Harry Potter le pertenece a
JK ROWLING.
Hola, espero que les guste el capitulo, por favor voten y comenten que les parecio.
este capitulo lo leeré yo_ dijo Albus tomando el libro.
La batalla de Hogwarts_ leyó Albus.
y si tomamos un descanso_ sugirió alguien, nada listo para esto.
es mejor leer esto cuanto antes_ dijo Albus_ si los de tercero para abajo quieren retirarse..._ todos negaron rápidamente.
El techo encantado del Gran Comedor estaba oscuro y salpicado de estrellas, y debajo, sentadosalrededor de las cuatro largas mesas de las casas, se hallaban los alumnos, despeinados, algunos concapas de viaje y otros en pijama. Aquí y allá se veía brillar a los fantasmas del colegio, de un blanconacarado. Todas las miradas —tanto las de los vivos como las de los muertos— se clavaban en laprofesora McGonagall, que estaba hablando desde la tarima colocada en la cabecera del Gran ás de ella se habían situado los otros profesores, entre ellos Firenze, el centauro de crin blanca, y losmiembros de la Orden del Fénix que habían llegado para participar en la batalla.—... el señor Filch y la señora Pomfrey supervisarán la evacuación.
no se si confiarle a Filch la evacuación de los niños sea lo mejor_ dijo Remus.
Filch no se atrevería a hacer otra cosa de lo encomendado_ dijo Minerva.
no si no quiere vérselas conmigo_ añadió Poppy, cuando vio que varios no parecían convencidos, eso los tranquilizó.
Prefectos: cuando dé la orden,organizaréis a los alumnos de la casa que os corresponda y conduciréis a vuestros pupilosordenadamente hasta el punto de evacuació estudiantes estaban muertos de miedo.
por supuesto que si_ dijo Terry_ podemos estar listos para luchar, pero eso no significa que no que no estemos aterrados.
es la mayor prueba de valor que pueden dar_ dijo Albus_ luchar a pesar del miedo, dice mucho de ustedes.
Sin embargo, mientras Harry bordeaba las paredesescudriñando la mesa de Gryffindor en busca de Ron y Hermione, Ernie Macmillan se levantó de la mesade Hufflepuff y gritó:—¿Y si queremos quedarnos y pelear?Hubo algunos aplausos.
díselo Ernie_ aplaudieron los del ED, Ernie sonrió tímidamente.
usted puede luchar_ asintió Pomona con una sonrisa orgullosa.
—Los que seáis mayores de edad podéis quedaros —respondió la profesora McGonagall.—¿Y nuestras cosas? —preguntó una chica de la mesa de Ravenclaw—. Los baúles, las lechuzas...
puedo entender respecto a las lechuzas, pero pensar en los baúles no es lo mas inteligente_ dijo Harry.
esas cosas se pueden recuperar_ asintió Padma.
—No hay tiempo para recoger efectos personales. Lo importante es sacaros de aquí sanos y salvos.—¿Dónde está el profesor Snape? —gritó una chica de la mesa de Slytherin.—El profesor Snape ha ahuecado el ala, como suele decirse —respondió la profesora,
se tomo unas vacaciones forzadas_ dijo Fred con una sonrisa.
lastima que lo hizo antes de que la profesora lo conviértela en un murciélago de verdad_ asintió George.
y los alumnosde Gryffindor, Hufflepuff y Ravenclaw estallaron en vítores.
siempre hay tiempo para celebrar que se fuera_ dijo Cho, tres de las cuatro casas asintieron, mientras Severus rodaba los ojos.
Harry continuaba avanzando por el Gran Comedor ciñéndose a la mesa de Gryffindor, tratando delocalizar a sus dos amigos. Al pasar, atraía las miradas de los alumnos e iba dejando tras de sí una estelade susurros.
es un excelente momento para que saludes con la mano y mandes besos al aire_ dijo Lee.
lo tendré en cuenta la próxima_ dijo Harry con una risita.
—Ya hemos levantado defensas alrededor del castillo —prosiguió Minerva McGonagall—, pero, aunasí, no podremos resistir mucho si no las reforzamos. Por tanto, me veo obligada a pediros que salgáisdeprisa y con calma, y que hagáis lo que vuestros prefectos...Pero el final de la frase quedó ahogado por otra voz que resonó en todo el comedor.
ahora que_ preguntó Molly.
ya llego_ fue todo lo que dijo Albus, antes de retomar la lectura.
Era una vozaguda, fría y clara, y parecía provenir de las mismas paredes. Se diría que llevaba siglos ahí, latente,como el monstruo al que una vez había mandado.—Sé que os estáis preparando para luchar. —Los alumnos gritaron y muchos se agarraron unos aotros, mirando alrededor, aterrados, tratando de averiguar de dónde salía aquella voz—. Pero vuestrosesfuerzos son inútiles; no podéis combatirme.
eso es lo que tu crees_ dijo Neville con una mirada determinada_ estamos a punto de acabar contigo para siempre.
eso_ gritaron muchos.
No obstante, no quiero mataros. Siento mucho respeto porlos profesores de Hogwarts y no pretendo derramar sangre mágica.
pero nosotros no somos sangre mágica_ dijo Dean con una expresión oscura_ solo muggles que robaron varitas.
El Gran Comedor se quedó en silencio, un silencio que presionaba los tímpanos, un silencio queparecía demasiado inmenso para que las paredes lo contuvieran.—Entregadme a Harry Potter —dijo la voz de Voldemort— y nadie sufrirá ningún daño. Entregadme aHarry Potter y dejaré el colegio intacto. Entregadme a Harry Potter y seréis recompensados.
creen que le vamos a creer_ preguntó Justin_ incluso si realmente os recompensara, es mejor morir que una vida de servicio a ese monstruo.
totalmente de acuerdo_ se escucho por todo el comedor.
Tenéistiempo hasta la silencio volvió a tragarse a los presentes. Todas las cabezas se giraron, todas las miradasconvergieron en Harry, y él se quedó paralizado, como si lo sujetaran mil haces de luz invisibles.
estas a salvo, Harry_ dijo Hanna_ al menos de nosotros_ aseguró.
Entonces se levantó alguien en la mesa de Slytherin, y Harry reconoció a Pansy Parkinson, que alzó unatemblorosa mano y gritó:—¡Pero si está ahí! ¡Potter está ahí! ¡Que alguien lo aprese!
Pansy se aterrorizó ante todas las miradas de ira que recibía.
si crees que vamos a entregar a Harry, estas muy equivocada_ dijo Susan con aterradora calma.
solo un idiota creería que entregarlo acabaría con todo_ dijo Ginny_ todos estamos ahi para luchar y eso es lo que va a pasar.
aun no lo ha hecho_ la defendió Draco.
no es el punto_ dijo Luna_ entregar a Harry, además de que seria una cobardía nos condenaría a todos.
a ella no_ dijo Seamus_ ni al resto de Slytherin.
no nos metas a todos_ dijo Daphne.
no es por ofender, pero crees que alguno de ustedes le dirá a algo a Pansy_ preguntó Parvati.
solo estoy buscando sobrevivir_ dijo Pansy.
tu supervivencia no depende de entregar a Harry_ dijo Fred_ eres Pansy Parkinson, abandona la escuela, mantente al margen de todo, si Voldemort gana, tendrás una vida tranquila, si nosotros ganamos, tendrás una vida tranquila, de cualquier lado, no pierdes.
a menos que quieras que Voldemort gane_ añadieron los de ED, dando por finalizada la discusión.
creo que esto salió mejor de lo que podría haber sido_ murmuró Draco, habia visto a muchos apretar su varita, sabia que la única razón por la que no la habían maldecido, era que todo esto estaba muy lejano.
Harry no tuvo tiempo de reaccionar, porque de pronto se vio rodeado de un torbellino: los alumnosde Gryffindor se levantaron todos a una y plantaron cara a los de Slytherin; a continuación se pusieron enpie los de la casa de Hufflepuff, y casi al mismo tiempo los de Ravenclaw, y se situaron todos deespaldas a Harry, mirando a Pansy.
Harry pasó su mirada entre las tres casas que lo estaban defendiendo, abrumado ante tal muestra de lealtad, todos le sonrieron.
supongo que eso termino con cualquier intento de entregar a Harry_ dijo Oliver_ a no ser que quieras enfrentarse a tres casas muy enojadas.
Harry, abrumado y atemorizado, veía salir varitas mágicas por todaspartes, de debajo de las capas y las mangas de sus compañeros.—Gracias, señorita Parkinson —dijo la profesora McGonagall con voz entrecortada—. Usted será laprimera en salir con el señor Filch. Y los restantes de su casa pueden oyó el arrastrar de los bancos, y luego el ruido de los alumnos de Slytherin saliendo en masadesde el otro extremo del Gran Comedor.
no es como que nos hayan dado opcion_ dijo Blaise cuando sus compañeros suspiraron.
la tenían_ dijo Minerva_ la tenían cuando la señorita Parkinson hablo y la tuvieron cuando les pedí salir.
aunque de cualquier manera dudo que hubieran confiado en ellos_ dijo Severus en defensa de sus serpientes.
un Slytherin en medio del gran comedor proclamando que se queda..._ preguntó Minerva_ creo que lo hubiéramos dejado.
o por lo menos nos quedaría la duda para aclarar luego de la guerra_ dijo Harry_ ayudaría mucho saber que alguno de ustedes es leal a la escuela.
lo siento_ murmuró Daphne.
no pasa nada_ aseguró Harry.
—¡Y ahora, los alumnos de Ravenclaw! —ordenó cuatro mesas fueron vaciándose poco a poco. La de Slytherin quedó completamente vacía, peroalgunos alumnos de Ravenclaw —los mayores— permanecieron sentados mientras sus compañerosabandonaban la sala. De Hufflepuff se quedaron aún más alumnos,
las mesas de Hufflepuff y Ravenclaw se sonrieron, ellos ya sabían que lucharían, pero tenerlo confirmado de esa manera era muy grato.
y la mitad de los de Gryffindor no semovieron de sus asientos,
las mesa de los leones sonrió ante eso.
de modo que McGonagall tuvo que bajar de la tarima de los profesores paradarles prisa a los menores de edad.
profesora_ se quejaron los niños_ es nuestra decisión.
hasta que tengan diecisiete es mi decisión_ dijo Minerva.
—¡Ni hablar, Creevey! ¡Te vas! ¡Y tú también, Peakes!
no quiero escuchar nada al respecto_ dijo Minerva mirando con severidad a sus alumnos, aunque también con orgullo.
