Heriberto camino en dirección a su habitación, había sido un día agitado y al parecer debía hacer las maletas, el viaje a se había adelantado, los Robles si o si querían matar a su padre, por consiguiente ellos también eran parte de los posibles muertos, no temía morir, hace mucho tiempo ya había matado a alguien, no creía que iría al cielo nunca, no en el mundo que habían nacido, era un Casillas y la muerte lo acompañaría siempre, era inútil escapar de lo que sería si o si, como hombre nunca podría salir de ese mundo, su hermana por otro lado, tenia la oportunidad de una vida mejor alejada de todo ese mundo y se aseguraría de ellos, su madre tenía una visión muy corta de la vida, creyendo todas las mentiras de su padre, miro su habitación, no tenia muchas cosas en ella, ya que no pasaba tiempo en esa casa, la mayor parte de sus cosas estaban en el rancho del abuelo, al parecer su madre o una de las empleadas había guardado su ropa, mejor para él, se quito su ropa y se metió en la ducha para lavarse un poco, aunque sabia que la sangre no se desaparecería nunca de sus manos, se miro en el espejo, tenia 16 años, casi 17 y ya era un asesino, le dio su mejor sonrisa posible a su reflejo y se despidió apuntando con sus dedos.

Antes de viajar decidió comer un poco, en la cocina encontró a su abuela, era una mujer delgada de ojos azul/verde, de piel blanca, bastante alta.

-abuela-saludo con una sonrisa.

-mijo-saludo doña Alba, abrió sus brazos para abrazarlo de inmediato- ¿Cómo estas mijo? –

-siempre bien abuela-contesto Heriberto con una sonrisa mientras apretaba con un poco de fuerza a doña Alba.

-pero como has crecido mi niño-se apartó la mujer para apreciar a su nieto, mirando su cara, su postura, había vivido mucho y era una mujer de armas tomar-ya te has convertido en todo un hombre-no lo dijo como un alago sino con algo de pena.

-este mundo es así abuela-sonrió Heriberto-pero no tiene algunas carnitas, chilaquiles o algo para comer, hace mucho que nos vemos-

-pues claro mijo, te preparare enchiladas para que compartamos antes de que tengas que irte de viaje-

-a gusto abuela, te ayudo-

-como crees mijo, deja yo lo hago-

-déjame ayudar abuela, así tenemos algo que conversar-recargo su cabeza en el hombro de su abuela mientras esta lo envolvía con uno de sus brazos mientras una lagrima escapaba por sus ojos, se la limpio de inmediato para que no la viera su Beto.

-te parecer a tu apa-acaricio su espalda y se dedicaron a preparar las enchiladas.

Conversaron de varias cosas mientras preparaban la comida, mas que nada la carne para rellenarlas, las tortillas su abuela las preparo en minutos, apenas se sentó a comer comenzaron a conversar sobre las ocurrencias de su padre de operarse la cara, Doña Alba, estaba muy preocupada por la vida de su hijo.

Como disfrutaba de la comida y el tiempo con su abuela no tenían idea las demás personas, la mirada de comprensión y apoyo que le daba Doña Alba era única.

-te pareces tanto a tu abuelo cuando nos conocimos, éramos unos chiquillos y la vida nos obligo a crecer muy rápido, no teníamos mucho, primero vino tu apa y luego Víctor, tu abuelo se metió en los mismos negocios que tu papa, pero era muy bueno para el tequila y termino muriendo en una de las tantas balaceras en las que se vieron enfrentados, no te puedo pedir que no sigas los mismos caminos que tu apa y tu abuelo, mucho menos si te crio Don Cleto, pero no caigas en el vicio mijo-tomo la mano de su nieto mientras le daba una sonrisa-ni en la mujeres-agrego.

-si abuela, siempre atento-

-abuela-llamo una niña pequeña de cabello castaño claro, peinado en una trenza, delgada, con un pijama rosado completo, que se acercó de inmediato a su hermano-Beto-saludo mientras este la abrazaba.

