Disclamair: El señor Takehiko Inoue hizo una obra maestra llamada Slam dunk. Yo solo hice un fic con sus personajes.
Cuando Sendoh volvió después de comprar su bebida, esperaba que el patio estuviera tranquilo. Le llamó la atención cuando avistó a Yamaoka discutir con una chica entre un grupo amplio. Cuando quiso intervenir, no esperaba encontrar a su amiga allí.
—Akira-kun, dile que tú me prestaste esta revista— dijo esa chica y tan pronto como volteó a hablarle la reconoció. Ella lo hizo a los pocos segundos—, ¿Akira-kun?
Fue en ese momento que los dos cayeron. No podía creerlo, llevaba más de un mes en Ryonan y era la primera vez que la notaba allí ¿Tan despistado era?
—¡¿También estás en Ryonan?! —tanto él como ella dijeron al mismo tiempo
—Dile Sendoh que es mi revista, la que yo te presté —le interpeló Yamaoka e hizo olvidar toda la confusión anterior.
—¿Sendoh? ¿Sendoh Akira? —preguntó ella.
Higashi estaba más que estupefacta ¿El amigo con quien estuvo jugando y practicando era el tan admirado Sendoh Akira?
—¿Sendoh-kun? —preguntó Yuzuki— ¿Él es con quien estuviste practicando todo este tiempo y no lo sabías?
—Nunca me dijo su apellido —reclamó Higashi a su amiga, luego se dirigió a su amigo—. Nunca me lo dijiste.
—No creí que fuera importante decírtelo.
Que mal mentiroso, Sendoh Akira. No se lo había dicho a propósito para no tener otra admiradora en vez de una amiga.
—¿Qué no es importante? Es el nombre de tu familia —le recriminó Miko esta vez.
—Sendoh, no quiero sonar inoportuno, pero… —llamó otra vez Yamaoka y señaló la revista.
—Cierto, me olvidé de eso —el más alto vio ese punto como forma de desviar el tema—. En realidad, Akira-chan, esa revista me la prestó Yamaoka-kun hace largo tiempo, por lo que no me acordaba que era suya. Fue por eso que te la presté sin decirte algo al respecto. Sin embargo, él la necesita de vuelta. Si no es mucha molestia ¿Podrías devolvérsela?
—Creo que no habrá problema —dijo la joven y pensó en llevarla a fotocopiarla antes de devolvérsela—. Si no te molesta, Yamaoka-san, me gustaría leerla una última vez y devolvértela mañana.
—No lo hay, te lo agradezco —dijo el muchacho satisfecho— y me disculpo si fui un poco grosero —se reverenció, pero Higashi sonrió con la mano en alto.
—Está bien. Yo también fui un poco grosera. Debí escucharte primero.
—Yo también quiero disculparme por lo de esta mañana, Akira-chan —se reverenció su más alto amigo. Higashi Akira se sorprendió. Incluso reverenciado seguía viéndose tan alto como un árbol—. Perdón por dejarte sola, pero es que me encontró un compañero que tenía prisa por llegar temprano y me arrastró con él.
—No es molestia, yo no debí tardar tanto.
—Me alegra que se haya arreglado ese tema —dijo devuelta alzando su cabeza y sonriendo.
Higashi devolvió la sonrisa. En ese momento olvidó que estaba en el patio de Ryonan hablando con Sendoh Akira. Ella sintió que estaba hablando con su amigo y entrenador, el siempre sonriente Akira-kun.
—¡Sendoh-kun! —una voz femenina escucharon y sacó a Higashi de su ensoñación. Era una chica desconocida, tal vez de segundo o primer año, que corrió hasta el jugador y lo encaró sin borrar su semblante ensoñador—. Buenas tardes, Sendoh-kun ¡Quería desearte suerte en la práctica de hoy!
—Muchas gracias —respondió el aludido.
—Sendoh-kun —llamó otra chica de voz tímida—. Te hice un bento porque te vi sin uno —ella extendió su cajita de almuerzo.
—Te lo agradezco, pero ya comí, solo quería beber agua.
—Cierto, Sendoh-kun, el agua es importante para el bienestar. Puedes beber de esta botella —le dijo otra chica extendiéndole una botella de agua con la mitad bebida—. Te juro que no bebí de ella.
