Vínculo

capítulo 5: Cambio.

Más tarde y habiendo terminado con los ikran, Spider pasó por el marui de los Avatares a lavarse un poco, confiando en que no se iba a ensuciar tanto alimentando a los fwampop y al terminar estaría listo para ir a la comunión. Usó un poco de agua en su cara y brazos; mientras se secaba con una toalla que tomó prestada de los Avatares, escuchó un poco de su conversación:

—Les dije que se iban a lastimar, ¿o no les dije? —decía una científica a un par de Avatares que estaba atendiendo.

—Es sólo un rasguño —dijo uno de ellos, de nombre Johnny, mientras la científica le ponía una gasa en la rodilla—. ¡Au! —se quejó.

—Están sangrando los dos. Les dije.

Cuando la científica pasó a atender al siguiente Avatar que tenía heridas similares, Spider se acercó.

—Ey, Spider, ¿cómo estás?

—Ey, ¿y qué les pasó? —preguntó Spider con una risa, arrojándole la toalla para que Johnny la atrapara.

—Ayer algunas de las luces de la zona este comenzaron a fallar. Justo sobre la vivienda de Maru. Y teníamos que ayudarla, ya sabes.

—No te va a hacer caso —habló la científica, desinfectando las heridas del otro Avatar.

—Basta, no es eso. —Rodó los ojos. Continuó explicando a Spider:— Subimos a reparar las luces. Creímos que eran las baterías pero resulta que unos ikran estuvieron jugando ahí arriba y las rompieron. Tuvimos que reubicar algunas luces y...

—Nos caímos muchas veces —completó el otro Avatar, llamado Kevin. La mujer terminó de atender sus heridas y él miró burlonamente a su compañero—. Pero Maru terminó muy contenta. Tal vez te invite a estar a su lado en la comunión.

—Dije que basta. —Le arrojo en la cara la misma toalla que Spider le había pasado—. No jueguen con eso. Ella tiene un bebé y está sola.

—Es muy pronto —dijo Spider.

—Y sobre las luces —enfatizó Johnny, mirando severamente a Kevin para que olvidara el tema de Maru—, no podemos permitirnos perder iluminación. Le pediré a Norm que consiga algunos reflectores extra.

—¿Hablas de la misión de esta noche... en Hell's Gate? —cuestionó Spider.

—¿Ya sabes de eso? Sí, irán Norm y Ka'ani finalizando la comunión.

—Y hablando de la comunión... —empezó a decir Kevin, lanzando una mirada suspicaz al chico.

—Nos vemos luego. —Spider se apresuró a tratar de salir.

—Alto ahí, pequeño salvaje —habló la científica, sin despegar su mirada de la pantalla donde monitoreaba los signos vitales de los Avatares—. ¿Piensas ir a la comunión con Amelie?

—¡Ja! Lo atraparon —se burló Johnny.

Para ese punto Spider estaba seguro que asistiría, así que no había motivos para ocultarlo. Aun así lo sentía raro.

—Puede que sí —respondió a la mujer. Ella lo miró.

—Cuídala, niño, por favor.

En silencio, Spider asintió y se fue a buscar a la chica.

Nunca fue cercano a Amelie, pues de pequeño siempre jugó con los niños Sully en lugar de otros humanos de su edad. Amelie no era nada como él; ella podía dar algunos saltos pero en realidad odiaba las alturas, hablaba Na'vi fluido pero confundía siempre el nombre de los árboles, amaba usar brazales y collares hechos por ella y sus amigas pero también llevaba zapatos.

Ambos nunca pertenecieron al mismo grupo de amigos. Pero ahora que los amigos de Spider se habían ido, y, de hecho, los de ella también, parecía que tendrían que improvisar. Al menos eso ya era algo que tenían en común.

El pueblo estaba agitado por el evento que se llevaría a cabo en pocas horas. Spider pasó a través de todos y fue directo al marui de la familia de Tsyo, pues no se le ocurría dónde más podrían estar las niñas. De lejos las vio justo donde pensó que se encontrarían, pero no estaban sólo las dos, sino que estaban acompañadas por otra niña Na'vi de menor edad. La pequeña se llamaba Popiti y estaba muy distraída jugando con pequeñas frutas similares a las moras, probablemente recolectadas por Amelie y Tsyo.