-mira no más como has crecido Rutila, ya estas toda una mujer o no abuela-

-pues claro, ya está muy grande-

-no tan grande como para que no me puedas cargar-regaño la pequeña mientras el pelinegro se separaba de la mesa.

-tienes razón, entonces acompáñame para que podamos comer de las enchiladas de la abuela-acomodo a su hermana en su pierna y comenzaron a comer un par más de enchiladas que les puso la abuela en el plato.

-crees que podre llevar a muñeco a donde vamos Beto-

-no creo Rutila, iremos en un avión y muñeco no se sentirá muy cómodo, lo mejor será que lo dejes al cuidado de la abuela y cuando vengamos a verla podrás ver como a crecido-

-podemos abuela-pregunto la pequeña.

-pues claro que sí, le daré mucha comida para que cuando lo puedas ver este enorme y puedas montarte sobre el-aseguro Doña Alba.

En otra parte del Rancho, Víctor estaba teniendo una leve discusión con su ardiente esposa, Matilde, una mujer colombiana de un cuerpo despampanante además de sexy, piel morena con cabello café brilloso y ojos muy claros.

-y tu alístate-comento Chacorta mientras Matilde lo besaba-en cualquier momento tienes que salir con los morritos y la Ximena-

- ¿con la Ximena? -pregunto con molestia y Víctor asintió- ayy no papasito, ¿no hay otro avión para mí? -

-Cálmate princesita, pues claro que no hay otro avión-

-papasito, porque no piensas lo que te dije, el gobierno no te quiere a vos, sino que, a tu hermano, haceme caso-de ahí la charla continuo sobre el porqué Víctor no se hacía cargo del negocio mientras dejaba que encarcelaran a su hermano, pero él le aseguro que nunca traicionaría a su hermano, la cirugía de su hermano era el momento y situación propicia para matar a su hermano y hacerse cargo del negocio, la idea comenzó a tomar fuerza sobre Chacorta.

Heriberto tomo en sus brazos a su hermana que se había dormido mientras conversaba con la abuela y el luego de comer enchiladas, la cargo hasta su habitación prometiéndole a Doña Alba volver para compartir un tiempo más con ella, mientras escuchaban música en su radio.

Llego luego de que su papa intentaba convencer a su abuela de irse con ellos, se notaba que Aurelio estaba triste por no poder llevar a su madre con ellos.

-yo no pude convencerla mijo, haber si tienes mejor suerte-los ojos de Aurelio estaban tristes mientras tomaba el hombro de su hijo.

-es igual de necia que nosotros apa, si se quiere quedar lo mejor es que algunos hombres se la lleven para su casa, no vamos a poder convencerla-

-hazle caso a tu hijo Aurelio, lo mejor es que yo me vuelva a mis tierras y me quede allá-

Aurelio miro a Heriberto y luego a su mama- ta bueno, así sabre que estas a salvo, le diré a José que prepare una camioneta para que puedan llevarte ama-

-está bien mijo-

-yo le diré a mi padrino-comento Heriberto mientras salió de la cocina.

- ¿A dónde hay que llevar ese dinero? -pregunto José a Chacorta que estaba controlando la situación.

-lo que puedan lo suben a la camioneta, lo mandan a la casa en Cuernavaca y lo que alcance lo queman-ordeno el Casillas.

- ¿vas a quemar todo ese dinero Chacorta? – pregunto José.

-y que quieres que haga, que se lo deje a los Robles, ¡órale! -ordeno enérgico Víctor.

-o podríamos enterrarlo padrino, o esconderlo en los establos debajo de la paja de los corrales, los Robles no quemaran el lugar y si lo hacen también quemaran el dinero que es lo que quieres-sugirió Heriberto que caminaba hacia él.

Chacorta lo miro-andas bien crecidito no chamaco, cuestionando las ordenes de tu padrino-

-aprendiendo tío, del abuelo y de ti, mi apa es muy llevado de su idea, pero tú siempre ordenas a la gente y eso hay que aprenderlo siempre-

-ta bueno pues-asintió Chacorta mientras miraba a su ahijado-pero es la ultima vez que le escucho hablando mal de su apa-ordeno.

