Gracias Elizabeth por el comentario, es verdad, no lo va a tomar bien.
Chicas miles de gracias por leerme, esta historia ya llega a su fin, quizá más tarde suba otro capítulo. Este fic acaba el domingo. Que tengáis todas un bonito fin de semana. Un abrazo.
Capítulo 27.
Instrucciones: Escuchar: Franky Flowers: The bay
Me desperté con un dolor de cabeza terrible, la primera imagen que vino a mi mente fue Flammy. Y luego la pelea con Terry. Recordaba que decidimos quedarnos a ver el atardecer y al regresar la animé a galopar, necesitaba saber si ella estaba bien, tenía que buscarla. Intenté levantarme pero no podía, me di cuenta de que no sabía en dónde estaba, aunque obviamente parecía un hospital, pero ¿en cuál? ¿quién me trajo?
- Anthony despertaste.
- Candy ¿dónde estoy? ¿qué hago aquí?
- Estas en el hospital Santa Juana, yo he estado contigo todos estos días, yo...
- ¿Qué pasa Candy?
- No quería que estuvieras solo cuando vieras las noticias.
Acto seguido encendió la TV, la prensa se hacía eco del compromiso del magnate William Albert Andrew y de la heredera de los Campbell, Flammy Hamilton. Mi mundo se vino abajo. Pedí a Candy que no comentara a nadie que había despertado y que hiciera lo que fuera para que las visitas fueran restringidas. Con la ayuda de Michael, pudieron prohibir la entrada a mi habitación.
Michael me explicó que había estado en coma durante dos semanas, que por suerte no me había roto nada, solo me había dislocado un par de huesos, los cuales ya estaban en su lugar, y que la inflamación de la zona de las cervicales, que no me permitía movilizarme con normalidad, ya estaba remitiendo, mi lesión era temporal. Y con rehabilitación podría acelerar el proceso de recuperación. Michael era parte de un grupo de investigación que se enfoca en las causas de las enfermedades y no en tratar solo los síntomas. Se centran en el estilo de vida de las personas y cómo influye en la aparación de las enfermedades. Pero también estudian cómo mejorando las condiciones a las que nos exponemos (alimentación, ejercicio y meditación) se puede acelerar la recuperación de pacientes con lesiones físicas traumatológicas. Hice la rehabilitación que me propuso siguiendo todas sus indicaciones, y con ayuda de Candy en tres semanas ya había recuperado la movilidad, estaba recuperado al 100% y preparado para afrontar el compromiso de mi tío y de la que yo creía era mi novia.
Durante esas tres semanas Candy y yo nos apoyamos mutuamente, Candy sabía que yo amaba a Flammy, y yo que Albert y ella eran el uno para el otro, no entendía nada. ¿Cómo era posible que Albert se comprometiera de la noche a la mañana con mi novia? Candy lloraba todos los días, y yo intentaba consolarla, pero era inútil, los dos estábamos destrozados. Candy no entendía por qué Albert en realidad se llamaba también William, no entendía por qué nos ocultó su identidad, y yo no podía contarle nuestra historia, mientras Albert siguiera siendo el Presidente del Corporativo, Candy seguía en peligro. Yo no podía posponer más tiempo mi regreso, así que hoy saldría de dudas y exigiría lo que por derecho de nacimiento me correspondía.
Fui a la mansión de Edimburgo, tenía que hablar con mi madre, era de noche cuando llegué al portal de las rosas, las farolas iluminaban el camino a casa, llovía intensamente, bajé del coche y vi que una pareja salía de la mansión en dirección a la terraza, al subir por las escaleras, los reconocí: eran Flammy y Albert, cogidos de la manos, ambos muy sonrientes, hasta que se percataron de mi presencia, ella palideció.
- Anthony... (dijo casi en un susurro)
Se desmayó, William intentó detenerme pero no pudo evitar que la cogiera en brazos, ignorando a mi tío, la llevé a mi habitación. Observarla dormir ha sido siempre mi hobby, es hermosa, realmente hermosa, iba a besarla, pero despertó y yo fui muy injusto con ella, lo sé, y me odio por ello.
- Así que conseguiste el anillo familiar, te queda bien.
- No es lo que tú piensas Anthony, yo lo hice para protegerte y para ayudar a Candy.
Le di una bofetada.
- Escúchame bien (la obligué a mirarme a los ojos) jamás te atrevas a volver a nombrar a Candy.
