Capítulo XXI: 4 de mayo, 2003
Puede que haya llevado las cosas demasiado lejos al intentar que ambos obtuvieran un récord y no haya admitido antes de tiempo que sólo estaba haciendo todos aquellos absurdos retos por diversión y no por conseguir un récord para los dos. Así que Frankie ayudó a su mejor amigo a salir de una bañera llena de agua fría y cubitos de hielo para que se enfriara aún más.
-¡Maldición! ¡no siento las piernas!-se quejó Justin mientras daba unos quejidos de dolor tras salir de la bañera congelada.
-Vamos, recuéstate, te sentirás mejor-le dijo Frankie, quien ayudó al otro chico a renguear hasta la cama, luego Justin se recostó en ella lo mejor que pudo mientras Frankie iba a buscar una manta y la colocaba sobre sus piernas entumecidas a la vez que se sentaba al lado de su mejor amigo.
-¡Me duele mucho!-gritó Justin, sintiendo que la sangre le subía raudamente a la cara mientras ocultaba su rostro en el estómago de Frankie y rodeaba su cintura con los brazos en un intento por no dejarlo ir otra vez-creo que nunca volveré a caminar-
-Oh, por favor. No exageres-le aseguró Frankie-vas a estar bien-puso sus manos sobre los muslos de su amigo frotándolos arriba y abajo para darle calor-yo fui quien llevo las cosas demasiado lejos-
-No te culpes, esto no es culpa de nadie-dijo Justin animando a su amigo lo mejor que podía-de hecho, es culpa de los guionistas por querer ver a nuestros personajes haciendo retos tan estúpidos-
Ambos comenzaron a reírse después de eso porque Justin tenía razón ¿quién diablos en su sano juicio se atrevería a escribir una secuencia de apertura como esa? después de unos minutos de ver a Frankie calentando sus piernas entumecidas por el agua congelada, Justin empezó a relajarse, en lo personal, tenía que admitir que la sensación de las manos de Frankie en sus muslos, frotándolos, calentándolos le hacía sentir mejor aparte de relajado.
-¿Te sientes mejor ahora?
-¿Eh? ¿qué?-Justin salió de sus pensamientos cuando oyó la voz de su mejor amigo hablándole-sí... pero, por favor, detente-
-¿Por qué?-preguntó Frankie con una leve expresión de confusión y sin entender lo que su mejor amigo le pedía, Justin no replicó, simplemente apartó a Frankie bruscamente y rodó sobre su costado, dándole la espalda a su amigo. Frankie notó inmediatamente lo incómodo que se había puesto el otro adolescente debido a la erección que empezaba a formarse en sus pantalones cada vez más ridículamente ajustados. Eso, a la vez, hizo que Justin se sonrojara furiosamente, por esa razón le había dado la espalda a su mejor amigo-eh... está bien. No tienes que avergonzarte, esto tiene solución, mmm... piensa en Erik usando una falda-
-¡¿Es en serio?! ¡eww! ¿por qué él?-exclamó Justin con tono de asco, para él no había cosa más vergonzosa que imaginarse al niño haciendo travestismo. Aunque pasaron por algo así en un episodio de la tercera temporada, no pudo evitar pensar que era completamente diferente a lo que ellos vivieron.
-De acuerdo, esa no es una buena idea, mala mía-dijo Frankie-entonces piensa en Bryan con tacones altos... o a Chris con un vestido...-
Tal pregunta hizo que Justin riera a carcajadas por la idea de tener que imaginarse a su compañero de trabajo usando un vestido.
-¿Sabes? eso está funcionando-dijo Justin mientras podía sentir como su pene se ponía flácido por tan divertido pensamiento-¿el vestido que Chris lleva es rosa?-
-Puedes apostar que sí.
-¡Qué miedo!-exclamó Justin, ambos comenzaron a reír a carcajadas y después de unos minutos, se calmaron y se miraron en silencio, intercambiando miradas que solo ellos dos podían leer, ese tipo de miradas que indirectamente demostraban lo mucho que se preocupaban por el otro pero sobre todo demostraban el profundo amor que sentían por el otro. Por un instante, ambos amigos se quedaron mirándose fijamente hasta que, inconscientemente, Justin se levantó un poco de la cama donde estaba acostado y se acercó un poco más a Frankie, este en cambio, no pudo evitar que su corazón comenzara a latir frenéticamente dentro de su pecho, pero a pesar de eso, bajó la cabeza hacia su mejor amigo, ambos abrieron la boca para decir algo pero nada salió por lo que guardaron silencio.
Y justo cuando estaban a punto de hacer lo que ambos habían estado deseando y fantaseando durante mucho tiempo, la puerta de la habitación se abrió de repente, y Ken Kwapis (el director del episodio) entró haciendo que ambos chicos se apartaran.
-¿Qué están haciendo aún aquí? ¡los hemos estado buscando durante una hora entera!-exclamó Ken al enterarse de que Frankie y Justin seguían en la habitación de Malcolm, Reese y Dewey. Justin estaba recostado en la cama de Reese y Frankie estaba sentado junto a él.
-A Justin se le entumecieron las piernas después de sumergirse en la bañera con hielo-explicó Frankie-así que tuve que ayudarlo a salir porque no podía caminar por sí mismo-
-Eso es verdad, señor. Frankie me ayudó a caminar hasta aquí y también me calentó para que el entumecimiento en mis piernas se vaya-dijo Justin continuando con la explicación de su mejor amigo-tomó un buen tiempo para que se fuera, pero creo que ahora puedo caminar-
-Está bien, pero no vuelvan a desaparecer de esa forma. Nos preocupamos mucho buscándolos, chicos-dijo Ken-ahora, si ya te sientes mejor, Justin. Entonces levántate de esa cama, Frankie, por favor dale una mano y después de eso los quiero a ambos fuera de esta habitación, tenemos que terminar de trabajar en el episodio y ya perdimos una hora tratando de encontrarlos-
-Si/de acuerdo/lo siento-Frankie y Justin dijeron y le pidieron disculpas al mismo tiempo. El hombre solo les dirigió a ambos una mirada que decía "más vale que lo hagan" para luego salir de la habitación dejando a ambos actores solos una vez más. Por un breve momento hubo un silencio incómodo entre ellos, Frankie tenía la mirada fija en algún rincón de la habitación mientras que Justin miraba hacia la ventana, o más específicamente, a la cornisa de esta, llevándose una mano a la nuca como muestra de la vergüenza que sentía.
-Hey, ¿estás seguro de que puedes caminar hasta la puerta al menos?-le preguntó Frankie a Justin en cuanto vio que el director se había ido.
-S-sí, eso creo...-contestó Justin-a ver, hazte a un lado, voy a intentar al menos ponerme de pie e ir hasta la puerta por mí mismo-
Frankie obedeció y se hizo a un lado dándole más espacio a Justin para levantarse, cosa que ( en efecto) hizo, aunque con un poco de dificultad, aun así, logró sentarse en la cama. Con una mano apartó la manta que envolvía sus piernas, puso los pies en el suelo y lentamente se incorporó, al ver que podía ponerse de pie sin problemas, Justin comenzó a caminar hacia la puerta abierta de la habitación; sin embargo, tan solo dio unos pasos cuando a mitad de camino sintió que sus piernas le fallaban y por poco caía al suelo de no ser por Frankie quien rápidamente fue a sostenerlo evitando que se golpeara.
-Parece que aún tienes las piernas entumecidas y no puedes caminar por ti mismo-comentó Frankie sin soltar a su mejor amigo, quien respiraba agitadamente debido al casi susto de haber imaginado que caería al suelo y se golpearía alguna otra parte de su cuerpo, sintió que el aire se le escapaba cuando sintió que un brazo lo rodeaba por la cintura y lo ayudaba a ponerse de pie. Desvió la mirada encontrándose con los ojos azules de su mejor amigo y una pequeña pero hermosa sonrisa en su rostro.