-si no le decimos nosotros quien le va a poner un alto, que por poco se muere por la pendejada de la tal Lucia-

-aja-asintió Victor-ya escucharon, lo que sobra lo entierran bien profundo y no se note o lo meten debajo de la paja de los establos-los hombres asintieron-¡pa luego!-los hombres se movieron más rápido.

Chacorta miro a su ahijado mientras lo tomaba con el brazo.

-nos saliste bien aguja mijo-alago- ¿hace cuanto que le tienes montaba vigilancia a tu apa? -

-desde hace un tiempo padrino, el abuelo me ha dejado manejar un poco de sus negocios, ya sabes de la marihuana y eso-caminaron mientras conversaban-tengo varios conocidos que se criaron cerca del rancho del abuelo, algunos hijos de trabajadores del abuelo y los contrate, nos entrenamos con los hombres del rancho y aprendimos un poco, luego los mande a seguir a tus hombres, para ver cómo se movían, como los ordenabas, además si podían ayudarlos a ustedes significaba que estaban haciendo bien su trabajo, mi mama insiste en mantenerme apartado de este mundo pero es lo que somos ¿no?, no quiero que un día me encuentren y me maten para enviarles un mensaje, no soy pendejo padrino, aquí vive o muere el más astuto-

Chacorta escucho todo lo que dijo su ahijado con detenimiento.

-antes de hoy, ¿te habías quebrado a otros vatos? -

-a los 12-Victor se detuvo cuando escucho la respuesta medio incrédulo-el abuelo me prohibía jugar con las pistolas como tú, pero uno siempre anda de pendejo-Chacorta recordó cunado había reprendido a su ahijado por ponerse a jugar con sus pistolas-aprendí muy bien lo que hacían, cuando usarlas y cuando no, pero aun tengo que aprender todavía, cuando volvamos a Mexico me gustaría que me enseñaras, quiero dedicarme y aprender del negocio mientras ustedes puedan enseñarme-

- ¿y crees que el Aurelio te dejara o la Ximena? -

-hace mucho tiempo padrino que mi apa o mi ama no tienen mucho que ver conmigo, ya tengo el permiso del abuelo y con su apoyo o no, ya estoy metido en esto, de esto salgo con los pies en un cajón-

-tu crees que vas a volver de chamaco-

-no porque mi apa se cambie la cara dejaremos de estar en un cartel padrino, despistar a la policía si con una nueva cara, pero no creo que los socios que tengan les importe mucho eso, seguiremos siendo los mismos-

- ¡Chacorta! -llamo Aurelio con un grito para saber dónde estaban.

-vamos a ver ahijado, entiendes lo que es esto y si todo resulta como tu crees te voy a enseñar, lo hiciste bien pero aun tienes que aprender más, pero abusado mijo-Chacorta apoyo a su ahijado, no había nada que ocultarle y lo conocía desde morillo, también sabia como cambio cuando se fue por que había causado problemas con el Aurelio y sus infidelidades, su ahijado había acudido a para contarle cuando vio a la Matilde rondando al Aurelio, el chamaco era leal y eso le gustaba a Víctor.

- ¿Qué paso? -pregunto Victor a su hermano.

-me hablaron los colombianos, ya saben del decomiso-

-vas a sacar a esa familia-

-no hombre, no hare nada-miro a Heriberto-Espérame en el estudio que tengo que pedirte algo-

-ya se de que va esto apa-el menor de los Casillas miro a Aurelio-de las 6 toneladas de Coca que te mando Escobar-

- ¿Quién te dijo? -Aurelio y Chacorta lo miraron.

-yo tengo mis fuentes-aseguro Heriberto-solo hay que saber dónde escuchar-

-mira mijo no me vengas con pendejadas y hazme caso-Aurelio elevo la voz.

-o que-desafío Heriberto, Aurelio le dio un solo revés con su mano y Heriberto sintió el peso del golpe.

