Capítulo IV:
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APOLOGY
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Frustración.
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Frustración: Respuesta emocional común a la oposición, relacionada con la ira y la decepción que surge de la percepción de resistencia al cumplimiento de voluntad individual. La frustración se produce cuando las expectativas del individuo no coinciden con los hechos reales. Lo que frustra no es tanto la adversidad como el hecho de que los acontecimientos no se produzcan como uno esperaba.
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―Amor ¿Qué haces? ― Susurre cuando lo sentí bajo las frazadas a mi lado.
―Dormir ― Contesto lo obvio ―¿Puedo? ― Chillo infantil.
Sonreí con cariño y observe sus hermosos ojos negros.
―Claro, Sasuke ― Termine aceptando, él siempre lograba convencerme de todo ―Pero te duermes ― Lo amenacé y vi la sonrisa que se formaba en sus labios.
―Si, claro ―
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Ese fin de semana nos fuimos a Osaka a visitar a sus padres. Acabe de cerrar la maleta cuando mi móvil vibro sobre la cama anunciando que Sasuke ya había llegado.
―¿Ya te vas? ― Pregunto Karin desde su cama, yo asentí ―Espero que le caigas bien a tus suegros ― Dijo divertida.
―Si. Yo igual ― Murmure nerviosa y baje la maleta de la cama.
Karin me acompaño hasta el coche. Sasuke no se bajo solo abrió el maletero desde dentro y la pelirroja y yo tuvimos que meter mi maleta allí solas.
―Adiós, Sasuke ― Murmuro con una sonrisa cuando subí de copiloto.
Sasuke no le contesto, solo arranco el coche dejando a la pelirroja detrás de nosotros.
―¿Te pasa algo con mi prima? ― Le pregunte, él frunció el ceño.
―No me agrada― Dio por finalizada la conversación.
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A medio camino nos detuvimos en una cafetería, Sasuke ordeno dos cafés y unas media lunas y se marcho al baño.
―¿Aquí tienes? ― Murmuro el mozo dejando las tazas frente a mi.
―Gracias― Comenté con una sonrisa.
El chico tendría mas o menos mi edad sonrió de lado acercándose más a la mesa
―¿Hay algo mas en que te pueda ayudar?― Me dijo sugerente.
―No la puedes ayudar en nada― Bufo el moreno detrás de nosotros y se acercó a la mesa ―Ya te puedes retirar― Le dijo en tono déspota y el chico prácticamente salió huyendo ―¿Te gusto? ―
Yo lo mire confundida ante su pregunta pero su rostro estaba muy serio y contraído.
―No― Susurré en voz baja.
Y él sonrió de lado.
―Es broma, Sakura―
El mozo no volvió. Nos marchamos unos treinta minutos después pero Sasuke no me dirigió la palabra en lo que quedaba de camino. Un par de horas más tarde aparco frente aquella hermosa casa.
―¿Crees que le caiga bien a tus padres? ― Susurre nerviosa cuando bajamos del coche.
Sasuke sonrió bajando la maleta, cerró la puerta del maletero con fuerza y me tomó de la cintura acercándome a él.
―Te van a amar―
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La madre de Sasuke era una mujer muy joven y atractiva se parecía muchísimo a Sasuke, su padre por el contrario se veía muy serio y formal.
Mikoto, la madre de Sasuke nos enseñó la habitación donde íbamos a dormir y me dio un recorrido por la enorme casa mientras Sasuke tomaba algo con su padre.
―Nos alegra tanto que hayas podido venir― Murmuro una vez nos sentamos a cenar, yo sonreí ―Sasuke nunca había traído una novia― Dijo divertida y Sasuke bufo por lo bajo incómodo ante la charla.
―A mi me alegra al fin conocerlos― Susurre con una sonrisa y sentí la mano del pelinegro apretar la mía por debajo de la mesa.
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Serian cerca de las dos de la mañana cuando el sonido del móvil me despertó. Sasuke se removió a mi lado cuando me erguí en la cama tomando mi móvil de la mesita de noche pero no tenía ningún mensaje, la habitación estaba en una semi oscuridad y se ilumino brevemente cuando el móvil de Sasuke vibro, me estire evitando despertarlo y lo tome entre mis manos.
Karin.
Mis ojos se abrieron al ver su nombre en la pantalla. No podía leer lo que le había enviado porque el móvil estaba bloqueado pero estaba segura que era algo malo. ¿Por que mi prima le mandaría un mensaje un viernes a las dos de la mañana?
―Sasuke― Lo llame, él pelinegro se removió en la cama aún con los ojos cerrados ―Sasuke, despierta―
―¿Qué quieres, Sakura? ― Dijo de mala gana abriendo los ojos.