-Espera un segundo... ¿hermosa? ¡¿acaso yo pensé eso?!-pensó Justin presa del pánico-¡oh no, ahora estoy teniendo pensamientos cursis hacia mi propio amigo, maldición!-
-Vamos, yo te ayudo-dijo Frankie sacando a Justin de sus pensamientos. Éste no respondió, sino que se limitó a asentir mientras Frankie lo ayudaba a salir de la habitación para que pudieran seguir trabajando en el episodio, puesto que ya le habían hecho perder tiempo al director buscándolos.
Tardaron unos minutos, pero Justin consiguió salir gracias a que su mejor amigo estuvo a su lado todo el tiempo para ayudarlo a caminar y tratar de apaciguar el entumecimiento de sus piernas a medida que avanzaba hasta que ambos estuvieron fuera de la habitación. Una vez fuera, salieron de la casa Wilkerson y Frankie llevó a su amigo a su camerino para que pudiera esperar a que sus piernas se recuperaran del todo. A Frankie le costó un poco abrir la puerta del camerino de su mejor amigo porque también estaba ayudándolo a mantenerse de pie, pero a pesar de todo logró abrir la puerta, y ambos entraron al remolque.
-Sé que no es el mejor lugar para quedarse pero no se me ocurrió otra cosa-dijo Frankie mientras acercaba a Justin al sofá para que se sentara en él mientras iba a cerrar la puerta, luego se dirigió al closet y comenzó a buscar una manta-así que tú descansa aquí y espera a que tus piernas se recuperen mientras nosotros trabajamos en el episodio, espero que puedas venir pronto-
-Si, eso espero... tal vez cuando mis piernas puedan responder, estaré ahí en unos minutos-dijo Justin al ver que Frankie se le acercaba y le volvía a poner una manta tal como lo hizo en la habitación.
-Bien, me tengo que ir. Probablemente si te necesitamos para alguna escena vengan a avisarte-dijo Frankie, estaba a punto de irse pero por alguna razón sintió que se le olvidaba algo, se tomó un breve momento para pensar en lo que se le olvidaba y entonces una idea fugaz le vino a la mente. Como aquella vez que besó a Justin a modo de agradecimiento por haberle salvado la vida al volver a casa luego del trabajo, Frankie se volteó una vez más sobre sus pasos y fue hacia donde estaba Justin. Se arrodilló junto a él, le sujetó la cara con una mano y lo atrajo hacia sí.
-¿Frankie? ¿qué estás...?-al igual que aquella vez, Justin se quedó sin palabras al sentir algo suave y ligeramente cálido presionando su mejilla derecha, casi cerca de la comisura de sus labios. El agarre en su cara desapareció y sus ojos descendieron hacia su mejor amigo quién le sonreía.
-Bueno... um... nos vemos, supongo-tras decir esto Frankie se levantó y salió del camerino dejando atrás a su atónito amigo. Justin no dijo nada ni reaccionó hasta que escuchó cerrarse la puerta del camerino, entonces parpadeó un par de veces, rápidamente tomó la manta que Frankie le había dejado y se escondió debajo de ella.
-Oh dios, oh dios ¡oh dios!-pensó Justin escondido bajo la manta, sintiendo como un profundo sonrojo se formaba en su rostro y su corazón comenzaba a latir como loco, pudiendo escuchar sus propios latidos-¡¿por qué hizo eso?! ya estoy bastante confundido con lo que pasó hace unas semanas ¡¿y ahora esto? ¿qué voy a hacer? ¡¿qué voy a hacer?!-
Al parecer no tardó mucho en regresar para retomar la grabación del episodio, ya que apenas sus piernas lograron estabilizarse y caminar por sí mismo, Justin salió de su camerino y se dirigió de nuevo a la casa Wilkerson, fue a la sala de estar, se sentó en medio de Bryan y Erik en el sofá y los tres esperaron a que dieran inicio a la grabación.
El episodio comenzó con una breve escena en la que Reese, Dewey y Hal estaban sentados en el sofá viendo una película en la televisión, en eso, la puerta del jardín trasero se abrió.
-Mamá, papá-dijo Malcolm mientras entraba a la casa-¿podemos ir en auto al campo este sábado para ver la lluvia de meteoritos?-se acercó a Hal quien seguía sentado en el sofá y volteó la mirada hacia su hijo-solo tenemos que recorrer como cuarenta kilómetros para tener una buena vista, comienza alrededor de las dos de la mañana-
-¿Cómo es eso, hijo?-preguntó Hal un poco confundido, apenas procesó la mitad de lo que Malcolm había dicho desde que cruzó la puerta.
-La lluvia de meteoritos-repitió Malcolm mientras Lois escuchaba desde la cocina, apoyada en la encimera-dicen que va a ser la mejor en cien años-
-Suena muy científico, no gracias-le dijo Reese a su hermano rechazando la oferta.
-Vamos, Reese. ¡Una lluvia de meteoritos!-exclamó Hal tratando de convencerlo-bolas de fuego zumbando por el aire, estrellándose contra el suelo frente a ti-añadió mientras imitaba una explosión.
-Eso no es lo que pasa-dijo Malcolm arruinando el ambiente y desvaneciendo la emoción en el rostro de Reese al instante, pero Dewey seguía emocionado a pesar de todo.
-¿Podemos montar uno?-le preguntó Dewey a su hermano.
-No, están a noventa metros de altura, pero es hermoso e interesante de todos modos.
-Mira, si Malcolm tiene que hacer esto para algún trabajo de la escuela lo haremos-dijo Lois mientras tomaba una caja de cereal de salvado y caminaba hacia la mesa.
-No es para la escuela-le dijo Malcolm.
-Entonces olvídalo. No vamos a levantarnos a las dos de la mañana sólo para mirar las estrellas-dijo Lois sentándose en su asiento habitual frente a la mesa de la cocina y empezó a comer el cereal de salvado. Malcolm la miró estupefacto mientras Hal se levantaba del sofá de la sala y se dirigía a la cocina, donde se percató de que Lois estaba comiendo su cereal.
-¿"Cereal de salvado"?-dijo Hal mirando la caja de color morado-¿por qué estás comiendo eso? sabe a arena para gatos-
-Lo estoy comiendo porque tengo que dejar de engordar-contestó Lois sin mirarlo-me he convertido en una gigantesca vaca gorda-
-Oh, eso no es cierto-comentó Hal con una taza de café en la mano mientras miraba a su esposa, luego abrió la nevera.
-Hasta el doctor lo dice.
-Oh, eso es ridículo-dijo Hal mientras sacaba de la nevera un envase de crema batida espesa-ahora estás comiendo por dos ¿qué clase de doctor no sabe eso?-
-Hal, tiene razón-dijo Lois mientras se giraba en su silla para mirar a su esposo-¡estoy enorme!-exclamó señalando su panza de embarazada con las manos-y no entiendo cómo está pasando-
-Bueno, yo creo que eres hermosa pase lo que pase-comentó Hal mientras se acercaba a Lois y la abrazaba aún con el envase de crema batida espesa en la mano.
-Gracias, Hal. Eres tan dulce-dijo Lois mientras correspondía el abrazo, sin darse cuenta, Hal aprovecha para verter un poco de crema en el tazón de cereal de salvado.
La escena cambia al Centro Recreativo Van Nuys Sherman Oaks, más específicamente al lado norte del centro donde estaban instaladas algunas mesas de ajedrez, Malcolm caminaba junto a su amigo, Stevie, hablándole de lo sucedido esa mañana en su casa cuando llegó preguntándole a su familia sobre lo mucho que quería quedarse despierto para ver una lluvia de meteoritos pero que todos se negaron a ir.
