Capítulo 12: Las pozas colgantes (p.3)
-Tu historia familiar y las condiciones de tu nacimiento y crianza no fueron coincidencia- escuché decir a lo que me pareció la voz de un anciano, volteé a verlo y en medio de la poza semi iluminada vi al hombre más viejo que jamás de he visto, Happosai y Cologne se ven como un par de adolescentes en comparación.
-Disculpe ¿Ésta es mi sexta prueba? - pregunté para romper ese silencio incómodo que se estaba creando. La poza en la que me encuentro es apenas un charco que cubre mis pies.
-Así es, yo soy la personificación de estas pozas, no voy a quitarte mucho tiempo, esta prueba es la más sencilla de todas, lo único que tienes que hacer es responder ¿Qué fue lo que venciste en cada prueba y qué obtuviste en cada una de ellas? - dijo esto el anciano y sentí un impulso grande para dar la respuesta perfectamente articulada, como si la hubiera ensayado mil veces.
-La primera prueba se trató de vencer mi fobia a los gatos y lo conseguí, pude cuidar de dos gatitos y eso me dio a entender que no sólo perdí ese miedo que les tenía, sino que también seré buen padre en el futuro, por lo que dijo mi Yo de niño sobre "Ser fruto de un árbol que también dará frutos". La segunda prueba era acerca de vencer mi pudor de hombre al conocer las posibilidades del placer femenino, obtuve la determinación de mi hombría y la desaparición de la maldición de Jusenkyo, con la facilidad de volver a tenerla en caso de necesitarla. En la tercera prueba vencí mi propia terquedad de estar luchando conmigo mismo todo el tiempo y obtuve la certeza de conocer mi historia familiar a fondo por esa frase que se me repetía una y otra vez sobre "Acercarme al árbol o éste me aplastará". Mi cuarta prueba fue encontrarme con Akane, vencí mi miedo a perderla porque comprendí que amar se trata de mucho más que sólo estar juntos. Y mi última prueba fue enfrentar mis propios genes, vencí mi miedo de ser un pésimo hombre de familia como creí que es mi padre, obtuve no sólo la confirmación de lo mucho que tengo de mi madre si no que ambos actuaron de acuerdo a sus circunstancias y que yo habría hecho lo mismo en el lugar de ellos, además, salí de ahí más seguro de la decisión que ha rondado mi cabeza desde que entré aquí-
-Si lo cuentas así, parece que no te costó nada superar cada prueba- dijo tensando de pronto el ambiente.
-Señor, le aseguro que no fue sencillo-
- ¿Señor? ¡Soy una dama, estúpido! - gritó al tiempo que hizo aparecer un bastón con el que me golpeó en la cabeza.
-Perdón, lo siento mucho madame-
-Disculpa aceptada… Cómo te decía, suena a que en realidad no tuviste muchos problemas con estas pruebas, de hecho, considero que aprobaste cada una de ellas, pero no te has curado del todo-
- ¿Cómo que no estoy curado? Si al final de cada prueba me dijeron que aprobé, incluso me he sentido curado de todos mis…- no me dejó continuar porque me mojó tan rápido que no pude esquivar, mi transformación ocurrió como siempre.
- ¿Curado de tus qué, me decías? -
- ¿Pero qué es esto, por qué me he transformado? -
-Porque todavía no estás curado-
- ¡Pero en mi segunda prueba dijeron que sí! -
-Pero tiene efecto hasta que sales de aquí y completes las siete pruebas-
-¿Entonces qué se supone que debo hacer ahora?-
-Concéntrate en lo que quieres realmente, dime ¿Por qué entraste aquí?- dijo al tiempo que movió a voluntad el agua, poniéndome a mí en una especie de cama y ella sentada en lo que parece ser un sillón de agua pura.
