Dalila y María bajaron de autobús en el que se habían montado para llegar al 789 de Springwood, donde, según Google maps se encontraba la residencia actual de Lori Campbell, se acercaron a la entrada, atravesando el porche y tras tomar una onda respiración y encontrar valor en sí mismas, llamaron a la puerta y esperaron. A los pocos minutos una mujer de unos 35 años, rubia, de ojos verdes y cabello corto.
-Buenos días.- empezó Dalila.- ¿es usted Lori Campbell?.-
-Sí soy yo, ¿queréis algo?-
-Verá soy Dalila, la hija del nuevo cura, necesito hablar con usted...- hizo una pausa para asegurarse de que nadie les escuchara y entonces susurró.- se trata de Freddy Krueger.-
Los ojos de Lori se abrieron de horror, agarró a las dos chicas de la muñeca y empujándolas dentro de su casa.
-¡Cómo conocéis ese nombre!.- dijo asustada.
-Por eso venimos, ha vuelto, me ha amenazado, a mí y a mi padre, el nuevo cura de Springwood.-
-¿quién es Lori?- dijo la voz de un hombre dentro de la casa.
-Unas chicas que vienen a pedir consejo, Will ven aquí te necesito ahora.-
Un hombre de más o menos la misma edad de Lori con una leve barba y vestido con una camiseta blanca de manga corta, unos pantalones de deporte y playeros.
-¿Qué ocurre Lori?-
-Will, ella es Dalila, la hija del nuevo cura de Springwood y ella es...-
-María, una amiga suya.-
-Sí, gracias, verás Will, ellas… Han venido... Por él, dicen que han vuelto.-
-Así que es oficial, Krueger ha regresado.-Las chicas asintieron.- Menos mal que decidimos bien hace dos meses.- le comentó a su esposa, recibiendo una mirada confusa de las dos chicas.
-Veréis.- explicó Lori.- No creo que os hayáis fijado en el camión de mudanzas que hay en la acera, -las dos chicas se dieron la vuelta para mirar el vehículo- veréis, Will y yo vamos a mudarnos a otro estado, fuimos de los primeros en darnos cuenta de que Freddy había regresado, y nosotros podemos defendernos, pero…- Lori hizo una pausa pensando como les diría las siguientes palabras.- Will y yo vamos a tener un hijo, y sabiendo que él está aquí, como comprenderéis, no queremos que nuestro hijo se quede en este pueblo. Aunque a nosotros ya no puede hacernos nada, a nuestro hijo podrá atacarlo cuando quiera, y eso nos asusta mucho.-
-Entiendo, y por eso venimos, Freddy está acosándome en los sueños y ha amenazado de muerte a mi padre, solo vengo a pedir consejo. ¿Cómo puedo enfrentarme a él para sobrevivir?.- Lori la miró con ternura, viéndose a sí misma cuando se enfrentó a Freddy, asustada y confusa.
-Lo único de lo que estoy segura, es de que Freddy es más débil en el mundo real. No puedo decirte nada más lo siento.-pese a eso ambas pidieron que les contaran su historia y como lo vencieron, tras media hora de explicaciones Dalila y María dieron las gracias y se despidieron.
Antes de salir, Lori agarró a Delila y la entregó un papel con algo escrito.
-Si algún día me necesitas, llámame.- tras eso la despidió y Dalila fue junto a maría para ir de camino a la parada de autobús.
Cuando las dos se montaron en el bus Delila desdobló el papel que Lori le había dado viendo que tenía escrito una dirección, los teléfonos móviles de Will y Lori y sus correos electrónicos, así estarían en contacto y ella podría consultarla cualquier duda sobre Freddy. Ambos amigos pasaron el viaje en silencio, pensando sobre lo que Lori les había dicho, hasta que el bus paró en la entrada de la iglesia, una de las ventajas que tenía la chica al vivir en aquel edificio, se despidió de María, que vivía tres paradas más adelante y se dirigió a la entrada de la iglesia. Miró si reloj de pulsera y vio que eran las once de la mañana, habían tardado menos tiempo del esperado en hablar con Lori. Delila giró hacia la derecha y entro por la puerta lateral para entrar en casa. Cuando entró, su padre estaba encendiendo unas velas en la pared izquierda y recogiendo en dinero de la colecta para guardarla en la caja fuerte de su despacho.
