-Mensajes de texto y recuerdos en cursiva -
CAP 18 Niño
-No pasa nada- acarició su mejilla, tratando de reconfortarlo y brindarle seguridad -Hazlo - insistió, apartándose del rango de visión del pelinegro, haciendo que el colchón se hundiera, mientras se movía, permitiéndole ver a la otra persona en la habitación -Ya sé que no es tan linda como yo, pero no está tan mal.
La pelirrosa le dio una mirada malhumorada a su amiga rubia.
-No es diferente a estar con una sola persona- siguió asegurando, con su amiga acercándose a los brazos de su novio. Haciéndola que rodara sus ojos jades. Ya de por sí le parecía una locura lo que Ino quería hacer, no se iba a quedar viendo como tenía que rogarle a Sai para que se enredara con ella. Ella estaba acostumbrada a los hombres rogándole a ella, no al revés.
-Suficiente, Sai- Se acercó al hombre, que se encontraba apoyado en el respaldo de la cama, con sus piernas levemente flexionadas, con su novia arrodillada entre sus piernas. La pelirrosa se ubicó a su costado, acercando su rostro lo suficiente -Bésame- pidió provocadora, relamiendo sus labios. El chico le dio un último vistazo a su novia, esperando su aprobación. Por milésima vez esa noche.
No estaba seguro de que besar a la mejor amiga de su novia estuviese bien o mal, pero Ino había insistido. Le había dicho que quería jugar esa noche, incluyendo a su amiga. Y si ella lo decía, no podía ser nada malo, ¿verdad?
La rubia asintió, una vez más, dando su consentimiento. El pelinegro se acercó a los labios de la pelirrosa, dubitativo y con los ojos abiertos. Antes de atrapar el labio inferior entre los suyos, aplicando una leve succión. Cerró los ojos cuando el placer invadió sus labios también. No sabía si se sentiría diferente con alguien que no fuese la rubia, pero a pesar de que el placer era distinto, lo podía disfrutar.
Su novia siempre sabia a vainilla. Mientras la pelirrosa sabía a cerezas. Esa fue su primera observación, mientras movía sus labios sobre los de la chica.
-Eso es, Sai - alentó la ojiceleste, haciendo que los dos abrieran los ojos levemente. La rubia tenía una sonrisa traviesa en su rostro. El chico pensó que le divertía lo que estaban haciendo, pero la pelirrosa, con una mirada más malhumorada, sabía que sus intenciones incluían una razón egoísta y pervertida, que había prometido guardar en secreto - Pon tu mano aquí - tomó la mano del hombre antes de ponerla en el pecho de la pelirrosa, que frunció su ceño aún más.
El chico comenzaba a retirar su mano, ante la mirada molesta de la pelirrosa. Podía ser muy ignorante, pero sabía que un ceño fruncido definitivamente no era una señal de consentimiento. Se sorprendió cuando la mano de la propia Sakura lo detuvo, guiándolo de vuelta a su monte y animando a estrujarlo. Para ese momento sus pantalones ya apretaban. Estaba inevitablemente excitado.
-Voy al baño y regreso - soltó Ino rápido. Mientras recibía una mirada interrogante de su novio, que detenía sus movimiento sobre el cuerpo de la otra chica - No te detengas, ya vuelvo, diviértete - guiñando el ojo, se dirigía a la puerta de la habitación. Le dio una mirada severa a la pelirrosa, al ver que su novio quería seguir haciendo preguntas.
Esta entendió su mirada, rodando los ojos, antes de lanzarse a los labios del pelinegro con más agresividad, acariciando su lengua al encontrarla. Eso pareció ser suficiente para que el chico regresara su atención a ella. Guio las manos del hombre a sus propias nalgas.
El pelinegro besaba bien, pero ella no entendía por qué a Ino le encantaba entrenar a sus amantes. Ella no tenía la paciencia para ello. Le gustaba cuando ellos sabían más que ella. Al único novato que había aceptado había sido Neji, y eso únicamente porque ella también era una novata y estaban aprendiendo juntos. Solían buscar videos y nuevas posiciones que intentar y pasar horas después de la escuela explorando sus cuerpos.
Esa fue la última visión que tuvo la rubia de ellos, ya le había hecho las advertencias necesarias a su amiga "No te lo vayas a coger, máximo máximo le puedes dar una mamada, pero solo si es necesario" recordaba haberle dicho, ante su mirada incrédula.
Puso el seguro en la puerta después de cerrarla, no olvidaba que Neji estaba en el primer piso de la casa de Temari. Tomó las botellas de cerveza que había puesto en la mesa del pasillo anteriormente, antes de poner su plan en acción. Le había dicho a Sai que quería hacer un trío con él y su mejor amiga. El pelinegro no había entendido en un principio, así que tuvo que mostrarle un par de videos para que entendiera a que se refería.
El chico parecía sorprendido, pero termino aceptando.
Camino un par de puertas por el corredor de la mansión de su amiga. Sabiendo muy bien donde estaba su objetivo. Tocó la puerta un par de veces antes de escuchar ruidos provenientes del interior de la habitación.
-Ino- reconoció el chico a la rubia amiga de su hermana, mientras recorría su cuerpo con su mirada, estaba envuelto en un conjunto diminuto.
-Gaara- llamo la rubia en cuanto lo vio, con unos pantalones de pijama negros y holgados. Su torso levemente marcado a la vista, sin camisa. La rubia se mordió el labio interior, provocadora - ¿no te vas a unir a la fiesta?- pregunto coqueta, con el chico sonrosado ante la imagen sugerente.
-Temari me dijo que no me acercara- respondió.
-Tienes una hermana muy mandona - rio suave, encantadora, el chico asintió, mientras bufaba - ¿quieres una cerveza?- sus ojos azules brillaron ante la botella que le tendía la mano delicada.
-Gracias - encogió uno de sus hombros, tomando lo que la bebida.
-¿Me invitas a pasar? - pregunto - Temari me matará si sabe que te di alcohol.
Las mejillas del chico estaban por alcanzar el tono de su cabello - Pasa - logro decir, mientras tragaba sonoramente. Tomo un gran trago de la bebida al sentir su boca repentinamente seca.
-Ya casi entras al instituto, ¿estás emocionado? - El menor asistió el próximo año al instituto en el que todos estudiaban, pero ellos se graduarían para cuando sus clases empezaran.
