Capítulo X:
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RECUERDOS DE CRISTAL
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Hacía seis años que no entraba a aquella casa. Estaba prácticamente abandonada. Las paredes corridas de la humedad, los pisos cubiertos de tierra y las ventanas resquebrajadas.
Sakura respiro profundo sintiendo el olor a moho y humedad y se encaminó al segundo piso.
―Kaya―
La última vez que piso esa casa, su hermana había muerto.
Apoyo la mano en el pomo de la puerta del viejo dormitorio que compartía con su gemela y la abrió muy despacito. Solo se escucho el chirrido de las bisagras.
― ¡Kaya!―
Allí no había nadie.
La habitación estaba casi vacía. Aun quedaban las estructuras de las camas, un viejo placard de madera corroído, algunas cajas llenas de polvo y un viejo baúl de madera.
Al separarse sus padres, cada una fue enviada a un internado diferente pero en vacaciones siempre estaban juntas, ya sea en esa casa o en la de su madre. Luego de la muerte de Kaya y el intento de suicidio de Sakura, esta última fue a parar a un manicomio, jamás volvió a pisar esa casa y su padre desapareció de su vida. Jamás la visito, jamás hubo una llamada, una carta, alguna muestra de afecto. Quizás su padre hubiera preferido que la que muriera ese día no hubiera sido Kaya.
―Que hubiera sido yo― Susurro siguiendo el hilo de sus pensamientos.
Paso la mano con fuerza por sus ojos evitando llorar, reviso las cajas dentro del placard con la ropa llena de polvo y polillas Su vista se desvió hacía aquel baúl de madera. Allí debajo de la ropa y los juguetes olvidados estaba aquel deteriorado diario infantil color rosa.
―Te encontré―
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Itachi bajo la ventanilla de su camioneta permitiendo que el aire fresco golpeara su rostro. Sonrió satisfecho, acababa de tener la mejor sesión de sexo con Hikari Inomura.
―Hikari―
Apretó el volante con sus manos al pronunciar su nombre. Era una mujer sumamente hermosa, no podía negarlo, pasaba los cuarenta pero la mujer se mantenía muy bien pero no podía olvidar quien era ella.
―Maldita― Susurro recordando como esa simple mujerzuela había destruido a su familia.
Hikari era la amante de su padre, Mikoto los había descubierto, luego se vino el divorcio, la enfermedad de su madre y el odio de su pequeño hermano. Esa mujer había destruido su familia.
―Y la pagará muy caro― Sentenció acelerando.
Y entonces la vio.
―Y ya sé cómo― Murmuro para si mismo observando la adolescente que salía de aquella vieja casa abandonada.
Detuvo la marcha aparcando a unos metros de esa niñita. Sus ojos negros recorrieron la figura femenina, sin duda alguna el uniforme escolar lo excitaba aún más que el traje de baño que llevaba puesto la ultima vez que la vio. Hikari era una mujer hermosa, su hija lo era aún más.
―Sakura― La llamo bajando de la camioneta.
Esta lo miro con el entrecejo fruncido y guardo el pequeño libro en su bolso.
―Hola tú― Murmuro divertida al reconocerlo ―¿Itachi?― Pregunto.
Él sonrió de lado y la miro fijamente, ella se puso nerviosa.
―¿No deberías estar en clase?― Le preguntó observando la corta falda escolar.
Sakura infló las mejillas de forma infantil y lo siguió de cerca cuando el Uchiha se encaminó a su vehículo nuevamente.
―¿Y eso a ti que te importa?― Chillo, Itachi sonrió divertido.
―Sube. Te llevo― Ordeno abriendo la puerta del copiloto.
―No, gracias. No voy al internado― Alegó.
―Te llevo― Repitió tomándola del brazo ―A comer― Le susurro al oído obligándola a subir al coche.
Sakura trago grueso acomodándose en el asiento y lo observó rodear la camioneta para subir de piloto. El Uchiha mayor le sonrió arrancando el coche y Sakura no pudo evitar compararlo con su hermano menor.
Itachi era muy atractivo pero si tenía que elegir Sasuke lo era aún más.
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―Tenten― La llamó al salir de clases.
La castaña lo observó con el ceño fruncido ¿Por qué Neji Hyuga estaba hablando con ella?
