Capitulo 26. Decisiones
-Anímate hermanita… Y atiende las llamadas de Kate, quiere cuadrar una cita con nuestro abogado, pero quiere preguntarte cuando te sentirías bien para ello-Dijo Emmett al teléfono. Bajé la mirada.
-¿Jessica y Tyler siguen en prisión?-
-Han salido bajo fianza… ha jugado a su favor que son deportistas reconocidos… es importante que hables con Kate, no podemos permitir que queden libres-.
-Emm… no se si quiero poner a dos personas en prisión-Dije en voz baja.
-De que estas hablando? Bella, casi te matan-Dijo seriamente.
-Lo sé…es solo que… ugh no sé cómo explicarlo, pero no quiero pasar mi vida sabiendo que ellos están en prisión por mi-.
-Esto no es tu culpa. Es de ellos, ellos tomaron sus decisiones ahora tienen que pagar por ello-Dijo duramente.
-Podemos no hablar de eso por favor? Llamaré a Kate-.
-A veces no te entiendo-Dijo Emmett simplemente. Me quedé en silencio y lo pude imaginar frunciendo el ceño y mirándome reprobadoramente.
-Ya lo resolveré-.
-No estás en esto sola-.
-Lo sé. Te quiero oso-.
-Te amo hermanita-.
Dejé el celular a un lado y cerré los ojos. Pasé todo el día dormitando, Charlie me despertaba para que comiera algo y luego me dejaba volver a dormir.
Cuando se hizo de noche Seth me despertó.
-Hey Bella, siento despertarte. Edward ha llamado a Charlie porque no contestabas tu celular y se ha preocupado-.
-¿Esta aquí?-Pregunté algo atontada.
-No…-Dijo tendiéndome el teléfono de Charlie.
-¿Hola?-.
-Novia… intenté decirle a Charlie que no debía despertarte-Dijo riéndose.
-Novio… te extraño-Dije haciendo un puchero. Seth se rió de mí y yo le lancé un manotazo para que me dejara en paz. Desgraciadamente no le di porque me esquivó rápidamente.
-Oh, yo también preciosa. Hoy no puedo pasar a verte-.
-¿Por qué?- Pregunté triste.
-Papá me pidió que lo acompañara a una reunión… sabes que tenemos varios asuntos de negocios familiares-.
-Entiendo… ¿vendrás mañana? -.
-Claro que si linda. ¿Te sientes mejor? Lamento que pasaras mala noche-.
-Estoy mejor. He dormido todo el día-.
-Eso es algo… pronto estarás como nueva-.
-Te amo-.
-Yo a ti hermosa. Te veré mañana…-. Nos despedimos y corté la llamada teniéndole el celular a Seth.
-Eres un chismoso-.
-Te extraño novio-Contestó con voz melosa. Rodé los ojos.
-Muy gracioso-. En ese momento tocaron el timbre y Seth salió a atender la puerta. Al momento regreso con una caja y me la tendió.
-Es para ti-. Puse la caja en mis piernas y revisé la tarjeta. "Siento no verte hoy novia…espero endulzarte la noche. Te amo. E". Dios, Edward era el hombre más detallista que había conocido. Destapé la caja y encontré una torta de nuez moscada con chocolate.
-Alguien está enamorado-Canturreó Seth.
-Si quieres algo de esta torta desaparece a la cocina y trae platos y cubiertos-Dije sonriéndole maléficamente.
-Demonios, ya no se puede bromear-. Me reí al verlo hacerme caso.
-¿Huelo chocolate?-Preguntó Leah asomando la cabeza a la sala. Señalé la torta en mis piernas y ella se sentó.
-Oh vaya, que lindo-Dijo leyendo la tarjeta. Le sonreí levemente.
Seth apareció con platos y se quejó al ver a Leah.
-Oh no… ahora me tocará una porción más pequeña-Dijo.
-Eres un tragón… Dame eso-Dijo quitándole el chuchillo. Leah porcionó la torta para los tres y comimos hablando de cosas triviales.
