TWO HEARTS IN A FISHBOWL
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
...
Capítulo 1. El lugar correcto sin importar sus defectos.
Sasuke no estaba muy seguro de como habían convencido a su padre para que lo dejara hacer el viaje hasta el campamento sin ninguna compañía.
Después de todo, decir que gozaba de un mínimo de confianza en él por parte del hombre sería demasiado atrevido. Al menos haber tenido a su hermano mayor respaldándolo y ofreciendo argumentos a su favor para que, ya que había aceptado de "buena gana" pasar los próximos meses en ese lugar, al menos le dieran el beneficio de ir hasta allá solo, como él había pedido. A regañadientes su padre había aceptado, sin imaginarse que había una razón detrás de su pedido que lo enfurecería si estuviera al tanto de ella.
Cuando su familia le dio un ultimátum debido a su comportamiento del último año, Sasuke no pensó que en verdad lo cumplirían. Tampoco cuando dijeron que, o enderezaba su actitud o lo enviarían al campamento militar "Raíz". Y mucho menos creyó que se lo tomarían tan en serio como para que el responder con un inocente "no me interesa" en una conversación fuera suficiente motivo para enviarlo a ese lugar.
Sin embargo, Itachi tenía una debilidad enorme por su hermano menor, al que siempre defendía justificando su amargo carácter con el hecho de que era un adolescente de 17 años. Así que, cuando su padre llenó el formulario de inscripción a dicho centro de tortura, de alguna forma consiguió interceptarlo y destruirlo y, en su lugar, enviar uno al campamento que literalmente estaba al otro lado de la laguna.
El campamento "Atlantis".
Un centro para adolescentes mucho más amable y recreativo en el que lo tratarían mejor. Con un ambiente menos estricto y dedicado a la convivencia con la naturaleza.
Lo cual fue evidente para él, cuando llegó. Había varias cabañas distribuidas alrededor de los complejos principales, que intuyó eran el comedor y la oficina principal, amplias zonas de esparcimiento, frondosos y enormes árboles cubrían con sus copas el terreno, prometiendo resguardarlos del calor del verano y, en el horizonte, la cristalina agua de la basta laguna ofrecía una preciosa vista que tendría el privilegio de disfrutar lo que su estadía en ese lugar durara.
Mentalmente agradeció cien veces a su hermano por enviarlo ahí. Tenía el presentimiento de que podía disfrutar de ese lugar... siempre y cuando los demás campistas no lo molestaran.
En el patio principal ya estaban varios chicos y unas pocas chicas hablando animadamente, expectantes por las alegres vacaciones que les esperaban. A Sasuke nunca se le habían dado bien los tumultos, por más pequeños que fueran, por lo que se mantuvo a una distancia prudente de ellos, tirando sus dos maletas a su lado y tomando asiento en un tronco.
Se permitió observar a su alrededor un momento, queriendo analizar a los otros campistas con los que se vería en la obligación de convivir. Hasta ahora habían llegado solo 8 chicos, aparte de él y 4 chicas, en su mayoría estaban acompañados por sus padres, quienes debían irse en cuanto les fuera indicado. Solo esperaba que no tomara mucho tiempo porque necesitaba retirarse a descansar, el viaje había sido agotador y el calor lo estaba poniendo de muy mal humor.
—Bienvenidos al campamento "Atlantis", el perfecto edén para cualquiera con sentido común — una voz lo sacó de sus cavilaciones mientras se acercaba al grupo de personas que le esperaban. Era un hombre muy alto, de cabello platinado y rostro amigable —. Mi nombre es Kakashi Hatake, soy el director de este año y estoy muy contento de verlos. No sé ofendan nuestros fieles campistas de años pasados, pero me siento especialmente feliz de ver varias caras nuevas.
El hombre continuó con su discurso, hablándoles de varios aspectos del lugar, sus reglas, la organización y demás detalles que debía esclarecer antes de que los padres se fueran. Lo que le tomó, al menos, otros 20 desesperantes minutos, que el chico contó con una mueca de irritación mientras escuchaba al director y alternaba la vista entre su reloj de muñeca y un grupo de hormigas que trabajan a sus pies en el suelo.
Al menos luego de eso los padres comenzaron a despedirse de sus hijos y se marcharon tranquilamente. Fue entonces que, mientras los adultos salían del campamento, una figura entró a toda prisa inclinándose a todo aquel que se le cruzaba, apenada por el retraso. Sasuke le puso atención escasos dos segundos, pero luego regresó la mirada al grupo de insectos trabajadores con la misma expresión distante y aburrida con la que llegó. Ni siquiera levantó la mirada cuando la chica paso a su lado y se disculpó con él igual que como hizo con los demás.
