Capítulo XI:


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RECUERDOS DE CRISTAL

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―¿No vas a clases?― Le pregunto recostándose en el casillero contiguo.

Sakura lo miro de reojo guardando los libros en su bolso, por lo visto no se había enojado mucho por lo que le hizo el sábado a la noche.

―Hola, Sasuke― Lo saludo.

Él arqueo una ceja enojado, no quería charlar con ella solo quería darle esa puta pastilla y asegurarse que se la tragara.

―No― Respondió ―Tengo medico. Me voy temprano― Le explico intentando ser amable.

―Esto es para ti― Dijo entregándole la pequeña cajita, Sakura lo miró confundida ―No quiero sorpresas en unos meses― Comentó divertido.

Sakura rodó los ojos tomando la cajita.

―Gracias― Susurro, él la miro expectante a que la tomara ―Después la tomo― Le aseguro al ver que no se iba.

―No. Ahora― Ordeno entregándole una botella de agua.

Sakura bufo fastidiada sacando la pastilla del envoltorio y la trago en seco sin tomar la botella. Esa pastillita no tenia comparación con la medicación que le daban en el hospital psiquiátrico.

―Ah― Chillo abriendo la boca y moviendo la lengua hacia arriba para mostrarle que la había tragado, el Uchiha largo una risa baja ―¿Tu le compras la pastilla a todas? ― Le preguntó burlona ―¿Sabes que es peor que un bebé? Una enfermedad venérea― Murmuró y en realidad la perjudicada era ella.

Sakura era virgen no le podía pegar nada. Era él quien podía contagiarle algo.

―Yo me cuido― Se defendió enojado ―Pero deje los condones en el dormitorio de Karin y no pensaba volver― Explico.

Y era cierto, salió tan rápido en busca de la pelirrosa que ni los tomó de la mesita de noche, aunque podía haberlos ido a buscar, la realidad era que si quería sentirla por completo. Sakura sonrió cerrando su casillero.

―Si te compro la pastilla todos los meses podemos seguirlo haciendo así― Sugirió ―Prometo cuidarme con todas las demás― Bromeo.

―Yo no puedo tomar anticonceptivos― Murmuró enojada.

―¿Por?―

Porque los antidepresivos y ansiolíticos bajaban la efectividad quiso decirle.

―Porque no eres el único― Bromeo con una sonrisa alejándose de él ―Nos vemos, Sasuke―

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Sus zapatos resonaron por el pasillo a medida que avanzaba hasta su oficina, se quitó las gafas de sol una vez en su puerta y observó la placa dorada que la adornaba; Médico psiquiatra Kakashi Hatake.

Hoy tocaba cita con su psiquiatra.

Abrió la puerta de prisa sin siquiera golpear. No era costumbre de ella pedir permiso.

―Lo siento― Murmuro divertida al ver la escena.

Kakashi se separó de inmediato de la hermosa castaña y observó enfurruñado a la pequeña intrusa que lo molestaba, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a su paciente favorita parada en la puerta, sonriéndole con burla.

―Si quiere vuelvo más tarde, Hatake― Dijo con sorna haciendo sonar las llaves del coche en su mano.

La castaña se bajo del escritorio donde minutos antes estaba sentada besándose con el médico, se limpio los labios y evito ver a la chica que parecía ser una de las pacientes de su profesor.

―No, quédate― Se limito a decir Kakashi con voz autoritaria, Sakura se quedo en el lugar ―Luego nos veremos, Rin― Comentó en tono serio.

La chica capto el mensaje de inmediato y se retiro pasando de largo por al lado de Sakura.

―Un gusto conocerte― Le grito la pelirrosa mientras la veía prácticamente correr por los pasillos ―Que mal educada― Comento a modo de broma cerrando la puerta tras de sí.

Kakashi la miro serio y ella pasó de él, dejando su bolso, sus lentes y las llaves en un sillón mientras ella se recostaba en el diván en el que tantas veces hizo catarsis.

―Era una alumna ¿Cierto?― Comento tomándolo desprevenido.

―Eso no es de tu incumbencia― Sentenció dando la charla por concluida ― ¿Cómo has estado?― Inicio la consulta.