-no me faltes el respeto pendejo-

-me vas a enviar de nuevo con el abuelo-Heriberto se trago su miedo y dolor, dio un paso hacia su padre y lo miro hacia arriba-ya soy un hombre, no me creo todas tus mentiras apa, que ibas a cambiar y la chingada, las promesas a mi ama, te salve de morirte por andar empiernado con una pendeja-

Víctor tomo el hombro de su ahijado mientras lo retenía-me apartaste de mi apa y mi hermana para seguir con tus encamadas, de mi padrino también-

-mira mijo…-

-ya soy parte de este mundo, de tu mundo Aurelio Casillas, soy un Casillas, nieto de Anacleto Letrán, uno de los capos más grandes de México, desde el día en que nací ya estaba metido en este mundo, si voy a trabajar contigo y aprender de ustedes dos, deben tenerme confianza, ¿no les probe que estoy listo para esto cuando te salve? – miro a su padre y luego a su padrino.

-por eso no llamaste a Chacorta cuando supiste que me habían tendido un cuatro-reconoció Aurelio mientras Chacorta asentía.

-me siguen viendo como un morrillo, tenia que demostrarles que podía, tenían que saber quien era Heriberto Casillas Letrán-

Los hermanos Casillas se miraron entre sí.

-esta listo Aurelio, hay que enseñarlo, pero sabe que hacer, nosotros empezamos unos años antes, ya esta corriendo balazos, tendremos que ver más adelante como es para los putazos-

-tu ama no estará contenta con esto-

-ya le inventaras alguna mentira, siempre has sido bueno con eso-

-ya estuvo mijo-Aurelio le dio un ligero golpe en la cabeza y luego revolvió su cabello-sabía que tenías bien puestos los huevos mijo, pero saliste igual de canijo que tu apa, acompáñame al estudio, vamos a hablar de negocios-

Miro a Victor-trucha con el bisnes-

Caminaron hasta el estudio de la casona.

-entonces mijo, ¿cuento contigo para que protejas a nuestras mujeres en lo que los alcanzo? -

-ya sabes que si apa, con dos condiciones-aseguro Heriberto, Aurelio lo miro a asintió-la primera, que dejes que mi padrino me enseñe mas sobre peleas y como hacerle a la seguridad-

-y la segunda-

-que me aceptes como tu socio-Aurelio lo miro-quiero que me des un porcentaje de la merca que se estes moviendo, así lo hago con el abuelo, me da un 10% de toda la marihuana que produce y yo me encargo de ir moviéndola-

-eso esta más complejo mijo, sabes que si te meto ahora al bisnes tendré que rendirle cuenta a algunos socios y enemigos, eso ya es otro nivel-

-por eso apa, un pequeño porcentaje de la merca que mueves tu que me la des para yo moverla o te la compro mas barata y la voy distribuyendo, quiero ir de a poco aprendiendo y teniendo experiencia-

Aurelio escucho lo que dijo su hijo, era un buen modo de ir enseñándole, si Don Cleto el mismo hombre que lo guio en el mundo del trasiego ya le estaba confiando un porcentaje de sus negocios a su chamaco era porque estaba viendo el potencial de su hijo, tenia cabeza para el negocio y los huevos, había que ponerlo a prueba entonces.

-ta bien mijo, lo de aprender de tu padrino esta bien, lo del bisnes tengo que hablarlo con el también, una vez que estemos todos en veremos todo eso, pero primero voy a ver si eres capaz de cuidar las posesiones mas valiosas que tengo, a tu ama y a tu hermana-

-cuenta conmigo apa-

Aurelio estaba sentado asumiendo su posición de poder y saco de su cintura una Colt 1991, muy brillante, se notaba que tenia diseños y partes muy valiosas-esta me la dio tu abuelo cuando tenía quince años, desde entonces nunca me separe de ella-la desplazo por el escritorio.

