Capítulo III:
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RECUERDOS DE CRISTAL
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Kioto Kokusai Gakuen es uno de los Institutos privados más importantes de todo Kioto, no sólo por su prestigio sino también por el nivel académico que mantiene.
El coche descapotable color rojo atravesó el umbral metálico del inmenso instituto, apretó más el acelerador mientras se acercaba al edificio principal y freno de golpe provocando un fuerte chillido con las llantas, la mitad del internado se hallaban en el inmenso parque frente al edificio principal donde tomaban clases, todos vieron el elegante y costoso coche y el espectáculo que la nueva alumna había armado.
Sasuke solo se le quedo mirando fijamente, odiaba los espectáculos más cuando figuraban dinero y lujos y parecía que esa niña lo que más quería era llamar la atención, bufo fastidiado y frunció el ceño mientras observaba la puerta abrirse lentamente. Lo primero que vio bajar fueron unas botas cortas de tacón color negro, unas largas piernas cubiertas por una minifalda tipo cargo del mismo tono. La chica acabó de bajarse sonriendo y agitando su largo cabello color rosa, llevaba un suéter de hilo color rojo por encima que dejaba parte de su vientre al descubierto.
Era sumamente atractiva.
Su ceño se frunció aún más al notar su cabello rosado, solo había visto ese color de cabello una vez y definitivamente en quien lo había visto no se parecía en nada a esa chica.
Sakura noto las miradas curiosas sobre ella, todos eran tan simples y básicos que con esto hablarían en menos de un día de ella, bajo de forma sensual justo como lo había planeado, porque ya tenía todos y cada uno de los pasos que daría en la secundaria ese año. Sus ojos chocaron con unos negros tan intensos que parecían querer devorarla con solo verla y por un minuto, solo un minuto, se sintió intimidada, volteó la mirada ignorándolo y observo la camioneta plateada estacionarse frente a ella. De allí bajo una atractiva mujer de no más de cuarenta años pero demasiado bien conservada. Era como ver a Sakura con veinte años más.
―Maldición, Sakura ¿Quieres matar a tu hermano?― Grito histérica acercándose al coche de su hija.
Del lado del copiloto bajo un pequeño niño de no más de seis años riendo a carcajadas ante el paseo que le había dado su hermana mayor. Sakura sonrió recostándose en la puerta del coche.
―Yo no lo veo tan mal― Murmuro burlona.
Su voz sonó fría pero a la vez suave y calmada, como si quisiera sacar a su madre de sus casillas.
Hikari suspiro cansada y decidió dejar a sus hijos de lado, sino los mataría antes de dejarlos allí, ayudo a su chofer a bajar una buena cantidad de maletas y valijas de la camioneta.
―Al menos podrías ayudarme― Dijo su madre autoritaria mientras se paraba frente a ella.
Sakura solo sonrió de lado, dio media vuelta y agarro su bolso color negro del asiento trasero de su coche, estiro su brazo y balanceo el bolso mientras lo arrojaba al suelo.
―Ahí tienes― Dijo seria.
Su madre solo rodó los ojos, no recordaba cuando fue que su pequeña niña se convirtió en esa fría y déspota mujer.
―Es una lástima que ya no tengas tu coche― Murmuro su madre pensando que con eso lograría bajar los sumos de su pequeña niña.6
Que equivocada estaba.
Sakura solo sonrió con sorna estirándose sobre el coche y sacando las llaves aún puestas en él.
―Da igual, conseguiré un estúpido que me lleve― Dijo mientras estiraba el brazo con las llaves colgando de un dedo.
Su madre estiro el brazo para agarrar las llaves pero antes de poder tomarlas, Sakura las tiro al piso, paso por su lado recogiendo el bolso del suelo, su madre solo tomo las llaves del piso y respiro profundo. Paciencia se repetía pero no contendría mucho tiempo las ganas de pegarle unas buenas cachetadas a su hija.
―Ya me voy, Tenshi― Susurro mirando a su pequeño hijo.
Tenshi clavo sus ojos verdes en su hermana mayor a quien veía como su ejemplo a seguir, Sakura solo asintió con la cabeza como dándole permiso y Tenshi corrió a abrazar a su madre.
―Bien, ya me voy. Cuídense y cuida a tu hermano― Murmuro separándose de su hijo quien corrió en seguida al lado de su hermana mayor.
―Siempre lo he hecho― Dijo sería y apoyo su mano en el hombro del pequeño.
―Los amo― Susurro subiendo al coche de su hija.
Sakura la observo alejarse.
Sus ojos negros aún seguían puestos en ella. Era una mocosa fría, superficial, vanidosa y encima irrespetuosa con su propia madre, ya sentía odiarla con solo verla pero por otro lado era realmente muy hermosa.
―La chica nueva sí que esta buena― Murmuro Kiba a su lado.
―Sí, estará en mi cama en una semana― Comentó Suigetsu con sorna.
Claro que no estaría en la cama de Suigetsu en una semana, estaría en la de él y luego la botaría, jamás ha estado con una chica más de una vez, menos estaría con esa mocosa vanidosa y mal educada.
