Capítulo XVI:
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RECUERDOS DE CRISTAL
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Shion sonrió de lado junto a Tayuya observando la pelea entre el Hyuga y Hozuki.
―¿Tu sabias? ― Shion frunció el ceño ―Neji abandono el juego hace tiempo― Murmuro Naruto observando a su novia ―¿Tu le pediste a tu primo que los grabara? ―
Shion trago grueso. Jamás pensó que Naruto se fuera a preocupar por algo así, si bien la rubia sabía que el Uzumaki no era de hacer ese tipo de bromas, todos los amigos del rubio hacían apuestas y bromas pesadas y Naruto jamás dejo de ser amigo de ninguno de ellos por eso.
―Era un juego― Sonrió la rubia e intentó acercarse a su novio, Naruto se alejó observándola asqueado ante su actitud ―Naruto― Reclamó ―Tenten ni siquiera es tu amiga― Chillo y apretó el brazo del rubio evitando que se alejara.
―No me toques― Grito enojado.
Shion lo soltó asustada, Naruto jamás le había subido el tono de voz, ni la había mirado de esa forma.
―Lo que le hicieron es horrible― Murmuró ―Pero que te parezca gracioso es repulsivo― Shion lo miro al borde del llanto ―No te quiero ver más―
―Pero―
―Terminamos, Shion― Comentó mientras se retiraba del salón.
― ¡Naruto!― Le grito al verlo alejarse de ella ― ¡No te atrevas a dejarme!―
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El domingo por la mañana la castaña se había levantado muy temprano, agradeció que Shion, su compañera de dormitorio no llegara esa noche. Se dio una ducha para quitarse el maquillaje corrido y se vistió con unos pantalones deportivos y una holgada sudadera color bordo.
El móvil volvió a sonar. Tendría unas siete llamadas perdidas de Neji y como quince mensajes sin contestar. Lo apagó tirándolo sobre la cama y se encaminó al campus. No quería quedarse encerrada en su dormitorio, en cualquier momento llegaría Shion y se burlaría de ella o peor Neji a inventarle alguna excusa de su inocencia.
―Tenten―
Ella clavo sus ojos en Kankuro. Él la observó con lástima al verla en ese estado. Aún no entendía cómo alguien podía ser tan basura de hacer una canallada como la que le hicieron a Tenten.
―Ven conmigo― Murmuró estirando su mano a la castaña.
Ella la tomó y ambos se encaminaron al edificio de los Shinobis.
―Yo no quiero ir a ahí― Chillo asustada.
―Confía en mí―
Ella quiso decirle que no pero acabo aceptando, Kankuro no podía ser peor que Neji. El castaño la guío al interior del edificio. Caminaron en silencio hasta el estacionamiento y se ubicaron delante de un coche último modelo color plata. Tenten frunció el ceño al reconocerlo.
―Quiero que te saques las ganas― Dijo el castaño divertido.
Tenten lo vio dejar su mochila en el suelo y sacó del interior de esta una bolsa llena de azúcar, pintura en aerosol y una navaja. Tenten sonrió.
Quizás no le destrozaría el corazón al Hyuga como él lo hizo con ella pero al menos le destrozaría su amado coche.
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Luego de la pelea en el baile a Suigetsu y a Neji los suspendieron una semana y debieron agradecer que sus padres hayan intervenido para que no los expulsaran. El domingo a la noche cuando Neji había empacado todas sus cosas para retirarse del internado y bajo al estacionamiento se encontró con un lindo regalo de su ahora ex novia.
―Mierda― Se quejo furioso al ver ese enorme grafiti en el capot del vehículo.
Hijo de puta.*
Sonrió al ver las cámaras de seguridad también pintadas de color violeta, por más que lo denunciara con el director no habría forma de hallar a los culpables. Él sabía quién había sido, sólo se preguntaba como Tenten había tenido el valor de rayar y pintar su coche. Subió enojado tirando el bolso al asiento trasero, metió la llave en el tambor del coche e intentó arrancar. Uno. Dos. Tres. Nada. Su coche no arrancaba.
Quizás haya sido el kilo de azúcar que la castaña le tiro en el tanque de combustible.
