RinMakoto. Los Guerreros Fantasmas son muy fuertes, pero mientras las chicas y algunos Caballeros batallen y derroten, podemos decir que es un paso más cerca a la victoria.
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Sin más, comencemos…
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La guerra seguía en curso, además de que las cosas se complicaban aún más mirando cómo es que salieron Guerreros Fantasmas para darle batalla a los demás guerreros los cuales les hicieron pasar un mal momento, pero sus cosmos fueron más altos y lograron vencerlos.
Pero no sería lo único que se vería de estos guerreros que les habían vendido su alma a Eris.
- ¿Algo me huele mal? – en otro punto del Santuario, estaban Pei Pei y Shiho quienes iban en la parte más alta del Santuario, algo más arriba de Tomoe y Hibiki, estas miraron hacia abajo.
- Joder, si estamos bien alto, pero hay algo que no me cuadra – la china decía – es como dices, siento que algo más viene hacia aquí.
- Un cosmos extraño, pero al final no sé si…
- ¡Cuidado! – ambas se pusieron en pose de combate al sentir que alguien venía hacia ellas dos, antes de que se dieran cuenta, ambas recibieron dos fuertes patadas que las mandaron al suelo.
- ¿Q-Que fue eso?
- ¿Apenas les di una patada y ya tiraron sangre? Que patéticas – la persona que les hablaba era un chico de cabello azabache y ojos del mismo color el cual portaba una armadura de color rojo, siendo lo más llamativo el escudo que llevaba en su antebrazo.
- ¿Quién eres?
- Son Jan de Escudo – exclamó este con la dichosa constelación formándose detrás de él.
- ¿Escudo? Entiendo, por eso es que posees esa arma, dicen que es uno de los más fuertes de las armaduras de Athena – Shiho decía – pero no entiendo que haces peleando para la diosa Eris, si portar una armadura, quiere decir que tienes que batallar a favor de la paz.
- No quiero pelear para una diosa tan inútil como ella.
- ¿Qué has dicho?
- No dejaré que digas lo que quieras, ¡te daré de comer mi puño! – Pei Pei se lanzó al ataque para acertarle un golpe, incluso se podía ver un dragón detrás de ella, pero cuando estaba por dárselo, este puso su escudo.
El golpe de la china fue duro, pero la dureza del escudo resultó ser más ya que esa zona de la armadura de Pei Pei terminó rompiéndose, así mismo, sus nudillos comenzaron a sangrar un poco.
- Idiota, mi escudo es más duro incluso que el diamante, así que no podrás hacerme daño.
- Y vaya que es duro – Dragón se sostuvo su mano herida – mierda, derroté a un dios usando la técnica de hacerme una con la naturaleza, pero el cosmos que usé fue mucho y no puedo volver a usarla, de lo contrario ya estarías muerto.
- No sé qué tanto murmuras, espero que sean plegarias.
- Déjame a mí esto Pei Pei-san, lo haré piedra ya que somos dos guerreros con escudo – Shiho pasó al frente estando frente a frente con Escudo.
- Vaya, que linda chica, lástima que alguien como tú esté con ese bando.
- Más respeto debes tener, no mereces poseer una Armadura si hablas tan mal de la diosa que las hizo – la castaña levantó su escudo – pero supongo que tendré que castigar a aquel que osó faltarle el respeto a la diosa Athena… ¡petrifícate!
- Idiota, no caeré en eso – este se protegió con el escudo evitando que el efecto de la armadura de Shiho le diera, cosa que la líder de las Saintias aprovechó para atacarlo.
Al final, no pudo golpearlo en las piernas ya que Jan saltó y la golpeó a ella, pero Shiho no recibió mucho daño ya que se logró recomponer, no sin antes llevarse un golpe en el estómago de parte de su rival.
- No puedo quedarme sin hacer nada, tengo que actuar – susurró la rubia quien se lanzó al ataque.
- ¡Acabaré contigo, dragón subdesarrollado! – Jan saltó sobre Pei Pei quien se protegió con el escudo, pero lo que no se esperó fue que la fuerza del Guerrero Fantasma fuera más alta que la resistencia de su escudo lo que terminó por darle justo en el brazo.
