Capítulo 3.

Instrucciones: Escuchar: Beach Boys - Wouldn't it be nice

Creo que ella no lo recuerda. Pero la primera vez que la vi, ella tendría unos seis años a unos cuatro meses de cumplir los siete, estaba colgada de las cortinas de una de las ventanas de una casa de 3 plantas, ella estaba en la tercera, la niña más bonita que había visto, rizos rubios, ojos verdes y una sonrisa espectacular.

Ese día fue mi cumpleaños número 12 y mi tía Elroy me había comprado una bicicleta all mountain, así que mi mejor idea fue probarla y recorrer el barrio, que estaba situado en una colina, me alejé un poco y fue así como la vi. Después de eso quise saber más de ella, felizmente Thomas, la conocía, su nombre era Candy.

Siempre intentaba pasar por su casa para verla, no me atrevía a hablarle, hasta que ella tomó la iniciativa... poco a poco fui viendo cómo se convertía en una preciosa adolescente, y yo quería que ella me aceptara, que fuera mi novia, quería que el tiempo pasara rápido y casarme con ella. Pero ella no me aceptó, se lo pedí en las vacaciones de Navidad, ella me dijo que solo me veía como un amigo, eso me rompió el corazón, pero por otro lado lo entendía, ella era todavía muy joven, seguimos siendo amigos y nuestra amistad era cada vez más profunda, aunque no perdía ocasión de insinuarle que seguía enamorado de ella, recuerdo la vez que cumplió los 14, estábamos sentados en la acera, apoyados en la pared de la casa de Jimmy hablando de cualquier tontería de adolescentes, hasta que ella se puso de pie, yo hice lo mismo y aproveché el movimiento para fingir que perdía el equilibrio, dejando a ella recostada en la pared y yo con un brazo estirado por encima de su hombro derecho, apoyando mi mano izquierda en la pared y ella en el medio, quise robarle un beso, me acerqué lentamente hacia sus labios y le pregunté si ya me iba a decir que sí, pero ella me esquivó, sonrió, aprovechó que era pequeña y se escabulló por debajo de mi brazo, salió corriendo.

Era la segunda vez, así que di por terminada mi insistencia y me lié con Eliza, una guapa pelirroja con cuerpo de infarto, o al menos eso me decían mis amigos, pero yo no lo apreciaba, es decir, reconozco que es guapa, pero Candy era lo que yo necesitaba. Cuando Candy por fin me aceptó me hizo el hombre más feliz del mundo, me sentía completo... la extraño, sé que no he hecho las cosas bien, que he puesto distancia entre nosotros y no le he aclarado el por qué... ¡Joder! siento un golpe en la cara, otro en la nariz...

- ¡Pero qué cojones! ¡Anthony! ¿Qué te pasa? ¡¿Es que te has vuelto loco?!

- Eres un imbécil Albert, ¡no te la mereces! ¡Te dije que le dijeras la verdad! ¡No lo has hecho y ella sufre!

Otro golpe esta vez en la espalda, y en el estómago. No le respondo porque siento que me lo merezco... pero recuerdo las imágenes del parking de la facultad y sale mi ira contenida, así que peleo con Anthony hasta que aparecen Archie y Stear y nos separan.

- Albert, Candy no se merece que la trates así, ella te ama, y está sufriendo por lo que haces... (dijo Archie)

- No creo que sufra tanto estando en los brazos de Terruce.

- ¡¿Cómo te atreves?!... (dijo Stear)

Esta vez fue el pacifico Stear que se lió a golpes con Albert. Anthony y Archie intentaron poner calma a una tensa situación, y es que no solo eran amigos, eran familiares (aunque eso fuera un secreto "familiar").

- Albert, eres tan patético que no te das cuenta de nada, definitivamente no te la mereces... Candy se puso a llorar porque Eliza dijo que tú te habías decidido por ella, y que en breve anunciarías vuestro matrimonio... Candy no sabe nada de ti desde hace días, y lleváis distanciados semanas... le has roto el corazón, y lo único que hizo Terruce fue tratar de consolarla y llevarla a casa... Y tú ¿qué hiciste? ir al comedor, coger a Eliza de la cintura y salir juntos... todos lo vimos, ¿cómo crees que se siente Candy? Has puesto su nombre en boca de todos.

- No puede ser, Archie... ella estaba...

- No más excusas Albert, deberías confiar más en ella... como ella ha confiado en ti a pesar de la distancia que le has impuesto (dijo Anthony rotundo).

- Nos vamos, pero te pedimos que hagas lo mejor para Candy (dijo Stear)

Candy... No puedo evitar que las lágrimas me invadan, es la primera vez que siento que estoy destrozando a alguien, y para colmo es la persona que amo, lo único bueno que tengo en el mundo... Candy no puedo estar contigo, no te merezco... no, definitivamente, tú no mereces estar con alguien como yo, ni con las responsabilidades ni con los dilemas a los que me tengo que enfrentar todos los días... Tengo que ser fuerte... hacer lo mejor por ti... para ti.