―Vamos, Tenshi. Recorramos el instituto― Le dijo Sakura a su pequeño hermano con un tono cariñoso y su voz sonó suave y dulce por primera vez en lo que llevaba en ese lugar.
―Señorita ¿A dónde quiere que lleve las maletas?― Pregunto el chofer aun de pie en la puerta del edificio.
―Al dormitorio de mi hermano, luego yo llevaré las mías a mi dormitorio― Le explico su voz sono suave y respetuosa, nada parecido al tono que uso con su madre ―Gracias― Termino dándole un abrazo.
Esa acción no pasó desapercibida para el Uchiha. ¿Cómo podía ser tan amable con un extraño y tan mala con su propia madre?
―Adiós― Chillo Tenshi colgándose de los hombros del hombre.
―Adiós niños. Pórtense bien― Les dijo mientras ellos se alejaban a recorrer el campus.
―No garantizo nada― Comento burlona pasando delante de ese grupo de chicos.
Ella no volteo a verlos, solo estaba interesada en uno y tenía que encontrarlo. De seguro el idiota ya había visto su pequeño espectáculo y ahora empezaría a perseguirla y sino lo hace, sería ella quien lo buscaría.
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―El lugar es enorme― Chillo Tenshi emocionado.
―Si― Suspiro Sakura.
Ojalá Kaya estuviera aquí. Y tú estarías a miles de kilómetros.
Sacudió la cabeza y sonrió observando el hermoso prado a un lado del edificio principal. Más alejados estaban los edificios donde vivirían.
Tenshi observo a su hermana mayor en silencio, a pesar de su escasa edad, Tenshi conocía casi por completo la historia de Sakura y Kaya, claro dejando de lado el tema del suicidio pero Tenshi sabía lo que Sakura amaba a Kaya y lo que sufrió al morir esta, siempre que hablaban de ella o miraban fotos viejas, Sakura acababa llorando y gritándole a su madre porque era lo único que compartían, la madre. Tenshi era hijo de una relación sin compromisos, por así decirlo, a su padre jamás lo conoció.
―Sakura― La llamo.
―Bien. Vamos a ver tu dormitorio― Dijo ella sonriéndole como solo le sonreía a él.
Caminaron despacio por el inmenso campus, la verdad ni su madre, ni Tenshi tenía idea de por qué Sakura quiso hacer su último año en ese internado, quizás, solo quizás era para recordar a Kaya.
Ya empezaba a caer la noche cuando Sakura dejo a Tenshi en su dormitorio y tomo su maleta y el bolso para dirigirse al suyo.
El campus estaba divido en dos zonas, la primaria para niños de seis a doce años y la secundaria, donde iban los adolescentes de trece a dieciocho años, en esa misma zona había dos inmensos edificios Konoichis donde vivían las chicas y Shinobis donde vivían los chicos.
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― ¿Quieres que te ayude?― Se acerco a ella un chico de cabellos claros.
Que tan fácil era manipular hombres. Eso lo había heredado de su madre .
―Claro― Sonrió ―¿Sabes dónde está el edificio Konoichis?― Dijo mientras miraba detrás de él a su grupo de amigos sentados en una de las mesas de mármol.
Los chicos no le quitaban la vista de encima.
―Si ¿Quieres que te acompañe?― Ofreció caballero y clavo sus ojos claros en ella.
―No, solo dime donde queda― Le respondió ya más cansada del chico.
Y de fondo logro escuchar el coro de carcajadas de sus amigos.
―Claro― Murmuro aguantado la bronca ―Es aquel edificio― Señalo detrás de ella, Sakura observo el lugar sin mucha ganas ―Por cierto soy Suigetsu― Se presentó sonriendo.
―Gracias, Suigetsu― Lo corto pasando por su lado.
Al albino se le borro la sonrisa.
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Ingreso al edificio, si por fuera era lujoso por dentro era aún mejor. En cuanto ingreso había una hermosa sala con una estufa a leña ubicada a uno de los costados de los sillones y una escalera de madera que la llevaba al segundo piso donde suponía estaban los dormitorio. Ya había varias chicas allí, algunas la saludaron al verla pasar, otras solo la observaron.
Subió las escaleras y se encontró con un inmenso corredor de cada lado las puertas a los dormitorios. Camino hasta llegar al suyo y rebusco en su bolso la llave, la puerta de enfrente se abrió en ese momento saliendo del interior una pelirroja y una rubia conversando y riendo animadamente, Sakura no les prestó atención y volvió la vista al bolso rebuscando la llave.
― ¿Tú eres la nueva?― Murmuro la pelirroja mirándola de pies a cabeza y frunciendo el ceño ― ¿Por qué te me haces tan conocida?― Dijo más para ella que para las demás.
―Sí, soy la nueva― Suspiro cansada, ese día no se terminaba más ―Y no te conozco, quizás me confundas con otra persona― Dijo indiferente mientras colocaba la llave en la cerradura.