―¿Qué quieres?― Preguntó rencorosa cuando él se acercó a ella.
―Quería saludarte― Le dijo con una sonrisa de lado aproximándose a ella ―¿Quieres almorzar conmigo?― Le preguntó.
―No―
―No seas mala― Rogó divertido.
Neji levanto la mano pasando la yema de sus dedos muy despacito por la mejilla de la castaña, ella se sonrojó ante el contacto y Neji supo que en el fondo Tenten aún sentía algo por él.
―Yo― Ay no, le estaba ganando.
―Disculpa pero Tenten almorzará conmigo hoy― Murmuro Kankuro acercándose a la pareja.
Neji lo fulminó con la mirada apartando su mano de la mejilla de la chica, Tenten lo miro entre confundida y agradecida. Era el chico nuevo, el amigo de Sakura, Kankuro No Sabaku.
―¿Vamos?― Pregunto Kankuro con complicidad.
Tenten lo captó al instante, se limitó a asentir y emprender la marcha a la cafetería dejando al Hyuga detrás de ellos. Si no fuera por el No Sabaku casi casi se derretía por el Hyuga en medio del corredor escolar.
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―Que lindo apartamento― Elogió Sakura observando el lugar.
Itachi dejo los dos platos sobre la mesa y la llamó con la mano para que se acercara, le retiró la silla para que se sentara y observó el bonito perfil de la pelirrosa. A Sakura jamás le habían cocinado o corrido la silla para sentarse.
―Cuando me dijiste que me llevarías a comer― Comentó observando el plato ―Creí que iríamos a otro lado―
―Yo cocino mejor que en cualquier otro lado― Alegó el Uchiha orgulloso sentado frente a ella ―Come― Le ordenó.
Sakura sonrió. Como odiaba que le ordenarán.
―Si cocinas muy bien― Lo alago tras probar el primer bocado ―Y dime, Itachi― Lo llamó cuando comenzaron a comer ― ¿Desde hace cuanto te acuestas con mi madre?― Pregunto burlona.
Itachi largó una carcajada.
―Hace mucho― Comentó divertido ―Mas o menos desde que tu dejaste de mojar la cama― Se burlo, Sakura frunció el ceño ―¿Qué hacías en esa casa abandonada?― Le preguntó más serio.
―Allí vivía de niña― Respondió con simpleza ―¿Qué edad tienes?― Le pregunto curiosa cambiando el tema.
―Veintisiete―
―Diez años más que yo― Susurro coqueta e Itachi volvió a recordarse a si mismo quién era esa mocosa.
La adolescente más sensual que él había visto.
La compañerita de clases de su hermano menor.
La hija de la mujer que separó a su familia.
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―Temari― La llamo, la rubia clavo sus ojos claros en ella.
Era sábado por la mañana, había venido al internado a visitar a su mejor amiga. Estaban sentadas en aquellas mesas de mármol que adornaban el campus.
―Dime― Susurró cerrando los ojos y sintiendo el calor de los rayos solares en su rostro.
―¿La primera vez duele?―
Temari abrió los ojos sorprendida ante la pregunta de su amiga, no es que ella y Sakura jamás hubieran hablado de ese tema pero le sorprendía su pregunta así de la nada. La niña prácticamente estuvo encerrada en un manicomio toda su adolescencia y el único chico con el que tuvo contacto fue con Sasori.
―¿Por qué preguntas eso?― Dijo con cautela, Sakura bufo por lo bajo volteando el rostro.
―Olvídalo― Sentenció enojada.
No le agradaba para nada preguntarle eso a Temari pero era joven e inexperta y por muchas cosas que ella hubiera vivido a su corta edad, tenía las mismas dudas e inseguridades de todas las adolescentes. Solo que ella corría con desventaja porque prácticamente pasó media vida en un hospital psiquiátrico y definitivamente no pensaba hablar de ese tema con su madre.
―No― Murmuro la rubia con ternura ―No duele. A menos que el chico sea un imbécil que no sepa como excitarte, ahí si duele― Comentó divertida observando a su amiga.
―Tuviste una pésima primera vez― Aseguro la pelirrosa conteniendo la risa.
―Cállate― Murmuro entre enojada y divertida ―Y dime ¿Con quién?― Preguntó con picardía chocando su hombro con el de su amiga.