Harry corrió hacia los Weasley, que estaban juntos en la mesa de Gryffindor.—¿Dónde están Ron y Hermione?—¿No los has encon...? —masculló el señor Weasley, preocupado,
debemos estar bien_ dijo Hermione, intercambiando una mirada con Ron, preguntándose que estaban haciendo cuando Harry tanto los necesitaba.
pero no terminó la frase porqueKingsley había subido a la tarima para dirigirse a los que habían decidido quedarse a defender elcolegio.—¡Sólo falta media hora para la medianoche, así que no hay tiempo que perder! Los profesores deHogwarts y la Orden del Fénix hemos acordado un plan. Los profesores Flitwick, Sprout y McGonagallsubirán con tres grupos de combatientes a las tres torres más altas (Ravenclaw, Astronomía yGryffindor), donde tendrán una buena panorámica general y una posición excelente para lanzar hechizos.
me parece bien_ dijo Neville_ espero que no haya problemas al distribuimos_ añadió.
no lo habrá_ dijo Susan_ la orden o tu agrupan y el resto obedece sin decir nada_ todos asintieron.
Entretanto, Remus —señaló a Lupin—, Arthur —señaló al señor Weasley— y yo iremos cada uno con ungrupo a los jardines. Pero necesitamos que alguien organice la defensa de las entradas de los pasadizosque comunican el colegio con el exterior...
suena a un trabajo perfecto para nosotros_ dijo Fred, señalándolos a su hermano y él.
tanto que esos pasadizos nos dieron, es hora de que les devolvamos el favor_ asintió George.
—Eso parece un trabajo hecho a medida para nosotros —dijo Fred señalándose a sí mismo y aGeorge, y Kingsley mostró su aprobación con una cabezada.
lo que decíamos_ dijo Fred con una sonrisa.
tengan cuidado por favor_ dijo Hermione.
la precaución es mi segundo nombre_ dijo Fred dándole un rápido beso.
—¡Muy bien! ¡Que los líderes suban a la tarima, y dividiremos a nuestras tropas!—Potter —dijo la profesora McGonagall corriendo hacia él mientras los alumnos invadían laplataforma, empujándose unos a otros para que les asignaran una posición y recibir instrucciones—, ¿notenías que buscar no sé qué?—¿Cómo? ¡Ah! —exclamó Harry—.
Harry_ dijeron todos.
lo siento_ dijo Harry sonrojado_ paso mucho en muy poco tiempo.
¡Ah, sí!Casi se había olvidado del Horrocrux, casi se había olvidado de que la batalla iba a librarse paraque él pudiera buscarlo.
la palabra clave es casi_ dijo Harry.
La inexplicable ausencia de Ron y Hermione había apartado momentáneamentecualquier otro pensamiento de su mente.—¡Pues vete, Potter, vete!—Sí... vale...Consciente de que todos lo seguían con la mirada, salió corriendo del Gran Comedor hacia elvestíbulo, donde aguardaban los alumnos que iban a ser evacuados. Dejó que lo arrastraran por laescalera de mármol, pero al llegar arriba se escabulló hacia un pasillo vacío. El pánico enturbiaba susprocesos mentales. Pese a ello, intentó serenarse, concentrarse en buscar el Horrocrux, pero suspensamientos zumbaban, frenéticos e impotentes, como avispas atrapadas en un vaso. Sin la ayuda de Rony Hermione, se sentía incapaz de poner en orden sus ideas.
solo tomate un momento para respirar_ dijo Sirius_ no puedes depender de ellos para aclarar tus ideas, no es en ese momento.
seguro ahora me calmo lo suficiente_ dijo Harry.
Así pues, redujo el paso y se detuvo hacia lamitad de un pasillo desierto; se sentó en el pedestal que una estatua había abandonado y sacó el mapa delmerodeador. No veía los nombres de sus dos amigos por ninguna parte, aunque razonó que la densa masade puntos que se dirigían hacia la Sala de los Menesteres quizá los ocultara. Guardó el mapa en elmonedero, se tapó la cara con las manos y cerró los ojos tratando de concentrarse.«Voldemort creyó que yo iría a la torre de Ravenclaw.»¡Claro, ya lo tenía: un hecho concreto, un buen punto de partida! Voldemort había apostado a AlectoCarrow en la sala común de Ravenclaw, y eso sólo podía tener una explicación: él temía que Harry yasupiera que su Horrocrux estaba relacionado con esa casa.
ya tienes la confirmación_ dijo Theo_ no deberás preocuparte porque no se a de Ravenclaw lo que buscas.
lo único que puede ser es la diadema_ dijo Luna_ el problema es donde podrá estar...
El único objeto que al parecer se asociaba con Ravenclaw era la diadema perdida... Pero ¿cómopodía ser la diadema un Horrocrux? ¿Cómo era posible que Voldemort, un miembro de Slytherin, hubieraencontrado esa joya que varias generaciones de miembros de Ravenclaw no habían logrado recuperar?¿Quién le habría dicho dónde tenía que buscarla, si nadie que viviera todavía la había visto jamás?«Nadie que viviera todavía...»Harry abrió los ojos y se destapó la cara;
claro_ dijeron todos.
los fantasmas_ dijeron Ron y Hermione.
la dama gris_ dijo Flitwick_ el fantasma de Ravenclaw, ella puede saberlo_ las águilas asintieron.
saltó del pedestal y echó a correr por donde había venido,persiguiendo su última esperanza. Por fin llegó a la escalera de mármol, ocupada por cientos de alumnosque desfilaban hacia la Sala de los Menesteres con gran alboroto, al tiempo que los prefectos gritabaninstrucciones, intentando no perder de vista a los alumnos de sus respectivas casas.
debe ser un trabajo bastante complicado_ dijo un águila de tercer año, que esperaba ser prefecto en dos años.
Los chicos se dabanempujones; Harry vio a Zacharias Smith tirando al suelo a un alumno de primer año para colocarse alprincipio de la cola;
eso hizo que todos fruncieran el ceño, haciendo que Zacharias desviara la visa.
si no quieres luchar, esta bien_ dijo Ernie_ pero no te atrevas a lastimar a los niños en tu prisa por escapar.
algunos de los alumnos más pequeños lloraban, mientras que otros llamabanansiosamente a amigos y hermanos...De pronto, Harry vio una figura de un blanco perlado flotando por el vestíbulo, y gritó a todo pulmónpor encima de aquel jaleo:—¡Nick! ¡Nick! ¡Necesito hablar contigo!Se abrió paso a empujones entre la marea de alumnos, hasta que llegó al pie de la escalera, dondeNick Casi Decapitado, el fantasma de la torre de Gryffindor, lo esperaba.—¡Harry! ¡Querido mío!Nick hizo ademán de cogerle las manos, y el chico sintió como si se las hubieran sumergido en aguahelada.—Tienes que ayudarme, Nick. ¿Quién es el fantasma de la torre de Ravenclaw?Nick Casi Decapitado se sorprendió y se mostró un poco ofendido.—La Dama Gris, por supuesto. Pero si lo que necesitas son los servicios de un fantasma...
eso provoco que todos rieran un poquito.
ese es el orgullo Gryffindor en su máxima expresión_ dijo Lavender.
y no es para menos si le dices que quieres a otro fantasma_ dijo Hermione con una sonrisa.
la dama gris es la mejor esperanza que tenemos_ dijo Harry.
—La necesito a ella. ¿Sabes dónde está?—Hum... Veamos...La cabeza de Nick se bamboleó un poco sobre la gorguera de la camisa mientras la giraba de acápara allá mirando por encima del hormiguero de alumnos.—Es esa de ahí, Harry, esa joven de cabello muchacho miró en la dirección que indicaba el transparente dedo de Nick y vio a un fantasma deelevada estatura que, al darse cuenta de que lo miraban, arqueó las cejas y desapareció a través de unapared.
es lago tímida_ dijo Luna.
eso o no le gusta hablar con la gente_ dijo Cho_ no es grosera, pero no suele hablar mucho ni siquiera con nosotros.
Harry corrió tras la Dama Gris. Entró por la puerta del pasillo por el que ella había desaparecido yla vio al fondo, deslizándose con suavidad y alejándose de él. —¡Espere! ¡Vuelva aquí!El fantasma accedió a detenerse y se quedó flotando a unos centímetros del suelo. A Harry le parecióguapa:
lo es_ dijeron las águilas.
la melena le llegaba hasta la cintura y la capa hasta los pies, pero tenía un aire orgulloso yaltanero. Al acercarse la reconoció: se habían cruzado varias veces por los pasillos, aunque nunca habíahablado con ella.—¿Es usted la Dama Gris? —Ella asintió con un gesto—. ¿Es usted el fantasma de la torre deRavenclaw?—Así es. —Su tono de voz no era muy alentador.
tu tampoco usarías un tono amable si te llamaran la dama gris_ dijo Luna.
pero nadie sabe su nombre Luna_ dijo Padma.
solo hay que busca rla manera de acercase a ella_ dijo Luna.
—Tiene que ayudarme, por favor. Necesito saber cualquier dato que tenga usted sobre la fantasma esbozó una fría sonrisa y le dijo:—Me temo que no puedo ayudarte. —Y se dio la vuelta.—¡Espere!Harry no quería gritar, pero la rabia y el pánico amenazaban con apoderarse de él. Consultó su relojmientras el fantasma permanecía suspendido ante él: eran las doce menos cuarto.—Es muy urgente —dijo con vehemencia—. Si esa diadema está en Hogwarts, tengo que encontrarla,y rápido.—No creas que eres el primer alumno que la codicia —dijo el fantasma con desdén—. Generacionesy generaciones de alumnos me han dado la lata para...
debe ser algo cansado que te lo pregunten una y otra vez durante toda tu muerte_ dijo Adrián.
pero eso disminuye la esperanza de que ella sepa donde esta_ dijo Millicent_ o no_ preguntó.
no necesariamente_ dijo Luna.
—¡No la quiero para sacar mejores notas! —le espetó Harry—. Lo que deseo es derrotar aVoldemort. ¿Acaso no le interesa eso? El fantasma no podía sonrojarse, pero sus transparentes mejillas se volvieron más opacas y, un poco acalorado,
adelante, Harry, oféndela_ dijo Michael.
solo trato de que me escuche_ dijo Harry.
respondió:—Pues claro que... ¿Cómo te atreves a insinuar...?—¡Pues entonces ayúdeme!La Dama Gris estaba perdiendo la compostura.—No se trata de... —balbuceó—. La diadema de mi madre...—¿De su madre?
de su madre_ preguntaron todos, sorprendidos.
lo sospechaba_ dijo Luna.
—En vida —dijo la Dama, como enfadada consigo misma—, yo era Helena Ravenclaw.—¿Que usted es su hija? ¡Pues entonces debe saber qué fue de esa joya!—Aunque la diadema confiere sabiduría —repuso la Dama Gris intentando calmarse—, dudo quemejorara mucho tus posibilidades de vencer al mago que se hace llamar lord...—¿No acabo de decírselo? ¡No me interesa ponérmela! —chilló Harry con fiereza—. ¡
probablemente sea mejor que no le digas que vas a destruirla_ dijo Anthony_ podría negarse a decírtelo.
si Helena, sabe donde esta, entonces debe saber lo que es_ dijo Luna_ creo que querrá que se destruya.
