Capítulo 11.
Instrucciones: Escuchar: The Black Keys - Fever
Ver a Patricia con esos pantalones negros ajustados y el top blanco resaltando un maravilloso escote ha sido la visión más espectacular que he tenido en los últimos meses. Sí, Patricia y yo hemos estado saliendo, aunque es un secreto que no estoy seguro poder mantener por más tiempo. No soporto ver como otros la miran, ella es mía, solo mía.
Que apareciera Flammy ha sido la excusa perfecta para desaparecer, así no dejamos solo a Anthony, y por lo que veo los dos están bastante entretenidos.
- Dos copas de vino y una cerveza por favor (pidió Patty al encargado que no paraba de devorarla con la mirada)
- Patricia, ven (la cojo de la cintura posesivamente)
- Pero Stear, nos pueden ver...
- Me da igual. Deja eso, pago yo. ¡Hey chicos! ¡Os invito unas copas! ¡Salud! (les dije a un grupo que andaba en la barra, me lo agradecieron brindando por la guapa castaña que me acompañaba, eso me enfureció más)
- Stear no nos podemos ir.
- Sí, sí que podemos (la cogí de la mano y la saqué del reciento)
Nos fuimos al aparcamiento, entramos en mi coche, tenía que aclarar las cosas con Patty, este silencio que ella me ha impuesto, no lo aguanto más.
- Amor, sé que prometimos darnos un tiempo para ver si lo nuestro funcionaba, y que por eso era mejor no decirles a nuestros amigos que somos pareja, para no afectar a la dinámica del grupo si al final nuestra relación no tenía futuro... pero llevamos saliendo ya seis meses y yo te amo Patricia, no puedo seguir ocultándolo, no puedo seguir viendo como otros te ven con deseo y yo no poder reclamarte como mía, porque eres solo mía.
- Stear...
- Shhh pequeña... Sé que tenías dudas porque cuando era un niño me gustaba Candy, pero eso fue hace mucho tiempo, y era solo eso: un niño... tú... solo a ti te veo como mujer, como mi mujer.
Besarla es como dibujar una maravillosa obra de arte, es suave y delicada... pero yo necesito más... Así que empiezo a desvestirla, beso sus maravillosos grandes senos, sus perfectos pezones, su estrecho abdomen y bajo a su monte venus, quiero más... más de ella... Patricia me empieza a desvestir, me quita los tirantes de los pantalones y se me ocurre una de las mejores ideas que he tenido jamás, ato sus manos con uno de los tirantes y la sujeto al asidero de la puerta, dejándola completamente inmóvil, disfrutarla así es increíble, termino por quitarle los pantalones, verla arquearse, ver como sus senos suben y bajan, sé que desea que la penetre, está totalmente humedecida, ella está lista para mí.
Hago a un lado su pequeño tanga y entro en un solo movimiento, ella ahoga un grito, y empieza a moverse siguiendo mi ritmo. Escucharla jadear es música para mis oídos, sentir como está cada vez más húmeda, hace que mi miembro se endurezca más, y ella es tan estrecha, las embestidas son más profundas hasta que ambos llegamos al orgasmo. Me recuesto a su lado, la desato con cuidado y le doy un masaje a sus delicadas muñecas.
- Patricia te amo, no puedo esperar más, pensaba hacer esto después del Festival, y hacer algo más romántico, llevarte a las islas, pero necesito respuestas... ¿Deseas casarte conmigo?
- Stear pero, oh por favor que precioso, tiene un zafiro, el color de tus ojos... ¿Un zafiro? Pero... No entiendo ¿cómo pudiste comprar algo tan caro? No debiste, no era necesario Stear.
- Patricia no me has respondido... ¿es que no me amas?
- Claro que si Stear, te amo y acepto ser tu esposa, pero confía en mí, este anillo no tiene sentido.
- ¿Estas lista para escuchar mi historia?
- Stear... me asustas.
- No te asustes Patty jamás permitiría que nadie ni nada te haga daño. Eres lo más importante para mí. Pero creo que ya es hora que sepas porque Albert dejó a Candy.
