Harry Potter pertenece a J.K Rowling y no me atribuyo la propiedad de nada más que mis tramas originales y OCs
Cierra la Boca Malfoy.
Cuando la Ceremonia de Clasificación termino, el profesor Dumbledore levanto el sombrero seleccionador y con una agitación de su varita, desapareció el banquillo; aun con el sombrero en mano, camino hasta la mesa alta, donde los profesores se encontraban sentados y tomo su lugar a la izquierda de un hombre viejo y disminuido con apariencia nerviosa.
Aquel hombre en particular, se levantó a continuación para dirigirse a los estudiantes.
—A los nuevos estudiantes, les digo bienvenidos a Hogwarts, y esperamos que se queden con nosotros por los siete años que les tomara completar su educación mágica. A los alumnos antiguos, les renuevo la bienvenida. Y les pido que sean acogedores con los primeros años —dijo rápidamente— por cierto, soy el Director de esta prestigiosa escuela, Armando Dippet, pero les pido que se refieran a mi como profesor Dippet —continuo con una sonrisa— ahora bien, los invito a disfrutar de nuestro apetitoso banquete. ¡A servir! ¡Grimmy!¡Blakey!¡Summy!¡Tweak! —termino dando un fuerte aplauso antes de volver a sentarse.
Cuando acabo de hablar, sobre las mesas aparecieron de la nada cientos de grandes platos con diversos alimentos. Platos con salchichas, filetes con hojaldre, pescado y papas, etc.
Los estudiantes entonces comenzaron a llenar sus propios platos con los alimentos de su preferencia.
Harry que ya se había acostumbrado a la elaborada y deliciosa comida que sus propios elfos domésticos preparaban para él, no considero que el festín de Hogwarts fuera satisfactorio. Cosa que varios estudiantes de Sangre Pura parecían compartir con él.
Emily por otro lado, puso en su plato un poco de cada cosa, completando una gran porción, que comió educadamente, aunque a un ritmo bastante rápido.
Conforme la fiesta de inicio de año continuo, los platos con comida se convirtieron en fuentes y platos con postres. Momento en el que, Harry se sirvió una porción de Tarta de Melaza.
Emily en cambio opto por un pudin de chocolate amargo, que pareció disfrutar muchísimo.
Una vez terminado el festín, y que los platos en la mesa desaparecieran. El director Dippet se levanto una vez más para dirigirse a los estudiantes.
—Ahora que todos están satisfechos y felices, permítanme realizar unos pocos anuncios. En primer, me gustaría darle la bienvenida al nuevo profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, el profesor Newt Scamander. Es un exalumno de esta institución, y el más joven en la historia en obtener una maestría en Cuidado de Criaturas Mágicas, incluso… a pesar de que fue expulsado de esta escuela cuando tenía catorce años —dijo en un tono para nada complacido, pero aun así, un hombre alto y delgado con actitud nerviosa y tímida se puso de pie y saludo con la mano— Si, si… bueno, entre otras cosas, debo decirles que el Bosque en los Terrenos de la Escuela tienen acceso restringido para todos los estudiantes, a menos, claro, que estén acompañados por un maestro, o preferentemente por el profesor Scamander. El Bosque es mas una reserva de criaturas mágicas que un bosque normal. Segundo, la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas se impartirá desde primer año, es una asignatura electiva, y podrán inscribirse durante la primera semana. —continuo— Ahora, que los anuncios han terminado, los invito a dirigirse a sus Salas Comunes. Los prefectos de quinto año conducirán a los primeros años en el camino a sus lugares de residencia.
Los alumnos comenzaron a despejar el Gran Salón, dejando atrás a los primeros años, quienes nerviosamente formaron grupos separados basados en sus respectivas casa.
Harry, Emily, Dorea, Alison Burke, y Jonathan Scrivenor; eran los únicos primeros años de Slytherin. Pronto un par de estudiantes mayores, vestidos con el verde y plata de la Casa Slytherin, con una pequeña insignia dorada con una 'P' se acercaron a ellos. El chico era bastante alto y delgado, con pelo negro azulado y ojos anaranjados. La chica a su lado tenia una melena rubia miel y ojos cafés.
—Este año realmente hemos tenido muy pocos primeros años —comento la chica mayor para si misma— Mucho gusto, soy Elizabeth Fawley, prefecta de quinto año de la noble Casa de Slytherin. Este tipo a mi lado es Nathaniel Greengrass, prefecto, mismo año, misma casa, pero no es importante —dijo dándole al chico una mirada de burla— ahora si fueran tan amables, les agradeceríamos que nos siguieran hasta nuestra sala común.
