FRENTE 1- EXTERIOR…
Deidara se estaba acercando al lugar indicado, le habían avisado que se presentara a esa cueva secundaria de la organización. Ese lugar era otro de los escondites que usaban, aunque ese más bien pocas veces lo había pisado, era algo pequeño para albergar a todos los miembros. Pero ahí estaba ante el requerimiento de Zetsu. No le gustaba ser ordenado y más cuando su intención había sido ir a por Itachi Uchiha, quería pelear contra ese imbécil y demostrar que era fuerte y su arte importaba y no era motivo de burla o desprecio. Pero no, la tarea de perseguir a ese traidor había recaído en Kisame… ¿Por qué siempre le despreciaban de esa forma? ¡Malditos idiotas que no tenían ojos en la cara! Él había estado entrenando con dureza para enfrentarse al sharingan del Uchiha ¡Podía vencerle! Pero en vez de dejárselo demostrar le habían ordenado que se quedara en la guarida por si era necesitado y hace apenas unos minutos atrás Zetsu le había dicho que la guarida secundaria cercana donde se hallaban, estaba siendo atacada por ninjas de la Hoja, que se preparara para pelear contra ellos y terminarlos. Y el muy idiota encima de ordenarle cuando era un don nadie, se había atrevido a amenazarle diciéndole que no les fallara. ¿Cuándo había fallado él? Había capturado al junchuriki de la arena, al sanbi también lo había atrapado él… ¡Él no fallaba! En cambio Sasori y su "arte es eterno" había muerto, Hidan y su Jashin-sama también, lo mismo que Kakuzu, Konan había sido encontrada muerta, no había rastros de Nagato e Itachi había traicionado a la organización… Él en cambio seguía allí, vale Kisame y Zetsu igual, pero a él seguían infravalorándolo al creer que no podría ocuparse de Itachi Uchiha, en cambio tenía que pelear contra unos mierdas de Konoha. Resopló mientras se montaba en un ave de arcilla y volaba hacía el lugar. Acercándose sintió una sensación extraña en su cuerpo, como algo que le instaba a ir más cerca, a ir más rápido hacía ese sitio… Quizás eso significaba que tendría suerte y la batalla sería mejor de lo que creía, quizás se enfrentaría a enemigos formidables de esa aldea. Sonrió emocionado y se afanó a llegar. Bajó a tierra para comprobar quienes eran sus enemigos, verles la cara a los que morirían gracias a sus geniales explosiones, a su magnifico e insuperable arte… Un beta hortera con un peinado ridículo, una hembra también beta que le miraba con curiosidad y… Su corazón latió acelerado, su boca se secó, sus pupilas se dilataron y sus piernas temblaron mientras una intensa corriente eléctrica le recorría al ver y oler al último de los miembros de ese equipo. Un alfa. Su alfa destinado.
–Tú…– Las palabras habían desaparecido de su léxico. Era incapaz de decir nada más inteligente en esos momentos. ¡Oh, mierda!
Neji por su parte también había sentido el fuerte tirón que le confirmaba que estaba conectado a ese omega rubio que había aparecido. Un omega enemigo, un criminal de rango S que formaba parte de Akatsuki; un criminal que había atacado Suna, al aldea aliada con Konoha, y no contento con atacar la aldea, había peleado contra su líder y lo había capturado para extraerle al bijuu de su interior, lo que significó la muerte de Gaara, o la habría significado sino llega a ser por Chiyo y Naruto. La primera entregando su vida a cambio y el segundo aportando su chakra para ayudarla en el proceso de resucitarle.
Sino fuera porque eso no iba con su estilo y forma de proceder, ahora mismo se daría de golpes contra el muro de piedra a unos metros delante suyo. Encima Deidara no era de ningún clan famoso, ni nada que le identificara como alguien noble y digno. Si su clan lo descubría pondrían el grito en el cielo por lo inmoral e inadecuado del omega y de lo que eso significaba.