-Supongo- Se recostó nuevamente en su cama, apoyando su espalda en el respaldo de esta.
-Conocerás a muchas personas - chico asiente evitando su mirada- Y… ¿Tienes novia? Pregunto, acercándose a él, sentándose frente en su cama, al costado de sus piernas, quien con mejillas calientes y sonrosadas, negaba - pero si eres tan lindo, Gaara - acerco su nariz para acariciar la piel de su mejilla - ¿te parezco atractiva? - depositó un suave beso en su piel, sabiendo muy bien la respuesta, pues podía ver el bulto que se empezaba a formar en los pantalones del chico - Responde - el siguiente beso llego a la comisura de sus labios.
-S-sí - Ino rio, premiándolo con un beso en la comisura de sus labios temblorosos.
-¿Has besado a alguien? - Él asiente, para decepción de la chica, le habría gustado ser su primer beso, pero se repone rápidamente, antes de lanzarse a sus labios de lleno.
-I-Ino- musito el chico sorprendido, con los labios de la chica sobre los de él.
-¿No te gusta?- pregunto, atrapando su labio inferior entre sus dientes y halándolo suavemente. El chico dejo escapar un siseo, antes de lanzarse a los labios de la rubia.
Claro que le gustaba.
Sus besos eran torpes y hambrientos. Y a Ino le encantaba, porque ahora podía enseñarle. Tal vez ya habría dado su primer beso, pero estaba segura de que no habían sido muchos de ellos, y mucho menos con una chica que tuviese experiencia. Acunó su rostro entre sus manos, controlando los movimientos de su rostro, que se movía de un lado a otro. Le indico un ritmo más lento y pasional y la presión de la lengua para acariciar la suya.
Gimió entre sus labios cuando él aprendió su lección y la besaba exactamente como a ella le gustaba.
-Tengo mucho calor - se quejó, separando sus labios. Como una excusa.
-¿Quieres que prenda el aire acondicionado? - pregunto inocente, sacándole una risita a la rubia.
-No es necesario- llevó sus manos a los extremos de su top - ¿Te molesta si me quito esto? Pregunto, sin esperar respuesta, despojándose de la prenda ante los ojos bien abiertos e impresionados del pelirrojo. Sonrió traviesa - ¿Habías visto unos ya? - hizo referencia a sus senos desnudos, atrapándolos entre sus propias manos.
El chico le dio una mirada a su computador. "Algo así…" quiso responderle.
La rubia entendió, y rio - En persona - se corrigió, recibiendo una negativa por parte del chico - ¿Te gustan? - enderezo su postura, para que los pudiese ver bien, la luz de la lámpara al lado de su cama estaba encendida, por lo que sabía que el chico podía verla perfectamente. Lo confirmo cuando él asintió, nervioso - ¿Quieres tocarlos? - Se mordió el labio, ansiosa, sintiendo como sus pezones rosas se erizaban, ansiando el contacto. El chico volvió a afirmar, no iba a dejar pasar esa oportunidad.
Dubitativo y lentamente, levantó una de sus manos, para acercarse a la piel suave, con miedo.
Ino le permitió acercarse a su ritmo, a pesar de estar impaciente. Le permitió tocar con la yema de los dedos su piel sensible, soltando el aire de golpe cuando la tierna piel de sus pezones recibió atención - Lo siento - se disculpó el chico, pensando que había hecho algo mal, y alejando su mano de su cuerpo.
Le sonrió para reconfortarlo - Son sensibles - tendió su mano para atrapar la del chico y mostrarle como tocarla. Él no sabía eso, las chicas en las películas que había visto parecían gozar cuando los estrujaban. Guio su palma abierta hasta uno de sus pechos, mostrándole como acunarlos y apretarlos. Ella soltó un pequeño gemido, ante los ojos encantados y fascinados del chico - ¿Alguna vez has estado con una chica?-
La sangre se agolpó en sus mejillas, pintándolas de rojo, mientras negaba con la cabeza, para satisfacción de la mujer - ¿Quieres que te enseñe? - Gateo sobre la cama para ponerse frente a él, sus pechos haciendo presión sobre su torso. Lo escucho tragar saliva audiblemente, antes de que asintiera. Sonrió victoriosa antes de lanzarse a sus labios.
-Acuéstate- indico, sensual. Le bajo el elástico del pantalón que tenía puesto, viendo su erección rebotar al liberarla. Acercó su mano lentamente para apretar la base con firmeza. El pelirrojo no pudo evitar sobresaltarse ante el roce.
-¿Te duele?- fingió compasión la rubia. Recibiendo una negativa del chico con su cabeza. Mientras empezaba a mover su cadera, ansiando más el contacto de su mano. Ella se lo concedió, empezando a recorrer su piel sensible con su mano, de arriba a abajo. El chico jadeaba, para su deleita. Siguió moviendo su mano más y más, deslizándose suavemente hacia arriba y hacia abajo mientras la otra mano se ocupaba, frotando su punta con un movimiento circular.
Los gemidos y jadeos de Gaara llenaron la habitación, miró el cuerpo de la mujer, desnudo de la cintura para arriba, con la falda enrollada en su cadera y su ropa interior rosa a la vista. Se encontró con sus ojos azules, mirándolo fijamente, haciendo que se dejara llevar, superado por el placer. En medio de los incesantes gemidos, finalmente forzó palabras de advertencia. -Ino... voy... voy... Ah ah ah…- La mujer retiró su mano, antes de que la diversión terminara.
Gaara gimió de frustración, anhelando que siguiera con el rápido y fuerte masaje que necesitaba y pensó que se volvería loco sin él, pero Ino estaba decidida a no darle el alivio que necesitaba.
En cambio, tiró de su cuerpo hacia arriba hasta que estuvo flotando sobre su rostro. El chico miró con los ojos muy abiertos mientras los dedos de la chica apartaban sus propias bragas, revelándole su humedad. El olor femenino lo inundó, haciendo que sus sentidos se abrumaran con el deseo -Lámeme Gaara- Ino ordenó en voz baja, acercándose a su boca para facilitar el acceso.
Al principio estaba confundido y no sabía qué hacer porque nunca antes había hecho algo así. Presionó sus labios contra los de ella, dudoso, dejando un rastro de humedad fluyendo hacia él entre sus labios. Gaara lamió el jugo, presionó suavemente su boca y le dio un beso íntimo. El suave jadeo de los labios femeninos le hizo saber que estaba haciéndolo bien.