La pelirroja sonrió burlona dando media vuelta y marchándose con su amiga.
Sakura ingresó al dormitorio asignado. Realmente era muy hermoso ese lugar. Había dos camas enfrentadas, cada una tenía un escritorio, un placard y una mesita de noche y al final un balcón que daba la vista al campus. Observo la cama de enfrente, ya había varias cosas allí y en el escritorio, su compañera debió haber llegado muy temprano. Dejo sus maletas y se sentó en la cama sin hacer ruido, suspiro, esta era su nueva vida y este año solo tenía un objetivo.
La puerta del baño se abrió llamando su atención y dejando ver una pequeña pelinegra de ojos claros.
―Buenas noches― La saludó caminando a su cama.
―Hola― Contestó ―Soy Sakura Haruno― Se presentó y realmente intento sonar amable.
―Yo soy Hinata Hyuga― Se presentó sonriendo.
Sakura le devolvió el gesto y bajo la maleta y el bolso de la cama. Lo dejo de lado, mañana desarmaría todo aún le quedaba todo el día de mañana antes de empezar las clases. Lo único que Sakura desempaco fue aquella foto donde estaba abrazada a su pequeño hermano. Una delicada cadenita de plata colgaba del portarretrato, la misma que llevaba ella en su cuello.
No cruzo más palabras con Hinata. Se dio una ducha y se metió entre las frazadas, había sido un día agotador.
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A la mañana siguiente cuando despertó Hinata ya no estaba. Cepillo sus dientes y su cabello y se maquilló antes de vestirse.
―Bien, Sakura. Empecemos― Se dijo a si misma.
Acomodo aquel bonito y corto vestido rojo. Hoy publicarían las notas del examen de admisión así que se dirigió al edificio principal y ubico de inmediato donde colocaban las listas con las calificaciones.
―¡Vamos!― Chillo un rubio mientras se acercaba corriendo a la cartelera donde estaban publicadas las listas con las calificaciones del examen de admisión.
Sakura se mantuvo alejada, cuando los niños se fueran, ella iría a ver qué puesto le toco, aún así se quedo bastante cerca como para escuchar lo que el grupito comentaba entre si. Serian unos cinco chicos como de su edad.
―Ya cálmate, no sé para qué quieres ir tan rápido si sabemos que estarás en el último lugar― Se burlo el albino que le había coqueteando la noche anterior.
―Déjense de estupideces― Los reto un pelirrojo.
¿De donde lo concia? Ah, si. Era Gaara, el hermanito menor de Temari, Sakura lo conocía, lo había visto varias veces en las vacaciones de verano y un par más cuando salía de altas temporales del hospital psiquiátrico. Lo que no sabia es que había crecido tanto en los últimos dos años que no vio a Temari.
―Puesto cuatro― Comentó Gaara con soberbia.
― ¡Ahora yo!― Grito el rubio ― ¿Qué? ¿Cincuenta y seis? Esto debe estar mal― Chillo enojado, Sakura rio por lo bajo aun alejada del grupito.
―Ya muévete, Naruto― Dijo el castaño pasando del rubio y Sakura le encontró un enorme parecido a Hinata ―Puesto tres― Comentó orgulloso.
―¿Tú no verás tu puesto, Sasuke?― Preguntó el rubio atrayendo la atención de Sakura.
Sasuke. ¿Cuántos Sasukes podría haber en ese instituto?
El pelinegro se acercó a la cartelera, ya sabía qué lugar le había tocado. El uno, porque él era el mejor de su clase. Sus ojos negros se abrieron sorprendido al ubicarse en esa lista. Eso debía estar mal. ¿Cómo podía ser eso posible? Ninguno de los ineptos que había en el instituto podía superarlo, era imposible que Sasuke Uchiha tuviera el puesto número dos.
―¿El dos?― Grito Naruto y sus amigos se acercaron a la cartelera.
Sakura sonrió de lado mientras se acercaba al grupito contorneando sus caderas.
―Permiso― Susurro e inmediatamente los chicos se corrieron dejándola pasar.
Sasuke la reconoció al instante, era la mocosa que había armado el alboroto el día anterior, la observo más detalladamente, la verdad la chica si era preciosa y para una noche sería muy divertido, la vio pasar el dedo a través de la lista, subiendo poco a poco por los nombres y no pudo creer cuando la uña color verde de la chica se paro frente al puesto número uno.
―El uno― Comentó con una sonrisa sabiendo que la escucharían.
―Ay, Sasuke― Chilló Naruto ubicándose al lado del Uchiha ―Ella te quito el puesto― Se burlo.
Y al fin ella clavo esos ojos verdes en él.
Sasuke Uchiha.
Tenía un porte impecable y parecía llevarse el mundo por delante. Él la miró serio y Sakura no pudo evitar sentirse nerviosa cuando esos ojos negros la recorrieron. Sasuke si que era atractivo. Demasiado. Kaya tenía muy buen gusto.
Sakura sonrió y recibió el mismo gesto del Uchiha. La guerra había comenzado.
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