Las niñas estaban sentadas una tras la otra haciéndose trenzas; Amelie estaba sobre un banquito detrás de Popiti, trenzando su corto cabello. Por su parte, Tsyo estaba tras de Amelie arreglando su rizado cabello negro con trenzas como los peinados típicos de los Omatikaya. Y mientras se peinaban, las dos mayores platicaban esto:

Eyktan dijo que nuestro primer vínculo es con nuestras madres —le decía Tsyo a Amelie—, después con Eywa, luego con los animales. Pero hay algo que se le olvidó mencionar.

—Con las parejas —dijo Amelie en voz traviesa.

—Con los esposos —susurró Tsyo entre risitas—. Oye, Eyktan no está casado.

—Me pregunto por qué con lo atractivo que es.

—Si tan sólo hubiera pasado mi iknimaya —suspiró la chica Na'vi—. Así me hubiera convertido en mujer y podría ser elegida por mi Eyktan.

—¡Ay! ¡Tsyo! ¡No! —chilló Amelie, cubriéndose la cara de la vergüenza.

"Ya mátenme", pensó Spider cuando escuchó tanta sandez de parte del par de niñas.

Las dos estaban riendo sólo como un par de niñas podrían reír al hablar de chicos. Cuando se dieron cuenta de que Spider estaba observándolas, Tsyo enmudeció y se avergonzó de inmediato.

Con una mueca de desagrado, el muchacho dijo:

—Como si Ka'ani fuera a elegir a una pequeña skxawng como pareja.

—Spider, viniste. —Amelie no ocultó su alegría.

—Completar tu iknimaya no te convertirá en mujer, Tsyo. Tienes, ¿cuántos? ¿doce años?

—Eso es cierto —concordó Amelie.

—Ya entendí, basta —dijo la joven Na'vi, con un puchero—. De todas formas, ni siquiera pude intentarlo. ¿Y por qué debo montar un ikran para ser cazadora? No es justo, no me gustan.

—Vivimos en las Montañas Aleluya, ya todos necesitan un ikran. —Spider se acercó más a ellas tres y se sentó al lado de Amelie. La joven le sonrió—. Cazadora o no.

—Sí o sí —volvió a concordar Amelie. Tsyo la jaló de las trenzas que le estaba haciendo—. ¡Au!

—Me dicen "puedes conseguirlo" —contó Tsyo—, "naciste para esto". Eh, pues no; sólo la mitad de mí nació para esto. Tal vez salí más como mi madre, volar no está en su sangre, ella es de las llanuras.

—Estás haciendo excusas ahora —se rió Spider—. Tal vez sí debas convertirte en agricultora, se te da más.

—O cantante, todos aman a las cantantes —afirmó la niña Na'vi.

—¿A tu Eyktan le gustarán las cantantes? —canturreó Amelie.

—Cállate, Amelie. —Tsyo soltó el cabello de la humana e intentó cubrirle la boca con el dorso de su mano. Le horrorizaba tanto hacer este tipo de bromas frente a un chico que se olvidó de que no podía tocar el rostro de su amiga debido a su exo-máscara.

Genuinamente esto le pareció muy divertido a Spider, lo patéticas que eran. Comenzó a reír.

—¡No te rías! —se quejó Tsyo, muy apenada. Miró a su amiga—. ¿Ves? ¡Te dije que era horrible!

Amelie empezó a reírse también a pesar de los inútiles intentos de Tsyo por silenciarla al cubrir todo el cristal de su máscara con sus enormes manos.

—¿A ella no le vas a decir nada? —señaló Spider a Amelie, los dos riéndose todavía—. Es tu amiga y no te defiende.

—Perdón, lo siento. Ja, ja, ja. ¡Quítame las manos de encima! —Amelie apartó las manos de Tsyo, aunque ella misma se cubrió la sonrisa después. Señaló a Spider con su dedo y asintió—. Tienes razón, él es horrible.

—¿Sabes qué? Creo que los dos lo son. Debería aplastarlos a ambos.

Los humanos continuaron riendo. Tsyo volvió a tirar del cabello de Amelie y se rió también cuando la humana chilló de dolor.

