Draco Malfoy y el misterio de la lagrima de la sirena.
Capítulo 9: Como entrenar a tu dragón.
La salida de Hosgmeade fue encantadora para Draco, no pudo más que hablar unas dos horas con Charlie antes que Luna y Ginny tomaran su atención para ver las demás tiendas; acosaron un poco la no cita de Anthony y Padma, antes que Terry y Michael se unieran a ellos. En realidad, fue un gran espectáculo para tener si este fuera su último viaje a Hosgmeade, hizo algunas bromas sobre testamentos que sus amigos no lo tomaron en serio, particularmente Padma cuando se unió; aparentemente había estado metiendo demasiado tiempo en él como para dejarlo morir. Esta vez cuando regreso al castillo, los dulces fueron para Megumi quien sonrió encantada porque se acordará de ella, camino tranquilamente hasta la cámara de los secretos luego de que Ginny fuera a la torre Gryffindor, donde estuvieron entrenando el escudo.
No era muy útil, Draco salía con una o dos quemaduras, pero era mejor tenerlo como emergencia. Sus amigos comenzaban a ser bastante hábiles con sus propios hechizos, así que todos ganaban de alguna u otra forma.
Tenía otro plan principal para la primera prueba aparte del escudo, pero como aprendió el año pasado con Sirius, el respaldo siempre era necesario.
Quisiera admitir que el día de la prueba llego lento, pero en realidad llego extremadamente rápido y sentía un poco de ganas de vomitar al respecto.
Una parte de él estaba extasiada por la idea de verse cara a cara con un dragón, si hubiera podido elegir su futuro en este momento, sería como cuidador de dragones, aunque fuera en el fin del mundo; las criaturas eran tan magnificas y poderosas, siempre pensó que eran la mejor parte de ser un mago y como Orion había disfrutado mucho de lo poco que podía de investigar de estas en sus limitados tiempos libres. Selena conocía a su hermano y cada cumpleaños, algo con temática de dragones pertenecía a su habitación, a pesar del poco dinero disponible ambos amaban al otro.
Había ido a una reserva de dragones cuando era niño en esta vida, pero nunca había estado cerca de ellos, solo los había visto cuando eran bebes y siempre con un cuidador profesional; los grandes eran tan violentos e incontrolables, que sus padres no se arriesgaron a ellos a pesar de las suplicas de Draco.
Pero ahora tenía la oportunidad de verlos.
Frente a él.
Magnifico.
—Podrías al menos fingir que no estas emocionado por caminar a tu posible muerte—le reprende Padma con el ceño fruncido mientras caminan juntos, todos los demás están esperando en sus puestos y era turno de Padma de acompañarlo.
Habían practicado toda la semana de forma demasiado seria, apenas si había visto a los otros campeones, pero todos parecían dispuestos también en sus entrenamientos.
Que gane el mejor.
En igualdad de condiciones.
Claro que Draco tenía desventaja de ser algunos años menor, por algún motivo sentía que podría hacer mejor esta prueba que las siguientes.
También Padma viene porque había intentado colar la cámara polaroid para la primera prueba y esta había lucido horrorizada, antes de tener su mejor rostro de mamá gallina impidiendo que pudiera obtener una fotografía de primera mano.
Fue muy triste en realidad.
—Espero recuerdes mi testamento—bromea y Padma le da una mirada exasperada, al igual que sus amigos Ravenclaw estos días parece cansada.
Se siente un poco culpable por eso.
—No tienes permitido morir—es lo único que dice ella y Draco sujeta la mano de Padma con una sonrisa, su amiga parece tensa y su mano es algo fría al tacto.
La felicidad que la chica había tenido la semana pasada por su casi cita con Anthony, parece haber disminuido cada que la prueba se acercaba; todos parecían siempre tensos ahora a su alrededor.
—No lo hare, cuando termine la prueba vamos a pasar una noche libre en la torre Ravenclaw disfrutando de una pijamada grupal—intenta animarla y por la vaga sonrisa de ella funciona, con un último abrazo solamente puede quedarse a solas frente al profesor Flitwick quien parecía haberlo estado esperando.
Es hora.
El profesor parecía tan nervioso como Padma cuando a Draco le toco bajar la escalinata de piedra y salir a la fría tarde de noviembre, se detuvo frente a él.
—Joven Malfoy, espero que todo salga bien el día de hoy, lo importante es la serenidad—Flitwick parece incomodo, pero todos los últimos días había estado particularmente atento a sus clases y enseñarle cualquier cosa que Draco preguntara—conserva la cabeza serena. Habrá magos preparados para intervenir si la situación se desbordara… Lo principal es que lo hagas lo mejor que puedas, y no quedarás mal ante la gente. ¿Te encuentras bien? —
—Creo que todo saldrá bien—no debe admitir que ya sabe que hay dragones, pero no puede evitar la sensación de emoción.
Flitwick parece incrédulo al verlo, antes de suspirar y liderar el camino.
Él lo conducía bordeando el bosque hacia donde debían estar los dragones; pero, al acercarse al grupo de árboles detrás del cual habría debido ser claramente visible el cercado, Draco vio que habían levantado una tienda que lo ocultaba a la vista.
Sintió el calor del lugar.
Draco se emocionó más de lo que debería.
—Tienes que entrar con los demás campeones —le dijo Flitwick con voz temblorosa— y esperar tu turno, joven Malfoy. El señor Bagman está dentro. Él te explicará lo que tienes que hacer… Buena suerte—
—Gracias —dijo Draco con tranquilidad.
Él lo dejó a la puerta de la tienda, y Draco entró.
Fleur Delacour estaba sentada en un rincón, sobre un pequeño taburete de madera. No parecía ni remotamente tan segura como de costumbre; por el contrario, se la veía pálida y sudorosa. El aspecto de Viktor Krum era aún más hosco de lo habitual, y Draco supuso que aquélla era la forma en que manifestaba su nerviosismo. Cedric paseaba de un lado a otro. Cuando Draco entró le dirigió una leve sonrisa a la que éste correspondió, aunque a los músculos de la cara les costó bastante esfuerzo, como si hubieran olvidado cómo se sonreía.
No importa que la intervención de Draco les diera mucho tiempo para prepararse, supone que no todos están emocionados ante la idea de entrar con un dragón frente a ellos y poder morir.
Sería una muerte espectacular.
—Bien ya estamos todos—dijo Bagman muy contento, mirándolo—. ¡Ven, ven, ponte cómodo! —
De pie en medio de los pálidos campeones, Bagman se parecía un poco a esas figuras infladas de los dibujos animados. Se había vuelto a poner su antigua túnica de las Avispas de Wimbourne.
Los padres de Terry estarían emocionados.
—Bueno, ahora ya estamos todos… ¡Es hora de poneros al corriente! —declaró Bagman con alegría—. Cuando hayan llegado los espectadores, os ofreceré esta bolsa a cada uno de vosotros para que saquéis la miniatura de aquello con lo que os va a tocar enfrentaros. —Les enseñó una bolsa roja de seda—. Hay diferentes… variedades, ya lo veréis. Y tengo que deciros algo más… Ah, sí… ¡vuestro objetivo es coger el huevo de oro! —
Draco miró a su alrededor. Cedric hizo un gesto de asentimiento para indicar que había comprendido las palabras de Bagman y volvió a pasear por la tienda. Tenía la cara ligeramente verde. Fleur Delacour y Krum no reaccionaron en absoluto, aunque lo vieron de reojo, tal vez pensando que finalmente había tenido razón todo este tiempo. Tal vez pensaban que se pondrían a vomitar si abrían la boca; se habían visto estos días bastante incomodos.