Ahora notengo tiempo para explicárselo, pero si le importa Hogwarts, si quiere ver derrotado a Voldemort, tieneque decirme todo lo que sepa sobre la diadema!La Dama Gris se quedó quieta, flotando, mientras miraba a Harry desde su elevada posición; almuchacho lo invadió una profunda desesperanza. Si aquel fantasma hubiera sabido algo, se lo habría contado a Flitwick o Dumbledore, que sin duda le habían hecho la misma pregunta.
lo he hecho_ dijo Flitwick.
estoy seguro que también se lo pregunte cuando supe de los horrocruxes_ dijo Albus_ pero veo pocas posibilidades de que me lo dijera si lo supiera, así que no pierdas la esperanza.
Desesperanzado, sedispuso a marcharse, pero el fantasma dijo en voz baja:—Yo se la robé a mi madre.
se la robo_ repitieron varios.
no sabia eso_ dijo Flitwick.
—¿Quéeee? ¿Qué dice que hizo?—Le robé la diadema —repitió Helena Ravenclaw con un susurro—. Quería ser más lista, másimportante que mi madre. La robé y huí con ella.
no la justifico, pero no debió ser fácil crecer a la sobra de Rowena Ravenclaw_ dijo Amelia, varios le dieron la razón.
Harry no sabía cómo se había ganado su confianza, pero no lo preguntó, sino que se limitó a escucharcon atención, y ella prosiguió:—Dicen que mi madre nunca admitió que había perdido la diadema, y fingió que todavía laconservaba. Ocultó su pérdida y mi espantosa traición, incluso a los otros fundadores de Hogwarts.
por eso nadie supo jamás que ella se la robo_ entendió Flitwick.
era su hija, es comprensible que no quisiera delatarla_ dijo Andrómeda.
»Pero mi madre enfermó gravemente. Y como, pese a mi perfidia, deseaba verme una vez más, lepidió a un hombre que siempre me amó, y al que yo siempre rechacé, que me buscara.
enviar a un hombre varias veces rechazado, no creo que fuera la mejor idea_ dijo Narcissa.
todo indica que tiene razón_ dijo Augusta.
Mi madre sabíaque ese hombre no descansaría hasta esperó. El fantasma respiró hondo y, echando la cabeza atrás, prosiguió:—Él me siguió la pista hasta el bosque donde me había escondido, pero como me negué a regresarcon él, el barón se puso agresivo; siempre había sido un hombre muy irascible. Furioso por mi negativa yceloso de mi libertad, me apuñaló.
oh dios_ se ahogaron varios.
explica porque volvió como fantasma_ dijo Sirius.
pobrecita_ dijo Hermione_ no merecía eso.
—Ha mencionado usted a un barón, ¿se refiere a...?—El Barón Sanguinario, sí —confirmó la Dama Gris, y se apartó la capa revelando una oscuracicatriz en el blanco pecho—.
el barón sanguinario la mató_ susurraron los Slytherin.
creo que preferiría nunca haberme enterado de esto_ dijo Astoria, aunque ya sabia que debía ser malo lo que el barón habia hecho.
Cuando vio lo que había hecho, lo abrumó el arrepentimiento,
a ella no le sirve de nada su arrepentimiento_ preguntaron varias mujeres.
así que, conla misma arma que me había arrebatado la vida, se suicidó.
eso explica que siempre este cubierto de sangre_ dijo Pansy.
Han pasado siglos desde aquel día, pero éltodavía arrastra sus cadenas como acto de penitencia... Y así es como debe ser —añadió con amargura.—¿Y... la diadema?—Se quedó donde yo la escondí cuando oí al barón dando tumbos por el bosque, buscándome. Laescondí dentro del tronco hueco de un árbol.—¿En el tronco hueco de un árbol? —se asombró Harry—. ¿Y dónde está ese árbol?—En un bosque de Albania. Un lugar solitario al que pensé que mi madre nunca llegaría.—Albania —repitió Harry.
Albania_ repitieron todos.
ella se lo dijo_ dijo Harry_ le dijo a Voldemort donde encontrar la diadema.
no la culpen por eso_ dijo Albus_ Voldemort a engañado a los mas sabios.
no me interesa culparla_ dijo Harry_ solo quiero encontrar esa diadema.
Como por obra de un milagro, la confusión iba cobrando sentido, y derepente el chico entendió por qué Helena Ravenclaw le estaba contando lo que no había revelado aDumbledore ni a Flitwick—.
la muchacha debe estar muy avergonzada de haberle revelado eso a Voldemort_ dijo Albus.
Usted ya le ha contado esta historia a alguien, ¿verdad? A otro estudiante,¿no es así?El fantasma cerró los ojos y asintió.—Yo no sabía... Era tan... adulador... Me pareció que me comprendía, que me compadecía...«Claro—pensó Harry—, Tom Ryddle debió de entender a la perfección el deseo de HelenaRavenclaw de poseer objetos fabulosos sobre los que no tenía ningún derecho.»
pues si, tenían eso en común y Tom debió aprovecharlo al máximo_ dijo Albus.
claro que si_ dijo Harry, pero no culpaba a la fantasma.
—Bueno, usted no fue la primera persona a la que Ryddle consiguió sonsacarle algo —murmuróHarry—. Sabía emplear sus encantos...Así que Voldemort engatusó a la Dama Gris para que le revelara el paradero de la diadema perdida, yluego viajó hasta aquel remoto bosque y sacó la diadema de su escondite; quizá lo hizo nada másmarcharse de Hogwarts, antes incluso de empezar a trabajar en Borgin y Burkes.Y después, mucho más tarde, esos lejanos y solitarios bosques albaneses debieron de parecerle unrefugio idóneo cuando necesitó un sitio donde esconderse. Y allí pasó diez largos años, sin que nadie después de convertir la diadema en un valioso Horrocrux, no la dejó en aquel humilde tronco,sino que la devolvió en secreto a su verdadero hogar, y debió de ponerla allí...—¡La noche que vino a pedir trabajo! —exclamó Harry.
en efecto, una vez convertida en un horrocrux, vino con el cuento de que quería trabajo y la escondió aquí_ dijo Flitwick.
seguramente se sintió muy satisfecho de haberlo escondido bajo las narices de Dumbledore_ dijo Minerva.
—¿Perdón?—¡Escondió la diadema en el castillo la noche que le pidió a Dumbledore un empleo de profesor! —explotó Harry. Decirlo en voz alta le permitió entenderlo todo—. ¡Debió de esconderla cuando subió aldespacho de Dumbledore, o cuando se marchó de allí! Pero de cualquier forma valía la pena intentarconseguir el empleo; así también tendría ocasión de robar la espada de Gryffindor...
es posible_ dijo Albus_ aunque veo poco probable que quisiera la espada de Gryffindor por la leyenda que la envuelve, aunque con lo orgulloso que es no descarto que intentara encontrarla.
¡Gracias, muchasgracias!Harry la dejó flotando, completamente desconcertada. Al doblar una esquina camino del vestíbulo,miró la hora. Faltaban cinco minutos para la medianoche, y aunque al menos ya sabía qué era el últimoHorrocrux, no estaba más cerca de descubrir dónde estaba escondido...Generaciones y generaciones de alumnos no habían logrado encontrar la joya; eso apuntaba a que nose hallaba en la torre de Ravenclaw. Pero si no estaba allí, ¿dónde podía estar? ¿Qué escondite habíaencontrado Tom Ryddle en el castillo de Hogwarts, qué lugar consideró capaz de guardar eternamente susecreto?
eso_ dijo Ginny_ que lugar considero tan bueno que creyó que nadie podría llegar_ de prono varios se pusieron rígidos como si se les hubiera ocurrido algo de repente.
será posible que este ahí_ pensó Harry, suponía que nada perdía intentándolo.
Perdido en sus elucubraciones, Harry dobló otra esquina y tan sólo había dado unos pasos por elsiguiente pasillo cuando una ventana a su izquierda se abrió con gran estrépito. Se apartó de un salto, almismo tiempo que un cuerpo gigantesco irrumpía por ella e iba a estrellarse contra la pared de inmediato una forma grande y peluda se separó gimoteando del caído y se arrojó sobre Harry.—¡Hagrid! —
Hagrid_ dijeron todos.
no creyeron que los dejaría solos en la guerra, verdad_ preguntó Hagrid.
nunca_ dijo Ron.
gritó el chico intentando repeler las atenciones de Fang, el perro jabalinero, mientrasel enorme y barbudo personaje se ponía en pie—. ¿Qué demonios...?—¡Estás aquí, Harry! ¡Estás aquí!Hagrid se encorvó, le dio un rápido y aplastante abrazo, y fue rápidamente hasta la destrozadaventana.—¡Bien hecho, Grawpy! —bramó el guardabosques asomándose por el hueco—. ¡Nos vemosenseguida, te has portado muy bien!A lo lejos, en los oscuros jardines, Harry vio destellos de luz y oyó un inquietante grito parecido a unlamento. Miró el reloj: era medianoche. La batalla había comenzado.—Vaya, Harry —resolló Hagrid—, esto va en serio, ¿eh? ¿Listo para la lucha?—¿De dónde sales, Hagrid?—Oímos a Quien-tú-sabes desde nuestra cueva —respondió con gravedad—. El viento nos trajo suvoz, ¿sabes? «Entregadme a Harry Potter... Tenéis tiempo hasta la medianoche.» Enseguida imaginé queestarías aquí y lo que sucedía.
y llegaste justo a tiempo_ dijo Harry.
me alegra_ dijo Hagrid.
pero será mejor que te muevas, Harry_ dijo Hermione_ se agota el tiempo.
en un momento lo hago_ aseguró Harry_ por mas que estaba feliz de ver a Hagrid, no tenia tiempo para charlar.
¡Al suelo, Fang! Así que Grawpy, Fang y yo decidimos reunirnos contigo;nos colamos por la parte del muro de los jardines que linda con el bosque; Grawpy nos transportó sobrelos hombros. Le dije que me llevara volando al castillo, y me ha lanzado por la ventana,
todos parpadearon hacia el libro, antes de estallar en carcajadas.
eso es lo que yo llamo una entrada_ dijo Sirius entre risas.
por suerte ahora sabes que todo se lo toma literal_ dijo Remus.
pobrecillo. Esono era exactamente lo que yo quería decir, pero... Oye, ¿dónde están Ron y Hermione?—Buena pregunta. ¡Vamos!Se pusieron en marcha y Fang los siguió con sus torpes andares. Harry oía movimiento en lospasillos —gente que corría, gritos— y por las ventanas continuaba viendo destellos de luz en los jardinesen penumbra.—¿Adónde vamos? —preguntó Hagrid resollando; iba corriendo detrás de Harry haciendo temblar elentarimado del suelo.—No lo sé exactamente —contestó el muchacho, y tomó otro desvío al azar—, pero Ron y Hermionedeben de estar por aquí.
ojala_ dijo Ron_ tu necesitas que estemos contigo.
seguro ya regresamos_ dijo Hermione_ hemos tenido bastante tiempo para hacer lo que sea que estemos haciendo.