Así varías chicas se fueron juntando a su alrededor; pronto eso se hizo un remolino de buenos deseos, preguntas personales y regalos. Todo dirigido a él.
Yamaoka se hizo a un lado y se despidió de las chicas, no sin antes preguntar por el aula de Higashi para ir a verla al otro día. Las tres se quedaron atónitas presenciando el espectáculo.
—No es tan guapo como me lo imaginé —opinó Miko—. Su peinado no lo favorece ¿Verdad, Yuzu-chan?... ¿Yuzu-chan?
Miko vio a la nueva integrante cuales ojos brillaban con un destello soñador y las comisuras de sus labios se alzaban. Ella rodó los ojos.
"Muchas chicas parecen sentirse atraídas hacia Akira-kun", pensó Akira-chan y también se percató de la expresión de su amiga basquetbolista. "Incluso Yuzuki". Ante el último pensamiento, sintió una pequeña opresión en el pecho.
No pudo volver a hablar con su tocayo después del receso, ni siquiera cuando tomó su descanso en la terraza escolar. Las siguientes horas fueron menos pesadas. Cuando cesaron las clases y empezaron las actividades de los clubes, Akira y Yuzuki se sintieron más que preparadas. Ese día, Miko fue a verlas.
El entrenamiento fue diferente, la entrenadora quiso hacer un partido entre principiantes y superioras, pero como solo eran tres las principiantes decidió hacer un 3x3. Por un lado estaban entre las avanzadas a Hanazono, Hyuga y Aoi, las de primero eran Arai, Higashi y Chiba. Aunque Higashi era todavía una principiante, Okabe ya la consideraba apta para jugar un pequeño partido. Las chicas restantes quedaron como suplentes, Yamada para el equipo principiante y Shiro para el de avanzadas.
—Muy bien chicas, normalmente un 3x3 dura diez minutos, pero lo haremos de veinte minutos. Las reglas son simples, lo normal es que el equipo que llegue a las 21 canastas gana, pero como el tiempo se extendió, también el puntaje. El equipo que llegue a las 31 canastas gana. Cada equipo solo puede tener por 12 segundos el balón.
Los equipos fueron a la cancha, solo tenían la mitad para jugar, como se hacía en un 3x3. Cada equipo se agrupó en círculo y discutieron entre ellas las posiciones.
—Muy bien, en un 3x3 dos son defensoras y una es atacantes —explicó rápido Yuzuki a Akira porque estaba segura que ella no sabría. Chiba, por otro lado, asintió adormilada—. Propongo que tú seas la primer atacante Chiba.
—¿Qué? —preguntó la nombrada despertando de su trance.
—¿Crees que esté en condiciones para jugar? —susurró Akira a Yuzuki.
—No te preocupes, en cuanto agarre el balón ella sabrá que hacer.
—¿Están listas, chicas? —preguntó la entrenadora.
Todas dejaron la posición cerrada y asintieron. La entrenadora convocó a Hyuga y Chiba para que eligieran un lado de una moneda. Hyuga eligió Cara, Chiba cruz. En cuanto la moneda aterrizó en la mano de Okabe, ella reveló que se trataba del lado que representaría "cruz".
—Muy bien, Chiba, saca.
En cuanto las manos de Chiba tocaron el balón, sus parpados se abrieron más grandes de lo normal. Fue como presenciar el despertar de una bestia. Empezó a driblear y correr hacia la canasta y encestó. El tiro le valió un punto para su equipo.
Tan pronto el balón cayó, Yuzuki pudo tomarlo antes que Hana-senpai. Ella lo rebotó e hizo un tiro, pero todas calcularon que sería un rebote porque había tirado muy pronto.
—¡Akira-san, agárralo! —le advirtió su amiga.
Sin embargo, Higashi estaba tan impresionada por la rapidez en que sucedieron los acontecimientos que dejó pasar ese rebote. Hyuga atrapó la pelota y la picó hasta fuera del área para lograr otra canasta. Chiba se movió rápido, pero Aoi la retuvo con una cortina. Lo mismo pensó Yuzuki, que fue retenida por Hanazono.
—¡Aki-chan, tu puedes! —la animó Miko desde la entrada del gimnasio—. ¡Y tú, Yuzu-chan y tú también altota de primero que duerme en la azotea!
