Ciudad imperial, sala de fiestas, 4E 215/4/9.

Me encuentro en una magnífica sala de fiesta, inmerso en un ambiente de pura elegancia y esplendor. Los nobles se agrupan en pequeños círculos, vestidos con ropajes suntuosos y coloridos, que reflejan la riqueza y el gusto por el lujo. Las damas lucen hermosos vestidos con elaborados bordados y joyas deslumbrantes que centellean con cada movimiento.

El amplio espacio de la sala es simplemente impresionante. Sus altos techos abovedados, decorados con intrincados diseños de frescos que narran escenas de heroísmo y epopeyas de antiguos héroes, hacen que me sienta pequeño y humilde ante tanta grandeza. Candelabros colgantes con velas perfumadas iluminan suavemente el lugar, añadiendo un toque mágico a la atmósfera, ya de por sí cautivadora.

Las enormes ventanas, adornadas con vidrieras que proyectan destellos de colores por todo el salón, permiten que la luz natural se filtre, realzando la majestuosidad del sitio. Habiendo sido un estudiante de arquitectura en mi antigua vida, no puedo, sino sentirme maravillado por la arquitectura y la decoración, que han sido meticulosamente pensadas para crear un ambiente digno de lo que antaño fue el más grandioso imperio de la historia.

Las mesas, situadas estratégicamente en el centro del salón, son verdaderas obras de arte. Hechas de madera de hierro, un tipo de madera tan dura como el mineral del cual trae su nombre, lo cual la hace difícil de trabajar, pero amada por su resistencia. Estas mesas tienen talladas con intrincados motivos que reflejan la naturaleza y la mitología, se extienden a lo largo de la sala como una invitación a deleitarse con los manjares dispuestos sobre ellas.

Los aromas embriagadores de la cocina flotan en el aire, despertando mi apetito y haciéndome imaginar los sabores que pronto podré degustar. Los platos son auténticas obras culinarias, recetas que provienen de todos lados del continente, servidos en vajillas finamente decoradas que realzan la presentación de cada exquisita preparación.

Hay una abundancia de manjares para elegir: desde sabrosos caldos de ave y sopas reconfortantes, hasta finos cortes de carne cocinados a la perfección. Pescados frescos, traídos de las costas más lejanas, se presentan con delicados aderezos que realzan su sabor natural. Además, una amplia variedad de guarniciones y ensaladas, preparadas con ingredientes frescos y exóticos, complementan la experiencia gastronómica.

El sonido de la música en vivo, interpretada por talentosos músicos, llena la sala con melodías cautivadoras. La combinación de instrumentos y armonías vocales crea una atmósfera mágica que invita a todos a bailar y disfrutar de la celebración.

Los nobles, con sus copas en alto, brindan y celebran la vida en medio de risas y alegría. El espíritu festivo se contagia, y me siento afortunado de formar parte de esta reunión única en un lugar que bien podría pertenecer a las páginas de un cuento de hadas o a los salones de una legendaria corte real.

Así, rodeado de esplendor, música, delicias culinarias y la compañía de nobles cortesanos, me encuentro inmerso en una fiesta que quedará grabada en mi memoria como un recuerdo inolvidable de una época de grandeza y elegancia.

O eso me gustaría pensar.

A pesar de toda la belleza y lo bien preparado que está esta fiesta, la verdad es que la razón de existir puede terminar trayendo futuros conflictos que pueden terminar por condenar lo poco que queda del imperio.

Reyes, nobles y generales de todo el continente fueron invitados por el Emperador a este sitio para hacer un gran anuncio, aunque la naturaleza de ese anuncio es desconocida para la mayoría, unos cuantos y yo sabemos de qué se trata todo esto.

Maximus será ante las personas más influyentes del continente proclamado heredero al trono imperial.

En otros tiempos el anuncio no hubiera traído nada más que algunos cotilleos, pero no estamos en tiempos antiguos.

Hace pocos años fue la segunda gran guerra, el continente, aunque está en paz, está políticamente dividido e inestable. Viejas enemistades y ofensas están siendo recordadas, nuevas ambiciones están saliendo y personas oportunistas se dieron cuenta de que el caos de la guerra ayuda a algunos a subir un poco en la jerarquía.