-Para curarme de mi maldición-
-¿La maldición de Jusenkyo?-
-Sí-
-¿Y por qué no fuiste hacia allá en primer lugar? Lo tenías todo para ir, el dinero, el tiempo, la compañía… ¿Por qué preferiste perderte varios meses del mundo real?-
-¿Meses?-
-Llevas tres meses aquí adentro-
-Mierda-
-No maldigas aquí, soy un lugar sagrado, mejor respóndeme, si tu plan inicial era mucho más placentero ¿Por qué preferiste venir aquí?-
-Pues… amm… curaste a Ryoga, eso prueba tu enorme poder, le dijiste que me informara sobre ti y pues, no sé, pensé que aquí podía curar algunas de mis inseguridades-
-Mentiras-
-Es la verdad-
-Pero no toda ¿Enserio piensas que puedes engañarme? hasta puedo oler el fuerte aroma de tu ambición-
-¿Mi qué?-
-Tu ambición niño, sabías que podrías obtener muchas más cosas aquí adentro que sólo tu cura, anhelas ser más fuerte de lo que ya eres y eso es algo que también esperas obtener de mí-
-¿Qué tiene de malo querer ser más fuerte de lo que soy?-
-Que tu visión es muy corta, toda tu vida has practicado artes marciales, pero tu habilidad no es ni la quinta parte de tu potencial, si no puedes elevar tu mente no obtendrás ningún avance-
-¡Escúcheme anciana! Tengo muy buenas razones para querer superarme y no precisamente tienen que ver conmigo-
-¡Estoy harta de tu insolencia! Y no pretendas hablarme de tu buen corazón porque ya lo conozco, pero tus buenas intenciones no son suficientes para aprobar mis pozas. Te daré un ultimátum por haber colmado mi paciencia: O vuelves a pasar por las primeras cinco pozas para curarte de verdad, o te acompaño a la última poza para que salgas de aquí de una vez-
-Si salgo de aquí no podré curarme por completo ¿Verdad?-
-Si vuelves a pasar por todas las pruebas es 100% seguro que te curas, pero te llevará el doble de tiempo; si decides pasar a la séptima prueba, todo dependerá de lo que encuentres allí-
Guardo silencio alrededor de un minuto, distinto a lo que cree o espera esta anciana, no tengo dudas sobre las decisiones que he tomado en el transcurso de estas pruebas.
-Salgamos de aquí-
-¿Estás seguro? no me digas que crees que no mereces curarte-
-Mi maldición es el menor de mis problemas en realidad, quiero regresar a casa ahora-
-¿Lo estás diciendo en serio?
-Muy en serio, ya no tengo más tiempo que perder, quizás no lo crea, pero no me voy a ir de aquí con las manos vacías, usted tiene razón, jamás voy a terminar de ser lo suficientemente fuerte, pero tengo toda la vida para hacerlo.
-Bien, me parece perfecto, si consideras que puedes aprender más cosas por fuera es que no soy lo suficientemente sabia para ti- dijo quitando el agua de por medio, haciéndome caer y azotar el suelo.
-No es eso lo que traté de decir señora, lo que quiero hacer también es parte de este crecimiento e implica salir de aquí-
Sin decir más la anciana chasqueó los dedos y pude ver como la poza se convierte en un gran torrente, de la cual brota agua muy caliente y se eleva hasta perderse en la oscuridad que sigue cubriéndonos.
-Sígueme- dijo ella con tono muy firme, la vi entrar en el torrente y ser elevada en un instante, como si esta agua funcionara como un elevador.
Tomé aire antes de entrar, el agua estaba aún más caliente de lo que esperaba, me obliga a utilizar toda la fuerza y resistencia de mi cuerpo, esto empieza a tardar más de lo esperado, la piel me arde, mis pulmones no aguantan más, siento como entra agua por mi nariz y mi cuerpo pierde movilidad, finalmente el agua que me rodea se evapora, estoy como suspendido en el aire, un segundo más que hubiera tardado y perdía la conciencia. Ahora estoy en un lugar blanco completamente iluminado donde no se nota de dónde viene la luz, no se nota una salida o una entrada, no veo a la anciana de la pozas, sólo veo dos pequeños puntos y trato de acercarme, en un parpadeo noto que son dos mujeres, que ahora están a tan solo tres metros de mí, se ven viejas pero al mismo tiempo jóvenes, de piel y ropas igual de blancas, con cabello negro muy largo, algo no las hace verse humanas del todo.
Una de ellas se me acerca, conforme lo hace su piel va aumentando su color, su cara va definiéndose, su cabello negro va encaneciendo a cada paso, su piel se arruga y su gesto malhumorado me esta revelando a alguien de quien sólo he escuchado historias, su sombrero de paja, su abrigo de piel de panda, su oreja izquierda cortada a la mitad, no tengo duda de que se trata de la primera…
-¡Saotome!- grita ella de repente justo frente a mi cara. -No puedo equivocarme, eres un Saotome de verdad ¡Noriko, ven! Mira, es un Saotome tan joven, seguro es el nieto de la pequeña Tenma.
