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Title: Stealing Marinette

Ship: Adrinette.

Genre: AU, Slash, Humor, WAFF y poquito Angust.

Word Count: 50,100

Word Count per Chapter: 1,000

Rating: PG-13

Chapters: 19/28

Beta: noestribar

Disclaimer: No son míos, si lo fueran seria esclavitud y está mal... o bueno, no podría decirlo en voz alta :v

Music:

Los comentarios, estrellitas, y las galletitas, me hacen feliz.

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Adrien arrastró a Marinette por dos tramos de escaleras, pero antes de que puedieran llegar al vestíbulo, vio a un par de hombres de aspecto sospechoso caminando junto a la entrada del edificio.

—¡No es cierto! ¡Vamos!—, exclama y arrastra a Marinette de vuelta por las escaleras.

Mientras corren de regreso arriba, Adrien sopesa sus opciones.

Si fuera solo él, probablemente pudiera disparar y salir ileso. Pero no puede arriesgar a la pintora. Y la última vez que lo comprobó, la única forma de salir del edificio de 10 pisos de altura desde la azotea del edificio, es saltar unos metros hacia la azotea del techo de un edificio vecino. Dudaba mucho de que la pintora pueda hacer eso.

Cuando llegaron al 3er piso, Adrien ve a una anciana a punto de entrar en su apartamento al final del pasillo.

—Marinette, nena vamos a jugar un juego ¿sí? Y quiero que me sigas la corriente— Adrien le dijo a Marinette que sigue sin tener ni idea de lo que está sucediendo.

Tentativamente se acercan a la mujer.

—Ahm, discúlpeme, señora—, comienza Adrien.

La anciana se vuelve y mira sospechosamente a los dos jóvenes. Adrien le muestra su sonrisa más seductora y la cara de la mujer se suaviza.

Sabiendo que ha tocado la primera base, Adrien continúa.

—Esta es mi hermanita—, dijo Adrien. Presiona la mano de Marinette y agrega: —Es... especial.

La mujer mira a Marinette. Adrien presiona la mano de la chica con más fuerza y Marinette sonríe, revelando todos sus dientes con una sonrisa completamente rígida y fingida y Adrien cree que no saldrá nada bien esto, sin embargo, la cara de la mujer se suaviza un poco más. Ella le sonríe a Marinette.

—Nuestro apartamento en la planta baja no tiene balcón como el tuyo. Y mi hermana tiene esto de los balcones, le gustan, mucho, mucho—, dijo Adrien y presiona la mano de Marinette una vez más. Trata de no hacer un guiño cuando las uñas de Marinette se clavan en su muñeca en venganza.

—Balcón. Quiero balcón—, dijo Marinette con sus peores dotes de actriz y Adrien quiere rodar los ojos y golpearse la frente por semejante tonta idea.

—Nuestra madre, Dios bendiga su alma, solía llevar a mi hermana a nuestro balcón en nuestra casa cada vez que se sentía un poco deprimida.

La mujer mira de Marinette a Adrien y luego de regreso.

—¿Son realmente hermanos?—, pregunta.

Adrien está a punto de responder cuando Marinette responde.

—El idiota es adoptado—, dijo Marinette señalando a Adrien. —Pero si, somos hermanos.

Adrien mira estupefacto a Marinette, olvidando momentáneamente su artimaña improvisada.

—Haha we... Haha —, dijo Marinette dando vueltitas en su propio eje por alguna extraña razón que Adrien no entiende, sin embargo, eso hace que él regrese a la realidad. Ve que Marinette ha derretido las defensas de la mujer.

—Pero entiendo si no nos dejas entrar. Quiero decir, por supuesto, no debes confiar en nadie en estos días. Gracias de todos modos—. Adrien se da la vuelta para irse. —Ven, nena, podemos ir al parque.

—Está bien—, dijo la anciana. —Pero solo por un minuto. Y no toquen mis plantas—. Abre la puerta y entra en su apartamento dejando que ambos chicos entren con ella.

—¿En serio?— Adrien pregunta, mostrando su sonrisa agradecida más deslumbrante. —Solo un minuto servirá, señora. Muchas gracias.

Al escuchar pasos subiendo las escaleras, Adrien tira de Marinette hacia adentro y se fueron directamente al balcón. Maldice cuando ve que el escape de incendios no está allí, pero sí en el departamento de la derecha.

Adrien examina la escena en el suelo y ve un camión abierto cargado con restos de poliestireno justo debajo de ellos.

—Eres una maldita afortunada y desafortunada, Marinette—, murmura.

Aparentemente dándose cuenta de lo que están a punto de hacer, Marinette se congela.

—No voy a saltar.

—O saltas o te mueres—, amenaza Adrien. Se sube sobre la barandilla y se equilibra en el borde, con las manos firmemente apretadas en la barandilla.

—¿No podemos solo... conversar? Tal vez si les digo que no sé nada de la pintura me dejen en paz.— Dice y Adrien la mira incrédulo.

—¡Claro! Tal vez si les ofrecemos té y galletas en el estudio todo se arregle.

—Esa es una idea brillante, yo preparo un té deli-

—¡Solo sube, antes de que si no te matan ellos lo hago yo!

Marinette suspira decaída, pero da un paso adelante, mira hacia abajo y luego retrocede.

—Sabes que... Morir no suena mal.—, declara.

—¡Maldita sea! ¡Haz lo que digo!

Marinette simplemente permanece inmóvil.

—Mierda—, murmura Adrien porque no es realmente el momento adecuado para sentirse culpable, pero siente exactamente ese miedo en los ojos de Marinette.

—¿Qué están haciendo ustedes muchachos?—, grita la mujer desde el interior del apartamento.

—Marinette.—, Adrien grita por lo bajito a Marinette quien esta muda y paralizada por el estupor antes de que ella inhale profundo. —Marinette, lo que nos van a hacer no es bonito y no será una muerte rápida, así que al menos si caemos, será más rápida nuestra muerte así.

—No me estas ayudando.

—¡Solo sube, maldita sea!— Grita y la pintora trepa torpemente sobre la barandilla.

Con la mano izquierda de Adrien todavía agarrando con fuerza la barandilla, enrolla su brazo derecho alrededor de Marinette, acercando a la pintora contra él.

—Mírame—, dijo Adrien. Marinette levanta la mirada. La incertidumbre en los ojos de Marinette lo paraliza por un momento. —No dejaré que te pase nada. Lo juro—, dijo. —Confía en mí. Por favor—, suplica. —Déjate ir—. Ordenó y Marinette dio un pequeño asentimiento.

Cerraron los ojos y ambos soltaron la barandilla al mismo tiempo.

Cuando cayeron, Adrien giró y aterrizó en la cama de restos de poliestireno con Marinette a salvo encima de él.

Se quedaron quietos durante unos segundos, recuperando el aliento.

—¿Estás bien?— Adrien pregunta preocupado cuando la pintora no se mueve. Suspira aliviado cuando Marinette levanta la cabeza.

—¿Estás herido?— Marinette pregunta, con las manos presionadas contra el rostro de Adrien.

—Sí—, responde Adrien. Le duele la espalda como el infierno. —¿Qué?—, Pregunta al ver los ojos de Marinette pegados a algo en su pecho.

—Creo que sé lo que es Niǔdài—, murmura Marinette y luego vomita encima de él.