-Tu novio sí que tiene buen gusto. Estuvo deliciosa-Dijo Leah.
-Edward es muy especial con sus detalles...-Dije.
-Gracias por compartirla con nosotros-Dijo Seth frotándose el estómago.
-De nada-Dije sonriéndole.
-Qué bueno chicos verlos así-Dijo Charlie apareciendo en la sala. Hubo un silencio incomodo y luego nos reímos.
Decidí irme a la cama temprano. Mañana sería un nuevo día.
Los días pasaban rápidamente. Seth, Leah y yo habíamos hecho una amistad agradable. Pasábamos el día contándonos sobre nuestras vidas y conociéndonos un poco más, aprovechando que ambos estaban de vacaciones de navidad. Edward me visitaba todas las tardes y se quedaba conmigo un par de horas, consintiéndome y dándome muchos besos.
En una semana sería día de navidad y estaba super emocionada. Ya estaba muchísimo mejor y me encontraba en el auto de Edward que me llevaba al hospital para quitarme los puntos. Tenía un poco de temor de cómo se vería mi cabello sin la venda, ¿tendría un agujero gigante en lugar de cabello? ¿O podría esconderlo con peinados?
-Irá bien novia-Dijo Edward tomando mi mano.
-Eso espero-.
-Tus piernas se ven mejor-Dijo poniendo su mano en mi muslo. Miré y tenía razón. Los golpes habían bajado un poco de color. Edward todavía no había visto mi cadera. Ese golpe seguía igual de horrible que el primer día.
-¿Ya has hablado con Kate?-.
-Aun no-Murmuré.
-B… cuanto más vas a esperar? Estas… personas estas sueltas-.
-No quiero hablar de ello Ed-. Lo escuché suspirar y apretó mi pierna con cariño.
-¿Quieres ir a mi casa un rato después de la cita?-.
-De eso quería hablarte, me siento muchísimo mejor. Creo que ya puedo volver a casa. No soporto los paps afuera todo el tiempo, quiero darle algo de paz a la familia-Dije recordando lo difícil que había sido subirme al auto esta mañana y el revuelo que se armaba todos los días cuando Edward llegaba. El internet estaba lleno de fotos suyas entrando y saliendo de casa de Charlie.
-¿Estas segura novia?-Preguntó aparcando en el hospital.
-Muy segura… estoy bastante apenada con Charlie y Sue… les he complicado sus horarios estos días-.
-Bien… preguntémosle a papá que piensa, tal vez podría dormir un par de días contigo si quieres-.
-Por supuesto que quiero-. Extrañaba a mi novio, digo… extrañaba estar con él en toda la extensión de la palabra, esa sería una de mis primeras preguntas a mi suegro… aunque me muriera de la vergüenza. Él se rió y me tendió la mano para salir del auto.
-Bella cariño, ¡te ves muchísimo mejor!-Saludó mi suegro. Lo abracé.
-Gracias Carlisle, tú siempre tan caballero… sé que mientes-Dije recordando mi aspecto esta mañana. Él se rió.
-Por supuesto que no, nunca lo haría-Dijo señalándome la camilla en su consultorio.
-Echemos un vistazo-Dijo acercándose a mí. Sentí como retiró la venda y apartó mi cabello a un lado para observar la herida.
-Ha avanzado muy bien Bella… Puedo retirar ahora mismo los puntos si te sientes preparada-.
-¿Puedo verla?-.
-No sé si sea lo mejor querida… Es bastante impresionante-. Me llevé una mano instintivamente a la cabeza y toqué con cuidado la herida. Se sentía mucho más grande de lo que pensaba. Suspiré.
-Quiero verlo Carlisle, quiero ver lo que me hicieron-Pedí. El asintió y me tendió un espejo. Edward tomó mi mano libre y la sostuvo. Alcé el espejo y giré la cabeza para poder ver. Tenía un tajo de unos 10 centímetros desde el inicio de mi cuero cabelludo hacia adentro de la cabeza. Me habían cortado el pelo en una franja de tres centímetros aproximadamente a lo largo de la herida. Me habían rapado para poder reparar el daño. Sentí mis ojos llenarse de lágrimas.