―Nadie. Solo quería saber― Se excusó, Temari alzó una ceja.
―No jodas que con mi primo― Largo la rubia al borde de la risa.
―No― Contesto de prisa sonrojada ―Sasori y yo solo somos amigos― Murmuro ―Era solo por preguntar―
―Como sea― Se rindió la rubia, sabía que si Sakura no quería hablar jamás lograría sacarle nada, solo tenía que esperar a que ella misma se lo dijera ―Solo asegúrate que sea lo que tu quieres hacer― Aconsejo como una hermana mayor.
Sakura asintió con una sonrisa. Realmente estaba muy agradecida de tener una amiga como Temari. La rubia desvió la vista de su amiga observando el campus, sus ojos verdes se cruzaron con los de aquel chico con quien se había besado hace unas semanas en aquella fiesta. Él le sonrió.
―Es Shikamaru Nara― Le susurró Sakura en el oído ―Esta en mi clase― Agregó con picardía .
―No miraba a nadie― Se excusó la rubia dirigiendo su vista al cielo e ignorando la sonrisita del Nara.
Sakura largo una risa divertida.
―Pero ten cuidado― Murmuro captando la atención de la rubia.
―¿Por qué?― Pregunto con cautela, quizás ese tonto niño era más de lo que aparentaba.
―Porque― Dijo con misterio la pelirrosa bajando el tono de voz ―Te pueden llevar presa― Largó con una carcajada, ya que la rubia tenía casi veinte años.
Temari la golpeo en el brazo enojada, aún así Sakura no dejo de reírse en su cara.
―Idiota― La insultó divertida.
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―Matsuri― Escuchó su chillona voz detrás de ella.
La castaña chasqueo la lengua y detuvo la marcha observando a Hanabi acercarse.
―¿Hiciste mi tarea?― Murmuro la Hyuga aproximándose a ella.
―No― Respondió en voz baja ―Pero la haré pronto― Se defendió.
―¿Hacer qué?―
Ay no. Matsuri trago grueso cuando Temari y Sakura se unieron a la charla.
―Nada― Contesto de mala gana la Hyuga alejándose de las tres chicas.
―No dejes que te pasen por arriba― La reto la pelirrosa a su lado, Matsuri bajo la cabeza avergonzada.
―Sakura― La reto Temari ―Deja de ser tan mala con tu pequeña prima― Dijo divertida.
―Gracias, Temari―
Gracias a la amistad de esas dos, Matsuri había conocido al amor de su vida y a su peor pesadilla. Gaara No Sabaku.
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―¿A dónde vas?― Pregunto curiosa al ingresar al dormitorio y ver a Hinata armando un pequeño bolso.
―Es sábado― Explico con voz suave y Sakura se aproximo a su cama ―La mayoría van a bailar a la cabaña abandonada―
―¿Irás?― Pregunto extrañada interrumpiendo a la de ojos color perla.
―No. Voy a dormir al dormitorio de Tenten, haremos una pijamada ya que Shion no va a estar― Murmuro con entusiasmo ― ¿Quieres venir?― La invito.
―Paso― Comentó Sakura mientras se recostaba en su cama.
―¿No saldrás hoy?― Pregunto la pelinegra.
Sakura negó con la cabeza observando el cielo por el ventanal. Serian cerca de las nueve de la noche y comenzaba a hacer frío. Hinata se despidió unos minutos más tarde dejándola sola.
Cuando escuchó la puerta cerrarse se sentó en la cama y tomó de su mesita de noche aquel viejo diario que había encontrado, le temblaban las manos y tenía un fuerte dolor en el bajo vientre. Hacía ya un par de días que lo tenía y aún no juntaba el valor para leerlo.
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―¿Lo que tienes con mi madre es algo pasajero o estas enamorado?― Le pregunto coqueta dejando el plato vacío de lado.
Itachi sonrió levantándose de su silla, rodeo la mesa y se aproximo a ella. Apoyo una mano en el espaldar de la silla y la otra la apoyo sobre la mesa, inclinándose hasta quedar a su altura. Sakura trago grueso cuando el perfume masculino impregno su nariz. Itachi realmente la ponía muy nerviosa.
―¿Quieres averiguarlo?―
Ella mordió su labio inferior y asintió con la cabeza. Él paso la mano de la mesa a su nuca obligándola a levantarse y la apretó con fuerza antes de besarla.