—¡Muy bien chicos, acérquense! Voy a anunciar la distribución de las cabañas — obedeciendo, el Uchiha se acercó hasta donde otro organizador, quien anteriormente se había presentado como Iruka, los llamaba. Nuevamente reconoció la expectativa en los demás chicos, quienes alegres no dejaban de parlotear sobre su deseo de que les tocara un compañero agradable, cosa que lo irritó un poco pues no permitían hablar al hombre —. Ya ya, tranquilos... Como saben los organizamos en dos personas por cuarto, así que procuren llevarse bien, porque no hacemos cambios una vez que ya han sido asignados… Shino Aburame y Shikamaru Nara a la cabaña "Ramirezi", Naruto Uzumaki y Sai Shiranui a "Betta", Ino Yamanaka y Hinata Hyūga a "Rasbora", TenTen Ama y Temari No Sabaku a "Molly", Kiba Inuzuka y Choji Akimichi a "Danio", Sasuke Uchiha y Sasori Haruno a "Dorado" y por último Gaara No Sabaku y Rock Lee a "Platy". Bueno, ahora, en orden vayan a...
—Disculpe — una voz se alzó entre los demás alzando una mano y todos voltearon a verla. Era la chica que había llegado tarde, quien se abrió paso entre los demás para acercarse a Iruka —. Es Sakura... Sakura Haruno.
—¿Qué? — el organizador la miro desconcertado y rápidamente revisó su formulario, para después voltear al grupo de campistas, contando el número de chicos y chicas y, al comprobarlo, no pudo evitar que su rostro mostrará abierta mortificación —. Ay no...
—¿Señor? — la joven lo llamó afligida y ansiosa.
—Ven aquí cariño, iremos con Kakashi y resolveremos esto — Iruka medio intentó sonreír apenado para ella —. Creo que un gran error ocurrió aquí, pero no te preocupes, veremos qué podemos hacer... Pueden irse chicos ¡Bienvenidos!
Sin decir más, el organizador y la chica comenzaron a caminar hacia la oficina del director del campamento, para resolver lo que todos podían darse cuenta se trataba de una confusión con el sexo de la campista.
Los demás chicos se quedaron ahí parados un par de segundos, cuchicheando sobre la joven y el molesto embrollo en el que estaba, luego procedieron a marcharse a sus habitaciones.
Por otro lado, Sasuke se inquietó brevemente debido a la situación que se había desarrollado enfrente de todos, pues se suponía que esa chica (que al parecer habían registrado como chico) debió haber sido su compañera. Sin embargo, en vista de los hechos, lo más probable era que la cambiaran de cuarto, así que, con la positiva perspectiva de verse en una habitación para él sólo por el resto del verano, Sasuke emprendió su propio camino en busca de "Dorado".
Tomó sus maletas y tranquilamente comenzó a caminar, no sin antes darle una última mirada a las personas en la oficina, quienes, a través de la ventana, se veía que sostenían una estresante discusión.
Encontrar su cabaña no le tomó nada de tiempo, pues ya casi todos se estaban instalando en las suyas, asi que solo debía ir a la que quedara disponible. La encontró un poco alejada de las otras y era las más cercana a la laguna, ambas siendo ventajas que le gustaron bastante. Aunque, al entrar, toda su buena vibra respecto al lugar se vino abajo.
La habitación era más pequeña por dentro de lo que se veía por fuera. Solo cabía un escritorio, dos cómodas iguales y una litera. Suspiró audiblemente, bueno, al menos parecía un espacio apropiado para una sola persona, por lo que acomodó sus cosas en una esquina del suelo y se adentró revisando los techos y paredes para comprobar que tan resistentes eran. Itachi le había dicho que, además de ser un lugar con muchos años de servicio, era una zona propicia a tormentas algo fuertes, por lo que quería anticiparse a tener que soportar goteras o el crujido de madera vieja.
Al asomarse por la ventana, el chico no pudo evitar sonreír levemente, la laguna era en serio una vista muy linda y su cabaña estaba en primera fila para contemplarla. Ya podía imaginarse el espectáculo que suponían los amaneceres y atardeceres vistos desde ahí. Pero, un detalle que le pareció irónico fue que también podía apreciar a lo lejos el complejo militar del que se había salvado.
"Espero que cuando se dé cuenta mi madre esté ahí con él para calmarlo" pensó burlonamente, imaginado el rostro lívido de furia de su padre al saberse engañado por sus dos hijos.
—Hola... — una voz a sus espaldas lo hizo darse la vuelta. Era la chica de antes, quien, un poco apenada, lo miraba desde la entrada. Temerosa de pasar.
Sasuke le dio una rápida inspección. Ya la había visto cuando llegó, pero recién ahora se permitía verla a detalle.
Era muy linda.
El vestido de flores beige acentuaba su figura curvilínea y alta y, aunque usaba una gorra, de todas formas, podía notar los suaves rasgos de su rostro, como sus pómulos altos, la nariz pequeña, los labios carnosos y los grandes ojos verdes, asi como su largo y extraño cabello rosado. Algo que lo descolocó, sí, pero en menor medida de lo que lo hizo ver su maleta a un lado de ella.
