Capítulo XIV
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RECUERDOS DE CRISTAL
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Hay algo que Ino siempre se pregunto ¿Hay algo después del sexo?
―Buenos días, hermosa―
Sonrió de lado al oír su voz y se acurruco entre las frazadas.
―Buenos días, Sai― Respondió el saludo coqueta.
Él se levantó de la cama, las sábanas blancas resbalaron por su cuerpo dejando una vista perfecta a la rubia de su cuerpo. Ella sonrió, había pasado una de las mejores noches de su vida pero ¿Ahora qué? Generalmente no dormía con los chicos que tenía relaciones y pocas veces había despertado con uno de ellos. Sai era mayor, maduro, vivía solo e Ino realmente quería tener una relación con él.
―Ino― La llamo ―¿Te quedas a desayunar? ―
Ella asintió. Así que eso seguía al otro día del sexo.
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―¡Ya basta!―
El grito de Hinata no logró que los dos pequeños niños se separaran. Sakura bufo fastidiada a su lado, su ceño se frunció tomando a los dos pequeños niños de la parte del cuello de la camisa para separarlos.
―¡Suéltame!― Exigió el pelirrojo furioso.
Sakura lo miro enojada, soltó a su hermano y agarro al otro niño de su camisa para acercarlo a ella.
―No vuelvas a tocar a mi hermano― Lo amenazo seria ―¿Entendiste?― El pequeño niño asintió con miedo ―Bien, ahora lárgate― Ordeno liberándolo del agarre.
El pequeño salió trastabillando alejándose de ella. Sakura sonrió victoriosa tras su pelea con el niño que no pasaría de los nueve años, al voltear encontró a Hinata consolando al pequeño Haruno.
―Ya tranquilo, Tenshi― Murmuro con voz dulce Hinata acariciando los cabellos castaños del niño, este solo gimoteaba a su lado.
―Tenshi― Lo llamó la de cabellos rosas, su hermano la observó lloroso ―Quítate ese pañuelo rosa del cuello― Le exigió ―Por eso los niños te molestan. La próxima vez no estaré aquí para defenderte― Lo reto retirándose del lugar.
Tenshi lloro con más fuerza, ahora se había disgustado su hermana mayor. Sakura sabía que lo que le había dicho estaba mal, el pequeño tenia derecho a vestirse como le diera la gana pero si iba a usar algo así tendría que aprender a defenderse de lo bravucones o le pasaría lo mismo que a su hermana.
―Sakura―
Se maldijo internamente al ver a la decana con el ceño fruncido a unos pasos de ella.
―Bueno días, Anko― Saludo fingiendo cortesía.
―No finjas, niña― Chillo el adulto presente, Sakura borro su sonrisa ―Vi lo que le hiciste a ese niño―
―Yo no―
―Ve a la dirección― La interrumpió, Sakura murmuro enojada ― ¡Ahora!―
―Ya voy― Agregó marchándose.
Anko sonrió detrás de ella.
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―Permiso― Murmuro golpeando aquella enorme puerta de roble.
Solo lo había visto una vez, el primer día de clases y ahora por culpa de ese estúpido niño que molestaba a su hermanito tenía que hacerle una visita al director.
―Adelante― Escuchó la grave voz del hombre, este le sonrió con confianza señalándole la silla frente a su escritorio.
Sakura paso con dudas, no sabía porque pero entrar a esa oficina le hacía recordar a cuando era pequeña. Suspiro y se sentó en la silla frente al hombre, se veía mayor como de unos cincuenta años o más, cabello oscuro, ojos negros. Esos ojos.
―Madara Uchiha― Dijo observando su nombre en aquella plaquita.
Genial. La tenían rodeada El hombre sonrió.
―Anko dice que molestas niños― Murmuro divertido.
―Molestaba a mi hermano, yo solo los separe― Se defendió.
Madara largo una risa baja observándola. Era idéntica a su madre.
―Bien. Te lo dejare pasar, Haruno― Dijo divertido ―Solo porque es tu primera infracción― Comentó volviendo la vista a los papeles que tenía en su mano ―Ahora, vete. Que tengo mucho trabajo― La hecho.
Sakura frunció el ceño. ¿Eso fue todo? Se levanto de la silla y se encaminó a la salida.
―Sakura― La llamo antes de irse, la pelirrosa volteó a verlo ―Salúdame a tu madre― Sonrió.
―¿Qué?―
―Ahora largo―
Genial, ahora parecía que el director también conocía a su madre ¿Qué más sorpresas le guardaba Hikari Inomura? Muchas y la mayoría estaban relacionadas con esa familia.
