El reino entero seguía con la celebración por la nueva reina y fue una noche bastante jubilosa.

Aunque el reino entero estaría por temblar un poco apenas al primer día de reinado de la Shogun Yoshimune Tokugawa.

- Traigo un ramillete, traigo un ramillete… yuju, que buena estuvo la fiesta – justo un borracho iba caminando por un callejón al mismo tiempo que una chica de cabello rubio pasaba por ahí, esta chica era hermosa, a eso sumarle los "cuernos" de color rojo que poseía en su cabeza – uy, qué carne me he topado y yo tan chimuelo.

- …

- Ven mamacita, ¿a poco no quisieras tener una noche conmigo? Vamos… hip… ven conmigo – la rubia le ignoró y siguió su camino – ¡te dije que me escuches!

- No me toques – susurró esta y cuando el sujeto estaba por golpearla, este notó algunos destellos eléctricos que iban hacia él, cosa que lo hizo alejarse y darse cuenta de quién era.

- T-Tu… ¡¿Candy Inazuma?! ¿E-El Demonio Dorado?

- Así es – la chica lo miró fijamente, además con una sonrisa maligna – ¡soy la vagabunda de Edo! ¡El cielo llora, la tierra ruge y la gente grita mi nombre! Vine a esparcir justicia eléctrica, ¡Candy Inazuma!

- N-No, ¡no quiero morir! – la borrachera se le fue de golpe y este salió corriendo despavorido.

- Bah, ni siquiera iba a hacer algo, estoy algo cansada – esta dio un pisotón al suelo – porque ahora hay una nueva Shogun, pero da igual, al final yo seré la siguiente reina una vez que derroque a la actual.

Esta sin más se fue del sitio dejando un destello eléctrico en el sitio.

.

Con la colombiana, esta estaba con su hermana menor paseando por al área de Edo, las cosas eran como en antiguo Japón, pero con la tecnología actual.

- Vaya, no pensé que realmente fueras guerrera de este reino – la peli blanca decía mientras caminaban por el mercado del lugar – además de que parece del Japón de antes, pero mira eso, tienen celulares, televisores, entre otras cosas.

- Bueno, es que es así, muchas dicen que Edo puede ser un reino quedado en el pasado, pero no es así, está adaptado a la era actual, además, puede ver que hay muchas cosas que me gustan de aquí.

- Pues yo no miro algo que realmente me llame la atención, pero… – en eso, justo miraron a una conocida siendo esta Nico quien fue hacia un edificio el cual era una estación de bomberos en donde nada más entrar fue recibida por varias personas.

- Hola jefa.

- Bienvenida de vuelta.

- Gracias – respondió la peli negra quien venía sonriendo un poco.

- ¿Qué onda con esa enana? – Mei preguntó.

- ¿No lo sabías? Ella es la jefa de la compañía de bomberos llamada Nikogumi, además de que a los bomberos se les llama hikeshi.

- Prefiero llamarlos bomberos nada más.

- Bueno, entonces ella es la jefa de ese departamento de aquí del barrio Megumi, créeme, puede que la tipa no me caiga bien del todo, pero hace un buen trabajo cuando se trata de incendios.

- A ver, a ver, ¿desde cuando esta se hizo cargo de una estación de bomberos?

- No me hagas caso, pero por lo que he escuchado, esta estación fue manejada por el abuelo de Nico, no sé exactamente qué pasó para que se distanciara de su hijo y familia, pero cuando murió, se le heredaría a su hijo, es decir, el padre de Nico, pero…

- Como este ya había muerto, Yazawa fue la que heredaría esto.

- Sí, cuando μ's se desintegró al graduarse todas las de Otonokizaka, podemos decir que en ese momento Nico recibió la llamada de que tenía una herencia y esa fue la estación de acá en donde desde entonces ella la administra y créeme, es conocida en toda la región.

- Realmente siento que muchas cosas han pasado muy locamente.

- Tú también cambiaste Mei – río Yuzu – además, cuando Nico se hizo jefa del departamento de bomberos de aquí de Megumi, adoptó el título de Nikogoro.

- Demonios, realmente las cosas aquí son bastante extrañas a diferencia de otras partes, pero es que – justo cuando iba a terminar, se escuchó un fuerte estruendo lo que asustó a muchas personas quienes miraron hacia el sitio de dónde provino.

Un sujeto estuvo a punto de causar un incendio, la gente conocía las mañas de esa persona designándolo como un incendiario que ya había causado algunos problemas, en ese momento, la misma chica de cabello rubio con el listón con forma de antenas apareció.

- ¿Q-Que me vas a hacer?

- ¿No es obvio? ¡Soy aquella que viene del mero infierno! ¡La Demonio Dorada, Candy Inazuma!

- ¿Y esa loca? – preguntó Mei, en eso, la rubia se fijó en ambas chicas.