Su lengua se deslizó fuera de su boca y lentamente comienzo a lamer su intimidad, con más confianza, haciéndola tararear felizmente mientras se inclinaba más cerca de él. Aprendía rápido. Gaara siguió su recorrido hacia adelante y encontró un pequeño bulto en la coronilla de su labio y cuando presionó su lengua, la chica se estremeció mucho y gimió audiblemente, siguió empujó su lengua para continuar lamiendo y frotando el punto que parecía tan sensible.
Una de sus manos se aventuró, deslizándose hacia arriba para acariciar sus pezones, lo que inmediatamente envió un espasmo a través de ella. Gaara no podía ver nada, rodeado por sus muslos, pero eso solo intensificó las otras sensaciones: su calor, la humedad de los jugos que se derramaban desde su centro hacia su boca y mandíbula.
Cerró sus labios alrededor del botón que parecía generarle tanto placer a la rubia, succionando suavemente. La reacción fue inmediata, Ino gimió con fuerza y empujó con fuerza su intimidad contra su rostro. Llevando sus manos su cabello, alentándolo a continuar, mientras ella marcaba ritmo del ligero movimiento de sus caderas.
Gaara miró sus ojos azules oscurecerse, lamiendo lentamente las comisuras de su boca para absorber la humedad restante. Una sonrisa lasciva tiró de la comisura de los labios de Ino antes de retirarse de su rostro, moviéndose y sentándose en sus muslos.
Ella se inclinó hacia su rostro y lo besó profundamente, su sabor permaneciendo en su boca, excitándolos aún más. Ella presionó su centro contra su erección -¿Quieres hacerlo? - susurró ella, balanceándose encima de su pene.
-Ino…- gimió su nombre, lo que ella encontró demasiado excitante.
-Dilo, Gaara - lo animó ella, sin detener el roce sexy de su entrepierna. Era muy consciente de cómo esto rompería sus últimas inhibiciones. Lo tentó, besando a lo largo de su barbilla y volviendo a mirar sus labios - Necesito que digas que quieres hacer esto - No podrían decir que abuso de él, si él le daba su consentimiento.
-Ah... Ino, yo... si-si quiero - consintió.
Sonriendo, sostuvo su pene erecto, para estrellarse contra su cadera. Ambos gimieron mientras sus cuerpos ardían en el delicioso placer de su unión, pero no fue suficiente para satisfacer sus apetitos. Ino movió tentativamente sus caderas, comenzando con un ritmo lento. Gaara simplemente yacía sobre su espalda, restringido e incapaz de moverse como ella, pero estaba abrumado por la increíble sensación de su cálido interior rodeándolo tan cómodamente y realmente no quería hacer nada que detuviese la sensación.
Ino comenzó a experimentar con diferentes profundidades y ángulos de las embestidas para encontrar la combinación más cómoda. El cuerpo de Gaara reaccionó instintivamente, empujando dentro de su cavidad empapada, sus manos agarrando sus caderas y ayudándola, el intercambio se hizo más rápido e intenso a medida que se acercaba al borde.
En algún lugar de las profundidades de su psique nublada, todavía había un hilo de incredulidad de que ella fuera quien lo hubiese buscado en esta situación. Y que estuviese perdiendo la virginidad con una chica mayor, y no cualquier chica mayor, era Ino. Estaba buenísima. Ella estaba allí arriba, deleitándolo con dulces jadeos, con los labios abiertos y los ojos entrecerrados. Gaara cerró los ojos antes de que la vista erótica lo enviara a un orgasmo prematuro, pero no ayudó porque la imagen de ella ya estaba grabada bajo sus párpados.
Ino lo sintió retorcerse dentro de ella, vio la tensión en su cuerpo. Ella sabía que se vendría pronto. No podía esperar más de un chico virgen - Ah Gaara- gimió, moviendo su mano desde sus caderas hasta su entrada húmeda, frotando frenéticamente su clítoris hinchado. -No te corras aún... no te vengas - pidió, aumentando la velocidad de sus brincos. Sabía que era mucho pedir que la esperara hasta que ella se corriera, pero una chica puede sonar.
Al escuchar su voz, sus ojos verdosos y azulados se abrieron de repente, grave error. Al ver su cuerpo, no pudo detener el poderoso orgasmo que recorrió su cuerpo como un huracán. Ella se levantó rápidamente, reemplazando su cavidad con su mano. Su miembro estaba húmedo y se deslizaba entre sus manos con facilidad, mientras ella lo ayudaba a alcanzar su primer orgasmo a manos de una mujer.
Ino observó encantada cómo palpitaba en su mano, antes de rociar todo el estómago y la entrepierna del chico. Lamió su pulgar, donde una gota había caído. Mientras el chico recuperaba el aliento.
-¿Te gusto? - Le pregunto, sabiendo la respuesta de antemano. Pero la afirmación ferviente del chico con la cabeza, y aun con los ojos cerrados, la hizo sonreír mostrando todos los dientes.
-¡Yamanaka! - el grito enfurecido de su amiga y capitana de las porristas la estremeció, mientras se alejaba de la puerta, donde anteriormente había mancillado al hermanito de la chica que ahora gritaba su nombre. La mujer, abría la puerta de la habitación de su hermano, para verlo limpiarse el estómago con una toalla - ¡Te voy a matar Ino!
Cuando supo que el pequeño Gaara estaba en el instituto, husmeando una conversación entre Temari y Shikamaru, diciéndole que tenía que ir a buscarlo en el descanso, pues el pelirrojo estaba recibiendo un tour por el edificio, supo que tenía que escabullirse de la clase para ir a saludarlo, sin Temari sobre ella para evitarlo.
Con los pasillos vacíos y su melena roja, no fue difícil identificarlo en uno de los corredores.
-¡Gaara! - llamo, mientras el chico giraba sobre sus pies, hacia la voz femenina, identificando sin tener que verla.
-Ino - sonrió de lado, levemente sonrojado.
Los colores se le subieron al rostro cuando ella estampó sus labios contra los suyos, sin pena.
-No te he visto en mucho tiempo, tu hermana me lo prohibió - contó divertida.
-A mí también - encogió uno de sus hombros - He querido… Verte.
-¿Querías verme?- el chico asiente - ¿has pensado en mí? - se acercó a su rostro peligrosamente.
-S-sí- te quería preguntar…- empezo, sin saber como formular bien la pregunta.