-Hola, papá, ¿qué tal ha ido la mañana?-
-Bien, aunque me gustaría que los jóvenes acudieran más a la iglesia.- dijo riéndose.
-Papá, podemos hablar, por favor.-
-Dalila ya lo hemos hablado,- dijo el hombre de piel pálida y ojeras mirándola de forma protectora.- esto no te incumbe y si te metes acabarás peor.-
Ella quiso hablar con él, pero sabía que era inútil, su padre era muy autoritario, él no la ayudaría y ni siquiera su padre sabía que corría un grave peligro, si Fred pretendía hacerle daño, solo ella podía enfrentarse a él, ya había antecedentes en los que Freddy ha podido matar a adultos en sus sueños y no solo niños y adolescentes, igual que la madre de lori. Estaba decidido, esa noche se enfrentaría por primera vez a Krueger, y haría lo necesario para protegerlo. Esa tarde, Dalila comió junto a su padre en el salón, y se marchó a casa de maría a pasar la tarde.
Se marchó a las cuatro de la tarde hacia una casa en la acera de enfrente que estaba a unos metros de allí, la casa de María, una casa americana estándar, sótano, planta principal y desván, con el añadido de tener un porche y un jardín trasero, Dalila entró en el porche y llamó al timbre, una mujer de pelo negro vestida con un delantal la recibió y la dejó entrar en la casa.
-Si buscas a María está en su habitación.- Dijo la mujer de forma amable y dulce. Dalila amaba ir a casa de María, tenía un ambiente familiar que la suya no tenía, esto era un hogar, lo suyo solo era un piso en el desván de una iglesia reformada. Dalila subió al piso superior y giró a la derecha para abrir la primera puerta de esa zona del pasillo.
-Hola, Dalila, pasa.- dijo María girándose en la silla de ordenador y quitándose los cascos para levantarse y abrazar a su amiga cuando esta entró en su cuarto y cerró la puerta.- ¿qué tal estás?.-
-Bien, bueno, he decidido enfrentarme a él, esta noche, no tomaré el Hypnocil, no hasta que vea que es realmente necesario.-
-Estás segura de que quieres hacer esto, eres nueva aquí, y no sabemos nada sobre como podemos erradicarlo, ¿no deberíamos esperar a tener un plan para dejar de tomar las pastillas y enfrentarlo?.-
-Si no lo intento mi padre correrá peligro, no puedo permitirlo, mi padre es lo único que tengo desde que murió mi madre.-
-Vale, pero si lo haces, ten cuidado, por favor, toma precauciones, Freddy ahora es un demonio tal vez podamos usar eso en su contra, vives en una iglesia, tal vez los crucifijos o el agua bendita le pueda hacer daño.-
-Lo que dices tiene sentido, tal vez se le pueda hacer daño, intentaré soñar con la iglesia, tal vez esto le debilite y pueda usarlo a mi favor, aunque esté en el mundo de los sueños, si está en un ambiente que no conoce quizá sea yo la que tiene la ventaja, o como mínimo estaremos en igualdad de condiciones. -
-Está bien, pero por favor, ten cuidado, Krueger mató a más de treinta niños en vida y muchos más, convertido en demonio, no te arriesgues si ves que algo puede salir mal.-
-Tranquila maría, ya me conoces, soy lanzada, si hago algo iré a por todas, te lo prometo, acabaré con él esta noche y te traeré su sombrero como prueba.-
-¿Y si no lo consigues? -
-Habrá que seguir luchando, y deshacernos de él para que no vuelva a hacer nada a nadie más, escucha estamos solas, esto es entre tú y yo mi padre no puede enterarse, se volvería loco si supiera que me arriesgo tanto, y se sentiría culpable si sabe que lo hago para protegerle.
-Está bien.- dijo María- cuenta conmigo para lo que necesites, pero de momento yo seguiré tomando Hypnocil, no quiero arriesgarme.-
Dalila sonrió a su amiga y se abrazaron con cariño.