—S-soy Sakura... — la escuchó presentarse mientras jugueteaba con sus manos en su regazo. Pero antes de que ella pudiera continuar o que él le respondiera, Kakashi llegó tras de ella.
—Sasuke, Sakura, primero que nada, permítanme extenderles una disculpa a ambos. Hubo un error con un formulario y lamentablemente no tengo más opción que dejarlos juntos aquí como se había planeado desde el principio — el peliplata soltó un ligero suspiro mientras se cruzaba de brazos y alternaba su mirada entre la cohibida joven y el antipático chico —. El padre de Sakura dio su autorización siempre y cuando los revisemos constantemente y llamamos a tu tutor, Sasuke, dijo que estaba bien. Que eras un chico confiable y no harías nada para molestar a tu compañera.
"Maldito Itachi" pensó con los puños apretados.
Aunque el director hizo una pausa, esperando que alguno de los dos dijera algo o aceptaran la resolución, no recibió más que un cortante silencio.
—Sé que podrá ser un poco incómodo, pero parte de la adultez a la que se están encaminando incluye anteponerse a situaciones desafortunadas como esta… — nuevamente nada, ninguno respondió o siquiera le dirigió una mirada —. En fin chicos, conózcanse, organícense y los veré más tarde en la fogata de bienvenida... Nos vemos.
Y sin más, el hombre le dio un pequeño empujón a Sakura para que por fin entrara y se marchó.
Sasuke permaneció en silencio, digiriendo la noticia que les acababan de dar. Realmente pensó que la última solución que le darían a la confusión del formulario sería dejar las parejas como estaban. De ser parte de los organizadores él hubiera buscado la manera de acomodarla en alguno de los cuartos de las chicas. No solo porque de esa manera aseguraba de la comodidad de ambos campistas, sino porque le parecía ridículo depositar tanta confianza en un par de adolescentes, esperando que convivan sin ningún problema a pesar de sus obvias diferencias biológicas y necesidades privadas.
La chica no dio ni un paso y desde su lugar se limitó a dar un rápido vistazo a la habitación. Luego regresó su mirada a él y la manera en que su aflicción se reflejaba en sus ojos de cordero hizo que Sasuke frunciera el ceño, enojado con ella por la situación en la que los había puesto con sus descuidos.
—¿Cómo es que alguien se equivoca en su nombre al llenar un documento? — preguntó ácidamente, haciendo saltar asustada a la chica, quien de paso se sonrojó de vergüenza. La voz del chico era grave y muy fría, como el amenazante ronroneo de una pantera.
—Ah y-yo... yo no lo llene — ella comenzó a explicarse tratando de evitar la oscura mirada del chico, quién parecía querer prenderle fuego de lo molesto que estaba —. Mi hermano lo hizo, él es Sasori Haruno, escribió su nombre en lugar del mío. En cambio, puso mi nombre donde iba el suyo.
—Que estupidez — gruñó, haciendo una mordaz mueca mientras se sentaba en el alféizar de la ventana.
—Y-yo de verdad lo siento Uchiha-san, pero no había más lugares disponibles para mi aquí y... — lentamente su voz comenzó a decaer, intimidada por la forma en que el chico se cruzaba de brazos, mirándola sin piedad —. Y volver a casa no es una opción.
—Pues es injusto que por tus errores o de los administradores yo deba ser castigado.
—¿Castigado? N-no, créeme, haré lo posible para no molestarte, soy una persona muy ordenada, no ocupo mucho espacio y no me meto con las cosas de otros — ella se apresuró a tratar de convencerlo, pero Sasuke ni siquiera se inmutó, manteniendo su hostil expresión, ante todo —. Además, prácticamente solo nos veremos aquí a la hora de dormir, estaremos cada quien por su lado afuera el resto del día.
—Sigue siendo una molestia para mi — en realidad no era como que pudiera hacer algo para echarla de ahí, pero de todas formas no pensaba mostrar aceptación por las circunstancias —. ¿Cómo sé que no mientes y en realidad eres todo lo contrario de lo que dices o qué tal si tienes hábitos nocturnos extraños? Sea como sea, compartir cuarto con una despistada no forma parte de mis planes este verano. No he venido aquí a pasármela mal por...
—¡Pues no tienes opción! — la chica lo interrumpió con una firme exclamación, entrando por fin en la cabaña, haciéndole frente y cruzándose brazos igual que él —. Honestamente esperaba un poco más de comprensión o cooperación de tu parte. Soy yo la que podría estar asustada de convivir con un desconocido que bien podría ser un pervertido — en su rostro, antes apenado y tímido, casi suplicante, se instaló una expresión totalmente contraria a como había estado hacia un par de segundos. Ahora sus ojos hervían en convicción y sus cejas se alzaban acusadoramente. — Pero hable con tu hermano por teléfono y me aseguró que estaría bien. "Porque eras gentil, respetuoso y sensible" así te describió. Pero, por cómo me hablas, creo que fueron mentiras.