-Todo lo que quiero hacer, no lo entienden. Y si lo entienden, simplemente se burlan de ello-le dijo Malcolm a Stevie mientras caminaba y su amigo movía su silla de ruedas-¿por qué debo esperar que sean diferentes del resto del mundo? afrontémoslo, todos en este planeta son unos descerebrados, unos estúpidos que se rascan el trasero-
-Al… diablo…-comentó Stevie mientras empujaba su silla de ruedas siguiendo los pasos de su amigo. Mientras tanto, un jugador de ajedrez de mediana edad llamado Leonard [interpretado por Jason Alexander] fue presentado en ese episodio como una versión futura de Malcolm si Lois no hubiese controlado su vida. Estaba sentado en una de las mesas de ajedrez, aparentemente quejándose del movimiento de su oponente en la partida.
-¿Cómo pudiste pensar que la defensa Nizmovich funcionaría contra mí?-Malcolm y Stevie se detuvieron al oír lo que el hombre decía-lo intentaste hace dos partidas y te aniquilé. Lo intentaste hace cuatro partidas ¡y te aniquilé! en serio ¿cómo encuentras el camino a casa por la noche? se...-su oponente simplemente se levantó de su asiento y se alejó-oye, ¿qué? ¿a dónde... a dónde vas? ¿qué?-Leonard también se levantó de su asiento-oh, de acuerdo-se dirigió a tres tipos cercanos a su mesa de ajedrez que se veían pensativos-¿quién quiere jugar? Eddie, vamos. Te diré qué, me golpearé en la cabeza con una roca. Lo compensaré, ¿no?-señala a otro tipo con la mano-¿Chubbo? puedes comer con una mano, y jugar con la otra-ninguno de los tipos aceptó la oferta de Leonard de jugar al ajedrez y se alejaron de él-oh, no lo puedo creer ¡son todos unos cobardes!-los hombres murmuraban y platicaban sin prestarle atención, entonces, Leonard se dirigió a Malcolm-oye, niño de aspecto gracioso ¿quieres aprender a jugar ajedrez?-
-No, gracias-se limitó a contestar Malcolm para girar sobre sus pasos y alejarse con Stevie siguiéndolo al lado.
-Vamos. Mira, no es tan difícil-explicó Leonard, que cogió una de las piezas-¿ves? ésta parece un caballito muy bonito-
-Sé lo que es un caballo, y cómo contrarrestar la defensa Nizmovich sin dejar mi alfil completamente abierto-le dijo Malcolm al hombre, girándose una vez más para mirarlo-todo tu flanco izquierdo es queso suizo-
-Hey, campeón junior. Lee tu Kasparov, en el momento en que vayas a por mí alfil, puedes besar a tu torre y a tus dos peones, ¡adiós!
-Sí, adiós-respondió Malcolm sarcásticamente mientras se alejaba.
-Oh, bien ¡ya lo entiendo!-exclamó Leonard desde la distancia-¡te da miedo jugar conmigo!-
-Sí, ¡me da mucho miedo que un trol del parque me gane al ajedrez!-respondió Malcolm de la misma manera.
-¡Evidentemente, lo estás!
-¡Ahora confundes miedo con lástima! el miedo desencadena una respuesta de lucha o huida, ¡mientras que la lástima me permite darte la espalda y alejarme con tristeza por tu miseria!
-¡Te habría pateado el trasero!-gritó Leonard, esa fue la gota que derramó el vaso de Malcolm quien detuvo su andar tomando una decisión.
-Muy bien, es todo-dijo Malcolm, rápidamente dio media vuelta y corrió de regreso a las mesas de ajedrez dejando atrás a Stevie quien simplemente suspiró ante la repentina acción que había tomado su amigo.
-No... vi... eso... venir...-murmuró Stevie mientras también giraba su silla de ruedas y se dirigía a las mesas de ajedrez. Malcolm tomó asiento frente a Leonard, ambos empezaron a jugar usando movimientos similares, y haciendo los mismos gestos, como si fueran dos caras de la misma moneda.
Pasó un largo rato y pronto una gran multitud rodeaba la mesa de ajedrez donde Malcolm y Leonard estaban jugando, ahora ambos tenían los brazos cruzados intentando adivinar el siguiente movimiento del otro.
-Empate.
-¿Empate?
-Empate-repitió Leonard moviendo de nuevo la pieza.
Pasó otra hora, el sol empezaba a ocultarse y todos ya se habían ido del centro recreativo excepto Malcolm y Leonard que seguían jugando.
-Empate-pronunció Malcolm.
-Una más-dijo Leonard volviendo a acomodar las piezas de ajedrez sobre la mesa.
-¡No!-gritó Stevie ya cansado y harto de ver a su amigo y a ese hombre jugar ajedrez por horas sin poder definir un ganador-¡ya pasaron cuatro horas!-
-Está bien, está bien. Dios-le dijo Malcolm a su amigo mientras Leonard comenzaba a colocar las piezas de ajedrez dentro de una caja de madera.
-¿Quién diseñó estos malditos bancos de cemento de todos modos?-murmuró Leonard cerrando la caja, levantándose del banco y luego se alejó mientras seguía quejándose-probablemente algún estúpido funcionario que nunca pasó la clase de diseño. Ahora descarga sus frustraciones en el trasero de los ciudadanos. Ese tipo probablemente no sabía...-
-¿Qué demonios le pasa?-dijo Malcolm mientras se levantaba del banco después de escuchar a Leonard quejarse, él también se alejó con Stevie siguiéndolo-es tan molesto, primero hace demasiado calor, luego hace demasiado frío, luego las palomas caminan raro. No se calló ni un segundo, quiero decir, dale una oportunidad, deja de quejarte-se volteó para mirar a Stevie mientras lo señalaba-no ¿quieres saber lo peor? no dejaba de hurgarse la...-
De vuelta en la casa Wilkerson, podemos ver a Hal y Lois caminando por el pasillo de las habitaciones y el baño directamente a la cocina.
-Es tan agradable tener a los chicos fuera...-le comentó Hal a Lois tomándola de los hombros mientras caminaban, pero al parecer no están completamente a solas, ambos vieron a Dewey en una esquina de la cocina cubriendo la pared tapizada con pintura verde-¡Dewey! ¿qué estás haciendo?-
-Pintando la pared-Dewey se limitó a responder mientras reanudaba su tarea.
-¿Qué te pasa? ¿por qué demonios haces esto?-preguntó Lois.
-El bebé me dijo que lo hiciera-dijo Dewey que dejó de pintar para mirar a sus padres.
-El be...-dijo Lois pero se detiene al darse cuenta de la tontería que estaba a punto de decir, miró a Hal con expresión sorprendida y luego de nuevo a su hijo-¿qué? ¿este bebé?-añadió mientras colocaba sus manos sobre su vientre.
-También eligió el color. Yo hubiera optado por un tono más terroso.
Lois lo mira sorprendida y está a punto de regañarlo, pero Hal interviene deteniéndola.
-Mira...-dijo Hal, se aclaró la garganta, se arrodilló frente a Dewey y comenzó a hablar-escucha hijo, sé que estás preocupado por la llegada del bebé pero no tienes por qué estarlo. Sí, ya no vas a ser más el hermano menor, y es cierto que el bebé recibirá toda nuestra atención por un tiempo, y... tendrás que hacer más tareas en la casa y probablemente tengas que compartir...-
-Lo que tu padre está tratando de decir es que no hay razón para que te comportes así-dijo Lois interrumpiendo el discurso de Hal, él solo la miró y simplemente asintió como dándole la razón a sus palabras-ahora, limpia este desastre y el bebé no te está hablando-
-Dijo que dirías eso-dijo Dewey encogiéndose de hombros aceptándolo, le da la brocha a su padre y se aleja de la cocina bajo las confusas pero asombradas miradas de Hal y Lois.
Por otro lado, en el Grotto, Francis se encontraba en el lobby trabajando en la recepción, cuando Piama llegó y se dirigió al escritorio donde estaba haciendo algunas cosas de administración.
-Cuatro, nueve, siete, tres, seis, siete...-dijo Piama haciendo que dejara lo que estaba haciendo para dirigir su mirada hacia ella.
