Lincoln paró en seco en el marco de la puerta. Luan acomodó su cuerpo por la orilla e hizo que Lucy se levantara sentándose en la cama, enderezando su enervado cuerpo, y mirando al chico, hizo un gesto de presentación, volviéndose con Lucy.

—Tranquila —soltó Luan acompañado de una risilla burlona —. Solo estamos tú, yo y Lincoln aquí...

Sus hermanos, pero ¿por qué tan inquieta?

El pulgar de la castaña acarició su mejilla, y tomándola, la preadolescente descubrió el copete negro de la niña, reluciendo por segundos, los mismos iris azulinos claros que poseía.

Lucy se avergonzaba al ver que la figura del albino parecía notarlos fascinados caminando por la alfombra, vistiendo únicamente esa toalla y bata semipuesta blancas; Lucy tenía solo un camisón con sus calcetas rayadas, y la comediante solo las pantaletas puestas.

El único varón se encontraba tenso viendo el pequeño rostro blanco sonrojándose, desviando la mirada y poniéndose quieta mientras Luan besaba su mejilla y posaba sus dedos en su cuello y cuerpo de forma dulce. Deslizándoles, se mostraba como una fiera con su presa.

El culo de Luan, la mayor de la habitación, parecía no quedarse atrás en ocupar la ecuación de sus ojos al erotismo. Se aglutinaba como bombones combos ajustándose y expandiéndose por la tela blanca de sus pantaletas, notando la raya en generosas molduras, seguir a la espalda desnuda de la adolescente, que empezaba a tocar y a lamer a una niña escuálida roja, que manejaba como una muñeca de trapo de cabellos negros, que levantaba los brazos para ser despojada de su camisa a su directa desnudez con excepción a las calcetas, como si de un espectáculo prohibido se hiciera para el peliblanco extático.

Su pene no tardo en curvar la toalla y pegar a la bata; débil como es, se diría que no podía evitarlo. No pudo mesurarse al ver el cuerpo inocente y plano de su hermana pegarse al otro un poco más desarrollado de la castaña.

Ya desnuda, Luan pasa besar su boca, lamiendo sus labios, y la sienta en sus piernas como si de una muñeca ventrículo se tratase. Tomando sus antebrazos, evitando que se cubra, mira a su hermano presentando a su hermana como un objeto que respira y se agita poniéndose como una tómate.

Lincoln ha avanzado sin que repare Lucy con exactitud en que momento, pero de repente está muy cerca con la bata ya abierta, con la erección descubierta. Su corazón late con mucha fuerza que siente que se le saldrá por la boca. Tiembla y parece que está asustada cuando su hermano comienza a poner sus manos encima de ella.

Luan la retiene para aplacar su descontrol; la necesidad de huir que no germina.

—Tranquila Lucy... —murmura su hermana mayor cuando Lincoln pasa su lengua por sus pezones hinchados. Los succiona y lame, tentando sus piernas pequeñas y su parte íntima.

Antes de decidirse a hablar o mostrar más que su hiperventilación, Lincoln la ahogo con un beso profundo y lascivo. No dudo en utilizar la lengua dominando y alborotando todo en su boquita, experimentando un placer temeroso.

Cuando se separaron, tuvo que recuperar el aliento, y se dio cuenta de eso que salía de la toalla y que jalaba Luan de arriba a abajo desde hacía quien sabe cuando. Esa barra de carne erguida y rosada que lloraba líquidos cristalinos, y que ya conocía de por medio desde el inicio.

Luan pronto la dejó caer a la cama en lo que Lincoln se abalanzaba hacia ella. Bajando por besos hasta sus piernas, empezó lamer lo de ahí abajo sosteniéndola con fuerza de los muslos, en lo que Luan poniéndose debajo de sus piernas, ya su cuerpo perpendicular quedando en la orilla y suelo, empezó a mamarle la verga a su hermano con rapidez y saliva, escuchando pronto cómo se atragantaba y la saliva se hacía espuma y sonaba gracioso. Lincoln hacía lo propio lamiendo y chupando la rajadura calva de la menor. Su interior con tanta concentración que se veía tan ido lamiendo como un sube y baja, metiendo un dedo al gruñir por el ahogo de su hermana al meterlo todo en su garganta (¡hasta los huevos!) y luego sacarla para ponerse agitado arriba de Lucy.

