ESTA HISTORIA NO ME PERTENECE Y LOS PERSONAJES SON DE S. MEYER.

Epílogo

Bella

Dos años después…

Me tumbo sobre la espalda y estiro brazos y piernas. Debo haberme quedado dormida por un segundo, y entrecierro los ojos ante la luz del sol mientras miro alrededor.

Edward y nuestra hija Chloe están caminando de la mano cruzando el jardín hacia donde estoy. Vinimos aquí temprano para un picnic y debo haberme quedado dormida después de comer.

Bajo la mano y me froto mi barriga incipiente, pensando en cómo este bebé me está drenando las energías últimamente.

—Mira, parece que mami está despierta —comenta Edward mientras se sienta en la manta junto a mí. Me besa primero en los labios, luego me besa la barriga—. ¿Estás cansada?

—Sí, pero no puedo pensar en un momento cuando no lo estoy, así que tal vez este solo es mi nuevo estado —contesto dramáticamente y luego me río.

Chloe se acerca y se sienta en mi regazo para mostrarme las flores que recogió para mí. Es tan dulce mientras le digo los colores y ella los repite para mí. Ha conseguido los ojos brillantes de Edward y mis labios, y es el centro de nuestro mundo.

—Bebé —dice ella mientras me da palmadas en la barriga, y asiento.

Nos hemos estado esforzando para prepararla para su nuevo hermano o hermana, pero todavía es tan pequeña que piensa que voy a tener una muñeca para que ella juegue.

—Es un chico —susurra Edward mientras me besa el cuello.

—Estás muy seguro —contesto, poniendo los ojos en blanco y burlándome de él—. También dijiste que Chloe iba a ser un niño.

—Y nunca he estado más feliz de estar equivocado —asegura, haciéndole cosquillas en los pies.

Ella estalla en risas y mi corazón está tan lleno que puedo sentir un nudo en la garganta. Sé que son solo las hormonas, pero realmente estoy muy agradecida cada día por la vida que se me ha dado.

Todavía me asombra después de todo este tiempo que las cosas se hayan resuelto tan perfectamente. Edward todavía se ocupa del negocio de su familia desde la distancia, ya que tenemos más dinero del que nuestros hijos podrían malgastar en toda una vida. De vez en cuando, tomará una reunión o asistirá a una conferencia telefónica. Pero la mayor parte, solo quiere pasar tiempo con su familia y trabajar la tierra.

Ha sido mi verdadero héroe sureño, mi caballero de brillante armadura. Me ha dado todo lo que alguna vez soñé posible y mucho más. Un día hice un comentario despreocupado sobre cómo comí fideos ramen cada día en la universidad, pero todavía echo de menos su sabor. Al día siguiente tuve una caja de ellos colocada en mi despensa. Usualmente hace pequeñas cosas dulces para recordarme que está prestando atención, incluso cuando no creo que lo hace. Siempre se esfuerza para asegurarse que nunca me falta nada. Y es incluso peor con nuestra hija.

Al principio me preocupaba que fuese a malcriarla, pero luego me di cuenta de que su clase de amor nunca es suficiente. Claro, es intenso, excesivo, pero también es la forma más pura y honesta de amor que he visto jamás. Cualquier niño sería afortunado de tener un padre como Edward, y agradezco cada día de tenerlo como mi marido.

Una vez que todo el drama se tranquilizó, puso un anillo en mi dedo y me tuvo recorriendo el pasillo dos segundos después. Si no fuese por Esme y Carlisle, no creo que pudiésemos haber tenido una boda. Fue pequeña y organizada rápidamente, pero nos casamos al atardecer en el jardín y fue el día más hermoso de mi vida.

Decirle "Sí, quiero" a Edward fue la decisión más fácil que he hecho nunca, y desde entonces todo simplemente ha caído en su lugar.

Mike todavía está en la cárcel condenado a cadena perpetua por sus crímenes. Después de que fuese condenado, Edward intentó llegar a él, pero sin éxito. Parece creer que Mike necesita más que una condena de cárcel e hizo que un terapeuta vaya a verlo varias veces al mes. No hablamos mucho de ello porque es un tema doloroso y odio la mirada triste en los ojos de Edward cuando lo saco a colación. Sé que es una batalla interna para él. Odia a Mike por lo que me hizo, pero todavía es su hermano pequeño. No estoy segura de que sea algo que Edward superará alguna vez. Le recuerda todo lo que pudo haber perdido.