Sakura abrió los ojos muy grande por la brusquedad del chico pero le correspondió enseguida abrazándolo por los hombros.
― Itachi― Gimió.
Él apretó con fuerza las caderas de la chica subiendo la falda escolar y Sakura lo empujo levemente por el pecho nerviosa.
―Debo volver al colegio― Susurro.
Y esa palabrita; colegio, lo excito aún más.
―¿Me llevas?―
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Sonrió divertida, era tan fácil calentar a los hombres. Aunque lo que Sakura no sabía es que ella solita se estaba metiendo en la trampa del Uchiha.
Serian cerca de las dos de la mañana cuando bajo a prepararse un té, bufo enojada mejor hubiera salido de fiesta ya que no había podido pegar un ojo en toda la noche. Escucho unos ruidos detrás de ella, subió las escaleras de prisa con miedo pero se relajo cuando escuchó la puerta principal abrirse. De seguro era alguna de sus compañeras, volteo despacio aún de pie en la cima de la escalera y clavo sus ojos en la pareja que ingresaba a los besos.
―Increíble― Susurro divertida al reconocerlos.
Eran Karin y Sasuke. El Uchiha clavo sus ojos en ella mientras Karin cerraba la puerta y sonrió de lado. Sakura frunció el ceño furiosa ¿Cómo se atrevía a sonreírle así cuando acababa de llegar a su casa con otra?
―Idiota― Lo insultó en voz baja encaminándose a su dormitorio y dejando la pareja sola en el primer piso.
Dejo la taza sobre la mesita de noche e ingreso al baño. No le había molestado verlo con otra aún así no podía quitarse la bronca y la rabia al ver como se había atrevido a mirarla y sonreírle. Suspiró frustrada pasando agua fría por su nuca y regreso al dormitorio, ni siquiera se molesto en encender las luces.
―¡Ah!― Grito al ver la silueta masculina recostada en su cama, él sonrió con diversión ―¿Qué haces aquí? Sasuke― Pregunto enojada aún de pie al lado de la cama.
―Ven aquí ― Le ordenó sentándose en el colchón.
Ella frunció el ceño, ya se estaba cansando que esos dos le ordenarán que hacer.
―¿Tan rápido terminaste con Karin?― Se burlo.
Sasuke frunció el ceño enojado ante su broma y la tomó con fuerza de la muñeca tirándola sobre la cama.
―Suéltame― Chillo enojada cuando él se acomodó sobre ella.
―Cállate― Le volvió a ordenar colocando su mano sobre la boca de la chica y con la otra apretó sus muñecas sobre la cabeza rosada para que dejara de empujarlo ―Si me descubren nos expulsan. Pensé que ya te lo había explicado― Comento con fastidio ― Molesta― La insultó.
Sakura dejo de retorcerse debajo de se cuerpo, Sasuke lo agradeció. Ella solo llevaba un holgado remeron que se había subido hasta sus caderas por el movimiento pero él estaba entre sus piernas y podía sentir el calor corporal de la pelirrosa en aumento.
―Ahora voy a soltarte― Murmuro ―No grites― La amenazo serio.
―Idiota― Lo insulto en cuanto la mano de Sasuke se quitó de su boca ―Apártate― Le ordeno apoyando sus manos en el pecho masculino empujándolo.
El Uchiha sonrió con sorna apoyando una de sus manos en el colchón para dejar de apoyar todo su peso sobre ella y con la otra corrió los cortos cabellos rosas que se le habían pegado a la frente, la herida ya había cicatrizado.
―Me gustas― Le dijo sin una pizca de tacto.
Ella lo miro incrédula. No tenía la suficiente experiencia en hombres pero no pensaba que el chico sería tan directo .
―De verdad me gustas― Aseguro serio al ver la cara de la chica.
Había dejado a Karin semi desnuda solo por venir tras la pelirrosa. Porque había algo en ella, algo que él aún no sabía qué, que lo atraía como un imán.
―¿Y?― Murmuro tragando grueso y toda la seguridad que tenía se había ido al carajo.
Sasuke pudo jurar que la chica tembló cuando la embistió despacito aún con la ropa puesta. Sakura jamás había estado así con un chico, ni siquiera con Sasori.