Las primeras bajas de la batalla yacían desparramadas por el pasillo que enfilaron,
eso hizo que todos se tensaran sin atreverse a decir una palabra.
pues un hechizolanzado por una ventana había destrozado las dos gárgolas de piedra que custodiaban la entrada de lasala de profesores. Los restos, esparcidos por el suelo, todavía se movían un poco.
Harry_ gritaron todos.
no nos asustes así_ dijo Angelina.
lo siento_ se disculpó Harry.
Cuando Harry saltópor encima de una de las incorpóreas cabezas, ésta gimió débilmente: «No te preocupes por mí, mequedaré aquí y me desmenuzaré lentamente.»
tu puedes ser arreglado_ dijo Minerva.
Al ver aquella fea cara de piedra, a Harry le vino a la memoria el busto de mármol de RowenaRavenclaw, provisto de aquel estrambótico tocado que había contemplado en casa de Xenophilius, y acontinuación se acordó de la estatua de la torre de Ravenclaw, luciendo la diadema de piedra sobre losblancos rizos...Y cuando llegó al final del pasillo, lo asaltó el recuerdo de una tercera efigie de piedra: la de unmago viejo y feo, en cuya cabeza él mismo había colocado una peluca y una deslucida diadema.
que, donde_ preguntaron todos confundidos.
en la sala de menesteres_ dijo Harry_ cuando me deshice del libro de Snape, vi una especie de corona_ recordó_ eso podría ser.
entonces corre, Harry_ dijo Alicia.
Larevelación le provocó una sensación parecida a la del whisky de fuego, y estuvo a punto de fin sabía dónde estaba esperándolo el Ryddle, que no confiaba en nadie y siempre actuaba solo, había sido lo bastante arrogante paradar por hecho que sólo él conseguiría penetrar en los más profundos misterios del castillo de es lógico, ni Dumbledore ni Flitwick, alumnos modélicos, habían entrado jamás en aquel lugar enconcreto, pero Harry se había saltado las normas en más de una ocasión cuando estudiaba en el colegio.
tiene sentido que gente que respete las reglas no legara a la sala_ asintió Katie.
y decían que romper las reglas no nos llevaría a nada_ dijo Fred.
lo que nos faltaba_ suspiró Minerva.
Y por fin acababa de descubrir un secreto que Voldemort y él conocían, pero que Dumbledore no habíallegado a profesora Sprout lo devolvió a la realidad al pasar a toda velocidad a su lado, seguida de Nevilley media docena de alumnos más, todos provistos de orejeras y transportando enormes plantas en macetas.—¡Son mandrágoras! —le gritó Neville a Harry por encima del hombro, sin detenerse—. ¡Vamos alanzarlas al otro lado de los muros! ¡No les gustará nada!
ojala que ya estén bien maduras_ dijo Luna.
por supuesto que si_ dijo Pomona_ no saben lo que les espera.
Harry ya sabía adónde tenía que ir, así que aceleró el paso, y Hagrid y Fang lo siguieron. Pasaronpor delante de un montón de retratos cuyas figuras —magos y brujas ataviados con camisas de gorguerasy bombachos, armaduras y capas— iban también de aquí para allá, apiñándose unos en los lienzos de losotros y transmitiéndose a gritos las noticias recibidas de otras partes del castillo. Al llegar al final delpasillo, todo el colegio tembló y Harry comprendió, al mismo tiempo que un gigantesco jarrón saltaba desu pedestal con una fuerza explosiva, que Hogwarts estaba siendo asolado por sortilegios más siniestrosque los de los profesores y la Orden.—
por supuesto que si_ dijo Sybill.
por el momento solo podemos retrasarlos, tratando de no dañar nuestras protecciones_ dijo Flitwick_ una vez que entren, porque tarde o temprano lo harán, podremos ser aun mas agresivos.
¡Tranquilo, Fang! ¡No pasa nada! —gritó Hagrid, pero el enorme perro jabalinero salió huyendo,mientras fragmentos de porcelana saltaban por los aires como metralla. El guardabosques echó a corrertras el aterrorizado animal y dejó solo a ñando la varita, el muchacho continuó adelante por pasillos que todavía temblaban, y a lo largode uno de ellos la pequeña figura de sir Cadogan, a quien seguía a medio galope su rechoncho poni,corrió de lienzo en lienzo al lado de Harry, haciendo mucho ruido con la armadura y dándole gritos deánimo:—¡Bellacos! ¡Bribones! ¡Villanos! ¡Sinvergüenzas! ¡Échalos a todos de aquí, Harry Potter! ¡Acabacon ellos!
esos si que son gritos de animo_ dijo Collin.
es bueno que ahora los bellacos no seamos nosotros_ dijo Ron.
si sir Cadogan pudiera, estaría en primera fila luchando por la escuela_ dijo Albus con una sonrisa.
Harry dobló una esquina a toda prisa y encontró a Fred con un grupito de estudiantes, entre ellos LeeJordan y Hannah Abbott, de pie junto a otro pedestal vacío, cuya estatua ocultaba un pasadizo en mano, escuchaban por el disimulado hueco, por si alguien atacaba por ahí.
estamos muy preparados para recibirlos si s eles ocurre salir por ahí_ dijo Lee_ ojala que un par lo haga, tengo ganas de maldecir un poco.
me gusta la idea_ dijo Hanna.
—¡Menuda nochecita! —gritó Fred.
parece que te la estas pasando en grande_ dijo Hermione.
claro que si_ dijo Fred.
El castillo volvió a estremecerse y Harry pasó zumbando, eufórico y a la vez aterrorizado. Recorrióotro pasillo y vio lechuzas por todas partes; la Señora Norris bufaba e intentaba atraparlas con las patas,sin duda para devolverlas al lugar que les correspondía.—¡Potter! —Aberforth Dumbledore se hallaba en medio de un pasillo blandiendo la varita—.¡Cientos de chicos han entrado en tropel en mi pub, Potter!—Ya lo sé. Estamos evacuando el castillo. Voldemort...—... está atacando porque no te han entregado. Ya —replicó Aberforth—, no estoy sordo; lo ha oídotodo Hogsmeade. ¿Y a ninguno de vosotros se le ha ocurrido tomar como rehenes a algunos miembros deSlytherin? Hay hijos de mortífagos entre los alumnos que habéis enviado a un lugar seguro. ¿No habríasido más inteligente retenerlos aquí?
Aberforth..._ suspiró Albus.
ahora que lo dicen..._ empezaron varios.
eso no es justo_ dijeron los Slytherin.
la guerra no es justa_ dijo Moody_ si lo fuera nadie de nuestro bando moriría.
nadie va a tomar a los alumnos de Slytherin_ dijo Severus.
nadie dijo que lo haríamos_ dijo Sirius_ solo que Aberforth no esta del todo equivocado.
—Eso no habría detenido a Voldemort.
es cierto_ dijo Harry.
pero nos podría dar unos mortifagos menos_ dijo Ginny.
ni estés tan segura_ dijo Theo.
Además, Aberforth, su hermano Albus nunca habría hecho unacosa así.Aberforth soltó un gruñido y echó a correr en la dirección opuesta.«Su hermano Albus nunca habría hecho una cosa así.»
Dumbledore no esta ahí_ dijo Rufus.
vamos a mantener a los Slytherin fuera de esto_ dijo Harry.
Bueno, era la verdad, pensó Harry al arrancara correr de nuevo; Dumbledore, que durante tantos años defendió a Snape, jamás habría tomado alumnoscomo rehenes...
nunca lo haría_ dijo Albus.
siempre y cuando dichos alumnos no dedican volver a la escuela para enfrentar a sus propios compañeros_ dijo Rufus_ entonces tendrían derecho a hacer lo necesario.
Entonces derrapó en otra esquina y, con un grito de alivio y furia a la vez, vio a Ron y Hermione,ambos cargados con unos enormes objetos amarillentos, curvados y sucios.
al fin_ dijo Harry_ pero donde demonios se metieron_ frunció el ceño.
Ron también llevaba unaescoba debajo del brazo.—¿Dónde demonios os habíais metido? —les gritó Harry.—En la cámara secreta —contestó Ron.—
a la cámara secreta_ repitieron todos.
claro, ahí esta el basilisco_ pensó Ron.
¡¿Dónde...?! —exclamó Harry, y se detuvo sin resuello.—¡Ha sido idea de Ron! —explicó Hermione, que casi no podía respirar—. ¿Es un genio o no?Cuando te marchaste, le pregunté cómo íbamos a destruir el Horrocrux si lo encontrábamos. ¡Todavía nohabíamos eliminado la copa! ¡Y entonces a Ron se le ocurrió pensar en el basilisco!—Pero...—Claro, algo con lo que destruir los Horrocruxes —dijo Ron con observó lo que sus dos amigos llevaban en los brazos: los enormes y curvados colmillos quehabían arrancado —ahora lo comprendía— del cráneo del basilisco muerto.
eres un genio Ron_ dijo Percy.
no es para tanto_ dijo Ron con las orejas coloradas.
claro que si, ahora podemos deshacernos del resto de horrocruxes_ dijo Hermione.
pero como entraron a la cámara_ preguntó Harry, haciendo que todos volvieran su vista al libro.
—Pero ¿cómo lo habéis logrado si para entrar ahí hay que hablar pársel?—¡Ron sabe hablar pársel! —saltó Hermione—. ¡Demuéstraselo!
hablas parsel_ preguntaron Harry y los Weasley.
claro que no_ dijo Ron, siendo el mas confundido.
Y el chico emitió un espantoso y estrangulado sonido silbante.—Es lo que dijiste tú para abrir el guardapelo —le dijo a Harry como disculpándose—. Tuve queintentarlo varias veces, pero... —se encogió de hombros, modesto— al final logramos entrar.
genial_ dijeron sus hermanos.
tal vez si se pueda aprender parsel, después de todo_ dijo Percy.
—¡Ha estado sensacional! —exclamó Hermione—. ¡Sensacional!
ciertamente suena así_ dijo Astoria.
