Primero que nada, lamento la tardanza con la actualicación de la obra. Segundo, he cometido un error y pido mil disculpas por ello. Creí fuertemente que Marjorie era la muchacha que manejaba la posada del "Buen Cazador" cuando en realidad es la chica que manera la tienda de recuerdos en Mondstadt, la hija de Cyrus. En los siguientes capítulos, se intentará corregir el error. Mil disculpas ante eso, me confundí bastante feo y quizás alguno que otro se habrá confundido también.

Dicho eso, espero que disfruten el capítulo. Es un poco más corto, pero, siento que no podía agregar más cosas. Los siguientes serán como el resto, más de 3000 palabras por capítulo. Saludos.


Capítulo 05

La situación entonces en Espinadragón es bastante… curiosa.

Antes de llegar allí, antes de adentrarse a aquel lugar que casi ningún aventurero o caballero quiere entrar, había una especie de campamento, uno que apenas había sido establecido, uno que estaba específicamente para poder estudiar los fenómenos de aquel lugar.

Este lugar estaba siendo levantado por una aventurera llamada Iris, hermana mayor de Cyrus que, por respeto, no preguntó cómo puede ser que sean tan diferente y sean hermanos. Luego, por lógica, es obvio que la genética tiene mucho que ver aunque, teniendo en cuenta cómo es que era el rubio y cómo era esta mujer, una persona seria… te cuesta relacionarlos.

Dicho campamento, en palabras de Iris, estaba siendo levantado porque quiere investigar más a fondo los secretos de Espinadragón ya que ella, algunos meses atrás, asegura que ha habido algunos cambios dentro de esa zona y que vale la pena explorar.

—Ya que eres también un aventurero, y uno del cual he escuchado muchas cosas, me gustaría que tú junto a los demás puedan darme un reporte del lugar. Los acompañaría, pero en estos momentos, debo asegurarme que el campamento esté levantado para el final del día…

Iris no dijo, prefirió no comentar de hecho, nada con respecto a la presencia de Bennett. Aether se dio cuenta de esto. Tal parece que el muchacho, más allá de ser muy buen intencionado, se le mira de reojo. Con lo dulce y amable que es el muchacho…

Dejando de lado sobre los aventureros y su campamento, prosiguieron con su camino hasta adentrarse entonces en Espinadragón.

Allí mismo, más tarde…

Los caballeros, algunos con algo de experiencia y otros nuevos en cuanto a lo que es la exploración de este lugar, hablaban entre ellos, más que nada, Diluc estaba hablando, pero centrando su vista en los aventureros que hace unos momentos habían hablado con él.

—¿Sucede algo, Dliuc? —preguntaría uno de los caballero—. Tu mirada…

—¿Mm? —el peli rojo con el cabello atado miró al caballero que le hizo esta pregunta. Sonrió—. No, no sucede nada preocupante.

—Estabas demasiado serio —diría otro—. ¿Seguro que no ha pasado nada con los aventureros?

—Ellos están haciendo su trabajo de darnos una mano con la exploración del lugar, bajo ningún momento tendría problema alguno con ellos —confesó—. Ahora, dejando esto de lado, ¿cómo están nuestras provisiones?

—Jean ha hecho un excelente trabajo —realmente ella tenía un don para la logística y mantener todo en orden—. Todo está en orden, Diluc.

—Sí, tal parece que ella no dejó nada que se le escape de las manos… aunque tiende trabajar más de la cuenta… —el otro caballero miró a los demás—. ¿No creen que le debamos dar una ayuda?

—Jean les dirá que no —Diluc conoce bien a la rubia. Es testaruda a veces con respecto a su trabajo, sobre todo con el papeleo. Se reía para sí mismo justamente por ello—. Pero, traten de ayudarle de todas maneras. Luego vuelvan a sus puestos —los demás asintieron. Unos volvieron a su puesto, otros fueron a darle una mano a Jean que pese a que rechazó, terminaron ayudándole de todas maneras. Tras quedar solo, fue entonces que su hermano se acercó a él nuevamente—. ¿Y?

—Eula y yo no hemos encontrado nada raro —dijo el peli azul de tez morena—. Esto está… relativamente vacío. No entiendo qué querrán los aventureros de aquel campamento con esto —suspiraba. Miró a su hermano quien parecía ahora serio—. ¿Tú qué opinas?