Yo apreté el móvil entre mis manos, estaba temblando y sentía un fuerte dolor en mi bajo vientre. No quería que mis sospechas se confirmaran pero tampoco podía dejarlo pasar.
―¿Por qué Karin te escribe a los dos de la mañana? ― Le pregunte enseñándole el móvil.
Él frunció el ceño y se sentó en la cama quitándome el aparato de las manos.
―No lo sé― Susurró aún así no desbloqueo el móvil para ver ese mensaje ―Debe ser para ti― Dijo sin darle mayor importancia.
―A mi no me escribió― Respondí ―Desbloquéalo― Le ordene.
―No―
Esa fue su respuesta; No. Apretó el aparato con fuerza y lo dejo en la mesita de noche dispuesto a volver a dormir.
―Duérmete― Me ordeno dándome la espalda.
Yo me levante de prisa furiosa, sentía que el corazón iba a salirse de mi pecho y me temblaban las manos. Rodeé la cama y agárrale ese bendito aparato que volvió a vibrar con un nuevo mensaje de mi prima.
―Desbloquéalo― Le ordene ya al borde del llanto.
Sentía la nariz muy caliente y los ojos me picaban, no lloraba de angustia o tristeza lloraba de frustración, de bronca, de que todo lo que se me pensaba por la cabeza se hiciera realidad.
―Que lo dejes― Me grito levantándose de la cama y dio dos pasos ubicándose frente a mi ―No hagas esto. Mañana es navidad― Susurro más calmado.
―Entonces enséñame que te escribió ― Le pedí bajando la voz, él volvió a negar con la cabeza ―Que me muestres― Grite.
Escuchamos varios pasos desde el pasillo y unos golpes en la puerta.
―Sasuke ¿Esta todo bien? Escuchamos gritos― Era su madre, no ingresó al dormitorio pero estaba pegada al otro lado de la puerta
Sasuke me miró con odio.
―Esta todo bien, mamá― Le respondió clavando sus ojos en mí.
―Bien. Qué descansen― Dijo con un cierto tono de nerviosismo ―Buenas noches, Sakura― Esta vez me hablo a mi y fue como si me preguntará sutilmente si estaba bien.
Yo me quedé callada y el Uchiha apretó los dientes furioso acercándose aún más a mi. Sentía su pecho rozar el mío y su respiración caliente en mi nariz.
―Que descanses, Mikoto― Murmuré y escuche sus pasos alejarse.
Sasuke bufo por lo bajo y apretó mi brazo con su mano quitándome el móvil con rabia.
―Quiero que te vayas a dormir― Ordeno y paso la mano de mi brazo a mi nuca empujándome hacia la cama.
―¿Por qué no quieres que los vea? ― Le pegunté avanzando a la cama, su mano aún estaba ceñida en mi nuca.
―Porque no es importante― Dijo ubicándose detrás de mi, pasos sus manos apretando mis caderas y haciendo rozar mi trasero con su entrepierna ―Tu eres importante. Este viaje es importante― Recitó en mi oído ―Tu prima esta obsesionada conmigo―
Yo fruncí el ceño confundida.
―¿Por qué no me lo dijiste? ― Le pregunté, él pasó la yema de sus dedos por mi cuello quitando los cabellos de mi nuca y soplo despacito ―Quiero ver tus mensajes―
Él rechisto enojado alejándose de mi.
―Acuéstate― Me ordeno y me empujo sobre la cama con fuerza.
Yo caí en seco contra el colchón y me di vuelta de prisa observándolo aún parado a los pies de la cama. Él sonrió de lado.
―¿Te duermes o hacemos otra cosa para matar el tiempo?― Pregunto con una sonrisa torcida.
Yo negué con la cabeza y me metí entre las frazadas dándole la espalda. Me acurruque en el borde de la cama cuando lo sentí recostarse detrás de mi. Él no hizo el más mínimo esfuerzo en acercase a mi en toda la noche. Tampoco respondió ninguno de sus mensajes.
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A la mañana siguiente cuando desperté ya no estaba. Me di una ligera ducha y baje a desayunar. Sus padres ya se encontraban en la mesa.
―Buenos días― Susurre ingresando al comedor.
―Buenos días, Sakura― Me respondió su madre cuando me senté junto a ella ―Sasuke ya vuelve. Fue a buscar a Itachi a la estación de trenes― Explicó sirviéndome una taza de café.
Veinte minutos más tarde regresaron. Sasuke ingreso por la puerta con una maleta color roja y un bolso y detrás de él llegó su hermano. Eran tan parecidos pero Itachi se veía mayor, más alto, más fornido. Tenía el cabello más largo y unas profunda ojeras bajo sus ojos.