Mientras se reían, por un momento Spider reflexionó en este sentimiento. Se sentía nostálgico, como si por un segundo hubiera recuperado algo que había perdido. Se sentía un poco como cuando jugaba con sus amigos cuando eran niños, aquellos tiempos tan lejanos. Por un momento la melancolía había abandonado su mente, y pensó que las cosas no podían ser tan malas después de todo.

Entonces cuando vio a Amelie reír se sintió raro otra vez. Era esa clase de sensación que te hace sentir mal, confuso y dolido. No sabía por qué se sentía así con ella, pero todos esos pensamientos siempre lo llevaban a recordar a Kiri. Y entonces le llegaba un desconocido miedo a olvidarla.

La pequeña Popiti, con su cabello casi terminado de arreglar y sumergida en su propio mundo, le fue pasando moras a Amelie una por una, por lo que la humana se vio obligada a recibirlas sin protestar.

—No vayas a creer que realmente me gusta Eyktan Ka'ani —empezó a defenderse Tsyo cuando terminó de reír. Pero sólo lo decía porque no quería que Spider supiera—. Y ustedes, humanos, no pueden burlarse de mí. Yo me casaré algún día y ustedes no pueden.

—¿Qué quieres decir? —cuestionó Spider en una mueca confundida.

Como si fuera algo obvio, Tsyo giró los ojos y dijo:

—No tienes un kuru, no te puedes vincular. No eres un Na'vi.

Él le dirigió un gutural gruñido, sin querer pensar en por qué eso lo había herido.

—Waa, espera. Eso es mentira, los humanos se pueden casar —intervino Amelie, queriendo apaciguar la situación. Popiti seguía dándole moras y se enojó de que la chica la ignorara de repente—. Tan sólo nos casamos diferente que los Na'vi.

—Sí —habló Spider, desdeñoso, viendo fijo a los ojos de Tsyo. La Na'vi se sintió intimidada de repente—, Norm me dijo que allá en la Tierra las personas firman un papel y quedan unidas por siempre o hasta que uno se canse del otro.

—¿Firman un papel...? ¿qué? —repitió Tsyo, en verdad confundida.

—Mi mamá también me dijo eso. Tampoco lo entiendo —murmuró Amelie—. Pero eso era en la Tierra, aquí sólo hacemos una ceremonia y hay un beso.

—Uy, un beso. —La pequeña Popiti al fin prestó atención a sus mayores. Después de llevarse un puñado de moras a la boca, preguntó inocentemente a Spider y Amelie:— ¿Van a casarse ustedes?

—¡Popiti! ¡no! —la reprendió Tsyo.

Spider y Amelie se miraron el uno al otro con extrañeza, incluso con ¿desesperanza? Era desalentador para Amelie, dado que ella no tenía muchas opciones. Para Spider eso estaba fuera de discusión.

—Sí, eso nunca pasará —afirmó el chico a Popiti.

Amelie resopló y por primera vez tomó en cuenta las moras que Popiti le estaba dando. Ya tenía tantas entre sus manos que no podía continuar peinando a Popiti.

—Spider, ¿estas frutas se pueden comer?

—Sí, son seguras —respondió el muchacho, distraído, con la mente perdida en otra parte.

Amelie le dirigió una mirada recelosa.

—¿Estás seguro? Una vez me intoxiqué con unas parecidas a estas.

—Oye, ¿quién es el experto? —Levantó la mirada, todavía molesto.

—Se lleva pero no se aguanta, como dicen ustedes —comentó Tsyo, sabiendo bien que el muchacho seguía enojado por haberle dicho que no es Na'vi.

—Las que te enferman son más grandes y de un tono más oscuro —insistió Spider al ver que la chica aún desconfiaba.

—¿Ven? Ni siquiera pueden comer normalmente —volvió a decir Tsyo para reforzar su punto.

—Cállate —susurró la humana.

—Ni respirar...

Amelie cerró los ojos, dio una gran bocana de aire y se quitó la exo-máscara; en un segundo se llevó un par de moras a la boca, después volvió a ponerse la exo-máscara. Al masticar y sentir el sabor de las frutas, sus mejillas se sonrojaron; trató de cubrir su rostro con ambas manos para no mostrar la inocente felicidad que el dulce sabor le provocó.