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―Gracias por traerme― Murmuro la rubia cuando Sai estacionó frente al campus.
―De nada, hermosa― Comentó galante.
―No puedo creer que Sakura sea tu prima― Comentó tomando su bolso del asiento trasero.
Si Sakura era su prima significaba que Kaya también, solo rezaba para que la Haruno no le contará lo mal que la habían tratado de niñas. Sai sonrió antes de besarla.
―Por cierto― Murmuro el pelinegro al separarse, Ino abrió la puerta del coche para bajarse ―Matsuri es mi hermana― Agregó.
A Ino se le borro la sonrisa. A Matsuri la han tratado peor.
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―¡Tenten!― La llamó.
La castaña le sonrió desde su casillero. Lee se aproximo aún nervioso por lo que le iba a decir pero Tenten era su mejor amiga y debía decirle lo que había oído.
―Neji hizo una apuesta a que se acuesta contigo antes que los otros chicos con sus novias― Dijo de prisa.
Los ojos pardos de su amiga se abrieron de la sorpresa. Tenten tragó grueso, Neji había estado coqueteándole durante semanas, por una apuesta. No, eso no podía ser verdad.
―Tenten―
Ella apretó los puños con fuerza y cerró el casillero de un portazo, Lee la miro con miedo al ver el rostro casi rojo de la castaña.
―Ese mal nacido―
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―¿Quieres decirme por qué últimamente te la pasas tanto con mi novio?―
Matsuri tragó grueso al escuchar la voz de la pequeña Hyuga detrás de ella. Suspiro juntando algo de valor y volteó a verla.
―No, yo no― Quiso defenderse pero Hanabi la tomó con bronca del cabello y la acercó a ella.
―No quiero que te le vuelvas a acercar― La amenazó enojada.
―Ya déjala―
Matsuri y Hanabi voltearon a ver a la chica que ingresaba al baño, la castaña creía que sería su prima; Sakura, pero todo el alivio que sintió al oír esa frase abandono su cuerpo al ver parada a Ino Yamanaka en la puerta del baño.
―Ino― Murmuro Hanabi aumentando su agarre en el cabello de Matsuri, esta se quejo por lo bajo.
―¿Qué no me escuchaste? Suéltala― Le exigió.
Hanabi la miro sorprendida y soltó a la chica.
―¿Qué te pasa?― Increpó a la rubia.
―No vuelvas a molestarla o te sacaré del equipo de porristas y sabes que puedo hacerlo, niñita― La amenazo la de ojos celestes ―Ahora vete― Ordeno.
Hanabi se marchó furiosa del baño. ¿Qué carajos le pasaba a Ino? Se suponía que ambas pertenecían al mismo equipo.
―Gracias― Comentó con timidez Matsuri.
Ino se acercó a ella.
―No dejes que te moleste― La reto ―Si la dejas una vez, seguirá haciéndolo―
Matsuri asintió y observó a la rubia marcharse del baño. Eso sí que había sido extraño.
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Neji se levantó de mala gana de la cama al sentir aquellos golpes en la puerta. Serian cerca de las diez de la noche. ¿A quién se le ocurre venir a molestar a esa hora?
―Tenten― Susurro abriendo la puerta.
La castaña ingreso furiosa al dormitorio y Neji agradeció que no compartiera cuarto con nadie.
―¿Soy una apuesta?―
Trago grueso. ¿Quien carajos se lo había dicho? Y quiso decirle la verdad, que en un principio si, que esas bromas las hacían siempre entre amigos y siempre quedaban entre ellos y que su plan era acostarse con ella, ganar la apuesta y convertirla en su novia sin que tuviera que enterarse de nada. Por algo había dejado a Tayuya.
―No―
Pero no podía decirle la verdad. Porque ya había perdido a Tenten una vez y si le fallaba de nuevo la castaña no volvería a confiar en él. Dejaría la apuesta de una vez por todas. No podía tenerlo todo y en ese momento solo la quería tener a ella.
―¿Tayuya te dijo eso? ―
Ella negó con la cabeza. Quiso acercarse pero la castaña retrocedió.
―Los chicos siempre hacen esas apuestas― Le explico ―Y no te voy a mentir, yo también he participado― Tenten lo miro furiosa ―Pero jamás lo haría contigo― Le susurro acercándose despacio.
Y ella por supuesto que le creyó. Porque lo quería.
―Quédate a dormir conmigo― Le pidió.
Ella lo miro con dudas pero mando todo al carajo cuando el Hyuga la beso. Claro que iba a quedarse, se quedaría toda la vida si pudiera.
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―Mamá no esta― Murmuró al verlo parado en su puerta.