Así que elegir a Maximus como heredero, teniendo en cuenta que no es un descendiente directo del emperador actual y que aún tiene otros familiares más cercanos en el linaje, puede hacer que algunos frunzan el ceño y aprovechen el estado actual de las cosas para crear conflictos.

Es por eso que estoy aquí y muchos otros generales también, la gran mayoría del ejército imperial apoya a Maximus, si tuviera que ponerlo en porcentaje diría que por lo menos el 84% dará su total apoyo, el resto o se quedará neutral o irá con otros contendientes al trono imperial.

Después de todo no importa que tan carismático seas, que tan buena persona y gran líder, siempre habrá gente que te odiara, por suerte esa gente es minoría y representan un riesgo moderado.

El verdadero problema son las otras naciones, no es un secreto que muchas naciones aún desean la desaparición del imperio, después de todo aún en su estado actual y sin tener todo el continente bajo su mandato, sigue actuando como una fuerza disuasoria que impide a las naciones actuar como deseen.

"¿En qué estás pensando?" Pregunto Maximus, acercándose a mí con dos copas repletas de vino, uno suave según logró detectar por el olor.

Antes de responder lance sin movimiento alguno un hechizo el cual creó una esfera invisible a nuestro alrededor, la cual impediría que lo que digamos sea escuchado por cualquier persona que no se encuentre lo suficientemente cerca como para que nosotros pudiéramos verlo, un hechizo útil para cuando quieres hablar cosas privadas en lugares públicos.

"Solo reflexionaba en toda la situación actual, y en lo que cambiará en cuanto el emperador haga el anuncio" Dije antes de tomar la copa que Maximus adelantó hacia mí, le agradecí inclinando ligeramente la cabeza.

"¿Es seguro hablar de esto aquí?" Dijo Maximus mirando alrededor. Nos encontramos algo alejados de la multitud cerca de una ventana, la mayoría de la gente está más concentrada cerca de las mesas que se encuentran en el centro del gran salón.

"Lance un hechizo, la única forma que nos escuchen sería si estuviera tan cerca como para que fuera imposible esconderse" Dije.

"¿Qué pasa con los lectores de labios?" Pregunta justa la de Maximus, algunas personas se especializan en la lectura de labios, eso les permite no estar cerca y aun así entender lo que se está diciendo, astuto.

"Entonces hablemos en Eostiano" Dije cambiando a dicho idioma, el lenguaje de Eostia que se llama Eostiano es extrañamente parecido al alemán, algunas palabras incluso son parecidas, pero no es momento para esos pensamientos.

"Buena idea" Dijo Maximus comenzando a hablar también en dicha lengua, después de todo solo los de mi campamento delante del portal lo saben hablar en todo Tamriel, ya que el Eostiano no se parece a ninguna lengua que exista en Tamriel, y obvio Maximus también tuvo que aprenderlo para comunicarnos con Claudia.

Por suerte podemos aprender idiomas en pocos minutos gracias a la magia, de lo contrario las comunicaciones con Eostia seguirán siendo un problema.

Tampoco es tan complicado el aprendizaje de un idioma mediante magia, es tan simple como usar magia de Ilusión, aquella escuela mágica basada en jugar con la mente de la gente.

Buscas a alguien que sepa hablar el idioma, utilizando magia copias el conocimiento del idioma y luego lo traspasas a tu propia mente o la de un objetivo y como por arte de magia esa persona sabe hablar el idioma tan bien como la persona a la cual le copiaste el conocimiento.

Así que solo tuvimos que centrar nuestros esfuerzos en que una sola persona del campamento aprendiera el lenguaje para que luego el resto de nosotros lo hiciéramos a nuestro turno.

"¿Estás listo?" Pregunte.

"No, y no creo que pueda estarlo algún día, así que hoy es un buen momento como cualquier otro" Hice una mueca ante su respuesta.

Con el tiempo he descubierto que aquellas personas que buscan gobernar o son idiotas, o tienen la intención de cambiar las cosas, no existe entremedio.

Idiotas en el sentido que solo se fijan en los lujos que trae gobernar sin pensar en las responsabilidades y cuando se encuentran con ellas terminan delegando lo cual a menos de tener buenos consejeros creará un gobierno débil que tarde o temprano caerá.

Y los de las intenciones de cambiar las cosas, son aquellos que ven el estado de las cosas como algo malo y buscan cambiarlo, siendo la forma más fácil de hacerlo estando en la posición de gobernante.