¿Itachi le había dicho que era así? Bueno, era de cierta forma algo de esperarse viniendo de él, ya que siempre lo defendía a capa y espada, alabando sus pocas y mejores cualidades. Pero, aun así, teniendo como ejemplo la forma en que se estaba comportando en ese preciso momento, sentía que había exagerado demasiado.
No podía decirle a la chica pelirrosa que se retractara por llamar mentiroso a su hermano, ya tampoco tenía argumentos para defender sus palabras. Sasuke estaba haciendo la mejor gala de su carácter brabucón y falta de modales.
—O-oye no me grites. No pienso hacerte nada, pero entiende que me desgrada la idea de compartir habitación con una mujer — le respondió a la chica con un tono de voz menos seguro y bajándole dos revoluciones a la intensidad en su mirada.
—Lo sé, lo entiendo. Pero ya te prometí que no te molestare, así que... — ella seguía hablando con seguridad, decidida a no dejarse pisotear por ese grosero chico, sin embargo, su rostro volvió a tornarse ligeramente conciliador —. Por favor, por favor Uchiha-san, deja de mirarme así.
—¿Así como? — ni siquiera sabia que la estaba viendo de alguna manera específica.
—Como si te estuviera ofreciendo un arma y pidiéndote que te dispares a ti mismo...
—Pues exactamente así se siente lo que me piden tú y Kakashi — él no cedió y en respuesta la joven explotó de manera abrupta, alejándose y sacándose la gorra de un tirón para lanzarla al suelo.
—¡Bien! ¿Quieres que nos llevemos mal desde el día uno? Pues que así sea... — completamente furiosa, Sakura comenzó a sacar un juego de sábanas limpias de su maleta y las puso sobre el colchón superior, reclamándolo.
—Oye yo quería... — iba a decirle que él había querido ocupar esa cama apenas llegó, pero ella lo cortó bruscamente.
—No me importa y vete acostumbrando a que haga lo que quiera.
—¿Qué no ibas a hacer lo posible para no molestarme? — él se levantó de la ventana y se plantó frente a ella, obstaculizando su tarea de desempacar y organizar sus cosas donde le diera la gana.
—Llegue justo con esas intenciones. Pensaba dejarte escoger tu cama, aunque la mía no me gustara, donde guardarías tus cosas, aún si me dejabas poco espacio a mí, pensé en dejarte todo el escritorio e incluso permitirte ser desordenado en cierta medida — la joven, a la que fácilmente le sacaba una cabeza, no se dejó amedrentar por su imponente figura y su irónico tono de voz. En cambio, lo ignoró y siguió haciendo lo suyo, comenzando a guardar su ropa en una de las cómodas —. Pero como me has tratado así a pesar de que te pedí disculpas por lo que admito fue mi error, ya no tengo ganas de buscar tu simpatía. Podemos ser muy buenos amigos o los peores enemigos, yo quería lo primero, pero tú ya decidiste que... Oye ¿esto es tuyo?
Repentinamente, la chica había abandonado su monólogo furioso para preguntar por algo que recogió del suelo, casi escondido a los pies del escritorio. Ofuscado por cambio de tema, él la vio acercarse hasta él con una pecera entre las manos, donde cuatro peces dorados nadaban tranquilamente.
—No, supongo que ya estaba aquí antes de que llegáramos — respondió con simpleza y de donde ella había encontrado a los animalitos divisó una pequeña hoja de papel. Sakura puso los peces en la mesa y le arrebató la nota antes de que él pudiera ver que decía —. ¿Porqué mier...?
—"Campistas, esta es su tarea para el verano, tal vez mantener los cuatro peces vivos sea imposible, pero, por la posibilidad de un premio valioso, llegar al final de las vacaciones con, aunque sea uno de ellos, será más que suficiente. Cuídenlos mucho" — la chica leyó en voz alta y luego regresó su atención al joven, encontrándose de golpe demasiado cerca de su rostro ya que él se había inclinado detrás de ella para también leer la misiva. Sin embargo, a pesar de la mínima distancia entre sus rostros ella no se mostró afectada, contrario al chico, quien se ruborizo brevemente —. Uchiha-san ¿A qué premio se refiere?
—No lo sé... y no me digas así, es irritante — el joven se apartó de ella y sin más remedio que aceptar como serían las cosas de ahora en adelante, comenzó a instalarse en la cama de abajo.
—No puedo llamarle por su nombre de pila a alguien que me detesta sin conocerme — ella se alzó de hombros, para luego sentarse en la silla del escritorio y observar embelesada a los brillantes peces dorados —. ¿Crees que sea dinero Uchiha-san?
—¿Cuánto dinero puede tener para regalar un campamento cuyo hospedaje rechina bajo mis pies? — él comentó sarcásticamente, mientras abría su maleta y sacaba una a una sus pertenencias —. Y si vuelves a decirme así...