-Deja de hacer eso-le dijo Francis a su esposa, Piama se rió luego tomó la cara de su esposo y le besó la mejilla.
-Lo siento-se disculpó-volveré en un par de horas-
-¿A dónde vas?
-Ya te lo había dicho. Voy a posar en la clase de arte de Otto esta noche-contestó Piama mientras volvía a la recepción.
-¿Posar? ¿cómo desnuda?-preguntó Francis un poco confuso.
-Sí, ya habíamos tenido esta conversación.
-No, no la tuvimos. Recuerdo las conversaciones en las que se menciona la palabra "desnudo". No puedes desnudarte delante de Otto.
-No estoy girando mis borlas sobre un fugitivo, Francis. Estoy modelando en una clase de arte, es un trabajo. Pagan doscientos cincuenta dólares-explicó Piama, en eso, Otto se acercó llevando una caja de crayones pastel dentro y la abre.
-Piama, quiero asegurarme de que tengo los pasteles correctos-dijo Otto interrumpiendo su conversación con Francis-¿de qué color son tus pezones?-
-Todo es de muy buen gusto, lo cual no viene al caso, porque ¿adivina qué?-le dijo Piama mientras señalaba rápidamente uno de los colores pastel dentro de la caja de Otto, él asintió con la cabeza, cerró la caja y se alejó-es mi cuerpo, no puedes decirme qué hacer con él. Si no eres lo suficientemente maduro para manejar esto, entonces es tu problema-
-¿Doscientos cincuenta dólares?
Pronto, Francis se convierte en modelo de desnudos después de oír cuánto pagaban sólo por hacer eso en las clases de arte.
-Todo lo que sabía sobre la belleza era mentira-dijo Otto conmocionado mientras continúa trabajando en su dibujo.
-Así que esta mañana Dewey intentó ir a la escuela en ropa interior, porque al parecer al bebé no le gusta su ropa-le dijo Lois a Hal a la mañana siguiente-ese niño me está sacando de quicio, y yo sigo engordando como una loca, más de medio kilo al día-mientras Lois hablaba, Hal echaba disimuladamente azúcar en la botella de jugo de naranja-nadie engorda medio kilo al día. No tiene ningún sentido-
-Oh, cariño. Es desconcertante, pero mira, tienes que dejar de obsesionarte con esto del peso-la consoló Hal mientras seguía vertiendo azúcar en el jugo de naranja, luego tomó la botella y un vaso-déjame servirte un poco de jugo-
-No quiero jugo-dijo Lois volteando a ver a Hal-sé lo que está pasando-
-¿Lo sabes?-dijo Hal, sintiendo temiendo que su esposa probablemente haya descubierto lo que le había estado haciendo todos esos días.
-Por supuesto que lo sé. ¡No soy idiota!-le dijo Lois con un tono de voz molesto.
-Lo siento, es que...-Hal intentó explicarse pero ella lo interrumpió.
-Es porque no estoy trabajando.
-¿Eh?
-Es obvio, Hal. No estoy haciendo el ejercicio que hacía con los otros embarazos. Con los chicos, estaba de pie todo el día.
-Eso tiene mucho sentido-dijo Hal concordando con la suposición de Lois, tomó un plato que estaba sobre la mesa de la cocina-¿un palito de apio?-
-Mi sistema debe estar tan arruinado-comentó Lois mientras le daba una mordida al palito de apio y Hal le servía un poco del jugo de naranja adulterado en un vaso-¡este apio sabe exactamente a tocino!-añadió enojada para luego poner de nuevo el apio en el plato, se levantó de la silla para irse pero Hal la detuvo.
-Cariño, escúchame. No enloquezcas por unos cuantos kilos, te ves increíble para mí-dijo Hal, Lois lloriqueó y simplemente salió de la cocina, mientras caminaba, Hal no pudo evitar mirar su trasero-no importa que tan grande y redondo y regordete te pongas-
Más tarde, alrededor de las dos de la mañana, sonó el teléfono de la habitación principal, Lois se despertó y tomó el teléfono para contestar a quienquiera que estuviera llamando a esas horas de la mañana.
-¿Hola?
-Hola, mamá-se oyó la voz de Dewey al otro lado de la línea-dile al bebé que tengo el estúpido balde de arena, pero ahora los autobuses han dejado de funcionar así que no puedo llegar a casa-
-¿Dewey?-exclamó Lois tras escuchar la voz de su hijo al otro lado del teléfono, movió a Hal para despertarlo cosa que hizo perezosamente-¿dónde estás?-
-No lo sé exactamente. En algún lugar cerca del muelle-contestó Dewey mientras miraba a su alrededor.
-¿Estás en el muelle? ¿dónde? Dewey escúchame, quédate donde estás, iremos ahora mismo.
-De acuerdo pero trae otro par de calcetines pisé tripas de pescado, iugh.
-¿Qué le pasa a ese niño?-dijo Lois mientras ella y Hal se levantaban de la cama para vestirse-de verdad que me estoy preocupando-
-Mantengamos la calma-le dijo Hal quitándose los residuos del sueño que tenía en el rostro-subiremos al auto, compraremos donas y resolveremos esto en el camino-
Al día siguiente, Malcolm estaba de nuevo en el Centro Recreativo jugando una nueva partida de ajedrez contra Leonard. Ahora estaban casi al final de la partida, digo casi porque de nuevo estaban tratando de adivinar el próximo movimiento del otro tal como sucedió el día anterior.
-¿Otro empate?-habló Malcolm, quien dejó de mirar el tablero para dirigir su mirada hacia el hombre que tenía enfrente. En eso, alguien pasó junto a las mesas de ajedrez llevando un equipo de música mientras sonaba música rock por los altavoces, lo que molestó a Leonard.
-Oye, Casey Kasem ¿por qué no nos haces un favor a todos y bajas el volumen de esa basura?-dijo Leonard en un tono de voz quejumbroso.
-No está muy alto-le contesto el chico que llevaba el equipo de música.
-Yo no dije que estuviese alto-dijo Leonard sin levantarse de su asiento en aquel banco de cemento-dije que era una basura-añadió y se volvió hacia Malcolm.
-Así que... ¿esto es todo lo que haces todos los días? ¿pasar el rato en el parque y jugar al ajedrez con desconocidos?-le preguntó Malcolm.
-No. También disfruto de largos paseos por la playa y los baños de burbujas-contestó Leonard-por supuesto diría que lo que más me caracteriza es la honestidad-
-Entonces, básicamente, ¿el único contacto humano que tienes es jugar al ajedrez con gente que no te soporta?-preguntó Malcolm.
-Odio reventar tu burbujita extraescolar, pero no soy ningún perdedor. Tengo una vida perfecta, un trabajo estupendo vendiendo tóner por teléfono, hago unas cuantas llamadas bing bang bing, son las diez de la mañana, tengo el resto del día para mí solo.
-No puedes ganar tanto dinero haciendo eso-dijo Malcolm.
-Pensé que eras un poco más inteligente que eso, Malcolm-dijo Leonard-no se trata del dinero, se trata de la libertad, soy mi propio hombre, hago lo que quiero cuando quiero, no respondo ante nadie por nada, nunca ¡ja!-
-¿Dónde están mis veinte dólares, Leonard?-un sujeto apareció de repente colocando un puño sobre la mesa de ajedrez y mirando al hombre de forma amenazante-dijiste que los tendrías para el lunes-
-Los tengo. Están aquí mismo-con cierto nerviosismo, Leonard sacó unos dólares del interior del bolsillo de su camisa-yo... ¿sabes? estaba buscándote ¿sabes? no podía encontrarte, y además tuve unas reuniones de negocios importantes a las que tenía que llegar, pero, aquí, trece, catorce... um... uh...-sacó una caja de cigarrillos y se la ofreció al tipo-tú fumas cigarrillos, ¿cierto?-
-Lo dejé-contestó el tipo de aspecto rudo.
