Se levanto sumamente despacio, intentando no levantar a su acompañante, la cual dormía con una sonrisa sumamente angelical adornando sus labios.

Quien la viera en esos momentos, difícilmente se imaginaria a la fiera en la que se transformaba durante el acto, tomo su playera y se la puso silenciosamente, aguantando un poco el escozor de los arañazos a un a flor de piel.

Se acomodo sin prisa sus bóxer, mientras continuaba observando detenidamente a su compañera.

A un le asombraba que se viera figado en el, y a un mas le sorprendía que a pesar de los años, y de que no formalizaran ninguna clase de relación, los encuentros íntimos a pesar de tener en algún momento parejas estables cesaran completamente.

Existía una especie de atracción primitiva y animal en su dinámica, durante sus encuentros que difícilmente otra persona llegaría a igualar.

Pero el sexo no era suficiente para cimentar una relación, una relación por otro lado sumamente pecaminosa, que iniciara de una manera tan bizarra como pocas en la vida.

Sacudió su cabeza, mientras se ponía los pantalones, y a continuación procedía a tomar los condones regados en el piso, con tan solo la luz de la luna como acompañante, intentando ocultar sus verdaderos sentimientos.

Salió del departamento minutos después, imaginándose la llamada que posiblemente recibiría en un par de horas, a un que en el fondo necesitaba volver a escuchar su voz a un que sea en reclamos, mientras la intentaba en contentar y le pedía una cita, para volver a repetir todo su extraño cortejo.

Por que muy en el fondo, sabia que nunca podría sobrevivir sin poder volver a tocar y venerar el hermoso cuerpo de Sam Sharp.