Aunque ellos, al menos, estaban allí voluntariamente…
Draco duda que deba estar aquí, pero bien podría aprovechar cada oportunidad que tiene para ser feliz.
Morir en la boca de un dragón.
Glorioso.
Enseguida se oyeron alrededor de la tienda los pasos de cientos y cientos de personas que hablaban emocionadas, reían, bromeaban… Draco se sintió separado de aquella multitud como si perteneciera a una especie diferente. Y, a continuación (a Draco le pareció que no había pasado más que un segundo), Bagman abrió la bolsa roja de seda.
—Las damas primero —dijo tendiéndosela a Fleur Delacour.
Ella metió una mano temblorosa en la bolsa y sacó una miniatura perfecta de un dragón: un galés verde. Alrededor del cuello tenía el número dos. Draco pudo notar como la chica parecía fuertemente decepcionada que al final del día, si hubiera dragones de por medio.
Lo mismo que en el caso de Krum, que sacó el bola de fuego chino. Alrededor del cuello tenía el número tres. Krum ni siquiera parpadeó; se limitó a mirar al suelo. Cedric metió la mano en la bolsa y sacó el hocicorto sueco de color azul plateado con el número uno atado al cuello.
Sabiendo lo que le quedaba, Draco metió la mano en la bolsa de seda y extrajo el colacuerno húngaro con el número cuatro. Cuando Draco lo miró, la miniatura desplegó las alas y enseñó los minúsculos colmillos.
Casi quiso preguntar si podría quedarse con esta pequeña cosita hermosa.
Un colacuerno.
El más peligroso de los 4 dragones y el que mayor dificultad tendría de encontrarse en el futuro, si, si Draco muere hoy lo hará feliz.
El Colacuerno húngaro es un dragón nativo de Hungría y se considera la raza más peligrosa entre los dragones. Tiene escamas negras, una cola con púas, y los cuernos de bronce que sobresalen de su cabeza. Tiene ojos amarillos con pupilas verticales. Su rugido es como un maullido y gritos chirriantes, y su llama puede llegar a unos quince metros. Las llamas de la respiración del Colacuerno pueden llegar a temperaturas extremamente altas, pudiendo calentar una piedra al rojo vivo en cuestión de segundos. El Colacuerno se alimenta de ganado vacuno, ovino y caprino. Sus huevos son de color cemento con cáscaras muy duras.
También son conocidos por ser una de las razas más feroces de los dragones, no debe ser normal que Draco se encuentre emocionado por esto. El colacuerno demuestra ser extremadamente rápido durante el vuelo ya que es capaz de mantenerse a la misma velocidad que una saeta de fuego, la cual es capaz de llegar a casi 130 m/s desde 0 a 10 segundos de escoba.
Para su tamaño, el colacuerno es capaz de grandes maniobras aéreas, manteniéndose a la par de las habilidades de vuelo con otros animales más aerodinámicos.
Si.
Draco era un fanático de los dragones.
—¡Bueno, ahí lo tenéis! —dijo Bagman—Habéis sacado cada uno el dragón con el que os tocará enfrentaros, y el número es el del orden en que saldréis, ¿comprendéis? Yo tendré que dejaros dentro de un momento, porque soy el comentador. Diggory, eres el primero. Tendrás que salir al cercado cuando oigas un silbato, ¿de acuerdo? Bien—
El hombre lo vio un momento con duda, antes de negar con la cabeza y llamar a los demás para alistarse.
—Buena suerte Cedric—hablo Draco tardíamente, el chico volteo a verlo con una mirada de agradecimiento antes de asentir.
Luce algo verde.
Draco quisiera poder ir a ver, pero no lo tenían permitido exactamente ir al público para poder observarlos en las gradas; era el único problema que había visto actualmente.
En su lugar se quedó en su asiento, repasando los planes que había pensado con los chicos y dependiendo sus habilidades, cuáles eran las mejores alternativas; el tiempo parecía ir rápido cuando no estás seguro de que eso quieres, ya que sentado con Fleur y Krum, todo parece demasiado rápido. Unos segundos después oyeron el bramido de la multitud, señal de que Cedric acababa de entrar en el cercado y se hallaba ya frente a la versión real de su miniatura.
Sentarse allí a escuchar era peor de lo que Draco hubiera podido imaginar, quería ver a los dragones en acción. La multitud gritaba, ahogaba gemidos como si fueran uno solo, cuando Cedric hacía lo que fuera para burlar al hocicorto sueco. Krum seguía mirando al suelo. Fleur ahora había tomado el lugar de Cedric, caminando de un lado a otro de la tienda. Y los comentarios de Bagman lo empeoraban todo mucho… En la mente de Draco se formaban imágenes emocionantes al oír: ¡Ah, qué poco ha faltado, qué poco…! ¡Se está arriesgando, ya lo creo…! ¡Eso ha sido muy astuto, sí señor, lástima que no le haya servido de nada! .
Draco no quería que los campeones murieran, pero en fin, teamDragon por aquí.
Y luego, tras unos quince minutos, Draco al fin oyó un bramido ensordecedor que sólo podía significar una cosa: que Cedric había conseguido burlar al dragón y coger el huevo de oro.
—¡Muy pero que muy bien! —gritaba Bagman—¡Y ahora la puntuación de los jueces! —
Pero no dijo las puntuaciones. Draco supuso que los jueces las levantaban en el aire para mostrárselas a la multitud.
Eso fue extremadamente injusto para ellos.
—¡Uno que ya está, y quedan tres! —gritó Bagman cuando volvió a sonar el silbato—¡Señorita Delacour, si tiene usted la bondad! —
Fleur temblaba de arriba abajo, al pasar por su lado Draco tomo su muñeca y cuando ella volteo a verle le dio una sonrisa que esperaba motivarla; esta dudo antes de regresar la sonrisa tensa. Cuando salió de la tienda con la cabeza erguida, agarrando la varita con firmeza, Draco sintió por ella una especie de afecto que se tiene entre campeones.
Todos están en el mismo bote.
Se quedaron solos él y Krum, en lados opuestos de la tienda, evitando mirarse activamente.
Se repitió el mismo proceso.
—¡Ah, no estoy muy seguro de que eso fuera una buena idea! —oyeron gritar a Bagman, siempre con entusiasmo—. ¡Ah… casi! Cuidado ahora… ¡Dios mío, creí que lo iba. Coger! —
Diez minutos después Draco oyó que la multitud volvía a aplaudir con fuerza.
También Fleur debía de haberlo logrado. Se hizo una pausa mientras se mostraban las puntuaciones de Fleur. Hubo más aplausos y luego, por tercera vez, sonó el silbato.
Krum no espero que lo llamaran antes de empezar a caminar, se detuvo frente a Draco y fue él quien levanto tentativamente la mano, que Draco choco el puño con este.
Si antes habían tenido dudas de Draco, hoy probablemente desaparecían.
Espera.