-gracias apa-acepto Heriberto, pero también se llevo la mano a la espalda y saco una Heckler & Koch USP 0.40, completamente oscura-el abuelo también me dio una Colt, pero me gusto mas esta-Aurelio la tomo y la miro mientras la apuntaba-menos retroceso y puedo colocarle un silenciador, en no puedo correr balas como acá-

-es más liviana también, ¿cuántas balas dispara esta madre? -

-doce en el cargador, una en la recamara-

-esta buena-

-es buena apa-

-ta bien mijo-

- ¿está muy complicada la cosa apa? -

-si mijo, pero ya se va a arreglar, tu encárgate de proteger a las mujeres-

-bueno apa, entonces voy por mis cosas-

-arre-

Heriberto se retiro del despacho mientras se acomodaba su pistola en la cintura y seguía caminando, José y el resto de los hombres estaba moviendo el dinero, eran muchísimos dólares los que tendrían que ocultar.

-oye José, voy a tomar unos 6 fajos para llevarlos para el viaje, me dijo mi apa, si no los ocupamos te los voy a devolver para que no haya broncas va-

José miro a Heriberto-bueno Heriberto, espero que no me mintieras sobre la lana-el mismo le entrego 6 fajos al muchacho que los guardo en sus bolsillos y se fue rápidamente a su pieza, metió el dinero en la mochila entre medio de su ropa y se puso su mochila, para ir a encontrarse con su mama.

Mientras tanto el rancho estaba siendo rodeado por al menos unos veinte o veinticinco hombres de los Robles, comandados por un ex soldado del ejercito Israeli, apodado el Loco, todos portaban armas de grueso calibre, las mas comunes, AR-15 y AK-47; todos fusiles de asalto.

Mónica y Guadalupe estaban esperando al lado de las camionetas Chevrolet Suburban oscuras, el hermano del medio estaba ansioso por asesinar a Aurelio, mientras Mónica recordaba sus encuentros íntimos con el mencionado anteriormente.

Víctor estaba con Matilde, siempre había cierta tensión entre ellos, por otro lado, Aurelio estaba con Ximena conversando mientras Rutila dormía, Heriberto vio esa escena y noto que estaba sobrando en ella por lo que se dirigió a la cocina para ver si aun estaba Doña Alba en ella, camino tranquilamente hasta que noto movimientos extraños afuera, se acerco a la ventana lentamente y vio como derribaban a uno de los hombres encargados del perímetro.

-los Robles-murmuro mientras se alejaba de la ventana y sacaba su arma, de inmediato la dejo en el mesón y se quito la mochila para sacar los cuatro cargadores de repuesto que tenía, además del silenciador, se metió una recarga en cada bolsillo de su chaqueta, mientras atornillaba el silenciador a la pistola, algunos hombres más se movían por las afueras, lo mejor era alertar a su padrino y a su papa.

Mientras se movía hacia la salida de la cocina los balazos comenzaron, lamentablemente no tenía demasiada cobertura, pero si otra salida, conto al menos unos 10 hombres, al menos unos 6 eran de los Robles, que disparaban rápidamente a los hombres que estaban para protegerlos.

Se pego a la pared y entre los disparos abrió fuego, al tener silenciador su posición no se delataría de inmediato, apunto a la cabeza de uno de los enemigos de disparaba con un AK-47, tomo aire para regular su respiración, empuño el arma con dos manos, la diestra en el gatillo y la zurda para controlar el blanco, dos disparos después, dos hombres estaban en el piso muertos con una bala calibre 0.40 respectivamente, se movió de inmediato no confiando que no seria visto, al otro lado del marco de la puerta, entre los disparos no supieron de donde vinieron los que derribaron a dos de sus hombres, El Loco no fue tan descuidado y busco de inmediato el perpetrador de los disparos, lamentablemente el lideraba el asalto y cuando miro hacia la entrada de la cocina recibió un disparo preciso en la cabeza, específicamente en su nariz, que se destrozó y la bala penetro en su cerebro arrasando con todo a su paso, su dedo en el gatillo acciono la AK-47 y una ráfaga de balas impacto cerca de los muros de la cocina, Heriberto ya se estaba moviendo pegado a la pared, con una mano en la pistola y la otra sosteniendo su mochila; siempre mirando hacia adelante y hacia atrás, tan pegado a la pared que parecía fundirse con ella, apenas llego a otra habitación apago la luz, podía escuchar entre los murmullos las ordenes de su padre para que se agacharan, le quedaban 9 balas, llego hasta el borde la nueva habitación y su entrada cuando vio a dos hombres que se acercaban por el pasillo principal, se acomodo para cuando vio desde la otra entrada del pasillo a su padre caminando decidido, Aurelio estaba por hablarle cuando Heriberto levanto la mano, luego bajo tres dedos e indico hacia el pasillo principal.