-Oh, bien por ti. Eso está muy bien porque estas cosas te matarán lentamente, esa es la verdad, ¿sabes? y el costo es...-Leonard no pudo terminar la frase porque el hombre le puso una pieza de ajedrez en la nariz-¡dale seis dólares!-le dijo a Malcolm quien rápidamente sacó el dinero y se lo dio al tipo, quien tomó su dinero y se alejó-oye, tómalo con calma, George-Leonard suspiró ante la mirada sorprendida de Malcolm-¡qué tarado!-agregó sacándose la pieza de ajedrez de la nariz.
Una vez más, Francis y Piama estaban de vuelta en la clase de arte modelando para los huéspedes que la estaban tomando y haciendo sus propios dibujos, pinturas o bocetos.
-Bueno, me temo que se acabó el tiempo para todos-anunció la mujer encargada de la clase de arte de ese día-pero una vez más, demos las gracias a nuestros modelos por su duro trabajo-
Todos aplaudieron alegremente a Francis y Piama, ella bajó la mirada tímidamente mientras Francis se acercaba al centro de la sala.
-Gracias-dijo-me alegra haber tenido esta oportunidad de aportar algo-
-Estuviste maravilloso como siempre-comentó la mujer de la clase de arte.
-Bueno, eso es lo que hago-le dijo Francis-y Piama también lo hizo bien, ¿no lo crees?-preguntó volviendo la mirada a su esposa quien ya se había puesto una bata.
-Francis, me has inspirado a nuevas alturas-dijo Otto acercándose a él mientras sostenía su pintura más reciente-¿ves cómo he capturado el poder confiado de tu torso, la pura arrogancia de tu trasero?-
-Francis, anda. Vámonos-dijo Piama dándole su bata.
-Estoy hablando con la gente de aquí, si no te importa-tomó la bata y Piama salió de la sala de arte-tristemente, alguien está haciendo esto con su alma, y alguien no-
-Sí-concordó un hombre allí presente.
De vuelta en el garaje de la casa Wilkerson, Lois estacionó el auto, tomó algunas bolsas de plástico, salió de éste y caminó hacia la casa justo en el momento en que Dewey salió de la casa y pasó junto a ella.
-Hola, mamá-la saludó Dewey mientras caminaba.
-Hola, Dewey-dijo Lois, estaba a punto de entrar en la casa, pero se detuvo al escuchar el motor del auto encenderse. Hal estaba en la mesa de la cocina, quitando trozos de un pastel y arrojándolos al cubo de basura para simular que estaba prácticamente a medio comer cuando pudo oír que Lois le gritaba a Dewey-¡entra a la casa ahora mismo, jovencito! El bebé no te pidió que condujeras el auto-
Hal cerró rápidamente el bote de basura y se quitó el glaseado de los dedos mientras Dewey y Lois entraban en la casa.
-No usó exactamente la palabra "auto". Lo llamó "máquina de andar", pero ya sabes lo que quería decir-dijo Dewey intentando defenderse. Lois se percató de que Hal tenía una nevera y una caja de cartón de dónde sacó un pastel a medio comer.
-¿Qué es esto?-preguntó Lois mirando el pastel sobre la mesa de la cocina.
-Alguien tuvo un cumpleaños en la oficina, y nadie se lo comió ya que es libre de grasa-Hal simplemente respondió.
-¿Cómo es que no dice 'Feliz Cumpleaños' ni nada?-preguntó Dewey.
-Bueno, ya sabes, política de oficina-dijo Hal mientras empujaba el pastel hacia Lois y le daba un tenedor-no creerás las porciones que algunos de esos imbéciles no pudieron conseguir-
Después de eso, Hal continuo con su plan de engordar a Lois cambiando las calorías de algunos productos de la casa o adulterando alimentos saludables, mientras que Lois daba lo mejor de sí para perder el peso que misteriosamente estaba ganando con cada día que pasaba.
-Mira esto-se quejó Lois dirigiendo su mirada a Hal una mañana que estaba comprobando su peso, fijándose que no perdía kilos a pesar de hacer mucho ejercicio y "comer más saludable".
-Estoy mirando-dijo Hal quitándose la corbata del trabajo mientras sus ojos se fijaban en el trasero de Lois que cada vez era más grande.
-Realmente estás mejorando, Rubio-le dijo Leonard a un anciano al día siguiente en las mesas de ajedrez del Centro Recreativo-has dejado de hacer ruidos de "broom" cuando mueves las piezas-
-Hey, Leonard-saludó Malcolm mientras se acercaba por detrás del hombre.
-Oh, tienes que ver esto-le dijo Leonard mientras se dirigía a otra mesa de ajedrez con Malcolm siguiéndole-duele físicamente, ¿verdad?-
-Escucha, estaba hablando con un tipo que conozco. Te he conseguido una entrevista de trabajo-le dijo Malcolm.
-¿De qué demonios estás hablando?
-Eres una persona miserable; apenas tienes trabajo y eres completamente disfuncional a la hora de comunicarte-explicó Malcolm.
-¿Y eso es culpa mía?-preguntó Leonard sin entender el punto-¿no lo es de todos los demás en este mundo?-
-No tiene por qué ser así. Si tienes un trabajo en el que estás rodeado de gente, puedes acostumbrarte a los demás y tal vez cambiar las cosas.
-Olvídalo. No voy a perder el tiempo en una estúpida entrevista de trabajo porque tienes una necesidad desesperada de salvarte a través de mí.
-¿Por qué no inviertes parte de esa energía neurótica en enfrentarte a tu propio miedo o fracaso?-sugirió Malcolm frunciendo el ceño y con un tono de voz ahora irritado.
-Oh, cielos. Las nubes se han despejado-dijo Leonard sarcásticamente mirando al cielo-y ahora puedo comprometerme con una nueva vida gracias a tus intuiciones psicológicas a lo Oprah-
-Y ahora intentas invalidar la verdadera cuestión danzando a tu alrededor con lo que crees que es un inteligente juego de palabras-gritó Malcolm haciendo que Leonard se quedara mudo y empezara a hiperventilarse de forma acelerada-al diablo, me la jugaré por ti-
Se alejó caminando y Leonard lo siguió.
-¿Para qué molestarse? Empatamos en todas las partidas-dijo Leonard mientras caminaba por el lado opuesto de las mesas de ajedrez.
-Esta vez no.
-Bien.
-Pero si no ganas no volverás a mencionar esta basura.
-De acuerdo-dijo Malcolm poniendo fin a la conversación, ambos corrieron a una de las mesas de ajedrez y comenzaron a jugar una vez más, pero esta vez estaban poniendo todo lo mejor de sí mismos en este juego, la gente rápidamente comenzó a reunirse alrededor, ansiosos por saber quién iba a ser el ganador definitivo en esa partida. Pero cuando estaban a punto de comenzar, George apareció una vez más, poniendo su mano, y desparramando la mayoría de las piezas de ajedrez fuera de la mesa.
-¿Dónde está mi dinero, Leonard?-le preguntó lo mismo que el día anterior.
-George, yo...-Leonard tartamudeó-lo tengo, eh, justo el otro...-dejó de hablar al notar como el hombre acercaba una de las piezas de ajedrez, más específicamente, la Reina, frente a él, Leonard rápidamente miró a Malcolm y gritó-¡corre!-ambos, Leonard y Malcolm, se levantaron de la mesa de ajedrez y salieron corriendo del Centro Recreativo con George persiguiéndolos-así que, ¿cuánto pagan en este trabajo?-
De vuelta en la casa Wilkerson, más concretamente, la habitación de los chicos, Dewey está de pie a pocos metros de la puerta del armario, sujetando algo en su interior con una cuerda de saltar con toda la fuerza que podía. En eso, Reese llegó a la habitación y vio a Dewey.
-¿Qué estás haciendo?-preguntó Reese parándose en el umbral de la puerta de la habitación.