—Que esto lo debemos tomar como una prueba —replicó—. Aparte, nuestro deber es explorar, aprender y coger experiencia con exploraciones. Es nuestro trabajo asegurarnos que las rutas hacia la ciudad sean seguras…

—¿Espinadragón está de camino a Mondstadt?

—No cuestiones las decisiones de Varka, hermano —le advertía el peli rojo—. Por algo nos ha mandado aquí con el resto… —iba a seguir. Kaeya al parecer se distrajo unos momentos. Pudo ver que miraba en un lugar en particular. Al seguir dónde es que ha desviado sus ojos, era precisamente el rubio de la trenza. Luego le volvió a mirar—. ¿Sospechas todavía de él?

—Todos están usando abrigos por el frío de la zona —miró de reojo a Diluc—, él… un poco más y se está desnudando.

—¿Sospechas porque puede resistir el frío? —soltó una leve risa ante su hermano—. Tú y Eula pueden aguantar mucho el frío… aunque es curioso…

—¿Curioso?

—Mi Visión es Pyro y soy blanco…

—… haha… —entendió a la perfección a lo que iba—. Estás un poco chistosito…

—Simplemente me parece divertido que sigas sospechando de él —pero más allá de las risas y las caras que Kaeya hacía, ahora se puso serio—. Hay cosas de ese muchacho que me hacen dudar si las cosas que dice o hace son verídicas, pero, no podemos simplemente basarnos en falsas corazonadas. Nos está dando una mano después de todo… y el Gremio de Aventureros hablaron bien de él…

—Okey, okey. Seguiré entonces con mi investigación privada con todo este asunto…

—Sería lo correcto, hermano. Ahora ve, descansa un poco…

—Eso no me lo tienes que decir, hermanito…

Kaeya podría tener razón de sospechar con respecto a Aether.

Apareció de la nada, quitemos el hecho que le encerraron porque Kaeya creyó que era un espía, comenzó a mezclarse con los locales, logró unirse al gremio de aventureros, ha hecho que muchos hablen bien de él… es extraño. Más porque cuando ese rubio ha aparecido, en las carreteras hacia la ciudad han comenzado a haber más bandidos de la cuenta y más hilichurls. Había ciertos motivos como para empezar a dudar sobre él. Pero, sin pruebas y con muchas coincidencias, ¿qué podría hacer?

Le ha dado el beneficio de la duda. Espera que su juicio sobre el rubio, más allá de tener sus dudas también, sea el correcto…

De mientras, con Aether…

El rubio estaba en su propio mundo también.

Ha conocido lugares fríos en su vida. Su hermana y él estaban, lograron, acostumbrados a climas de esta manera… pero este lugar era en cierta manera diferente. Incluso habiendo perdido casi todos sus poderes, de nuevo se siente feliz de tener la resistencia a las temperaturas. Pero no viene al caso, no. Este lugar, aunque no le generó frío alguno, le hacía sentir… escalofríos.

No puede explicar esto tampoco. Esos escalofríos que recorren toda tu espalda… por raro que parezca, sentía que este lugar lo estaba mirando a él y solamente a él. No tiene forma de explicar esto tampoco.

¿Los demás le creerán si dice que siente escalofríos del lugar y que se siente observado? Siente que no sería suficiente como para que el resto empiece a tomar preocupaciones.

Entre eso y las miradas por parte de los caballeros, sobre todo por parte de aquel peli azul de ojos claros que no dejaba de mirarle, digamos que las cosas iban… algo normales.

—¿Aether? —Bennett entonces habló luego de un rato. Tanto él como el rubio de la coleta estaban cerca de una fogata—. ¿Qué piensas de este lugar?

—Raro —replicó—. Han hablado de este lugar como un lugar donde nadie quiere ir… pero no encontramos nada raro… está… vacío —pensó—, ¿qué será lo que quieren los caballeros?

—¿Explorar? —preguntaba él, tampoco no entendiendo mucho—. Yo creo que es que quieren explorar…

—Debe de haber algo entonces… —de nuevo, pensó. Mirando entonces a varios lados, vio que todos estaban más concentrados en no pasar frío que en otra cosa. Los aventureros experimentados hablaban con el peli rojo de Diluc para saber los siguientes movimientos. De reojo miró al muchacho de Bennett—. Ey, ¿quieres explorar un poco más? —preguntaba.