-¿Sí?
-¿Si querías? Si… Po-podríamos?
-¿Aja?-
-Invitar a… Sakura la próxima vez -
-¿Invitar a Sakura?- repitió la pregunta, sin entender.
-Hmm… Sí, tú, Sakura y yo - propuso con una sonrisa coqueta, ante la mirada desencajada de la rubia.
-¿huh?- fue lo único qué logro musitar, antes de que la campana sonara y la usara de excusa para salir de allí, atónita por la propuesta del que alguna vez fue su inocente y pequeño Gaara.
Sakura soltó una carcajada en cuanto la rubia le contó lo sucedido, mientras caminaban hacia el gimnasio, donde Temari había llamado a una reunión de emergencia de las porristas. La chica tuvo que detenerse, sujetando su abdomen, ya adolorido por las múltiples carcajadas que le había causado la historia.
-¿Puedes creerlo? Ya no hay respeto por los mayores - siguió despotricando la rubia, que ya había mandado a la tumba a la abuela de los Sabaku No, después de maldecirlo a él y a toda su familia, excepto por Temari, claro -Creo que se me paso la mano pervirtiéndolo - admitió, malhumorada.
-Temari nos lo dijo, ¿recuerdas?- la rubia chasqueo la lengua, recordando pedazos de la conversación con la rubia, que les contaba del desfile de chicas que había ahora en casa, entrando y saliendo de la habitación del pelirrojo cuando sus padres no estaban, ella creyo que estaba exagerando -Eso te pasa por meterte con un niño - La chica de ojos jade se secaba las lágrimas mientras retomaban el camino, después de la breve pausa para que la Haruno se recompusiera
-Oye, no digas que es un niño -pidió, con mirada ceñuda - me hace sonar como una pedófila - La pelirrosa - ¡No lo soy! - A ella solo le gustaba ser la primera, así la recordarían para siempre - Pero tienes razón me harte de estar con niños.
La pelirrosa rio a su lado, le pedía que no los llamara niños para después hacerlo ella misma.
-Necesito que me ayudes -
-¿Yo?- la de ojos jade se señala a sí misma.
-Se trata de Uchiha Itachi - la pelirrosa rodó los ojos.
-Oye, no quiero que nada arruine las cosas con Sasuke - No en ese momento, no nunca. Dirigió su vista a la cafetería, esperando poder verlo, incluso si fuese en la distancia, pero el gimnasio cubierto estaba muy lejos para siquiera divisar la cafetería, a la que la mayoría de los estudiantes se encaminaban a la hora del almuerzo.
La rubia la vio de mala manera -No me mires así, no quiero ninguna excusa - negó con su dedo índice, para después apuntar a ella, acusadora - Me la debes por ese estúpido campamento al que me hiciste ir - la pelirrosa bufo, rindiéndose.
"Reunión de porristas, no me esperes :("
Texteo rápidamente, antes de entrar al recinto. Sabiendo de antemano que el pelinegro debía estar haciendo una mueca amargada. Río imaginándolo. Le encantaba su cara gruñona. Traviesa, admitía que en ocasiones hacía cosas para molestarlo solo por ver su ceño fruncido, su mala cara, sus brazos cruzados, se veía tan lindo cuando hacía un berrinche.
-¡Sakura! ¡Ino! - grito la rubia de coletas molesta, con las manos en la cadera, haciéndolas brincar del susto. Temari daba miedo enojado. "Pobre Shikamaru" pensaban las chicas, mientras corrían a sentarse a las gradas, junto a las demás, que ya estaban reunidas. Se les había hecho tarde.
Los ojos verdes de Temari las recorrieron con enojo cuando pasaron por su lado. Había estado esperando por ellas para empezar.
-Bien - empezó, una vez las dos chicas tomaron asiento - Se acerca el campeonato y tenemos que estar listas - hablo con voz fuerte, pues las chicas empezaban a susurrar emocionadas entre ellas - La coreografía se ve bien, estamos coordinadas, la mezcla de la música está terminada, estamos casi listas - los susurros eran ahora chillidos más audibles - Para muchas de nosotras, este es nuestro último año, y la última oportunidad de ganas el torneo nacional, llevamos invictas tres años, y no pienso que eso cambie- las chicas gritaron y aplaudieron.
-Sin embargo…- el escuadrón guardo silencio, expectante - recibimos una comunicación hace unos días - levanto la carta con el símbolo de la federación nacional de porristas - los jueces están buscando ver más que coreografías en la competencia - anuncio - quieren ver equipos comprometidos.
-Somos un equipo - comento una de las chicas.
-Un equipo comprometido con socialmente- aclaro la capitana.
-Nosotras socializamos - Temari se pasó una mano por el rostro. Sabía que todas gozaban de una posición social bastante privilegiada, pero no creyó que hacerlas entender fuese tan difícil.
-No me refiero a fiestas, Shion - aclaro entre dientes - Causas sociales - las chicas la vieron igual de perdidas - Caridad - un comunal "ahh" se extendió por el lugar.
-¿Cuánto tenemos que pagar?-
-No, no vamos a pagar nada - aclaro Temari - Tenemos que ganarlo- aseguro.
-¿Ganarlo?- Preguntaron todas, confundidas.
-Así es, trabajaremos y el dinero recolectado donado a una buena causa -
Los cuchicheos ahora eran protestas.
-¡Silencio!- grito - la que no quiera participar, me lo puede decir de una vez, aún tenemos un mes para entrenar a alguien nuevo antes del campeonato -
-¿Y en qué trabajaremos? -
-Haremos un lavado de autos-
-Un… ¿Qué?-
-Tsk, lavado de autos, no creo poder ser más clara -
-¿Y de verdad no podemos solo pagar? ¿Cómo sabrán los jueces lo que hicimos?
-Porque lo publicaremos - levantó su celular - No habrá un alma en Japón que no nos vea - las chicas seguían sin parecer muy convencidas - Usaremos un bikini y estaremos mojadas frente a un montón de chicos guapos, publicando fotos para que alimenten su ego - argumentó finalmente, sabiendo lo que le gustaba a la mayoría de las chicas superficiales de su equipo. Y funcionó, Todas chillaron complacidas y emocionadas.
La rubia sonrio victoriosa.
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Gimió ruidosamente, sin poder evitarlo, mientras él alternaba entre chupar su clítoris y lamer su interior.