La chica, Elizabeth estaba llena de energía, y parecía ser que Nathaniel simplemente se conformaba con seguirle el juego en lugar de interferir, porque simplemente dirigió un asentimiento a los primeros años, y tomo una posición al final del grupo, dejando que fuera Elizabeth quien diera el 'recorrido'.
Siguieron a la señorita Fawley en silencio hasta que salieron del Gran Salón. Una vez en la ante sala, ella comenzó a relatar mientras caminaban.
—Bueno, niños, puede que no les resulte demasiado agradable, pero la Sala Común se encuentra en las mazmorras. Puede que piensen que será un lugar frio y lúgubre, pero tiene sus ventajas… —comenzó— por ejemplo, si nuestro buen celador los descubre rompiendo las reglas cerca de la Sala Común, será mucho menos el trayecto que los arrastraran hasta las celdas de castigo —dijo con un tono bajo y frio.
Dorea y Emily abrieron los ojos como platos, y parecían estar asustadas, al menos hasta que la señorita Fawley continuo.
—Es una broma. No se permite el castigo físico aquí en Hogwarts, tampoco encerrar estudiantes, ni encadenarlos de los pulgares. Aunque nuestro celador gusta de amenazar a los estudiantes primerizos con tales cosas —dijo en tono ligero, haciendo que las dos niñas cerca de Harry soltaran suspiros de alivio— bueno, hablando de la sala común, la verdad es que no es una mala ubicación la mayor parte del tiempo. Cerca de las mazmorras están las cocinas del Castillo, aunque realmente odiaran tener que ir desde la Sala común hasta la Torre de Astronomía —añadió con tono serio mientras se rascaba la barbilla pensativa— la verdad es que nuestra Sala Común es la segunda mejor. Nos superan los Hufflepuff, ellos están justo frente a las cocinas. Pero bueno, al menos no estamos en el ultimo piso de dos de las tres torres más altas del castillo. No se como los Gryffindors y los Ravenclaws soportan subir y bajar tantas escaleras. ¡Que tedio! —exclamo al final.
Elizabeth los guio bajando por las escaleras, llegados a un punto se detuvo y miro a los primeros con una sonrisa.
—Bueno, si bajamos otro piso en las mazmorras estaremos cerca de la Sala Común, pero… creo que será mejor que les muestre donde están las cocinas y como acceder a ellas. Los elfos domésticos en Hogwarts estarán felices de darles un bocadillo de media noche, media mañana… a cualquier hora realmente, solo procuren que los prefectos no los encuentren, o coincidan sus escapadas por bocadillos con los momentos en que yo debo recorrer las mazmorras.
—Eli, no deberías decirles que salgan tras el toque de queda —intercedió Nathaniel.
—Oh, vamos, Nathe, no seas aguafiestas —dijo ella con tono amonestador— Niños, también pueden salir tras el toque de queda cuando el 'señor sigo todas las reglas' este de patrulla —añadió con sarcasmo.
—Eli, somos prefectos, se supone que hacemos cumplir las reglas, no fomentamos que las rompan —añadió el con tono cansado.
—Lo sé, pero ir por un bocadillo no daña a nadie —refuto ella con dándose la vuelta y sonriendo, mientras caminada de espaldas antes de girar otra vez.
Elizabeth los condujo hasta un pasillo largo y ancho donde a un lado de la muralla yacía una pila de barriles. Y al otro había una pintura de un tazón de frutas.
—Bien, hemos llegado a las cocinas —dijo con un gesto dramático y girando sobre un pie— Allí, esos barriles son la entrada a la Sala Común de los Puffs, pero tengan cuidado, si tratan de entrar y se equivocan de barril serán bañados en vinagre. Por otra parte la entrada a las cocinas esta en esa pintura de allí. Solo… hagan cosquillas a la pera y se abrirá —dijo haciendo exactamente eso.
Una vez que termino de hacerle cosquillas a la pera… por muy extraño que pareciera, la pintura dio paso a una abertura, que revelo una gran habitación llena de hornos y cocinillas. Donde un centenar de elfos domésticos parecían estar ocupados con sus tareas.