- Lā shǐ! (¡Mierda!) – el grito de la chica fue claro, su extremidad fue lastimada.
- ¡Pei Pei-san!
- Jajajaja, debiste pensar que mi armadura es casi tan fuerte como lo es mi escudo, es obvio que no aguantarías una patada así sin salir ilesa, que débil eres – Jan comenzó a reír mientras la Mahou Shoujo se tomaba la zona lastimada que empezaba a sangrar.
- Tendré que batallar por ella hasta que esté mejor – la Saintia de Perseo comenzó con el contraataque, pero el problema siempre era uno y es que cuando intentaba decir que mirara su escudo para volver piedra, este lo reflejaba con su escudo.
El problema que Shiho también tenía era que la armadura de este era fuerte, los simples golpes no podían dañarlo, la castaña supo que no podía incluso al ser líder de las Saintias.
- Mi brazo está roto creo, pero si no ayudo a Nomi-san, ambas no pasaremos de aquí, demonios, si tan solo pudiera volver a hacerme una con la naturaleza, podría ganarle fácilmente, pero eso me deja sin casi nada de cosmos – aun con dolor y todo, Pei Pei se puso de pie elevando su cosmos – tengo una idea de quien me puede ayudar.
- Ja, ni siquiera haciendo que tu cosmos arda podrás romper mi escudo, es el más fuerte de todo el mundo.
- No diría eso de forma tan fácil… tu escudo no es el más fuerte del mundo, hay alguien con un escudo todavía más duro.
- Mientes, y probarás mi escudo en tu cara – este se lanzó al ataque, Shiho se puso en frente tratando de detenerlo por si este le daba algún golpe a su herida compañera.
La Saintia estaba esperando el golpe directo de ese escudo, sin embargo, algo llegó frente a ella iluminado de un color dorado intenso, al disiparse un poco la luz dorada, se reveló un objeto redondo.
- ¿Es uno de los escudos de la armadura de Libra?
- ¿Qué es eso?
- Asuka debió escuchar mi llamado y mandó su arma para ayudarnos – susurró la china, pero Shiho la escuchó claramente.
- Otori-san… gracias por eso – Perseo tomó el escudo dorado – con esto, no podrás vencerme.
- Bah, es solo un estúpido escudo de color dorado, nada importante contra mi potente escudo invencible – Jan se lanzó con todo, ahí fue cuando chocaron escudos, aunque esta vez fue diferente ya que las dos armas vibraron, no solo eso, sino que el escudo de Jan tuvo una fisura, cosa que fue vista por la castaña.
- Aunque no lo haya notado él, su escudo se dañó por lo que esto es bueno, el escudo de Libra es mucho más poderoso que cualquiera escudo – Shiho reía un poco, tenían una oportunidad.
- No puedo quedarme fuera de esto – Pei Pei decidió que no podía ser una simple espectadora en esto – incluso si mi brazo está herido, mi cosmos es el que habla por mí, por lo que esto todavía no se acaba.
- Pei Pei-san, estás muy herida, déjame esto a mí.
- No, derrotaré a este sujeto y demostraré de lo que soy capaz de hacer – decía esta elevando su cosmos, no solo eso, sino que se despojó de su armadura quedando sola con la ropa spandex que poseía.
- ¿Pelearás sin armadura? Es un suicidio hacer eso, idiota.
- Tú eres el idiota, desde que me volví Mahou Shoujo estoy lista para pelear tan fuerte como pueda, así como para morir en batalla en cualquier momento, por lo que no le tengo miedo a morir, idiota – el cosmos de la rubia se elevaba más y más hasta tomar la forma de un dragón – ¡trágate esto! ¡Dragón Naciente!
Un enorme dragón fue hacia Jan quien puso su escudo para protegerse, cosa que logró por un momento, pero poco a poco se dio cuenta de que estaba perdiendo fuerza ante el ataque de la guerrera del dragón.
