Algo que pocas veces he admitido de forma abierta es lo mucho que me ha venido gustando estar al frente del escenario, viendo al público más de cerca, interactuando con ellos, saltando y danzando al ritmo de la música. En gran parte por ello seguí los pasos de Yui-chan y me lancé como solista, así como he arreglado las canciones de la banda cuyas letras son de mi autoría para que tengan la mínima cantidad de teclados posible.
Honey Sweet Tea Time fue la primera canción que compusimos planeada para que yo fuera la voz principal, algo que se mantuvo al empezarla a tocar en vivo. En principio, tocando en Live Houses, bares y otros escenarios, no tenía la necesidad de moverme de mi lugar al lado de la batería, pero la situación cambió cuando empezamos a tocar en sitios más grandes. Las primeras veces me mantenía en mi sitio tras los teclados, pero comentarios en las redes sociales nos hicieron notar que querían verme más de cerca.
En principio los complacimos poniendo un teclado extra al frente del escenario a la hora de tocar esa canción. Por esos días surgió nuestra regla de "quien escribe la letra canta la canción" como una estrategia de Ricchan para que Mio-chan fuese la vocalista principal de la banda al ser entonces la que mayor cantidad de letras escribía. Vi en eso una oportunidad para tener más canciones con mi voz y me reté a mí misma a escribir algunas letras. Admito que copié el estilo de Mio-chan, pero era inexperta y tardé un poco en hallar mi estilo.
Curiosamente la primera canción de HTT que no tuvo teclados no fue una composición mía, hablando de la música. Yui-chan, Azusa-chan y Mio-chan fueron quienes compusieron esa canción, aunque estuvo algún tiempo dando vueltas por ahí sin concretarse, hasta el día en que presenté una letra que escribí con esa música en mente. A las chicas les gustó tanto que insistieron en que la cantara en el siguiente concierto, algo a lo que no pude negarme.
Admito que estaba nerviosa. No pude crear ninguna parte de teclado para esa canción, por lo que sería la primera vez que solo iba a cantar. Presenté la canción como un experimento que estábamos haciendo, y durante la introducción y la primera estrofa estaba fuertemente aferrada a mi micrófono y su base. Durante el precoro comencé a sentirme más segura, y para el primer coro comencé a moverme por el escenario, interactuando con mis compañeras y con el público. Y comenzó a gustarme esa sensación de libertad sobre el escenario.
Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas. En más de una ocasión he tenido algún que otro traspié que, por suerte, no ha tenido grandes consecuencias. El más delicado ocurrió recién en nuestra gira promocional de The Fourth Tea. Durante una de mis canciones, di un salto sin medir mi fuerza, doblándome el tobillo izquierdo al caer. Las chicas dejaron de tocar y fueron a auxiliarme. El dolor era intenso y ni siquiera podía apoyar el pie en el suelo. El equipo de paramédicos me revisó, descartando alguna lesión de gravedad, por lo que nuestra gira no se vería comprometida.
Mientras que Yui-chan y Azusa-chan estaban tocando un par de canciones acústicas, Mio-chan me preguntó si podría continuar tocando. El dolor había menguado un poco gracias a los analgésicos que los paramédicos me dieron, pero seguía sin poder apoyar el pie. Respondí que mientras estuviera sentada no tendría ningún problema. Una vez se le comunicó eso al staff, acomodaron mis teclados para ese fin y el concierto continuó sin problemas adicionales.
Desde entonces he estado siendo más cuidadosa a la hora de estar al frente del escenario. No quisiera ser alguien más en la banda tenga un accidente que la deje sin poder tocar por algunos meses como le pasó a Ricchan hace unos años.