Spider no podía dejar de verla, y al verla no podía evitar pensar lo linda que era. Tal pensamiento le abrumaba y asustaba. Le asustaba porque, aunque apenas comenzaba a notarlo, si un día quisiera emparejarse con alguien tendría que ser con esa niña a su lado, pues no habían más humanas de su edad en el clan. Y le asustaba también porque no quería sentir algo por alguien más, porque ella no era como Kiri, nadie podría ser como Kiri.

—Te desacomodaste el cabello —susurró Tsyo en el fondo, arreglando el pelo de la humana que se había enredado al mover la máscara de oxígeno.

Contando las moras en sus manos tal como lo hacía Popiti, Amelie habló en inglés para excluir a las otras dos del tema:

—Sé que estás pensando en Kiri —le dijo a Spider, fingiendo estar más interesada en las moras que se resbalaban de sus dedos.

Por supuesto que el repentino cambio de idioma llamó más la atención de Tsyo, quien disimuladamente miró primero a la chica y después al chico humano. Odiaba que le hicieran esto otra vez.

Spider sólo desvió la mirada. Pero como siempre, ella era bastante insistente.

—Todos lo veíamos. —Dio una media sonrisa, pero su expresión era difícil de leer—. Había algo en la forma en que la mirabas.

Aquella mirada, tan irreconocible como familiar, de adoración y añoranza.

—No sé de qué hablas —respondió Spider de inmediato, pero no sonó nada convincente. Después de un resoplido resignado, dijo:— ¿Era tan obvio?

Amelie asintió; se soltó del agarre de Tsyo, quien no terminaba de peinarla, y se fue a acomodar delante de Spider.

—Tú ya has elegido a tu yawntu.

Aunque hablaran en idioma humano, la pequeña Popiti dio un sobresalto cuando escuchó la palabra en Na'vi y después suspiró, enternecida. Tsyo, perpleja, los miró con recelo.

Spider se mantuvo en silencio, sin dirigirle la mirada.

—No hagas un drama sobre eso, ella ya no está aquí —dijo él con amargura.

Kiri era sólo una amiga, y eso era todo lo que siempre sería, incluso si alguna vez, cuando era más niño e inocente, llegó a pensar que podría ser posible.

—Tal vez todavía no te olvida —le dijo Amelie, tratando de hacer el mismo tono juguetón que hacía cuando hablaba con Tsyo sobre chicos y novios, pero tal voz no le salía bien ahora—. ¿Cómo podría olvidarte tan fácil? Seguro no lo notabas, pero ella estaba total y completamente adicta a ti.

Tal afirmación hizo a Spider sonrojar, él nunca lo hubiera visto de ese modo.

No dejó que su máscara de dureza se destruyera.

—Nada de eso importa, ella está con los Metkayina ahora, ese es su hogar. Y yo... estoy aquí.

—Ah. —Ella hizo una mueca entristecida—. ¿Has estado con tu cara depresiva todo este tiempo porque la extrañas?

Spider giró los ojos.

—No es sólo eso, es... todo.

La ausencia de Kiri rompía su corazón. Pero el desprecio de aquellos que lo consideraban un demonio traidor, el hecho de no haber tenido el valor de dejar a su padre morir, su confusión sobre cómo se siente respecto a tener un Avatar, las dudas que tenía sobre sí mismo, todo eso lo hacía enfurecer, lo hacía sentir perdido, lo hacía sentir muy triste. Y al final de todos esos sentimientos, llegaba a sentirse vacío. Y desorientado.

Como si él mismo también estuviera ausente. Como si su alma se desgarrara de a poco.

¿Qué quedaría de él para Kiri si volviera? Si sólo era una sombra de lo que solía ser, una versión más débil de sí mismo.

—Me gustaría que todo fuera igual que antes. Pero no se puede —concluyó en voz tosca.

Amelie, rendida, miró a su alrededor, Spider hizo lo mismo. Muchos de los Omatikaya ya habían partido al Árbol de las Almas para la ceremonia, y los adultos que quedaban estaban muy ocupados yendo de un lado a otro. Había algún humano aquí y allá haciendo sus cosas diarias.