–El destino me odia–Mientras suspira abatido y cierra los ojos. ¿Por qué le tenía que tocar tal destinado? Los dioses, definitivamente, le odiaban… Primero su destino había sido ser "esclavo" de la rama principal y, cuando ya se había librado de eso gracias al Hokage… Ahora esto. Mira decepcionado a ese rubio bocazas, porque tras el shock inicial que le había mantenido silencioso durante unos minutos, ahora ese había empezado a quejarse y a decir que iba a explotarlo todo de tan indignado que se sentía… Definitivamente preferiría morir por orden de la rama principal que tenerse que enlazar con ese. Y lo que le dejaba más avergonzado es que desde que percibió y olfateó a ese omega rubio se sentía muy atraído por él… Y encima estaba algo… Ejem… Excitado. Él que siempre había mantenido un férreo control de su vida, emociones e impulsos, él que no se había dejado llevar nunca por la intensa vida sexual que dominaba a alfas y omegas desde que sufrían su primer celo. Él que siempre había parecido un témpano de hielo en cuanto a esos placeres animales… Y ahora sabía que si ese maldito omega se acercaba de más, si le oliera de cerca, si sintiera el calor de su cuerpo… Se lanzaría a frotarse en su contra como una bestia sin raciocinio; que en cuanto pudiera buscaría desnudarle y desnudarse para tener coito de formas repetidas, calientes, lujuriosas, húmedas, compartiendo fluidos algo asquerosos pero que le encantaría notar y soltar. Era horrible y se sentía tan fuera de control por momentos.
–Bueno… Es… ¿Mono?–Intenta consolarle Tenten mientras observa algo estupefacta y sorprendida la rabieta que estaba haciendo el rubio por haber encontrado al alfa que se suponía que era su macho.
Rock Lee le levanta el pulgar y le sonríe, aunque sin la característica fuerza que imprime al gesto normalmente. Sabe que es otro intento de muestra de ánimo, igual al de la kunoichi… Cuando en realidad no le animan para nada, ni le hacen sentir mejor.
–… Un maldito estirado que seguro no tiene gusto por lo artístico… Hm– Seguía con su retahíla el rubio mientras estaba haciendo explotar pequeños insectos que él mismo creaba, imagina que intentando liberar su frustración por esa "sorpresita" que se han llevado los dos. – ¡Antes hubiera preferido a cualquier otro, hm!
¡Estaba tan enfadado! ¡Se sentía estafado! Su "alfa" tenía pinta de aburrido, de frígido y se notaba que no tenía verdaderas cualidades para apreciar el arte… Si solo había de mirar como vestía con esas prendas tan sobrias… Y ese rostro hastiado y asqueado. Encima le estaba mirando a él con esa cara, ¿significaba eso que él le asqueaba? Le iba a enseñar… Ah, no… Que no podía herirle para matarle… Cosas de destinados y esas chorradas. Pateó el suelo e hizo explotar una pequeña araña, mientras rechinaba sus dientes… Tanto los de las manos como los de su boca.
–¡Deja de explotar cosas! –Ordenó elevando la voz. Había casi gritado después de no tener la necesidad de hacerlo en mucho tiempo, pero es que ese omega era... –¡Y también de gritar! –Mientras se frotaba la frente, le estaba empezando a doler tanto la cabeza...
Deidara reniega, de nuevo… Pero en voz más baja, aunque no se da ni cuenta que instintivamente le ha obedecido. Su "macho" es un finolis mequetrefe y encima no puede atacarle para deshacerse de él y así librarse de lo que les ha marcado el puto destino. Cuando había sido llamado a ese frente, su función era pelear contra esos tres shinobis de Konoha y deshacerse de ellos, pero ahora no es posible porque va en contra de lo que le marca el puto instinto. Y su indignación crece al escuchar esas órdenes con esa voz molesta y aburrida, aunque dura… Arruga el rostro en una clara mueca enfadada y caprichosa. ¡Él no tenía la culpa de que el jodido destino les hubiera enlazado y ese alfa seguro que le culpaba! Resopla y se cruza de brazos, mientras gira su rostro en cualquier dirección que no sea ese ojos de pez muerto. Él es el que tendría que estar enfadado… ¡Espera! ¡Ya esta enfadado! Lo está por no poder desobedecerle, por haberle tocado de pareja ese niñato con ínfulas de superioridad pero que parecía nena delicada y que se fuera a romper a la mínima. ¡Y encima no le gustaban sus explosiones! ¡Eso era lo que más le indignaba! Además tendría que follar con él, porque no podrían reprimir lo que les impulsaba a hacerlo, y estar viendo esos ojos blancos mientras lo hacían… ¡Oh mierda! ¿Sus cachorros iban a heredar esos ojos sin vida? Espera… ¿Deseaba siquiera convertirse en "madre"? ¡No! Nunca se lo había planteado y ¿ahora tendría que hacerlo? ¿Darle crías a ese alfa? Unas cosquillitas en su bajo vientre le hicieron fruncir el ceño con mayor intensidad y arrugar su rostro en molestia. Su cuerpo le traicionaba deseando eso mismo que hasta ahora nunca había querido.
