Capítulo 14.

Instrucciones: Escuchar: Damien Rice: My favourite faded fantasy

Todavía recuerdo el día en que te vi por primera vez. Tu padre había fallecido hace dos años y yo tenía que hablar con la Sra. Elroy, las negociaciones con los Campbell se habían complicado y era necesario que la heredera se hiciera cargo de la Presidencia al cumplir la mayoría de edad.

Cuando te vi, quedé completamente prendido de ti por tu belleza, eras... eres realmente hermosa, tus ojos verdes eran... son increíbles... quedé totalmente fascinado por tu forma de ser, tu valentía, querías hacer honor a tu apellido, y demostraste desde el principio una fortaleza tremenda. Mi visita tenía que durar solo 3 días, pero al final convencimos a tu tía Elroy de que era imprescindible instruirte en todo lo relacionado a los negocios de los Andrew... mi estancia se prolongó 3 meses.

Hablábamos de todo y de nada, me encantaba verte cuidar el jardín, las rosas son más hermosas desde que tú las cuidas... Perderme en tu mirada, sentir como te acercas lentamente a mí... te robé un beso y me correspondiste con vehemencia... el primero de muchos. Pero tenía que regresar a Edimburgo, había detalles que cerrar antes de tu presentación como matriarca del Clan Andrew. Odié el día en que me fui, no solo por tener que dejarte sino porque supuso el fin de lo nuestro.

Cuando recibí la invitación de tu boda con el Capitán Brown, quise creer que se trataba de una broma de mal gusto, hasta que mi secretaria abrió las puertas, los socios exigían una explicación, no se les había informado de las condiciones de tu boda... y yo ¿qué les iba a decir? yo no sabía nada... quería gritar, estaba perdiendo a la mujer de mi vida, ¿qué pasó en estos 6 meses para que te casaras con alguien que no era yo? quería golpear a todos, intentaban que te casaras con Campbell, un hombre casado que sin reparos dijo que se divorciaría ese mismo día con tal de casarse contigo.

Mi mente trabajaba a mil por hora, la realidad era que yo no tenía tanto poder como para protegerte de ellos... tenía que dejarte ir Rose... estarías más segura con él. Así que sin más, descargué mi frustración con la mesa, mis nudillos estuvieron a punto de sangrar, pero sirvió para que los miembros de la Junta Directiva se callaran de un maldita vez.

- Los términos de la boda han sido ya registrados por la sede principal, las transacciones hechas y las cláusulas firmadas. Sólo queda que se realice formalmente la transferencia de la gestión de la mitad de la flota del Capitán Brown, que se realizará apenas los novios firmen las actas matrimoniales. ¿Podemos retractarnos? Sí, pero nos costaría el 50% de las ganancias del año en curso. Los Andrew no están dispuestos, y entiendo que vosotros tampoco. Si no tienen nada más que decir me retiro.

Estuve perdido sin ti Rose, realmente perdido... pero cuando te casaste y vi ese brillo en tus preciosos ojos verdes, te casabas enamorada de él... lo sé... jamás me miraste de aquella forma.

Te mudaste a Edimburgo y yo desparecí, claro que lo hice... no podía seguir viéndote en las oficinas... cuando me enteré de tu embarazo, entendí que no había marcha atrás... así que cuando nació Anthony fui a la mansión a presentarte mi renuncia, no podía más. Pero mis planes no se llevaron a cabo, al tocar la puerta esperé un poco más de lo habitual, pero no me importó... en absoluto, gracias a ellos conocí a la mujer que cambió todo.

- Buenos días señor, ¿a quién busca?

- ...

- Oiga... ¿se encuentra bien señor?

- ...

- ¡Sam! Un señor en la puerta no me responde.

- Señor Johnson, disculpe... ¡Dorothy discúlpate ahora mismo!

- ¿El se-señor George Johnson? ¡Oh por dios! lo siento mucho.