―Maldita―
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―Neji no quita los ojos de ti― Murmuro Sakura a su lado con una sonrisa.
―Ese imbécil― Lo insultó la castaña furiosa.
Ya había pasado una semana que su videíto circulaba por los móviles de sus compañeros y era el primer día que se cruzaba a Neji Hyuga después de aquella noche.
Estaban en el medio de la cancha de fútbol practicando sus coreografías de animadoras con Kurenai, quien era la entrenadora de las porristas. Los chicos corrían alrededor de la cancha de fútbol liderados por su entrenador; Maito Gai y Neji aún no podía creer como Tenten no sólo no le dejó explicar lo que había sucedido sino que lo había ignorado olímpicamente con el No Sabaku.
―¡Bien, chicas!― Grito Kurenai reuniéndolas en el centro de la cancha ―Practicaremos la pirámide―
Karin sonrió con autosuficiencia, la pirámide demostraba quien tenía más rango en el equipo, las novatas siempre iban abajo.
―La perra de Tenten se ve mejor que nunca― Comentó Tayuya enojada observando a la castaña.
―Tranquila. Ella y Haruno irán abajo― Murmuro soberbia Karin a su lado.
―Entrenadora― La llamó la castaña cuando comenzaban a formar la pirámide.
Ella no iría abajo.
―Dime, Tenten―
―Quiero ser la punta― Sentenció.
Tayuya y Karin se miraron molestas.
―Pues no puedes― Chillo Tayuya ―La pirámide es cuestión de equilibrio y flexibilidad, eres nueva y no tienes práctica― Dijo con una sonrisa, Tenten estaba apunto de saltarle encima a esa maldita ―Tú fallas y todas pagamos las consecuencias― Comentó con superioridad.
―Lo sé― Susurro ―Pero yo soy mejor que cualquiera aquí― Se dirigió a la entrenadora.
Sakura le dio play al reproductor de música y Tenten realizo una cuantas piruetas que lograron captar la atención de Kurenai, esta la miro orgullosa.
―Muy bien― La alabo Kurenai, la de cabellos rosas apago el reproductor de música ―Vas arriba―
Tenten miro de forma sobradora a las cinco porristas principales.
―Haruno― La llamo la entrenadora.
―Lo siento― Dijo con amabilidad sacando un papel arrugado del bolsillo de su pantalón deportivo ―Tengo migrañas y mi médico me dijo que no hiciera fuerza― Comento la de ojos verdes entregándole la falsa receta de Hatake Kakashi a la entrenadora.
Kurenai asintió tomando la receta y volviendo con el resto de las chicas.
―Tayuya, ocupa el lugar de Haruno―
―¿Qué?― Chillo enojada la pelirroja.
―Ahora― Ordeno ya fastidiada de las adolescentes.
La pelirroja rechisto al ser parte de la base de la pirámide, Sakura sonrió sentándose en las gradas y observando a su amiga orgullosa. Pensó que la castaña le costaría más reponerse por lo visto se había equivocado.
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―¿Estás bien?― Pregunto más por amabilidad que porque realmente le interesará.
Matsuri se encogió de hombros aún acurrucada en el suelo del baño. Ino bufo por lo bajo.
―Matsuri es mi hermana―
Y entonces recordó porque rayos debía interesarse por esa pequeña y débil niña, porque era su futura cuñada .
―Levántate― Ordeno.
―Déjame sola― Chillo Matsuri.
Esa misma mañana Sakura le había comentado la apuesta que se habían montado los chicos y le advirtió que no se acercara a Gaara. Matsuri dudo unos segundos pero razono que el pelirrojo se había acercado de la nada a ella sin nunca haber mostrado algún tipo de interés antes y Sakura no tenia porque inventar tal cosa de Gaara más después de ver lo que le hicieron a Tenten.
―Que te levantes― Chillo la rubia ―Ahora―
Matsuri se levanto del suelo de prisa.
―Eres muy bonita― La alabó la rubia ―Debes empezar a creértelo― Comentó apoyando ambas manos en los hombros de la pequeña y la miro a los ojos.
―¿Eso crees? ―
La rubia asintió con una sonrisa y le entregó un paquetito de pañuelos desechables.
