Misaki se arregló la corbata del traje y se apreció un momento en el espejo. Nunca le había gustado vestir de etiqueta y tampoco le gustaban los eventos en los que debía desempeñar un papel, pero era consciente que un par de veces al año eso era inevitable.
—¿Ya terminaste de arreglarte, Usagi-san? —preguntó Misaki, que se separó del espejo y golpeó la puerta del baño—. Apúrate, no quiero llegar tarde a la ceremonia.
En ese momento, Usami salió vestido con un traje azul marino de tres piezas. Aunque Misaki se encontraba acostumbrado a verlo con ese tipo de ropa, no pudo evitar sonrojarse al ver lo bien que le quedaba, en específico, esa tonalidad.
Usami le desordenó el pelo con una sonrisa divertida y le pellizcó las mejillas, para quitarle la cara de impaciencia que Misaki adoptó.
—No arruines lo bonito que luces con una cara tan fea.
—Cállate.
Antes de salir, dejaron comida suficiente para Aki e Hiko, y comprobaron que iban con tiempo. Usami manejó hasta la iglesia y se demoró un poco en encontrar un estacionamiento libre; en la entrada, ya había bastante gente aglomerada, vestidos de etiqueta.
—¡Akihiko-san! —le llamó Isaka una vez lo vio llegar—, ah ¡Chibi-tan, que bueno que también viniste! Te ves adorable con traje.
Usami tomó a Misaki de los hombros e Isaka soltó una de esas risas desconcertantes. Estuvieron hablando fuera de la iglesia cerca de diez minutos, hasta que notaron que la gran mayoría de la gente ingresó. Como Isaka quería enterarse de todo lo que pasaba durante la ceremonia, se sentó adelante, mientras que Misaki y Usami, prefirieron dejar ese espacio para los familiares cercanos.
Al compás en que sonaron las campanas de bodas, entró el novio en un traje blanco. Era un hombre atractivo, alto, que Misaki conocía por primera vez. La gente desde ese punto comenzó ya a sacar fotos y Misaki, se quedó analizando la expresión ilusionada del hombre que esperaba ansioso al frente.
Una vez ingresó Aikawa con un deslumbrante vestido blanco, corte sirena de encaje, el mundo entero se acalló. No usaba velo, porque quería demostrar a los cuatro vientos la belleza de sus rasgos maduros y el pelo le caía por la espalda en una cascada de rizos bien formados.
—Mira tú… así que Aikawa puede llegar a ser atractiva, ¿eh? —murmuró Usami, que recibió una patada por parte de Misaki.
—Aikawa-san siempre ha sido hermosa, no sé en donde tienes la atención para que no te hayas dado cuenta.
Usami se inclinó cerca del oído de Misaki y le contestó:
—En Misaki.
—Cállate.
Después de la boda de su hermano, Misaki no había asistido a ninguna otra, por lo que casi no recordaba los tiempos habituales de ese tipo de ceremonias. Nadie se opuso al compromiso, aunque Misaki estuvo seguro de que de haber salido alguien, Aikawa lo hubiese asesinado ahí mismo. Una vez concluida esa parte de la ceremonia, les tocaba la mejor, que era la fiesta.
El recinto era muy elegante, las mesas tenían arreglos de lirios blancos y amarillos y los manteles detalles dorados. En esa parte se encontró con varios colegas de la editorial, que también estaban impresionados por ese lado tan femenino que Aikawa no solía demostrar en el trabajo.
Cuando llegó Aikawa, no se resistió ante la necesidad de fardar con todos de que lo había logrado. El novio, ahora que Misaki lo podía ver desde más cerca, era alguien que nunca había visto en el mundo editorial.
—Es obvio el porqué; ningún hombre sano se casaría con la Aikawa del mundo editorial —le puntualizó Usami—, debió haberlo conocido en otro contexto.
Aikawa apareció detrás, y le dio un golpe en la cabeza a Usami, antes de saludar con una brillante sonrisa a Misaki.
—¡Gracias por venir!
—Oye, Aikawa, ¿tu esposo sabe que te gusta el BL? —le preguntó Usami sin pelos en la lengua, lo que lo hizo recibir un segundo golpe por parte de Aikawa.
—Callado te ves más bonito, Usami-sensei —le gruñó Aikawa—. Misaki-kun ¿puedes hacer que mantenga la boca cerrada el resto de la fiesta? Te lo encargo. ¡Come mucho!
Aikawa siguió agradeciendo a los invitados y Misaki se llevó dos canapés a la boca; mientras Usami se reía.
La fiesta fue como la de su hermano. Después de la cena, vino el lanzamiento de ramo y liga, para que llegara el baile. Para ese punto de la noche, Misaki ya había perdido la cantidad de champaña que ingresó a su sistema sanguíneo y salió con Usami al patio, porque de otra forma se hubiese sofocado en esa sala de baile.
—¿Estás borracho?
—Si… —reconoció Misaki, apoyado contra la pared— Quiero dormir mucho…
Usami sonrió, le pellizcó la nariz y metió las manos en los bolsillos del pantalón.
—Usagi-san…
—¿Sí?
—¿Cuándo nos vamos a casar?
Usami se detuvo en seco y vio a Misaki que le dijo eso de manera tan serena, con las mejillas sonrojadas y los ojos somnolientos. Hundió los dedos en el pelo de Misaki, le dio un breve beso y se encogió de hombros.
—Cuando sea legal.
—Mmh… verdad… Ese día quiero comer carne con papas.
Usami asintió a cada una de las cosas que Misaki comenzó a enlistarle. Como que quería que las flores fueran tulipanes y estuviera todo en tonos morados; una vez terminó, Misaki soltó un bostezo y se apoyó en Usami.
—Esta canción me gusta.
La música de la fiesta se filtraba por las paredes, Misaki comenzó a balancearse con una sonrisa en los labios, aunque Usami consideró que en ese punto ya estaba dormitando. Al término soltó una fuerte exclamación, como si acabara de despertar de un buen sueño y tomó a Usami del rostro.
—¡Ah! ¡Que rabia! —le gritó, a lo que Akihiko alzó una ceja—. ¿Por qué será? ¿Por qué será?
—¿Qué cosa?
—¡Es tu culpa, Usagi-san! Si hubieses sido mujer ya nos habríamos casado hace tiempo —le reclamó Misaki— ¡Que rabia!
Akihiko soltó una gran risa, y abrazó a Misaki.
—Lo siento.
—Suéltame, idiota.
—Misaki, lo siento, cuando muera elevaré tu queja al cielo.
—¡Sí! ¡Yo también! ¡Que rabia!
Akihiko lo volvió a besar, una y otra vez, y en el momento en que creyó que le dio suficientes besos, Misaki le dio el último, que lo liquidó.
El corazón se le calentó y por un momento consideró que sería capaz de vivir cien años, solo para que Misaki le reclamara mil y una veces, el persistente deseo de casarse con él.
Lunes 26 de junio del 2023.
21:50 p.m.
¡Justicia para Aikawa! Ella merece encontrar al amor de su vida. Best Girl! Me gusta pensar que Aikawa, aunque se demoró bastante, consiguió a un buen tipo, aun si continúa guardando bajo perfil su gusto por el BL.
El fluff me mata. Misaki me da mucha ternura, en especial cuando está borracho.