Zetsu negro siente la ira crecer en su interior. Ese inútil de Deidara no sirve para nada… ¿No podría haber muerto él en vez de Sasori? Deidara era un puto omega bocazas que se creía el gran shinobi y sólo era una hembra que les sería inútil cuando hallara a su destinado y, para muestra, el botón. Ahí estaba el macho del rubio y con la sola presencia de ese Hyuga, y una simple orden dada por el alfa, Deidara ya quedaba inhabilitado para el combate.
Había escogido mal a los miembros de Akatsuki… Nagato otro puto omega, Konan demasiado fiel al Uzumaki, Itachi les había traicionado por un culito mojado, Madara le había hecho enviar a Kisame a una misión, Hidan y Kakuzu muertos a manos de unos críos de Konoha guiados por el que era el omega de Obito… Un omega al que no podían tocar para no hacer enfadar a la caprichosa e incontrolable "hembrita" de Madara, o sea al mismo Obito. Y ahora Deidara… Estaba rodeado de incompetencia, por suerte Madara estaba ahí de nuevo para tomar las riendas de todo. Aunque esta vez si se desharía de Deidara. Si ya no le servía, lo mataría y así de paso desmoralizaría al alfa del mismo, que aunque se mostrase molesto y en negación por estar enlazado con el ruidoso rubio, sabía que la muerte del mismo le jodería dejándolo incapacitado para el combate el tiempo suficiente como para terminar con él también.
Neji, aunque sigue en su ofuscación e intentando hallar su calma natural y el control que ha conseguido tener de si mismo y sus emociones e instinto durante todos esos años. Su intento de sosegarse desaparece cuando nota el aura asesina, un chakra malévolo destinado al que es su omega y que viene de ese homúnculo negro. Sus labios se arrugan en una mueca agresiva destinada a amenazar a ese antes de lanzarse al ataque con el byakugan activo.
–¡LEE! –Avisó a su compañero mientras le dedicaba una ligera mirada.
Su amigo no necesita más para entenderle, así han llegado a compenetrarse. Rock se lanza a por Deidara, que seguía distraído a todo lo que no fueran sus propias sensaciones internas, y sujetándole le aleja de lo que va a suceder. A Lee le gustaría pelear mano a mano contra esa masa negra, pero sabe que es Neji quien debe hacerlo. Su amigo ha sentido en peligro a su pareja y su compulsión, esa que tienen todos los compañeros destinados, es de cuidar y proteger a su otra mitad, por eso no va a meterse en la pelea a no ser que su amigo le necesite, algo que conociendo al Hyuga y su capacidad no va a suceder.
Neji se detiene y gira con velocidad mientras expulsa chakra por su cuerpo, usando el giro celestial para repeler a Zetsu negro que, sin poseer la velocidad de los dos miembros de ese equipo, se había lanzado para apuñalar a un distraído Deidara. Zetsu es lanzado contra el suelo por la potente ráfaga de la técnica del Hyuga. Eso a dolido, pero no puede quedarse ahí en el suelo, es blanco fácil. Empieza a incorporarse con lentitud, aturdido por el fuerte ataque.
–Maldito…
Pero Neji se lo mira con seriedad, colocándose en una postura de calma, separa las piernas y estira sus brazos mientras dobla un poco las rodillas. Su ataque inicia, Zetsu está en el rango del trigrama, los sesenta y cuatro puntos hakke serán lo que termine con él. El alfa se lanza empezando y golpeando sin tregua al homúnculo.
Deidara no se espera ser agarrado por ese beta de peinado horrible y ropa hortera, se debate pero es sujetado con mayor fuerza mientras se alejan. ¿Le está raptando para ese alfa? Y es cuando nota los dos chakras, los dos amenazantes, los dos peligrosos, uno con ansias asesinas y el otro con afán protector pero a la vez furioso. Y al estar a distancia prudente el chico le suelta y sus pies tocan el suelo, se gira en la dirección donde estaba anteriormente y ve como su alfa ataca a Zetsu.
–¿Me está…? – Pero si ese alfa parece repudiarle.
–Esa cosa negra quería matarte y Neji ha sentido sus intenciones, se ha lanzado para protegerte.