Cuando los momentos se ponían así de silenciosos y reflexionaban a distancia, vivir dentro de una gran roca flotante se sentía aterrador. Todo era mejor antes, mucho antes.

—Lo siento —murmuró ella—. Yo me siento sola también. Todos mis amigos también se fueron.

Cuando la RDA regresó, más de la mitad de los humanos que se habían quedado en Pandora decidieron rendirse y entregarse, entre ellos la mayoría eran familias con niños.

Amelie soltó un suspiró.

—No la conocía bien —habló sobre Kiri—. Pero no eres el único que la extraña. Los conductores de Avatar no dejan de decir lo mucho que extrañan a la hija de la Doctora Augustine. Me tienen harta.

—No sé de qué se quejan —habló Tsyo de repente, utilizando el idioma humano. Por supuesto, entendió sus conversaciones todo ese tiempo; pero como era más cómodo para ella, continuó hablando en Na'vi:— No son los Avatares los que más la extrañan. Mo'at, nuestra tsahik.

Tsyo se había pasado a terminar el peinado de Popiti. Cubrió los oídos de la pequeña niña y siguió hablando:

—La pobre está lejos de su hija, sus nietos y su yerno. Y luego está lo de... Lo de Neteyam. Saberlo la destrozó. Esa pobre anciana.

Recordar que vio a Neteyam morir era algo que a Spider no le gustaba. Había veces en las que aún no se sentía como algo real. Sólo trataba de bloquear el recuerdo cada que surgía. Pues, de todas las cosas, tenía la certeza de que eso era lo que nunca se podría deshacer.

—Mo'at es fuerte. Ella suele decir que no hay muerte, sólo cambio —habló Spider en voz apagada—, y la muerte es el mayor cambio de todos.

—Vaya porquería —murmuró Amelie.

Spider asintió y trató de olvidarlo otra vez. No necesitaba volver a estar de llorón, no aquí ni ahora, y definitivamente no junto a ellas.

Pero es que era tan extraño, ¿cómo los demás podían seguir viviendo después? Se sentía tan injusto.

—¡Ahí estás!

Los pobres niños se sobresaltaron al escuchar a Norm de repente y verlo salir de la nada. Él estaba en su Avatar.

—¡Norm! —dijeron Spider y Amelie.

¡Sempul! —exclamó Tsyo al ver a quien le había enseñado a hablar el idioma humano.

¡Sempul! —gritó Popiti, levantándose de un salto y yendo para que Norm la cargara.

—Pero si es mi estudiante favorita. —Norm tomó a la pequeña en sus brazos y la levantó para darle un beso en la mejilla. Después regresó su atención a Tsyo—. Tsyo, Ka'ani te ha estado buscando...

Antes de que el Avatar pudiera terminar una frase, el mismo Ka'ani llegó detrás de él y lo hizo a un lado.

—Tsyo —habló Ka'ani en tono severo.

¡Eyktan! —Tsyo rápido se paró firme, repentinamente nerviosa como si estuviera por recibir un regaño, y así era.

—Ka'ani. —Spider lo miró, sorprendido de que haya llegado tan rápido de su misión.

Pero Tsyo miró a Spider y creyó que iba a burlarse de ella por lo de antes, por lo que en pánico se le abalanzó para manotearlo. Norm dejó a Popiti en el suelo y se apresuró para apartar a Tsyo del chico justo después de que ella le diera la primera cachetada en la cara.

—¡Ey! ¡Niños! ¡¿Por qué están peleando?! —exclamó Norm, alarmado, después de mover a Tsyo de un tirón; la chica todavía era lo pequeña suficiente para ser muy ligera.

Tsyo se calmó a la primera, pero se mantuvo nerviosa. Spider sonrió porque, a pesar de que dolía un poco el golpe, había resultado bastante chistoso.

Por otro lado, Ka'ani gruñía con disgusto; hoy no estaba con paciencia para las travesuras de los jóvenes.

—¡Tsyo! —Esta vez habló más fuerte, poniendo a la niña más asustada—. Saeyla te está esperando. Se supone que todos los cazadores, incluso los que están en entrenamiento, deberían estar ya en el Árbol de las Almas. Ya sabías esto.