―Bien― Suspiro con cierto cansancio ―Nada de drogas, no alcohol. No abusar de los calmantes. No novios, no sexo― Enumero divertida con sus dedos.

Las reglas de Kakashi, las había roto todas. Kakashi la miro serio unos minutos, no sabía porque pero no confiaba en ninguna palabra que ella decía.

―Espero que sea cierto, sobre todo con lo de los calmantes― Alegó él.

Sakura sonrió con inocencia, si supiera que la única razón para venir a esa tonta cita era para robar los sedantes que precisaba. Últimamente las pesadillas casi no la estaban dejando dormir.

―Si― Respondió ―He estado con algunas migrañas― Le comento más seria ―Y me preguntaba ¿Si podría recetarme algo?―Pregunto con cautela.

Kakashi asintió y observó como sacaba del cajón izquierdo de su escritorio un fajo de recetas. Lo vio escribir algo, firmarla y sellarla, arranco la hoja y guardo el resto de recetas en su lugar.

―Esto te servirá― Comentó entregándole la receta.

Sakura observó el leve sedante que le había recetado, eso ni siquiera le calmaba el dolor de ovarios. Se limitó a sonreír y asentir. Unos suaves toques en la puerta la distrajeron, la recepcionista del hospital mental entro luego de que Kakashi le diera permiso y le aviso que uno de los pacientes tenía una crisis nerviosa y lo necesitaban.

―Espérame aquí, Sakura― Menciono levantándose de prisa del sillón ―Vuelvo enseguida―

Sakura asintió observando al atractivo médico retirarse de su oficina. Sonrió levantándose del lugar y se acercó al escritorio, revolvió el cajón donde minutos antes Kakashi había sacado las recetas y sonrió victoriosa al encontrar aquel fajo de recetas, solo faltaba poner la prescripción médica, una firma y serían todas suyas. Agarró un bolígrafo y con letra algo desprolija asemejándose a la del médico escribió Risperidona* Benzodiazepina* Clozapina * y finalmente Alprazolam* Imito la firma del médico y lo sello arriba con el sello personal del psiquiatra. Sonrió cuando al fin tuvo las recetas en mano, ella tomaba esos depresivos y antisicóticos desde que prácticamente era una niña y últimamente estaba necesitándolos demasiados. No le alcanzaba con los recetados por el médico.

Cuando Kakashi regreso, la pelirrosa estaba sentada en el diván sonriendo.

―Mamá llamó. Debo irme― Comentó al verlo ingresar.

Kakashi chasqueo la lengua enojado.

―Cambiamos la cita para la próxima semana― Comentó entregándole las recetas de los ansiolíticos mensuales.

Ella asintió antes de marcharse con una sonrisa.

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―Aquí tiene― Comentó la empleada de la farmacia entregándole una bolsa de papel con los medicamentos.

Sakura las tomo de prisa entregándole el billete.

―Quédese con el cambio― Prácticamente le grito marchándose del lugar.

Corrió al coche y apretó el acelerador. Le temblaban las manos y ya empezaba a sudar frío. Saco la botella de agua de su bolso cuando estacionó en un semáforo y se tomó un Alprazolam, eso calmaría un poco los nervios.

―Hikari― La llamo ingresando a la casa, era raro que ni la empleada estuviera ― ¡Hikari!― Grito subiendo las escaleras.

Apoyo la mano en el pomo de la puerta del dormitorio de su madre, estaba por abrirla cuando una mano la sujeto con fuerza de la muñeca impidiéndoselo. Sakura sonrió. Llevaba solo un pantalón color negro, estaba descalzo y con el cabello revuelto.

―Itachi― Lo saludo ―¿Te divertiste?― Se burlo.

El Uchiha bufo fastidiado soltando la mano de la chica.

―No despiertes a tu madre― Le ordenó bajando las escaleras.

―¿La dejaste muy cansada?― Pregunto en tono de burla detrás de él.

Itachi se dio media vuelta encarándola, tenía el ceño fruncido y se notaba realmente fastidiado.

―Tu madre tiene razón. Eres una niña muy mal criada― La reto, sonrió al ver la cara de disconformidad de la chica y se encamino a la cocina donde se sirvió una taza de café.