—… ¿no sería peligroso?

—¿No hace eso a la exploración emocionante?

—No lo sé… separarnos del grupo… para explorar este lugar que nadie quiere… ¡obvio que sí!

Trató de ser lo más disimulado posible con respecto a esto. Estaba haciendo un mal accionar en separarse del resto, más en un lugar donde ni él ni Bennett conocen. Pero, explorar es un peligro que a la vez es algo necesario. No encontrarán tesoros… o eso cree Aether. Simplemente, él quiere conocer más de este lugar tan etraño y de paso, hacer algo emocionante con el muchacho, un hermano menor que nunca tuvo…

Es mayor a Lumine por unos cuantos segundos, pero, la pobre muchacha no viene al caso ahora mismo…

. . . . . . . . .

—… ¿qué es eso?

—Ni yo tengo idea…

Se adentraron un poco más en Espinadragón.

Llegaron… a un lugar un tanto peculiar.

La nieve es algo que nunca dejarán de ver. El tema era que habían algunas formaciones de hielo que les resultó a ambos muy extraño. Elevados por unos cuantos metros al aire y con formas que si uno cae encima de ellos quizás terminen empalados. Tampoco pareciese que fuese algo que pudiese partirse con facilidad. El hielo, supuestamente, es algo que si bien es la solidificación del agua que pasa de líquido a sólido, uno con fuego o con algo de fuerza podría partirlo. Bennett, tras pedirle que lo haga, utilizó su Visión Pyro… no hubo éxito alguno en derretirlo.

Él, con su fuerza, tampoco. Probó entonces usar un poco el poder que de alguna manera ganó tras tocar aquella enorme torre de un hombre sentado en un trono.

—¿Geo? —Bennett entonces descubrió algo sobre el rubio—. ¿Tienes una Visión Geo, Aether? —y no pudo evitar mirar a los alrededores de este—. Pero… —no vio nada. Sumemos algo más a la ecuación—, ¿no te he visto usar Anemo antes…? —se paró frente a este, un tanto incrédulo.

—…

—¿Cómo… es posible? —preguntaría.

El que una persona se le brinde una Visión es sinónimo de que esa persona de alguna manera es especial, una persona digna de poder portar el poder de un Arconte en su nombre. Independientemente si creía en otro Arconte, era algo "normal" que Arcontes de otros elementos decidan bendecir a creyentes que no siguen sus enseñanzas. Es decir, de 10 personas, quizás y máximo solamente 2 personas pueden ser bendecidos con una Visión de algún Arconte.

¿Alguna vez has escuchado a una persona que pueda portar dos Visiones?

No, para nada.

No hay registro alguno sobre esto… pero, ¿Aether puede hacerlo? Pero más llamativo era para el muchacho con la bandita en su nariz el hecho que no viera un colgando o algo que simbolice que es portador de una Visión.

Aether, como tal, simplemente mostró un poco del poder, extraño, que poseía. Manifestó tanto el elemento Geo como el elemento Anemo en ambas manos y al mismo tiempo.

—… increíble…

Más allá del shock, los ojos de Bennett brillaban.

Digamos que era más el asombro y la admiración que el shock y la sorpresa de descubrir esto. Que una persona pueda portar el poder de dos Arcontes… ¿no significaba que esa persona era algo más?

—Procura no decir nada —ambos elementos desaparecieron de las manos de Aether. Bennett simplemente asentía una y otra vez. No iba a decir nada con respecto a esto—. Es mejor que esto quede entre nosotros…

Dicho esto, miró a una dirección.

Se sintió vigilado.

Puede que alguien haya visto la muestra de sus poderes. No era mucho, pero quizás el ver que puede manipular ambos elementos es algo que posiblemente llame y mucho la atención. De igual manera, prefirió ignorar esto. Se ocupará de esto más adelante. Ahora mismo, lo que importaba, ya diciéndole a Bennett que sigan explorando un poco más, era la formación de un semicírculo de hielo alrededor de lo que era un hielo… ¿enorme? En el centro de este semicírculo.

¿Qué podría ser?

¿Qué podría haber dentro de esto? Había un destello rojo dentro del hielo. Era tenue, pero podría lograrse ver. Incluso si usase tanto su poder Geo como Anemo, sería en vano. No había forma alguna de romper esto. Bennett tampoco pudo hacer algo con su Visión Pyro.