—Oh, wiya —maldijo la niña en voz baja—. Perdón, pensé que como no pasé mi iknimaya no tendría que... Yo quería ir con mi mamá y mi hermanita. Me confundí.

Ella en verdad se veía avergonzada. Ka'ani se encogió de hombros porque, bien, en el fondo tenía debilidad por los niños y sus errores, pues él fue justo así alguna vez.

—Sé gentil con ella, es sólo una niña —le murmuró Norm.

Ka'ani cerró los ojos y resopló.

—Ya sé, ya sé. —Se dirigió a la joven:— Ve con los demás cazadores, Tsyo. No te preocupes, sé que es un momento importante para tu familia, podrás estar con tu madre durante la ceremonia.

—Sí, mi Eyktan —murmuró Tsyo, todavía apenada.

Amelie y Spider dieron unas risitas. Tsyo les gruñó en tono bajo a los dos una vez Ka'ani dejó de verla. Pronto Amelie le susurró a su amiga.

—No has terminado de arreglar mi cabello.

—No dejabas de moverte —susurró Tsyo también—. Lo siento.

Entonces la niña salió a toda prisa a encontrarse con los otros cazadores. Después Norm se acercó a Spider.

—¿Piensas asistir a la comunión?

Spider le echó un vistazo a Amelie y respondió:

—Umm, sí.

—Entonces, ¿ya terminaste todas tus tareas?

—Claro, las terminé hace mucho —respondió con una gran sonrisa, pero Amelie le jaló el cabello así que el niño se corrigió:— Ya casi termino.

—Yo voy a ayudarlo, Norm. Terminaremos rápido —dijo Amelie, todavía jalando el cabello de Spider.

—Apresúrense, ya va a comenzar —les dijo Ka'ani.

Popiti jalaba el brazo de Norm y decía:

—Llévame a la comunión, sempul.

—Tú te vas con tu mamá.

—¡Arrhh! —se lamentó la niñita.

—Vámonos ya —le dijo Ka´ani a Norm, en tono cansado.

—Deberíamos subir al Samson, llegaremos más rápido.

—No —respondió Ka'ani, tajante, casi en regaño—. Hoy montarás tu ikran, sin excusas esta vez. Recuerda, la separación deteriora el vínculo, ya basta de descuidarlo.

—Ya entendí, está bien. —En lo que Ka'ani se daba la vuelta para irse, Norm le echó un último vistazo a los chicos—. Nos vemos en la comunión, niños. ¿Tienen quién los lleve? Si van por su cuenta tengan cuidado al bajar.

Ka'ani con cara hastiada se regresó a donde estaba Norm.

—Ellos pueden arreglárselas —dijo Ka'ani mientras empujaba a Norm para ya irse—. Voy a llegar tarde también y será por tu culpa.

Cuando los dos se alejaron, Spider y Amelie volvieron a sentarse en el suelo e intercambiaron miradas para después comenzar a reír.

—¿Tú crees que...? ¿Tú crees que ellos? —decía Amelie mientras carcajeaba.

—No, cállate. —Negó, pero el pensamiento era divertidísimo por lo que siguió riéndose.

—Yo creo que sí.

—¡Te dije que te callaras! —dijo palmeando el suelo para calmarla. Por alguna razón se acordó de las bromas que hacía con Lo'ak, así que recobró su humor y agregó:— Pero estamos de acuerdo en que Norm tiene más oportunidad que Tsyo, ¿verdad?

Volvieron a reírse.

Al poco tiempo Amelie se detuvo a considerar su peinado, que estaba sólo empezado con unas trenzas al lado izquierdo y su cabello rizado saltaba a todas partes en el lado derecho. Con un puchero le dijo a la joven Popiti:

—Ayúdame con mi cabello, por favor. Yo te peiné a ti.

—No puedo, ya voy con mi mamá porque me dijo Norm. —Después de decirlo se apresuró a levantar sus cosas e irse.

—Muy obediente.

Amelie miró hacia Spider y con una sonrisita se señaló el cabello.

—Lo siento, no tengo paciencia para eso —respondió el chico.

—Se nota.

—Haach —gruñó. Se puse de pie y Amelie lo imitó—. Vamos, si no terminamos pronto llegaremos muy tarde. Me gusta cómo te quedó el cabello, como sea.

