con la otra se sostenía desde su cintura para no aplastarlo por completo. Dejaba pequeños besos y mordiscos en su espalda y en su nuca.

—¡Si, Izuku! Izuku Midoriya…¡te amo Izuku!— Katsuki apenas era consciente de lo que sus palabras murmuradas contra el colchón estaban haciendo en Izuku, quien no soportando más, finalmente se corrió dentro de él, dejándose caer sobre su espalda, hundiendo su cara entre el espacio que quedaba entre su cuello y su hombro. Katsuki le siguió, acabando en las sábanas bajo el.

Katsuki sentía el calor de la respiración de Izuku en su cuello, y cómo poco a poco se iba ralentizando. Lo sintió moverse, dispuesto a salir y bajarse de él —¡espera!— le dijo deteniéndolo —quédate allí un momento, me gusta sentirte así— agregó tomando nuevamente su mano entre sus dedos para evitar que siguiera moviéndose.

Izuku sonrió, y su cálido aliento le hizo cosquillas a Katsuki. Sintió como el cuerpo del peliverde se relajaba y caía pesado sobre él, que solo suspiro al sentirse apresado.

—Izuku Midoriya— dijo Katsuki nuevamente, llamando su atención. —Me gustaría que fueras un Bakugou, o que me dejes a mi ser un Midoriya— dijo casi en un susurro, que en la quietud y paz en la que se encontraban fue claramente escuchado por el peliverde.

Katsuki sintió como Izuku lo apretaba con fuerza, y como su respiración nuevamente estaba agitada —¡Si quiero Kacchan! ¡Si a cualquiera de las dos contigo!— le contestó eufórico.

Katsuki llevó su mano hacia la cabeza de Izuku, enredando sus dedos en sus rizos verdes —Bien señor Bakugou, ¿que le parece si ahora que estamos más tranquilos, me hace el amor?

—Como usted diga, señor Midoriya— contestó el peliverde, besando nuevamente el cuello y las mejillas de Katsuki, meciéndose suavemente, despertando nuevamente su erección. La charla de los apellidos puede esperar un poco más.

~Fin~

Hola, hola! Estaba preparando este fic por el cumpleaños de Izuku, ya que estamos en el mes, pensé que podíamos empezar a celebrarlo! Es la primera vez que escribo con temática BL, espero que les guste, y dejen su Review, o solo leanla y disfrutenla.