―Es mi casa― Comentó prepotente ingresando a la cocina detrás de él.

Se sentó en uno de los altos bancos de la mesa que usaban para desayunar y lo observó enojada.

―¿Sabes?― Susurro clavando sus ojos verdes en él ―Solo estás enojado porque te deje con las ganas el otro día― Dijo divertida.

Itachi casi se atraganta con su café.

―Escucha, pequeña― Comentó dejando la taza en la mesa frente a ella ―Si te hubiera querido coger, lo hubiera hecho― Apoyo los ante brazos sobre la mesa acercándose a ella.

Sakura abrió la boca indignada y sintió ese costoso perfume que Sasuke también usaba inundar el ambiente. Ellos se parecían demasiado.

―Y no sabes cómo hubieras gritado mi nombre― Le susurro casi rozando su nariz con la suya.

Sakura hervía de bronca, estaba por partirle ese bonito rostro de un golpe cuando su madre ingreso a la cocina.

― Sakura― La llamo.

Itachi volvió a tomar la taza alejándose de la adolescente.

―Hikari― La saludo cuando esta beso su mejilla.

―Sakura, que sorpresa― Hablo con cautela, a pesar de que Sakura ya sabía a que se dedica, aún le disgustaba que se encontrará con sus clientes ―Pensé que hoy tenías eso― Comento bajando el tono de voz y haciendo referencia a su cita con el psiquiatra.

Sakura rodó los ojos ante lo evidente que su madre podía llegar a ser cuando quería ocultar algo.

―Se canceló― Murmuro ―Venía a visitarte pero veo que estás ocupada― Comentó observando de reojo a Itachi, este le sonrió de lado ―Será mejor irme― Dijo levantándose de su asiento.

―No― La frenó Hikari ―Itachi ya se iba―

―Sí, ya se me hizo tarde― Asintió el pelinegro dejando la taza en la encimera y Sakura clavo sus ojos en él aún furiosa por lo que le había dicho.

―¿No piensas lavar eso?― Le preguntó y Hikari la golpeo levemente en el brazo enojada.

Itachi la miro con odio pero no dijo nada, no quería pelear con ella, tenía mejores planes para Sakura Haruno.

―Iré a cambiarme― Comentó retirándose de la cocina.

Hikari e Itachi quedaron solos. El azabache lavo y seco la taza que había ensuciado y la guardo en su lugar.

―No tenías que hacerlo― Comentó Hikari avergonzada por la actitud de su hija mayor.

―No importa― Murmuro acercándose a la pelirrosa ―Iré a vestirme y te dejaré con tu hija― Dijo abrazándola por la cintura.

Hikari sonrió y lo beso abrazándolo por los hombros y por alguna extraña razón ese beso a Itachi le supo insulso y sin gracia. Se separo de Hikari y subió las escaleras al dormitorio de la mujer para cambiarse. La puerta del dormitorio de enfrente estaba entre abierta y no pudo evitar acercarse y observarla.

Sakura se encontraba de espaldas quitándose el uniforme escolar, la camisa resbaló por sus brazos y él clavó sus ojos en la espalda desnuda de la chica. Esa imagen lo excito incluso más que el beso de Hikari.

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―Entramos―

―Ah. Me asustaste― Chilló Tenten llevándose una mano al pecho.

Sakura sonrió mientras Tenten nuevamente observaba la lista que habían publicado las porristas hacía cuarenta minutos. Ella y Sakura habían ingresado al equipo y no de suplentes, eran titulares .

―De nada― Murmuro divertida la pelirrosa pasando de ella.

Tenten sonrió y corrió a alcanzarla dirigiéndose a clases.

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Matsuri saco de prisa los libros en su casillero, el timbre había sonado hacía unos diez minutos y ya iba tarde a clases.

―Matsuri― La saludo recostándose en el casillero contiguo.

Su perfume inundó el ambiente y la castaña creyó que en cualquier momento le fallarían las rodillas y acabaría en el suelo del corredor escolar.

―Gaara― Tartamudeo sacando el último libro y cerrando su casillero.

Los ojos verdes del chico observaron aquel gordo libro de física. Sonrió de lado atontando a la chica y se acercó más a ella.