Pero lo que descubrieron aquí… realmente es llamativo…

. . . . . . . . .

La expedición continuó de manera normal.

Los demás notaron la ausencia de ambos, de Aether y Bennett. El rubio sabe de sobra que explorar un lugar solo con un pequeño niño de 14 años de edad no fue la mejor decisión de todas. Él aceptó la culpa de todo. Bennett quiso decir que él también había convencido al rubio de ir, pero el muchacho de la trenza dorada aceptó toda la culpa, no queriendo hacer que Bennett se lleve la culpa. Que fue arrastrado por el rubio. Los demás entendieron y por ende, regañaron al rubio.

Obviamente, tuvo que informar sobre lo que había visto. Ni modo que gane algo por esconder dicha información.

—¿Construcciones raras de hielo?

—No sé si podría decir que son construcciones… el hielo tiene una forma rara… y sin importar que use algo de fuerza, este no se partía para nada.

—Mm. Es intrigante, la verdad. También has dicho que había algo extraño…

—Había como un semicírculo de hielo que rodeaba algo que era un fragmento de hielo enorme, demasiado grande. Había… había una luz tenue dentro de la misma, roja. No sé qué podría ser…

—Entiendo. Muy bien. Obviaré el hecho que no has obedecido mi pedido de mantenernos juntos y evitar perdernos en este lugar, Aether.

—Gracias, Diluc…

—Procura no hacer esto de nuevo. Desobedecer órdenes a veces puede llevarte a castigos severos… incluso si significa hacer algo que ayude a todos —Diluc le dio una sonrisa tranquilizadora a Aether. El rubio no estaba alterado ni nada. Palmeó el hombro de este. Era alto, pero llegaba hasta su nariz en altura—. Todo está bien ¿sabes? Prosigue con tu trabajo. Luego informaremos a los demás sobre lo que haremos luego.

Asintió el rubio para luego ir de vuelta con Bennett y decirle que todo está bien.

Diluc, por su parte, miró la espalda de este, de Aether, para voltearse e ir directo entonces con su grupo de caballeros. Específicamente hablando, fue con Jean, la que más o menos trataba de anotar las cosas que han visto o en este caso, lo que Aether ha dicho sobre aquel lugar.

—¿Jean?

—Ah, Diluc, seguro has venido a mí para preguntarme si los demás volvieron de ver el lugar que describió ese aventurero. La respuesta es sí, es tal cual ha descrito del lugar. También han encontrado algo curioso allí

—¿Qué es?

—Esto —la rubia entonces mostró un fragmento de una roca roja. Diluc miró dicho fragmento—. Un aventurero que fue con los demás dijo que esto no estaba antes. Dijo que era algo nuevo que habrá aparecido allí —le entregó dicho fragmento a Diluc quien lo inspeccionaba—. No sabemos qué es concretamente hablando, pero al parecer, tras destrozar la pequeña formación que contenía este fragmento, el mismo se había unido al que había destrozado aquellas rocas que contenía el fragmento.

—¿Se unió?

—Me dijo que tras romper aquellas rocas, este fragmento se unió a su espada pero tras no hacer nada por un pequeño rato, el mismo fragmento se desprendió de la espada. Eso me ha dicho él —Jean dejó entonces sus cosas. Miró a Diluc detenidamente—. ¿Tú que crees?

—Raro —dejaba de inspeccionar el fragmento—. ¿Un fragmento que se une a tu arma apenas destrozar el lugar donde está? Es curioso. ¿No sirve para nada entonces el mismo ahora?

—Aparentemente, no. Habría que hacer que un herrero vea las propiedades de esta roca. Quizás y pueda servir para fabricar armas o alguna otra cosa. De todas maneras, es todo el reporte que tengo para decirte, Diluc.

—Muchas gracias, Jean. En serio eres alguien muy buena para depender…

—Hehe… g-gracias…

Ah, qué hermosa que era la rubia a ojos de Diluc.

Cuando se apenaba, más todavía. Era una chica digna de ponerle un anillo en el dedo. Por eso sonreía, porque seguramente sabe que mientras tenga a una mujer como Jean a su lado, siente que podrá hacer muchas cosas…