Aquellos gritos desconcertaron un poco a Higashi, se sintió un poco avergonzada que su más vieja amiga la viera jugar en la cancha.
—¡Espera a que se haga un rebote! —le gritó Yuzuki.
Akira recordó cuando leyó la revista que era muy importante a cuando la pelota no entraba al aro o cuando caía, que se debía recoger lo más rápido posible, eso haría.
Tan pronto Hyuga anotó el tercer punto, el cuál valía dos por hacerlo fuera del área, la más baja del grupo se movió. Pensó en poner en práctica lo enseñado de tiros por su amigo. Alcanzó el balón y lo rebotó por el área. Con una simple bandeja, dejó caer la pelota y así… logró encestar.
—¡Eso es Aki-chan! —exclamó Miko como si fuera una porrista.
Los ojos de Akira brillaron, logró su primer canasta y en su primer juego, se sintió como en las nubes, hasta que…
—¡Falta! —gritó la docente.
—¿Qué? Pe-pe-pero ¿Por qué? —preguntó indignada la menor.
—Hiciste una canasta sin salir del área siendo del equipo defensivo, si tu equipo no estuvo en posesión de la pelota cuando se hizo la última canasta, tienes que salir del área antes de anotar.
Higashi se sintió desmotivada y molesta, ella no había leído de esto en su revista.
—¿Pero el punto cuenta?
—No, se le concederá un tiro libre al otro equipo —sopló el silbato la entrenadora y le pasaron el balón a Hyuga.
—No te preocupes Akira-san. Recuerda que esto es un 3x3, no un 5x5, las reglas no son iguales —la consoló Arai.
—¡Tú puedes, Higashi! —le gritó Chiba—, quédate cerca de la canasta por si hay rebote.
Mientras Hyuga realizaba su tiro libre, no pudo evitar pensar; "aquella novata no lo hizo nada mal para haber provocado una falta". Ella logró una perfecta canasta y Aoi tomó posesión de la pelota. "Sin embargo, aún le falta pulirse".
La falta había dejado con tan baja moral a la kohai que no tuvo intenciones de robar la pelota otra vez por los siguientes diez minutos. Chiba era quien más solía tomar el balón y hacer sus jugadas, era muy habilidosa, Yuzuki lograba hacer una buena defensa y atrapar los rebotes, sin embargo, cuando se trataba de tiros a más distancia, solía errar.
En cuanto al otro equipo, se podría notar la diferencia de nivel. Tan pronto Aoi tomaba el balón, podía encestar y hacer pases casi perfectos, Hanazono lograba canastas desde fuera del área sin problema y Hyuga… por algo era la capitana, sabía cómo manejarse por la cancha sin problemas.
Yamada y Shiro lo presenciaban desde sus asientos interesadas.
—Es una pena que no tengamos más jugadoras nuevas. Solo tenemos tres y una es una principiante muy evidente —pensó en voz alta Shiro.
—¿Desde tu punto de vista, quién podría calificar como titular?
—Es obvio que Chiba y tal vez Arai. Sin embargo, todavía Arai necesita más práctica en los lanzamientos y ambas deben practicar más los pases.
A los diez minutos, la entrenadora pidió un descanso de dos minutos. Yamada iba contando los puntos; iba el equipo de las avanzadas con 22 puntos, mientras que el de las principiantes llevaba solo 13 puntos, la mayoría cortesía de Chiba. Si hubiesen hecho el partido de diez minutos, ya hubiera ganado el otro equipo.
—Akira-san —le habló seria su amiga en el descanso mientras se refrescaban—. Noté que evitas el balón.
—Eso no es cierto —negó con un tono de voz defensivo—. ¿Dónde se metió Miko-chan? —preguntó esperando cambiar de tema.
—Me dijo que fue a buscar algo. Escucha, es normal cometer faltas y no es tu culpa. No sabes todo el reglamento, e incluso los mejores jugadores suelen cometer faltas.
—No es solo eso… ellas —calló avergonzada y los ojos en el suelo—. Ellas son más rápidas y más altas.
—Tú también eres muy rápida, de hecho, creo que eres la más rápida de nosotras. Para el siguiente tiempo, deja de temerle a la pelota y driblea.