―Ella es Sakura― Me presento tomándome de la cintura, yo sonreí nerviosa al verlo ―Mi novia―
Itachi se aproximo a mi clavando sus ojos negros en los míos. Sonrió de lado a unos pocos pasos de mi. Yo me sentí sumamente nerviosa ante esa sonrisa.
―Un gusto― Murmure estirando mi mano hacía él.
Itachi respondió el gesto y sentí tanto terror cuando su piel rozó la mía. El mismo terror que sentí la noche anterior cuando Sasuke me obligó a dormir a su lado.
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Esa noche era la fiesta de navidad. La casa se lleno de familiares de los Uchihas. Yo me coloque aquel hermoso vestido azul que Sasuke había elegido para mí y unas botas cortas de tacón a juego.
―Estas tan hermosa― Me elogió cuando baje a la sala.
Sasuke llevaba unos pantalones oscuros y una fina camisa blanca desprendida al inicio. Sé que estaba enojada con él, que estaba realmente molesta por esos mensajes que no se atrevió a mostrarme pero cuando sonrió de lado y paso sus manos por mi cintura acercándose a mí se me hizo el hombre más atractivo del mundo.
―Gracias ―
A mi Sasuke Uchiha me encantaba.
―Tengo algo para ti― Susurro en mi oído cerca de la media noche.
Yo levanté una ceja y él nos encaminó hasta el jardín. Saco una pequeña cajita de terciopelo color azul del bolsillo y la abrió despacio.
―¿En serio?― Susurre observando aquel delicado collar de plata.
Él asintió pasándolo por mi cuello y acomodo el dije en forma de abanico sobre mi pecho.
―Es el símbolo de mi familia― Me explico.
Paso sus manos por mi cintura acercándome a él y me beso. El cielo se ilumino en ese momento.
―Feliz navidad, Sasuke―
Él sonrió de lado, paso sus dedos por mi mejilla en una caricia y me acerco a sus labios.
―¿Me quieres? ― Me preguntó rozando su nariz con la mía.
―Te quiero demasiado―
Pase mis manos por su cintura para acercarlo más a mi cuando me beso pero la realidad era que sólo quería tomar su móvil del bolsillo. Sonreí cuando lo tuve entre mis manos. Esa mañana descubrí su contraseña.
Me encerré en el baño evitando que él notará que lo había tomado sin permiso. Me temblaban las manos, sudaba frío, no quería revisar el móvil pero realmente quería saber que carajos le había enviado Karin la noche anterior.
Rebusque su conversación y no encontré nada. Respiré frustrada. Sasuke había borrado todo. Asique hice lo único que se me ocurrió, le envié un mensaje de feliz navidad a la pelirroja. No tardo ni dos minutos en responder.
Feliz navidad para ti también*
Era una simple felicitación de navidad. No agrego nada más. Yo estaba muy confundida. Ese mensaje me dejó más tranquila pero a su vez había algo que sabía que no estaba bien.
―Soy una idiota― Dije saliendo del baño.
Sentí un leve alivio pero este se desvaneció cuando el móvil volvió a vibrar.
¿Las extrañas?*
Junto a una foto de sus senos. Yo sentí un escalofrío recorrer mi espalda, un dolor muy fuerte en el medio del pecho y unas inmensas ganas de vomitar cuando el Uchiha se acercó a mi sonriendo.
―Sakura― Me llamo.
La sonrisa se le borró al ver que tenía su móvil entre mis manos.
―¿No es importante?― Susurre entregándole el aparato.
Él chaqueo la lengua al ver la foto.
―No hagas un lío de esto― Ordenó tomándome del brazo ―Esta toda mi familia―
―Me importa un carajo― Respondí liberándome de su agarre.
Subí de prisa las escaleras al dormitorio y tome mi maleta guardando mis cosas lo más rápido que podía, solo quería largarme de allí. Escuché la puerta detrás de mi.
―¿Qué haces?― Me sorprendió lo calmado que estaba.
―Me voy a mi casa― Le respondí sin verlo.
―Es navidad. Hasta mañana no hay trenes― Hablo serio y sentí como se acercaba a mi.
Yo baje la maleta de prisa ya cerrada y tome el abrigo color blanco de encima de la cama pasándolo por mis brazos.
―Sakura. No hagas esto― Me reto ―Mi familia esta esperando por ti― Hablo serio pero su voz se escuchaba tan tranquila.
Como si el echo de que mi prima le haya enviado una foto semi desnuda hace solo cinco minutos no tuviera relevancia.
―Lo hubieras pensado antes de cogerte a mi prima― Chille con rabia.
―No me la cogí― Dijo de mala gana ―Ella esta obsesionada conmigo. Deja eso y hablemos― Ordenó ya más enojado.