Shiho notó como una oportunidad para poder vencer a Escudo, pero no podía usar su técnica de petrificación, sin embargo, se le vino algo a la mente, recordando que en el tiempo entrenando con Ramón, aprendió más cosas, aun así, haría un ataque el cual no lo había perfeccionado del todo.
- Es ahora o nunca, espero que me salga bien.
- ¡Ese poder tuyo no será suficiente para acabar conmigo!
- Tal vez no, pero yo creo que deberías de checar tu arma – la china detuvo su ataque dándole a indicar que su escudo poseía fisuras – el choque de escudos hizo que el tuyo se rompiera de a poco, aunque no lo creas, la poseedora de ese escudo es mi amiga, la defensora de la constelación de la balanza dorada, Asuka de Libra.
- ¿Asuka de Libra? Ser Dorada o no, al final de todo no pasará nada si esa arma me destruyó, no podrán.
- Te equivocas porque acabaré contigo – el cosmos de Shiho estaba elevándose hasta que, mostrándose la constelación de Perseo, atacó – ¡Ataque de las Perseidas!
El ataque ofensivo de Shiho fue como una lluvia de estrellas fugaces las cuales fueron hacia donde estaba Jan quien colocó su escudo como modo de defensa, pero todo fue inútil ya que la fuerza del ataque de la Saintia fue mayor, sumado a que Pei Pei ya había dejado peor el escudo de Jan, esto fue mejor para las atenienses.
Finalmente, la resistencia del escudo del peli azabache cedió rompiéndose y recibiendo de golpe los ataques de Shiho los cuales acabaron de destruir su armadura y mandándolo a volar por los cielos hasta que cayó al suelo con su cuerpo muy lastimado, así como sangrante.
- Eres una… maldita… ¿Qué diablos hiciste?
- Fue una técnica la cual estuve entrenando, no obstante, no puedo usarla del todo ya que es muy poderosa, son iguales que los Meteoros de Pegaso, pero con una potencia aún más grande, nombrados como Ataque de las Perseidas, es una lluvia de estrellas fugaces a velocidad luz que, al impactar con su objetivo, son capaces de destruir todo a su paso, aunque me hacen usar una gran cantidad de cosmos.
- No la has perfeccionado del todo entonces – Shiho asintió – al menos fue suficiente para hacerlo caer.
- Sí, menos mal.
- S-Son unas… perras… ojalá que… mueran… – el guerrero cayó muerto.
- Una amenaza menos, pero tenemos que seguir ¿no lo crees? – Pei Pei asintió – ¿podrás con tu brazo en ese estado?
- No te preocupes, podré batallar, no me rendiré hasta que me muera.
- Sigamos entonces – ambas chicas siguieron su camino por el Santuario ya estando cerca de la cima.
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De vuelta con el encuentro entre Joan y Eris, esta seguía notando como el cosmos del mexicano seguía en aumento, por única en su vida sintió algo que normalmente solo se les atribuía a los humanos.
El miedo.
Su cuerpo le daba esa sensación de que estaba en peligro mortal, el cosmos del castaño seguía en ascenso y no ayudaba nada el estar en Fase 3 de Super Guerrero.
- ¿Cómo es que un mortal me está dando esas sensaciones? Se supone que los mortales y los dioses somos de mundos diferentes, no debería un simple humano hacerme sentir esto tan extraño – pensaba con molestia la diosa de la discordia.
- ¿Y bien? ¿Quieres comenzar?
- ¡Insolente humano! – la batalla dio inicio entre ambos de nuevo, sin embargo, las cosas con Eris parecían ser diferentes ya que el poder que poseía Joan era cada vez más creciente.
Los golpes que la diosa le daba con la manzana dorada eran fatales, uno de los golpes le logró rozar causándole una especie de quemadura en la zona del brazo izquierdo, aun así, este decidió seguir batallando, siempre teniendo cuidado de no ser golpeado por el objeto.
Joan decidió que era suficiente tratando de esquivar a los ataques de la peli morada por lo que optó por atacar, pero tenía que ser un golpe el cual fuera explosivo, siendo que este poseía un ataque que sería así.