—¡Y aquí aparece el señor Krum! —anunció Bagman cuando salía Krum con su aire desgarbado, dejando a Draco completamente solo.
Se sentía mucho más consciente de su cuerpo de lo que era habitual: notaba con claridad la rapidez a la que le bombeaba el corazón, el hormigueo que el miedo le producía en los dedos… Y al mismo tiempo le parecía hallarse fuera de él: veía las paredes de la tienda y oía a la multitud como si estuvieran sumamente lejos.
Se imagino con el dragón.
Nunca había estado tan cerca de un dragón de este tipo, iba ser una locura, pero algo en su interior parecía gritar que era hora.
—¡Muy osado! —gritaba Bagman, y Draco oyó al bola de fuego chino proferir un bramido espantoso, mientras la multitud contenía la respiración, como si fueran uno solo—. ¡La verdad es que está mostrando valor y, sí señores, acaba de coger el huevo! —
El aplauso resquebrajó el aire invernal como si fuera una copa de cristal fino. Krum había acabado, y aquél sería el turno de Draco.
Era su turno.
Hora de la verdad.
.
.
Draco se sintió un poco tenso al caminar fuera del lugar, no tenía pánico como esperaba, se encontraba ansioso y casi podría imaginar sus pupilas dilatadas por la situación. Pasó los árboles y penetró en el cercado a través de un hueco. Sus amigos habían estado asustados, a diferencia de aquella noche el año pasado en el lago, Draco no tiene tanto miedo de morir; lo vio todo ante sus ojos como si se tratara de un sueño de colores muy vivos.
Desde las gradas que por arte de magia habían puesto después del sábado lo miraban cientos y cientos de rostros. Y allí, al otro lado del cercado, estaba el colacuerno agachado sobre la nidada, con las alas medio desplegadas y mirándolo con sus malévolos ojos amarillos, como un lagarto majestuoso cubierto de escamas negras, sacudiendo la cola llena de pinchos y abriendo surcos de casi un metro en el duro suelo.
Se pregunto tardíamente si sus padres estarían ahí, Sirius había prometido ir con Dora, así que podría imaginarlos gritando su nombre.
La multitud gritaba muchísimo, pero Draco ni sabía ni le preocupaba si eran gritos de apoyo o no. Era el momento de hacer lo que tenía que hacer: concentrarse, entera y absolutamente, en lo que constituía su mayor posibilidad.
Levantó la varita.
El Dragón era majestuoso.
Draco sonrió emocionado de ver a la bestia tan cerca que podría sentir su calor, admirar la coloración de sus escamas y si no supiera que moriría, Draco correría para abrazarlo.
Su corazón bombeaba de felicidad.
—Sáasil weenel—grito señalando a los ojos del dragón, quien gruñe ante el efecto del hechizo.
Duda un momento, pero el dragón que parecía al borde del ataque parece congelarse y ver a todos lados, como si el hechizo no fuera del todo funcional; sus labios se mantienen firmes porque sabe que, aunque el hechizo ilusorio que uso contra un basilisco, claramente un majestuoso Dragón no se sometería tan fácilmente ante un hechizo.
Ocuparía algo más.
Draco lo sabía, porque amaba los dragones y eran perfectos.
Incluso cuando quieren asesinarte.
No ocupo pensar mucho en algún recuerdo feliz, estar simplemente frente a un dragón fue suficiente para que su hechizo saliera de su varita; algo un poco preocupante si pensaba un poco.
—Expecto Patronum—su ridgeback noruego salió de la varita de forma de mayor tamaño de la que recordaba.
Ni de cerca como el colacuerno frente a él, pero si la ilusión que le daba al dragón no funcionaba totalmente, probablemente el patronus sería una manera de confundirle.
Miró la nidada, y vio el huevo de oro brillando en medio de los demás huevos de color cemento, bien protegidos entre las patas delanteras del dragón.
Maravilloso.
Solo ocupaba caminar sutilmente hacía el dragón de forma rápida, tomar el huevo de oro y esto estaba hecho.
El estadio estaba silencioso y con algunos gritos ahogados, pero el dragón parecía todavía confundido.
Draco quisiera quitarle una escama al pasar a su lado, pero sabe que sería ridículo y con suerte pueda convencer a los cuidadores cuando terminara la prueba para verlos más de cerca; por ahora ocupa el huevo de oro y por eso se apresura rápidamente hacía el lugar esperando obtenerlo.
Su plan fue un éxito.
¿O no?
Estaba a un metro del huevo de oro cuando lo sintió, es como si una onda expansiva apareciera en el estadio y todos parecieron tensos, o eso imagino Draco; ya que él solo tenía ojos para el colacuerno que ahora estaba sobre él, todavía sobre los huevos y había bajado la mirada completamente libre del hechizo.
Aterrador.
Poderoso.
Magnifico.
Abriendo la boca y Draco, aunque podía ver el huevo, por la posición tuvo que saltar de lado para esquivar la llamarada rápidamente.
Caliente.
Muy caliente y peligrosa.
Las quemaduras de Dragon no eran tratadas de la misma forma que una quemadura convencional, tenían hasta cierta parte un poco de magia en el fuego y casi era seguro tener una cicatriz; Pomfrey sin duda lo asesinaría.
El público grito, Bagman dijo algo que no podía prestarle atención, Draco comenzó a correr literalmente por su vida.
El colacuerno parecía querer romper sus grilletes por la forma en que se movía, pero no necesito de mucho esfuerzo, si no fuera porque estaba viéndolo por él mismo, habría pensado que fue un accidente; pero no lo fue, el grillete, una pequeña parte desapareció y este pudo destruirlo dándole la habilidad al dragón de abalanzarse sobre él.
Bien no debería preocuparse de los dragones, del colacuerno, porque ahora puede saber algo con certeza.
Alguien lo quiere muerto.
—¡Ulinzi wa juu! —una forma para poder activar la magia, es cuando la condición se presenta y situaciones de vida o muerte se asoman.
Porque, aunque el escudo no había funcionado especialmente en su entrenamiento y sus amigos lo habían usado casi como saco de boxeo, esta vez el escudo de color verdoso apareció frente a él dividiendo el mar de llamas y provocando que todos queden en silencio.
Su varita funcionaba mejor en crisis.
Como esta crisis por supuesto.
Draco levanta un puño emocionado porque por fin domino el hechizo, antes de lanzarse de lado cuando la garra del dragón estuvo muy cerca de su hombro.
Maldita sea.
Eran mucho más rápidos y agiles de lo que debería con ese tamaño.
Una parte de él se emocionó al respecto, una parte perturbadora que no le importa si moría y solo piensa en dragones.
Es maravilloso poder admirar algo que te ha encantado desde niño tan cerca, otra parte maldijo que fueran bestias tan magnificas como peligrosas; otro chorro de fuego y ahora aleteos potentes le hicieron ver que se estaba quedando sin tiempo, sin huevo y a este ritmo sin vida.
¿Dolería mucho ser devorado por el dragón?
Será un epitafio maravilloso.
Lanzo otro hechizo de escudo, pero en lugar que fuera para él, para los huevos del dragón que su propia madre casi rompe.
—¡EY! —chillo indignado de una madre dragón tan desconsiderada—Tienes un maldito ciclo de procreación complicado, no arruines un muy buen trabajo aplastándolos con tus enormes patas—se indignó con el dragón, antes de volver a saltar por otra llamarada.