—No le temo a la pelota.
El silbato resonó indicando que el descanso había acabado.
—Demuéstralo —fue lo último que le dijo su amiga antes de entrar en la cancha.
Higashi quería demostrarlo pero no sabía cómo ¿Qué le diría Akira-kun? De solo recordarlo, no evitó suspirar. Pensar que estaba más cerca de ella de lo que imaginaba. Seguro ahora él también estaba dando lo mejor de si mismo en la cancha que se ubicaba a pocos metros de la que entrenaba ella. Akira-chan inhaló e infló su pecho, ella también daría lo mejor de si misma.
Chiba logró un robo a Hyuga-senpai, fue hasta fuera del área y encestó. Akira corrió bajo el aro y recogió la pelota, ahora el balón estaba en su posesión de su equipo. Dribleó e hizo una bandeja. Yuzuki lo tomó a continuación, mientras sus compañeras marcaban a las superioras. Hizo un pase a Chiba rápido y ella encestó desde su lugar. Higashi volvió a tomar el balón, pero Aoi la retuvo.
Sin saber qué hacer, se le ocurrió hacer un pase, pero no sabía a quién. Vio a Yuzuki libre.
—¡Yuzuki! —le gritó lanzándole la pelota, pero Hanazono la atrapó antes.
En ese momento, Higashi recordó que para hacer un buen pase, lo mejor era indicar a tu compañero con una señal o con la mirada, así el equipo contrario no se daría cuenta. Quiso abofetearse por gritarlo, pero no había tiempo para eso.
—Aquella novata juega mejor ahora —comentó Yamada desde la grada.
—El que haya hecho una canasta no la hace mejor. Además, esa fue una bandeja —contestó Shiro de brazos cruzados.
—Hizo dos, aunque una fue con falta. Pero es increíble que haya dominado bien un tiro sencillo. Recuerdo que Aoi me dijo que a ti te costaba hacer bandejas porque no te gustaba lo sencillo que era.
Shiro frunció el ceño y sintió un tic en su ojo. Luego le daría su merecido a Aoi.
—Higashi aún le falta mucho, sigue siendo una novata. No importa que tan buena sea, no llegará a portar el título de "super rookie".
—Digas lo que digas, Shiro, ella no está muy de acuerdo —dijo señalando a una entusiasta Miko que había vuelto con unas barras luminosas, dando ánimos.
—¡Ustedes pueden, super rookies! ¡Hagan que este público se estremezca! —bailó con las barras como si fuera una fan en el concierto de su idol favorita.
—¡Oye tú, esto es una práctica, no un concierto!
Antes que se cumplieran los 21 minutos, el equipo de las superiores ganaron pero con una diferencia de seis puntos. La profesora tocó el silbato y felicitó a las novatas por su desempeño.
—Como saben, tendremos un partido de práctica contra el equipo de la preparatoria Itonobo el próximo sábado. Mi meta hoy era ponerlas en práctica dentro de la cancha. Incluso si no llegamos a completar el número de doce jugadoras, tenemos el número suficiente y creo que tienen buenas habilidades.
Luego de aquel discurso, la profesora hizo hacer un entrenamiento corto junto a Yamada y Shiro. Al final de la jornada, luego del estiramiento, se despidió de ellas, no sin antes decirles que el juego sería en la otra cancha de Ryonan.
Después del estiramiento, las chicas se cambiaban y discutían sobre el partido. Miko las esperó afuera.
—No debí gritar a quien se la pasaría —se lamentó Akira sentada y con la cabeza entre sus rodillas. No tenía el ánimo o las fuerzas por cambiarse de ropa.
—Pero mejoraste, Akira-san. No todas son tan buenas jugando por primera vez en la cancha.
—Es cierto —secundó Chiba que no paraba de bostezar—. Te movías muy rápido.
—¿Dónde aprendiste a encestar de esa forma, Higashi? —preguntó Aoi—. Eres en verdad muy buena.
Akira se ruborizó de tantos cumplidos.
—U-un amigo mio, también jugador de básquetbol, me enseñó hace poco.
—¿Hablas de Sen- —pero la frase de Yuzuki fue cortada por la mano de su amiga.