—Hmm —sonrió ella.

Los dos fueron al corral de los fwampop, o "tapirus" como le decían los científicos; eran animales que para los humanos se asemejarían a los cerdos que tenían en la Tierra. Los niños decidieron que no tenían tiempo, ni mucho menos ganas, de limpiar el corral, así que se dedicaron a aventarles el alimento lo más rápido que pudieron.

—Sí tenía un plan para bajar —le decía Amelie a Spider mientras dejaba que los kuru de un fwampop recorrieran su mano en busca de alimento, haciéndole cosquillas—. Iba a ir con la familia de Tsyo, pero ella ya se fue. ¿Ir sola con sus padres? No gracias, sería muy incomodo.

—Te comprendo —sonrió el chico—. Si vamos a pie nunca llegaremos a la comunión, y tú nunca has bajado por las lianas, tendría que cargarte.

Al imaginarlo, de la vergüenza Amelie se cubrió la cara con ambas manos, topando con el cristal de su exo-máscara.

—¿Cómo llegamos al Árbol de las Almas entonces? —dijo ella.

Spider tenía una idea.

Se había hecho tarde, los dos lo notaron mientras iban a toda prisa recorriendo el campamento para llegar de vuelta al marui de los Avatares. Ya casi todo el pueblo se había ido, pero cruzaban los dedos para llegar a tiempo y alcanzarlos antes de que partieran.

—Agárrense fuerte —dijo Kevin sobre su ikran, con Amelie sentada delante de él agarrándose con todas sus fuerzas de la montura del animal.

—¡Estoy listo! ¡Vamos! —exclamó Spider, bastante emocionado, montado en el ikran de Johnny.

—¡Eeeeyaaa! —aulló Johnny a la vez que su ikran saltaba al vacío y desplegaba las alas.

Los Avatares por supuesto que sabían volar. Esta vez tenían que ir con más cuidado para que no se les cayeran los niños, aun así el viaje era de lo más increíble.

El corazón de Amelie retumbaba en su pecho mientras el viento golpeaba con fuerza en su exo-máscara, pero no era tan malo como su cabello entrometiéndose en su visión. Sacudió su cabeza para apartarse el pelo; y cuando creía que al fin podría ver, el agua de una cascada la golpeó. Respiró profundo cuando el viento se llevó las gotas de agua escurridas en su máscara. Buscó en todas direcciones en el cielo, todo parecía dar vueltas, hasta que halló a Spider y sólo pudo gritar:

—¡Siento que voy a morirme!

Spider muy apenas la entendió. Él no podía dejar de reírse.

—¡Nunca voy a cansarme de esto! ¡Wooo!

Volaron esquivando islas, atravesando nubes, yendo de arriba a abajo, de un lado a otro. Era lo que uno siente cuando se sube a una montaña rusa, tan lejos de la tierra y tan arriba en el cielo; tan poco control que te ves cercano a la muerte y a la vez sientes que puedes hacer lo que sea, todo está bajo tus pies. Era un sentimiento de una libertad muy diferente.

Los ikran se elevaron, girando en torno al otro y encontrándose de frente. Los Avatares sostuvieron a los niños con fuerza para no dejarlos caer, y estos contuvieron el aliento cuando se encontraron de cerca en lo más alto. Por un par de segundos se sintió una calma que los ayudó a apreciar el inmenso cielo. La gravedad los volvió a llamar cuando los ikran se lanzaron en picada, y de pronto vieron directo al verdoso bosque de Pandora a cientos de metros por debajo.

Cuando los ikran se alinearon uno al lado del otro, en un planeo suave, Spider dio un último vistazo a las lunas de Polifemo antes de mirar hacia los arcos de roca que protegían el Árbol de las Almas.

Los ikran se zambulleron entre los arcos más grandes y sobrevolaron los arcos que envolvían el árbol como un capullo. Todos ya estaban reunidos ahí.

Tal vez sólo era el instante, la emoción del momento, pero ese sentimiento en su interior crecía. De nuevo esa nostalgia, esa sensación de cuando paseaba con Lo'ak y Kiri, de cuando los acompañaba en un vuelo, justo como en este momento. Recordarlos le daba, como siempre, una sensación de vacío, pero había algo más. Eran unas repentinas ganas de saber qué pasaría en la fiesta, qué pasaría al día siguiente y qué pasaría el día después de ese.