—Ojalá sea algo bueno... — ella lo interrumpió, anticipándose a la amenaza que recibiría, sin apartar su atención de la pecera y acariciando el vidrio como si así pudiera tocar los animalitos dentro. Sasuke guardó silencio y desde donde estaba le dirigió una discreta mirada.
La chica había olvidado todo su enojo gracias a la danza de los peces y ahora su bella faz se había relajado casi dándole un aire dulce. Esbozaba una pequeña sonrisa que combinaba bien con sus ojos verdes, los cuales, gracias a la luz de la tarde que entraba por la ventana, brillaban casi al mismo nivel que las escamas doradas de las mascotas y sus rosados rizos cayeron, esparciéndose por el escritorio, cuando ella se recostó en él para seguir observando la pecera.
—Como sea... — finalmente respondió molesto consigo mismo cuando se dio cuenta de la forma en la que había estado viendo y luego retomó su tarea de guardar sus cosas.
—¿Entonces?
—¿Qué?
—No quieres que te diga por tu apellido... Entonces ¿Cómo te llamas? — ella no se movió de su lugar, aunque si volteó a verlo expectante por su respuesta.
—Sasuke... — se limitó a contestar.
—Yo soy Sakura — ella le regalo una sonrisa igual a la que antes les había dado a los peces, pero fue tan corta, que en un par de segundos se borró para esbozar una afligida mueca, mientras con la mirada le señalaba una esquina de la habitación —. Bien Sasuke-kun, entonces, dada la temporada, vamos a tener un gran problema apañándonoslas con eso.
Se refería a un viejo ventilador que dudaba fuera ser suficiente para servirles a ambos.
El chico simplemente asintió, soltando un hastiado suspiro antes de tirarse en la cama sin importarle caer sobre sus cosas, acción que provocó una pequeña risa por parte de su compañera.
Iba a ser un verano complicado, caluroso y problemático.
Aunque, sufrir compartiendo habitación con una chica que no podía negar le atraía, por muy molesta que fuera, seguía siendo mejor que sufrir en el campamento de enfrente.
—Te veo allá, Sasuke-kun... — Sakura se despidió de su compañero y salió corriendo en dirección a la fogata sin esperar una respuesta de él.
Luego de su intenso primer encuentro, cada uno se había dedicado a organizar su espacio sin dirigirse la palabra, retirándose cada quien por su lado a darse una ducha y luego arreglándose sin ponerle atención al otro. No había sido la convivencia que la pelirrosa habría deseado entablar con su compañero el primer día, pero él había sido tan grosero con ella que no le dejó otra opción.
Después de todo, le tomó menos de dos minutos el darse cuenta de que sin importar lo que dijera, hiciera o se comportara, Sasuke no cambiaría su perspectiva de ella o la aceptaría como compañera.
Al menos había más chicos y chicas en el lugar de los que podría hacerse amiga y que no la llamarían "despistada" dos segundos después de conocerla. Con esa linda esperanza, cuando estuvo cerca del punto de reunión, aminoró el paso, se acarició el cabello, procurando que estuviera arreglado, se aliso la falda del vestido y ya que comenzaba a refrescar, se colocó la sudadera que traía bajo el brazo por si llegaba a necesitarla.
La mayoría de chicos ya estaba reunidos alrededor del fuego y unos cuantos voltearon a verla cuando la sintieron llegar. Sakura se inclinó con una pequeña sonrisa saludando a todos y con la mirada busco un lugar donde sentarse.
—Oye, por aquí... — una chica de cabello rubio atado en coletas la llamó levantando la mano para que la notara. Tímidamente se acercó a ella y aceptó sentarse, entre una chica de cabello castaño y un joven pelinegro que usaba gafas oscuras a pesar de ser de noche —. Te llamas Sasori ¿Cierto?
—No, me llamo Sakura, mucho gusto… — la pequeña broma la hizo sonreír y ruborizarse —. ¿Ustedes son?
—Yo soy Temari y esta es TenTen — la otra chica le hizo un gentil cabeceo a lo que ella le dedicó una radiante sonrisa.
A eso se refería con encontrarse con personas más amables.
—Yo soy Shino — el chico a su izquierda también se presentó y luego regresó su atención al fuego de la fogata, como había estado haciendo anteriormente.
—Un placer...
—Es tu primera vez aquí ¿No? Recordaría un cabello como el tuyo si hubieras venido en años anteriores — TenTen le preguntó mientras analizaba los cabellos rosados que le caían por los hombros.
—Sí ¿Ustedes ya habían venido antes?
—Yo el año pasado — Temari respondió.
—Este es mi tercer año — la castaña levantó tres dedos, lo que sorprendió un poco a la pelirrosa —. Es un gran lugar para pasar el verano, te la vas a pasar increíble.
Sakura iba a expresar lo mucho que esperaba que fuera así, pero la distrajo la llegada de Sasuke a la fogata.