—Otra cosa… en la escuela hay una estúpida noción de rivalidad entre las Casas, por lo que podrían meterse en problemas si tienen amistades fuera de Slytherin, especialmente si se relacionan con los Gryffindors. Así que es mejor intercambiar cartas por medios diferentes a las lechuzas. Así pues… ¡Grimmy!¡Blakey!¡Summy!¡Tweak! —dijo en tono alto, al momento siguiente, cuatro elfos domésticos aparecieron ante ella— verán estos son los elfos jefes para el servicio de las diferentes Casas de Hogwarts. Grimmy aquí es el elfo de Slytherin, Blakey es el de Ravenclaw, Summy el asignado a los Puffs, y Tweak el de los Leones. Si quieren enviar una carta a alguien de otra casa, pídanselo al elfo jefe de personal destinado a la casa respectiva, y asunto arreglado, correo imposible de rastrear.
—¿Realmente es necesario que les digas estas cosas, Eli? —pregunto un agotado Nathaniel.
A Harry le pareció muy divertido, en realidad, y parecía ser que los otros primeros años habían tomado nota de todo lo que la prefecta de quinto año demasiado entusiasta decía.
—Claro. Es decir, si no fuera por el servicio élfico de correo secreto, no podrías salir con esa linda Ravenclaw, ¿no es así, Naaathe? —dijo ella con una sonrisa y un sugerente movimiento de cejas.
Nathaniel no se digno a responder, pero su rostro se sonrojo, y desvió la mirada.
—Bueno, ya que estamos aquí… —dijo Elizabeth risueña— por favor, envíen una gran caja de manzanas caramelizadas a la Sala Común de Slytherin.
—Claro, señorita, lo haremos —respondieron los elfos, felices por recibir más tareas.
—Bien, suficientes desvíos —dijo Elizabeth entonces— Ya nos hemos tomado mucho tiempo, y me temo que Cassiopeia se enfadara si no los llevo pronto a la Sala Común… —se detuvo con gesto pensativo por un momento— pero sí parece que quiere regañarme… díganle que fue culpa de Nathe, ¿ok?
Extrañamente, Dorea asintió con una sonrisa a la petición. Lo que hizo reír a Harry, y a causo que Emily sonriera.
Elizabeth los condujo de regreso a la escalera, y luego los llevo un piso más abajo, hasta que se acerco a un muro completamente normal, salvo por una pequeña talla de serpiente que era apenas visible.
—Bueno, aquí estamos. Solo digan la contraseña, y la entrada se abrirá —dijo antes de mirar hacia el muro y decir— Sagacidad.
El tramo de pared frente a ella entonces se desvaneció, dejando a la vista un pequeño pasillo que llevaba a una cámara circular con una escalera de caracol. En el centro de la escalera de caracol, había una estatua de una serpiente.
—Bien, aquí estamos, bajando esa escalera llegaremos al área común de la Casa de Slytherin. Es bastante cómodo y elegante. —dijo antes de comenzar a caminar hasta la escalera, e iniciar el descenso.
Al bajar las escaleras llegaron a una antesala conectada a una puerta de madera con vidrio ahumado, que dejaba ver contornos borrosos de quienes estaban tras la puerta.
Elizabeth abrió la puerta y les indico a los primeros años que pasaran.
Ante ellos estaba una sala amplia con media docena de sillones verdes, frente a una chimenea de basalto negro. Un pequeño desnivel conectado por tres peldaños de escalera llevaba a un área con mesas y sillas y sitiales de aspectos cómodos, y elegantes donde probablemente se podía estudiar y completar las tareas.
Grandes ventanales con cristales adornados con bellos grabados metálicos dejaban ver un fondo negro que proyectaba una luz tenue y lúgubre. Pero tras el cristal, era posible ver peces y otras criaturas nadar.
—¡Y aquí estamos! —exclamo con entusiasmo Elizabeth al ver los rostros sorprendidos de los primeros años, un toque de diversión como si una broma le hubiera resultado muy bien era visible en sus ojos— La sala común de Slytherin tiene la ventaja de estar directamente al lado del Lago Negro. Dada la profundidad a la que estamos, nos es posible ver el interior del lago, aunque la luz del sol no llega particularmente bien aquí, tenemos todo un espectáculo subacuático para disfrutar.
Harry, y los demás asintieron impresionados por las vistas.
—Bien, ahora, un poco de información. La Casa de Slytherin esta bastante aislada del resto de la escuela. Así que cualquier conflicto entre miembros de la Casa, por favor soluciónenlos aquí. Tenemos que dar una apariencia de unidad para los demás estudiantes. Segundo… los primeros años siempre están fuera de los límites, así que si algún estudiante mayor les hace algo, los intimidan o algo por el estilo, recurran a un prefecto —dijo con seriedad— tercero, no se admiten niños en los cuartos de las niñas. Las niñas pueden entrar en los cuartos de los niños —añadió con picardía— los cuartos son individuales, no tenemos muchos estudiantes en Slytherin así que tenemos ciertos lujos. —añadió— sus cosas ya están en sus habitaciones, Nathan llevara a los dos chicos a sus cuartos en el ala de varones, y yo conduciré a las niñas a las suyas.