-Hermana, tienes razón ¡Caramba! La pobre pensó que con su hijo se acabaría el linaje- dijo la mujer que ahora está frente a mí viéndome de arriba abajo, que al igual tomó forma definida al acercarse, es como ver la versión joven y arreglada de su hermana.
-Vaya, te ves bastante hábil y fuerte, se nota que creciste entrenando- dijo esto y sorpresivamente me dio un fuerte golpe en la cara -¡¿Qué estupidez hiciste para morir tan joven?!- dijo en un grito enfurecido.
-Tenma querida, no trates así a tu tataratataranieto-
-¿Es que nadie de mi estirpe ha de ser longevo? ¡Toda mi progenie ha sido un desastre tras otro! Ve esto ¡Tanta energía y juventud tirada a la basura! Espero que al menos hayas sembrado tu semilla y nuestra familia no haya llegado a su fin contigo-
-¡Gran Tenma, aún no he muerto!- logré decir al tiempo que me liberé de su agarre, que tenía una técnica y fuerza muy parecidas a las de mi padre.
-¿Cómo es posible que sigas vivo?-
-No he muerto, llegué aquí gracias a las pozas colgantes-
-¡Las Pozas Colgantes!-
-¡Finalmente ocurrió! ¡Las pozas lograron contactar a alguien de nuestra familia!- gritaba alegremente la mujer elegante.
-Al revés hermana, por fin alguien de nuestra familia fue lo suficientemente digno de entrar a las pozas-
-Amm ¿Gracias? Por cierto ¿En dónde estamos?- pregunto observando todo el lugar.
-Estamos en una especie de limbo del cual no queremos salir aún- respondió mi tataratatarabuela.
-Estamos esperando a nuestra gente, no queremos descansar en paz hasta saber de ellos- completó su hermana en tono más amable.
-Esperen, esperen por favor… Gran Tenma, tu nombre es el primero de nuestra lápida familiar; papá me contó historias asombrosas de ti, tu fundaste la técnica de combate libre Saotome, misma que he desarrollado toda mi vida, pero… Nunca me dijeron que tenías una hermana-
-Y gemela, esto siempre resulta triste de contar a cada nuevo familiar que pasa al otro mundo… Me llamo Noriko Tendo, y si no estoy en la misma lápida que mi hermana es porque yo me casé-
-¡Con un estúpido que no fue capaz de cuidarte bien!- gritó Gran Tenma muy furiosa.
-¡Siempre dices lo mismo de mi pobre Kosuke!-
-Un momento- interrumpo antes de que una discusión eterna comience -¿Se casó con un Tendo? ¡Con Kosuke Tendo! ¿El fundador del Dojo Tendo?-
-Sí… así es querido… ¿Por qué pones esa cara?-
-Resulta que su tataratataranieta es mi prometida-
-¡AAAAAAAAAAHHHHHHH!- el grito de ambas me deja un poco aturdido. -¡SEREMOS UNA MISMA FAMILIA DE NUEVO!- continuaron gritando alegres como dos adolescentes.
-¿Y qué demonios haces aquí?¡Regresa a casarte con tu novia y pónganse a hacer bebés de inmediato!- gritaba Gran Tenma a la vez que chasqueaba sus dedos sin parar.
-¡Quieren dejar de gritar!- dije gritando también.
-¡No nos grites por gritar! ¿No ves que estamos felices?- de nuevo Gran Tenma respondió con un golpe.
-Mejor cuéntanos esa increíble historia de amor que seguramente tienes con tu prometida- me dijo tía Noriko en tono muy meloso.
-Lamento decepcionarla, pero no tengo una historia cursi que contar, nuestro compromiso fue arreglado-
-Oh, pero no vas a poder engañar a esta alma vieja, un enorme amor por ella te brota en la mirada ¿Quién de las tres hijas de Naoko es? Seguro es igual de hermosa que ella-
-¿Conoció a la madre de Akane?-
-Claro que sí querido, una mujer encantadora, tuvo un pase directo al paraíso, desde ahí puede seguir viendo a su familia-
-Tía Noriko, Gran Tenma, entonces ¿Ustedes al permanecer aquí no pueden ver lo que ocurre en la tierra, ni ver a su familia?-
-En efecto, es justo como dices-
-Hicimos un trato con las Pozas Colgantes y parece que tú eres la clave para saber la verdad sobre nuestra gente- respondió Gran Tenma muy solemne, volteó a ver a su hermana cediéndole la palabra.