Escuchar su llanto me destrozó el corazón. Albert entró inmediatamente a la habitación y me miró con odio.
- No te la mereces.
La cargó en brazos y se la llevó, sería la penúltima vez que la vería.
Al salir ellos, mis padres entraron, sus semblantes mostraban reprobación y preocupación, quisieron explicarme lo ocurrido, pero mis celos me cegaron y simplemente les exigí que se cumpliera con lo estipulado en las actas de su matrimonio, que al cumplir yo los 21 años tendría derecho a que se me entregara la mitad de los bienes de los Brower y la mitad de las acciones de mi madre que provenían del Corporativo Andrew. Mi capital se multiplicó e inmediatamente la prensa entendió que al morir mi madre yo sería el Jefe del Clan Andrew. Sin darme cuenta firmé mi sentencia de muerte.
Convoqué una Junta Extraordinaria y asumí la vicepresidencia a los pocos días. Albert seguiría siendo el Presidente del Corporativo hasta que mi madre falleciera, ella seguía teniendo voz y voto en todas las decisiones, además de ser la única que podía delegar el papel que por derecho le correspondía, ella era oficialmente la condesa de Dysart, matriarca del clan Andrew, y por supuesto tenía el respaldo de George, tía Elroy y Colin Campbell, los votos suficientes para que respaldaran su decisión.
George, Archie y Stear intentaron persuadirme, intentaron impedir que me presentara en la sociedad como heredero natural de los Andrew, intentaron que entendiera lo imprudente que sería, no les escuché, me limité a pedirles que me dejaran tranquilo, que sabía lo que hacía. ¡Qué equivocado estaba! Todos intentaron explicarme lo ocurrido, incluso Tía Elroy, pero no lo permití.
- ¡Si se trata de Flammy Hamilton no quiero saber nada!
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Mi primera reunión con los primeros inversores que había conseguido por mi cuenta, había terminado, decidimos invitarlos a comer para celebrar el gran acuerdo al que habíamos llegado, bajamos en el ascensor y al salir escuchamos alborto, unos encapuchados habían entrando al hall del edificio, así que intenté guiar a mis acompañantes hacia la salida auxiliar, pero no pude dar un solo paso, los encapuchados se dirigían a mi, tarde me di cuenta de que su intención era matarme, ellos estaban preparados para disparar. Unas AR15 amenzaban a los empleados y a nuestros clientes obligándoles a no moverse, a no interferir, otra AR15 me apuntaba directamente a mí, en el último segundo apareció Flammy, se lanzó sobre mi, caí al suelo y todo pasó muy rápido, y a la vez en cámara lenta vi como miles de balas atravesaron su cuerpo hasta que se desvaneció. Huyeron.
Mi cuerpo reaccionó e intenté presionar las heridas, intenté parar la hemorragia. Grité sin control, exigí a los empleados que llamaran a un médico, que se pidiera una ambulancia.
Te pedí de mil formas que despertaras, no lo hiciste. Te sostuve entre mis brazos pidiendo un milagro, pero no ocurrió, te abracé con desesperación, te di un último beso. George se acercó a mi, me cogió de los hombros y arrastras me alejó de ti, para siempre. No volvería a abrazar tu cuerpo, no volvería a besar tus labios. Te enterramos en Finmmark, como tu querías, estás seis metros bajo tierra, tan lejos de mi, y todo por mi culpa.
Quería quedarme contigo, pero no podía, tenía que regresar a Escocia, haría lo que fuera por dar con los responsables, y hacer justicia con mis propias manos, juré vengarte. Pero antes quería rememorar todo lo que vivimos juntos, así que ahora estoy en Escocia, donde te conocí, sentado en la bahía donde te hice mía, recordando tus ocurrencias, tus risas. Estuve semanas aquí, el sonido del mar me relajaba y la brisa me trasmitía paz. Te veía en la playa jugando con las olas, las imágenes eran tan nítidas, pero a medida que yo avanzaba hacia ti, tú te alejabas, tu imagen día a día se empezaba a desintegrar.
Te echo de menos Flammy. Echo de menos nuestros días en el Festival de Primavera, los días en mi casa, los días que recorrimos Escocia juntos, tus locuras y... jamás te olvidaré. Siempre te amaré, solo a ti, yo existo solo para ti. Es hora de regresar, esta vez tu sacrifico valdrá todo.