En todo caso, ser un emperador, rey o incluso lord es una responsabilidad, un trabajo a tiempo completo en el cual miles de vidas, si no millones, dependen de cada una de tus decisiones, es una posición que pone una diana sobre tu cabeza y hace que te rodeen oportunistas y mentirosos.

Gobernar es una mierda y lo sé porque tengo varios títulos nobiliarios y si ya con esos títulos estoy al borde de lanzarme de la garganta del mundo no me imagino un rey o un emperador.

Así que es comprensible que Maximus esté reacio a ser declarado el futuro emperador, pero lastimosamente resulta que no querer gobernar es un rasgo común que comparten muchos de los mejores gobernantes de la historia de Tamriel.

"Estaré a tu lado amigo mío" Dije, en un intento de hacerlo relajarse un poco.

Maximus me miró durante unos segundos antes de sonreír, una sonrisa que me dio escalofríos "Es bueno saberlo, pensaba nombrarte mi gran canciller cuando acceda al trono" al escuchar tal cosa no pude hacer otra cosa que palidecer.

"No te atreverías" Pronuncie profundamente aterrado.

"¿Es eso un desafío?" Pregunto conteniendo su risa.

Este mal nacido, no puedo creer que en serio esté pensando en llamarme para lanzarme a la boca del lobo llamado política.

"Maximus no bromees con eso por favor" Suplique.

Él dejó escapar una sonora risa "Si vieras tu cara, está bien, está bien" Dijo entre risas.

"Maldito, te doy mi apoyo y así me agradeces" Dije mirándolo de forma inculpatoria pero con una pequeña sonrisa en mi rostro.

"No sé por qué te asustas tanto, puedes negarte si algún día lo hago" Él comenzó a recuperarse de su ataque de risa.

"Sabes que no me negaría, simplemente no puedo ignorar el pedido de un amigo" Dije dejando escapar un suspiro.

"Es bueno saberlo… Pero en serio, aunque no me guste, me tengo que hacer a la idea de que algún día pasara, estoy comenzando a planear y pienso mandar a la mierda a todos los miembros del concejo actual, incluido el canciller" Movimiento arriesgado el que propone, y que puede si bien traer cosas buenas también puede ofender a muchos.

"Eso te dará muchos enemigos en poco tiempo, estoy de acuerdo que el consejo está inundado de inútiles y oportunistas, pero el apoyo de las familias a las cuales pertenecen esos miembros es importante para mantener el poder del emperador y cuando pase a ti los necesitarás" Le explique.

"Soy consciente de eso, no pensaba hacerlo todo de una sola vez, ni tampoco despedirlos sin más, muchos de estos concejales tienen trapos sucios, que si salen a la luz harán que el pueblo llano exigirá su dimisión. No soy amante de este tipo de tácticas, pero si la guerra me enseñó algo es que el honor solo funciona en los cuentos infantiles" Inteligente, usando al pueblo llano.

Es cierto que el imperio no es una democracia de ninguna forma, los plebeyos no tienen decisión alguna sobre lo que hacen los gobernantes, pero pueden hacer presión para que algunas cosas cambien, entre ellas la revocación de una ley o la dimisión de algún miembro del consejo.

El porqué tienen ese poder es muy simple, no molestas a una población que es mayor que cualquier ejército, nuestros soldados tienen armas y entrenamiento, pero son pocos en comparaciones a los millones de habitantes que pueden sentirse ofendidos por alguna ley o por las acciones de algún noble.

Además, este no es mi antiguo mundo donde la gente normal no puede hacer mucho contra soldados armados y entrenados, en Tamriel casi todo el mundo sabe utilizar aunque sea una daga porque en realidad este es un mundo muy peligroso donde si no sabes defenderte es muy posible que mueras.

También todo el mundo puede aprender magia, lo que significa que entre ese pueblo llano se encuentra gente capaz de lanzar bolas de fuegos tan poderosas como granadas, y para terminar los límites físicos en este mundo no son los mismos que en el mío. Casi cualquier habitante está al nivel de un atleta olímpico y aunque los soldados también tienen esas condiciones físicas, volvemos a lo mismo, el pueblo llano es más numeroso.

Así que utilizarlos para hacer presión sobre miembros del consejo es una buena estrategia y si se logra hacer bien el miembro del concejo no podrá culpar a Maximus de esto y tampoco retirar el apoyo de su familia sin que eso traiga preguntas y sospechas de traición.