—Entonces... —Harry intentaba atar cabos—. Entonces...—Ya queda un Horrocrux menos —confirmó Ron, y de la chaqueta sacó los restos de la copa deHufflepuff—. Se lo ha clavado Hermione. Me ha parecido justo que lo hiciera ella porque todavía nohabía tenido ese honor.
un gran honor ciertamente_ dijo Hermione secamente.
así los tres sabemos lo que es destruirlo_ dijo Ron_ me parece justo_ Hermione asintió.
—¡Genial! —exclamó Harry.—No es para tanto —dijo Ron, aunque se lo veía satisfecho de sí mismo—. Bueno, ¿y tú qué hashecho?En ese momento hubo una explosión en el piso superior. Los tres levantaron la vista y observaroncómo caía polvo del techo y oyeron un grito lejano.—He averiguado cómo es la diadema, y también sé dónde está —les explicó Harry precipitadamente—. La escondió en el mismo sitio donde yo guardé mi viejo libro de Pociones, donde la gente llevasiglos escondiendo cosas. Y creyó que sólo él la encontraría. ¡Vamos!Las paredes volvieron a temblar. Harry guió a sus amigos por la entrada oculta y por la escalera queconducía a la Sala de los Menesteres. Allí sólo quedaban tres mujeres: Ginny, Tonks
que haces ahí_ preguntó Remus.
tener una noche de chicas_ respondió Tonks_ que crees que hago.
deberías estar con Teddy_ dijo Remus.
mi madre lo cuidara_ dijo Tonks.
Dora..._ dijeron sus padres.
estoy haciendo lo que debo_ dijo Tonks.
y una bruja muyanciana con un sombrero apolillado, a la que Harry reconoció al instante: era la abuela de Neville.
que haces ahí, abuelita_ preguntó Neville.
Tonks me invito a su noche de chicas_ dijo Augusta poniendo los ojos en blanco.
—¡Ah, Potter! —dijo la anciana con desenvoltura—. Ahora podrás explicarnos qué está pasando.—¿Están todos bien? —preguntaron Ginny y Tonks a la vez.—Que nosotros sepamos, sí —respondió Harry—. ¿Todavía queda gente en el pasadizo que lleva aCabeza de Puerco?Era consciente de que la Sala de los Menesteres no se transformaría mientras quedara alguien dentro.—Yo he sido la última que ha entrado por ahí —dijo la señora Longbottom—. Y lo he cerrado,porque no creo que sea conveniente dejarlo abierto ahora que Aberforth se ha marchado de su pub.
fue lo mejor_ estuvieron de acuerdo todos.
así evitamos que los indeseables entren por ahí_ asintió Kingsley.
¿Hasvisto a mi nieto?—Está combatiendo —contestó Harry.—Claro —dijo la anciana con orgullo—.
que otra podría estar haciendo_ dijo Augusta.
Perdonadme, pero tengo que ir a ayudarlo.Y se encaminó hacia los escalones de piedra a una velocidad asombrosa.
abuelita..._ empezó Neville.
si tesoro_ dijo Augusta con una voz extremadamente dulce que no coincidía con su sonrisa mortal.
nada_ murmuró Neville.
—Creía que estabas con Teddy en casa de tu madre —le comentó Harry a Tonks.
es ahí donde deberías estar_ dijo Remus.
mi lugar es a tu lado_ dijo Tonks.
—No podía soportarlo. Necesitaba saber... —Estaba muy angustiada—. Mi madre cuidará de él.¿Has visto a Remus?—Creo que planeaba llevar a un grupo de combatientes a los jardines...Tonks no dijo nada más y se marchó a toda prisa.—Ginny —dijo entonces Harry—, lo siento, pero tú también tendrás que irte, pero sólo un podrás recibió encantada la orden de abandonar su refugio.
no es para abandonarla_ dijo Harry_ cuando salgamos, tu vuelves a entrar.
dijiste que podría volver_ dijo Ginny_ no que lo hiciera_ añadió.
te lo digo ahora_ dijo Harry.
—¡Luego has de volver! —insistió Harry mientras la chica subía corriendo la escalera, detrás deTonks—. ¡Tienes que volver!
escuchaste, Ginny_ dijo Molly.
estoy muy lejos para escuchar lo ultimo que dijo Harry_ dijo Ginny.
—¡Espera un momento! —dijo de pronto Ron—. ¡Se nos olvidaba alguien!—¿Quién? —preguntó Hermione.—Los elfos domésticos. Deben de estar todos en la cocina, ¿no?—
no puedes querer que luchen_ dijo Hermione, Ron negó.
¿Quieres decir que deberíamos ir a buscarlos para que luchen de nuestro lado? —preguntó Harry.—No, no es eso —respondió Ron, muy serio—. Pero deberíamos sugerirles que abandonen elcastillo; no queremos que corran la misma suerte que Dobby, ¿verdad? No podemos obligarlos a morirpor nosotros.
Ron..._ dijo Hermione dirigiéndole la mirada mas cariñosa que alguna vez le haya dado.
si...bueno...no seria justo para ellos_ dijo Ron con las orejas coloradas por como lo miraba y le sonreía.
si recuerdas que tu novio esta acá, verdad_ preguntó Fred en voz baja.
no tienes nada de que estar celoso_ dijo Hermione.
no lo estoy, solo me aseguro_ dijo Fred
En ese instante se oyó un fuerte estrépito: Hermione había soltado los colmillos de basilisco quellevaba en los brazos. Corrió hacia Ron, se le echó al cuello y le plantó un beso en la boca. El chicosoltó también los colmillos y la escoba y le devolvió el beso con tanto entusiasmo que la levantó delsuelo.
eso hizo que todos voltearan a mirarlos con la boca abierta, antes de soltar algunas risitas no sabían que era mas divertido las expresiones de ambos que se están poniendo rojos, luego pálidos y rojos otra vez o que fuera Dumbledore quien lo leyó.
vaya..._ dijo Ron_ esto...
si..._ dijo Hermione.
sabia que Granger se ponía excitable con el tema de los elfos, pero esto es llevarlo a otro nivel_ murmuró Draco, haciendo que todos lo miraran y luego a los pobres chicos antes de estallar en carcajadas.
no significa nada_ le dijo Hermione a Fred, que se habia puesto muy rígido, haciendo qu todos detengan sus risas por respeto al momento de la pareja, Ron asintió.
esta bien_ dijo Fred.
de verdad, hermano_ dijo Ron.
esta bien_ repitió Fred.
Freddy..._ Hermione se detuvo cuando Fred le tomo la mejilla y la beso con dulzura.
de verdad esta bien_ dijo Fred_ sabíamos que esto podía pasar.
entonces no me asesinaras mientras duermo_ bromeo Ron luciendo tan aliviado que todos se echaran a reír.
no, peor me reservo el derecho de hacerte bromas en los próximos días_ dijo Fred.
—¿Os parece que es el momento más oportuno? —preguntó Harry con un hilo de voz,
yo diría_ dijo Seamus moviendo las cejas, volviendo a sonrojar a Ron y Hermione.
y como no lehicieron ni caso, sino que se abrazaron aún más fuerte y se balancearon un poco,
no haces fácil no querer matarte_ masculló Fred.
te quiero hermano_ dijo Ron_ y aprecio mucho que me dejes vivir.
les gritó—: ¡Eh! ¡Queestamos en guerra!Ambos se separaron un poco, pero siguieron abrazados.—Ya lo sé, colega —dijo Ron con cara de atontado, como si acabaran de darle en la cabeza con unabludger—.
Granger debe besar muy bien_ dijo Lavender.
lo hace_ dijeron Fred y Viktor, antes de que el segundo recibiera una mirada de muerte del primero y un codazo de Oliver, mientras Hermione empezaba a creer que el calor en sus mejillas nunca bajaría.
Precisamente por eso. O ahora o nunca, ¿no?
mejor nunca_ dijeron Ron y Hermione, mientras Harry los veía divertidos.
—¡Piensa en el Horrocrux! —le soltó Harry—. ¿Crees que podrás aguantarte hasta que consigamos ladiadema?—Sí, claro, claro. Lo siento —se disculpó Ron,
tienes que entenderlo, Harry, el pobre ya se aguanto siete años_ dijo Dean.
no me gustaba Hermione en primero_ dijo Ron, recibiendo miradas escépticas de todos, incluido el propio Harry.
y con Hermione, ambos ruborizados, se ocuparon derecoger los colmillos del llegaron al pasillo de arriba, comprobaron que en los pocos minutos que habían pasado en laSala de los Menesteres la situación en el castillo había empeorado: las paredes y el techo retemblabanmás que nunca, había mucho polvo suspendido en el aire y, a través de la ventana más cercana, Harry vioestallidos de luz verde y roja muy cerca de la planta baja del castillo, lo que indicaba que los mortífagosestaban a punto de entrar en el edificio.
ya no queda tiempo_ dijo Sirius_ debes encontrar la diadema y solo les quedara la serpiente.
va a ser la mas difícil_ dijo Harry_ Tom no la va a perder de vista.
Miró entonces hacia abajo y vio pasar a Grawp, el gigante, quienbramaba enfurecido y blandía una gárgola de piedra desprendida del tejado.—¡Espero que aplaste a bastantes mortífagos! —comentó Ron, y volvieron a resonar gritos cercanos.
ojala_ dijeron todos.
no puedo esperar a contarle a mi hermano sus hazañas_ dijo Hagrid, luciendo muy orgulloso
—¡Mientras no sean de los nuestros! —dijo una voz. Harry se volvió y vio a Ginny y Tonks, ambasvaritas en mano, apostadas en la ventana más próxima, a la que le faltaban varios cristales. Ginny lanzóun certero hechizo a un grupo de combatientes que intentaba entrar en el castillo.
así se hace Ginny_ dijo Blaise.
ves como puedo ayudar_ preguntó Ginny a su madre que no parecía dispuesta a escuchar nada al respecto.
—¡Bien hecho! —rugió una figura que corría hacia ellos a través de una nube de polvo, y Harry viode nuevo a Aberforth, con el canoso cabello alborotado, guiando a un reducido grupo de alumnos—.¡Parece que están abriendo una brecha en las almenas del ala norte! ¡Se han traído a sus gigantes!—
sabíamos que pasaría_ dijo Albus.
ninguno podrá contra Grawp_ dijo Hagrid con mas confianza de la que sentía.
¿Has visto a Remus? —le preguntó Tonks.—¡Estaba peleando con Dolohov! —gritó Aberforth—. ¡No lo he visto desde entonces!—Seguro que está bien, Tonks —la tranquilizó Ginny—. Seguro que está bien...Pero la bruja se había lanzado ya hacia la nube de polvo, detrás de Aberforth.
Tonks tomo la mano de Remus, esperando que puedan encontrarse lo mas pronto posible, Remus le apretó la mano en un gesto reconfortante.