Esta vez su brazo derecho no escapo tan ileso.
Ya podría imaginar a Pomfrey quejándose sobre esto.
¿Cuáles eran los siguientes planes?
Comenzaban a disminuirse, no había planteado que el dragón volara y en realidad escapar es considerado un reloj de tiempo porque un dragón de ese tamaño pronto lo encontraría.
El público soltó un jadeo coordinado, cuando la enorme cola del dragón lo estampo contra un costado del edificio, malditamente fuerte y sujetándolo inmovilizado; su cabeza había golpeado demasiado fuerte contra uno de los costados de la arena, así que una conmoción como mínimo debe tener ahora.
Todo gira con un zumbido en su oído.
La varita sigue en su mano, el lumos que lanza rápidamente es sin decirlo en voz alta, porque ha dominado el hechizo suficiente para hacer magia no verbal de este.
No tiene muchos hechizos no verbales en cartera por ahora, pero algunos sencillos podrían siempre ser útiles como ahora.
Nunca imagino que sería útil, pero sus pulmones estaban siendo aplastados por la cola y el Dragon se mueve violentamente ante la luz en su cara; funciona porque este se mueve y por un instante los pulmones vuelven a sentir aire, hasta que debe sujetarse con fuerza de la cola del colacuerno (¿alguien más ve la ironía?) cuando totalmente cegado el dragón se mueve erráticamente por todos lados, esperando que no sea impactado contra alguna pared nuevamente.
Lejos de los huevos al menos.
Tomará esa pequeña victoria.
Luego el dragón vuela, y Draco sigue sujetando su cola con fuerza porque si no fuera así saldría volando.
Ahora está volando de igual forma.
Suelta un grito poco masculino mientras el dragón levanta el vuelo, moviéndose de forma errática mientras sigue sujetado a su cola respirando de forma agitada cada que el suelo comienza a verse más lejano; a diferencia de una escoba o Buckbeak, esta vez no se siente seguro sujetado solo por sus brazos y piernas.
Además de una segura conmoción en su cerebro.
Maldición.
Iba a morir.
Esta vez iba a morir.
Apenas se soltará moriría.
Ojalá pudiera pensar más en eso, pero estaba concentrado en no soltarse y morir.
Aprecia un poco su vida después de todo.
El colacuerno se había elevado de forma considerable hasta acercarse a las nubes cuando su ceguera parcia desaparecer, al menos eso pensó cuando movió su rostro hacía él con furia y moviendo ahora la cola molesta en medio del aire. Sus brazos y piernas no soportarían más, así que justo cuando sintió que por fin era soltado y que caería a la muerte, sujeto su varita lanzando uno de sus últimos planes ya que podría quedar inconsciente en cualquier momento.
Lo cual era mejor a morir por ahora.
—Asiménies alysídes—no había usado mucho el hechizo el año pasado, no le gustaba entrenarlo ya que usualmente terminaba inconsciente por varios días al usar el hechizo.
Situaciones desesperadas requieren acciones desesperadas.
No hubo una telaraña de cadenas de platas, solamente una delgada que se sujetó con fuerza al cuello del dragón y que cuando su cuerpo se soltó por el movimiento del dragón, la otra parte de la cadena se hato a su muñeca; no estaba cayendo, lo cual era una victoria, tal vez era el día de los milagros.
Pensó momentáneamente sobre Ollivander diciendo que su varita reaccionaba a su amo en crisis.
Estúpida varita.
Otro grito salió de su boca cuando el dragón se abalanzo en picada y termino siendo arrastrado, parecía querer que lo soltara y Draco quiso hacerlo, si no fuera a pensar que moriría en el intento.
La magia de cadenas de plata era demasiado irregular, sus amigos nunca habían descubierto como usarla y el propio Draco quien era el único en poder utilizar cadenas de plata no lo uso bien; ahora en medio del aire sujetando una cadena con sus manos y la varita fuertemente sujeta con su boca estaba lleno de incredulidad. Su estómago se hundía por cada movimiento del dragón, el viento pegaba violentamente contra su rostro con algunas llamaradas ya que el dragón molesto comenzó a soltar fuego por todos lados.
Draco piensa que tiene problemas.
A pesar de todo sigue amando los dragones.
Tal vez este loco.
Grita un poco más con la varita sujeta en sus dientes, desgarrando su garganta mientras espera no morir y sabe que no puede hacer nada más, si tan solo pudiera estar más cerca del dragón tal vez no se sentiría como un títere que es agitado por todos lados.
Casi como si algo hubiera leído su mente, la cadena se encoge rápidamente y Draco teme por un momento que la cadena de plata se hubiera roto; contra todo pronóstico la cadena se hace tan corta y lo impulsa adelante (su hombro gimotea por el acto) y termina rápidamente sobre el cuello del dragón. Mira incrédulo la cadena que había relacionado de forma ¿mágica? A sus pensamientos, anteriormente no había pensado mucho sobre el tema, pero la primera vez que había terminado inmovilizado con ellas antes de su segundo año, no pudo librarse de estas.
Pero contra Tom, había sido similar, pero habían reaccionado a sus necesidades, atrapándolo con él.
No pensó mucho más cuando el dragón giro su largo cuello con violencia, demasiado largo para poder verlo sobre este.
—Hola—musito Draco nervioso ahora sentado sobre el dragón con la varita en su otra mano, porque cuando el dragón abrió la boca en el aire listo para lanzarle fuego, solo quiso poder cerrarle la boca antes que muriera rostizado.
Devorado era una cosa, pero por fuego un gran no.
Sobre el cuello de este, la anterior cadena pareció dividirse antes de que se moviera ágilmente hacía la boca del dragón sellándola por completo; tanto Draco como el dragón parecieron incrédulos por eso, pero entonces la furia del dragón fue clara para Draco y luego de unos momentos intentando abrir la boca, se soltó al vacío.
Otro chillido mientras se sujeta del cuello del animal, un poco más confiado ahora que esta sobre este, pero incrédulo cuando el dragón comenzó hacer volteretas y chocar contra los árboles cercanos.
Quiere deshacerse de él.
¿Qué tan lejos estaban del estadio?
No importa.
Ahora si podría morir, ese pensamiento se ha repetido tantas veces en los últimos minutos que es triste.
Maldiciendo, sujeto con fuerza las cadenas que parecían sujetar parte del hocico de la criatura ahora como si fuera algún caballo, jalándola con todas sus fuerzas cuando estaban cerca de impactar contra el lado; porque, aunque estaba montando un dragón, todavía le tenía más miedo al calamar gigante.
Las cadenas parecían riendas de caballo ahora, esperaba que funcionaran como tal.
Aunque Draco no fue bueno en equitación nunca, no es que esto se comparara.
—Maldito hijo de puta—grita justo cuando de último segundo sus esfuerzos parecen funcionar y el Dragón logra cambiar de dirección de último minuto.
El dragón parecía tener el pensamiento de que incluso si se ahogaba, se llevaría a Draco con él.
Bastante injusto.