El sonido húmedo de sus lengüetazos, al contacto con su intimidad, la tenían al borde del éxtasis.
Sus manos están apretadas contra el mármol de la encimera de la cocina, en la mansión Uchiha. Su cuerpo estaba totalmente recostado, su falda estaba enrollada en su cintura. Su espalda baja estaba apoyada en el mármol, mientras su cadera estaba suspendida en el aire, y sus muslos sobre los hombros de Sasuke, quien se sentaba en una de las mesas altas de la encimera. Había manejado a su casa después de clases. No supo exactamente como sucedió, un segundo sus labios se estrellaron contra los suyos, saludándolo, y al siguiente, la había recostado sobre la encimera de la cocina, devorando su entrepierna.
Suponía que eso era lo que pasaba cuando no le ayudaba a descargarse a la hora del almuerzo.
Sacudió sus propias caderas, comenzando a frotarse contra su boca, con fuerza, mientras él continuaba repasando sus pliegues, con ese enloquecedor vaivén desde su clítoris hasta su vagina.
Miró hacia abajo por un segundo. Él la está mirando. Jadeó al ver su rostro entre sus piernas abiertas. Excitada.
Grito cuando la piel de su mano la nalgueo con fuerza.
Él mantuvo su mano sobre la piel que acababa de palmear, dejándola ahí, y estrujando su carne con fuerza, ayudando con el movimiento de cadera en su boca. Sabía que a Sakura le gusta el trato rudo.
Permitiendo que marcara el ritmo en que quería que su lengua repasara su intimidad. Le permitió restregarse contra su rostro, hasta que estuvo al borde de correrse, lo veía en sus ojos jade. Enredo su lengua en su clítoris, para después chuparlo con suavidad entre sus labios. Ella sentía un hormigueo cada vez que él deslizaba su lengua, hasta que finalmente un fuerte espasmo la recorrió, con un gemido fuerte.
Continuo lamiendo mientras ella se derramaba. La chica llevó sus manos a sus hebras oscuras, acariciándolo. Él los cerró los ojos por un largo momento ante su toque, antes de abrirlos de nuevo.
-Detente, Sasuke-kun-dijo la pelirrosa, sin aliento.
Él no se detiene hasta que está limpia y seca. Cuando termina se endereza, limpiando los restos de sus jugos con su antebrazo.
Se sentó de nuevo en la encimera, algo atontada por el orgasmo monumental que le ha dado. Sasuke tenía una técnica perfecta con la lengua, siempre lograba llevarla al cielo y de regreso. Suspiro, sintiendo un leve mareo. No había comido nada desde el desayuno, debido a la reunión de las porristas.
Dejó que la besara, saboreándose a sí misma.
-¿Qué pasa?- le preguntó, al sentir sus besos lentos y pesados, poco usual en ella.
Antes de que pudiese decir algo, su estómago hablo por ella, con un gruñido. Haciendo que se sonrojara ante la mirada divertida del chico.
-No te burles - lo golpeo juguetona en el pecho - No pude almorzar - dijo con un puchero - por la reunión de las porristas -
-Hmp - saco de uno de los gabinetes de la cocina, una barra de proteína, y se la tendió.
-Gracias - con manos temblorosas abrió el empaque, para darle una mordida. Mientras él se ubicaba entre sus piernas, aun temblorosas, y acariciaba los costados de su cintura - Haremos un lavado de autos -
-¿Un lavado de autos?-
-Sí, llevas tu auto y nosotras lo lavamos -
-Sé lo que un lavado de autos es - respondió hosco, frunciendo el ceño, mientras ella veía divertida la mueca en su cara preciosa - ¿por qué?-
Le dio otro mordisco a la barra de proteína sabor vainilla - Algo de la caridad y el campeonato nacional - rodó los ojos, le parecía una estupidez.
-Un grupo de mimadas lavando autos - a el también le gustaba molestarla para ver sus pucheros.
-Hmp - imito el monosílabo del hombre - estaremos…- la vibración del celular del Uchiha los distrajo a los dos. Vieron la pantalla y el contacto que lo llamaba "Dobe", el pelinegro rodó los ojos. No pensaba contestar -Oye, es Naruto - el hombre la interrumpió, atrapando sus labios entre los suyos.
-Ya se- dijo entre besos, que sabían dulces por la barra que casi había terminado ya.
-Contéstale - sugirió antes de que la llamada terminara. Dejándolos enfocarse en los labios del otro, antes de que empezara a vibrar de nuevo, con el mismo nombre - No seas malo con Naruto - se separó de sus labios.
-Tsk, no te entrometas - antes de que la chica tuviera tiempo de protestar, ya se encontraba buscando su lengua en su cavidad, tomándola por sorpresa y dejándola con el grito que iba a pegar sin salir "Eres un bruto" eso es lo que estaba seguro iba a decir.
-¡Teme!- escucho el grito de su amigo interrumpirlos, mirando de mala manera su celular, y el dedo femenino que se había deslizado por la pantalla, contestando la llamada. Le gruñó, a lo que ella solo rio, deslizando sus labios a su cuello, y sus manos a los botones de la camisa, deshaciéndolos y despojándolo de esta.
-¿Qué quieres, perdedor? - pregunto malhumorado, disfrutando de las caricias y los labios de la chica.
-¿A quién le dices perdedor, idiota?
-Habla de una vez o cuelgo - los suaves besos que la pelirrosa repartía en su cuello ya habían despertado su erección.
-¡No creerás lo que me dijo Hinata! - grito escandalizado, haciendo que el pelinegro pusiera los ojos en blanco - ¡Las chicas van a tener un lavado de autos! - mientras el rubio hacía su drama, él llevaba las manos a los extremos del top de Sakura, sacándoselo con todo y sostén, viendo como sus pezones ya se alzaban, erizados. Se acercó a lamerlos con hambre, haciendo que ella apoyara sus manos en el mesón, dejando caer su cabeza hacia atrás - ¡En bikini! - El pelinegro se detuvo, en medio de la caricia que le daba su lengua a la aureola rosa. Levanto la mirada, frunciendo él ceño, al igual que la chica, quien se frustraba al verlo detenerse.
-Te lo iba a decir cuando Naruto llamo - se encogió de hombros, indiferente. No entendía la conmoción, había estado en bikini incontables veces.
-¿Eh? ¿¡Sakura-chan!? - pregunto el rubio al reconocer su voz.