―Si tienes dudas― Murmuro él observando el libro que la chica sostenía ―Yo soy muy bueno en física― Comentó con una sonrisa de lado.

―Si― Tartamudeo aún más roja ―Me gustaría―

El pelirrojo le quito el móvil de las manos y agendo su número.

―Escríbeme y coordinamos las clases―

Matsuri sonrió tomando el aparato. Al fin después de tantos años enamorada de él, Gaara la había notado.

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Ino se acomodo por quinta vez aquel delicado y hermoso vestido color violeta. Observó nerviosa nuevamente el reloj en su muñeca, ya habían pasado diez minutos ¿Y si no llegaba? ¿Y si nuevamente la dejaba plantada?

―Ino― Su voz calmo todo instinto asesino que se estaba gestando en la rubia.

Dio media vuelta agitando su largo cabello y sonrió al verlo a unos metros de ella. Llevaba un pantalón oscuro y una camisa blanca con los primeros botones desprendidos.

―Sai― Lo saludo.

Él formo esa hipócrita sonrisa y la guío hasta el coche. Serian cerca de las ocho de la noche y la había pasado a buscar por la puerta del internado.

―¿A dónde vamos?― Pregunto colocándose el cinturón de seguridad, Sai la observó de reojo.

―Prometo traerte antes de la hora de dormir― Bromeó.

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―Pasa― Le ordeno abriendo la puerta.

Ino avanzo nerviosa ingresando a aquel elegante y amplio departamento.

―Ponte cómoda, traeré algo para beber― Menciono el pelinegro retirándose a la cocina.

Ino dejo su bolso sobre uno de los sillones y recorrió el lugar observando aquellas hermosas pinturas que decoraban el lugar .

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Sakura observó nuevamente las hojas amarillentas y viejas de aquel diario infantil leyendo los pensamientos y sentimientos de su pequeña hermana, estaba segura que en ese diario estarían los motivos que llevaron a su pequeña hermana a suicidarse aquel día.

Estaba recostada en su cama, serían cerca de las ocho de la noche y Hinata ni siquiera aparecía. Unos golpes en la puerta la distrajeron.

―Pasa― Grito aún recostada en la cama con el viejo diario sobre su abdomen ―¿Qué quieres?― Pregunto con molestia al verlo ingresar a su dormitorio.

El chico la miro indiferente cerró la puerta detrás de él y se acercó a la cama. Sus ojos negros se clavaron en el viejo diario con motivos infantiles que poseía la pelirrosa, él ya lo había visto antes.

―Sasuke― Lo llamo al verlo en silencio.

―Quiero ver a tu hermana ―Comento tajante.

―¿Para?― Susurró sentándose en el colchón para verlo mejor, el seguía de pie a un metro de ella.

―No es de tu incumbencia―

Sakura frunció el ceño enojada. ¿Qué le pasaba a ese chico? Si esa mañana hasta habían bromeado con hacerlo sin cuidarse.

―¿Cómo puedo localizarla?― Inquirió y no pudo evitar recordar todo lo que hicieron el sábado al verla en pijama sobre la cama.

Ella sonrió anotando un número en aquel viejo diario y arrancó la hoja a la mitad entregándole el papel amarillo.

―Llámala― Le ordenó.

Él se acercó a la cama para tomar el papel y lo guardo de prisa en el bolsillo de su sudadera. Sakura se levanto de la cama para quedar a su altura y ese aroma a cerezas se le impregno en la nariz.

―Sasuke― Lo llamo y se acercó más apoyando su mano en la mejilla del chico.

Él sonrió de lado pasando sus brazos por su cintura y la apretó contra su cuerpo.

―¿Quieres que te lo haga de nuevo?― Preguntó burlón.

―¿Y trajiste condones esta vez? ― Le siguió la broma.

Sasuke sonrió de lado y la beso. Había algo en ella que lo atraía tanto, cuando la tenia cerca lo único que quería era besarla. Sentirla. Sakura no pudo evitar comparar ese beso con el de Itachi y definitivamente con el Uchiha mayor no había sentido ni la mitad de todo lo que Sasuke la hacía sentir.