Ginny, impotente, se volvió hacia Harry, Ron y Hermione.—No les pasará nada —dijo Harry, aunque sabía que sólo eran palabras de consuelo—. Volveránenseguida, Ginny. Tú apártate y quédate en un lugar seguro. ¡Vamos! —les dijo a sus dos amigos, y sefueron a toda velocidad hacia el trozo de pared detrás del cual la Sala de los Menesteres los esperabapara ofrecerles una nueva respuesta a sus necesidades.«Necesito el sitio donde se esconde todo», le suplicó Harry mentalmente, y la puerta se materializóuna vez que los chicos hubieron pasado tres veces por fragor de la batalla se apagó en cuanto traspusieron el umbral y cerraron la puerta detrás de ellos;todo quedó en silencio. Se hallaban en un recinto del tamaño de una catedral que encerraba una ciudadentera de altísimas torres formadas por objetos que miles de alumnos, ya muertos, habían escondido enaquel lugar.
seria interesante revisar que pudieron haber escondido_ dijo Lee.
pero si lo escondieron es por algo_ dijo Alicia_ mejor no meterse en eso.
tienen razón_ asintieron varios.
—¿Y no se dio cuenta de que cualquiera podía entrar aquí? —preguntó Ron, y su voz resonó en elsilencio.—Creyó que era el único capaz de hacerlo —repuso Harry—. Pero, desgraciadamente para él, yotambién necesité esconder una cosa en mi época de... Por aquí —indicó—. Me parece que está ahí ó por delante del trol disecado y el armario evanescente que Draco había reparado el año anteriorcon tan desastrosas consecuencias, pero se desorientó ante tantos callejones flanqueados por muros dechatarra; no recordaba por dónde tenía que ir...—¡Accio diadema! —gritó Hermione a la desesperada, pero la diadema no apareció volando.
no perdíamos nada intentándolo_ dijo Hermione encogiéndose de hombros, después de todo Voldemort era demasiado arrogante y podría haberla dejado desprotegida de eso.
creo que la sala no permite que se convoque_ dijo Harry como si leyera la mente de Hermione.
Alparecer, aquella sala, como la cámara de Gringotts, no iba a entregarles sus objetos ocultos tanfácilmente.—Separémonos —propuso Harry—. Buscad un busto de piedra de un anciano con peluca y puse encima de un armario, no puede estar muy lejos de aquí...Echaron a correr por callejones adyacentes; Harry oía los pasos de Ron y Hermione resonando entrelas altísimas montañas de chatarra formadas por botellas, sombreros, cajas, sillas, libros, armas,escobas, bates...«Tiene que estar por aquí —se dijo—. Por aquí... por aquí...»Se adentraba más y más en el laberinto buscando objetos que reconociera de su anterior incursión enaquel recinto. Oía el ruido de su propia respiración, hasta que de pronto tuvo la sensación de que hasta elalma le temblaba. Allí estaba, justo delante de él: el viejo y estropeado armario donde había escondidosu antiguo libro de Pociones; y encima del mueble, el mago de piedra gastada con una peluca vieja ypolvorienta y una antigua diadema descolorida.
la encontraste_ dijeron todos.
la única persona viva, además de Tom que ha visto la diadema de Ravenclaw_ felicitó Luna.
tal vez antes de que la destruyan, podríamos verla_ sugirió Terry.
no veo porque no_ dijo Albus_ siempre y cuando mantengan su distancia_ las águilas asintieron rápidamente.
Ya había estirado un brazo, aunque todavía estaba a tres metros del armario, cuando una voz dijo asus espaldas:—¡Quieto, Potter!El muchacho se detuvo tras dar un patinazo y se dio la vuelta. Crabbe y Goyle estaban de pie detrásde él, hombro con hombro, apuntándolo con sus varitas. Por el espacio que quedaba entre sus burlonascaras, entrevió a Draco Malfoy.—
Narcissa se puso rígida ante eso y miró a su hijo, que se encogió de hombros, estaba haciendo lo que tenia que hacer.
lo que faltaba_ dijeron todos entre dientes.
si decidió quedarse y luchar es juego justo_ dijo Rufus_ deberás olvidar que es tu compañero de clase.
no será un problema_ dijo Harry mirando a Draco que le devolvió la mirada.
Esa varita que tienes en la mano es mía, Potter —dijo Malfoy apuntándolo con otra mientras seabría paso entre sus dos secuaces.
era tuya_ dijo Harry_ ahora me prefiere a mi.
—Ya no lo es —replicó Harry entrecortadamente, y aferró con más fuerza la varita de espino—.Quien pierde, paga, Malfoy. ¿De quién es la que tienes tú?—De mi madre —contestó rió, aunque la situación no tenía nada de cómica. Ya no oía a sus dos amigos; debían de habersealejado y tampoco ellos debían de oírlo a él.—¿Qué hacéis aquí? —preguntó Harry—. Me extraña que no estéis con Voldemort.—Nos van a recompensar —dijo Crabbe con una voz sorprendentemente dulce para tratarse de unapersona tan corpulenta;
apuesto a que si_ dijo Susan rodando los ojos.
si lo capturamos lo hará_ dijo Crabb.
cosa que no van a lograr_ dijo Hermione, Ron asintió de acuerdo.
era casi la primera vez que Harry lo oía hablar. Crabbe sonreía como un niñopequeño al que han prometido una gran bolsa de caramelos—.
no me extrañaría que por eso lo hiciera_ dijo Justin.
Nos quedamos en el colegio, no marcharnos porque decidimos entregarte.—¡Un plan fantástico! —exclamó Harry con fingida admiración.
debió haberles costado todas sus neuronas pensarlo_ dijo Padma.
No podía creer que, con lo que lehabía costado llegar hasta allí y lo cerca que estaba de lograr su objetivo, aquellos tres impresentablesfrustraran sus intenciones. Con mucha lentitud, fue acercándose al busto sobre el que reposaba elHorrocrux, torcido. Si pudiera cogerlo antes de que empezaran a pelear...—. ¿Y cómo habéis entradoaquí? —preguntó con intención de distraerlos.—El año pasado estuve más horas en la Sala de Objetos Ocultos que en cualquier otro sitio —dijoMalfoy con voz crispada—. Sé cómo se entra.
deberías saberlo, con todo el tiempo que pasaste acosándome_ dijo Draco.
no fue acoso, fue vigilancia_ dijo Harry.
cual es la diferencia_ preguntó Draco.
quien lo hace_ dijo Harry_ en tu caso es acosar, en el mío es vigilar.
—Estábamos escondidos en el pasillo —informó Goyle—. ¡Ahora sabemos hacer encantamientosdesilusionadores!
bien por ustedes_ dijo Anthony.
gracias_ dijo Goyle.
Y entonces —añadió esbozando una sonrisa de bobo— apareciste tú y dijiste queestabas buscando una diadema. Por cierto, ¿qué es una diadema? —¡Eh, Harry! —La voz de Ron resonó de repente al otro lado de la pared que Harry tenía a suderecha—. ¿Con quién hablas?
con nuestros compañeros favoritos_ dijo Harry.
debí saber que estarían ahí_ dijo Ron_ siempre os estas acosando_ Harry miró a Draco como preguntando "notas la diferencia", Draco se limitó a rodar los ojos.
Crabbe sacudió la varita como si fuera un látigo apuntando a una montaña de quince metros de altocompuesta de muebles viejos, baúles rotos, túnicas y libros viejos y otros utensilios difíciles deidentificar, y gritó:—¡Descendo!—¡Ron! —gritó Harry, al mismo tiempo que Hermione, a quien todavía no veía, gritaba también;entonces oyó cómo innumerables objetos caían al suelo al otro lado de la desestabilizada pared. Apuntócon su varita a la base de ésta y gritó—: ¡Finite! —Eso detuvo la avalancha.—¡No, quieto! —ordenó Malfoy sujetándole el brazo a Crabbe cuando éste intentaba repetir elhechizo—.
al menos alguien piensa_ dijo Moody_ nadie ganara si destruyen la habitación.
solo podrían terminar enterrados en ella_ asintió Amelia.
dudo que se den cuenta_ pensó Ron.
¡Si destrozas la habitación podrías enterrar esa diadema!—¿Y qué más da? —se soliviantó Crabbe quitándose de encima a Draco—. Es a Potter a quienquiere el Señor Tenebroso. ¿Qué me importa a mí la diadema?—Potter ha entrado aquí para cogerla —dijo Malfoy, impaciente ante la torpeza de sus colegas—, yeso debe de significar...
que el señor tenebroso podría recompensarnos si se la llevamos_ completó Draco.
eso podría pasar_ dijo Sirius_ aunque puede que luego te mate por saber que esa diadema es importante.
—¿«Debe de significar»? —Crabbe miró a Malfoy con ferocidad—. ¿A quién le importa lo que túpienses? Yo ya no acepto tus órdenes, Draco. Tu padre y tú estáis acabados.
Draco parpadeo sorprendido ante eso.
esto se va a poner feo_ dijo Amelia_ nada bueno sale cuando el musculo quiere liderar_ los aurores asintieron.
—¡Eh, Harry! —gritó Ron desde el otro lado de la pared de trastos—. ¿Qué está pasando?—¡Eh, Harry! —lo imitó Crabbe—. ¿Qué está...? ¡No! ¡Potter! ¡Crucio!Harry se había lanzado sobre la diadema, pero la maldición de Crabbe pasó rozándolo y dio contra elbusto de piedra, que saltó por los aires; la diadema salió despedida hacia arriba y luego se perdió devista entre la masa de objetos sobre la que había ido a parar el busto.
no_ gimieron varios.
atrápala, Harry_ suplicó Dennis, nada valdría la pena si al final no obtenían la diadema de Ravenclaw.
—¡Basta! —le gritó Malfoy a Crabbe, y su voz resonó en el enorme recinto—. El Señor Tenebrosolo quiere vivo...—¿Y qué? No voy a matarlo, ¿vale? —explotó Crabbe, furioso, soltándose del brazo de Malfoy—.
pero solo estas perdiendo el tiempo siendo estúpido_ dijo Moody.
no los instruyas_ regañó Tonks.
solo digo los hechos_ dijo Moody.
Pero si se me presenta la oportunidad, lo haré.
y luego tendrías que desaparecer_ dijo Kingsley_ Voldemort les ha dejado claro a todos que debe ser quien mate a Harry.
Al fin y al cabo, el Señor Tenebroso quiere verlo muerto,¿qué más da que...?
hace toda la diferencia_ pensó Albus.
Un chorro de luz roja pasó rozando a Harry: Hermione había llegado corriendo por detrás de él y lehabía lanzado un hechizo aturdidor a Crabbe, y le habría dado en la cabeza si Malfoy no lo hubieraapartado de un empujón.
debiste dejar que lo aturdiera_ dijo Sirius.
es mi amigo_ dijo Draco.
lo entiendo, pero los esta poniendo en peligro_ dijo Remus_ esta siendo demasiado imprudente.