—Si, de un buen amigo mio, Yuzuki.
Sin darle más vuelta al asunto, Akira empezó a cambiar su remera de entrenamiento por su camisa escolar. Al otro lado, Yamada anotaba algo en su agenda.
—Entonces, iré el miércoles a la tarde para espiar un juego de Itonobo ¿Alguien me acompaña? —pidió la chica.
—Yo iré —dijo Shiro—. Debo mirarlas más de cerca. Además, Itonobo está muy lejos de aquí, necesitarás compañía, Yamada.
—Es cierto, está casi al norte, cerca de Shohoku.
—Creo que iré también —informó Aoi—. Alguien debe vigilarlas para que no hagan ninguna calamidad, chicas.
—¿A qué te refieres con eso? —preguntó con un tic en su ojo Shiro. Pero su compañera no respondió, excepto con una sonrisa.
Cuando las mayores salieron, Akira se cambió rápido sus pantimedias.
—No tienes por qué avergonzarte, Akira-san. Estoy segura que ni Aoi-senpai, Shiro-senpai, Hyuga-senpai, Hana-senpai o Yamada-senpai les interese tus piernas.
—¡Yuzuki! —exclamó apenada de no haberla notado—. No me molestes ahora con ese asunto, debo ir a la fotocopiadora de la escuela, quiero fotocopiar la revista que me prestó Akira-kun.
—¿La de Yamaoka-san?
—Si, esa.
—Akira-san, no tienes que esconder el hecho que entrenas con Sendoh-kun. Aquí no tiene muchas admiradoras —le dijo por lo de antes.
—De todas formas. Preferiría seguir manteniéndolo en secreto. Akira-kun tiene muchas fans escondidas por doquier. No quisiera ser su objetivo de malas intenciones.
Con la ropa puesta y mochila en mano fue a la fotocopiadora escolar, Yuzuki la siguió, más tarde se encontrarían con Miko en el camino, quien no dejaba de respirar agitada de la emoción.
—Y cuando Yuzu-chan le robó la pelota a la senpai fue… fue… ¡Guau! Y cuando Aki-chan encestó fue ¡Guau! Y entonces… ¡Guau! Todo fue tan rápido. Ahora entiendo porque les gusta el básquetbol.
Comentarios así fue diciendo, mientras su amiga pagaba por las fotocopias y las guardaba en su mochila. Al salir, pasaron cerca del gimnasio masculino.
—Sendoh-kun de seguro sigue entrenando. Vayamos a saludarlo —opinó Yuzuki halando de la mano de Akira.
—No, mejor no —la chica se mantuvo haciendo resistencia en su lugar.
—¿Por qué no? Ustedes son amigos, sería muy cordial de tu parte siquiera saludarlo —replicó, pero el rostro reacio de Akira no cambiaba.
—Aki-chan no quiere. Además, mira cuantas admiradoras lo acechan desde la puerta. Seguro se sentiría muy presionado el chico. Si quieres saludarlo, puedes hacerlo tú —se interpuso Miko.
—Es que… bueno… —Yuzuki empezó a jugar con sus dedos en un pequeño gesto de timidez—. Sería muy raro que solo yo lo saludase. Me gustaría que fuéramos en grupo.
Higashi recordó que era muy posible que Arai se sintiera atraída a Sendoh, lo más seguro es que quisiera saludarlo en grupo, así no llamaría tanto la atención.
—Está bien, Miko-chan. Vayamos a verlo juntas, Yuzuki tiene razón, sería descortés de mi parte ignorarlo.
Los ojos de la más alta brillaron junto a la sonrisa que se formó en su cara.
—Gracias, Akira-san.
Yuzuki salió corriendo hacia el gimnasio, mientras Akira la seguía detrás a un paso muy lento a propósito, Miko iba a su lado.
—Si no querías ir, solo tenías que seguir negándote.
—¿No lo entiendes? Lo hago por Yuzuki, ella es quien más quiere verlo.
Mientras hablaba, su tono de voz se iba apagando junto a la alegría de sus ojos. Miko pudo entender lo que ella quiso decir y lo que no se atrevió a decir.
—Si te sientes atraída hacia Sendoh-kun ¿Por qué no se lo dices a Yuzu-chan? Estoy segura que ella lo entenderá, no es la clase de chica que se robaría al novio de su amiga.
