Katekyo Hitman Reborn no me pertenece

Capítulo 4

Antes de que llegara Reborn su super intuición comenzó avisarle que algo pasaría, el ya sabia de lo que se trataba fue en estas fechas que Reborn apareció, él estaba listo para recibirlo, había estado entrenado con Byakuran arduamente, obviamente todavía no estaba en el nivel que había estado al momento de morir, pero sabía que eso sería poco a poco y tenía la esperanza que volverse más fuerte, quería proteger a todos sus seres queridos.

Su situación en casa no había cambiado mucho, su madre todavía lo ignoraba y su hermano lo intimidaba, el solo respondía cuando lo atacaba físicamente, se había vuelto más fuerte que él, lo que enfurecía a Ienari.

Por otro lado, en el colegio la situación si había cambiado, ya no sacaba malas notas, al principio lo habían acusado de copiar, pero el había demostrado que estaban equivocados. Los que lo intimidaban ya no lo hacían ya que el había derrotado a cada uno de ellos. El cambio mas sorprendente es que se había acercado más a Hibari, después de ver sus peleas el mismo le había exigido pelear, no había ganado todas las veces, todavía le quedaba un largo camino por recorrer, pero Hibari había quedado impresionado lo suficiente como para que lo comenzara a llamar omnívoro. Él le alegraba esto ya que sentía que en su antigua vida no había estado muy cerca de su guardián de la nube, así que esta era una buena oportunidad de conocerlo, con sus otros guardianes no se había acercado mucho, pero sabia que no tenia que preocuparse por eso, con la llegada de Reborn eso cambiaria.

Quería volver a Reborn, lo había extrañado bastante, habían pasado años desde la ultima vez que lo vio, temía que si lo viera lloraría y eso no seria una buena primera impresión, el quería demostrar ser fuerte como para heredar Vongola y no lo iba a conseguir llorando sobre él.

También quería volverlo a ver para obtener su venganza, seria divertido arruinar cada uno de sus planes, ahora las cosas serían diferentes, él lo conocía muy bien y sabia donde atacar y Reborn no conocía absolutamente nada de él, en su antigua vida Reborn lo conocía mejor que se conocía a sí mismo, pero ahora seria al revés.

Esperaba con ansias su llegada.


Cuando Reborn llego lo supo, su intuición estaba como loca, hoy era el día.

Se levanto temprano como siempre se preparó su desayuno y algo para comer en el almuerzo, salió de su casa sintió que lo observaban, pero el lo ignoro, no hizo ningún movimiento que advertía que sabia que lo estaba observando.

Al llegar a la escuela saludo a Hibari que se encontraba en la puerta supervisando que todos llegarán a tiempo, él le devolvió el saludo con un gento con la cabeza.

Al llegar se sentó en su lugar y miro por la ventana, su hermano no había llegado así que Reborn no estaba allí, su cabeza la puso en su carpeta y cerró los ojos, no iba a dormir solo estaba disfrutando su momento de paz hasta que llegaran los demás alumnos.

Poco a poco el salón se fue llenando, escucho la voz de su hermano y se obligo a no levantar la cabeza y buscar a Reborn por la ventana, no quería llamar su atención todavía, quería que piense que el todavía era el hermano tonto que no sabe nada, deseaba sorprenderlo al demostrarle que estaba equivocado cuando se encontraran cara a cara.

El resto del día paso como un borrón, a penas y recordaba que habían dicho en las clases, pero no le importaba porque todo eso ya lo había visto en su pasado, estaba más concentrado en no buscar a Reborn con la mirada.

Cuando sonó el timbre de salida él de inmediato agarro rápido todas sus cosas y salió de ahí, estaba ansioso por encontrarse con Reborn, cuando entro a su casa vio que su mamá y su hermano estaban en la sala hablando, se fue sigilosamente a la cocina a escuchar.

-¿Qué era la sorpresa que tenías preparada? - escuchó preguntar con impaciencia a su hermano

-Hoy en la mañana me encontré un volante sobre un tutor en casa, lo único que pedían comida y un lugar para dormir así que lo llamé y vendrá hoy.

Su hermano al oír eso frunció el ceño, seguro esperaba algún regalo.

-No quiero un tutor, mis notas están bien, dame-Tsuna es el que necesita ayuda.

Ienari se negaba aceptar que él tenía mejores notas, todavía lo trataba de dame.

-Tsu-kun ha subido sus notas, tu eres el que necesita más ayuda.

Tsuna levanto una ceja al oír eso, pensaba que su mamá no sabía que habían subido sus notas ya que nunca demostraba interés a cualquier cosa relacionada con él, lo más probable es que hubiera visto algún examen en su cuarto cuando estaba limpiando y aun sabiendo sobre eso no le había dado ninguna palabra de felicitación.

-Pero…

Nada de peros ya lo llamé y seguro que en cualquier momento llega.

Y en ese momento el timbre sonó.

-Ese debe ser él, ve abrirle Ie-kun

Ienari no dijo nada y fue abrir la puerta, lo más probable es que estaría frunciendo el ceño molesto por toda la situación.

Tsuna se quedo parado en la cocina esperando, cuando escuchara la voz de Reborn saldría.

Para su sorpresa escucho una voz profunda y gruesa muy diferente a la voz chillona de tutor; sin embargo, esta voz le era familiar, la había escuchado muchas veces después de convertirse en el décimo Vongola, por eso le sorprendía escucharla ahora, así que salió de la cocina para asegurarse que no estaba alucinando.

Cuando salió se sorprendió de lo que vio.

En el medio de su sala había un hombre alto, con traje negro con patillas rizadas y un sombrero de fedora.

Era Reborn adulto.