―Yo no quiero hablar contigo. Me quiero ir a mi casa― Volví a gritar y el Uchiha apretó los puños furioso.
―Deja de portarte como una niña y baja de una puta vez a la sala― Ordeno subiendo el tono de voz.
Estaba loco si pensaba que iba a bajar con una sonrisa y fingir que todo entre nosotros estaba bien.
―Borraste los mensajes de ayer― Le reclame.
―Porque sabias qué te ibas a poner así―
Y todo lo que decía me sonaba a una burla.
―Me estas engañando con mi prima ¿Y yo soy la loca? ― Le pegunté histérica tomando la maleta.
―¿Crees que soy como tú?― Me pregunto, yo fruncí el ceño confundida ―Que coqueteabas con el mozo. Con Naruto. Con cualquiera que te venga bien― Dijo con bronca y me quito la maleta de las manos arrojándola a unos metros de nosotros.
―Me quiero ir― Repetí asustada.
―Me tienes harto― Dijo de mala gana, y me quito el abrigo con fuerza casi rompiéndolo en el proceso ―Vas a lavarte la cara y maquillarte nuevamente y vas a bajar a cenar― Ordeno a los gritos.
―Me quiero ir a mi casa― Le grite empujándolo por el pecho.
Lo siguiente qué sentí fue su mano estrellarse en mi mejilla. Me había golpeado. Me había pegado una cachetada. Sentía mi mejilla izquierda cada vez más caliente y las lágrimas ya había empezado a bajar. Sorbí mi nariz con fuerza y lo miré sorprendida sin creer lo que acaba de hacerme.
―Sakura yo no― Tartamudeó ―Yo no quería― Se excuso acercándose a mí.
―No te me acerques― Susurre y puse mis manos entre los dos evitando que se me acercara.
Tome la maleta del suelo junto con el abrigo colocándomelo de prisa, Sasuke seguía parado en el mismo lugar. Yo lo mire una última vez antes de salir del dormitorio pero escuche sus pasos detrás de mi cuando bajo las escaleras conmigo.
―Sakura ¿Qué ocurre? ― Me preguntó Mikoto al verme bajar las escaleras casi corriendo con la maleta en una mano.
―Lo siento, Mikoto― Le dije y aguante lo más qué pude las lágrimas solo esperaba que no viera lo hinchada y roja que tenía la mejilla ―Mi madre me llamo y debo volver a casa― Expliqué nerviosa.
Solo quería que me dejara irme.
―¿Pero esta todo bien? ― Pregunto asustada y clavo sus ojos negros en Sasuke que venía bajando las escaleras.
―Si. El taxi está afuera― Mentí.
―Que Sasuke te lleve ― Dijo preocupada y apoyo sus manos en mis brazos.
Yo estaba temblando.
―No. Bebió y no quiero que le pase nada― Ella no soltó mis brazos ―Esta todo bien. Tranquila― Susurre y sonreí para que me soltara.
Ella suspiro no muy convencida y soltó el agarre.
―Fue un gusto conocerlos― Le dije abrazándola y ella respiro más tranquila.
―Vete con cuidado―
Yo salí lo más rápido que pude de esa casa. Envolví mi cuello con una ruana de lana y apreté la maleta con fuerza mientras caminaba por las desoladas calles de Osaka. Era de madrugada y hacia tanto frío que sentía que mis piernas estaban congeladas. Yo llevaba solo el vestido azul y el abrigo por encima.
―Mierda― Me queje cuando una de las rueditas de la maleta se engancho en el pavimento.
Tire con fuerza de ella para seguir avanzando. No conseguía taxis por ningún lado. Solo quería irme a la estación de trenes y tomarme el primero que saliera para irme a mi casa. Aunque allí tendría que enfrentarme con Karin.
Me dolía tanto la mejilla pero me dolía más el alma, el corazón, el orgullo. Si Sasuke me había engañado o no con Karin carecía de importancia ahora, lo realmente importante era que me había golpeado. Él levanto su mano y me golpeó y no le importo en lo absoluto como estaba yo, solo le importaba no quedar mal ante su familia.
Apreté los ojos con rabia y sequé las lágrimas de prisa sentándome en una banca de madera a un lado de la parada de taxis. Con suerte al amanecer pasaría alguno.
El móvil volvió a vibrar entre mis manos. Lo apreté con fuerza observando su nombre y lo pasé a modo avión para que Sasuke dejara de llamarme y enviarme mensajes.
―Que idiota― Susurre para mi y me acurruque en la ruana de lana ―Ay, no―
Temblé cuando el coche color negro estacionó a unos metros de mi. La ventanilla del acompañante bajo. Creí que sería Sasuke.
―Itachi― Lo llame.
Era su hermano.
―Sube. Te llevo a la estación de trenes―
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