—¡Es esa sangre sucia! ¡Avada Kedavra!
que demonios te pasa_ le gritó Fred.
es la guerra_ se defendió Crabb.
Harry vio cómo Hermione se lanzaba hacia un lado, y la rabia que le dio que Crabbe disparara amatar le borró de la mente todo lo demás.
si en algo tiene razón es que es la guerra_ dijo Remus_ que tu no seas capaz de matar no significa que nadie mas lo sea_ Harry frunció el ceño y dio un asentimiento.
Sin vacilar le lanzó un hechizo aturdidor al chico, que seapartó tambaleándose y golpeó sin querer a Malfoy, haciendo que se le cayera la varita de la mano; lavarita rodó por el suelo y se perdió bajo una montaña de cajas y muebles rotos.—¡No lo matéis! ¡No lo matéis! —ordenó Malfoy a sus compinches, que estaban apuntando a Harry;ambos vacilaron una milésima de segundo, suficiente para que Harry les gritara:—¡Expelliarmus!A Goyle le saltó la varita de la mano y él dio un brinco para atraparla en vuelo, pero la varitadesapareció en el muro de objetos que había a su lado;
bien_ dijo Neville_ el expeliarmus nunca falla.
por eso es mu favorito_ dijo Harry.
muy lindo Potter_ dijo Moody_ pero no puedes ir por ahí desarmando, les das la oportunidad para que vuelvan por ti.
Malfoy se apartó para esquivar otro hechizoaturdidor de Hermione. Ron apareció de repente al final del callejón y le lanzó una maldición deinmovilidad total a Crabbe, pero falló por giró en redondo y gritó «¡Avada Kedavra!» una vez más. Ron saltó para esquivar el chorro deluz verde y se perdió de vista.
ese muchacho esta enloquecido_ dijo Kingsley_ tiene que usar hechizos mas fuertes o todos van a terminar muertos.
quieres que lo mate_ preguntó Harry, Kingsley no contestó.
Malfoy, que se había quedado sin varita, se agachó detrás de un ropero detres patas mientras Hermione cargaba contra ellos y acertaba a lanzarle un hechizo aturdidor a Goyle. —¡Está por aquí! —le gritó Harry señalando la montaña de trastos donde había caído la viejadiadema—. ¡Búscala mientras yo voy a ayudar a Ron!—¡Harry, mira! —gritó la rugido estruendoso lo previno del nuevo peligro que lo amenazaba. Se dio la vuelta y vio cómoRon y Crabbe se acercaban a toda velocidad por el callejón.—¿Tenías frío, canalla? —le gritó Crabbe mientras corrí al parecer éste no podía controlar lo que había hecho.
que demonios hiciste_ preguntó Sirius.
y como voy a saberlo_ preguntó Crabb.
no importa_ dijo Amelia_ si parece que no lo puede controlar, es mejor que empiecen a correr_ la orden asintió.
Unas llamas de tamaño descomunal losperseguían, acariciando las paredes de trastos, que en contacto con el fuego se convertían en cenizas.
muchos soltaron una maldición.
es fuego maldito_ dijo Albus_ muy peligroso, tienen que salir de ahí cuanto antes.
—¡Aguamenti! —bramó Harry, pero el chorro de agua que salió de la punta de su varita se evaporóenseguida.
el aguamenti no funciona contra el fuego demonio_ dijo Amelia.
quien lo lanzó debe controlarlo_ dijo George_ ustedes no podrán hacer nada.
—¡Corred!Malfoy agarró a Goyle, que estaba aturdido, y lo arrastró por el suelo; Crabbe, con cara de pánico,les tomó la delantera a todos; Harry, Ron y Hermione salieron como flechas tras ellos, perseguidos por elfuego. Pero no era un fuego normal; Crabbe debía de haber utilizado alguna maldición que Harry noconocía.
así fue_ dijo Remus_ y los matara a todos, si el no consigue controlarlo.
pero viendo que ya los adelantó, solo tienen que correr los mas rápido que puedan_ dijo Ted.
Al doblar una esquina, las llamas los siguieron como si tuvieran vida propia, o pudieran sentir yestuvieran decididas a matarlos. Entonces el fuego empezó a mutar y formó una gigantesca manada debestias abrasadoras: llameantes serpientes, quimeras y dragones se alzaban y descendían y volvían aalzarse, alimentándose de objetos inservibles acumulados durante siglos, metiéndoselos en faucesprovistas de colmillos o lanzándolos lejos con las garras de las patas; cientos de trastos saltaban por losaires antes de ser consumidos por aquel infierno.
esto es horrible_ dijo Susan.
es por eso que nadie con medio cerebro lanzaría esa maldición_ dijo Moody_ y menos sin estar seguro de poder controlarlo, cosa que muy pocos puede hacer.
Malfoy, Crabbe y Goyle habían desaparecido,
no_ gimió Narcissa, ella necesitaba seguir escuchando de su hijo.
y Harry, Ron y Hermione se detuvieron en seco. Losmonstruos de fuego, sin parar de agitar las garras, los cuernos y las colas, los estaban rodeando. El caloriba cercándolos poco a poco, compacto como un muro.—¿Qué hacemos? —gritó Hermione por encima del ensordecedor bramido del fuego—. ¿Quéhacemos?—¡Aquí, deprisa, aquí!Harry agarró un par de gruesas escobas de un montón de trastos y le lanzó una a Ron, que montó enella con Hermione detrás.
esto si que es suerte_ dijo Daphne, algo aliviada, con las escoba ellos podrían salvarse.
pero donde están los demás_ preguntó Narcissa, recibiendo varios encogimientos de hombros, nadie podía contestarle y muchas ya creían que habían muerto.
Harry montó en la otra y, dando fuertes pisotones en el suelo, los tres seelevaron y esquivaron por poco el pico con cuernos de un saurio de fuego que intentó atraparlos con lasmandíbulas. El humo y el calor resultaban insoportables; debajo de ellos, el fuego maldito consumía losobjetos de contrabando de varias generaciones de alumnos, los abominables resultados de un millar deexperimentos prohibidos, los secretos de infinidad de personas que habían buscado refugio en aquellahabitación. Harry no veía ni rastro de Malfoy ni de sus secuaces.
no pueden haber desaparecido_ dijo Narcissa_ por ahí deben estar_ sus ojos empezaban a llenarse de lagrimas.
la verdad parece que ya no se puede hacer nada_ murmuró Tonks, Remus asintió, pero le hizo un gesto para que no dijera nada.
Descendió cuanto pudo y sobrevoló alos monstruos ígneos, que seguían saqueándolo todo a su paso; los buscó, pero sólo veía fuego. ¡Quéforma tan espantosa de morir! Harry nunca había imaginado nada parecido.
si es horrible, pero ya salgan de ahí_ dijo Amelia.
no puedes dejarlos_ dijo Narcissa_ sigue buscándolos.
tienes que salir de ahí_ dijo Moody_ lo que le pase al bando contrario no es asunto tuyo y menos si fue ese bando quien prendió el fuego_ varios asintieron, no valía la pena que el trio se pusiera en riesgo por Malfoy y sus secuaces, por mas horrible que eso pudiera sonar.
por favor..._ suplicó Narcissa, Ron y Hermione negaron sutilmente hacia Harry.
por favor Potter_ dijo Severus tragándose su orgullo_ no los dejes ahí_ Harry lo miro muy sorprendido.
—¡Salgamos de aquí, Harry! ¡Salgamos de aquí! —gritó Ron, aunque el denso y negro humo impedíaver dónde estaba la puerta.Y entonces, en medio de aquella terrible conmoción, en medio del estruendo de las devoradorasllamas, Harry oyó un débil y lastimero grito.—
ahí están_ dijo Narcissa_ puedes salvarlos.
es demasiado arriesgado_ dijo Ron, mientras Draco muy pálido rogaba porque los sacaran de ahí, no quería morir así.
¡Es demasiado arriesgado! —gritó Ron, pero Harry viró en el aire.
estoy de acuerdo_ dijo Astoria.
Como las gafas le protegían losojos del humo, pasó por encima de la tormenta de fuego, buscando alguna señal de vida, una extremidad ouna cara que todavía no estuviera calcinada.
Harry_ se escucharon quejidos.
si puedo salvarlos, no puedo dejarlos morir_ dijo Harry.
si para eso debes arriesgar la vida de tus amigos, entonces si_ dijo Kingsley_ debes elegir, Malfoy y sus secuaces o Ron y Hermione.
vamos a dejar esto aquí_ dijo Sirius_ Harry esta haciendo lo que cree correcto_ dio por concluida la discusión, su ahijado era demasiado joven, era comprensible que no estuviera listo para ese tipo de decisiones, a pensar de que sabia que los aurores tenían razón, primero eran los de tu bando.
Y entonces los vio: estaban encaramados en una frágil torre de pupitres calcinados, y Malfoyabrazaba a Goyle, que estaba inconsciente.
y Crabb_ preguntaron Draco y Goyle, recibiendo miradas de simpatía.
fue mi culpa_ dijo Crabb, completamente pálido, cuando sus amigos agacharon la cabeza, luchando contra las lagrimas_ yo provoque esto, es obvio que no estaba pensando con claridad.
si vuelves a hacer algo como esto, te voy a golpear muy fuerte_ dijo Goyle.
y yo_ asintió Draco, Crabb les dio una pequeña sonrisa.
Harry descendió en picado hacia ellos. Draco lo vio llegar ylevantó un brazo; Harry se lo agarró, pero al punto supo que no lo conseguiría: Goyle pesaba demasiadoy la sudorosa mano de Malfoy resbaló al instante de su presa...—
tu puedes_ dijo Narcissa_ vas a conseguirlo.
eso espero_ murmuró Harry.
¡Si morimos por su culpa, te mato, Harry! —rugió Ron,
encontrare la manera de patearte el trasero en el mas allá_ advirtió Ron.
y en el preciso instante en que una enorme y llameante quimera se abatía sobre ellos, entre Hermione y él subieron a Goyle a su escoba y volvieron a elevarse, cabeceando y balanceándose, mientras Malfoy se montaba en la de Harry.
bien_ suspiraron Narcissa y Severus.
muchas gracias_ dijo Narcissa.
si...gracias Potter_ murmuraron Draco y Goyle, Harry asintió en reconocimiento.
—¡La puerta! ¡Vamos hacia la puerta! —gritó Malfoy al oído de Harry, y éste aceleró, yendo tras Ron, Hermione y Goyle a través de una densa nube de humo negro, casi sin poder respirar. Las criaturas de fuego maldito lanzaban al aire con alborozo los pocos objetos que las llamas todavía no habían devorado, y por todas partes volaban copas, escudos, un destellante collar, una vieja y descolorida diadema...
la diadema_ dijeron todos.
déjala_ dijo Amelia_ el fuego maldito debería poder con ella.
estoy seguro que si_ dijo Albus.