Llevaba mucho tiempo esperando a que algo cambiara para bien. Tal vez sólo esperaba a que algo de su vida anterior regresara.

Se había sentido perdido, seguía perdido, lo pensaba y seguía con miedo, pero se sentía feliz ahora. Aunque fuera una felicidad fugaz se sentía feliz y se estaba divirtiendo como no hacía desde hace mucho tiempo.

Trataba de ver qué es lo que Norm había querido decirle, sobre aceptarse tal cual es y encontrar un hogar entre lo que quedaba. Muchas partes de su niñez se habían esfumado, las circunstancias se habían llevado a sus hermanos, y aún así...

... Aún así seguía viviendo.


Estaba ligeramente preocupada por este capítulo.
Es importante para mí, pero ¿y para los lectores?
Admitámoslo, casi todos los personajes en este capítulo son Oc, y sé que eso puede hacer perder el interés de los lectores... Anyway, me tocó aceptarlo, porque esto es lo que quiero escribir.

No todos son Oc, claro. Ka'ani es de los comics. Popiti es mencionada en el diccionario visual como la mejor amiga de Tuk (aunque no dice si es niño o niña, tuve que inventarme todo aquí).

Y los Avatares, Kevin y Johnny, al principio no iba a darles siquiera nombres, pero pronto me di cuenta de que no podía decir "dijo el Avatar" "dijo el otro Avatar". Necesitaban los nombres, así que tomé un par de los que trabajaron como extras en la película haciendo el motion capture de los Avatares. En mi mente los Avatares de mi fic son los mismos que aparecieron brevemente en la escena donde los niños se dirigen al hacia el laboratorio.

Ahora
¿Realmente ya pasaron 3 meses desde la última vez que actualicé? ¡Lo siento mucho! Me cuesta concentrarme a veces. Me digo "voy a escribir hoy" y termino haciendo otra cosa; lo peor es cuando voy a iniciar a escribir pero no tengo idea de cómo continuar a pesar de que sé exactamente qué quiero en el capítulo, sólo las palabras no salen...

Sobre este capítulo, otra vez, sé lo que parece, pero no estoy interesada en hacer un triangulo amoroso, me frustran bastante. Pero es que los adolescentes, adolescentes son; tienen la cabeza toda revuelta. Antes de darme cuenta, había tensión.
¿Han oído de cuando los personajes se escriben solos? Pues eso pasó aquí.

Otro ejemplo son Norm y Ka'ani. Desde hace tiempo que sabía más o menos los diálogos que habría entre ellos; al igual que todas las escenas, la revisé varias veces, y cuando di los toques finales me tomó por sorpresa la dinámica entre esos dos. Iba a ser sólo una relación de "compañeros de trabajo que se llevan bien pero casi no se hablan", pero terminaron viéndose como amigos cercanos aunque no lo admitan.
Si pienso en ello, esto me ocurre desde el capítulo 2,
comencé a darme cuenta de que estaba escribiendo su amistad para ese lado por algún motivo, no fue intencional, pero esa dinámica se salificó en este capítulo y ya me encariñé de sus interacciones. Y eso que sólo se me había ocurrido juntarlos porque los vi a ambos lado a lado de Jake en un cómic; bueno, así funcionan estas cosas de los fanfics.

Y sobre cosas que se escriben solas.
Al final me sorprendí al darme cuenta también que en este capítulo muchos personajes confundieron la amistad con el romance, en varias escenas con distintos personajes; lo hice así por accidente, sólo sucedió. Creo que me gustó, un tema en el capítulo que no esperé.

En fin, aquí la
Traducción del Na'vi:

Marui: Vivienda.
Eyktan: Líder.
Skxawng: Idiota.
Kuru: Coleta neuronal.
Yawntu: Amada / amado.
Sempul: Padre.
Wiya: Maldición.

Nos leemos en el próximo capítulo, espero no tardar tanto esta vez.

Sé que el siguiente les va a gustar mucho. Además de que al fin sabremos qué demonios es la comunión de la que tanto hablan en este capítulo y el anterior jajaja