Aurelio asintió, mientras se pegaba a la pared y Ximena con Rutila se quedaba detrás del, tenia que ponerse a cubierto, el estaba actuando como escudo para su mujer e hija.

-papá no me gusta ese ruido-se quejo Rutila sin saber que había delatado a su padre, los ojos de Aurelio se abrieron de sobre manera al igual que los de Heriberto, los hombres ante la voz de una niña comenzaron a disparar en esa dirección.

- ¡Aurelio! -grito Ximena asustada mientras abrazaba a Rutila, antes que siquiera Aurelio considerara hacerle frente a los hombres que no dejaban de disparar Heriberto se movió mientras Aurelio lo miraba, no apunto a la cabeza esta vez, por suerte los hombres no estaban separados, la primera bala atravesó a uno en el pecho y al otro en el brazo, la tercera bala no fallo y entro directo en su pecho, nuevamente las armas se dispararon solas en ráfaga mientras Heriberto soltaba un ultimo disparo y saltaba hacia su escondite nuevamente

-quedan 5 balas-se repetía Heriberto mientras intentaba controlar su respiración y adrenalina, no era su primer tiroteo, pero si era quizá el más importante, Aurelio saco la cabeza de inmediato mientras apuntaba hacia el pasillo principal, los dos hombres estaban en el suelo regando el piso con su sangre.

Detrás del apareció un hombre vestido de vaquero, era de los suyos, de su misma estatura con un sombrero blanco, camisa roja, chaqueta negra, jeans y botas, además de una AK-47.

-patrón-llamo el hombre mientras Aurelio se volteaba a verlo, luego miro hacia donde se suponía que estaba Heriberto, lo encontró con su mochila puesta, respirando agitadamente mientras sostenía su arma con ambas manos listo para seguir disparando.

-vámonos hijo-indico Aurelio mientras tomaba en sus brazos a Rutila, se colocó la pistola en la cintura nuevamente, la pequeña se tapaba sus oídos y Ximena lo seguía de muy cerca-protégenos-le indico a su hombre que asintió caminando listo detrás de ellos, Heriberto iba al lado del cubriendo por delante también a Rutila listo para disparar-no se despeguen de mi-

- ¡Aurelio! -llamo el Chacorta que caminaba hacia el decidido, acompañado por Matilde y José, que también portaba un AK-47, Heriberto nuevamente estaba en la esquina pendiente y apuntando, estaban bien cubierto al menos-están por todos lados, nos tienen rodeados-

-malditos Robles, me la van a pagar-gruño Aurelio.

- ¿Qué hacemos patrón? -interrogo José-la gente se la está rifando, pero no creo que aguanten-

-si ya entraron no hay otra más que salir, pero aquí no nos morimos-

-Aurelio, el túnel-indico Chacorta.

-váyanse, ya los alcanzo a ustedes-indico Aurelio a su familia, todos se movieron en esa dirección menos Chacorta, Aurelio y el hombre que le cuidaba la espalda-tu ve por el piloto-le indico.

- ¡ahí vienen patrón! -grito y abrieron fuego contra tres hombres, tomaron a dos desprevenidos, pero uno logro escapar y cubrirse.

-¡vámonos!-

Por la entrada de los túneles ya se movía José, Matilde, Heriberto, Rutila y Ximena.

- ¡hágale! ¡hágale! -apuraba la morena-venga que te ayudo con la niña-intento tomar a Matilde pero Ximena la detuvo.

- ¡no! ¡no!, la niña se va conmigo, cuidado-intento apurar Ximena a Rutila-vamos Rutila-

Heriberto al ver lo lento que irían tomo a su hermana desde el trasero y la levanto mientras mantenía su arma lista en la mano derecha, Rutila se abrazó de inmediato a su hermano.