-¿Puedes sostener esto un segundo?-le preguntó Dewey a su hermano mayor.
-Claro-dijo Reese mientras iba a tomar la cuerda mientras Dewey caminaba hacia la puerta del armario-¿para qué es esto de todos modos?-
-Ya lo verás-se limitó a responder el niño, acto seguido abrió la puerta del armario y de repente salió una fruta golpeando a Reese en la cara lo que le hace trastabillar y caer contra la cama.
-¿Estás loco?-preguntó Reese con algunos restos de fruta en su camisa.
-No fue idea mía, el bebé me lo dijo-respondió Dewey.
-Espera un momento. ¿El bebé de mamá?-dijo Reese mientras se levantaba del suelo parándose frente a Dewey-¿crees que el bebé de mamá te habla?-
-Sí, me dice que haga todas estas locuras.
-Déjame darte un pequeño consejo. Tienes que ignorar las voces, no están de tu lado-le dijo Reese a Dewey-y nunca se lo cuentes a nadie, especialmente a tus maestros. Entran en pánico sin razón, ¿entiendes?-
-Creo que sí-respondió el niño.
-Buen chico. Vas a estar bien-le aseguró Reese mientras le despeinaba la cabeza, luego empujó a Dewey contra el suelo y le dio un puñetazo por la broma que le hizo todo porque "El Bebé" le dijo a Dewey que lo hiciera.
Mientras tanto en el Lucky Aide, Malcolm y un bien vestido Leonard estaban en la parte trasera de la tienda esperando a que los llamaran para la entrevista.
-Esto es una idea terrible-le dijo Leonard a Malcolm en voz baja mientras esperaban.
-No, esto es justo lo que necesitas, ¿recuerdas? un trabajo, gente, una vida-le contestó Malcolm.
-¿Pero por qué aquí?
-Porque es el único tipo que conozco que cambiaría una entrevista de trabajo por una lonchera de Hong Kong Phooey.
-Saludos, terrícolas-dijo Craig mientras entraba en la parte trasera de la tienda haciendo el clásico saludo vulcano de Star Trek pasando al lado de Malcolm y Leonard.
-Tienes que estar bromeando-dijo Leonard después de ver el tipo de comportamiento que tenía Craig.
-Confía en mí, sé que va a ser difícil, pero si puedes mantener la boca cerrada durante cinco minutos con este tipo, estarás de vuelta en casa-le dijo Malcolm.
-Estoy esperando, princesa-le dijo Craig a Leonard, abriendo la puerta de su oficina, y enterando nuevamente. Leonard gruño y camino hacia la oficina de Craig, cerrando la puerta tras de sí. Malcolm se quedó de pie junto a la puerta cerrada para escuchar cómo iba la entrevista.
Dentro del despacho, Leonard se acerca a una silla y toma asiento frente a Craig.
"Mi curriculum" dijo Leonard dándole un papel al corpulento gerente de Lucky Aide.
-Olvida esto-dijo Craig riendo entre dientes rompiendo el papel en dos mitades y tirándolo a la basura-no se puede aprender nada de un currículum, así que háblame de tu historial laboral-
-Bueno, yo...-empezó a decir Leonard después de pensarlo un breve segundo.
-Interesante-lo interrumpió Craig mientras se reclinaba en su silla-¿sabes? quiero pensar en el Lucky Aide como una especie de familia, y en esta familia, yo sería tu padre y como padre puede que haya cosas que te pida que no tengan sentido, pero lo harás porque soy tu padre. No me respondas con descaro, sólo hazlo, ¿entendido?-
Leonard lo miro sin palabras mientras fruncía los labios, Malcolm miro esto creyendo que todo se iba a salir de control pero en vez de eso, Leonard le contesto a Craig en el tono más amable posible.
-Eso creo.
-Ahora, ¿quién eres tú en esta familia? ¿eres el primo segundo? ¿o quizás la tía chiflada?
-Bueno, ya sabes, siempre me he visto en el papel del hermano menor...-respondió Leonard-con ganas de aprender-
-Nunca tuve un hermano-le dijo Craig presintiendo que tal vez él y Leonard podrían llegar a llevarse bien.
De regreso en el Grotto, otra clase de arte estaba teniendo lugar cuando, inesperadamente, Francis abrió la puerta y entró, vistiendo únicamente su bata.
-Bueno, ya estoy aquí-dijo mientras cerraba la puerta tras de sí-podemos empezar en un momento-
-Uh, Francis, yo no te llamé-le dijo la encargada de la clase de arte al verlo quitarse la bata.
-Sí, me he dado cuenta, no puedo hacer tu trabajo y el mío, Gloria-le contestó Francis mientras se dirigía a la mesa del catering, mirando por encima un plato de cubitos de queso-¿qué? ¿no hay Camembert?-preguntó girándose para mirar a la mujer que tenía detrás-¿esperas que tome mi vino sin Camembert? eso arruina toda mi estética-
-Francis...-dijo Gloria.
-¡Olvídalo! trabajaré sin queso-la interrumpió, para cuando se dio la vuelta por segunda vez pudo ver que otro hombre entraba a la sala de arte y comenzaba a quitarse su propia bata dejando al descubierto su corpulento cuerpo desnudo-¿quién es él?-
-Es Jeremy, nuestro modelo de la noche-le dijo Gloria-por eso no te llamé-
-Francis ya hemos esbozado tus fabulosas piernas-comentó Otto colocándose detrás de Jeremy-y ahora es el momento de que examinemos el juego de luces y sombras en los rollitos de Jeremy-
-¿Eso es todo? ¿así es como termina?-dijo Francis con una especie de mirada dolida en su rostro-¿me descartan fácilmente como el pescado de ayer después de haber succionado la esencia de mi alma?-
-Francis, por favor. Trata de entender-dijo Gloria intentando tranquilizarlo.
-¡No, no lo entiendo!-exclamó Francis volviéndose hacia la puerta no sin antes mirar a Gloria por última vez-¡te dejé ver todos los colores del espectro de mi ser, y lo rechazaste!-se volvió para mirar a los huéspedes en la sala-algún día, se darán cuenta de lo que le dieron la espalda y se maldecirán por su venalidad y su miopía, pero para entonces será demasiado tarde, ¡porque me habré ido! sí, ¡me habré ido!-después de decir esas palabras, Francis abrió la puerta de la sala de arte y salió sin siquiera preocuparse por volver a ponerse la bata, los huéspedes, Otto y Gloria permanecieron en silencio dentro de la habitación mientras afuera en un pasillo cercano la gente se reía, en eso, Francis regresó a la sala de arte y se asomó por la puerta-uh, ¿me pueden dar mi bata?-
Alguien le arrojó su bata; Francis la tomó y luego salió nuevamente de la sala de arte ahora con su bata envuelta alrededor de la cintura.
Malcolm sigue de pie junto al despacho de Craig en la bodega de almacenaje del Lucky Aide. Dentro Craig seguía hablando con Leonard, y Malcolm empezaba a impacientarse porque no sabía cómo iba la entrevista.
-Craig lleva casi una hora hablando sin parar-dijo Malcolm volviendo la mirada a la cámara para interactuar con el público-incluso hizo que Leonard lo siguiera hasta el baño, pero Leonard es fuerte-
De vuelta en la oficina, Leonard se aferraba a uno de los bordes del escritorio mientras hacía todo lo posible por mantenerse calmado por dentro cuando por fuera gruñía mientras sujetaba con fuerza el borde de madera del escritorio.
-Ahora, hablemos de respeto-dijo Craig en tono explicativo sosteniendo una naranja con la mano libre mientras la otra descansaba sobre su rodilla-no de autorrespeto, sino de respeto a los superiores. Recuerdo una vez... ¡piensa rápido!-le lanzó la naranja a Leonard, golpeándolo involuntariamente en la mejilla, el hombre miró a Craig un poco sorprendido-es una prueba de control de gestión que se me ocurrió para ver si eres el tipo de persona que se enfrenta a los problemas de frente o los evita ¿cuál eras tú?-
-Ambos-respondió Leonard.