-Yo fui la primera en morir, apenas tenía cuarenta años y esperé a mi hermana casi cincuenta años más, en todo este tiempo no me encontré a nadie de nuestra familia, nuestros padres, tíos, primos de nuestra edad que se quedaron en la isla, ninguno de ellos ha pasado por aquí-
-Yo fallecí en 1931, y desde entonces sólo hemos visto a nuestra progenie pasar, es como si antes de nosotras no existieran más familiares-
-Ni conocidos, verás, nosotras no nacimos en tu país, ni en ningún otro que se conozca-
-Por más difícil de creer que sea esto, es completamente verdad, nosotras nacimos en la isla Mu-
-La isla tiene la capacidad de moverse por todo el océano Pacífico, es un paraíso autosustentable, lleno de flora y fauna inagotables, pero hay dos grandes problemas que vimos y que nos llevó a tomar la drástica decisión de huir de ahí-
-La primera es que esa abundancia proporciona una vida corta, la gente ahí vive en promedio hasta los cincuenta años-
-Y la segunda razón, que es la principal, existen dos clanes enemigos, uno son monjes rebeldes y otro es la guardia femenina del rey en turno-
-Nosotras pertenecíamos al clan femenino, y yo cometí un gravísimo error por el cual debía pagarlo con mi vida-
-¿No vas a contarle a tu tataratataranieto toda la verdad?- recalca con malicia tía Noriko a su hermana.
-¡Esos detalles son irrelevantes!- respondió exaltada y apenada, continuó -El punto es que nadie de los que vivían en esa isla han fallecido, tan solo nosotras y creemos que es porque salimos de ahí-
-No han salido personas de esa isla en casi cien años, algo muy malo debe estar ocurriendo-
-Y como esa isla esta completamente alejada de la humanidad, es muy difícil saber qué es lo que está ocurriendo-
-Nosotras hicimos un trato con las Pozas Colgantes en el momento en que ambas nos reencontramos aquí, desde entonces aguardamos a la llegada de alguien capaz de averiguar el problema y solucionarlo; podríamos rendirnos y desde el paraíso observar que ocurre, pero eso no arreglaría el problema, permanecer aquí es el precio a pagar para esperar a que alguien regrese a la tierra y resuelva el misterio-
-Y ese parece que eres tú-
-Ah, casi lo olvido, también puedes ayudarnos con otro asunto familiar- dijo Gran Tenma cambiando abruptamente el tema.
-¡Cierto, la pequeña Tenma! ¡Se sorprenderá mucho de ver a su nieto!- dijo la tía Noriko al tiempo que se esfumó como fantasma, tan sólo un segundo pasó cuando vuelve a aparecer ahora acompañada.
-¿Ese cabezota de mi hijo ya murió?- dijo este ente con la voz y apariencia de una verdadera alma en pena.
-No querida, nadie ha muerto aún, queremos presentarte a alguien que sigue vivo y va a volver a la tierra- respondió la tía Noriko poniendo a su acompañante justo frente a mí, permanecemos en silencio unos segundo sin quitarnos la vista de encima.
-Abuela Tenma- digo un tanto nervioso, tiene un parecido increíble a papá.
-¡Por Dios, eres un Saotome!-
-Ranma Saotome, un gusto conocerte-
-¡Cierto! No nos lo habías mencionado, es un gran nombre- dijo Gran Tenma acercándose más a nosotros.
-Demasiado ingenioso para que se le haya ocurrido al atolondrado de Genma, aunque rimen- aseguró mi abuela.
-No voy a mentirte abuela, justo acabo de enterarme que me llamo igual que mi abuelo materno-
-¡Já! Quedando bien con papá suegro ¡Bien jugado, hijo!-
-Igual no le funcionó de mucho, no conozco a mi abuelo, acabo de enterarme de su existencia-
-Sabía que Genma seguiría siendo un bueno para nada, nunca esperé nada de él y aun así logra decepcionarme, siempre fue un haragán, oportunista, embustero y mentiroso, siempre fue un desastre ¿Y sabes de quién es la culpa?-
-Tuya- dijo Tía Noriko con humor.