Esme es normalmente con quien hablo sobre Mike. Creo que lo entiendo mejor ahora teniendo a Chloe, porque nunca renunciaría a ella. Esme parece creer que un día él volverá en sí, así que mantengo la esperanza por ella.

Sé que lo que Mike hizo estuvo mal, pero no le guardo rencor. No tengo espacio en mi corazón para tener resentimiento u odio. Pasé la mayor parte de mi vida estando enojada con mi madre por no ser mejor, pero perdonarla y seguir adelante ha curado mi corazón. Solo quiero vivir una vida tranquila y feliz con el hombre que amo mientras envejecemos juntos. Es simple, pero no necesito mucho.

Siento al bebé dar una patada y tomo la mano de Edward, poniéndola sobre el lugar. El bebé patea de nuevo y todo su rostro se ilumina, y por un segundo, puedo imaginarlo como un niño la mañana de Navidad. Quiero decirle que la semana pasada averigüé por accidente que vamos a tener un niño y que tiene razón. Pero viéndolo tan emocionado en este momento, sé que va a ser un millón de veces mejor cuando nazca. Así que, mantengo el pequeño secreto y beso la regordeta mano de Chloe mientras el sol me calienta la espalda.

Estoy en un lugar feliz rodeada por mis seres queridos. La vida no puede mejorar mucho más.

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EDWARD

Cinco años después…

Abro la puerta trasera del SUV y Jack salta de su asiento para niños. Mantiene la mano levantada y la tomo mientras entramos en la escuela de enseñanza primaria.

Recogemos a Grillo y a Chloe cada martes y miércoles de la escuela. Bella comenzó a hacer de voluntaria en la escuela cuando Chloe comenzó la guardería en esos días habiendo querido siempre ser profesora pero todavía queriendo ser más una ama de casa. Eso le da ambos mundos, y no podía estas más feliz de que mi chica esté consiguiendo todo lo que siempre quiso.

Desde la oficina nos dejan entrar y los saludo con la mano mientras me dirijo a la biblioteca. Hoy llego temprano, pero sabía que hoy se estaba llevando a cabo un círculo de lectura y a Jack le encantaría unirse. Cuando entro en la biblioteca, Jack sale corriendo hacia su hermana y se sienta junto a ella mientras la bibliotecaria sigue leyendo. Busco con la mirada a mi esposa y fijo la mirada en ella.

Aprieto la mandíbula cuando veo al entrenador Clapp hablando con ella. El maldito imbécil me ha estado enojando desde que comenzó a trabajar aquí. Supe que contratarlo sería una mala idea. Formaba parte de la junta escolar. Lo había estado desde que elegimos a qué escuela enviaríamos a nuestros hijos, junto con una donación de una gran cantidad de dinero para construir en la escuela. Esta nueva biblioteca era una de esas adiciones.

Cierro el puño a mi costado. El joven idiota está a punto de aprender una lección. Me detengo y tomo una profunda respiración, mirando hacia mis dos pequeños. Me recuerdo no hacer una escena. Debería esperar y decirle algo al estúpido cuando pueda estar a solas, hacerle saber que se mantenga jodidamente alejado de mi esposa. He visto la mirada que le lanza. No puedo culpar al hombre. Demonios, la secuestré para hacerla mía, así que lo entiendo, pero ahora se está acercando demasiado para mi comodidad. Cuando estira el brazo para colocar un mechón de cabello tras su oreja, estoy en ello, sujetándole la muñeca para detenerlo.

—¿No sabes que no se tocan las cosas que no son tuyas? —le lanzo una mirada dura, una que hace se eche hacia atrás, pero mantengo el agarre en su muñeca, aplicando un poco más de presión.

—Edward —Grillo dice mi nombre con tono suave, poniéndome la mano en el hombro y dirijo la mirada hacia ella. Llama mi atención con mucha facilidad. Me da una pequeña sonrisa y sé lo que quiere, y como siempre se lo doy. Suelto la muñeca del hombre.

—Edward, hombre, solo estaba…

—Márchate —le ordeno, ni siquiera molestándome en volver a mirarlo. Sé lo que solo quería, y no va a conseguirlo. Ni siquiera un simple toque. Prácticamente se aleja corriendo, dejándome allí de pie con mi esposa.

Coloco su mechón suelto tras su oreja antes de acercarla a mí. La rodeo con un brazo y acuno su pequeña barriga de embarazada con la otra.