Se detuvo un momento cuando vio al dragón volar directamente hacía Hogwarts, hubiera sido tranquilizador, si no fuera porque hay una gran cantidad de torres que servirían para impactar; no tiene la menor idea de cómo funciona, pero si lo mantiene con vida, Draco no piensa mucho sobre como afianza sus pies contra el cuello de la bestia y logra dirigirlo lejos de la mayor parte de obstáculos.
Igualmente impactan contra una parte de la torre, Draco espera no fuera la de Ravenclaw, creando una gran cantidad de escombros y Draco puede sentir uno impactar su cabeza.
Duele.
Todo duele.
La cabeza.
Sus brazos y piernas.
Su vientre.
Su puto cabello.
La sangre que ahora impide que vea por el ojo izquierdo.
¿Por qué llego a pensar que esto sería una buena idea?
Con su único ojo bueno diviso el estadio improvisado donde habían estado, fue algo extraño, como a pesar que era la primera vez en su vida hacía una estupidez como esta, su cuerpo lograba reaccionar como si fuera la cosa más natural de hacer; dirigir un dragón en el aire. Había alguna sensación extraña al estar sentado sobre escamas calientes, una bola de fuego apenas contenido y uno de los viajes más alocados donde sus pies no tocaron el suelo; pero Draco no tenía miedo.
No ahora.
Que ya sabe que va hacer.
Ama a los dragones, pero Draco va a hacer pagar a este hijo de puta por esta locura.
Siente el ardor de sus brazos al jalar nuevamente las cadenas para direccionarlo, debe haber más que magia en estas, porque duda que alguien de su estatura y fuerza pudiera movilizar al dragón; no importa. El dragón parece luchar, pero es imposible que, gracias a su dirección desde su cuello, no se mueva directo al estadio; no es que pueda hacer un aterrizaje delicado, no, esto va ser una puta locura.
Habían impactado contra una torre y algunos árboles, pero el dragón todavía quiere luchar, así que solamente quedara lo más estúpido del mundo.
Estrellarlo.
El sombrero seleccionador se equivocó en esta vida tuvo que ser un puto Gryffindor.
Toma un poco de esfuerzo movilizarlo para que no impacte con los huevos, en realidad impactan con una de las tribunas que parece vacía (Draco espera eso) antes que vayan a una velocidad vertiginosa contra el suelo; la cabeza del colacuerno es lo que impacta primero y Draco es enviado lejos cuando las cadenas lo sueltan. Cae dando vueltas sobre sí mismo y siente un ¡crack! En su brazo izquierdo que estalla en un dolor insufrible mientras sigue rodando acumulando tierra y cortes en su cuerpo.
Esta sobre su vientre cuando puede gimotear, se intenta medio incorporar con su brazo derecho, antes de ver como su otro brazo efectivamente está viendo en una dirección que no podría ser posible si no está roto.
El rugido del dragón lo aleja del dolor momentáneo, alarmado cuando ve las cadenas que habían sujetado su cuerpo comenzar a soltarse.
Oh maldición.
Draco se incorpora sin saber cómo, todo su cuerpo duele, su brazo izquierdo está roto, no ve de uno de los lados de su cara y está seguro que puede sentir dolor incluso en la uña de su dedo pequeño; además de las quemaduras. No puede encontrar su varita, debe haber caído lejos y el dragón parece listo para otra ronda, como si no hubiera sido lo más cercano que Draco ha estado de la muerte sin irse en toda su vida.
Es algo bastante grande de decir para alguien que ha luchado contra un Voldemort joven.
Este dragón era mil veces peor que ese momento en su vida.
Ve su varita por el rabillo y se abalanza contra esta, la toma ignorando la sangre de su mano, cuando voltea rápidamente nota al dragón listo para abalanzarse sobre él con la boca abierta; esta vez no va atacar, está listo para comerlo.
Pero cuando la varita esta entre sus manos, sin haberlo sentido antes, es como si las cadenas plateadas ahora fueran sentidas por Draco.
Estaban vivas.
Era su magia.
Sus ojos se abren un instante, antes que Draco mueva la varita violentamente contra el suelo, como el director de una orquesta las cadenas vuelven a tomar fuerza sujetando al dragón de la misma forma que Draco fue sujetado con 12 años en su habitación la primera vez que practica el hechizo; parece una eternidad desde entonces. Las cadenas se afianzan en la boca del dragón cerrándola y todo su cuerpo es impulsado hacía abajo, esta aprisionado como si miles de cadenas hubieran aparecido conteniendo el dragón contra el suelo sin poder moverse.
Draco se encuentra ahí, respirando de forma agitada, ojos horrorizados, mano temblorosa; todo en un profundo silencio.
Esta vez no es más fácil ponerse de pie, tropieza un par de veces, sujetando la varita con fuerza, por temor que el dragón se escape.
Un paso.
Luego otro.
Su cuerpo parece pesar una tonelada mientras camina hacía los huevos, todo en terrible silencio, ahora es más consciente que las cadenas que sujetan al dragón es su magia; es como si estuviera donando sangre, constantemente saliendo de su cuerpo y provocando que todo a su alrededor comienza a verse borroso.
Al llegar a los huevos, Draco se medió incorpora, otra vez sujetando la varita entre su boca, porque su mano izquierda no funciona. Toma el huevo dorado con su mano derecha, que parece sangrar en sus palmas, no importa; lo que importa es que los otros huevos parecen en perfecto estado.
Genial.
Se incorpora con el huevo, antes que todo se vuelva negro y caiga de lado.
Eso debe valer como obtener el huevo.
¿Verdad?
.
.
Draco supone que soñar no es lo peor que puede hacer, tiene memorias confusas de la primera prueba, pero puede darse una idea que su cuerpo físico en este momento debe estar sufriendo nuevamente lo que es un desgaste de magia; pero al menos debe estar con vida. Este año por otro lado el sueño parece ser en medio de una pradera y si alguien quiere decirle algo con esto, Draco no ha podido adivinar cual sería el trato al respecto.
Si alguien quería decirle algo, estaba fallando estrepitosamente.
¿Es tan difícil decir algo claramente?
No.
Los magos o cualquier cosa que le diera estos sueños, piensan que un día Draco despertara y sabrá por arte de magia que significan todos ellos, que tendrán sentido y Draco agradecerá sin sentirse en lo más mínimo rencoroso al respecto.
Si claro.
Intenta de nuevo.
—Pensé que sería nostálgico—la voz hace que Draco salte de forma asustada, pero al voltear no ve nada.
Sonó por todos lados, en el mismo claro que había visto.
—¿Hola? —odia la vacilación en su voz.
—Ven aquí, sigue mi voz—la voz resuena en todos lados, pero especialmente de la derecha.
¿Sería sensato seguir la voz?
Bueno, no, no ha salido nada bueno de su lado por seguir voces misteriosas en el aire; pero tampoco es que algo cambie si no hace nada diferente.
Gimoteando mueve sus pies.
La tierra no se siente bien bajo sus pies, cuando pasa por los lugares es como si los traspasara y todo es extrañamente borroso; algunas cosas se ven claras, pero otras parecen casi trasparentes. Cuando llega al lago que hay cerca del claro, Draco arruga el rostro al asomarse por el agua cristalina. Casi como una mala broma del destino, la misma mujer que le presento el relicario se encontraba debajo del lago, como si estuviera atrapada del otro lado.
Gruño.