- Vaya, vaya… que preciosuras tenemos aquí, a una de ellas la conozco y es la hatamoto Araki ¿no? – Candy fue hacia la peli blanca – es igualita a ti, pero igual de rica.

- ¿Cómo que rica? ¿Me ves cara de comida?

- Pues puedes ser tan rica como la comida – Candy fue hacia la Araki menor tomándola de la cintura – ¿Qué me dices muñeca?

- Antes que nada, no sé qué demonios pasa contigo y en segundo, ¡no me llames muñeca! – esta se separó de la rubia quien solo sonrió.

- Entre más dura sea mi presa, más deliciosa será cuando me la lleve a la cama, a ver, dime tu nombre, gatita.

- Mei Alexandra Araki.

- Oh, Mei, que lindo nombre, soy Candy y me es un placer invitarla a darnos una buena cogida, podría hacerte feliz.

- Prefiero cogerme un cactus a acostarme contigo – exclamó esta sin emoción alguna.

- Candy Inazuma, ¿estás causando problemas? – la voz de alguien se hizo ver justo cuando apareció con su cabello rosa atado en dos coletas ondeando con el viento.

- Oh, vaya, pero si tenemos a la prin…

- Mejor vayamos a otro lado a hablar de esto – esta resultó ser la Shogun quien iba vestida de manera informal, Candy solo río yéndose del sitio, las gemelas Araki fueron tras ellas.

Los curiosos se preguntaban qué había pasado, pero en el otro lado, estaban las dos implicadas con las hermanas, estas en un sitio apartado.

- Dime princesita, mejor dicho, Shogun Yoshimune Tokugawa, ¿Por qué saldrías de tu lujoso palacio? Déjame adivinar, a ver cómo es que los pobres nos hundimos más en nuestra miseria mientras tú tienes todo a tu disposición ¿verdad?

- No es así, aunque es cierto que podría darme los lujos que tanto gustaría cualquiera, no soy así, me críe de forma humilde por lo que puedo vivir de forma sencilla y eso se debe a mi madre – decía esta – además, mientras esté en el pueblo, no usaré mi título como Shogun, simplemente seré Shino Tokuda, tercera hija de una madre soltera humilde.

- Que rara eres.

- Mi hatamoto Araki – Yuzu pasó al frente quedando al lado de la peli rosa.

- Sí.

- Por favor, tú también evita llamarme por mi título, seré Shino Tokuda mientras esté en Edo, quiero inspeccionar la forma en que las cosas se desarrollan y así poder hacer más felices a los habitantes de mi reino.

- Como usted ordene, su Majestad.

- Muy bien, mucha cursilería, estaba a punto de convencer a la gatita albina de ir a pasar una noche muy buena en un hotel que queda cerca.

- Ya te dije que prefiero meterme con un cactus que estar contigo.

- Bueno, entonces tendré que pelear como se debe – susurró la rubia quien comenzó a invocar un cosmos alto el cual soltaba muchos destellos eléctricos – ¡lo que quiero lo consigo como sea!

- ¡Contrólate Candy! – la peli lavanda se puso delante de la Shogun para evitar que saliera lastimada e iba a atacar, cuando fue detenida por esta misma – ¿Su Majestad?

- Déjame a mí esto, estás embarazada y no me perdonaría que te hicieras daño por mi culpa – antes de que la colombiana reaccionara, la peli rosa sacó un collar en el cual colgaba una especie de diamante romboide.

- ¡¿Qué hará?!

- ¡Ven a mi Pegaso! – en eso, parecía como si el mítico Pegaso fuera a la Shogun quien, al unirse a ella, esta obtuvo su traje de combate, siendo este un vestido de la época Victoriana, de manga corta y con un corsé blanco con caderas color rosa, un moño rojo sobre la zona de los pechos y un rombo azul en el centro, falda blanca decorada, guantes blancos y con figuras que iban hasta el codo y finalizando con botas rojas con un rombo azul en el centro.

- ¿Qué diablos?

- Soy la Guerrera Errante, Shino Tokuda – exclamó Yoshimune golpeando el aire, Yuzu estaba en otro mundo mirando eso.

- Es asombro mi Señora, es como si el espíritu de Pegaso estuviera con usted.

- ¿Qué es toda esta mierda que estoy viendo? – pensó Mei con una gota de sudor en su cabeza.

- Así que la Shogun quiere pelear ¿eh? Muy bien, entonces batallemos.

- Pues que así sea, por mi gente y todo Edo – ambas chicas se lanzaron a pelear chocando sus poderes, creando una verdadera pelea en donde no se podía saber quién saldría victoriosa.

Los ataques electrónicos de Candy eran rápidos, pero la líder de Edo no se quedaba atrás ya que podía esquivar los rayos que la chica de cabello rubio le lanzaba, por lo que era algo que nadie podía predecir.