—Lucy, ¿quieres tener sexo con nosotros? —preguntó el peliblanco restregando su pene ensalivado en el pequeño vientre de su hermana; lo humedecía.

La pregunta pensó que debería ser realmente: "¿Lucy quieres tener sexo conmigo?", y ella no respondió a lo directo que fue su hermano. ¿Cómo podía responder a eso? ¿Por qué era que decía siempre todo sin filtros y a lo que iba?

Lucy no dijo nada. Se le tornó el rostro carmín enmudeciendo como muchas otras veces lo fuera, y asintió levemente con parquedad.

Lincoln nunca fue muy delicado, pero comprendió que aún no estaba lista. Solo metiendo el dedo indice se daba cuenta de lo apretado que se cernían sus paredes; e intentando con dos poco a poco, delicado, aún sentía el agitar de su hermanita. Mas pareció a fin de insertar solo sus dedos cada vez que tuviera oportunidad así como en casa, pensando siempre en cómo sería si fuera su pene que entrara; lo apretado que sería.

En aquella lo limito, y a pesar de la sangre y el susto. Lucy aguardó a un lado en lo que Lincoln y Luan se acostaban para tener sexo a un lado suyo de misionero, una vez se decidía que no estaba lista, y estuvo mirando como esos dos fornicaban.

La embestía extendiendo su mano a su cuerpo pálido y enteco a sus partes, sin embargo de cuando a cuando, solo empezó a embutirse dentro de Luan, dentro de ella, con todos esos jugos prominentes y aplausos, todos lujuriosos y graciosos. Luan tenía el descaro de decirle que viera el acto, en lo que ponía los rostros más vergonzosos con lagrimeos y saliva saliendo de sus comisuras labiales, imposibles de sellar por los brackets, y gemidos, en tonos que nunca antes le había escuchado.

Se descargo a los minutos, al desacelerar y tensar su culo en lo que restregaba su pelvis a la concha de su hermana, y a los muslos que sus piernas le enroscaban el cuerpo.

—¡IAaoow ahhh! —exclamó Lincoln con los ojos puestos en la manta como Neanderthal, con el pene pulsando chorros de semen dentro de la vagina fértil de Luan.

—Haah, Linky... —susurro Luan abrazándolo y cerrando los ojos —. Te has corrido dentro de mi. Y creo que se nos olvidó que no traías condón.¿Sorpresa... ?

El chico tenía el rostro clavado por el hombro de su hermana y la cama. Sacando aún lo restante, no puede creer que le haya hecho un creampie a Luan. Tal vez debido a la excitación del escenario, no consideró nada más que satisfacerse así mismo.

—¿Lincoln... ? —llamó Luan con un tono dulce.

Lincoln desenterró su rostro de la cama, y la mira separándose unos centímetros en su rostro con una expresión sorprendentemente mesurada, y en seguida volteó con la niña oscura que les veía impresionada.

—Lucy... —soltó Lincoln como arrepentido, pero no configuró nada, al querer separarse de Luan, ya que fue impedido por la misma de alejarse —. ¿Luan... ?¿Qué haces? El hotel... ¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo nos queda?

—Nos queda bastante tiempo Linc —respondió Luan con tono casual aferrándose más al chico y besando su cuello y cara sonoramente.

—¡Luan, esto es!

—¡HAhhh Linky! —gimió Luan moviendo su cadera, apretando el miembro viril en el calor y la sensibilidad.

—Ahh, Luaann...

—Todavía sigues adentro tontito. ¿No quieres aprovechar de una vez, ya que estamos así... ? —solicitó y poniendo su mano al vientre de su hermana, dijo —. Además, aún podemos enseñarle a Lucy varias cosas con las que la puede pasar bien después. No tiene problema con esto. ¿No es cierto Lucy... ? —cuestionó girando con su hermana afable y cariñosa.

La pequeña del copete negro desnuda, se quedó mirándolos sintiendo su vista pesada. Entre el nerviosismo y la duda de su silencio, convino en asentir, antes de que la cama volviera a sacudirse, y los gemidos se destaparan sin impedimentos.