-¡apúrense!-alentó Heriberto mientras bajaba más rápido y aumentaba la velocidad del grupo.

El mudo, otro de los hombres de Aurelio los estaba esperando en la salida del túnel, los hermanos Casillas los alcanzaron en las escaleras que daban al pateo del rancho, mientras tanto un hombre advertía a los hermanos Robles que el rancho ya estaba por caer, se desordenaron al no contar con la dirección del Loco.

Heriberto seguía con Rutila en sus brazos mientras avanzaba rápidamente, el mudo iba liderando el grupo- ¡pegados al muro! -indico el Casillas menor mientras todos le obedecían y los balazos seguían pasando por sobre sus cabezas- ¡donde está la abuela! –

-el niño fue por ella-indicaba Aurelio que llegaba detrás de ellos mientras se movían acompañado por su hermano, José y su guardaespaldas-no te preocupes, nos van a alcanzar en la pista, ábranse que yo los cubro-

Avanzaron pegados al muro siguiendo a Aurelio, Heriberto al no ver gente adelante del hasta unos arboles muy grande y gruesos acelero el paso trotando con Rutila en su brazo, con toda la tensión y adrenalina corriendo por su cuerpo no sentía el peso de su hermana, los demás al verlo moverse tan rápido hacia los árboles también aceleraron el paso.

Al lado de las suburban Guadalupe y Mónica estaban discutiendo, si hubieran estado atentos no abrían perdido la oportunidad de acorralar a los Casillas, pero era más importante estar viendo quien era el que mandaba.

Detrás de ellos el fuego no se detenía ni ellos tampoco, Heriberto corrió a todo lo que podía mientras Rutila no lo soltaba y ni siquiera miraba el camino, Aurelio se quedó junto con Chacorta, Jose y el guardaespaldas para darles cobertura, Ximena, Matilde y el mudo se esforzaban por seguirle el paso a Heriberto que no se detuvo hasta llegar a una motoniveladora que estaba estacionada, se pego a la rueda cubriendo con su cuerpo a Rutila mientras apuntaba para ver como estaba todo, adelante los Robles estaban disparándole a los demás del grupo que se movían, por suerte no tenían buena puntería.

-mantente pequeña si-indico Heriberto mientras Rutila asentía, de milagro la llanta de la motoniveladora la cubría por completo, es decir tenia un escudo de acero sólido, José se acomodo en la rueda delantera y Aurelio con Chacorta lo siguieron.

-Aurelio debemos llegar a esos aviones a como dé lugar-indico Chacorta- péguense-indico al resto del grupo- ¡vámonos! -Aurelio comenzó a disparar nuevamente al igual que José mientras el grupo cruzaba hasta un grupo de cemento próximo, el primero en salir a toda velocidad fue Heriberto mientras todos lo seguían, balas pasaron cerca de sus pies, pero ninguna dio, apenas estuvo cerca del muro se arrojó girándose para recibir el impacto mientras Rutila, no lo soltaba, detrás del llegaron todos los demás a excepción de Aurelio y José.

Chacorta los cubrió, la carrera de Heriberto fue tan rápida y tan sorpresiva que ni siquiera lo apuntaron, solo dispararon y entre cubrirse de las balas que los amenazaban no les dio el tiempo.

Al otro lado del muro ahora era Chacorta quien tenia que darles fuego de contención- ¡vamos Aurelio, yo los cubro! –

Aurelio se movió rápidamente mientras Guadalupe y Mónica intentaban derribarlo, solo las balas que disparo José, evito que muriera en su carrera, sumada a las de Chacorta que dejo de disparar apenas su revolver quedo vacío.

José recibió un impacto de bala en la pierna y siguió disparando mientras los demás corrían, Heriberto al frente acompañado por Aurelio, el mayor de los hermanos no soltaba a su hermana, a pesar de lo cansado que se sentía su brazo.

-Corre hijo, corre-alentaba Aurelio, mientras Ximena, Matilde, el mudo y Chacorta los seguían.