―Yo te voy a ayudar― Sentenció.
Matsuri la miro confundida. ¿Qué carajos se traía Ino Yamanaka con ella?
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Suigetsu ingreso con cuidado al dormitorio femenino. Sakura lo había rechazado cuando la invito al baile de halloween y para colmo lo había humillado al ir a la fiesta con el idiota de Lee. Es decir, él era mejor que Lee.
―Maldita― La insulto.
Observó la cama de Sakura y se aproximo a la mesita de noche observando aquella foto que tenía la chica con su pequeño hermano, escuchó el ruido del agua proveniente del baño, sonrió de lado y se acercó sin hacer ruido. Sabía que Hinata no era, la pelinegra a esas horas estaba en clases de piano, abrió la puerta despacio y observo como el agua recorría el cuerpo de la pelirrosa a través del vidrio de la ducha y deseo poder acercarse a ella pero Sakura gritaría y lo golpearía y lo terminarían suspendiendo cuando Anko la escuchará.
―Luego me encargaré de ti― Susurro cerrando la puerta despacito y se acercó al placard, frunció el ceño al leer escrito en el espejo Sakura Haruno con labial color rojo ―Que loca― Susurro divertido.
Reviso algunos cajones con ropa y otras cosas y luego se recostó en la cama tras no encontrar nada. Sakura escondía algo, estaba seguro. Abrió despacio el cajón de la mesita de noche y sus ojos se abrieron sorprendidos al observar lo que había en su interior.
―¿Qué es esto?― Murmuro tomando uno de los tantos frascos de pastillas que había allí ― Clozapina― Leyó la etiqueta del pequeño frasco color naranja.
Sakura cerró la llave del agua y Suigetsu supo que debía salir de allí cuanto antes, dejo el frasco de pastillas en su lugar y salió de prisa del dormitorio de la chica evitando ser descubierto.
―¿Clozapina?― Repitió mientras se dirigía a su dormitorio.
¿Por qué Haruno tenía tanta cantidad de pastillas? ¿Por qué tomaba esa cantidad de pastillas? ¿Acaso era drogadicta o quizás narcotraficante? Suigetsu suspiro confundido. Sakura era un misterio para todos, un misterio que él iba a descifrar, porque si descubría algo de la chica la tendría en sus manos.
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Serian cerca de la media noche, Hinata estaba profundamente dormida en su cama. Sakura aún no había podido pegar un ojo, tomo su móvil e ingreso a su Instagram . Ella realmente odiaba las redes sociales pero Tenten la había obligado a hacerse un perfil alegando que no podía vivir sin uno. Una solicitud de seguidor llamó su atención.
―Imposible― Susurro al observar el nombre de quien quería conocer parte de su vida.
Mordió su labio inferior con fuerza.
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―¡Kaya!― Chillo mientras corría por el jardín de aquella enorme casa.
Su pequeña hermana la siguió a paso más lento. Era una hermosa tarde de verano, ambas tenían ocho años y en un par días sería su primer día de clases.
―Kaya ¿Qué ocurre?― Le pregunto al ver a su hermana gemela actuar tan extraña.
Esta sonrió asustada observando la entrada de la casa. Sakura podría jurar que la vio temblar. Se acercó más a ella y la tomo de las manos.
―Kaya, tranquila― Murmuro con una sonrisa ―Dime ¿Qué te ocurre?―
―Tengo miedo― Le confesó ―Por él― Susurro Kaya, bajando el tono de su voz para que nadie pudiera oírlas.
Sakura volteó el rostro despacio al lugar donde observaba su hermana y lo encontró en la puerta de salida al jardín sentado en una silla con un extraño libro entre sus manos pero sus oscuros ojos no veían el libro las miraba a ellas.
―¿Por qué?― Pregunto Sakura contagiándose del miedo de su hermana.
Kaya tembló a su lado. Su padre había salido y estaban solas al cuidado de él.
―No me gusta cómo nos mira―
Su medio hermano mayor.
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―Enfermo― Sentenció.
Su dedo índice se deslizo con cuidado y apretó; rechazar a Kabuto Haruno.