-¿Quién más? - Pregunto frunciendo el ceño, dedicándole una mala mirada al pelinegro, que la veía de la misma forma, si la chica creía que iba a lograr girar los papeles y hacerse la ofendida, estaba más loca de lo que él sabía que estaba - ¿Cuál es el problema con el lavado de autos?
-¡Estarán en bikini, mojadas, en frente de un montón de idiotas! - chillo del otro lado de la línea.
-¿Y?- la pelirrosa había vuelto a repartir besos a lo largo del cuello y los hombros del chico, tratando de relajarlo. El Uchiha estaba de acuerdo con el drama del Uzumaki.
-¿Y? ¡No puedo dejar que todos vean así a mi novia! - Oh si, El Uzumaki y la Hyuga ahora estaban en una relación, clandestina, por supuesto, hasta que la ojiperla tuviese el valor de contarle a su familia -Tenemos que ir a cuidarlos de esos pervertidos - Eso Sasuke ya lo sabía, pero decidió no decir nada - Oi, ¿que están haciendo? - preguntó el rubio, ante el silencio, cambiando su humor y el tema.
-Estamos en casa de Sasuk…- el pelinegro cubrió su boca antes de que terminara la oración. Muy tarde.
-¡Yatta! Estoy manejando en esa dirección -
-¿Eh? - exclamo la pelirrosa.
-Tsk, no vengas, idiota, nadie te invito -
-¡Estaré allí en diez minutos, de veras! - Sasuke suspiro resignado, bufando.
-Trae la cena, perdedor -
-¡Rameeeen! - El Uchiha colgó de mala manera. Antes de empezar a desabrochar la hebilla de su pantalón, liberando su erección, ante la mirada hambrienta de la chica.
-Tienes diez minutos - le dijo, al verla aún sentada en la encimera, sin moverse -arrodíllate - ordeno, prepotente.
Lo vio de mala manera, pero obedeció.
¿Por qué se había enamorado de ese hombre grosero, regañón, mandón y gruñón?
Cuando el dejo su miembro a la merced de sus labios, y lo vio desde su altura, imponente, varonil y arrebatadoramente sexy, lo recordó.
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Sacudió sus manos mientras corría hacia el ojiperla. Neji acababa de estacionar su auto en el parqueadero de la escuela. Donde el lavado de autos se llevaba a cabo.
-Señor Hyuga - llamo, sonriéndole juguetona, en cuanto él abrió la puerta y salía del vehículo - Estoy lista para limpiar su auto - dijo en voz profesional, apoyando la cadera en el auto. El chico la recorrió con la mirada. Las chicas sí estaban vistiendo un bikini, del tono bordo de su uniforme, así como sus faldas del traje de porristas y zapatos deportivos.
-Nunca me había atendido una mujer tan hermosa- ella rio mientras rodeaba sus hombros con los brazos y le daba un beso suave, asegurándose de que Tenten los viera. Ya no le importaba que se acostaran, no desde que su agenda estaba libre para Sasuke y Neji preguntaba menos. Pero aún le gustaba torturarla, ese era su castigo.
-¿Tienes entrenamiento? - siguió colgada de él, mientras él la apretaba contra su cuerpo, con sus manos en su espalda. Él asintió, dándole un beso suave. Era sábado en la mañana. Ya había perdido el rastro del nuevo deporte que Neji ahora practicaba. Al chico le gustaba destacarse en todo y mantenerse ocupado y ella no iba a detenerlo si eso le daba más tiempo con el pelinegro.
La mayoría de sus "clientes" eran compañeros de la escuela, todos dejaban sus autos e iban a pasar el tiempo dentro de las instalaciones del instituto. A la escuela le convenía mantener el trofeo de campeones de las porristas, y el cheque gordo que traían a casa cuando ganaban.
-¿Te veo más tarde? - le pregunto, viéndola con una sonrisa, ella asintió, mientras sentía como el chico pasaba una mano por su mejilla, limpiando las burbujas de jabón en esta.
Todas estaban mojadas y llenas de jabón. Ninguna estaba acostumbrada a lavar autos, así que seguramente estaban más desprolijas de lo que todos acostumbraban a verlas. Pero la música, la poca ropa, el sol y el agua refrescante en sus cuerpos hacía la tarea más llevadera. Temari había dividido el enorme parqueadero en zonas y asignado a una de ellas en cada zona. El evento era un éxito, por supuesto, con todos los chicos queriendo verlas con poca ropa y las chicas apoyando al equipo.
-¡Tú!- el chillido de Naruto llamo la atención de las personas cercanas a la zona en la que Temari lavaba autos, prestando atención al drama - Tengo que hablar contigo - demando.
oh-oh
Casi se sintió mal por el rubio. Nadie debería hablarle así a Temari.
-¿Sí?- La rubia de coletas alzo la frente, poniendo los brazos en jarra, enderezando su postura, sin amedrentarse por el tono del hombre, que se acercaba a ella. Shikamaru llegaba a su lado. Pero no para protegerla a ella, ella no lo necesitaba. Estaba más seguro que tendría que salvarle el trasero al rubio. Sabía lo que quería, lo había escuchado chillar en su auto, encerrando a Hinata en este.
-Te exijo que…- El castaño de coleta ya le había cubierto la boca y rodeado el cuello con su otro brazo, el rubio no había empezado bien.
-Shikamaru - el tono de advertencia de la chica también le hizo erizar la piel.
-Este idiota quiere saber si Hinata puede ponerse una camisa sobre el uniforme - la rubia busco con la mirada a la ojiperla, encerrada en la camioneta del rubio, encogiéndose en su asiento en cuanto noto su mirada pesada.
-¿Tanto alboroto por esta estupidez? - rodó los ojos, molesta - Suéltalo, Shika, que se está ahogando - el castaño soltó su agarre al comprobar que su novia tenía razón, el rubio ya estaba azul por la falta de oxígeno - Dile que si - se giró la chica, para seguir trabajando en el auto que tenía a su lado.
-¡Yatta! - celebro el rubio, recuperando el aliento y corriendo hacia su novia.
La pelirrosa sonrió divertida. Naruto era tan lindo con Hinata.
Mientras observaba la escena, un auto negro con vidrios polarizados ingresaba en su rango de visión también. Lo reconoció de inmediato. Lo había visto parqueado en múltiples ocasiones en el parqueadero subterráneo en la casa del pelinegro, junto con otros treinta autos que coleccionaban entre su padre, su hermano y él. ¿Quién necesitaba treinta autos?