—Ahora, me temo que se realizara el consejo de la Casa Slytherin —continuo Nathaniel— por ello, les pediremos que nos acompañen a sus habitaciones, y que permanezcan allí. Una de las ventajas de los primeros años, es el hecho de que al estar fuera de los limites para los Slytherins mayores, ustedes no deberán preocuparse por la lucha de poder al interior de la Casa. —explico— si fueran tan amables de seguirme, les mostrare sus cuarto —dijo dirigiéndose a Harry y Jonathan.
—Así es, ahora chicas, síganme y hare lo mismo —termino Elizabeth.
El grupo de primeros años siguieron a los prefectos a sus respectivas alas en la sección de los dormitorios, después de permitir que los que se conocían se despidieran antes de ir a la cama.
El ala de los varones era amplia, un corredor con decenas de puertas. Según Nathaniel se trataba de las viejas celdas del castillo de tiempos anteriores a Hogwarts que habían sido fusionadas y reacondicionadas para que fueran habitadas por alumnos.
La habitación de Harry tenia una placa de plata con letras negras que rezaba, Harry James Peverell -1er año.
Se trataba de un cuarto amplio, de unos treinta metros cuadrados, y con un baño privado.
Estaba amueblado por una cama con dosel con mantas verdes, y a los pies de la cama, se encontraba reposando su baúl.
Harry estaba cansado, y tras cambiarse a un pijama, se metió en la cama y durmió profundamente.
…
…
A la mañana siguiente Harry se despertó muy temprano, abrió su baúl e ingreso al interior, con el fin de visitar la biblioteca que traía consigo.
Allí selecciono un par de libros sobre la genealogía de la Casa Peverell. Pues quería saber que casas actuales tenían relación con su familia.
Comenzó a leer, y tomo notas de lo que considero importante.
'Grim Peverell (fundador de la familia, nacido en el año 1304 antes de Cristo) se caso con Elpida Ascleps (hija de Herpo el Loco) – tuvieron dos hijos el primero en el año 713 después de Cristo al que llamaron Mors Peverell, el segundo nacido en el año 907 después de Cristo y llamado Salazar Peverell.
Mors Peverell tuvo por su parte tres hijos, Antioch Peverell, Cadmus Peverell e Ignotus Peverell.
Yo desciendo de Antioch Peverell, la rama principal de la familia.
La línea de Cadmus termino con su hija, Auriale Peverell quien se casó con Lord Leonis Gaunt.
La línea de Ignotus acabo con su nieta, Iolanthe Peverell quien se casó con Harwin Potter.
Por otra parte, Salazar Peverell fundo una rama cadete con un nombre diferente, cambiando su nombre a Salazar Slytherin, fue uno de los cuatro fundadores de la escuela Hogwarts. Y el castillo en sí, fue el regalo que Grim le concedió a su hijo menor cuando se separó de la familia.'
Harry lanzo el hechizo tempus, notando que eran pasadas las 8 de la mañana, por lo que se apresuro a salir de su baúl, y tomar una ducha. Tras ello, y ya vestido con su uniforme, dejo su dormitorio rumbo al área común de la Casa Slytherin.
Al llegar escucho algo que realmente le molesto.
Allí en el centro de la sala, frente a la chimenea se encontraba Emily, rodeada por cuatro estudiantes varones mayores, que parecían estar insultándola, dada la postura encogida de la niña que parecía estar llorando.
A Harry jamás le gustaron los brabucones. Pero nunca había tenido el poder ni la resolución para hacerles frente. No obstante, esta vez, por algún motivo, Harry no solo estaba molesto, sino furioso. En su mente, Emily era una niña agradable que no merecía tal trato por parte de nadie. Además, según el libro de genealogía de Peverell, la niña era parte de su familia. Y Harry no toleraría que maltraten a su familia, por muy distante que fuera la relación, y por muy poco que la conociera, el como Lord Peverell tenia el derecho y el deber de cuidar a los suyos.
Harry se acerco lentamente hacia Emily y los estudiantes mayores. Cuando notaron que se acercaba, otro estudiante de Slytherin, probablemente un séptimo año dado el tamaño trato de detenerlo.
—No te metas. Ella es una Sangre Sucia, la única de primer año que no esta protegida por las reglas de la Casa —le susurro.