- ¡Gran Cuerno! – el ataque parecido a un gran toro dorado fue corriendo hacia donde estaba la diosa de la discordia, esta se protegió del ataque, no obstante, al impactar de lleno y haber pasado unos segundos, Eris notó como es que sus brazos estaban heridos.
- ¡Hijo de perra! ¡Pagarás por eso! ¡¿Cómo osas herir de ese modo a un dios?!
- Lo haré y mil veces sea necesario, primero acabaré contigo, pero luego iré por Ares.
Eris poseía algunos guerreros los cuales atacarían a Joan, pero este sería ayudado por Yoshimi y Akira quienes le echarían la mano y solo este estaría con la diosa de la discordia.
- Por favor, tienes que seguir cargando tu cosmos en esa flecha – Joan parecía tener un plan, pero decidió seguir en la pelea con la diosa.
Los choques continuaron, así como los guerreros que iban cayendo uno por uno debido a los ataques fríos de Yoshimi, así como eran los ataques explosivos de Akira y su otra parte quienes no tenían piedad con ellos.
- ¿Acaso has decidido matarme con ese cosmos? ¡No me hagas reír maldito Patriarca! - Eris decía quien logró darle un fuerte golpe con la manzana dorada en el rostro causándole una quemadura.
- Hm, puede ser que con mi cosmos te pueda vencer o al menos puedo darte una batalla muy dura como lo he hecho, no obstante, puede que haya un arma la cual podría joderte la vida, Eris.
- ¿Un arma? ¿Cómo qué? ¿La lanza de Ares?
- No, esa lanza será usada para acabar con ese sujeto, podemos decir que será menos sorprendente, pero igual de potente.
- Patrañas, ¡eso no pasará! – la peli morada saltó hacia el chico con su manzana en sus manos, eso pareció darle indicación al sinaloense.
- Creo que es hora – susurró este – ¡AHORA SAGITARIO!
- ¿Sagitario?
De lejos, un cosmos se estaba manifestando, siendo esta Shinonome que estaba de rodillas apuntando con su arco y flecha con dirección a la hermana de Ares. A pesar de que la joven peli azul estaba muy herida por su batalla anterior, no se dejaría vencer fácilmente a pesar del cansancio.
- Cómete… la Flecha de Sagitario que acaba… ¡con la maldad! – esta disparó la flecha dorada la cual siguió pasando por el Santuario llegando justo a donde estaba Joan quien dejó que el arma arrojadiza fuera hacia la diosa.
La flecha pasó al lado del mexicano quien sonrió, Eris no pudo creer que la flecha volaba hacia ella, atravesó la manzana dorada y finalmente llegó a la cabeza de la peli morada.
- N-No…
- Se ha acabado Eris, morirás… ¡Redención! – el chico golpeó el pecho de la peli morada haciendo que una masa plasmática de color plateado saliera de su cuerpo y usando más cosmos, Joan logró destruir esa cosa – lo hicimos.
- ¿Qué fue eso?
- Fue el alma de Eris – susurró este mirando como el cuerpo de Eris comenzaba a desaparecer hasta que no quedó nada – hemos acabado de una vez por todas con ella.
- No me refiero a eso, ¿Por qué la flecha de Sagitario llegó hasta aquí?
- La batalla que tuve con Eris solo fue para darle tiempo a Shinonome de recuperarse para que la pudiera lanzar, la manzana era su punto débil y si era atravesada, podríamos derrotarla, así como la flecha le dio en la cabeza dejándola inmóvil, con eso aproveché para darle mi ataque de Redención y sacar su alma, así que buen trabajo a todos.
- Joder, al menos avisa que harás eso.
- No te preocupes Yoshimi, solo nos queda Ares y habremos acabado con esto.
- Ojalá que sí – ya una de las más duras rivales pasó a mejor vida, Eris fue derrotada, así como saber que Shinonome estaba bien, herida, pero bien.
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Templo de Ares.
- Eris – el dios de la guerra se levantó de golpe haciendo temblar todo su Santuario y no solo eso, tomó su armadura y lucía muy molesto – ahora sí, es hora de que yo entre a la batalla y mate a todos de una maldita vez.
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Continuará…