Era viernes, serían cerca de las diez de la noche y su madre había salido con un cliente. Sakura había querido pasar ese fin de semana en su casa. El encuentro con su padre la había dejado tan nerviosa toda la semana.
―No vine a ver a tu madre― Dijo Itachi serio aun en el umbral de la puerta de entrada ―¿Puedo pasar? ―
Ella asintió dándole paso y cerró la puerta detrás de él. El pelinegro la observó en ese pijama infantil color rosa y sonrió.
―¿Qué quieres? ―
―Mamá dijo que Sasuke le presento una chica― Sakura trago grueso ―Una pelirrosa muy bonita de ojos verdes― Susurro aproximándose a ella ―¿Qué te traes con mi hermano? ― Le pregunto serio.
―Nada―
―No me mientas― La amenazo apoyando su mano en la nuca de la chica para acercarla a él.
―No miento― Se defendió ―Somos amigos― Chillo enojada.
El Uchiha sonrió y la beso. Ella quiso decirle que no pero la apretó con tanta fuerza que le saco todo el aire de los pulmones. La arrastro hasta el sillón y la sentó sobre él apretándola de la cintura, Sakura acomodo una pierna a cada lado de su cadera cuando comenzó a corresponderle el beso y sintió como él se excitaba por debajo de la ropa. Eso la puso muy nerviosa. Después de todo solo había tenido relaciones con Sasuke, dos veces.
―Itachi― Lo llamó.
Él quiso quitarle la holgada remera de Disney que llevaba puesta, ella se lo evito apretando sus manos.
―No quiero― Susurro, él alzó una ceja molesto.
Lo había estado calentando desde que se conocieron y ahora no quería. Sakura se quitó de encima de él acomodándose a su lado en el sillón de dos cuerpos, la observó de reojo, era mucho más pequeña que él podría apretarla tan fácilmente contra el sillón y tomarla que ella no podría negarse pero no lo haría. Él quería que Sakura se le entregara y quería que Hikari los viera, que lo viera a él cogiéndose a su hija menor como su madre tuvo que verla a ella con su esposo.
―¿Ya has estado con alguien?― Le pegunto, apoyo sus dedos en la barbilla de la chica y la obligo a verlo a los ojos.
Con tu hermano quiso decirle. Pero no podía.
―No―
―¿Eres virgen?―
―¿Por qué lo dudas?― Reprocho enojada.
―Lo siento― Se disculpo divertido acariciando la mejilla sonrojada de la de ojos verdes ―Es que eres tan bonita― La alago ―Yo te puedo esperar― Le susurro acariciando su nariz con la suya.
Y Sakura quiso decirle que no, que no la esperara porque a ella solo le importaba Sasuke, Kaya y saber que carajos le paso a su hermana en su último año de vida pero sonrió y asintió. Itachi igual le serviría para sacar a su madre de sus casillas.
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Hacía mucho frío ese día. La realidad era que en esa casa siempre hacía frío. Tendría unos diez años y acaba de hacer añicos aquel viejo jarrón que su padre tenia de adorno. Golpeo la puerta despacito y entró luego de que le dieran permiso.
―¿Quería verme?― Pregunto observando la habitación casi en penumbras, solo la luz de la chimenea iluminaba el lugar.
Lo trataba de usted como él le había ordenado que lo hiciera.
―Siéntate―
Ella obedeció sentándose en aquella silla de roble frente al enorme escritorio. Él se levantó de su silla, rodeo el escritorio y se ubico detrás de ella.
―Creo que debo castigarte―
Ojalá Sakura estuviera ahí con ella.
―Esto me dolerá más a mí que a ti―
Así podría defenderla.
― No, papá―
De su padre.
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Sakura apretó el diario con fuerza tras leer esa página. Itachi se había marchado hacia hora y media hora y no había podido pegar un ojo. Estaba recostada en el sillón de la sala, había encendido la estufa para calentar el ambiente y era la única iluminación que había en el lugar.
La puerta de entrada se abrió en ese momento.
―¿Sakura?― Murmuro Hikari al ingresar a la casa ―¿No podías dormir? ―
Ella negó con la cabeza y su madre se acomodo a su lado en el sillón cubriéndose con la frazada que tenía envuelta su hija.
―¿Cómo te fue?―
Hikari suspiro cansada ante su pregunta y acaricio la cabeza de su hija con cariño.
―Como siempre―
Cada vez odiaba más ese trabajo pero lo único que tenía para mantener el estatus de vida que llevaban ella y sus hijos. Y no podía dejarlo sin importar los daños colaterales que provocaba.
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