—Solo estaba hablando conmigo —sé que está intentando tranquilizar mis celos. He aprendido a ni siquiera luchar con ello porque es una batalla que no voy a ganar nunca. Cuando se refiere a ella, siempre seré celoso y estaré pendiente de los hombres porque sé hasta dónde llegué para conseguirla.

—¿Hablando eh? —es todo lo que doy por respuesta, bajando la mirada hacia ella—. Esta noche no hablarás nada —me inclino, girándonos un poco, así mi gran cuerpo protege su pequeño tamaño de la vista. Acaricio su cuello—. Estarás gritando y gimiendo para mí —muerdo suavemente su cuello.

Gime un poco, clavando los dedos en el frente de mi camisa.

—Actúas como si las mujeres aquí no estuviesen siempre mirándote. Un hombre me habla y… —la beso, interrumpiendo sus palabras.

La aparto y su boca está hinchada por la mía.

—¿Qué mujeres? —cuestiono, porque puede que lo hagan, pero nunca lo he notado. Ni tampoco me importa—. Sabes que solo tengo ojos para ti.

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Diez años después…

—¡Grillo! —grito cuando entro en la parte trasera de la casa.

Sue se marchó temprano hoy para visitar a su hermana en Georgia para el fin de semana, así que la cocina está vacía. Saco una botella de agua del refrigerador y la bebo antes de que tome una respiración. He estado reparando vallas al otro lado de la propiedad durante la mayor parte del día y estoy agotado y sudoroso.

Me quito la camiseta y la dejo en la lavandería mientras me quito las botas, no queriendo arrastrarlas por la casa.

—¿Chloe? —chillo, preguntándome por qué la casa está tan silenciosa—. ¡Jack, Sophia! —decido llamar a todos los niños, sabiendo que uno de ellos tiene que venir corriendo.

El silencio que me encuentro me pone un poco nervioso. ¿Dónde demonios está todo el mundo?

—Deja de gritar o derribarás una pared —contesta Bella mientras entra en la cocina.

Tiene el cabello recogido en un moño desordenado y tiene los lentes puestos. Está vistiendo una de mis viejas camisetas de universidad y está caminando descalza.

—Los niños están en casa de tus padres este fin de semana, ¿recuerdas? Van a llevarlos a la playa.

Pasa junto a mí y se dirige al refrigerador, abriéndolo y sacando una botella de agua para ella. Tiene un libro en una mano y lo deja sobre la mesa mientras abre el agua.

—¿Cómo fue el trabajo hoy? ¿Tú y los chicos arreglaron la valla donde cayó el árbol?

Pasa la mirada sobre mi pecho desnudo, y me giro para darle una mejor visión.

—Espera un segundo —declaro, dando un paso hacia ella—. ¿Me estás diciendo que tenemos todo un fin de semana, solos en la casa sin niños?

—Bueno, sí —responde, llevándose la botella a la boca y poniendo sus labios alrededor.

—¿Solo tú y yo? ¿Completamente solos? —cuestiono, inclinándome y acercándome a ella.

Estoy cubierto de sudor y suciedad de trabajar al sol, pero no parece molestar a Bella. De hecho, me está comiendo con la mirada, diría que incluso puede que me desee por ello.

—¿Alguna razón por la que olvidases decírmelo esta mañana? —la empujo contra la encimera, cerniendo mi gran cuerpo sobre el suyo.

—Simplemente pensé que puede que estuvieses ocupado —contesta, encogiéndose de un hombro.

El movimiento hace que su camiseta se caiga un poco de su hombro, y veo la tira rosa debajo. Se muerde el labio para evitar sonreír, y me doy cuenta de que está tramando algo.

Estirando el brazo, tomo el borde de mi camiseta y tiro hacia arriba, quitándosela.

Doy un paso atrás y la miro de arriba abajo, y siento que se me debilitan las piernas.

Está cubierta de encaje rosa que se aferra a su cuerpo y abraza todas sus curvas. Y permanezco allí con la boca abierta, alza el brazo y se desata el cabello, dejando que caiga sobre sus hombros.

—Sorpresa —exclama y alza la barbilla con desafío.

—Sabes que esto es como dejar caer un filete delante de un león —índico mientras me lamo los labios.

Pone las manos en la encimera y se empuja para sentarse sobre ella. Cuando lo hace, extiende sus piernas, revelando su coño desnudo mientras se reclina.