Y su corazón late con fuerza y sus sentimientos hacía ese que es su destinado se ablandan… Quizás no sea tan malo que estén unidos por el destino. Y le observa pelear, verle en acción le hace babear por tres de sus bocas… ¡No! Que sean las 4 porque también nota cierta humedad en la boca de su pecho, y eso que está cosida. Y se siente excitado, su alfa le parece ahora tan decidido y masculinamente erótico, tan varonil, tan agresivo, tan dispuesto… Él le había juzgado como pasivo y frígido. Y aprieta su entrada para que no se le humedezca la ropa interior con el lubricante que siente segregar. Se muerde el labio inferior y traga, mientras le observa lujurioso.
Zetsu no es rival para Neji. El joven es uno de los más poderosos de su clan, es considerado un genio en su generación. Ha aplicado dos técnicas muy poderosas de los Hyuga; dos técnicas que estaban vetadas para la rama secundaria y que él aprendió de su observación cuando las realizaba su tío. Mira con satisfacción a su rival muerto, ese homúnculo que quería matar a su pareja destinada y no iba a permitirlo. Puede no gustarle haber encontrado a su omega en ese rubio bocazas y encima enemigo de su aldea, y de todas las aldeas shinobi al ser un Akatsuki, pero es SU pareja y su instinto no iba a permitir que esa cosa negra le pusiese un dedo encima. Ahora su puma se siente ufano por haber podido proteger a su hembra, y él sólo puede resoplar internamente por como su bestia interna se pavonea. Y ronronea hinchando el pecho, encendido e inflamado al llegarle a la nariz en aroma que desprende su rubio destinado. Las aletas de su nariz se dilatan al olfatear en profundidad: un aroma cítrico mezclado con pólvora y pimienta. ¿Por qué no le extraña de alguien como el de las explosiones? Picante y cítrico. Y le encanta como ese aroma impregna el aire y aun le gusta más saber que su omega se ha excitado al verle pelear y vencer. Una sonrisa torcida curva sus labios… Puede paladear ese aroma, esa excitación. Su hembra le desea ahora y él no desea controlarse como hace normalmente. Pero Neji es Neji y ante todo es un profesional… Sabe que no es el momento. Observó a su pareja y ese también estaba respirando algo superficial mientras le miraba con descarada lujuria, una intensidad en esos ojos rubios que le hacían replantearse su autocontrol. Cómo le gustaría morderle ese labio inferior que Deidara se mordisqueaba. Suelta un gruñido y niega. No puede… No debe. Pero si sigue así va a perder el control.
–¡Lee! ¡TenTen!– Su cuerpo tiembla de la fuerte pelea interna que mantiene consigo mismo. Está usando toda su fuerza de voluntad intentando retenerse a si mismo de hacer algo indebido ahora mismo, delante de sus compañeros y sabiendo que su maestro, el Hokage y Kakashi-sensei están peleando con Madara Uchiha.
Su voz sale rasposa y con dificultad, le han crecido los colmillos deseando enterrarlos en el bronceado y apetecible cuello del rubio. Marcarle. Poseerle. Disfrutar por primera vez de los placeres carnales, de desatarse y dejarse llevar. Quiere hacerle tantas cosas a su omega.
Y su compañero actuó, Lee, conociendo su fuerza y capacidades, había corrido hacía él y le sujetó con fuerza mientras su compañera saltaba hacía el rubio y le empujó un poco, para poner mayor distancia entre ellos. Buscando que no se olieran con tanta facilidad para que de esta forma Neji pudiera sosegarse.
–Os estáis descontrolando ambos y no deseo ver algo que… ¡Ucs! Eso no me va, ¿sabes? Así que mejor os mantenéis a distancia hasta que os logréis controlar.– Busca explicar la kunoichi mientras sujeta al rubio para forzarle a alejarse aun más de su compañero.
–¡Eso no va a ocurrir!– Niega con terquedad Deidara sin querer admitir la realidad de lo que está sucediendo o sucedería sino implementaban medidas.–¡Y no me pongas las manos encima!
–Soy beta y hasta yo huelo las feromonas sexuales que desprendéis y la calor que sueltas… ¡Cochino! –Gritó asqueada apartando la mano con la que había sujetado a ese rubio. El muy marrano le había chupeteado los dedos con esas lenguas que le salían de las bocas en sus manos y se los había llenado de saliva.
–¡Eso por tocarme, niña!– Nadie, y menos esa, le obliga a hacer algo o le dice algo que no quiere oír.
–¿Quien es más niño? ¿La que intenta evitar el ver una escena porno o el que ensaliva las manos del otro para que no le toquen? Además, ¡no soy una niña! ¡Tengo 17 años!