El chico se ubicó al final del medio círculo formado por los troncos que usaban asientos. No saludo a nadie, ni les dirigió la mirada, simplemente de colocó la capucha de su sudadera e ignoró todo a su alrededor.
Por alguna razón, a pesar de que debió aliviarla que se comportara así con todos y no sólo con ella, fue todo lo contrario. Ahora veía que sería un caso perdido tratar de agradarle, aunque fuera un poco, porque su actitud parecía más bien algo innato de él.
Lo que era una lástima, porque, si fuera más agradable, estaba segura de que se hubiera enamorado de él con la misma facilidad con la que se parpadea.
No podía negar que cuando lo vio al llegar a su cabaña esa tarde se sorprendió gratamente por lo atractivo que era. Siempre le habían gustado los hombres altos y él era un gran ejemplo de ello, su gran estatura se complementaba con sus hombros anchos y contextura atlética. Además, mientras la había observado irritado por tener que vivir con ella, Sakura se dio cuenta de que tenía un rostro muy varonil y elegante, con la mandíbula marcada, la nariz recta, los labios finos y afilados ojos. Los mismos que, a pesar de transmitirle genuina antipatía, también la hipnotizaron por lo profundamente negros que eran. Y ya que su cabello algo largo y salvaje era igual de oscuro, parecía algún tipo de príncipe o villano idílico de cuento de hadas.
—Te envidio, ese chico con el que tendrás que compartir cuarto es realmente guapo — Temari interrumpió sus cavilaciones mentales mientras también analizaba al Uchiha con detenimiento.
—No lo hagas... se portó muy mal conmigo.
—Quizá está haciendo el acto de tipo duro para llamar tu atención — TenTen comentó mientras apoyaba su cabeza en su mano.
—No, realmente me odio en cuanto me vio — Sakura no pudo evitar que su voz sonará desdichada, aunque luego, cuando interiorizó las palabras de su acompañante, compuso una sonrisa incrédula —. ¿Además porque haría algo así?
—Porque tú también eres muy guapa, princesa — Temari señaló como si fuera lo más obvio del mundo, pero la pelirrosa negó con la cabeza sin podérselo creer. No sentía que la rareza de su físico equivaliera a ser hermosa y mucho menos que pudiera llamar la atención de un chico como Sasuke —. Tan sólo desde que llegaste Yamanaka no ha despegado sus envidiosos ojos de ti y ella detesta a cualquiera que considere más atractiva que ella...
—Es muy infantil al respecto. El año pasado hasta tuvo una pelea física con una chica llamada Konan por esa razón — la castaña no pudo evitar soltar una pequeña carcajada por el recuerdo —. Temari y yo tuvimos que separalas.
Discretamente le señalaron a una chica rubia que estaba a unos cinco chicos lejos de ellas y que, en efecto, le estaba dando una mirada que casi le provoca escalofríos. Entre recelosa y desinteresada, pero que estaba tan fija en ella que era imposible no captar el antagonismo. Sakura, a quien tener conflictos, especialmente con chicas, la mortificaba bastante, le dio un cabeceo respetuoso con una tímida sonrisa, pero recibió una hostil mueca.
—¿Lo ves? Así que no descartes mi teoría.
—No... — por el rabillo del ojo, Sakura divisó a su compañero de cuarto, quien sostenía la misma expresión fastidiada con la que lo había conocido, mientras se esforzaba en ignorar a los demás —. Él va muy en serio sobre odiarme.
TenTen iba a argumentar algo más, pero la presencia de Kakashi y los otros tres encargados del campamento, Iruka, Asuma y Kurenai, llamaron la atención de todos iniciando la bienvenida.
—¡Buenas noches chicos! — el director saludó a todos —. Antes de comenzar debo pedirles que vuelvan a organizarse. Van a presentarse en parejas así que los quiero sentados junto a su compañero de cabaña.
Atendiendo a su pedido, uno a uno los jóvenes comenzaron a cambiarse de asiento e, intuyendo que Sasuke no se movería de su lugar, Sakura hizo lo mismo y se sentó junto a su compañero ignorándolo de la misma forma en que él hizo con ella.
Una vez que todos estaban en sus lugares, Kurenai comenzó a repartirles cajitas con palomitas a cada uno, detalle que la chica agradeció demasiado, pues ya había pasado bastante tiempo desde la última vez que había comido. Aunque en el proceso se dio cuenta de un desagradable detalle más sobre el pelinegro, el cual era que realmente carecía de modales, pues no le había dado las gracias a la mujer por la comida. Bien solía decir su abuelo que la forma en que uno demostraba respeto por los demás con los actos más sencillos decía más de una persona que ninguna otra cosa.
Mientras comían, escuchaban a las diferentes parejas presentarse, exponiendo aspectos de ellos como sus nombres, su edad, si ya habían ido a vacacional ahí antes y las cosas que les gustaban o disgustaban.