- Sam, no la vuelvas a gritar.

- Sí señor, lo siento.

- Dorothy he venido a conocer a Anthony, avisad a Rosemary por favor.

- Enseguida señor

Mi corazón supo ver la diferencia, Rosemary, estaba deslumbrado por ti, pero ella... me siento irremediablemente atraído por Dorothy, quiero abrazarla y protegerla, quiero acariciar su cabello rojo como el fuego que me hipnotiza sin pretenderlo, quiero escuchar su voz dulce cerca de mi oído, ella despierta todo en mí, mis instintos más básicos pero también algo que nunca había sentido ¿es amor?

Al principio me costó un poco que me viera como su amigo, pero después todo fue como lo esperaba, me aceptó como su novio, y yo le iba a proponer matrimonio. Era el hombre más feliz del mundo, sí... pero otra vez el destino me arrebataba lo que quería.

Habíamos ido a un concierto de Damien Rice en Glasgow y ella tomó más de lo debido, me pidió que la llevara a mi departamento. Cuando llegamos me sorprendió con un beso apasionado, la cogí en mis brazos y sin dejar de besarla, la llevé a mi habitación, verla desnudarse frente al espejo fue increíble, recorrer su cuello con mis labios lentamente, oír sus gemidos, no me resistí a tenerla, besé sus pezones, los mordí ligeramente y empecé a descender... cuando de pronto, ella me apartó bruscamente... se dirigió hacia una de las estanterías... y en cuestión de segundos se acercó a mí y me dio una bofetada, sus ojos reflejaban dolor y las lágrimas no tardaron en salir, cogió sus cosas y se fue.

Me quede en shock, no entendía que había podido pasar, hasta que me di cuenta, Dorothy había visto una foto: el día que partí a Edimburgo me regalaste una foto en la que nos estábamos besando, detrás de nosotros el jardín de rosas, siempre lleva esa foto en mis viajes, hasta el día que recibí la invitación a tu boda, ese día cogí el marco y lo lancé contra la pared, el cristal estalló en mil pedazos, el marco se rompió y los tiré a la basura, pero la foto permaneció ahí olvidada, ¿por qué no me deshice de ella? no lo sé... Solo recuerdo que puse la foto boca abajo, y la dejé ahí olvidada... sin darme cuenta de la inscripción de atrás "Te quiero George, Rosemary", esa inscripción que jamás leí, la leyó Dorothy.

Traté de hablar con Dorothy pero no hubo forma, desistí, lo di por perdido, y decidí no involucrarme sentimentalmente con nadie más, no volvería a arriesgar nada por ninguna mujer. Así que para no tener malos entendidos con nadie, solo participaba en tríos, y solo con morenas o castañas, no quería a ninguna rubia o pelirroja en mi vida... Hasta ayer.

No puedo seguir así Dorothy, te amo, esta vez me vas a escuchar, te amo y no pienso perderte. A ti no. Volveré a Edimburgo a por ti. Me levanto de la cama, una ducha rápida y me visto de prisa, salgo de la habitación, recorro el pasillo que lleva al salón y me detengo completamente. Candy está en la puerta de la entrada viendo la misma escena que yo: Albert con una toalla en la cintura delante de Susana y Eliza, ambas desnudas encima de la mesa del comedor (tal y como las dejé ayer). Eliza se percata de la presencia de Candy y besa a Albert, Susana también la ha visto y hace lo mismo. Veo la cara de desconcierto de Albert y como él se aparta. Pero Candy ya se ha ido.

Ambas empiezan a reír... y Albert se ha percatado de mi presencia, no vi venir el primer golpe... me lo merezco, sé que la situación de Albert y Candy es difícil y mi fantasía con aquellas dos ha echado a perder una posible reconciliación.

- La he visto George, por el reflejo de los cristales del aparador, gracias. Acabo de perder definitivamente al amor de mi vida.