—Tal vez me gusta provocar al animal —decide y me guiña.

Lentamente bajo el brazo y abro mi cinturón y desabotono el pantalón. Saco mi gruesa polla, sintiendo su peso en mi palma mientras me froto arriba y abajo.

—Sí —dice sin aliento, y puedo ver la mirada hambrienta en sus ojos.

—Ponte de rodillas —ordeno y se baja de la encimera hacia el suelo frente a mí. Sus manos impacientes reemplazan la mía mientras abre la boca frente a mi polla—. No hasta que te lo diga —exijo mientras agarro su cabello y la mantengo quieta.

Deslizo la cabeza de mi polla sobre su labio inferior, y saca la lengua para perseguir el reguero de semen.

—¿Quieres que te folle así de sucio? Estoy todo sudado y mis manos están ásperas. ¿Así es como quieres que te folle la boca ahora mismo?

Gimotea silenciosamente y asiente, y empujo la punta de mi polla a través de sus labios carnosos, abriéndolos.

—¿Puedes chupar esta polla tan bien como lo hace tu coño?

Mueve la boca por mi polla, y gimo mientras toma tanto como puede. Después de todos estos años, su boca a mi alrededor es como llegar a casa. Le encanta cuando le hablo sucio, y siempre le doy lo que desea.

Le froto la mejilla con el pulgar mientras toma más y alza la mirada hacia mí con sus cariñosos ojos.

Le encanta chuparme la polla, pero creo que es porque no le dejo hacerlo a menudo. Me excito demasiado y no puedo controlarme. Cuando estamos juntos, me gusta ser el que provoca nuestro placer. Pero a lo largo de los años he aprendido cuándo ceder y darle lo que quiere.

Ella sabía que esta semana íbamos a estar solos y se puso este picardías rosa para provocarme. Sabía que llegaría aquí de trabajar fuera y bajaría aquí para obtener lo que quería. ¿Quién soy para decir que no?

—Esa boca es pecaminosa —comento y le guiño mientras vuelvo a empujarme en su boca.

Cuando me empuja al punto donde no estoy seguro de hasta dónde duraré, la aparto de mi polla y la levanto del suelo. La giro y la inclino sobre la encimera de la cocina mientras me empujo con fuerza en su coño húmedo.

—Joder —jadeo, golpeando en ella.

Le agarro las caderas y tiro de ella contra mí mientras me empujo hasta las pelotas.

—¿Es esto lo que querías? —mascullo mientras apoyo el pecho contra su espalda y paso mis ásperas manos por el encaje—. ¿Una follada sucia en medio de la cocina?

—¡Sí! —chilla cuando alcanzo entre nosotros y juego con su coño.

—Deberías haberlo sabido mejor —digo y le doy un pequeño mordisco en el hombro—. Porque ahora no es solo una follada sucia en la cocina.

Su coño se aprieta y puedo sentirla acercándose.

—Ahora es una follada sucia aquí, luego una follada sucia en el pasillo. Luego una follada sucia en mi escritorio —paso la lengua por la marca que le hice y entro en ella con fuerza—. Voy a hacer que te duelan las piernas antes incluso de que lleguemos a las escaleras.

—¡Edward! —grita mientras su cuerpo se arquea contra mí y su coño aferra mi polla con fuerza.

—Acostúmbrate a decir eso, Grillo —me salgo de ella y me corro en su trasero, queriendo ver mi marca en ella.

Gimotea porque echa de menos mi calor dentro de ella, así que le doy una nalgada antes de volver a empujarme en ella.

—No voy a ninguna parte —aseguro, besando el lugar bajo su oreja—. Solo quiero que tú también estés sucia, antes de llevarte arriba al jacuzzi y besar cada centímetro de ti.

Gime cuando empiezo a moverme lentamente dentro de ella, tomándome mi tiempo.

—Ahora, hablemos sobre en qué pared vas a apoyarte mientras le recuerdo a este coño quién está al mando.


Fin


Primero que nada, muchas gracias por leer y por sus comentarios «3 Alguien preguntó por ahí cuál sería la siguiente historia y la verdad es que no lo sé, por el momento me centraré en la que está en curso (para más info, la subo a mi grupo de FB SpicyDreams FF).

Por cierto, esta historia se llama en realidad "Sheltered" y es de Ale_xa Ril_ey :)

¡Nos leemos luego!

Kat