Harry le dirigió una mira de furia, y el séptimo año retrocedió asustado.
Harry no lo sabía, pero sus ojos verde esmeralda en este momento brillaban en el mismo tono que la Maldición Asesina, y se arremolinaba en ellos un aura de poder mágico.
Una vez que estuvo a unos cinco pasos de los estudiantes mayores que rodeaban a Emily, Harry saco su varita. Los apunto en silencio. Y bramo "Depulso".
El encantamiento repulsor entro en efecto, dominada por la gran cantidad de poder que Harry vertió en ella. Los cuatro estudiantes fueron lanzados con fuerza hacia la pared, impactando con un doloroso ruido sordo, amortiguado por los gritos de dolor proveniente de los estudiantes golpeados.
—¡Que demonios estaban pensando! —grito Harry a las cuatro figuras que acabaron tumbadas en el suelo tras deslizarse de la pared con la que chocaron— ¡¿Quién diablos se creen que son?! —Harry miraba con una mirada acera a los cuatro estudiantes que comenzaban a levantarse.
Mientras lo hacía, Harry extendió la mano y ayudo a Emily a levantarse del suelo donde se había acurrucado. La niña parecía asustada y avergonzada por haber sido vista llorando. Harry simplemente la abrazo tratando de tranquilizarla.
En aquel momento uno de los estudiantes, uno con cabello rubio platinado que parecía ser un tercer o cuarto año, había sacado su varita y miro a Harry con ira.
—Como te atreves, ¿no sabes quien soy? —pregunto altivo.
Harry lo miro, y al reconocer a Draco en sus rasgos, hizo una mueca antes de responder.
—Esa mirada codiciosa, y esa mueca de estar oliendo mierda. Junto a darse aires de grandeza, ¿eres un Malfoy, no? —pregunto Harry despectivo, imitando la actitud de Draco al tratar con Ron.
El chico se sonrojo de carmesí. Antes de responder.
—Si, soy Abraxas Malfoy. Y si reconoces a mi familia deberías saber que no deberías contradecir a un Malfoy —dijo antes de añadir— Mi padre, esta en la junta de gobernadores de Hogwarts, y puedo hacer que te expulsen por esto.
Harry sonrió divertido. No importa la época, ni que Malfoy sea, siempre son idiotas arrogantes que llaman a papa por cualquier problema.
—Escúchame… y escucha bien… —comenzó Harry a decir antes de ser interrumpido.
—Cállate, y deja de meterte en lo que no es asunto tuyo mocoso, esa Sangre Sucia no debería estar aquí en Slytherin —dijo Abraxas desdeñoso.
—¡Cierra la boca Malfoy! —bramo Harry cuya paciencia ya se había acabado— Soy Harry James Peverell… Lord de la Casa Fundadora de Peverell. Y esta niña aquí, a la que tanto insistes en insultar es mi amiga. ¿Lo entiendes, Malfoy? Yo soy un Lord de una Casa tan antigua como puede haber en la Britania Mágica. Tu en cambio eres un comedor de ranas salido de un pantano que fue exiliado por su rey y escapo a Inglaterra para besar el trasero del Rey Muggle de turno. Una casa de cobardes y lambiscones cuya única gracia redentora es que saben bien a quien aferrarse para ganar poder. Pero para mí, un Peverell, seguirán siendo siempre un montón de nuevos ricos comedores de ranas sin historia ni prestigio —termino Harry con un tono cargado de desdén y burla.
Malfoy se quedo de piedra al oír el apellido de Harry, los Peverell se creían extintos, pero su reputación prevalecía más como una vieja leyenda que otra cosa. Pero el hecho de que el niño de primer año supiera del origen en Inglaterra del la Familia Malfoy, y que lo dijera con tal desdén y sorna, significaba que realmente era alguien con un estatus superior. Nadie, de lo contrario trataría así con un heredero de una Casa Antigua y Más Noble.
Los cuatro estudiantes retrocedieron y se alejaron de mal humor. Mientras que Harry conducía a Emily a uno de los sofás en la sala común.
—Tranquila, Emily. Ya nadie te molestara —le dijo a la niña.
Ella simplemente lo miro, mordiéndose el labio frustrada y de mal humor.
—No quería ser salvada —dijo ella en voz baja— No quería que me vieran llorar —añadió molesta y en un tono mucho más sonoro— ¡Puedo cuidarme sola! —le grito a Harry antes de levantarse y dirigirse a su habitación, dejando atrás a un confundido y solitario Harry.