-Ed… no quiero… sal por favor-Dije entre llanto soltando el espejo, tratando de tapar la herida con mi cabello.
-Hey… hey… novia por favor… cálmate-Pidió abrazándome. Me solté rápidamente de su abrazo.
-No quiero que me veas así-Dije como pude.
-Bella… respira… por favor amor-Dijo tomando mis manos evitando que siguiera moviéndolas frenéticamente por mi cabello. Me detuve al escuchar la forma en que me llamó y lo miré.
-¿Te amo recuerdas? No me importa esto… sigues siendo igual de hermosa para mí-Dijo con firmeza. Bajé la mirada tratando de calmarme.
-Bella, crecerá rápidamente cariño… Y no te preocupes por la cicatriz, han hecho un buen trabajo-Agregó Carlisle. Asentí respirando temblorosamente.
-¿Estas lista?-Preguntó Carlisle. Miré a Edward y tendí la mano para que la tomara de nuevo.
-Lo siento-Murmuré. El besó mi hombro, que empezaba a tener mejor aspecto y sonrió.
-No creas que no sé lo que estás pasando. Lo sé… y estoy aquí contigo para ayudarte-Dijo mirándome con intensidad.
-Gracias… te amo-Dije. Miré a mi suegro que nos miraba sonriendo y asentí. Carlisle atrajo una bandeja llena de cosas.
-Dormiré primero la piel externa con anestesia local, luego cortaré los nudos en los extremos y trataré de cortar lo más que pueda para evitar halar todo el hilo… Dolerá un poco-Dijo Carlisle. Asentí y aprete un poco la mano de mi novio. Sentí como Carlisle aplicaba una sustancia fría sobre la herida.
Un par de minutos después sentí como cortaba los hilos y los retiraba con lentitud. Tenía los dientes apretados y los ojos cerrados.
-Falta poco Bella-Murmuró Carlisle. Sentí como Edward acariciaba mis nudillos en un ritmo constante para tranquilizarme.
-Okey, viene la parte más difícil… el hilo más largo, ¿estas preparada? -Preguntó Carlisle. Asentí e inmediatamente sentí un tirón en mi sien.
-Ouch-Dije frunciendo el ceño.
-Lo sé… ya he terminado Bella-.
-Gracias Carlisle-Dije recibiendo el espejo que me tendía. Bueno… mejoraba un poco, realmente la incisión había sido muy bien hecha…. Esperaba que mi cabello creciera rápido. Luego pensaría que hacer para competencias. Me veía como la novia de Frankenstein.
-Gracias papá-Dijo Edward.
-Esme les envía cariños… Esta bastante ocupada con las decoraciones de la mansión-Dijo Carlisle.
-Oh, ¿Carlisle crees que pueda ir y ayudar? Amo decorar para navidad-Dije. Él se rió.
-Claro que si cariño… cuando quieras eres bienvenida-. Le sonreí a Edward y él se echó a reír.
-Vamos duende navideño-Dijo tomando mi mano.
-Oh espera. Carlisle? ¿Puedo tener sexo con tu hijo? -Pregunté a quemarropa. Carlisle alzó las cejas y miró a Edward con diversión. Edward se quedó perplejo por un momento y luego murmuró no sé qué entre dientes y enrojeció.
-Vamos Edward… no te avergüences-Dije riéndome.
-Si Bella… Puedes, cuidado con… bueno evita posiciones complejas-Dijo riéndose al final. Me lleve una mano a la frente como en símbolo militar.
-¡Hecho, gracias Carlisle! ¡Adiós!-Dije saliendo con Edward, tomándolo de la mano y prácticamente arrastrándolo detrás de mí.
-Eres una malvada… No me esperaba eso en absoluto-Dijo negando con la cabeza y riéndose.
