Capítulo VI:
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APOLOGY
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Ansiedad.
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Ansiedad: La ansiedad es un mecanismo de defensa natural del organismo frente a estímulos externos o internos que son percibidos por el individuo como amenazantes o peligrosos. Se trata de una señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la persona que adopte las medidas necesitarías para enfrentarse a una amenaza.
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―Sasuke― Lo llame ingresando a su dormitorio.
―¡Ahora no!― Chillo frunciendo el ceño mientras intentaba alcanzar una caja que había en el estante superior del placard.
―¿Necesitas ayuda?― Susurre apoyándome en el marco de la puerta observándolo de puntitas de pie en aquel pequeño banquito.
Él entrecerró los ojos enojado y volvió a su tarea, lo siguiente fue mi carcajada de burla cuando la caja cayó sobre su cabeza.
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La primera vez que fui a emergencia por un ataque de ansiedad fue la primera vez que él me dejó.
―Es que no lo entiendo― Susurre, me temblaban las manos y sudaba frío ―Yo no hice nada malo―
Estábamos en su departamento, serían cerca de las tres de la mañana y ya hacía más de un año que mantenía esa horrible relación con Sasuke Uchiha. Yo dormía la mayoría de los días ahí con él, mis padres lo adoraban y confiaban en que nada malo me pasaría estando con él. Hasta Ino decía que era perfecto. Ninguno de ellos convivía veinticuatro horas con ese narcisista de mierda pero en ese momento para mi, él era lo más importante de mi vida.
―Dime― Él chasqueó la lengua fastidiado ―Yo solo quiero saber que hice mal― Le exigí aún de pie a un lado de la mesita ratona.
Sasuke se sirvió un vaso de whisky y se sentó en el sillón aún observándome, no enojado, era una mueca más de soberbia. Él no iba a dejarme solo quería doblegarme a sus caprichos.
―¿Te lo tengo que explicar?― Murmuro bebiendo un trago de whisky, yo asentí.
Tenia tanto frío, estaba cubierta solo por una holgada sudadera color azul que era de él, los pies descalzos, las manos sudorosas, sentía que el corazón iba a salirse de mi pecho.
―Porque te quiero, Sakura― Yo fruncí el ceño ―Pero tu no me quieres―
―No. Yo si te quiero― Lo interrumpí aproximándome más a él.
Sasuke sonrió dejando el vaso en la mesita ratona y me llamó con la mano. Yo me acomode frente a él quedando de rodillas entre sus piernas. Tenía la cara ladeada, los ojos fijos en mi y yo en lo único que pude reparar fue en esa manchita de whisky que había en la comisura de sus labios. Esas cosas tan triviales evitaban que me preocupará porque Sasuke Uchiha le había dado una paliza a Lee esa tarde a la salida de la universidad luego de verlo acariciar mi rostro porque tenía el cabello enredado.
―¿Qué quieres que haga?―
Él sonrió y se inclinó hacia mi. Apoyo sus ante brazos en sus rodillas y beso mi frente.
―Quiero que te largues de mi casa―
Yo comencé a llorar cada vez más fuerte. No quería pero no podía parar de gimotear, tenia el pecho cerrado, no podía respirar. Yo en ese momento sentía que me moría.
―Pero es mi cumpleaños―
Ah si. Olvidé mencionar que ese día cumplía veinte años.
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―Feliz cumpleaños― Chillo Tenten abrazándome con fuerza en el corredor de la universidad.
Yo sonreí sin ganas correspondiendo su abrazo. Me dolía horrores la cabeza, tenia los ojos hinchados y la garganta me ardía. Yo se que mis amigas me miraron con lástima.
¿Quién carajos te hace llorar en tu cumpleaños?
―¿Qué haremos esta noche?― Pregunto la castaña, engancho su brazo al mío y el otro lo paso por el de Hinata que se mantenía callada en esta conversación.