La mujer de larga cabellera negra alborotada y ojos verdes lo miraba expectante desde el lago, había un extraño brillo en sus ojos, pero era la misma mujer.
Otra vez.
—Maldición no puedo deshacerme de ti, te juro que Luna te destruyo con veneno de basilisco—farfulla queriendo entrar al lago para ahorcarla.
Cuando su mano toca el lago, esta no se sumerge como si fuera agua, es como una especie de barrera trasparente que lo deja confundido.
Empujo un poco pero no se movió.
Este mundo de sueños cada vez era más confuso.
—No soy ese espectro, el relicario tomo mi forma, aunque técnicamente tampoco soy la persona real—la mujer dentro del agua pone una mano en su barbilla pensativa—¿Soy un recuerdo de la verdadera? Bueno con eso no me diferencio mucho del relicario, pero en realidad solamente soy una parte del alma que está aquí para ayudar—añade mucho más animada, pero Draco se ve confundido.
—¿Alma de quién? —duda mucho que quiera ayudarlo, porque han pasado cuatro años de puras locuras y no ha recibido ayuda.
Muchas gracias.
La mujer del otro lado solo suspira.
—No puedo decírtelo—bien eso comienza amargarlo.
—¿Ayudarme en qué? —
—Tampoco puedo decirlo—
Su mal humor comienza a notarse, maldiciendo este estúpido lugar, que esto era un estúpido sueño y de alguna forma parece estar alucinando.
—No eres de mucha ayuda—dice con claro resentimiento en la voz, la mujer del otro lado parece igualmente frustrada.
Mujer o lo que fuera.
—No se supone que nos veríamos nunca, debe ser por la prueba, te acerco al dragón, sus cuerpos estuvieron unido por la magia de las cadenas; algo debió haber afectado mi presencia para que pueda manifestarme—exclama con frustración, y es cuando su rostro se arruga en una profunda pose pensativa, que algo dentro de Draco parece confundido.
Es una mujer bella, ahora que la imagen está clara, Draco no podría evitar pensar que había visto una expresión similar en alguien.
¿En quién?
Espera un momento, como si fuera una iluminación al ver sus ojos, una idea estúpida llegó a su mente; no era la persona que le recordaba, pero por algún motivo todo parecía tener sentido.
Ojalá no se equivocara.
—¿Esmeralda? —pregunto tentativamente, pero funciono, los ojos de la chica brillaron emocionados y con un cariño que no había visto ni siquiera en su madre.
Se sintió un poco incomodo, pero ella se movió intentando pasar la pared como lo hizo Draco, pero sin poder moverse totalmente como él; un destello brillante, hizo que Draco volteara a ver un poco mejor a la chica, especialmente a las piernas, donde no estaban sus piernas. Una hermosa cola de sirena estaba ahí, con escamas de colores verdosos con brillos azulados, los ojos de Draco se abrieron sorprendidos.
Una sirena.
Esmeralda era una sirena.
Espera un minuto…no entiende que está pasando.
—Orion, ¿Orion eres tú?, ¿acaso puedes recordarme? —hay una desesperación en su voz, pero Draco pestañea confundido, porque eso significa.
Un momento.
Retrocedamos un momento.
—Espera porque me llamas con ese nombre, soy Draco—habla con el ceño fruncido, pero la sirena comienza a moverse desesperada golpeando la barrera.
—Orion, tienes que acordarte, tienes que recuperar la memoria…tienes que apresurarte, antes que las cosas malas sucedan—brama la mujer, pero cuando Draco piensa que todo se ha vuelto más complicado, algo se retuerce en el estómago.
Como cuando está desapareciéndose, algo lo arrastra y Draco solamente siente que está cayendo en medio del vacío.
.
.
Draco despierta en la enfermería de Hogwarts con facilidad y un terrible dolor de cuerpo, hace una mueca cuando intenta incorporarse, solamente sentándose en la camilla de la enfermería; es de noche si la luz de la luna indica algo, pero no tiene la menor idea de que día seria. La última vez había estado varios días fuera del juego cuando uso las cadenas de plata, esta vez había usado mucha magia y también estaba herido; no era un medimago, pero cuando estas gravemente herido, usar magia para sanarte provoca un mayor debilitamiento del cuerpo. Mientras nadie le dijera que mañana era la siguiente prueba, Draco cree que puede vivir con otros días robados de su vida.
Por ahora tiene que procesar la información que acaba de obtener.
Puede que fuera un sueño tonto y sin significado.
¿Cuándo su vida fue tan fácil?
Había querido dejar de lado la siguiente teoría, sobre como Draco tal vez tiene más relacionado con Orion Blake el mago oscuro de lo que quiere saber; hasta ahora no había obtenido ninguna prueba totalmente sólida y aun ahora solo fue un sueño que podría ser producto de su imaginación. Pero una parte de Draco no puede dejar la teoría de largo, el motivo por el cual el libro había aparecido frente a él en ese primer año, la forma en como las cosas relacionadas a Orion Blake se manifestaban y el aterrador parecido entre ambos.
Como Orion humano sin magia en su vida pasada, compartía un aterrador parecido con el mago oscuro y ahora como Draco.
Lo cual podría significar que Orion Blake el mago oscuro, podría ser otra de sus vidas pasadas.
3 vidas pasadas.
Esto está alarmantemente mal.
Porque.
Esto no cambiaba absolutamente nada, lo hacía todo totalmente insoportable.
¿Qué mierda iba hacer Draco con esta maldita información?
No podría ir donde sus amigos para decirles: "Adivinen el mago oscuro que hemos estado investigando probablemente sea mi primera vida pasada, sí, porque tuve otra, aunque solo recuerdo la segunda"; había un motivo claro por el cual nadie sabía que era una rencarnación, todos creerían que estaba loco de la cabeza. Además de que sirve saber que eres una vida pasada que no recuerdas, de alguna manera también parece ser que hay una parte de Esmeralda de alguna forma "¿viva?" que todavía puede comunicarse con él en sueños, ya que estuvo cerca de un dragón.
Lo cual no asegura que pueda hacerlo nuevamente.
¿Qué cosas malas hablaba la mujer?
Draco comenzó a sujetarse la cabeza con fuerza, casi deseando no saber nada de esto, porque mágicamente no había obtenido los poderes de este Orion Blake mago oscuro, todo sigue siendo igual.
Sigue siendo Draco Malfoy.
—Me rindo—dice arrojándose nuevamente sobre la cama, levanta su brazo izquierdo que sigue con vendajes, pero al mover los dedos descubre que no están rotos.
Puede verificar que ve con ambos ojos, lo cual es genial, porque no sabe que tanto se lastimo durante la lucha con el dragón.
Y parece tener sus dos piernas.
Bien.
No quiere pensar en cicatrices, pero en términos de partes del cuerpo humano, Draco se encuentra satisfecho con tener las partes de su cuerpo en sus lugares.
Ve el techo de la enfermería.
Esta asimilando todo demasiado bien, probablemente tiene algún hechizo o pocion sanadora potente para tranquilizarse, así que piensa que podría volver a dormir; por suerte esta vez que vuelve a dormir, no hay sueños.
Solo la nana que siempre escucha, esta vez reconoce la voz de la mujer de sus sueños como la cantante.
Curioso.
Tal vez siempre fue ella.