—¡Miko-chan! —exclamó ruborizada y negando con las manos.
—Además, si tú le dejas en claro desde el principio que te gusta, no se enojará cuando se lo robes.
Por cada palabra, el rostro de Akira se volvía más y más rojo.
—¡Cállate, por favor! —le susurró con la mano en su boca—. Akira-kun no me gusta, no de la forma que tú dices. Es solo que me siento muy abrumada con tantas chicas a su alrededor buscándolo a cada rato, mientras yo miro.
—Entiendo, estás celosa, Aki-chan.
—¡No lo estoy! Es solo que no me gustaría que esas chicas supieran de nuestra amistad y luego vayan detrás de mi con amenazas y esas cosas, como dejarme algún insecto o reptil en el casillero de mis zapatos.
—¡Oh! Entiendo, entiendo —asintió la chica, con la mano en su mentón en una pose típica pensativa—. Tienes razón, Aki-chan.
—Miko-chan —los ojos de Akira volvieron a tener un gran brillo. Estaba muy feliz que su amiga más querida entendiera su difícil situación
—¡Tienes la batalla más que ganada contra esas tontas! No tienes por qué sentir celos.
—¡Miko-chan, eso no es lo que quería decir!
Mientras su amiga seguía divagando tonterías sobre sus sentimientos hacia Sendoh, Akira se sentía más abrumada.
—Si quieres ve a acompañar a Yuzuki, para que no se sienta sola. Yo me iré a casa.
Miko detuvo sus divagaciones y miró a su amiga sorprendida.
—¿Estás segura? Creí que te gustaría verlo.
—No, ya te dije que no quería, pero Yuzuki necesita tener alguien a su lado para que no se sienta insegura y sola.
—¿Quieres que le deje en claro a Yuzu-chan que te gusta Sendoh-kun?
—¡Qué no, Miko-chan! Y no me gusta… ¡Agh! —exclamó exasperada—. No, solo acompaña a Yuzuki a saludarlo y si preguntan por mi diles que tenía mucha tarea por terminar por lo que quería llegar temprano a mi casa.
—De acuerdo —afirmó un poco decepcionada, pero al menos Akira pudo entender que ya no diría alguna estupidez a Yuzuki o a su tocayo—. Cuídate mucho, Aki-chan.
Después de un saludo un poco melancólico por parte de Miko, Higashi se dirigió a las puertas de Ryonan a un paso lento. Tampoco tenía muchos ánimos de volver a casa después de una pelea que tuvo con su hermana la noche anterior.
Miko corrió hacia el gimnasio que entrenaban los varones y en el cual se amontonaban un montón de chicas. Divisó a Yuzuki tratando de pasar entre la multitud.
—¡Qué hay, Yuzu-chan! —saludó con su mano en alto. La más alta volteó sonriendo.
—¡Al fin me alcanzaron! —pero no siguió hablando cuando no encontró a su amiga bajita—. ¿Dónde está Akira-san?
—Tenía mucha tarea en casa y decidió irse temprano.
—Creí que ella estaría muy entusiasmada de ver a Sendoh-kun más que nadie.
—Bueno, con el torneo acercándose y un partido de práctica a la vuelta de la esquina, no me sorprende que quiera concentrarse en estudiar más que nunca.
A Yuzuki le pareció rara esa explicación y sabía que Akira no estaba muy entusiasmada en saludar a Sendoh, pero no entendía porque lo quería evitar. A los pocos segundos, el debate mental sobre la decisión de su amiga se vio opacado cuando vislumbró la puerta del gimnasio abrirse porque había acabado la práctica. Ella y algunas chicas parecían entusiasmadas, entusiasmo que se esfumó cuando alguien inesperado apareció en la entrada.
—¿Quién es él? —preguntó una chica.
—Lo conozco, está en mi salón, se llama Fukuda —respondió otra.
"Oh, no. No otra vez él", pensó Arai.
—¿Creen que Sendoh-kun ya se haya ido? —preguntó otra estudiante.
—Es imposible, todo este tiempo estuvimos aquí.
—Tal vez se fue por la puerta que se dirige a los casilleros.
—Habrá que preguntarle a alguien.