"Buena estrategia, puedo ayudarte con eso, de todas formas ya tengo algunos de esos trapos sucios preparados desde hace tiempo, solo esperaba el buen momento para emplearlos" Maximus solo me sonrió y asintió.

Nuestra conversación fue detenida cuando nos dimos cuenta de que la música dejó de sonar, un tintineo se hizo presente proveniente desde una tarima en la cual están sentados el emperador junto a los miembros del consejo.

Quien provocó tal tintineo resultó ser el emperador el cual golpeó su copa para provocar el ruido y atraer la atención de todos, claramente hubo algún truco mágico para amplificar el sonido, de lo contrario no hubiera podido llegar a todos en el lugar. Anule la esfera de silencio a nuestro alrededor y me dispuse a escuchar lo que diría el emperador.

"Antes que nada, quiero agradecerles a todos y todas por su presencia, como lo sabrán hace un año apareció un portal a varios kilómetros de la ciudad imperial, algunos de ustedes lo vieron en su viaje hacia aquí" Dijo el emperador, su voz firme, alta y clara, nuevamente hubo una amplificación mágica en ella para que todos puedan escucharlo.

Hubo una leve interrupción en el discurso donde el emperador dejó a los presentes cotillear unos cuantos segundos sobre lo recientemente dicho.

"Pueden estar tranquilos, el general Jo'athra aquí presente" Pronunció el emperador señalando con la copa, sonreí y respondí al saludo levantando mi propia copa "Se aseguró que el mundo detrás de dicho portal no represente un peligro para el imperio, de hecho hemos firmado un tratado de no agresión con los regentes de dichas tierras y esperamos que ese sea un primer paso para una futura colaboración entre nuestros pueblos, pues todo indica que el portal vino para quedarse"

A este punto el emperador está solo haciendo tiempo, asegurándose que tiene la atención de todos.

"Y ese futuro dependerá de mi heredero, debido a la muerte prematura de mis descendientes directos, me veo en la obligación de elegir a uno de mis familiares para tal puesto" Y en cuanto dijo eso el silencio se volvió absoluto en el lugar.

Los miembros del consejo de ancianos parecen sorprendidos ante las palabras del emperador, un indicador de que no les previno de lo que pensaba hacer.

Se puede sentir en el aire la anticipación, algunos familiares presentes esperan ser elegidos y sus aliados y amigos esperan lo mismo, algunos ya tienen una idea de quién será elegido, otros aún se encuentran con la duda.

"Hoy, yo Tito Mede II, proclamo como mi heredero a Maximus Decimus Meridius, general de la legión Félix" Pronunció con fuerza el emperador su voz, siendo aumentada aún más, haciendo casi imposible que los presentes no lo escucharan.

Hubo un silencio sepulcral al darse el anuncio, y lo interrumpí con un aplauso, el cual rápidamente fue copiado por muchas otras personas y al final todos aplaudieron, algunos más genuinos que otros.

Maximus incómodo como nunca se acercó hacia el emperador subiendo a su lado, este último abrazo a Maximus como una muestra de aprecio ante todos los presentes y posó su dedo en la garganta del general, plantando sutilmente el hechizo que permite que su voz se escuche por todo el lugar.

"Yo, Maximus Decimus Meridius, quiero agradecer al emperador Tito Mede II por hacerme su heredero, es un gran honor y juro ante los dioses que me mostraré a la altura de las expectativas no solo del emperador sino del imperio en su totalidad" Conciso, pero es mejor así, hablar de más hubiera dejado claro que todo esto ya estaba planeado desde hace mucho… Lo está, pero es mejor que los otros se mantengan en la duda.

Hubo más aplausos y la música reanudó con aún más fuerza, Maximus no tardó en ser abordado por centenares de nobles ansiosos por obtener su favor, me temo que eso da un punto final a nuestra conversación, imposible para mí acercarme a él en esta situación para seguir nuestra conversación.

"El emperador eligió bien, entre todos los que comparten su sangre es el más apto para el puesto y quien más apoyo tiene" Pronunció una voz detrás de mí.

Me di la vuelta para encontrarme con un Khajiita y no cualquiera.