-Tenía que preguntar… muero por tener sexo contigo-Conteste batiéndole las pestañas. Él se rió y me abrazó por la cintura para luego besar mi cabello. Me sentí extraña porque besó precisamente el lugar donde se debía ver un gran pedazo sin cabello. Me lleve una mano ausentemente allí y Edward la tomó inmediatamente en la suya y la besó.
-No es nada Bella-Dijo en tono de aseguranza. Suspiré y traté de olvidar como se veía mi cabeza.
-Novia, tengo algo para ti-Dijo cuando llegamos al auto.
-¿Qué es?-Contesté al ver como sacaba una bolsa de papel del baúl. La tomé y miré el contenido. Le sonreí al ver que se trataba de pasamontañas. Eran cuatro y de colores preciosos. Vinotinto, gris, café y blanco.
-Ed, son preciosos-Dije alzando la mirada con lágrimas en los ojos. Él pensaba en todo, no podía creer que había dado con un chico tan atento a los detalles y a lo que podía hacerme sentir mejor. Elegí el color café y me lo puse.
-No creo que lo necesites, pero sé que te hará sentir mejor-Dijo. Lo besé lentamente y luego metí mi cara en su pecho. El me abrazó y puso su mentón sobre mi cabeza.
-Estarás bien…-Murmuró.
-Quiero hablar con Kate-. Ver el tamaño de la sutura y como se veía mi cabeza me dio el valor que necesitaba para tomar una decisión.
-Me parece bien novia… ¿quieres que la invitemos a cenar? podemos vernos con ella más tarde después de descansar un poco-. Asentí y subimos al auto.
Llegamos al condo en poco tiempo. Tendría que pasar por ropa más tarde.
-¿Podemos recoger mi maleta luego?-.
-Claro linda… descansemos primero y luego hacemos lo que necesites- Le texteé a Leah diciéndole que ya podía regresar a la habitación y me respondió con un Emoji feliz. Me reí.
-¿Ves que podías llevarte bien con Leah y Seth?-.
-Tengo que hablarte de eso-Dije mientras entrabamos donde Edward. Luego pasaría por mi casa. Tenía días sin dormir allá.
-¿Que ha pasado?-.
-Leah me odiaba por culpa de Paul Lahote-. Edward me miró y frunció el ceño. Caminamos a la habitación y nos quitamos las chaquetas y zapatos, luego nos acostamos.
-¿Que tiene que ver Paul Lahote con Leah?-Preguntó abrazándome.
-Son primos… Paul armó toda una historia de que yo lo había ilusionado y luego lo había dejado por ti-. Edward se rió.
-Que idiota-.
-Solo quería que lo supieras… no quiero tener secretos contigo-.
-Gracias por decirme linda…-Dijo besándome. Quitó mi pasamontañas con cuidado y lo dejó a un lado para luego besarme las mejillas, la curva de la mandíbula, el cuello. Cerré los ojos y arqueé la cabeza, con lo cual Edward besó mi garganta provocándome miles de sensaciones.
-Te extrañé-Dije en un murmullo.
-Yo a ti… no sabes cuánto-Dijo sacándome el jersey de lana que tenía puesto, rozando mis costillas con sus manos y luego besándolas. Me miró detenidamente.
-No quiero lastimarte-Dijo en un susurro frunciendo el ceño.
-No lo harás, sé que no lo harás-Contesté.
Alcé las manos, le quité su buso y la camiseta que tenía debajo al mismo tiempo. Admiré su piel, sus hombros musculosos llenos de pecas, y la pequeña cadena de oro que colgaba de su cuello que lo hacía ver aún más sensual. Mire su abdomen marcado, con algunos lunares aquí y allá, esa jodida V que marcaban sus oblicuos, podía ver la marquilla de sus boxers y el jean que tenía colgaba de manera muy atractiva de sus caderas. Lo miré de nuevo y el me devolvió la mirada con ojos oscurecidos.