—Mi nombre es Ino Yamanaka, tengo 16 años y este es mi cuarto año aquí, seguro que varios de ustedes ya me conocen — la rubia que antes la había estado mirando mal se dirigió a todos cuando fue su turno de introducirse —. Me gustan las cosas lindas, como la ropa, los zapatos y los regalos caros... y me disgusta la compañía de personas desabridas.
Eso último lo dijo viendo nuevamente en dirección de la pelirrosa, haciendo obvio que se refería a ella, cosa que esperaba que Sasuke hubiera ignorado, pues no quería que se diera cuenta de que, además de él, otra persona en ese campamento ya le tenía un gratuito odio por el simple hecho de estar ahí.
—¿Y yo que le hice a esa idiota? — su compañero de cuarto murmuró ofendido.
Sakura volteo a verlo, incrédula. Al parecer, además de ser descortés, tenía la percepción social y la capacidad deductiva de una lombriz.
—Tal vez lo eres... — Sakura se encogió de hombros y decidió aprovechar la oportunidad para molestarlo.
—Mira Sakura, tú y esa hueca pueden irse mucho a...
—Chicos, es su turno — Kakashi lo interrumpió antes de que pudiera completar su insulto.
Imitando a los demás chicos que ya habían pasado antes, los ocupantes de la caballa del pez dorado se levantaron y se inclinaron. Sakura le dio una breve mirada a su compañero, pidiéndole presentarse primero, pero él negó con la cabeza y con los ojos le indicó que ella lo hiciera. La joven, quien admitía que era algo tímida cuando de hablar en público se trataba, hizo un último intento para que él aceptara ir antes, pero fue inútil. Su guerra de miradas se sintió eterna y todos los demás comenzaban a incomodarse por la silenciosa discusión que el par de chicos mantenían a base de muecas.
Al final, Haruno tuvo que ceder.
—Buenas noches, soy Sakura Haruno, tengo 17 años y es mi primera vez aquí — aunque su voz fue más baja de lo hubiera deseado todos alcanzaron a escucharla. Por el rabillo del ojo ubicó a Temari y TenTen quienes levantaron los pulgares animándola a continuar —. Me gusta la fotografía y la comida... y lo que me disgusta son los insectos y las personas que se comportan como ellos.
Esperaba que el chico a su lado se hubiera dado por aludido y comprobó que así había sido cuando sintió un pequeño pellizco en su brazo a través de la sudadera. ¿Qué? ¿Ahora iban a pasar a las agresiones físicas?
—¿Tienes novio? — una voz que, por estar distraída, no alcanzo a ver a quien pertenecía, preguntó. Cohibida por el entrometido cuestionamiento, simplemente negó con la cabeza mientras pensaba que decir, pero antes de poder hacerlo, su compañero de cuarto comenzó su presentación.
—Soy Sasuke Uchiha, tengo 17 años y es mi primera vez aquí — parecía ser que, de ahora en adelante, el interrumpirse constantemente sería una costumbre entre ellos —. Me gustan pocas cosas, como el silencio y mi privacidad, así que, en consecuencia, me disgustan los que no respetan ese par de cuestiones tan sencillas.
Aunque no la miro directamente, era obvio que se refería a ella por lo que Sakura le devolvió el pellizco que él le había dado antes, en un costado de su muslo, ocultando su acción de los demás exitosamente.
Ya que habían cumplido con su tarea, ambos volvieron a sentarse, siendo vigilados por todos los demás en la fogata, para quienes era evidente que no se llevaban bien.
Lo que se acentuó cuando no se dirigieron la palabra el resto de la fogata, ya que, además de presentarse, habían tenido otras cortas actividades para conocerse mejor. Mismas que, aunque ella había disfrutado, Sasuke no lo había hecho para nada.
—Me la pase muy bien — Sakura sonrió encantada una vez que regresaron a su habitación.
Sasuke no respondió y en cambio se dirigió a encender la escasa iluminación de la cabaña, jalando la cuerda del foco en el techo y procediendo a quitarse su sudadera, lanzándola al suelo. Estaba tan cansado que todo lo que quería era dormir lo que restaba de verano, así que se tiró boca abajo sobre su cama, dispuesto a dar por terminado ese día.
—¿Sasuke-kun? — sin embargo, la chica no iba a dejárselo tan fácil y sintió como se acercaba a él.
—¿Qué quieres Sakura? — su voz estaba amortiguada por el colchón, pero de todas formas fue posible para la pelirrosa notar la irritación en ella.
—¿Puedes quedarte así mientras me cambio?
—Sí, ya te dije que no te haría nada, así que si te da la gana puedes dormirte desnuda, no es mi problema — respondió hoscamente sin levantarse, no quería perder el tiempo reafirmándole que no haría algo deshonroso como acosarla sexualmente. Sin embargo, ella no respondió, ni la escuchó moverse, por lo que adivinó que estaba dudando de cómo proceder o de si siquiera creerle, hecho que lo hizo suspirar derrotado —. Dime Sakura ¿Cómo hago para que me creas?