La charla se vio interrumpida porque el estudiante de primero se acercó al público femenino porque se interponía en su camino.
—Oigan, la práctica terminó —dijo Fukuda al grupo de chicas.
Ellas se quedaron en silencio, sin saber que decir ante la intimidante figura del muchacho. En eso, él reconoció a una de las estudiantes.
—Tú eres Arai —dijo señalándola. Todas voltearon a la aludida, quien se sintió avergonzada por tener tanta atención.
—S-si, Fukuda-kun.
—¿Qué están haciendo aquí?
Esa pregunta no le pareció tener mucho sentido, era obvio para todos, pero parecía que no para él.
—Estábamos esperando a que Sendoh-kun saliera para saludarlo —respondió Arai sintiéndose como responsable del grupo.
—Él ya se marchó como hace diez minutos.
—¡¿Qué?! ¿Cómo? —preguntaron varias chicas.
—Quiero ir por algo de beber ¿Podrían correrse? —pidió ignorando las preguntas de las admiradoras e intentando salirse de allí.
Después de un tiempo ignorando a las preguntas interminables de las fans, Fukuda salió hacia las máquinas expendedoras, mientras las chicas gimoteaban sin parar.
—No puedo creer que se haya ido —se quejó Yuzuki.
—No vale la pena apenarse por un chico, vámonos Yuzu-chan, tal vez alcancemos a Aki-chan.
—No creo que la alcancemos, ella es muy rápida.
—Es cierto, desde primaria siempre fue la más rápida de su salón. Solía correr un montón a cualquier lugar que iba. Siempre pensé que sería atleta, pero corredora, no basquetbolista.
—¿Eso fue por… —Yuzuki se acercó al oído de Miko y le susurró—. Lo de sus piernas?
—Así es —asintió y las dos empezaron su regreso—. ¿Aki-chan te lo contó?
—Poco y nada. Solo me dijo que usa siempre calzas largas porque le avergüenza que otros vean sus piernas.
—A ella no le gusta hablar mucho del tema, pero una vez un chico, a quien ella le ganó en una carrera, le gritó que tenía las piernas tan gordas y deformes como un rábano. Lo más probable es que ese tonto quisiera buscar excusas para justificar su derrota, pero desde entonces la veo usar pantalones largo donde sea que vaya.
Yuzuki se sintió mal por su amiga, pero estaba segura que ella podría llegar a ser una gran atleta y esperaba que algún día superase su complejo.
A las afueras de Ryonan, caminando a la luz de la luna, Akira se encontraba abstraída y taciturna, pensando en cómo encararía a su tocayo el viernes. Él ya no era su amigo con quien entrenaba, era una estrella en ascenso, un futuro As del equipo. A su lado, se sentía poca cosa, ella no era más que una simple novata sin tanta experiencia. Lo bueno es que tendría hasta el viernes para pensar eso, podría evitarlo con facilidad en los pasillos, no se lo encontró hasta ese día, sería fácil hacer eso.
—¿Akira-chan?
Reconoció esa voz. La nombrada volteó y se encontró con quien no planeaba ver hasta el viernes. El corazón se le cayó al estómago ¿Qué hacer ahora? Lo primero que podía hacer era saludarlo como un acto de cortesía.
—Hola, Aki… —no, eso era muy informal—. Sendoh-kun —se corrigió.
La sonrisa del muchacho cambió a una cara sorprendida.
—¿Eh? ¿A qué se debe ese saludo?
—Es que es mejor mantener la formalidad en un ambiente formal.
—Lo entiendo, pero ya no estamos en la escuela. Además, no me molesta que me llames por mi nombre.
—Tal vez a ti no… pero a otras personas les molestaría —habló refiriéndose a sus admiradoras, pero el muchacho parecía no saber bien a quienes se refería.
—¿Y por qué vas a complacer a esas personas? A mi me gusta que me llames "Akira-kun" y es lo justo, porque me gusta llamarte "Akira-chan".
Sendoh había alcanzado a su tocaya, hasta tal punto de caminar a su lado. Eso incomodó a Higashi, quien aumentó su ritmo para tratar de distanciarse.
—Llámame como quieras —dijo en un tono seco y sin mirarlo.