―Si fuera por mi me metería en la cama todo el día― Dije en voz baja, la castaña bufo a mi lado.
―Sakura― Me reto Tenten cuando salimos al campus de la Universidad, yo solo deseaba no cruzarme con Sasuke, viéndome así ―Ni se te ocurra llorar por él― Chillo.
―Todo se va a solucionar ― Susurro Hinata metiéndose en la conversación por primera vez ―Ya sea para seguir o no― Y esa última posibilidad hizo qué los ojos se me humedecieran ―Lo que pase será siempre para mejor― Recito apretando mis manos entre las suyas.
Yo sonreí a modo de agradecimiento y escuche el grito de mi mejor amigo cuando se aproximo a nosotras y me abrazo con fuerza levantándome en el aire.
―Feliz cumpleaños, Sakura― Chillo Naruto al bajarme ―¿A dónde iremos a festejar? ―
Tenten sonrió con sorna cómplice con el rubio. Yo solo podía ver esos ojos negros al otro lado del campus observarme con tanto odio.
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Esa noche Naruto nos pasó a buscar a las tres por la casa de Hinata. Fuimos como siempre aquel bar en el medio de la ciudad llamado Apology y yo desee con todas mis fuerzas que Sasuke se apareciera como la última vez para volver conmigo.
No lo hizo.
―Que los cumplas feliz― Chillaron Naruto y Tenten al mismo tiempo.
Chocaron sus vasos con el mío y el de Hinata y yo me bebí todo el vaso de vodka con pomelo.
―Alguien tiene sed― Se burlo de mi el rubio.
Yo sonreí y me encamine a la barra por otro trago. Serian cerca de las cinco de la mañana cuando sentí mi móvil vibrar en mi bolsillo, lo quite despacio evitando que se cayera y perderlo en el gentío.
Mis manos temblaron al ver su nombre en la pantalla.
Feliz cumpleaños* Sasuke.
En realidad mi cumpleaños había terminado a la medianoche. Había comenzado llorando en su departamento y había acabado bebiendo en este bar pero en esas veinticuatro horas él no me felicito. Ni cuando estaba de rodillas en su casa pidiéndole por favor que no me dejara, ni cuando lo cruce en la universidad la mañana siguiente.
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―¿Qué haces aquí?―
Preguntó observándome en la puerta de su departamento. Apenas empezaba a amanecer y yo había cambiado el rumbo del taxi una vez deje a la castaña en su casa, al departamento de Sasuke.
Él siempre sabía cuando iba a venir porque parecía estarme esperando.
―Me enviaste un mensaje―
―De feliz cumpleaños― Contestó con simpleza levantándose del sillón, solo la luz de la televisión ilumina el lugar ―No era para que vinieras―
Yo me sentí tan estúpida al oír esa frase. Él no quería volver conmigo.
―Lo siento― Susurre apretando aquel juego de llaves entre mis manos, sabía que debía devolvérselas pero no quería ―¿Me voy? ―
Él negó con la cabeza y se aproximo a mi. Paso de largo y cerro la puerta con llave. Se acomodo detrás de mi pasando ambas manos por mi cuello.
―Aun no te haz quitado el collar― Comentó al notar que aún traía puesto ese regalo que me dio aquella navidad en lo de sus padres.
Esa noche fue la primera vez que conocí al verdadero Sasuke Uchiha. No entiendo como pude seguir con el después de eso.
―Quédate―
Ah si. Por qué lo amaba.
Me dio vuelta de prisa y me apretó de la cintura para besarme. Yo en ese momento olvide que la noche anterior me había echado de su casa de madrugada, me había tenido que quedar en la entrada de su departamento hasta que amaneció y luego tuve que esperar a las ocho de la mañana que mis padres se fueran a trabajar para poder entrar en mi casa a ducharme e irme a la universidad
―Te quiero―
Él sonrió. Ya lo sabía. Él sabía exactamente lo que sentía por él. Por eso hacía lo que se le diera la gana conmigo. Me soltó encaminándose al sillón y se sentó a allí clavando esos ojos negros en mi.