Un Khajiit con rasgos majestuosos y una apariencia imponente que captura la esencia del león. Su cuerpo es ágil y musculoso, mostrando la fuerza y agilidad propias de su linaje felino. Sus ojos, de un profundo color dorado, destilan sabiduría y astucia, como si supieran todos los secretos de Tamriel.

Su pelaje es de un intenso color dorado, con manchas oscuras que le dan un aire noble y distinguido. La melena que corona su cabeza es exuberante y densa, de diversos colores que van desde el negro al blanco, pasando por el rojo y el amarillo, y fluye majestuosamente hasta llegar a sus pies, dándole un aspecto magnífico y regio. Sus orejas puntiagudas se erigen con elegancia, a menudo alerta y atentas a su entorno.

A pesar de su apariencia imponente, sus movimientos son gráciles y precisos, reflejando una sabiduría y experiencia acumulada a lo largo de los años. Cada paso que da parece medido y con propósito, y su mirada penetrante revela una profunda comprensión del mundo que lo rodea.

Al verlo me arrodillé de inmediato un acto más impulsado por mis instintos que por mis pensamientos "Melena, es un honor estar en su presencia" Pronuncie con total reverencia.

Este Khajiita es el Melena actual, un líder no solo político sino también espiritual para todo Elsweyr y en general para los khajiita como especie, lo cual hace que casi de forma instintiva los Khajiita le tengamos un respeto cuasi fanático.

"De pie general Jo'athra, somos viejos amigos" Pronunció Melena con una sonrisa en su leonino rostro.

Me levanté siguiendo su orden.

"Has conocido a tantos de mis predecesores que sería nefasto, de mi parte tratarte como nada más que un igual" Pronunció, sorprendentemente no posee el acento típico de los Khajiita ni tampoco la forma de hablar, claro que yo no la tengo, pero antes de llegar a este mundo viví en uno donde yo hablaba normal lo cual hizo que el acento y forma de hablar Khajiita nunca se me pegara.

"Y es un honor conocer a uno más" Dije no osando mirarle mucho a la cara.

"El honor es mío en realidad" Él se acercó un poco a mí para susurrarme al oído "Soy en realidad un gran fan, crecí leyendo tus aventuras" dijo él su voz sonando de inmediato mucho más propia de alguien que conoce a su celebridad favorita que la de un sabio y mítico líder espiritual.

"Yo… Bueno, me siento honrado" El río con suavidad ante mí palabras.

Suelo olvidar que he vivido mucho más que otros, con el tiempo deje de contar, pero creo que estoy por mi tercer siglo en este mundo, eso me permitió conocer a muchos de los anteriores Melenas y nunca he podido aprender a no venerarlos.

"Pero dejando lo ocioso de lado, general Jo'Athra, quisiera preguntarle ¿Está el mundo detrás del portal protegido también por los fuegos del dragón?" Cuestionó el Melena y al hacerlo no pude impedirme abrir en grande mis párpados.

¿Cómo puede pasar eso por alto, como pude no verificar algo tan importante? Los fuegos del dragón son la barrera mágica que protege a Nirn de las incursiones a gran escala de los daedras, los que les impide abrir puertas de oblivion he invadir nuestro mundo, lo que les impide crear avatares casi invencibles.

La única razón del porqué no estamos ahora mismo bajo el dominio de los príncipes daedricos, y ahora existe una conexión entre ese mundo y el nuestro.

Todo hasta ahora apunta a que el mundo tras el portal no está conectado al Aurbis lo cual significa que no forma parte del Multiverso de The elder scrolls, lo cual de por sí los protege de los príncipes… Pero ahora existe una conexión, una que los príncipes pueden tal vez atravesar.

El Melena dejó escapar un pesado suspiro "Lo que me temía, general, escuche mis palabras porque estas son las predicciones de un pergamino antiguo que tenemos en nuestro poder" Al escuchar eso no pude, sino sentir un escalofrío en todo el cuerpo.

"Soy todo oídos" Dije tragando saliva.

El Melena asintió "Cuando la torre oscura sea capturada por el perro, cuando los siete escudos sean mancillados, cuando las reencarnaciones de la creadora sean sometidas y se levante el imperio donde solo domina el hombre. Los cielos se abrirán y el oscuro miasma descenderá sometiendo al mundo a la infinita oscuridad, la puerta que no puede ser sellada será su acceso para lo que siempre han deseado"

"Mierda" Fue lo único que pude decir.

"Efectivamente general, Mierda" corroboró Melena.