-Tuya- dijo Gran Tenma con fastidio.
-¿Tuya?- dije yo al ver que mi abuela esperaba mi respuesta.
-Sí, mía, porque yo también soy haragana, oportunista, embustera y mentirosa, siempre fui un desastre ¿Y sabes de quién es la culpa? ¡También mía! Porque soy un ser humano de lo peor que tuvo unos padres muy buenos, no se merecían tener una calamidad como hija, prácticamente los maté de corajes e infartos y por eso…-
-Por eso te fuiste al infierno por tu propia voluntad- interrumpieron las hermanas al mismo tiempo.
-Cada que podemos la sacamos de ahí, pero siempre termina volviendo, es su manera de flagelarse- recalcó tiernamente tía Noriko.
-Abuela, tienes que dejar de pensar así, fuiste una mujer adelantada a su tiempo, hiciste lo que pudiste con lo que tuviste, al igual que papá; quizás no hiciste algo bueno de él, pero él sí hizo algo bueno de mí… ¿Quieres que te lo demuestre?-
-¿Me estas retando?-
-Sólo quiero medirme con la maestra de mi maestro- dije haciendo una reverencia y poniéndome en guardia.
-¡Uy, yo también entro!- gritó Gran Tenma para iniciar un combate de dos contra uno. El asombro es mutuo, ellas tienen un nivel incluso mejor que el de papá.
-Es un magnífico combate, me alegra conocer al más joven de los Saotome-
-No soy el más joven Gran Tenma- dije al tiempo que esquivaba su ataque.
-¡No me digas que tienes un hijo sin haberte casado!- dijo mi abuela al tiempo que intenta barrerme, casi caigo de la impresión.
-¡Claro que no! No me refiero a eso, tengo una hermana pequeña, muy pequeña-
-¿Tu padre tuvo dos esposas?- preguntó asombrada mi abuela Tenma.
-Claro que no abuela, permíteme contarte- terminando nuestro combate me dispuse a contarles a las tres la historia que apenas acabo de conocer, de cómo se conocieron mis padres, todas las promesas hechas, los años de entrenamiento, casi todas batallas grandes que he tenido y el tan esperado reencuentro con mi madre, hasta el nacimiento de Ranko, incluso le hablé a la tía Noriko sobre cada miembro de la familia Tendo, como me comprometieron con Akane y cómo los dos estamos haciéndonos cargo del Dojo hasta ahora.
-Nunca creí que mi hijo tuviera una historia así y que haya tenido un hijo tan increíble como tu- dijo mi abuela con el mismo tono y semblante que tiene papá cuando está realmente conmovido.
-Gracias abuela, tú también eres increíble, y por favor empieza a creer en verdad que sí hiciste un buen trabajo-
-Estaré esperando aquí, junto con ellas, por favor, cuando veas a tu padre dile que "El ladrón si entró a la cueva" él entenderá- guarda silencio unos segundos, noto algo de duda en ella, finalmente se anima a darme un abrazo -Abrázalo de mi parte también, dile que debí hacerlo más veces y no sólo mientras dormía- respondo a su gesto y mis ancestras también se unen haciendo un abrazo grupal, así permanecemos hasta que una fuerte brisa nos sorprende.
-El torrente se ha vuelto a abrir, ve a casa, haz lo que tengas que hacer, averigua la verdad, estaremos esperando por los nuestros, y vive tu vida de la mejor manera que puedas-
-Dale saludos a los Tendo de mi parte-
-Y no olvides decirle a tu padre lo que te pedí-
-Lo haré, muchas gracias por todo-
-¡Ten éxito!- gritaron las tres al tiempo que me empujaron la torrente.
El agua se sentía aún más caliente que la primera vez, pero no sentía mi cuerpo arder, tampoco me ahogaba como antes, el trayecto fue mucho más corto que el anterior, el agua ahora corría hacia abajo. Unos cuantos segundos después me encontré en el claro del bosque donde antes estaba esa flor de loto que me llevó a las pozas, veo mi mochila en el mismo lugar donde la dejé, con hierba, ramas y hojas por todos lados, sin duda han pasado meses. Ahora no me interesa más que volver a casa, no hay tiempo que perder.
Continuará...