.
.
—¿5 días? —pregunta confundido cuando ha despertado nuevamente y esta vez Padma se encuentra con Anthony en la enfermería, aparentemente se han estado turnando para visitarlo estos días.
Ignorando que ha perdido 5 días de materia, realmente está sorprendido, porque había estimado al menos dos semanas en el mejor de los casos; Pomfrey había estado una hora en la mañana criticando el número de heridas que tuvo de la prueba.
Claramente el campeón que peor herido salió.
El brazo izquierdo roto en tres partes, 2 costillas rotas, contusiones en su cabeza, quemaduras en varias partes de su cuerpo y un drenaje mágico alarmante; curiosamente fue incluso mejor de lo que espero. Pomfrey no había estado emocionada por su comentario, Draco agradece que a pesar de eso le sigue dando pociones para sus heridas.
A pesar de ser un mundo mágico, necesitara tomarla por varios días antes de estar al 100%, con la característica especial que presenta mucho desgaste físico; ya que no está en forma por la pérdida de energía mágica, como temió, la recuperación se retrasa.
Los hechizos y pociones para sanar son complicados, es una combinación en el primero de la magia del lanzador y del herido, donde ambas magias se unen para trabajar juntos para sanar la herida; dado que Draco no tiene casi nada de magia, usar esos hechizos de forma indiscriminada hubiera lastimado más que sanarlo. Por otro lado, las pociones no están necesitadas de un factor mágico, pero no tienen la misma precisión que los hechizos y por lo tanto está en igual condiciones.
Pomfrey asegura que su magia se está recuperando de forma rápida, pero Draco se siente demasiado cansado.
—Supongo que no fue tan mal—musita Padma con seriedad, los tres recordando el incidente del segundo año.
Pudo haber sido más días.
—El puntaje tampoco fue favorecedor, aunque muchos como Bagman apelaron que fuiste el único que logro derrotar como tal a un dragón y es algo que incluso magos experimentados no pueden hacer; estas de ultimo en puntuación—habla Anthony con un encogimiento de hombros.
Draco no le importa, no está muy preocupado por lo que refiere a la puntuación.
—El profesor Moody también actúa extraño, pero no dije nada porque…algo sucedió durante la prueba, el dragón comenzó atacar de forma violenta, creemos que algo pudo descontrolarlo, pero queríamos hablar primero contigo—habla Padma con seriedad, pero Draco tampoco puede decir nada sobre el tema.
Solo recuerda al dragón totalmente hipnotizado y de pronto, una histeria colectiva.
Mueve su mano contra su pierna.
Definitivamente algo está detrás de él y lo quiere muerto, lo cual la estúpida sirena en sus sueños pudo advertirle en lugar de hacer tanto drama.
En fin.
Mira a sus amigos y por un momento quiere decirles todo, quiere decirles sobre Orion, quiere decirle sus teorías, pero no lo hace; nunca podrá hacerlo.
—Poppy me tiene encerrado, espero trajeran mi tarea porque estoy atrasado—masculla Draco con cansancio, Anthony sonríe mientras saca su mochila donde tiene incluso los útiles de Draco.
Padma habla mientras trabajan, comentando que entre los espectadores había estado Sirius Black y su prima Nymphadora; Draco casi rompe una pluma cuando Padma afirma haber visto a lo largo a du madre, pero, aunque vino a la enfermería tuvo que volver a su casa cuando le aseguraron que todo estaba bien con Draco. Una parte de él odia el no haber podido ver a su madre, pero solo asiente mientras sigue su trabajo de forma distraída, señala un error en la escritura de Anthony que gimotea molesto de no haberlo visto antes.
En el almuerzo llegan Terry, Michael y Luna con miradas preocupadas; Luna parece demasiado preocupada, pero Draco le asegura que todo está bien, la niña toma asiento a su lado con sus manos juntas y Draco le sonríe tranquilizándola.
Terry admite a regañadientes que fue bastante genial contra el dragón, mientras Michael habla de forma dramática como si Draco no hubiera estado ahí.
Si.
Fue una locura.
Draco cree que el mejor momento de su vida fue cuando estuvo sobre el dragón en las nubes, dejando de lado que casi muere, todo se sintió tan natural que le hizo pensar.
¿Realmente no tiene ningún recuerdo de ser el mago oscuro Orion Blake?
Porque está seguro que en su anterior vida sin magia, nunca monto un dragón, pero ahora viéndolo desde otra perspectiva, montar al dragón se había sentido tan natural; guiarlo entre los cielos, era como si su cuerpo supiera como hacerlo.
Necesitaba descifrar el libro.
Ahora.
Blaise llega también en la enfermería con Pansy, ambos preocupados por Draco a más no poder y debe controlar los daños nuevamente.
.
.
Mi querido Draco.
Lamento no haberme podido quedar en el castillo para ver tu despertar, me alegra saber que a pesar de eso estas rodeado de personas que te aman; una parte de mi recuerda que te fuiste de casa porque necesitabas espacio y una parte insegura dentro de mí se pregunta si me querías ahí contigo.
Estas creciendo, tal vez de una forma demasiado rápida, lo descubrí cuando te vi en esa prueba que fue una locura para mis nervios.
Pero tal vez, eso me hizo entender que ya no eres el niño que alguna vez recuerdo cargar entre mis brazos y que vendría a mi cuando estaba llorando; aunque realmente siempre fuiste bastante independiente mi pequeño dragón.
Tenemos mucho de qué hablar, tengo mucho que contarte y espero tu carta cuando estes listo; lamento mi demora en prepararme para este momento, pero creo que es la hora.
Nunca dudes del amor que te tengo, es la única verdad en este mundo para mí.
Con amor.
Tu madre.
.
.
No va negar que el contenido de la carta de su madre lo dejo por más que decir, intrigado, como su madre siempre parecía saber más sobre él y dejarlo con dudas, es todo un talento. Cuando Poppy lo dejo libre luego de pasar casi un día en la enfermería después de recuperar la conciencia, con una gran cantidad de pociones para recuperarse y una promesa de venir ante el mínimo indicio de sentirse mal; además de un chequeo regular cada 4 días. Al llegar al dormitorio Ravenclaw estaba vacío y Anthony que lo había estado acompañando le dijo que se fuera a dormir, para suerte de Draco, no hubo ningún extraño sueño con sirenas y al despertar la mañana siguiente parecía incluso mejor que el día anterior.
Bajar a desayunar sonaba bien, moría de hambre.
Una parte de él aún se siente adormecido, pero incluso cuando Luna está sujetándose de su brazo, Draco nota sospechoso como al bajar por las escaleras de su habitación; todos lo miran.
Fijamente.
Draco cree recordar que cuando Harry obtuvo el huevo de oro, todo Gryffindor lo había mantenido como su campeón definitivo; apenas le había prestado atención al huevo de ojo en su mesa de noche hace algunas horas antes de dormir. No es que esperara un gran recibimiento, los Ravenclaw no eran así, pero tampoco es que esperara la sensación de ojos en su espalda.
La mano de Luna ahora parece una piedra, su sonrisa sigue siendo amable y Draco puede notar la insistencia que tiene de sacarlo de ahí.
Algo se siente, mal.