- Peleas bien Shogun, pero no es como que haya despertado mi verdadero poder – río la raijin elevando más su cosmos – voy a pelear en serio.

- ¿En serio?

- Sí, ¡ven a mí, Leo! – esta invocó con su cosmos una armadura parecida a un león, pero esta era de menor tamaño, además de un spandex de color negro, algo parecida a la armadura de Kamen Rider Zero-One – ahora si tomaré tu cabeza, Shogun.

- Puede que ahora seas más fuerte, pero los Shoguns de la familia Tokugawa no se rinden tan fácilmente, de hecho, tengo un as bajo la manga.

- ¿Y que sería? – esta miró como la peli rosa sacó un artefacto parecido a un cinturón colocándolo en su cintura, así como ingresándole tres medallas, cada una de diferente color, siendo estos verde, amarillo y rojo – ¿de que servirá eso?

- Ya verás cómo esta cosa como le llamas funciona, es un artefacto pasado de generación en generación por los reinantes de Edo… ¡Henshin! – esta hizo que las medallas se activaran, incluso sonó una voz proviniendo de esta.

TATOBA TATOBA TATOBA

- Ya veo, es la transformación de los Shoguns ¿eh? – Candy decía mirando el cambio de Yoshimune, con un traje protector como los Riders de color negro, la parte de la cabeza poseía detalles rojos, la del centro poseía una enorme medalla y la zona de los brazos poseía detalles amarillos, las piernas eran de color verde.

- Kamen Rider OOO – susurró Yuzu mirando la transformación de la líder de Edo, esta lucía muy extraordinaria.

- Esto me está gustando y me estoy calentando – Candy se relamía los labios – ¡ven a mí Shogun!

- ¡Candy Inazuma! – ambas estaban por chocar sus máximos poderes, pero estas fueron detenidas por la peli blanca quien se puso delante de ellas.

- Ya paren con esto… ¡AHORA! – el grito de Mei hizo que las dos tipas se calmaran y no continuaran con la pelea.

- ¿Por qué nos detienes gatita?

- Porque me estoy aburriendo mirando como pelean sacando poderes de sepa dónde – exclamó la menor de las gemelas – así que o paran o me voy a enojar.

- De acuerdo – tanto Candy como Yoshimune se calmaron, se dieron cuenta de que la albina hablaba en serio, aunque la peli rosa aprovechó este momento.

- Por cierto, Mei Araki ¿verdad?

- Sí – Mei miró como la peli rosa se le quedó mirando de arriba abajo quedando algo sonrojada.

- Como Shogun, quiero proponerte algo y es que seas una amante mía – la peli rosa decía fijándose en la peli blanca.

- ¿Y a ti que te picó para decirme eso? – preguntó esta.

- Verás, como reina de Edo puedo darme ciertos caprichos y es que hay algunas cosas que me gusta experimentar, además, tu forma de hablar, sumado a tu belleza que es como la de mi hatamoto, me hicieron ver en ti una hermosura.

- ¡Óyeme reinita! ¡Yo la pedí primero! – Candy reclamó.

- Candy, como Shogun quiero decirle que si me puede hacerme el favor de poder ser una de mis mujeres – la peli rosa decía – realmente me has cautivado con su belleza.

- ¡Shogun de mierda! ¡Yo la vi primero, yo me la cogeré primero!

- Yo la quiero como una amante – ambas se peleaban por eso sin darse cuenta que Mei no estaba precisamente feliz por lo que las dos decían, siendo lo más llamativo su aura negra.

- Ustedes… ¡IDIOTAS!

Minutos después, ambas hermanas Araki estaban caminando por el pueblo, aunque había un detalle extra.

- Snif… ¿Por qué fue eso? Yo no tuve que ver, no hice nada – Yuzu iba con un gran golpe en la cabeza.

- Porque sirvas a uno de los idiotas, pero al menos esas también se llevaron lo suyo – la peli blanca exclamó, mientras tanto en el castillo real.

- ¡¿Qué le pasó mi Señora?! – preguntó el tío de la peli rosa notando el chichón en su cabeza.

- Jeje… me caí – se excusó Yoshimune, lejos de ahí, Candy bebía algo de agua, ella también poseía un golpe en su cabeza.

- Demonios, la gatita es ruda… pero así me gustan, entre más salvajes, más rico gimen mientras las cojo – río la rubia pensando en la Araki menor.

.

.

Continuará…

.

.

Y hasta aquí el capítulo de hoy.

Podemos decir que relajado, aunque al igual que en el fic de Yuzu, vimos un poco de los poderes de la Shogun y de la demonio Candy, además… de que ambas quieren con Mei, pero tremendo regalo se llevaron.

Lo peor, Yuzu se llevó un golpe y ella no dijo nada XD.

Para el siguiente capítulo cerraríamos un poco este mini arco de Edo con algo que tengo preparado.

Sin más, este ninja se despide.

Bye.