Aquellos actos no pasaron desapercibidos a él y Higashi debió de sospecharlo. Akira-kun era un chico amable, no tonto. Como deseaba que fuera menos amable, así podría distanciarse de él sin problemas, pero Sendoh era maravilloso, no le sorprendía que ganara el corazón de muchas chicas.
—¿Ocurre algo, Akira-chan? ¿Hice algo malo? —preguntó con un tono de voz tan inocente, que la chica sintió a su corazón partirse de lo dura que estaba siendo con él.
Él no tenía la culpa de ser así de popular y bueno en el basquetbol. Él era maravilloso, como había pensado antes. Con eso en mente, Higashi volteó a mirarlo y le enseñó una sonrisa un poco decaída, pero una sonrisa al fin y al cabo.
—No, Akira-kun. No hiciste nada malo —se sonrojó cuando se dio cuenta que volvió a llamarlo por su nombre.
—La sonrisa de Akira-chan se ve rara —Sendoh se dio cuenta de la melancolía que ella trataba de ocultar—. Pero a pesar de todo, estoy feliz de que me vuelvas a llamar por mi nombre.
Él volvía a levantar la comisura de sus labios con la misma amabilidad de siempre. Como ella detestaba esa amabilidad… y al mismo tiempo le gustaba.
Luego del comentario del muchacho, ella bajó su cabeza ruborizada.
—Akira-kun tiene muchas fans —dijo en voz baja.
—Es cierto. Estoy seguro que en el futuro también tú tendrás muchos fans que te apoyen.
—Casi ni nos dejaron hablar en el recreo —pensó en voz alta ignorando su dulce comentario.
Fue en ese momento, que el estudiante encajó las piezas de porqué su amiga estaba tan distante.
—¿Eso te hizo enojar, Akira-chan?
Es verdad, eso la hizo enojar pero no quería que él se enterase de ello, le avergonzaba admitírselo. Así que pensó en otra razón que también fuera verdad.
—¡N-no! No fue por eso. Es que… ayer tuve una pelea con mi hermana. Le dije que pusiera la mesa porque estaba cansada de practicar basquetbol en el jardín, pero ella dijo que estaba más cansada que yo porque estuvo estudiando todo el fin de semana. Ella va a ser ingeniera eléctrica por lo que debes imaginar todo lo que estudia. En fin, nos peleamos y no nos hablamos. Esta mañana no la vi porque me levanté temprano a practicar contigo.
—¿Ingeniera eléctrica? Suena como mucha matemática.
—Si que lo es. Mi hermano es una gran chef y mi hermana es un genio en matemáticas.
—Ojalá te disculpes con ella pronto.
—Lo haré en cuanto llegue. Después de todo, fue una tonta discusión —entonces se dio cuenta, que no solo era su hermana con quien debía disculparse—. Perdón por haber sido tan fría, Akira-kun. Solo estaba molesta por una tontería.
—Está bien, Akira-chan. Yo también debería disculparme, te dejé sola esta mañana sin avisarte.
—Ya te disculpaste por eso pero si te sientes muy culpable, puedes comprarme una barra de chocolate para compensarlo.
Ambos se rieron y llegaron a una bifurcación donde debían separarse.
—No vemos mañana, Akira-chan —se despidió él con la mano en alto.
Él dijo "nos vemos mañana", eso significaba que esperaba encontrarla mañana en el colegio. Eso la hizo sonreír.
—Si, Akira-kun.
Mientras lo veía alejarse, recordó unas palabras amables que él le había dicho antes, pero que ella ignoró y ahora quería agradecerle.
—¡Akira-kun, dijiste que tendría muchos fans en el básquet! ¡¿Verdad?! —le gritó. Él volteó y asintió—. ¡Pues quiero que tú seas mi admirador número 1! —fue lo último que le gritó antes de correr hacia su casa.
¿Quién dice que ella no podría llegar a ser tan buena como él? Tal vez algún día.
Sendoh se quedó impresionado y no reanudó su caminata hasta algunos minutos después. Sonreía a la noche pensando que esa chica era muy impredecible.
Creo que use reglas muy modernas para el juego de 3x3. Lo usual es que se juegue como el basquetbol callejero. Esta historia se habitúa a principios de los '90 así que me disculpo de mis errores cronológicos.