-Bien-dijo Craig mientras anotaba la respuesta en una hoja de papel, le hizo un gesto a Leonard para que se levantara y recogiera la naranja lo cual hizo y se la devolvió al corpulento hombre-y veo que no tienes espina dorsal-pone la naranja sobre el escritorio y le da la mano a Leonard-bienvenido a bordo-ambos se estrecharon las manos-vuelve en una hora, y te daremos tu chaleco de pasante y una etiqueta con tu nombre-
-Felicidades. Sabía que podías hacerlo-dijo Malcolm después de que Leonard saliera del despacho de Craig.
-Dios mío, ese tipo es un idiota-exclamó Leonard con un tono de voz frustrado mientras se alejaba.
-Solo tuviste que hacer una entrevista con el-dijo Malcolm mientras ambos se alejaban de la oficina de Craig y de la bodega trasera del Lucky Aide-trata de cenar con ese imbécil y su estúpida gata-
-La gata no puede ser más estúpida que este tipo-se quejó Leonard-ese tarado intentó usar una muñeca Barbie para explicar los procedimientos de higiene. Y...-
Dejó de hablar apenas él y Malcolm vieron a Craig parado en la puerta de su oficina con la boca ligeramente abierta.
-Hermano, ¿eh?-dijo Craig mientras salía de su oficina y pasaba junto a Leonard y Malcolm, sintiéndose ofendido-creo que seguiré siendo hijo único, gracias-
En la cocina de la casa Wilkerson, Dewey estaba construyendo una torre en el centro de la mesa con algunos platos, tazas de café y vasijas de cristal. Una vez que termina de colocar la última pieza de su torre, se baja de la silla y mira su trabajo.
-Mamá, papá-los llamó Dewey, Hal y Lois entraron en la cocina rápidamente.
-Dewey-dijo Lois al ver lo que había hecho el niño. Dewey agarró los extremos del mantel y tiró de él, lo que hizo que Hal y Lois jadearan horrorizados al mismo tiempo, pero la torre no se cayó de su lugar.
-Oh, cierto-dijo Dewey, con el dedo empujó la torre hacia abajo, los platos, tazas y vasijas de cristal cayeron contra la mesa rompiéndose en pedazos lo que enfureció a Lois.
-¡Ya estoy harta de ti, Dewey!-gritó Lois mientras se acercaba a su hijo-¡ya tengo suficientes cosas en la cabeza como para tener que lidiar con esto!-
-Pero el bebé me dijo...-intentó explicarle Dewey pero fue interrumpido.
-Escúchame-le dijo Lois mientras empujaba al niño a un rincón de la cocina-¡ese bebé no te está hablando!-
-Cariño, intenta calmarte, ¿sí?-sugirió Hal después de ver el desastre que había hecho Dewey-te prepararé un poco de té-añadió caminando hacia los gabinetes de la cocina.
-Tienes que dejar de usar esto como excusa para llamar la atención porque no va a funcionar-lo siguió regañando Lois-ahora no quiero oír ni una palabra más sobre ti hablando con ese bebé, ¿entendido?-
-El bebé dice que mires atrás-le dijo Dewey a Lois.
-¿Qué?-Lois hizo lo que dijo Dewey, y vio a Hal vertiendo jarabe de maple en una taza de té, su expresión de enojo cambió a una de sorpresa-Hal-
-¿Q-qué? ¿n-no te gusta tu té con mucho jarabe, amor?-le preguntó Hal a su esposa, Lois puso una mirada seria dándose cuenta por fin de que fue su esposo quien la estuvo engordando todo este tiempo.
Una vez más, Malcolm se encontraba en el Centro Recreativo Van Nuys Sherman Oaks, pero esta vez caminaba por el sendero norte del centro donde estaban las mesas de ajedrez con Stevie a su lado empujando su silla de ruedas.
-Craig estaba bastante alterado-le dijo Malcolm a su amigo mientras caminaba-no quiso salir del puesto de fotos por dos horas-ambos se acercaron a las mesas de ajedrez viendo que Leonard no estaba por ningún lado-¿dónde está Leonard?-le preguntó a la gente que jugaba en las mesas-¿alguien ha visto a Leonard?-
-Me dijo que te entregara esto-un anciano se acercó a Malcolm entregándole un papel amarillo doblado, Malcolm lo tomó, lo desdobló y leyó lo que estaba escrito dentro:
'Malcolm, me mudé, pero quiero agradecerte por confirmar todo lo que dije acerca de que la gente es imbécil.
Algún día entenderás que la gente como nosotros nunca podrá encajar'.
-¿Qué quiere decir con "gente como nosotros"?-exclamó Malcolm confundido mirando hacia la cámara. Stevie no respondió y simplemente empujó su silla de ruedas alejándose de él-¿qué? odio cuando haces eso, si tienes algo que decirme, solo dilo. Es tan molesto-
Justin se encaminó hacia el camerino después de que concluyeron las grabaciones, quien lo viera podría comprobar que todo su ser temblaba por el nerviosismo que sentía con cada paso que daba para llegar al camerino de Frankie. Es más, no supo cuando había ocurrido pero de un segundo a otro, ya se encontraba frente a la puerta del camerino del otro actor y, como siempre hacía cada vez que iba a visitar a su mejor amigo, Justin se quedó en la puerta dispuesto a tocar pero no pudo hacerlo. Algo en su interior le decía que, sea lo que sea lo que tenía en mente, probablemente lo lamentaría tarde o temprano, así que estaba a punto de irse cuando, en ese instante, la puerta se abrió de golpe.
-¿Justin?-Justin se detuvo en seco al oír la voz de su mejor amigo detrás de él-¿qué... qué haces aquí? ¿por qué viniste a verme? ¿pasó algo?-
Por un minuto, Justin no se atrevió a dirigir la mirada a su mejor amigo ni a hablarle, pero la decisión ya estaba tomada y no podía darse el lujo de echarse atrás ahora. Además, había estado pensando en esto el poco tiempo que estuvo en su camerino esperando a que sus piernas entumecidas se recuperaran y pudiera volver a caminar y tenía... no necesitaba aclarar esta duda de una vez por todas.
-No ha pasado nada en realidad-contestó Justin lentamente volviendo su verde mirada hacia su mejor amigo-de hecho, quiero preguntarte algo que he estado pensando desde que te fuiste de mi camerino-
-Muy bien, ¿qué es?-preguntó Frankie, esperando a que su mejor amigo hablara pero en vez de eso, Justin miró a ambos lados asegurándose de que no hubiera nadie cerca, entonces se acercó rápidamente a Frankie empujándolo de nuevo al interior de su camerino-¡hey!-fue todo lo que pudo decir antes de que Justin entrara y cerrara la puerta tras él, y por la seriedad de su mirada, Frankie intuyó que no estaba de humor para bromas.
-¿Por qué lo hiciste?-se limitó a soltar Justin, haciendo que Frankie le diera una mirada confusa con la boca ligeramente entreabierta.
-¿De qué estás hablando?
-¡No te hagas el tonto conmigo! sabes muy bien de lo que estoy hablando-dijo Justin.
-Lo siento pero no, Justin. Sinceramente no tengo ni idea de lo que estás hablando-contestó Frankie dejando a un lado su expresión confusa para cruzar los brazos sobre su pecho mientras miraba a su amigo con el ceño fruncido.