El auto desaceleró mientras pasaba cerca a ella, pero en su zona ya no quedaban lugares libres, no le quedo de otra al chico que parquear un par de zonas más hacia el fondo, en la esquina en la que terminaba el parqueadero. Camino veloz hacia el lugar.
-¡Hotaru! - llamo a la rubia de ojos verde oscuro, que estaba a cargo de la zona.
-¡Sakura-san! - reconoció, corriendo hacia ella, en cuanto la llamo. La pelirrosa no pudo evitar ver como los pechos llenos de la chica rebotaban mientras corría hacia ella. Sobre su cadáver, esa chica lavaría el auto de Sasuke.
-Temari pidió que intercambiemos zonas- mintió.
-¿Eh? ¿Por qué?- pregunto la chica desconcertada.
-¿Quieres cuestionarla? - la chica negó fervientemente - Bien, pues muévete -
-S-si- logro decir, intimidada, mientras tomaba sus cosas e iba a la zona en la que anteriormente la pelirrosa trabajaba.
La pelirrosa sonrió victoriosa mientras veía a la chica alejarse, encaminándose con una sonrisa coqueta hacia el auto. Las ventanas polarizadas no permitían ver nada hacia adentro, pero sabía bien que él la podía ver perfectamente.
Camino sensual hasta el auto. Fingió acomodar las copas de la parte superior de su bikini, haciendo ver sus pechos más prominentes, denotando sus pezones erizados a través de la tela. Se inclinó sobre el capo del auto, con una toalla húmeda en su mano, yendo de un lado a otro. Haciendo que sus pechos, difícilmente contenidos en el bikini, se movieran de lado a lado, casi saliendo de la tela que los contenía.
Su cabello estaba húmedo, levemente ondulado y desordenado. Su cuerpo tenía pequeñas gotas de agua bajando por este, que brillaban con la luz del sol. A los ojos del azabache, nunca la había visto tan sexy. Sabía que ese juego con la esponja en su auto no era más que un show. Para él. Se recostó en el asiento, deslizando hacia atrás para poder estirar las piernas, encendiendo un cigarro, mientras disfrutaba de su cuerpo paseando por los alrededores del auto. Balanceando sus caderas con cada sacudida de sus manos sobre el auto lujoso.
El humo salió del auto cuando el piloto bajo la ventana, supo que era su señal para acercarse.
-No olvide la propina, señor Uchiha - pronuncio coqueta, mientras se inclinaba en la ventana, asegurándose que nadie la viera, antes de darle un rápido beso. Cuando el humo se disipó, le permitió ver, tuvo que morderse el labio.
Sasuke había disfrutado su show, con su erección marcada, ya fuera del pantalón, mientras el mismo la masajeaba.
-Sasuke-kun- reprendió, hablando bajo, mirando a los alrededores, asegurándose que nadie estuviera viendo. Al estar en la esquina, parecía que nadie había notado la interacción. Aún.
-¿Quieres propina? - pregunto, masturbándose con lentitud con una mano, mientras la otra sostenía el cigarro que seguía fumando - Termina el trabajo - Su mano aplico más fuerza sobre su miembro, mientras le mostraba como subía y bajaba su piel. La piel de las manos de la chica escoció del ansiedad.
-¿Estás loco? - pregunto, paranoica, viendo nuevamente a sus alrededores - No podemos - negó, aun siguiendo embelesada el movimiento de su mano, que recorría su longitud con parsimonia.
-Tsk, entonces no te muevas - tenía la visión perfecta de sus senos erizados. Podía terminar solo con verla.
La chica unió sus piernas, frotándolas, empezando a sentir la humedad en su interior. Se cercioró que nadie estuviera ahí para inclinarse y tomar el pedazo de carne en sus propias manos. Estaba caliente, palpitante y duro. Su interior vibró de deseo por tenerlo dentro.
-Ah Sasuke-kun - suspiro cuando el hombre alcanzo uno de sus pezones erizados y lo froto entre sus dedos.
-Entra- ordeno, ya muy caliente para pensar con claridad.
-Sasuke-kun- pronuncio su nombre, pero necesitaba llamar a la cordura en ese momento.
-Entra- insistió, acariciando su pezón una vez más.
-Estoy mojada- Quería darle una razón para que le impidiera entrar a su auto.
-No sería la primera vez- Él no se la daría.
La chica mordió su labio una última vez, antes de recorrer su mirada por los alrededores, asegurándose que nadie estuviese viendo, antes de escabullirse dentro del auto, abriendo la puerta rápidamente, y entrando sin delicadeza.
Se dejó caer en su regazo sentada, frotándose contra su erección y lanzándose a sus labios, recorriéndolos con fiereza. Él atrapó su cabello húmedo entre sus manos para acercarla aún más. Levantó su falda desde abajo, agarrando su trasero, solo cubierto por el bikini. Toco los costados de la prenda para probar se desanudara con un simple jalón. Él puso una mirada de incomodidad cuando la tela de su bikini rozó contra su piel desnuda, tomando los hilos y deshaciendo el nudo limpiamente.
Ella jadeó por la sorpresa, luego se inclinó hacia adelante y asaltó su boca con la de ella una vez más. Sus manos tiraban frenéticamente de su cabello, subiendo y bajando por su cuello y cara.
Comprobó que estuviese lista para él con un par de dedos. Asaltando su interior, siendo recibido por un interior cálido y húmedo y un gemido de satisfacción por parte de la chica. Dejo quietos sus dos dígitos, permitiendo que se masturbara con ellos. Sakura comenzaba a moverse contra sus dedos, empujando sus caderas de arriba hacia abajo, buscando más contacto. Está súper mojada.
Sabiéndola lista, agarró sus caderas mientras la besaba, guiando su cuerpo, empujándola sobre sí mismo.
Separaron sus bocas para jadear y gemir al unísono. Ella mantuvo el contacto visual con él mientras él se mantenía en su lugar. Ninguno de los dos se movió, disfrutando de la unión. Duro pocos segundos, pues los dos ansiaban la fricción, la pelirrosa fue la primera en reaccionar, empezando a montarlo duro y rápido. Sus manos se aferraron a sus hombros, sus ojos cerrados en éxtasis.