―Ven― Me ordeno.
Yo obedecí y me arrodille entre sus piernas. Lo vi sonreír de lado cuando se bajo el pantalón pijama y el bóxer y su miembro erecto se alzó ante mí vista.
―Chúpalo―
Yo asentí y lo tome con mi mano derecha. Lo metí despacio a mi boca y lo succioné entre mis labios y mi lengua. Él gimió apoyando su mano derecha en mi cabeza y me indicó el ritmo que quería que siguiera. Yo lo hice. A mi el sexo oral no me agradaba mucho pero si él lo estaba disfrutando entonces lo haría.
Yo solo quería quitarme ese sentimiento de perdida y angustia que tenia en mi pecho desde la noche anterior en que me había dejado. Yo solo quería volver a la normalidad.
―Vamos al cuarto― Le pedí sin hacerlo acabar, él bufo cuando deje de chuparlo.
Asintió tomando mi mano y nos guio al dormitorio en penumbras. Cerré los ojos cuando me recostó en la cama y me quito la ropa.
―Sasuke― Gemí cuando sentí como su húmeda lengua pasaba alrededor del pezón y lo mordía despacio con los dientes.
―¿Te gusta?― Murmuro metiendo dos dedos en mi vagina, yo asentí y lo observe llevárselos a la boca y chuparlos.
Sonrió acomodándose entre mis piernas y me penetro, yo gemí tan alto cuando lo sentí por completo dentro de mi.
―Quiero que hagamos un juego― Susurro apoyando su frente sobre la mía y me embistió muy despacio.
―¿Qué juego? ―
Él sonrió al darse cuenta que había accedido sin decirlo. Apoyo su ante brazo izquierdo en el colchón para aguantar su peso y paso la yema de sus dedos de la mano derecha por mis labios acariciándolos, bajo despacio hasta mi cuello y lo envolvió con la mano. Yo abrí más las piernas si era posible cuando empezó embestirme con más fuerza y la cama chocó repetidamente contra la pared.
―Sasuke― Me queje al sentir la falta de aire, abrí la boca y lleve una de mis manos a su brazo para que me soltara.
Él no lo hizo.
―Di mi nombre― Me ordeno entre embestidas.
―Sasuke―
Sus dedos se clavaron con más fuerza en mi cuello al punto de no permitirme respirar. Yo sentía que en cualquier momento iba a desmayarme, había enterrado mis uñas en su antebrazo y aun así no me soltaba.
Mis paredes vaginales se contrajeron atrapando su miembro y sentí ese líquido tibio derramarse dentro de mí. Las embestidas se hicieron menos potentes y más suaves y el agarre en mi cuello descendió.
―Ah, Sasuke― Me queje tosiendo mientras él salía de mi.
Lleve mis manos a mi cuello mientras me sentaba en la cama y tosía. Ese estúpido juego dejaría una marca en mi piel.
―Estás loco― Chille respirando profundo, sentía como poco a poco recuperaba todo el aire perdido.
Él largo una risa baja sentándose a mi lado, acaricio mi mejilla y quito mis manos de mi cuello para poder acariciarlo.
―La falta de aire aumenta el placer― Murmuro contra la moreteada piel de mi cuello y paso su lengua despacito.
―Casi me matas―
―No lo haría― Contesto con simpleza.
Me obligo a verlo a los ojos y me beso mientras me recostaba de nuevo en la cama y se acomodaba sobre mi.
―¿Estás enojada?―
―No―
―Lo estás― Aseguró y sentí como se excitaba de nuevo y acariciaba mis labios vaginales con la punta de su miembro ―Te cogeré como te gusta ahora― Dijo mientras me penetraba despacito ―Te voy a hacer el amor como te gusta― Aclaro.