-¿Por qué lo hiciste, Frankie?-volvió a preguntar Justin-¡¿por qué?! porque lo único que estás logrando con tus acciones es confundirme ¡¿es eso lo que quieres?! ¡¿huh?! aprovecharte de mi confianza ¡¿y luego confundirme dándome un beso?!-
-¡Oh, vamos, Justin!-exclamó Frankie súbitamente al saber a qué se refería su mejor amigo, recordando además lo que había sucedido horas atrás en su camerino-primero que nada, eso no fue un beso como tal ¡fue sólo un roce cerca de la comisura de tus labios!-en ese momento, Justin no pudo evitar sentirse avergonzado, bajó la mirada mientras un profundo sonrojo comenzaba a formarse en su rostro-en segundo lugar ¡¿cómo te atreves a pensar tal cosa de mí?! ¡creí que me conocías mejor que eso!-
-Oh, dios, ¡oh por dios! Me siento tan avergonzado-dijo Justin, no podía creer que haya pensado semejante cosa de su mejor amigo, que Frankie fuera tan cruel con él como para pensar que podía confundirlo dándole un pequeño beso cerca de la comisura de los labios.
-¡Deberías estarlo! solo te di ese beso porque quería ayudarte a sentirte un poco mejor, nunca espere que pensarías que me estaba aprovechando de ti de alguna forma-dijo Frankie sacando a su mejor amigo de su propio pesar-ahora, si viniste aquí a decir cosas tan horribles de mí, te pediré que te vayas y me dejes en paz-
-Mira viejo, lo siento mucho. E-es sólo que pensé que…-Justin intentó inútilmente disculparse pero fue interrumpido por Frankie.
-Lo que sea que hayas estado pensando, ¡lo pensaste mal! es más, ¿sabes qué mejoraría esto? en vez de sentir lástima y tratar de darme alguna disculpa poco convincente ¿por qué no me haces un favor y te vas? lo que más quiero ahora es estar solo.
-Yo... entiendo...-dijo Justin, incapaz de mirar a su mejor amigo, se limitó a abrir la puerta del camerino y salir, luego la cerró tras de sí. Frankie se sintió mal por tratar así a su mejor amigo pero ¿cómo se atrevía a creer que pretendía confundirlo dándole un beso? Y lo que es más, ni siquiera se acercaba a un beso.
Justo cuando creyó que iba a tener un poco de paz, golpearon la puerta de su camerino, al principio, Frankie lo ignoró, pensando que se trataba de Justin quien volvió para disculparse apropiadamente con él aunque le había dicho que no quería oír ninguna disculpa proveniente de él. Pero luego los golpes se hicieron más insistentes y molestos, agotando finalmente la paciencia del actor.
-¡¿PODRÍAS POR FAVOR IRTE A LA MIERDA Y DEJARME EN PAZ?!-gritó Frankie enfadado mientras abría la puerta de su camerino para encarar a quien llamaba insistentemente a su puerta.
-Lo siento, yo... de haber sabido que estabas ocupado no hubiera venido-tartamudeó Jason conmocionado. No sabía que le había pasado a Frankie para que empezara a gritar de esa manera, por lo que sabía, y por lo que había visto recientemente, parecía tan agradable en la televisión, tanto en apariencia como en personalidad-yo... c-creo que debería irme...-
-Oh diablos. No, ¡espera!-dijo Frankie deteniendo al hombre-lo siento, ¿de acuerdo? no debí haberte gritado. Pensé que eras... alguien más o peor aún, un reportero-
-Bueno, sólo para que te sientas seguro. Puedo decirte que no soy un reportero-dijo Jason-de hecho, vine aquí porque quiero proponerte algo-
-Está bien, te escucho, ¿qué es?-preguntó Frankie recargándose contra el marco de la puerta.
-No puedo decírtelo aquí, déjame pasar y te lo explicaré todo.
Frankie dudó un poco sobre dejar que un completo extraño estuviera dentro de su camerino, pero al final accedió, con la esperanza de que su propuesta valiera la pena. De regreso al camerino, Frankie procedió a abrir su propio mini bar personal escondido debajo de su cama. Justin era el único que sabía de él, ni Christopher ni Erik conocían ese pequeño tesoro escondido suyo y habían visitado su camerino de vez en cuando.
-¿Bebes, Jason?-le preguntó Frankie al hombre mientras sacaba dos latas de cerveza y le tendía una.
-Sí bebo, gracias-contestó Jason, Frankie tomó asiento en una silla mientras el hombre se sentaba en el sofá y abría su lata de cerveza-por cierto, sobre lo que quería decirte...-
-Ah, claro. Querías proponerme algo, ¿no es así?
-Así es-afirmó Jason, se aclaró la garganta y habló-como sabrás, además de actor también trabajo como productor, y por el momento estoy preparando un proyecto cinematográfico que quiero dar a conocer-
-Oh no, ahora viene el "pero"-pensó Frankie.
-Pero…
-¡Lo sabía!-exclamó Frankie dentro de su mente mientras seguía escuchando la propuesta del hombre.
-Primero que todo necesito un actor o actriz principal para protagonizar mi proyecto y después de ver tu actuación en la grabación de hoy, veo que eres lo que estaba buscando-dijo Jason, Frankie estaba a punto de decir algo pero el hombre lo interrumpió-quiero decir, tienes todas las cualidades que necesito para el personaje principal de mi próxima película y no se me ocurre nadie más para ocupar ese lugar, así que... ¿qué opinas?-
Por algunos minutos, Frankie no habló, en cambio permaneció en silencio considerando y analizando la propuesta de Jason hasta que algo hizo "click" en su mente y miró al hombre con el ceño levemente fruncido.
-Comprendo lo que está pasando aquí-dijo Frankie-mi respuesta para ti es no, y te voy a pedir que te vayas y no regreses-
-E-e-espera, tú... ¡ni siquiera escuchaste la mejor parte de todo esto!-intentó explicarle Jason, pero el tartamudeo le dificultaba hablar con claridad.
-Te dije que te vayas y me dejes en paz-le dijo Frankie mientras abría el vestidor y empujaba a Jason fuera de él, antes de que el hombre pudiera decir algo más, Frankie cerró la puerta, la bloqueó y se sentó en el suelo con la espalda apoyada contra la fría madera.
-Frankie, escúchame, s-si aceptas y le das una oportunidad a este proyecto... te aseguro que vas a recibir más dinero, al menos un poco más de lo que ganas trabajando en esta serie, ¿eh? ¿qué te parece?-dijo Jason del otro lado de la puerta. Pasaron unos segundos en los que ninguno pronunció palabra hasta que Jason volvió a hablar-bien, mira, te voy a dar un tiempo para que lo reflexiones y... si tomaste una decisión, por favor, no dudes en llamarme-
Frankie bajó la mirada hacia la ranura de la puerta al ver que un pequeño papel se deslizaba por debajo de ella, rápidamente tomó ese papel y le dio la vuelta, dándose cuenta de que era una tarjeta de contacto. Entonces pudo escuchar los pasos de Jason bajando hasta quedar fuera de su alcance auditivo, volvió a enfocar sus ojos en la tarjeta de contacto y una vez más comenzó a analizar la propuesta, por un lado no estaba seguro de querer aceptarla, al menos, no por ahora, era tan repentina y como Jason dijo, necesitaba tomarse unos días para pensarlo y luego llamar al hombre para decirle si estaba de acuerdo pero por otro lado, si aceptaba y el pago era lo suficientemente bueno, tal vez podría usar ese dinero para ayudar a su madre con las cuentas de la casa y otras cosas que ella necesitaba pagar desesperadamente, además, ella ya había hecho muchas cosas por él, desde educarlo en casa hasta ayudarlo a prepararse para sus escenas y controlar su ansiedad cuando tenía que ir a un evento de premiación. Tal vez era hora de que él le devolviera el favor, también era consciente de que su trabajo como enfermera no era el mejor de todos y no recibía suficiente dinero para pagar la mayoría de las cuentas, a pesar de tomar algunas horas extra por las noches.
Miro por última vez la tarjeta de contacto y llegó a una conclusión: primero se pondría en contacto con su agente para notificarle la propuesta que había recibido y después de dejar pasar unos días, tras que su agente negociara un poco, tal vez podía aceptar la propuesta de Jason.