Sus amigos actúan como de costumbre, hablan, son extrovertidos y ahora que Draco comienza a procesar, parece como una bola de contención a su alrededor. Por lo que, al llegar al comedor, no se sorprende nuevamente que todo quede en silencio y que solo sus amigos lo guíen a través de una incomodidad hacía su asiento.
Duda.
Su mirada se desvía y cada que voltea, alguien parece verlo fijamente y eso lo hace fruncir el ceño.
Poco a poco el comedor parece llenarse de vida, pero cada que Draco levanta la mirada alguien lo estaría viendo antes de apartar el rostro.
Sospechoso.
Muy sospechoso.
—Bien, ya me cansé, ¿Qué sucede? —pregunta viendo a Anthony, que gimotea al verse elegido y encogerse un poco a su lado.
Lo ve mal, antes de voltear a Padma que suspira desviando la mirada.
—Están asustados—expresa Terry con sinceridad y mascando un panecillo, provocando que lo voltee a ver incrédulo—mira esto—se voltea para buscar en su mochila, un papel que tarda en ponerle frente a él y que Draco toma incrédulo.
El diario el profeta.
Ojea rápidamente el artículo de Rita, que lamentablemente para Draco no está enfocado en el jugador estrella de quidditch y en su lugar tiene una imagen de Draco siendo llevado a las alturas por la cola del dragón; es de los peores momentos de su participación y es casi humillante. Aunque la prensa claramente quiere ser amarillista y dejarlo de una forma no tan, popular, no hay cosas que se puedan negar totalmente y ahora en el periódico que todo Inglaterra mágica lee, pueden ver a Draco como el cuarto participante del torneo.
Es una presentación deplorable.
Un artículo estúpido.
—No me veo tan patético, ¿oh sí? —pregunta a Luna con pánico en su voz, porque realmente pensó que se veía majestuoso en el dragón.
Maldita Rita, tomando su peor momento, al menos no es cuando se rompió el brazo.
—Creo que te viste muy genial—responde Luna y eso tranquiliza a Draco.
—Derrotaste a un dragón, no obtuviste el huevo como los otros campeones; Draco, sometiste a un dragón—hay algo en la voz de Terry que lo hace asentir claramente confundido.
Recuerda lo que hizo.
Estuvo casi una semana en la enfermería gracias a eso y todo su cuerpo duele, tampoco es tan idiota.
Terry lo ve fastidiado cuando no entiende su punto y empuja a Michael, este deja de comer para ver a Terry, que con la mirada lo señala a él y Michael gruñe un asentimiento; ambos parecen siempre entender lo que piensa el otro.
Son terriblemente dulces.
Pero Terry es asexual y Michael es hetero.
Ahí muere una buena ship.
—Draco, somos tus amigos y por eso hemos escuchado mil veces hablar sobre dragones y también estuvimos estas últimas semanas estudiando sobre ellos—inicia Michael con voz conciliadora, que le da mala espina—el dragón que te toco, no solamente era una hembra con huevos, era la raza de dragón más difícil de todas y lograste dominarlo; saliste herido, pero lo sometiste, cuando nos has asegurado mil veces que solamente entre un gran grupo de magos pueden controlar un dragón. No solo eso, cuando caíste inconsciente, tu magia siguió capturando el dragón durante varios minutos—
Si eso fue lo que hizo, pero en lugar de aplaudirle por semejante hazaña, todos estaban aterrados.
No entiende el por qué.
Cuando Harry Potter venció al dragón en el canon, todos habían admirado al chico, ya era obvio que sería un mago poderoso al ser el niño que vivió; ganar el torneo simplemente fue otra forma de admirarlo. Pero Draco no era Harry, no era el salvador del mundo mágico, lo cual hizo que su tren de pensamientos comenzara asentarse sobre lo que realmente había hecho.
Pestañeo.
Draco Malfoy, el hijo de Mortifagos que a pesar de haber tenido sus aventuras los años pasados, no había destacado más que para ser un estudiante con altas notas; pero altas notas no significa poder para controlar a un colacuerno como lo hizo.
Porque nadie sabe sobre Orion Blake.
No solo era un mortifago, podría ser la rencarnación de uno de los magos más oscuros de la época antigua.
Comenzó a sentir un poco de sudor frio en su frente.
—Padma—llamo a su amiga, que suspiro mientras dejaba su taza de frutas.
—No es tan malo, hable con Pansy—por supuesto que era suficientemente malo si fue hablar voluntariamente con Pansy—la mayoría de estudiantes están un poco intimidados por tu participación y solo unos cuantos han hecho algunas bromas de mal gusto sobre que eres el próximo señor oscuro—añade casi en tono de broma, como si pensara que es divertido.
Pero Draco no piensa que es divertido.
Oh no.
—Sabemos que es mentira, la mayoría de los Ravenclaw los detienen si escuchamos algo, tampoco los otros campeones son felices al respecto y no tan sorprendente, tu querido salvador Potter ha detenido a la mayoría si los escucha—dice Anthony con mirada divertida, Draco quiere escuchar al respecto, pero antes de preguntar a qué se refiere Viktor entra por el comedor.
Draco se levanta de un golpe, antes de llegar donde Viktor y arrastrarlo fuera del comedor a una velocidad que Poppy criticaría.
Lo sujeta por los hombros, Viktor pestañea sorprendido.
—Me alegra que estes mejor—musita este confundido, pero Draco comienza a zarandearlo.
—¿De verdad piensan que soy un mago oscuro? —pregunta con incredulidad, Fleur que los había seguido rápidamente con Cedric, parecen ver todo confundidos, antes de intentar apartarlos.
Tal vez, entro en pánico, pero bueno no importa.
Hubiera ido con Cedric si fuera necesario, pero este lo detiene con una mirada amable.
—No te preocupes Draco, son solo rumores tontos, realmente creo que fuiste bastante genial; estamos trabajando en el huevo de oro, relájate—intenta tranquilizarlo y Fleur le habla en Frances para calmarlo.
Funciona.
Maldito torneo.
Se abraza a Viktor y este solamente voltea a verlo incrédulo, pero ocupa una manta cálida y por la cantidad de pieles que llevan estos chicos son como osos gigantes personales; Fleur rueda los ojos antes de comentar que el clima esta agradable para caminar y si algún profesor piensa algo raro de ver a los cuatro campeones caminando, no menciona nada.
Un día normal en la vida de Draco Malfoy, donde se cuestiona sus decisiones y que tal vez, o muy probablemente, hubiera hecho algunas cosas más complicadas de las que ya eran.
Continuara…
Bueno, aunque lo crean o no, como vengo diciendo, había imaginado esta escena y es probablemente la que origino toda la historia; Draco montando un dragón en el torneo de los 3 magos, lo cual puede sonar extraño para una escena, pero oigan, es lo que nos trajo hasta aquí el día de hoy. La historia no se creó a partir de esto, pero sin duda fue el principal motivante y siempre imagine a Draco gritando mientras el dragón se elevaba por los aires.
Así que para favoritos.
Algunas preguntas obtuvieron respuestas en este capítulo que se han estado teorizando desde el libro uno, pero si estás aquí conmigo, probablemente a pesar de tener una respuesta te sientas como Draco, algo confundido porque todavía falta mucho por averiguar.
Esperemos que el próximo capitulo les guste, el baile se acerca y las teorías se levantan.