Yo sonreí.
Al otro día desayunamos juntos y me llevo a mi casa. No volvió a llamarme o contestar mis mensajes en todo el fin de semana. En lo que quedaba del sábado y todo el domingo le envié un total de cincuenta y tres mensajes, no me contesto ninguno. El lunes a la mañana le volví a escribir. Me clavo el visto en WhatsApp.
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―Sasuke― Lo llame
Él detuvo la marcha para esperarme y yo me acerque de prisa. Estábamos en el campus de la Universidad. Yo tendría que estar hace veinte minutos en mi clase pero preferiría correr detrás del Uchiha.
―¿No contestaste mis mensajes? ― Dije en voz baja, no quería que sonará a reproche ―Quería saber si íbamos a venir juntos a la universidad―
Después de todo antes de separarnos él siempre pasaba por mí a mi casa y veníamos juntos.
―¿Por qué lo haría? ― Comentó sin siquiera mirarme, yo lo mire confundida ―Sakura― Susurro con una sonrisa ―Fue solo sexo. No volvimos―
A mi se me formó un nudo en la garganta. No podía hablar. No podía hacer nada más que mirarlo como una idiota sin entender que quería decirme.
―Yo creí― Susurré y sentí que en cualquier momento comenzaría a llorar.
―Yo no quiero volver contigo― Comentó serio frente a mi, su perfume me mareo cuando se acercó aún más haciendo rozar nuestros cuerpos ―Quiero que me devuelvas las llaves de mi departamento―
Yo asentí sacándolas de mi mochila y se las entregue, una corriente eléctrica atravesó mi brazo cuando él me las quito de las manos.
―Adiós, Sakura― Dijo marchándose y dejándome sola en el patio de la universidad.
Yo me quedé inmóvil observándolo entrar a su edificio, él ni siquiera volteó a verme.
En ese momento sentía que me moría, se me cerro el pecho, el corazón me latía tan rápido, las manos me temblaban y no podía parar de llorar y gimotear. Ese sentimiento es muy difícil de explicar, es angustia, tristeza, es vacío. Es la pérdida total de sentido común y amor propio. Es el sentimiento de que nada en tu vida esta bien y nunca volverá a estarlo.
Apreté las manos muy fuerte clavando las uñas en las palmas intentando calmarme, fue en vano, yo no podía respirar. El aire no entraba a mis pulmones. Mi pecho subía y bajaba, sentía las lágrimas bañar mi rostro y el temblor se extendió por todo el cuerpo.
―Sakura―
Fue Naruto quien me encontró así
―Sakura ¿Qué te pasa? ― Chillo asustado.
―No puedo respirar― Susurre.
Fue Naruto quien me llevo a emergencias ese día, me pasaron un calmante y nos explicaron que había tenido un ataque de ansiedad. Me dieron pase al psicólogo.
No pensaba ir.
Fue Naruto quien esa tarde me acompaño a tomar un café en la cafetería del hospital. Fue Naruto quien me abrazo y me dijo que todo iba a estar bien.
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―Sasuke― Susurre abriendo la puerta de mi casa.
Él me miró unos segundos antes de abrazarme.
―Lo siento― Murmuro y me apretó más fuerte contra su cuerpo
Yo hacía tres días no iba a la universidad, desde mi ataque de ansiedad.
No le había dicho nada a mis padres y le había pedido por favor a Naruto que no se lo dijera a nadie ni siquiera a Hinata.
―¿Estás bien? ― Me pegunto mirándome a los ojos no dejo de abrazarme.
Yo continuaba de pie en el mismo lugar con los brazos inertes a cada lado de mi cuerpo y en ese preciso momento solo podía observar las manchas húmedas en su remera color roja que le había dejado mi cabello mojado
―Si―
Volvió a abrazarme.
Fue Naruto quien le contó de mi ataque de ansiedad.
―Todo va a estar bien, Sakura―
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