―Lo siento―

Sasuke bufo al separase de la pelirrosa, el rostro de Hinata pasó a color granate tras interrumpirlos y Sakura río divertida ante la escena.

¿Sera que Sasuke también la comparaba con su hermana?

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―Esas pinturas son muy buena ¿Quién es el artista?― Peguntó tomando la copa de vino.

―Yo las hice― Dijo sin darle mayor importancia mientras dejaba la caja de pizza sobre la mesita ratona.

―Pues eres muy bueno― Lo alagó sentándose a su lado en el sillón.

Sai la detallo con sus ojos haciéndola sonreír nerviosa.

―Eres muy hermosa― Susurro cerca de sus labios.

Y la beso. Ino suspiro entre sus labios pasando una de sus manos a la nuca del chico para acercarlo más ella y Sai aprovecho a recostarla en el sillón acomodándose sobre ella. Gimió al sentir como la embestía con la ropa puesta pero tan rápido como se excitó al imaginar al azabache desnudo bajo al recordar porque todos los chicos con los que salía la dejaban. Porque se acostaba con ellos la primera cita.

―Lo siento― Se disculpo apoyando sus manos en el pecho del pelinegro ―Pero ya debo irme― Susurro ―Mañana tengo clases temprano―

Sai la miro con cierta frustración e Ino se arrepintió al momento de haber dicho eso.

―Bien― Suspiro ―Te llevo―

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―Bien, chicas― Chillo Karin captando la atención de todo el escuadrón de porristas ―Es el primer juego. Debemos lucirnos―

Sakura rodó los ojos hastiada al oír los chillidos de sus compañeras. Estaban en los vestidores, serían cerca de las diez de la noche del viernes y hoy se jugaba el primer partido del año entre institutos.

―Sakura― La llamó Tenten.

―Ve, te alcanzo― Le ordenó.

La castaña se alejo encaminándose con el resto de las porristas a la cancha y dejo a Sakura completamente sola en ese vestidor. Respiró profundo sacando aquel frasquito color naranja de su casillero, trago las dos píldoras blancas y sonrió. Ya se sentía mucho mejor.

―A jugar― Murmuro divertida, tomó los pompones del banco y se encaminó con el resto de las porristas.

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―Mira nada más quienes están aquí ¿No quieren animarme después del partido?― Comentó Suigetsu divertido al ver a las chicas en uniforme.

―¡Cállate, cara de pez!― Grito Karin furiosa pero sonrió al ver al Uchiha a su lado.

Sasuke la ignoro, tenía los ojos fijos en esa melena color rosa.

―Ya déjate de estupideces― Murmuro Neji fastidiado ―El partido comienza en diez minutos― Sentenció con voz seria y se encaminó a la cancha.

Sus ojos se desviaron a la castaña, Tenten realmente lucia hermosa en ese uniforme. Definitivamente esa nueva amistad con la Haruno estaba dando frutos en la castaña.

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―Me aburro― Chillo fastidiada la de cabellos rosas sentada en una de las gradas.

―Ya queda poco― Le informo a Sakura.

Esta resopló aburrida.

―¿Qué harás luego?― Le pregunto la castaña observando de reojo al Hyuga en la cancha ―¿Vas a la fiesta en la cabaña?―

―No― Respondió ―Iré con unos amigos a una carrera ¿Quieres venir?― La invito.

―No sé― Susurró recordando la ultima vez que salió de fiesta con su amiga ―Bueno― Acabo aceptando tras la mirada penetrante de la pelirrosa.

Esta sonrió.

―Esto es muy aburrido― Se quejo, Sakura odiaba el fútbol.

Tenten sonrió a su lado. Aunque se encontraba bastante nerviosa, Tayuya no paraba de fulminarla con la mirada y Neji no dejaba de enviarle miradas furtivas. Observó el marcador, iban empatados y ella cada vez estaba más nerviosa. El tiempo se agotaba, se levanto nerviosa de su asiento acercándose unos pasos más a la cancha, Sakura la observo divertida cuando Neji anoto el gol ganador y la señaló.

―Él te lo dedico― Chillo Sakura acomodándose a su lado.

Tenten sonrió. Hacía años que Neji Hyuga no le sonreía así.

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