Nos despojamos del resto de la ropa con lentitud. Saboreando el momento de estar juntos después de tres semanas que se sintieron una eternidad, aún más por todo lo que había pasado. Nos dijimos en voz baja el amor que sentíamos por el otro, como un bálsamo en nuestra piel.
Edward había besado todo mi cuerpo, al ver mis heridas, mis golpes, se detuvo especialmente en ellos, aunque sus ojos se oscurecieron, con rabia, enojo, con dolor por mí, los tocó con suavidad, como si quisiera sanarlos. En lugar de sentirme mal, de sentirme como una muñeca rota, el me hacía sentir deseada, sensual.
El resto de la tarde nos relajamos en la habitación. Dejando que la luz natural fuera disminuyendo hasta que estuvimos en penumbras. Necesitaba esto, me sentía rebosar de amor, de felicidad, a pesar de mi aspecto, de mis heridas.
- ¿Estás lista para ver a Kate? -Preguntó en voz baja metiendo su nariz en mi cuello.
-Si-.
-Me ducharé…-Contestó besando la base de mi garganta y saliendo de la cama. Me acurruqué en las sábanas sintiendo que la paz volvía a mí de a poco. Definitivamente Edward influía muchísimo en mi calma interior y eso era algo que me sorprendía un poco. No era el hecho de estar completamente enamorada, de extrañarlo, era de como físicamente reaccionaba mi cuerpo con su presencia. Me sentía más relajada, tranquila, protegida.
-Novia, ¿te quieres duchar? -Preguntó cuando salió del baño con una toalla envuelta en la cintura. Asentí y salí de la cama envolviendo la sabana en mi cuerpo. Estaba haciendo un frio del demonio y envidié a mi novio al ver el vapor residual de la ducha desprendiéndose de su piel.
Me duché rápidamente con el agua caliente al nivel más tolerable que pude soportar, me senté en el piso y deje caer el agua caer sobre mis hombros para relajar mis músculos y mi espalda. Edward tocó la puerta un tiempo después.
-Novia… se nos hace tarde linda-Dijo asomando la cabeza. Frunció el ceño cuando me vió y entró arrodillándose fuera de la puerta de vidrio.
-Amor… ¿estás bien? -.
-Estoy bien… siento tardarme-Dijo sonriéndole a través de las gotas de agua en el vidrio. Me puse de pie y vi como mi novio descolgaba la bata y me envolvía en el ella.
-Te amo-Dijo besándome y saliendo del baño. Tomé el secador y sequé mi cabello rápidamente. Hice una mueca al ver el parche sin cabello y la cicatriz el costado de mi cabeza. Abrí el closet de Edward y no me sorprendió ver ropa para mí. Tome unos jeans y un cardigan verde esmeralda.
-¿Haz buscado ropa en mi casa?-Pregunté cambiándome.
-Si linda… he usado la llave bajo el tapete. Pensé que debía tener algo aquí para ti-.
-Gracias novio…-Dije sonriendo. Tomé el único par de botas que vi, unas negras de tacón alto y tiro bajo y agarré el pasamontañas negro y me lo puse con cuidado. Apliqué un poco de maquillaje para esconder las ojeras que tenía y agarré mi bolso.
-Estoy lista-. Anuncié.
-Genial, pasaremos por tu maleta y nos veremos con Kate en un restaurante cerca a lo de Charlie-.
-Está bien-.
Subimos al auto y nos dirigimos a lo de Charlie. Saludé con la mano a Seth que sacaba mi maleta y Edward la tomó y la guardó en la cajuela. Había un embotellamiento y se nos había hecho tarde para la cena por lo que no podíamos entrar a saludar.
Cuando llegamos al restaurante Kate nos esperaba con un hombre joven en traje. Edward apretó mi mano ya que me detuve un par de pasos.
-Irá bien… solo escucha lo que tienen para decir-Murmuró. Asentí y seguí caminando. Nos sentamos en la mesa y Kate me presentó al hombre. Era un abogado llamado Quil Ateara.
-Mucho gusto Quil-.