Ni él supo de dónde salió tan considerado ofrecimiento. Pero quizá se debía a que tenía muy en claro que, a pesar de llevarse mal, había límites respecto a molestarla que no pensaba cruzar y violar su intimidad como mujer no era una de ellas. Además, su madre siempre había puesto mucho énfasis a lo largo de su crianza en la consideración básica hacia las preocupaciones femeninas, así que ese era un momento más que adecuado para poner en práctica sus enseñanzas.
—Solo prométeme que no me veras, ni aunque sea por error, jamás — Sakura respondió suavemente y el pelinegro odio el tono avergonzado y suplicante en su voz, como si temiera que él se negara a, básicamente, comportarse como un ser humano decente.
—Lo prometo — aceptó siguiendo en su posición contra el colchón.
—¿De verdad?
—Yo mismo llamare a Kakashi si te sientes en peligro por mi culpa — la joven no respondió más que con una risa y finalmente Sasuke la escuchó subir a su cama y comenzar quitarse la ropa reemplazándola por otra. Luego escuchó como apagaba la luz e internamente decidió tendría que esperar a que se durmiera para también cambiarse.
—Gracias Sasuke-kun, tal vez sí eres un poquito como tu hermano te describió — Sakura rompió el cómodo silencio que había formado entre ambos al cabo de unos minutos.
—Duérmete Sakura...
—Sí, buenas noches — ella aceptó su pedido de buena gana pues su acompañante sonaba realmente cansado, pero no tardó en volver a llamarlo al recordar algo importante —. Espera Sasuke-kun, no te duermas.
—¿Por qué no? — para ese punto el Uchiha ya ni siquiera tenía energía para demostrar irritación, en cambio, su voz sonaba somnolienta.
—Es que no les hemos puesto nombres a los peces... Y, por cierto, ¿Los alimentaste esta noche antes de irnos?
—Sí...
—Bien, creo que lo justo es que cada quien bautice dos peces ¿Qué nombres le pondrás a los tuyos?
—No lo sé...
—¿Qué tal si dos de ellos se llaman como nosotros?
—Sakura... — Sasuke estaba por perder la paciencia, así que antes de que la chica pudiera insistir en nombrar los malditos peces él se apresuró a detenerla —. Si no te callas y te duermes les pondré a todos tu nombre y luego los lanzaré a la laguna para que los depredadores se los coman.
—No creo que seas capaz, pero está bien, lo siento — la chica se disculpó y se acomodó en su cama dispuesta a dormir —. Buenas noches, duerme bien Sasuke-kun...
Tras unos quince minutos luego de eso, Sasuke se levantó para verificar si la pelirrosa ya había conciliado el sueño y viendo que en efecto así era, por fin se deshizo de su ropa y se vistió con un simple short deportivo y un simple tank top que esperaba hicieran su noche menos horriblemente calurosa como intuía que sería.
Conectó el ventilador al único aparador en la habitación y lo encendió, colocándolo a una distancia adecuada de su cama, luego comprobó que la mosquitera en la ventana estuviera cerrada y finalmente se dispuso a dormir. Necesitaba dar por terminado ese día de mierda de una vez por todas, pero cuando estaba quedándose dormido escuchó la puerta abrirse.
—Revisión... — una masculina voz susurró y con una linterna iluminó a la joven que dormitaba tranquila en la cama superior y luego apuntó directamente a la cara del irritado chico.
Asuma le dio una pequeña sonrisa apenada por perturbar de esa manera su descanso y luego se marchó de ahí inmediatamente.
Con el hombre fuera y su compañera dormida, Sasuke se permitió descargar su frustración dándole un golpe a su colchón. Definitivamente esa no era la forma de encaminarse hacia las "agradables vacaciones" que pensó que tendría, pero por más fastidiosa que su estancia en ese lugar fuera a llegar a ser, seguía prefiriendo Atlantis sobre Raíz.
Solo debía acostumbrarse a esa chica y las cosas que conllevaba estar con ella como hacia con todas las demás cosas molestas en su vida.
Al menos Sakura tenía la ventaja de gustarle, aunque sea un poco, físicamente hablando.
...
NOTAS FINALES:
¡VIVAN LOS FICS DE VERANO PERO QUE CSM EL CALOR!
Sip, otra nueva historia, porque ya asumí que mi mecanismo de defensa para mis problemas actuales es distraerme escribiendo. Y los que me han leído mucho últimamente lo mega saben.
Sobre esta historia:
Tenía muchas ganas de escribir algo que salió de mi mente luego del adelanto del comeback de SHINee "The Feeling", lo que resultó en esta historia veraniega que quiero que sea una fantasía adolescente más relajada y romántica de lo que han sido mis ultimas historias. No tengo muy claro que tantos capítulos van a ser, pero ya saben que entre mas me apoyen mas ganas le echo a las cosas.
Asi que si les ha gustado este primer capítulo háganmelo saber, de preferencia con un comentario.
Nos leemos luego. Bye!