―Yo te gusto― Afirmó el Uchiha.
Sonrió de lado al tenerla así de vulnerable solo para él y se acercó despacio rozando sus labios. Ella cerró los ojos esperando que la besara, él no lo hizo y cuando abrió los ojos lo encontró sonriendo arrogante.
―No me gustas― Dijo enojada, él aumentó la sonrisa.
―Si no te gustará― Aseguró embistiéndola despacito ―No tendrías las piernas tan abiertas―
Ella quedó roja ante su comentario.
―Si te gusto ¿Por qué besaste a mi hermana? ― Le preguntó y dejó de hacer presión en el pecho de Sasuke con su manos para abrazarlo por la espalda.
No podía demostrarle que la ponía nerviosa.
―Porque me gusta― Contestó seco ―Las dos me gustan― Le confesó.
Sakura lo miro furiosa. Quiso decirle que ella también había besado a su hermano y que también le había gustado y qué a diferencia de ella y Kaya los Uchihas no eran la misma persona.
―Y me las quiero coger a las dos― Dijo con burla.
Sakura estaba apunto de insultarlo cuando lo vio reír por lo bajo pero él la apretó con fuerza contra el colchón y la beso. La lengua del azabache le llego hasta la garganta. Metió las manos por debajo del remeron y se lo saco de prisa, los senos de Sakura rebotaron ante sus ojos.
―Sasuke― Susurro.
Él se quito la remera antes de meterse uno de sus senos a la boca y ella arqueo la espalda gimiendo.
Sasuke era un idiota pero también era el hombre que más deseaba desde que llego a la Kioto Kokusai Gakuen .
―Ah― Gimió ella cuando el metió dos dedos dentro de se vagina.
―¿Te gusta? ―
Ella asintió y lo vio sacar los dedos de su vagina y llevárselos a la boca para chuparlos. Eso solo la excito aún más. Le desabrocho el cinturón y los pantalones y el Uchiha se los quito de prisa para quedar en las mismas condiciones que la chica. Él sonrió con orgullo al ver como ella miraba su miembro.
―Supongo que si te gusta― Se burlo.
Ella asintió pasando su mano por alrededor de su pene para masturbarlo.
―A ti te gusta― Aseguro ella moviendo la mano más de prisa.
El ahogó un gemido en su cuello y la obligo a soltarlo antes de acabar, sonrió de lado posicionándose mejor entre las piernas de ella y corrió su ropa interior a un lado.
―¿Puedo?― Pregunto en voz baja y Sakura tembló al asentir la cabeza del miembro masculino rozar sus labios vaginales.
―No sabía que eras de los que preguntaba― Se burlo más de nervios que porque quisiera hacerlo.
―Se llama consentimiento, molesta― Rechisto enojado.
Ella asintió y la penetro despacito, cerró los ojos aguantando el ligero dolor que sentía en su vagina, no quería decirle que era virgen, únicamente porque eso solo le interesaba a ella, a él le daría lo mismo si fuera virgen o se hubiera acostado con veinte hombres.
―Sasuke― Gimió cuando lo sintió por completo dentro de ella.
Él se apoyo sobre el colchón con su antebrazo y paso la nano libre por el cuello de la chica apretándolo despacito. Sakura abrió más las piernas si era posible y lo abrazo por la espalda incitándolo a cogerla con más fuerza.
No lo iba a admitir en voz alta pero era el mejor sexo que había tenido a su corta edad. Era como si ella encajara a la perfección en el.
―¡Ah, Sasuke!― Gimió con fuerza.
Él sonrió orgulloso haciéndola acabar y se vino dentro de la chica. Mañana le compraría la pastilla del día después.
―¿Qué?― Preguntó agitada al notar la mirada sobre ella.
Los brazos de Sakura soltaron el agarre y acabaron sobre el colchón a cada lado de su cuerpo pero por lo visto el Uchiha no pensaba salir de encima de ella.
―Deberías irte―
Esas simples palabras lo desconcertaron. Porque era él quien siempre las decía.
―Es tarde― Dijo ella quietándose al chico de encima y se levanto de la cama.
Cubrió su cuerpo con el remeron que estaba tirado en el suelo, Sasuke la observo serio desde la cama aún desnudo sin pronunciar palabra.