-Es un gusto señorita Swan, es bueno verla recuperada-Saludo Quil. Me hizo sentir extraña ya que solo se veía un poco mayor que yo. Sonreí levemente en señal de que agradecía el comentario, pero no dije nada más.
-Bella. Quil está aquí para darte opciones y que puedas decidir que hacer… no te queremos presionar a nada que no quieras-Dijo Kate. Asentí y Edward tomó mi mano bajo la mesa.
-Podemos ordenar primero? Muero de hambre-Pedí.
-Por supuesto-Dijo Kate. Ordenamos rápidamente y mi atención volvió a Quil que parecía ansioso por hablar.
-Bien… básicamente el abogado de Jessica Stanley y Tyler Crowley nos ha ofrecido un trato. Se declaran inocentes y pagan dos años de servicio comunitario, libertad condicional y alejamiento permanente de Bella a más de 100 metros. Luego quedan libres y se considera pagado el delito-Explicó. Alcé las cejas y Edward resopló.
-Eso es ridículo-Comentó.
-Estamos de acuerdo. Siempre podemos presentar una contraparte, no nos olvidemos que esto puede ser catalogado como intento de homicidio en segundo grado, así que estamos pensando tres años de cárcel, libertad condicional dos años más y alejamiento permanente. Adicionalmente, los demandaremos por todos tus gastos hospitalarios y demás…-Dijo Quil. Se hizo un silencio mientras trajeron la comida y luego todos me observaban.
-No quiero que vayan a la cárcel, no quiero volverlos a ver-Comenté.
-Bella… si no van a la cárcel no puedes impedir que en algún momento se encuentren-Dijo Kate.
-¿Qué tal si se declaran culpables? ¿Eso no quedaría en algún registro que les impida seguir compitiendo?-Pregunté.
-¿Exactamente qué quieres Bella? Haremos lo que este en nuestras manos-Ofreció Quil.
-Quiero que queden libres, pero no quiero que vuelvan a competir, no quiero que ninguna liga o equipo los vuelva a recibir, no me interesa que paguen con su libertad, quiero que paguen con su futuro. No quiero verlos nunca más-Dije. Quil me observó en silencio.
-Ese será nuestra contrapartida entonces… libertad a cambio de que se declaren culpables, sin tiempo en prisión, 2 años de servicio comunitario y la mayor distancia posible de ti. Con ese récord es imposible que puedan competir profesionalmente-Dijo Quil.
-También queremos demandar a la Federación Bella, toda la logística alrededor de los eventos es responsabilidad de ellos… es una falta muy grave que esto haya pasado tan fácil, alguien más pudo salir herido-Dijo Kate. Miré a Edward.
-¿Qué piensas?-Pregunté.
-Pienso que esto debe ser decisión tuya linda, decide lo que te haga sentir mejor-Contestó.
-Quiero tu opinión-Insistí. El suspiró.
-Creo que estas siendo muy laxa, no sabes que represalias puedan tomar y los estas dejando en libertad. Pero si eso es lo que quieres te apoyaré, no sin antes mejorar la seguridad a tu alrededor. En cuanto a lo de la federación no tengo objeción, todos los responsables deben pagar-Dijo.
-Gracias-Murmuré mirando fijamente el plato de comida.
-Bella, lo que sea que decidas, se hará-Dijo Kate.
-Bien… quiero que nunca pisen Seattle. Y pueden hacer lo de la Federación, no me importa…-Contesté. Quil y Kate asintieron, tomaron notas y procedimos a cenar en silencio.
Una vez estuvimos en casa nos acostamos en la cama y nos abrazamos.
-No quiero que esto se salga de proporción-Murmuré contra su pecho.
-Linda… es inevitable por ser quién eres… además, no es como si fuera algo pequeño lo que pasó-.
-Lo sé, lo entiendo… no quiero ser la victima-.
-Eres increíblemente valiente, dudo mucho que te vean así-. Me besó la cien y apagó la lampara.
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Empieza la recuperación para Bella, que piensan de su decisión de no enviarlos a la cárcel? Muy noble?