-se nos escapan-informo uno de los hombres los Robles.

-van pa` la pista-aseguro Guadalupe-que no se escapen ¡órale! – indico mientras dos hombres se montaban en la camioneta e iban tras ellos- a ese lo quiero vivo, lo vamos a interrogar-José desearía haber estado muerto.

Heriberto llego hasta el avión y dejo a Rutila en el piso mientras recuperaba el aliento-papá-

Llamo de inmediato la pequeña a Aurelio-si hija, ya estamos a salvo, mudo, súbela al avión-

-si patrón-

Ximena le hizo prometer a Aurelio que el los seguiría en el otro avión, Matilde se despedía entre besos de Chacorta, mientras tanto Heriberto veía como llegaba corriendo el niño sin su abuela.

- ¿Dónde está mi abuela? -pregunto de inmediato mientras quitaba el silenciador de su pistola, lo guardaba mientras sacaba cargador y lo guardaba en su bolsillo para cambiarlo por otro, seguía teniendo una bala en la recamara, no tenía miedo a usarla.

Chacorta a bordo de inmediato al Niño-la señora no quiso venir-

- ¡¿Qué?! -gruño Chacorta mientras le daba un uppercut al diafragma- ¿Cómo que no quiso venir? ¡Eres pendejo o que, como dejas solo a mi ama? –

-mierda-gruño Heriberto- ¿voy contigo o me voy con las mujeres? –

-las mujeres hijo-ordeno Aurelio y Heriberto se subió al avión de inmediato mientras metía la pistola en la mochila-protege a la abuela papa-

-si mijo-el mudo de inmediato se montó en la avioneta que ya partía - ¡Mudo!, te encargo a mi familia, si algo les pasa me respondes con tu vida-

-no se preocupe patrón-

El avión despego mientras los Robles les disparaban un poco, pero vieron como Chacorta y Aurelio se volvían a la casona, todos volvieron para encontrarse con los Casillas, los demás hombres de los Robles se juntaron donde habían partido y se prepararon para acabar con los Casillas, pero estos pasaron en una camioneta, 4x4, Chevrolet, cabina simple, roja, a toda velocidad con Chacorta en el asiento de copiloto, un hombre de los suyos al volante, doña Alba en el centro y Aurelio en la carrocería disparando con dos AR-15 a quien se les pusiera por delante.

El destino de la avioneta era Houston, el turco (Ali Benjumea), sería el encargado de ayudarlos con los papeles y todo lo relacionado con la legalidad de su viaje, mientras tanto Matilde y Ximena seguían discutiendo sobre sus relaciones y más estupideces, Heriberto tenía los ojos cerrados, pero no podía dormir, recordando todo el pasado momento de combate, siete disparos fueron iguales a cinco muertos, los últimos dos casi lo matan, pero logro salvarse, le quedaban cuarenta y una balas en caso de tener que defenderse en Houston.

-se van a callar-Heriberto abrió los ojos mientras Matilde lo miraba ofendida y Ximena sorprendida-no me interesa quien se acostó ahora o antes con mi papa, ni al mudo ni al piloto, Matilde por una vez cierra esa boca y deja a Rutila en paz que no tiene porque saber los temas de los adultos, ama, tienen todo el tiempo que van a estar juntas en Houston para seguir peleando entre ustedes-se enderezo y abrió su mochila para sacar un Walkmann con audífono, se inclinó mientras lo encendía-ven Ruty-coloco los auriculares en los oídos de su hermana y le puso a reproducir, eran canciones típicas que escuchaba la abuela, baladas, corridos, entre otras cosas-ahí está bien-Rutila asintió mientras cerraba sus ojos, buscando distraerse.

-por si no puedes cerrar la boca en todo el viaje-gruño Heriberto.

-no que muy bravo Betico-pero no hubo respuesta del muchacho, por el resto del viaje las mujeres siguieron en un duelo de miradas ocasionales, incluso Matilde intento revisar la mochila de Heriberto pero apenas intento moverla se encontró con el agarre férreo del Casillas y una mirada igual de intensa.