―Iré a darme una ducha― Dijo encaminándose al baño, ya había recuperado la compostura, el orgullo, la dignidad y el odio que le tenía ―Será mejor que te hayas ido cuando salga― Le dijo ingresando al baño.
Sasuke reacciono al escuchar el portazo. ¿Cómo se atrevía esa molestia a echarlo luego de coger? Apretó los puños con fuerza casi estrangulado la almohada y la lanzo con rabia contra la puerta cerrada del baño. Le hervía la sangre. Estaba apunto de entrar por esa puerta y apretarla contra los azulejos hasta que le pidiera por favor que la volviera a coger.
¡Maldita niña!
Bufo enojado colocándose los pantalones e intentando calmarse. No era así como funcionaban las cosas. Era él quien debía decir eso y era ella quien debía rogarle que se quedará y lo hubiera hecho, si solo ella se lo hubiera pedido.
Había logrado al fin sacarse las ganas con la pelirrosa pero al final nada había salido de acuerdo a sus planes.
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Ino sonrió observando embobada el hermoso arreglo de flores que descansaba en su tocador. Eran cerca de las once de la noche del día domingo.
―¿Quieres apagar la luz de una buena vez?― Chilló Karin recostada en su cama.
La rubia la miro divertida a través del espejo de su tocador.
―No es mi culpa que Sasuke te dejará con las ganas ayer― Se burlo sintiendo el aroma de las orquídeas que había recibido esa misma tarde.
Karin bufo con fastidio dando media vuelta en la cama y cubriéndose hasta la cabeza con las frazadas.
―Son hermosas― Susurro la rubia en voz baja, ella amaba las flores.
Tomó el pequeño sobre que se encontraba entre el arreglo florar y leyó como por decima vez lo que decía la pequeña tarjeta con una prolija letra.
¿Ultima oportunidad? Sai Inomura.
Apretó la tarjeta contra su pecho, ese era el detalle más hermoso que un hombre había tenido con ella, en realidad era el primer arreglo de flores que recibía en sus diecisiete años y justamente era del hombre indicado. Guardo la tarjeta en el pequeño sobre y lo acomodo entre las flores
―Sai― Susurro emocionada metiéndose entre las frazadas.
Aún no había olvidado que la había plantado dos veces y que para colmó había llegado con Sakura y su hermanito. Chasqueó la lengua enojada, ya averiguaría ella que relación tenía esa perra con su hombre.
Sonrió.
Si de algo estaba segura, era que Sai Inomura iba a ser suyo o dejaba de llamarse Ino Yamanaka.
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Su cuerpo tembló al ver aquella imagen en el espejo de cuerpo entero que estaba en la puerta del placard de su dormitorio.
Esa no era Sakura.
Se veía más pequeña, más inocente, más pura.
―¿Kaya?― Susurró observando la pequeña niña del otro lado del espejo.
Levanto la mano despacio y la apoyo sobre el espejo, la pequeña sonrió imitando el gesto.
―¿Eres tu?― La niña negó con la cabeza mientras le sonreía.
― Soy tu―
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―¡No!― Despertó de golpe asustada.
Se sentó en la cama y observó en todas las direcciones ubicándose en su dormitorio en una semi oscuridad, Hinata se despertó tras oírla gritar.
―Sakura ¿Qué sucedió?― Pregunto preocupada acercándose a su compañera de dormitorio.
Sakura ni siquiera le contesto, se levanto de prisa de la cama, ignorándola y abrió de golpe las puertas de su placard observando el espejo empotrado en una de ellas.
―Soy yo― Susurro en voz baja observándose en el espejo.
Hinata frunció el ceño acercándose despacio a la chica, la vio tomar un lápiz labial color carmín de una de las estanterías del placard y observó como escribía algo en el espejo.
―Sakura― La llamo.
Ella no le contesto siguió escribiendo sobre la fría superficie. Hinata se acercó aún más ubicándose detrás de la pelirrosa y observándolas a ambas a través del espejo. Sakura sonrió al ver lo que había escrito.
Sakura Haruno.
―¿Por qué escribiste tu nombre en el espejo?― Pregunto con cautela Hinata detrás de la chica.
La vio apretar el labial entre su mano al punto de deshacerlo manchando sus dedos y luego sonrió de forma tétrica leyendo lo que ella misma había escrito.
―Para no olvidar quien soy―
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