–Eres menor que yo por 2 años, así que si eres una niña, mm. Y eso del sexo no va a ocurrir…
–Basta ya.– Ordena Neji en voz baja pero firme.– Y haz el favor de hacer caso a Tenten.
–¿Y POR QUÉ TENGO QUE SER YO QUIEN LE HAGA CASO A ÉSTA? –Gritando indignado a su alfa. –¡Eres injusto conmigo!– Mientras se cruzaba de brazos y realizaba un puchero adelantando el labio inferior.
Ese rubio era un tarugo y no pensaba en las posibles consecuencias de quedarse allí… Pobre de su amigo Neji lo que le había tocado aguantar.
Lee gruñó por el esfuerzo de sujetar a su amigo, Neji era muy fuerte y aunque intentaba controlar lo que le sucedía, las dinámicas alfa-omega eran instintivas, primitivas y poderosas.
–¡Aléjate, Deidara-san!–Pidió Rock entre dientes por el esfuerzo.
–Ñeñeñe. –Pero realizó un ave de arcilla y subiéndose en ella se elevó. Al menos ese chico de peinado horrible le había tratado de forma respetuosa y también le ayudó alejándole de Zetsu y su intento de asesinato.
Y cuando el intenso aroma a feromonas desapareció pudieron respirar tranquilos. Neji mismo notó como iba calmándose. Suspiró sintiéndose aliviado de poder volver a la "normalidad" y no estar dando un espectáculo tan fuera de lugar e inadecuado. Estaba de misión y encima con sus compañeros de equipo, esas cosas intimas que sucedían entre alfa y omega tenían que realizarse en privado.
–Disculpad. –Musitó avergonzado por su comportamiento y el descontrol mostrado.
–Nada.– Le sonrió Tenten que aun sacudía su mano todo y habérsela limpiado con la capa del rubio mismo.
–Si, no te preocupes Neji, lo entendemos. Además los amigos están para ayudarse–Mientras le palmeaba el hombro de forma amistosa.
–¿Entramos? –Preguntó la kunoichi mientras observaba el agujero del cual sobresalían ramas. Era por donde había entrado Gai sensei. Esperaba que sus compañeros de equipo le dijeran que no, que mejor esperaban ahí.
– El espacio dentro es reducido, molestaríamos más que ayudar… Además no creo que tarden mucho en salir. Van a destrozarlo todo y se va a terminar derrumbando sobre ellos mismos si se quedan.– Opinó Neji que aunque no miraba el agujero en el suelo, veía con claridad lo que sucedía ahí dentro con su doujutsu. En realidad la vista del Hyuga estaba centrada en el gran pájaro de arcilla que planeaba en círculos allí en lo alto. Era una compulsión el no perderlo de vista, su destinado estaba en esa ave, manteniendo las distancias por su falta de control; una falta de control que le había afectado a él volviéndole algo salvaje e incontrolable.
–Oh… Tiene lógica entonces. Esperaremos a que salgan–Empezó a preparar los pergaminos, disponerlos para cuando su sensei, el amigo de ese y el Hokage salieran. Que suerte que no debía entrar allí, en esa 'boca de lobo'. Esperaba que todo terminase y que los suyos hubieran podido vencer ya a Uchiha Madara, ese hombre era muy poderoso y peligroso y tenía muy claro que ella no era rival para alguien así. Eso no significaba que tuviera miedo o que si era necesario fuera a intervenir y pelear codo con codo con sus superiores y su equipo, pero tampoco es que quisiera lanzarse a lo loco para morir.
–¿Ves como les va, Neji?– Estaba ansioso para unirse a la refriega. Uchiha Madara era muy poderoso y Gai-sensei le enseñó que para superarse debía entrenar mucho, ponerse grandes metas y enfrentarse a fuertes rivales. Deseaba unirse a la batalla y pelear codo con codo con los hombres que más admiraba. Saltó de una pierna a la otra y rotó su cuello, debía estar preparado para dar lo mejor de si mismo.
Neji asintió a la pregunta. Su byakugan le permitía ver lo que sucedía en esa caverna medio destruida todo y no estar mirando en esa dirección. Aunque no tenía muy claro si sería bueno para sus superiores enfrentarse en un espacio más amplio contra Madara Uchiha. El shinobi era un portento en poder y ninjutsu, allí en el espacio interior de la cueva estaba algo limitado y creía que eso era positivo. Todo y que esa limitación también afectaba, en cierta medida, a sus superiores.