—Pero ¿qué haces? ¿Qué haces? ¡La puerta está por allí! —gritó Malfoy, pero Harry dio un brusco viraje y descendió en picado. La diadema caía como a cámara lenta, girando hacia las fauces de una serpiente, y de pronto se ensartó en la muñeca de Harry...El chico volvió a virar al ver que la serpiente se lanzaba hacia él; voló hacia arriba y fue derecho hacia el sitio donde, si no calculaba mal, estaba la puerta, abierta. Ron, Hermione y Goyle habían desaparecido, y Malfoy chillaba y se sujetaba a Harry tan fuerte que le hacía daño. Entonces, a través del humo, Harry atisbó un rectángulo en la pared y dirigió la escoba hacia allí. Unos instantes más tarde, el aire limpio le llenó los pulmones y se estrellaron contra la pared del pasillo que había detrás de la puerta. Malfoy quedó tumbado boca abajo, jadeando, tosiendo y dando arcadas;
estamos a mano_ dijo Harry.
de que hablas_ preguntó Draco frunciendo el ceño.
nos ayudaste en tu mansión_ dijo Harry_ te ayudamos aquí, deuda saldada_ Draco iba a decir que no era lo mismo, pero finalmente asintió.
Harry rodó sobre sí, se incorporó y comprobó que la puerta de la Sala de los Menesteres se había esfumado y Ron y Hermione estaban sentados en el suelo, jadeando, al lado de Goyle, todavía inconsciente.—Crabbe —murmuró Malfoy nada más recobrar la voz—. Crabbe...—Está muerto —dijo Harry con aspereza.
no lo digas tan frio_ murmuró Draco.
casi nos mata a todos_ dijo Harry.
Se quedaron callados; sólo se oían sus toses y jadeos. En ese momento, una serie de fuertes golpes sacudió el castillo y acto seguido un nutrido grupo de jinetes traslúcidos pasó al galope; todos llevaban la cabeza bajo el brazo y chillaban, sedientos de sangre. Cuando hubo pasado el Club de Cazadores sin Cabeza,
el club de cazadores si cabeza, vino a ayudar_ preguntó Collin con sorpresa.
es un buen gesto_ dijo Albus.
Harry se puso en pie trabajosamente, echó una ojeada alrededor y comprobó que todavía se estaba librando una encarnizada batalla. Oyó gritos que no eran de los jinetes decapitados y lo invadió el pánico.—¿Dónde está Ginny? —preguntó de repente—. ¡Estaba aquí! ¡Tenía que volver a la Sala de los Menesteres!—
ya salí_ dijo Ginny_ no volveré.
el líder de tu querido ejercito te dio una orden_ dijo Molly.
Caramba, ¿crees que seguirá funcionando después de ese incendio? —repuso Ron, pero él también se levantó del suelo, frotándose el pecho y mirando a derecha e izquierda—.
es posible_ dijo Albus_ la sala podría repararse sola.
¿Por qué no nos separamos y...?—No —dijo Hermione poniéndose en pie. Malfoy y Goyle seguían desplomados en el suelo del pasillo, derrotados; ninguno de los dos tenía varita—.
aquí es donde se les toma de rehenes_ preguntó un segundo año.
temo que no_ dijo Harry.
oh_ dijo decepcionado el niño, logrando sacar algunas sonrisitas.
Mantengámonos juntos. Yo propongo que vayamos... ¡Harry! ¿Qué es eso que tienes en el brazo?—¿Qué? ¡Ah, sí!Se quitó la diadema de la muñeca y la sostuvo en alto. Todavía estaba caliente y manchada de hollín, pero al examinarla de cerca vio las minúsculas palabras que tenía grabadas: «Una inteligencia sin límites es el mayor tesoro de los hombres. »Una sustancia densa y oscura, de textura parecida a la sangre, goteaba de aquel objeto. Entonces la diadema empezó a vibrar intensamente y un instante después se le partió en las manos. Al mismo tiempo le pareció oír un débil y lejano grito de dolor que no provenía de los jardines del castillo, sino de la propia diadema que acababa de romperse entre sus dedos.—
uno menos_ se emocionó Hermione.
solo nos queda la serpiente y luego que no tan querido Tom_ dijo Ron.
estamos tan cerca_ dijo Harry, sin poder creérselo, solo un poco mas y acabarían con todo.
¡Debe de haber sido el Fuego Maligno! —gimoteó Hermione sin apartar la vista de los trozos de diadema.—¿Qué?—El Fuego Maligno, o fuego maldito, es una de las sustancias que destruyen los Horrocruxes, pero jamás me habría atrevido a utilizarlo, es muy peligroso.
nunca me atrevería_ dijo Hermione_ hay cosas que es mejor no hacer.
estoy de acuerdo_ dijeron Harry y Ron.
¿Cómo habrá sabido Crabbe...?—Deben de habérselo enseñado los Carrow —dijo Harry con desprecio.—Pues es una lástima que no prestara atención cuando explicaron qué se tenía que hacer para detenerlo —dijo Ron, que tenía el pelo chamuscado, igual que Hermione, y la cara tiznada—.
tal vez no explicaron como hacerlo_ dijo Draco_ puede que no consideren necesario detener ese fuego una vez que empieza.
es posible_ asintió Severus.
Si no hubiera intentado matarnos a todos, lamentaría que haya muerto.
que lo intentara me pone algo resentido contigo_ dijo Ron.
lo entiendo_ dijo Crabb.
—Pero ¿no os dais cuenta? —susurró Hermione—. Eso significa que si atrapamos a la serpiente...Pero no terminó la frase, porque el pasillo se llenó de gritos y berridos, y de los inconfundibles ruidos de un combate de duelistas. Harry echó un vistazo alrededor y sintió que el corazón se le paraba: los mortífagos habían penetrado en Hogwarts.
sabíamos que pasaría_ dijo Minerva_ pero como prometimos te ganamos tiempo.
lo agradezco_ dijo Harry.
Fred y Percy acababan de aparecer en escena, luchando contra sendas figuras con máscara y capucha.
así es como debe ser_ dijo Fred_ juntos, Percy, no en bandos opuestos.
estoy de acuerdo_ dijo Percy sonriéndole a su amigo.
Los tres amigos acudieron rápidamente en su ayuda; salían disparados chorros de luz en todas las direcciones, y el tipo que peleaba con Percy se retiró a toda prisa; le resbaló la capucha y los chicos vieron una protuberante frente y una negra melena con mechones plateados...—¡Hola, señor ministro! —gritó Percy,
como has cambiado Percy_ dijo George_ mira que enfrentarte al ministro_ chasqueo la lengua como si estuviera decepcionado_ Percy solo sonrió.
y le lanzó un certero embrujo a Thicknesse, que soltó la varita mágica y se palpó la parte delantera de la túnica, al parecer aquejado de fuertes dolores—. ¿Le he comentado que he dimitido?
los gemelos miraron a Percy con la boca abierta.
Percy_ gritó Fred, levantándose con los brazos estirados para abrazar a su hermanos.
estas bromeando_ dijo George imitando a su gemelo.
no pudiste elegir mejor momento_ dijeron ambos.
ya suéltenme_ dijo Percy, intentando liberarse aunque se notaba que luchaba contra una sonrisa.
—¡Bromeas, Perce! —gritó Fred al mismo tiempo que el mortífago con quien peleaba se derrumbaba bajo el peso de tres hechizos aturdidores. Thicknesse había caído al suelo y le salían púas por todo el cuerpo; era como si se estuviera transformando en una especie de erizo de mar. Fred miró a Percy con cara de regocijo—.
y no es para menos_ dijo Fred_ casi estoy dispuesto a decirle a quien no nos conozca que somos hermanos_ añadió.
no gracias_ dijo Percy arrugando la nariz.
a pesar que no le parecía que estuvieran bromeando en ese momento, Molly no puedo evitar mirar con una sonrisa como sus hijos jugaban.
¡Sí, Perce, estás bromeando! Creo que es la primera vez que te oigo explicar chistes desde que...En ese instante se produjo una fuerte explosión. Los cinco muchachos formaban un grupo junto a los dos mortífagos —uno aturdido y el otro transformado—,
muy bien, chicos, así se hace_ dijo Minerva.
y en cuestión de una milésima de segundo, cuando ya creían tener controlado el peligro, fue como si el mundo entero se desgarrara.
que_ gritó Molly_ que pasó_ preguntó.
querida deja que el director siga leyendo_ dijo Arthur quien se habia puesto muy tenso.
Harry saltó por los aires, y lo único que atinó a hacer fue agarrar tan fuerte como pudo el delgado trozo de madera que era su única arma y protegerse la cabeza con ambos brazos.
oh cachorro_ dijo Sirius preocupado.
estoy bien_ dijo Harry.
Oyó los gritos de sus compañeros, pero ni siquiera se planteó saber qué les había pasado...El mundo había quedado reducido a dolor y penumbra. Harry estaba medio enterrado en las ruinas de un pasillo que había sufrido un ataque brutal. Sintió un aire frío y comprendió que todo ese lado del castillo se había derrumbado; notaba una mejilla caliente y pegajosa, y dedujo que sangraba copiosamente.
no es nada_ dijo Harry_ me interesa mas saber que pasó.
alguien debió lanzarles un hechizo por la espalda o algo así para acabar con todos a la vez_ dijo Moody.
Entonces oyó un grito desgarrador que lo sacudió por dentro, un grito que expresaba una agonía que no podían causar ni las llamas ni las maldiciones, y se levantó tambaleante. Estaba más asustado que en ningún otro momento de ese día; más asustado, quizá, de lo que jamás había estado en su vida. Hermione también intentaba ponerse en pie en medio de aquel estropicio, y había tres pelirrojos agrupados en el suelo, junto a los restos de la pared derrumbada. Harry cogió a Hermione de la mano y fueron a trompicones por encima de las piedras y los trozos de madera.—¡No! ¡No! —oyeron gritar—.
que pasó_ preguntó Molly desesperada.
mama cálmate_ dijo Bill_ solo así podremos saber_ Molly no era capaz de calmarse ene ese momento, hubo una explosión y luego están gritando que no.
¡No! ¡Fred! ¡No!
que_ gritó George, tomando el brazo de Fred.
no mi hijo_ dijo Molly_ por favor no mi hijo_ repitió una y otra vez, mientras Fred miraba fijamente el libro.
Percy zarandeaba a su hermano, Ron estaba arrodillado a su lado, y los ojos de Fred miraban sin ver, todavía con el fantasma de su última risa grabado en el rostro.
es el final del capitulo_ dijo el director suavemente cerrando el libro.