-Sasuke-kun - gimió su nombre para su deleite, mientras seguía deslizándose por su erección. Estaba empapada, podía sentir el cálido líquido bajando por sus testículos. Enterró sus manos en sus caderas con fuerza, ayudándole con el movimiento, indicándole el ritmo que quería.
Sus ojos se concentraban en su pene, desapareciendo dentro de su interior empapado, hasta que el rebote de sus pechos llamo su atención. Sus ojos bajan a sus pechos mientras ella juega con ellas y luego posa sus ojos en su rostro. Sus párpados están medio cerrados y está saltando sobre él. La humedad de su vagina ahora es audible mientras se mueve encima de él.
Su mirada la calentaba, podía ver que su rostro inundado de placer lo provocaba. Se inclinó para presionar sus labios contra los de él. Él le correspondió con pasión. Una de sus manos masculinas se deslizó hacia arriba desde la parte inferior de la columna hasta los omóplatos y luego hasta el cuello, pasando por el tatuaje cubierto y empuñando el cabello de la parte posterior de su cabeza y ella inhala con fuerza, sus manos todavía pellizcando sus pezones, su lengua profundamente sumergida en su boca.
-Ah ah - Dejo que el orgasmo la recorriera, mientras sentía como era llenada por los latigazos de su líquido caliente.
Se dejaba caer en su pecho, mientras respiraba agitada. Sasuke recostó su cabeza sobre la de la chica, también recuperándose del orgasmo.
-Tengo que regresar - exhalo con fuerza, agotada. Él solo asintió -¿Te veo más tarde? - le pregunto, mordiendo su labio, recibiendo una afirmación de su parte.
Se acomodó el traje lo mejor que pudo, limpiándose con unas toallas de papel que tenía el pelinegro en el auto, y anudando nuevamente el bikini. Le dio un último beso antes de salir discretamente del auto, verificando que no hubiese nadie observándolos. Se encaminó de regreso a su trabajo, viendo como un flamante auto rojo parqueaba frente a ella.
De el salía un pelirrojo. Sasuke había encendido su auto para partir, hasta que creyó reconocer la melena del sujeto que ahora se acercaba a Sakura.
No. No era el imbécil de Sasori. Respiro aliviado, hasta que lo vio lanzarse al rostro de la pelirrosa, dándole un beso, en lo que a sus ojos pareció la comisura de sus labios.
-¡Gaara!- exclamo ella, cuando lo reconoció, no esperaba que el chico se lanzara a estamparle un beso tan cerca de los labios. Suficientemente lejos, para que no pudiese protestar, pero demasiado cerca. El chico era listo y sabía qué hacer ahora que tenía más experiencia. Demasiada, pensó la pelirrosa.
El rechinido de las llantas del auto negro le confirmaron que tendría una larga noche, tratando de explicarle al cabeza dura de Sasuke quién era ese chico. Ya se había acostumbrado, desde la pelea con Sasori y su conversación, el pelinegro había dejado expuesta una naturaleza más celosa y posesiva… y eso la calentaba inimaginablemente.
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Esta vez ella se escabullo en su casa. Tarde en la noche. No tenía una razón en específico, la realidad era que ella nunca estuvo vetada de la casa Uchiha, del modo en que el pelinegro estaba vetado de su casa.
Se decepcionó al ver su cama vacía, era tarde, y seguramente había salido. No había respondido sus mensajes después de haber dejado el parqueadero. Suspiro.
Se quitó la ropa, exhausta, dispuesta a esperarlo desnuda entre sus sabanas.
El movimiento del colchón a su lado la despertó horas más tarde, sería temprano en la madrugada, pues la oscuridad aún se extendía en el cielo. Vio como el chico se quitaba la remera, sin ser consciente que ella estaba despierta, pero estaba segura de que había notado su presencia, pues estaba tratando de ser silencioso y no despertarla.
El chico se recostó del otro lado de la cama, causando que hiciera un puchero. Estaba enojado, lo sabía. Normalmente, cuando dormían la abrazaba dulcemente y la acariciaba, especialmente cuando creía que ella dormía.
Se movió para abrazarlo por la espalda, sintiendo el olor a alcohol y marihuana.
-¿Donde estabas? - pregunto suavemente en su oído, sabía que no se había quedado dormido en los pocos segundos que llevaba recostado.
-No es asunto tuyo - respondió hosco, haciendo que ella se retractara del contacto físico, retirando sus manos poco a poco de su cuerpo. Y recostándose sobre su espalda en la cama del chico. Suspirando.
-Es el hermanito de Temari - empezó a explicar, tratando de que dejara su enojo - Tiene quince años - no sabía que más decir.
El silencio reinó por unos minutos, hasta creyó que tal vez sí se había quedado dormido.
-Estaba en casa de Suigetsu - cedió el chico, hablando al fin, mientras se daba la vuelta para encararla, recostándose de lado, viendo su perfil.
Ella se giró en su dirección, para tenerlo de frente, acercándose a su cuerpo.
-Sasuke-kun - apoyó su frente sobre la de él, tomando su mano y atrayéndola sobre su propio pecho, sobre su corazón - No hay nadie más que tú - Él sabía que se refería a su corazón. Él no dijo nada, pero beso sus labios con tanta delicadeza que ella creyó estar imaginando el contacto, tal vez estaba sonando. Cuando se separó de sus labios, se permitió cavar la tumba en la que su corazón reposaría más tarde, cuando todo se desvaneciera-Nunca me había sentido así - le confesó, viéndolo a los ojos - ¿tú? - pregunto, tímida.
Él subió por su rostro, para poder besar su frente - no - admitió en un susurro, haciendo que su corazón palpitara rápidamente, aun bajo la palma de su mano.
Esa noche le había hecho el amor como si pretendiera borrar el rastro de cualquier hombre que hubiese tocado su cuerpo.
Y lo logro.
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¡Aún es viernes y aquí estoy! Un poco tarde, pero cumpliéndoles con su dosis semanal de Sasusaku.
No es normal que, después de tantos años, sienta mariposas con esta pareja. ¡Me encantan!
Gracias a todas por estar pendientes de la historia y de mí, sobreviví el covid como por quinta vez. Retrasó un par de horas la actualización de hoy, pero espero que logren disfrutar del cap antes de irse a la cama pensando es Sasuke-kun *-*
¡Gracias por estar, gracias por comentar y gracias por todas sus ideas!
¡Nos leemos pronto! :)
-Laura