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Temari lo observo caminar hacía ella, era sábado por la tarde y Shikamaru había pedido permiso para salir ese fin de semana.
―Hola, vago― Lo saludo coqueta dentro del coche.
Él sonrió de lado y subió a aquel viejo chevy propiedad de la rubia.
―¿Nos vamos?― Pregunto con picardía la chica.
Él asintió algo atontado porque jamás en la vida había visto una mujer tan linda como Temari No Sabaku y por el hecho de que pasaría todo el fin de semana en el departamento de la rubia.
―Shikamaru― Lo llamó ella.
Sonrió al verlo perdido como un pequeño niño. Su sonrisa se amplió aún más al recordar lo que había ocurrido el día de la fiesta, su fallido sexo casual y las disculpas del chico. Shikamaru era un vago, irresponsable y suertudo, muy suertudo. Después de todo virgen y sin experiencia había logrado conquistar a una hermosa mujer mayor y universitaria.
―Vamos a pasar un excelente fin de semana― Susurro la rubia con una sonrisa.
Shikamaru tragó grueso, ese fin de semana no podía fallar.
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― ¿Esa es mi pañoleta?―
Tenshi trago grueso intentando quitarse la pañoleta de flores en vano, el nudo se ajusto aún más a su pequeño cuello. Sakura sonrió con ternura y se aproximo al pequeño que bailaba en el centro de la sala de estar de su casa. Su madre acababa de llegar de un trabajo y se estaba duchado antes de pedir una pizza y cenar con su hijo.
Sakura esa noche ya tenía planes.
―Te queda linda― Lo elogió.
El pequeño sonrió acomodando ese pañuelo en su cuello orgulloso. Que se ponga lo que quiera, si Sakura debía golpear a unos cuantos niños para que su hermano fuera feliz con la ropa que le gustaba lo haría con gusto.
―Te queda mejor que a mi―
―Gracias, Sakura―
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Sasuke suspiró una vez más, ya estaba oscureciendo y comenzaba a hacer bastante frío, metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y observó su coche a unos metros estacionado frente aquel faro donde siempre se encontraba con Kaya. Deberían fijar otro punto de encuentro ahora que empezaba el invierno.
―¿Dónde está?― Murmuro con el ceño fruncido.
Unos minutos más tarde la vio bajarse de aquel taxi. Llevaba el cabello suelto hasta la cintura y un brillo labial adornaban sus labios rosados.
―Hola, Sasuke― Lo saludo.
―Kaya―
Llevaba un jean holgado, una remera color azul que le quedaba algo grande y un abrigo de lana color negro.
―¿De qué quería hablar? ― Le peguntó ella a unos pasos de él.
Sasuke la miro serio.
―¿Qué clase de relación tienes con tu hermana?―
― ¿Por qué me preguntas eso?― Murmuro la pelirrosa confundida.
Sasuke la miro expectante, solo quería saber que le había contado Kaya a Sakura para que lo haya increpado así en la fiesta de Halloween.
―Sakura es mi hermana. La amo―
Ella sonrió. Él frunció el ceño confundido. Esas dos acabarían por volverlo loco.
―¿Qué le contaste de mi?―
―Bueno. Lo que me hiciste― Dijo ella bajando el tono de voz y se encaminó a la banca de madera que quedaba justo frente al acantilado del faro.
Sasuke frunció el ceño, él no le había echo nada malo salvo rechazar aquella empalagosa carta que ella le había dado. Sakura aguardo unos segundos, quizás con la esperanza de que él abriera la boca y le dijera algo que la ayudara a entender a su hermana pero no, Sasuke la miro enojado sentándose a su lado en aquella banca.
―Que me rechazaste delante de todos― Comentó con simpleza.
―Pero lo que paso luego no fue mi culpa― Susurro.
Sakura frunció el ceño. ¿Qué paso luego?
―¿A que te refieres? ― Le preguntó acercándose a él en aquella banca de madera.
―Por lo de las bromas― Murmuro y Sakura quiso golpearlo con fuerza ¿Bromas? ¿Así le decían a hacerle la vida un infierno a una niña ―Por lo de Naruko―
¿Quién carajos era Naruko?
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